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La república corporativa. Constituciones, ciudadanía corporativa y política (Perú 1821-1896) PDF

341 Pages·2010·9.611 MB·Spanish
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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES UNIDAD DE POSTGRADO LA REPUBLICA CORPORATIVA Constituciones, ciudadanía corporativa y política (Perú 1821-1896) TESIS para obtener el Grado Académico de Doctora en Ciencias Sociales con mención en Historia AUTOR Alicia del Águila Peralta ASESOR Antonio Zapata Lima-Perú 2010 LA REPUBLICA CORPORATIVA. Constituciones, ciudadanía corporativa y política (Perú 1821-1896) Introducción 7 Sección primera Ensayos en la anarquía (la fragilidad de las elites), 1821-1834 27 1. Lima y su elite frente a la independencia 31 2. Primeros diseños del modelo censitario 45 3. La Constitución de 1823. Nación, ciudadanía y sufragio indirecto 53 4. Elites andinas, indígenas y fraccionamiento político 64 5. El péndulo liberal: la ciudadanía en las constituciones de 1828 y 1834 82 Sección segunda El “equilibrio” republicano. Ciudadanía corporativa y formación del Estado peruano, 1834-1872 98 6. El anhelo del orden 102 7. El Estado del boom guanero 113 8. La pugna por la ciudadanía 123 9. La Constitución de 1856. Liberales, eclecticismo y confluencias organicistas 143 10. El equilibrio corporativo 163 Sección tercera El fin de la república corporativa. El Cerco centralista y la exclusión indígena, 1872-1896 180 11. Transformaciones sociales y recomposición de las elites 184 12. El primer civilismo o el liberalismo “práctico” 198 13. La ampliación de las distancias. El ambiente positivista de la Postguerra 214 14. El descentralismo autoritario 232 15. La eliminación del voto analfabeto 243 2 16. El cerco a las provincias 258 La República Corporativa. Apuntes a modo de conclusión 269 1. Fraccionamiento, microespacios y lógica corporativa 269 2. La ciudadanía corporativa: una mirada comparativa a las Constituciones latinoamericanas 271 3. Centralismo y modernidad 273 4. Los ciudadanos populares 279 5. De la ciudadanía corporativa a la capacitaria: legitimidad y política en el Perú 286 Bibliografía 288 Anexo 1. Censo de los habitantes del distrito de Chavín, 1847 (Biblioteca Nacional del Perú) 311 Anexo 2. Registro Cívico de los ciudadanos en ejercicio del distrito de Chavín, 1847 (Biblioteca Nacional del Perú) 313 Anexo 3. Censo Político de los habitantes del distrito de Moya, 1847 (Biblioteca Nacional del Perú) 315 Anexo 4. Publicación de la Ley referente a la renovación de las municipalidades, 12 de octubre de 1893. Boletín Oficial, Puno, 7 de noviembre de 1893 (Biblioteca Nacional del Perú) 317 Anexo 5. Las condiciones de ciudadanía en las Constituciones de América Latina, siglo XIX 319 Anexo 6. La Ilegitimidad en el Perú, 1876. Refutación del “mito” positivista sobre la “calidad moral” de los indígenas. 337 3 A Juan Manuel y Gabriela 4 Agradecimientos Deseo expresar mi especial reconocimiento a Antonio Zapata, tutor de mi tesis, y a Cristóbal Aljovín, quienes revisaron con paciencia y detalle los avances y me ofrecieron sus acertados comentarios. Asimismo, a Fernando Armas, cuya lectura crítica me hizo volver sobre el texto integralmente. Walter Mendoza, compañero y amigo del Fondo de Población de las Naciones Unidas, me brindó sus consejos sobre asuntos relativos a población. Los profesores del doctorado en San Marcos, ciertamente, me permitieron, a través de las lecturas y debates, ir afinando el problema: Nicolás Lynch, Manuel Burga y Carlos Franco, entre otros. Mis compañeros del doctorado, asimismo, fueron culpables de la buena compañía intelectual, necesaria para emprender esta tarea. Alex Loayza, asimismo, colaboró con sus pertinentes observaciones, en una lectura final. Por otro lado, no quiero dejar de mencionar a mis colegas de IDEA Internacional, Rafael Roncagliolo, Alberto Adrianzén, Kristen Sample y al resto del equipo, por las charlas compartidas cotidianamente, sobre diversos temas políticos. Y, en las horas de búsqueda de archivo, una vez más, quisiera reconocer a Elinos Caravassi, de la Biblioteca Nacional del Perú, siempre un atento colaborador, así como al resto de profesionales que me ayudaron en esa institución, así como en el Archivo del Congreso de la República, en el Instituto Riva-Agüero y la Biblioteca de la Universidad Católica. En otro ámbito, quiero dejar constancia de dos ausencias que marcaron mi trabajo en estos últimos años: Luis, mi padre, y Hubert Lanssiers. Finalmente, a Juan, y a mis hijos Gabriela y Juan Manuel, por la paciencia (casi) siempre demostrada. 5 Constituir en Congresos pueblos nacientes es comer viandas duras sin tener dientes. Felipe Pardo y Aliaga. Epístola a Delio Si la independencia se hubiera efectuado cuarenta años, [para] un hombre nacido o radicado en el territorio [mexicano] (…) entrar en materia con él sobre los intereses nacionales habría sido hablarle en hebreo; él no conocía ni podía conocer otros que los del cuerpo o cuerpos a que pertenecía, y habría sacrificado por sostenerlos los del resto de la sociedad(…) Si entonces se hubiera reunido un Congreso, ¿quién duda que los diputados habrían sido nombrados por los cuerpos y no por las juntas electorales (…)? He aquí el espíritu de cuerpo destruyendo al espíritu público. José María Luis Mora. Revista política de las diversas administraciones que la República mexicana ha tenido hasta 1837 6 INTRODUCCIÓN 1. Justificación El presente trabajo propone entender el Perú decimonónico como una República corporativa. No sólo porque en su estructura social, como han señalado varios autores desde los liberales del siglo XIX, persistía una “herencia