LA SATIRA EN LAS NOVELAS DE RAMON PEREZ DE AYALA APPROVED: Major Pr Minor Profess Director bf tite Department of Foreign ^ ¥ Languages Dean of the Graduate School LA SATIRA EN LAS NOVELAS DE 8AM0N PEfiEZ DE AYALA THESIS Presented to the Graduate Council of the North Texas State University in Partial Fulfillment of the Requireaents For the Degree of MASTER OF ARTS By Emiliano Carlos Cortez, B. A. Denton, Texas January, 1967 fNDICE Capftulo Plgina I. PHCJLOGO 1 II. LAS NOVELAS GENEHACIONALES. . . . .. 18 Tiaieblas en las cuabres A. M. P. 6. (Ad aa1orent " Ml SLL oriam) La pata de la raposs Troteras £ danzaderas III. LAS NOVELAS POEMifalCAS. 78 Prometeo Luz de domingo La caTda de los Limones El profesor auxiliar IV. LAS NOVELAS DE TEMAS UNIVERSALES. . . . . . .. .140 Belarmino jr Apolonio Luna de miel. luna de til el Los trabaios de Prbano x Siaona Tiore Juan El curandero de su honra V. CONCLUSION. . . . . . . . . .. .163 BIBLIOGRAFIA 183 111 CAPITULU I PB<JLOGO In una comarca situada en el extreme septentrirfri de aSa, entre las aontaias y el mar—Asturias, en la pro- vincia de Ovi edo, vio la luz @1 9 de agosto de 1680 un futuro cllebre letr&do. Hijo de padre de descendencia gdtica y oiadre de abolengo c^ltico, Raradn P^rez de Ayala lleg<S a destacarse como el mis cerebral de los escritores conteupor&neos. Habfa de llevar consigo inmensurable sentido de la historia de su patria.1 A1 cumplir los ocbo anos lo inscribieron en el colegio de jesuitas del Convento de San 2ollo en Carrion de los Condes. Allf cursd materiass con el sablo fildlogo e histori ador literario Julio Cej ador y Frauca, qui en mis tarde, salid asqueado de 1 a comp arifa de la orden de San lynacio y fue a parar en la casa de P6rez de Ayala. Durante esta estancia ambos se deleitaron eon variados ejercicios de arte. Don Julio sabfa griego, tocaba el piano y lefa los wfsticos. Le pasaba a su discfpulo-amigo profundos cene- ciai entos filoldgicos y literarios. En tor no, su discfpulo ^Nicholson B. Adams y Sterling A. Stoudemire, "Introduc- tion," Selections f row Pt&re.z de Avala (New York, 1945) , pSgs. ix-x. que era rauy alecto a lecturas de poesfa moderns, le dio a conocer al maestro la altfsiraa personalidad podtica de Rubdn Darfo (quien a la madurez de nuestro autor lo complimentd diciendo que era un poeta que sabfa pensar)2 y le volvfa la aiirada hacia la ingenua poesla asturiana eon un sorprendente poder observador y detallista.^ En 1920, Julio Cejador publled una semblanza de su amigo y exdiscfpulo t Conocfle yo a Kamonfn en Carridn, vivf una temporada en su easa de Oviedo, donde estuve dos alios recKn salido de la Corapanfa, y sigo en estreeha relacidn coo dl en Madrid. II eariSo corao de padre que le tengo no ciega al juzgarle, asf dird lo mismo sus vicios corao sus virtudes. Aquel nifio, escuchi- niisado de euerpo, amarillo de rostro, estudiaba sierapre, deseando ser el primero de la elase, como de hecho lo era. Bab fa dentro de aquel eorpe^uelo una ambici&n grande en sobresalir, que se le lefa en los ojos vivos y centelleantes. A poco se des- envolvieron sus afieiones artfsticas; en Oviedo pi ntabaj me hablaba admirado de una puesta del sol, del verde de las praderas, de la vaca que pastaba filosdficaraentej toc&bamos el piano y gozaba 61 comprendiendo a Chopin, Mozart y Beethoven. I'or entonces andaba enroseado en la literatura francesa y reeitaba los tiltiaos versos de Rubdn Darfo con fruicidn adrairativa . . .4 be Carridn de los Condes pasd a Gijdn, al Colegio d© Jesuitas de la 1nmaculad a, colegio que Ayala describe en su novels A. M. 0. G. He aquf donde uno de los padres le apoda "el anarquista," debido a su fuerte temperaaeato rebelde; ^Ibfd., pig. 14. 