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La revolución de los directores PDF

187 Pages·1967·21.232 MB·Spanish
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LA REVOLUCióN DE LOS DIRECTORES o SI -~- - COLECCIÓN PIRAGUA JAMES BURNHAM ENSAYOS , LA REVOLUCION SERIES DE ESTA COLECCióN DE LOS NOVELA • CUEI\'TOS DIRECTORES .EI\l>AYOS - DIFUSIÓN CIENTÍFICA BlOCRAFÍ.A - HISTORJA - ECONOMÍA CEOCRAFÍA - VIAJES - Traducción de ARTE - POESÍA • T.EATl\0 - CLÁSICOS ATANASIO SÁNCHEZ POLICIALES -CIENC¡A E l!\fACI.."AClÓN' W El títul.o y las caracterí-sticas de ~ta colecclón han sido debidamente registrados. EDITORIAL SUDAMERICANA Queda prohibida su reprodUC"ci6n. BUENOS AIRES TE:RCERA EDICIÓN PIIIMERA EN LA COLECCIÓN PIRAGUA Publicada en junio de 1967 "Llego ahora al último argumenw de la acu ~ación: que enseño villanías a los príncipes y c6- mo esclal){tar a los lunnbres. Si alguien lee mi libro ..• con imparcialidad y caridad corrien~. se percatará fácilmente de que no abrigo la in ~encwn de rerornentLlr al mundo, ni el gobierno ni a los hombres que en él he descrito y mucho menos la de enseñar a los hombres c6mo pisoteur a 1aom.b1-es buenos y a todo lo que es sagrado r¡ venerable en la tierra, leyes, religión, honradez y demás. Si he sido un poco demasiado preciso al describir esos nlQflstruos en todos sus aspectos y colores, espero que la humanidad podrá recono cerlos para mejar evitarlos, ya que mi tratado es, al mismo tiempo, una sátira contra eUos, y una descripci6n de su verdadero carácter ..• " MAQUIAVELO. IMPRESO EN LA AliCENTINA Queda hecho el deJ)Ósíto que previe ne la ley 11.723. © 1962, Editorial Huemul S. A. © 1967, Colecci6n Piragua, Editorial Sudamerlcafla S. A., Humberto ¡q 545 - Buenos Alre6. I EL PROBLEMA Desde el 1 de setiembre de 1939, fecha en que Q empezó la segunda gumTa mundial, ha ido en au mento el número de quienes creen que la misma no puede ser interpretada en los términos militares y diplomáticos corrientes. Como es sabido, cada uno de cuantos participan en esta guerra tiene buen cuidado de declarar que no lucha con un propósito vulgar de conquista, sino que lucha por la libertad, Ja justicia, Dios o el porvenir de la humanidad. La segunda guerra mundial no constituye una excep ción a esta regla general, que parece responder a la profunda necesidad que los hombres experimen tan de apelar a sus mejores cualidades morales cuando enfrentan la tarea de matar a sus semejan tes. Pei·o aun así, y con todas las concesiones a esa regla general tanto en la mente de los observadores preparados e inteligentes como en la del hombre medio, sigue reinando la convicción de que este conflicto no es una guerra ordinaria. Esa diferencia ya fue señalada por quienes la calificaron de ''revolución,, y más concretamente, de "revolución social". Por ejemplo, el conocido escritor Quincy Howe, en sus comentarios radiotelefónicos, insistió reiteradamente en esa interpretación. Ale mania, repitió una y otra vez, no se limita a enviar más allá de sus fronteras un~ maquinaria bélica 9 notablemente organizada, sino que esa maquinaria constantemente bajo la superficie, y a no mucha bélica es el vehículo de una revolución que está profundidad, en otras naciones, o, mejor dicho, en transformando el sistema social del continente euro todas las naciones. Como es natural, a quienes vi peo. Eso mismo fue destacado por Otto Tolischus vimos en Estados Unidos, nos interesa primordial en numerosos despachos enviados luego de su ex mente lo-concerniente a ese país. El viejo y falaz pulsión de Alemania, donde residió muchos años error de creer en su aislamiento militar con respecto oomo corresponsal del N ew York Times. Cito a es al resto del mundo está muy lejos de tener la gra tos dos hombres no porque su opinión sea excepcio vedad de la creencia en su aislamiento social. nal, sino porque en fonna destacada e insistente han sostenido una teoría que va siendo compartida No es claro, ni mucho menos, lo que queremos por muchísimos otros. expresar al hablar de una "revolución social", es Sin embargo, al analizar lo que esos observadores pecialmente cuando tratamos de distinguir una revo han dicho y escrito, comprobamos que •si bien han lución social de la simplemente "militar" o "políti reiterado con firmeza que la segunda guerra mun ca". Se han intentado varias contradictorias defini dial es una revolución social, en forma alguna han ciones, acompañando por regla general a especiales aclarado de qué clase de revolución se trata, en y contradictorias teorías históricas, de las que esas qué consiste, hacia dónde se dirige y qué tipo de definiciones forman parte. Parece posible, empero, sociedad emergerá de ella. describir las principales características de lo que Debemos cuidar de no permitir que el juicio his inteligiblemente se qtúere expresar al hablar de una tórico sea deformado por el tremendo impacto emo "revolución social", sin comprometemos por adelan cional de la guerra. Si en verdad se está registrando tado con ninguna teoria especial. Dichas caracte actualmente una gran revolución social, la guerra rísticas son tres: está subordinada a ella y no a la inversa. En un l. Se produce un cambio radical en las principales análisis final, la guerra es sólo un episodio de la instituciones sociales (políticas y económicas). El sis revolución y mal podremos comprender a esta úl tema de relaciones patrimoniales, las formas de la tima si limitamos nuestro análisis a la primera. producción económica, la estructura legal, el tipo de Además, el papel desempeñado por Alemania en organización política y el régimen de gobierno, expe la revolución, si de una revolución se trata, no debe rimentan una alteración tan profunda que nos vemos ser exagerado. El mundo moderno está entrelazado obligados a calificarlos de totalmente distintos en por una infinidad de eslabones técnicos, económi especie y no simplemente modificados en grado. cos y culturales, y las fuerzas sociales que en forma Las relaciones patrimoniales, formas de producción dramática han actuado en el interior de Alemania económica, legislación y organización política carac no se han detenido en las fronteras del Reich. Que terísticas de la Edad Media (feudales), son reem hayan surgido en forma tan sorprendente en ese plazadas por las relaciones patrimoniales, formas país no implica que no hayan estado agitándose de producción, legislación y organización política 10 11 características de la Edad Modérna (burgueses o Cualquiera que sea la teoría histórica que se pro capitalistas). Frecuentemente durante el curso de la fese, mal puede negarse que el ritmo de esa trans revolución, las instituciones antiguas quedan lite formación en las instituciones sociales creencias ralmente despedazadas, mientras se gestan nuevas y rel~tivo poderío de los distintos grup~s sociales, instituciones que en la nueva sociedad cumplirán f~e mcomparablemente más intenso en los dos funciones análogas. stglos comprendidos entre 1400 y 1600, por ejem 2. Junto con los cambios en las instituciones so plo, que en los seis precedentes; y que, cierta ciales se producen cambios más o menos paralelos mente, el cam~io total fue mucho más profundo en las instituciones culturales y creencias predomi en esos dos s1glos que en los seis transcurridos nantes, sobre el lugar que al hombre corresponde del 800 al 1400. en el mundo y en el universo. Este desplazamiento Lo que al parecer queremos expresar al hablar de cultural se advierte claramente en la transición de revolución social se identifica con un período en la sociedad feudal a la capitalista moderna, sea en que esa transformación sigue un ritmo ¡icelerado. la reorganización de la forma y posicióp de institu Todos ad.mi~imos que Ja sociedad que prevalecía ciones tales como la J glesia y las universidades, sea con antenondad a uno de esos períodos era de un en la completa modificación del panorama general tipo distinto por completo al de la co~olidada al del mundo, de la vida y del hombre que tuvo lugar término del mismo. Los historiadores difieren am durante el Renacimiento. pliamente sobre cuándo se inició la "edad moderna" 3. Finalmente, observamos un cambio en el gru pero todos ellos coinciden en distinguir netament~ po ·de hombres que ocupa las posiciones dominantes la sbciedad medioeval ele la moderna. y que controla la mayor parte del poder y de los ~innar, por tanto, que actualmente se está pro privilegios sociales. A la dominación social de los duciendo una revolución social, equivale a decir señores feudales, con sus vasallos y feudos, sucede que .el presente es un período caracterizado por la dominación social de los industliales y banque un ntrno sumamente rápido. de transformación so ros, con su riqueza monetaria, sus fábricas y sus cial, es decir, un período de transici6n desde un obreros asalariados. tipo de sociedad -el que ha prevalecido, aproxi ~ste cierta arbitrariedad en esta concepción. En madamente, desde el siglo xv hasta los principios realidad, las instituciones sociales y culturales, creen del xx- ~ un nuevo y diferente tipo de sociedad. cias y relaciones del poderío