3 f ranci sco Agustfn, Ramdn Plr.ez de Aval a; su vida jr obras (Madrid, 1927), p%s. 16-17. ^Joaquin de Entrambasaguas, Las meiores novelas contempor&neas. tomo VII (Barcelona, 1961), pdg. 277. Su aaor propio, su afin de ger, eran ya extremados. Quiso ser el primero y lo consiguxd sobradaraente. Contrastaba su voluntad con su naturaleza ffsicas era an nino cetrino, de piel olivgcea, con apariencias de ddbil y enfermizo.0 Indudablemente, de los jesui tas adquiri<5 una educacitfn clSsiea y una mentalidad sutil e inquieta.^ Aceptaba s$lo lo que 61 juzgaba ser aceptablej era un m&zo que pensaba por si mismo y no f ficilmente se dej aba convencer. Por su terquedad Ayala suf ri<5 severos castigos fisioldgicos a manos de los jesuitas. Segiin Francisco Agustfn, esto y el respiro de un ambiente de hipocresfa moral y religiosa amenzaron destruir su personalidad, truncando su vida posterior hasta 1legar a perder su te familiar. No obstante, Joaqufn de Entrasbasaguas—erftico, autor, pedagogo y catedrStico actual de 1 a Universidad de Madrid— se opone a la ereeneia de Francisco Agustfn. Afirma que no fue en los colegios j esuitas de donde surge la actitud ftostil de V&rez de Ayala haci a los jesuitas, si no de la Universidad de Oviedo,® Cualquiera que sea el origen de est© sentiaiento, habla de ej ercer una influenci a pronunci ada en el pentamiento y en la aefcitad artfstica del novelists. A1 terfflinar sus ©studios en Gi j dn, pasd Ayala a 1 a universidad ovetense. En esta 4poca la Universidad de Oviedo 5Xbfu. ^Nicholson B. Adams, Espaaa. introduccidn £ su civilizacidn (New York, 1947), pdg. 302. 7Agustin, 0£. cit. . pig. 17. M Entraaibasaguas, op . ci t. se hallaba realizada por un grupo tie maestros de espfritu liberal y progresista—Leopoldo Alas (Clarfn), Rafael Altauira, Melqufades Alvarez, Buylla y Adolfo 6. Posada. Eran hombres infatigables en el desempeiio de sus funciones pedagdgicas. Tenfan una despierta curiosidati hacia lo que se producfa fuera de Espaia en su campo d@ ensenanza, y faasta eran eapaees de extender su accidn doeente fuera de la citedra, lo que darfa como consecuencia el que la Universidsd de ovi edo figurase a la cabeza de las doce unlversldades de Espaia,** En esta univergidad viva y progressiva, Ayala cured tin afio de ciencias. Fuede suponerse que hizo esto como mis o menos consciente reaccidn contra las restricciones que le habfan side iftipuestas por los jesuitas. Luego se trasladd a la Facultad de Dereeho. Fue aquf donde recibid las priaeras lecciones del liberalismo modern©, y la conviveneia entre alumnos y profesores eagendraba el acreceatimiento de la propia peraoaalidad. En la Universldad de Oviedo se ponfan en coffldn los esfuerzos al servieio de la verdad, Por ©so nos dice Entraabasaguas que fue en este centro universitario, i nfestado de 1 a lnstitucidn Libre de Ensefianaa, donde "P€re« tie Ayala fue perdiendo la fe familiar y empapladose d® la doctri na inttitucionalista, tan contrari a a e 11 a." * ^ . Garcia Mereadal, "Prolog©,M Bajadn P^rea de Avala. obras completes. tomo I (Madrid, 1964), p4g. 12. 10 Entrambasaguas, 0£.. cat. . pdgs. 273, 275-276. 5 Aunque Plrtz tie Ayala no fue un estudiaate ejemplar, sus mis inteligentes profesores le estiraaban excepcionalraente. Siendo aw hombre de Inteligencia y voluntad, destinaba todas sus facultades al arte y a la literature. Lefa raucho y 1 1 dibujaba en sus rates de ocio como diversidn personal. Su maestro Claris opi naba que Pdrez de Ayala era ua estudiaate desigual a causa de su di naraismo vital, amdn que e$te joven se preocupaba wfis por la li teratura, la filosoffa y el arte que por la jurisprudencia. Luego, tan pronto coiao hubo termiaado la earrera y a ralz del fallecimiento de Clarfn, el 13 de j unio de 1901, se raarchd a Londres, dispuesto a aopliar estudios y experiencias. Logrd esto entablando UB duradero coraereio con la cultura inglesa. Llegd a saber de la vida no solamente por haberla vivido si no por haberla observado atenta y sagajsineate hasta en lo m^s recdndito. Asf recogid uo considerable caudal de experieneia.^ Enlnglaterra Plrez de Ayala perfeeeiond el ingles a maravilla y quedd fascinado de su literature. Durante este proeeso de saejoraoieato cultural, una desgraeia, tragtdit do»ji4stica tronchd sus esperanzas de continuar allf. Su # padre tuvo un percance comerci al en la firms donde trabaj aba, y aunque no era culpable se afligid al extremo del suicidio. Esto le obligd regresar a su patria chica al novelista y a iiAgustfn, jgj£. c i t .. pig. 20. l^Eugenio G. de Nora, Lj, novels espafiola conteaporinea (Madrid, 1956), p£g. 469. queciar a merced tie sws propios recursos. Impedido de seguir vivi endo a lo grand©, este inteleetual coiaenad su creaeidii literaria, habiendo sido en Inglaterra donde se despertd la inspiracidn que ie impulsd a esta labor. Poco despu^s se trasladd a Madrid y se de d i c d a la literatur®, de lo cual sieopre se gand la vida, ayudado por el raodesto sueldo que cobraba en an ministerio.^ fara poder vlvir algo desahogadamente, tuvo que resi g- narse a colaborar en publicaciones periddicaa y a ter tra- ductor, i»pidi£ndole esto que dedicura todo su tiempo a 1 a literaturu. No obstante, al no poder entregarse por coapleto a sus inclinaciones literarias, no $e dejd forzar a aba»- donarlas. Aunque escribfa por el lucro, ao cesaba su insaciable interns por la lectura. Lefa con suna aficidn, auraentando su ya vasts sabidurfa de vocabulario.^ Far a 1903, ya comenzada su publicwcidn de artfculos crfticos sobre varies temas, Raadn P4re2 de Ayala publicd su primer voluaen de poesfa Ifrica, poemas de adolesceacia y de situaciones terrestres. Tenfa el tono nedernista, pero coa ci erto car deter arcaizante. Los ensayos que iba escribiendo para 1 as revistas y periddicos fueron acuou- l^ndose para ser copilados en tres toraos.*** 1^Entrambasaguas, op. cit., pig. 277. 14Ibfd. i5Adaias, op. clt. , pSgs. 302-303. Para este poeta-ensayista el peasafflient© era siempre de primera importaneia. A los cuatro alios de haber publicado su libro de poesla, 1907, aparecid su primera obra noveleses, Tinlabia* en lag ctimbres. A travds de esta ©bra literaria se le fue descubriendo un extenso vocubulario y la eapacidad de uti11zar esta riqueza verbal pars expresar su pensaraiento eon la palabra exacts, lo cual le facili td para alcanzar la precision sia perder lo pintoresco,^ Pixez de Ayala hizo un vi aj e a Europa, y durante su estaneia en I t a l i a, visits Florenci a. Aquf se enasnord y se casd con una joven estadounidense de Pensilvaaia. ilicieron un viaje a loss Estados Unidos, y de regreso parecid tener oejor coaprensidn de la huraanidad y de lo europeo. Su concept© de la vida fue menog cruel y su actitud, mis eorapasiva. A la wisiaa vez su capacidad para presenter con colores m&s vivos los laberintos de la vida humana fue aumentaado. De este raatriiBonio bubo do® hijos.*^ En 1910, fdrez de Ayala publicd su segunda novela, A. M. i). 6. (Ad IBatoreal Dei aloriaa) . Aunque tardd tres aios en publicar su segunda aovela, no fue por desinterds. Ayala no sdlo curaplfa con sus ideules artfsticos en sus publicaciones si no que taoibi^n se esforzaba por el niej ora- wieato social de su pals. Era horabre que a 1 a hora del *6Ibfd. ^J. 8. Trend, Alfonso the Sage and Other Spanish fissavs (New York, 1926), p£y. 116.
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