social, están some Durante Siglos, las actividades humanas se desarro tidas a modificación constante. Es imposible tra%ar Uan en el marco de una estructura determinada y una línea temporal exacta que deslinde a una socie más o meno~ estable de las instituciones sociales y dad de otra, pero lo importante no es el cambio c~lturales: tienen lugar cambios, pero no tan am en sí, que sieml?re existe en la historia, sino el p~os como para alterar la estructura básica. Pero en ritmo del mismo. En algunos periodos, el ritmo del Ciertas o~asiones, la historia de la humanidad regis cambio social es mucho más rápido que en otros. tra cambtos que se producen tan rápidamente y son 12 13 tan violentos que la estructura misma queda des cho más- que voy a trazar, es el nombre dado a trozada y es reemplazada por otra nueva. la teoría, Jo que no deja de tener importancia· el número de los diversos factores históricos sintetiza El problema expuesto en esta obra es el siguien dos en ella; la elimillación de supuestos que hasta te: Voy a dar por aceptado el concepto ger;teral. de ahora han oscurecido su significado, y la forma revolución social que a.cabo de exponer smtébca de exponeda. · mente. Voy a suponer, además (aunque no sin Con referencia a este último punto, debo añadir pruebas que respalden este ~upuesto ), que ~1 pre algo más. No estoy escribiendo un programa de sente es, en rea1idad, un penodo de revoluciÓn so reforma social, ni hago un juicio moral de ninguna cial, de transición de un tipo de socieda~ a, otro. especie sobre el tema tratado. Como he dicho, mi Con la ayuda de estos supuestos enunCiare una única preocupación consiste en intentar la elabo teoría, que llamo "teoría de la revolución. ~e los ración de una teoría descriptiva que pJJeda explicar directores", que podrá e}...-plicar esa tranSiCIÓn y el carácter del actual período de transición social, predecir el tipo de sociedad que resultará de la y predecir, por lo menos en sus rasgos generales, misma. Presentar esa teoría es el problema, y el su resultado. No me preocupa, en este libro al único problema de este libro; . . , menos, que los hechos sugeridos por esa teoría No pretendo que esa teona sea una mnovac10n sean "buenos" o "malos", justos o injustos, deseables sorprendente y personal. Muy al contrario. Cuan~o, o indeseables, sino simplemente que la teoría sea en los últimos años, la he expuesto en conferencias cierta o falsa, sobre la base de las pruebas actual y conversaciones, en ge\}eral se me ,,ha di;ho: mente a nuestro alcance. "Vaya exactamente igual pensaba yo , o: 'Eso Estoy seguro de que esta advertencia no bastará mism¿ le decía a Fulano el otro día." Esta reacción para impedir que muchos de los lectores de este ha sido el motivo de que no desechara la teoría libro le atribuyan un programa y una moraleja. La por trivial o baual, y de que tratara de exponerla eliminación de esas consideraciones es sumamente en la fonna más completa y clara posible, para que rara cuando se escribe sobre historia, sociedad y pueda ser examinada y criticada públicamen.t~, política. En esos terrenos nos mueve más, y ello es aceptada, rechazada o convenientem~nte modifi comprensible, un deseo de salvación que de co cada, según lo exijan las pruebas aduCidas en favor nocimiento; pero la experiencia debía habernos o en contra de la misma. enseñado que la verdadera salvación sólo es posi En los últimos veinte años, muchos elementos ble cuando está basada en el conocimiento. Y aun de esa teoría han sido incluidos en diversos artícu que este Jibro no contiene 1ú programa ni moraleja, los y lib1·os, a los que debo expres~r un reconoci si la teoría que expone es cierta, o parcialmente cier miento general, sin poder destacar nmgun? de ~~los ta, sin la comprensión de la misma se~ía imposible por haber influido especialmen.te sobre m1 espmtu. cualquier programa o morálcja social inteligente. Lo único nuevo en el bosque¡o -pues no es mu- 14 15 difundidas creencias e instituciones culturales, a los grupos o clases gobernantes. Cuando estos ele mentos cambian radicalmente, el tipo de sociedad su fre una transformación, y una revolución ha tenido Jugar. Con referencia a estos términos, debe descrl II ~irse, .t:or tanto, la sociedad moderna o capitalista, siendo mnecesario tomar en cuenta otros millares de EL MUNDO EN QUE VIVíAMOS rasg?s•. características de aquélla, que podrían re, vestir Importancia para otros propósitos . Vivimos, pues, ,en un período de rápida transi . Incurrimos asimismo en una segunda arbitra* 1 ción ele un tipo o estructura de sociedad a otro, neda~. Al descr!bir la sociedad capitalista, no sólO' pero antes de encarar nuestro problema cen~al, s~leccwn~os Ciertas características institucionales, el mundo del mañana, debemos tener una 1dea su~o que limit~os nuestro estudio a cierto porcen.. coherente del mundo de ayer. No podemos com t~Je ( secundano) de la superficie terrestre y a prender adónde vamos sin tener por lo ~enos al cierto porcentaje (secundario) de la población de guna noción de de dónd~ ~rocedem~s. ¿Cuáles eran la ~erra. Puede parecer presuntuoso que para de las principales caractensticas del mundo moder ducir nuestra concepción sobre lo que ha sido el no" del tipo de sociedad habitualmente llamada mundo moderno, nos limitemos casi exclusivamente "capitalista" o "burguesa", que prevaleció des~e a contad~s naciones europeas y a los Estados Uni fines de la Edad Media hasta 1914, hasta el pnn dos; a! fm y al cabo, hay más tierra y más gente cipio de la primera guerra mundial, para fijar en As1a, Africa y América del Sur. No obstante una fecha? ta~bién esta arbitrariedad puede justificarse. Bas~ Al intentar describir las principales característi s~nalar 9ue, en realidad, nuestro problema espe cas de la sociedad capitalista (o de cualquier so Cial consiste en descubrir lo que le está sucediendo, ciedad) tropezamos en seguida con ciertas dificul Y lo que le va a suceder, al tipo de sociedad que tades. ¿Qué descubriremos? No podemos abarcarlo en los tiempos modernos ha prevalecido en nacio- todo; no bastarían para ello todos los libros que nes ~omo Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Ale se han escrito. Cualquier selección de hechos, sean m~~a, y no al tipo de sociedad que puede haber éstos los que fueren) puede parecer , arbitra:ia. eXIstido en la India, en China o en África. Sin embargo, ya disponemos de una gma del tipo Aun dejando esto de lado, no es irrazonable de particular de arbitrariedad significativa para nues f~ir la sociedad moderna tomando como referen tros propósitos. Nuestro problema atañe a la revo Cia las instituciones de esas naciones, pues a partir lución social; y la revolución social, conforme al de la .Edad ~edia ejercieron la más poderosa in concepto ya esbozado, afecta a las instituciones fluencia no solo en el interior de sns respectivas económicas y políticas más importantes, a las más fronteras, sino en el mundo entero. Sus institucio- 16 17 nes afectaron profundamente las de Asia, Mrica y y pecu.li~~ de ]a economía feudal, que precedió América del Sur; en cambio, lo inverso no se ha a la ~p1talista y de ,la cual Surgió ésta. Entre las producido, pues las instituciones peculiares. a esos ~ás. 1mp ortantes y típicas pueden enumerarse las vastos continentes no ejercieron una influencia com s'%i\entes; . parable sobre las gt·andes potencias modernas. ' l .. .!La producc1ón, en la economía capitalista es Se advierte con suficiente claridad cuáles son las produccú5n de mercaderías. Se elaboran millare; de naciones y pueblos a que debemos prestar mayor artículos diferentes, de distinta naturaleza, adecua- ( atención cuando se intenta sintetizar la naturaleza dos J?ara Ja satisfacción de millares de diversas de la sociedad capitalista moderna. Inglaterra, co~ neces1dades humanas. Unos nos proporcionan abri~ su imperio, merece primacía: Antes del pr~dor~n­ g?,. otros, adorno, algunos nos alimentan, otros nos !rio de aquella nación, Franc.ta merece espec1al m dlVl.ert~n, y asi sucesivamente. Pero en la economía ter.és, por haberse aproximado en hora temprana a capitalista, todos esos distintos productos pueden ciertas fundamentales formas politicas modernas, ser directamente comparados entre sí en términos así como las ciudades independientes italianas, las de una cualidad abstracta a veces denominada su 1 integrantes de la Liga Hanseática, y, más tarde, "valor de cambio", representada exacta o aproxi las ciudades de los Países Bajos, por sus progresos madamente (según cual fuere la teoría económica económicos trascendentales. Francia adquiere nue que analiza el fenómeno) por su precio monetario. vamente importancia a fines del siglo dieciocho; y No_ en atenció? a su cualidades intrínsecas para en el diecinueve, a Francia e Inglaterra se unen satisfac~r necesidades específicas, sino desde el pun- Estados Unidos y Alemania, y en plano secundario to de VlSta de su valor de cambio, en cuyo. respecto Rusia, Italia y el Japón. El mundo moderno ~asid-? t~~os lo~ productos son de la misma especie y el mundo de esas naciones, y no de Mganistán, Nt difieren umcamente en cantidad, es que se conocen oaragua o Mongolia. como "mercade.ría~"· Todas las cosas aparecen en el mercado cap1tal1sta como mercaderías; todo, por t~nto, za?atos y estatuas, trabajo y casas, talento y 1 clfnero, tiene en él un valor monetario y, mediante Slffibol?s monetarios, pueden ser objeto de múltiples La sociedad capitalista moderna se caracteriza operac1ones de que el dinero es susceptible. por una economía de modalidades típicas, la cual . En todas las sociedades, excepto las más primi ha pasado por una serie de importantes fases y tivas, se hao elaborado algunos productos como transformaciones, ha sido más fluida y cambiante me~·caderías. Pero, salvo en la capitalista, en toda que cualquier otra de las históricamente conocidas; sociedad y muy especialmente en la feudal que pero a través de todas e~a~ transf~n:nacion~s. han ~re~edió a la capitalista, las mercaderías han cons persistido ciertas caractcnsticas dec1S1Vas. Dif1eren titllldo un s~gmento muy reducido de la producción marcadamente todas ellas de las más destacadas total. En pnmer lugar, en otras sociedades, la gran 18 19 mayoría de los artículos eran producidos para ser mayoría de la gente no vio una. moneda en toda W utilizados directamente por los productoies, no en su vida. Nadie necesitará ser persuadido, por el traban para nada en el cambio, y por lo tanto no contrario, de la importancia del dinero en la vida tenían ocasión de funcionar como mercaderías. No moderna, ya se piense en términos de vida indi se puede comer o vestir el va:or de cambi~ o el ' vidual o de deuda pública. dinero; ni tampoco es el prec10 de los artículos, Aunque no sea peculiar de la sociedad capitalista, sino aquellas cualidades que les permiten satis merece mencionarse cierta creencia relacionada con facer necesidades especificas, lo que cuenta en la el dinero, a saber, la. de que todas sus formas, producción para la subsistencia. Pero en otras so ya sean billetes de banco, cheques, créditos, etc. ciedades, aun en los casos en que los produc~os dependen, en último término, del dinero metálico, entraban en el cambio, habitualmente no lo hacmn especialmente de la plata y oro, y, en el capita como mercaderías. El intercambio, durante la ma lismo avanzado, sobre todo del oro. Hasta hace yor parte de la Edad Media, no se. hacía por ~­ poco, esto era casi un dogma para la mayor parte nero o por intermediario del dinero, smo en espec1e, de los economistas, y todavía sigue siéndolo para por Jo cual, además, lo que interesaba al ~ampe­ algunos; y no sin cierta justificación real, fueron sino comprador o vende?or no era. el Rrec1~ que elaboradas varias leyes para correlacionar los pre conseguiría o que debena pagar, smo s1 tema un cios y los valores, e incluso el movimiento de la excedente de una clase de productos susceptibles producción en conjunto con la cantidad de dinero de satisfacer una clase de necesidades, que pudiera metálico existente. canjear por algo que satisficiera alguna otra ne- \S)En ]a sociedad capitalista, el dinero no cumple c(e. #4ad. u'rr.( sino dos importantes funciones económicas 2. El papel predominante del dinero ~ tamb!én totalmente diferentes. En el enorme desarrollo de u'i?a clara caracterización de la economia capita la segunda de ellas se encuentra otra de las carac 1 lista; en realidad, una co~secuenci~ necesaria de la terísticas distintivas de la economía capitalista. Por producción de mercadenas. El dinero no es ~a una parte, el dinero es usado como medio de cam invención del capitalismo; ha existido en la mayona bio; este es el empleo ya conocido en otros tipos de de )as sociedades, pero en ninguna ha desempe sociedad y con respecto al ntismo, el capitalismo ñado un papel que p~eda en ma~er_a alguna c~m­ sólo difiere de ellos, como hemos visto, en la ex pararse al que le as1gna el capitalismo. La dife tensión mucho mayor en que se efectúa el cambio rencia queda demostrada con facilidad por el he~o por intermedio del dinero. de que casi todos los complejos siste~~s bancanos, Por otra parte, el dinero es usado como "capital"; ~ crediticios, fiduciarios y contables, utilizados p~r el "el dinero hace dinero"; y esta función estaba muy manejo del dinero, han tenido su origen en los tiem poco y aun nada desarrollada en otros tipos de so pos modernos; y se demuestra en forma aun más des ciedad. En el capitalismo, el dinero puede ser trans tacada por el hecho de que en la Edad Media la gran formado en materias primas, maquinarias y trabajo~ 20 21

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