colonial”, sino porque las soluciones políticas también expresaban una concepción organicista, particularmente en el modo de definir la ciudadanía. Así, en 1875, para que los adultos varones ejerzan el derecho a sufragio en la gran mayoría de repúblicas de América Latina, no requerían condiciones o, a lo más, una sola: saber leer y escribir o poseer una renta. Además de Perú y los centroamericanos Honduras y El Salvador, muy pocos países permanecían con fórmulas alternativas, es decir, con más de un requisito válido para acceder a ese derecho. De todos ellos, el Perú poseía una combinación más variada: tanto en la Constitución de 1856 como en la 1860 - que en materia electoral no sería modificada de manera efectiva hasta 18961- se podía ejercer el derecho a sufragio si se alcanzaba al menos uno de cuatro requisitos que apuntaban a distintas cualidades educativas, sociales y económicas. Esta fórmula se mantuvo hasta fines del siglo XIX, sustentando lo que denominamos la República corporativa. La persistencia de lógicas y estructuras corporativas expresadas en discursos y prácticas políticas no sólo fueron responsabilidad de los grupos conservadores. Los liberales de mediados del XIX, que criticarían severamente esa “herencia colonial” y los privilegios de las corporaciones, no rompieron necesariamente con ello y mucho menos propusieron un modelo de sociedad plenamente atomizado en individuos. La influencia del organicismo alemán coincidió con el corporativismo tradicional al reconocer grupos u órganos 1 En 1867 se redactó otra Constitución liberal, pero que pronto fue anulada. 7 sociales como componentes de un todo social. Esa “persistencia corporativa” no sólo se mantuvo, silenciosa, en la sociedad. Proponemos que influyó en las salidas políticas de la nueva república. Por ello, entre los textos discursivos que estudiamos, ocupan un lugar central las Constituciones políticas. No porque se cumplieran plenamente en la realidad, sino por constituir un espacio simbólico de conflictos ideológicos y políticos y de resolución o negociación de los mismos. La república corporativa, asimismo, se hizo evidente en las prácticas políticas. El fraccionamiento territorial del poder, por un lado, y el poder político y social de corporaciones como la Iglesia, el Ejército, las comunidades indígenas, entre otras, por otro, mostraban un mosaico de difícil articulación política. El presente trabajo busca establecer un diálogo entre los discursos y los procesos económicos, sociales y políticos. No por un afán determinista, sino como entradas complementarias que permiten comprender la complejidad de la realidad política peruana. La pregunta acerca de la debilidad del sistema político peruano fue una de las interrogantes que originalmente nos llevó a emprender este trabajo. Y la respuesta tan común de señalar al militarismo como el causante de esta “debilidad” o “retraso” nos pareció insuficiente. Ejércitos triunfantes como el argentino2 o colombiano, fogueados en batallas a lo largo del continente, no consiguieron monopolizar el poder político. No fueron los únicos en dirigir la política, ni siquiera las guerras internas. Por lo demás, poco a poco, en esos países fueron configurándose partidos o bandos políticos con cierta institucionalidad y matices ideológicos en juego. Así, en ellos se logró constituir una clase política, no ajena a la profesión militar pero tampoco cerrada a ella. Entonces, ¿Por qué la persistencia del militarismo en el Perú y la ausencia de grupos políticos y líderes civiles? Nos parece que el militarismo no es una razón suficiente y creemos que las características de la república corporativa, esa suerte de transición de las nuevas repúblicas desde el orden colonial, configuró el siglo XIX de América Latina. No fue, ciertamente, exclusivo del Perú, pero en cada país tuvo sus matices particulares. Por ejemplo, como veremos más adelante, el peso de las comunidades indígenas, entre otras 2 En Buenos Aires, por ejemplo, tempranamente, en 1820 los caudillos militares fueron vencidos por las milicias rurales, lo que permitió la instauración del sufragio universal en dicha provincia (Halperin Donghi 2005: 86). 8 características de la sociedad peruana, debió haber influido en nuestros liberales de mediados del XIX, quienes, a diferencia de sus pares mexicanos, no propusieron de manera enérgica su descomposición para dar paso a individuos ciudadanos. Los territorios, por su parte, conformaban sus propias lógicas de articulación entre los diferentes estamentos locales que hacia fuera mostraba sus reticencias hacia la extensión del poder central. Este trabajo busca, a través de los discursos políticos jurídicos, desentrañar las soluciones locales al reto de construir una república sobre el orden tradicional corporativo y territorialmente fragmentado. No creemos que las Constituciones y las leyes electorales hayan sido respetadas de manera efectiva durante el siglo XIX. En realidad, la constante en el Perú, antes de Pardo (1872), fueron elecciones ganadas por el gobernante que las convocaba o por su candidato. El fraude y la violencia eran las herramientas electorales y los motines, revoluciones y golpes de Estado reemplazaron a los escrutinios electorales de la voluntad popular. Sin embargo, ello no convierte a las Constituciones y leyes en documentos vacíos de significado. Por lo contrario, para el presente trabajo los hemos tomado como discursos políticos, expresión de los debates en torno a los ideales políticos, modelos de nación y ciudadanía, y como expresión de una realidad compleja y de coyunturas conflictivas, sobre todo pasada la primera época “de los constitucionales utópicos”. A fin de cuentas, de no ser así, redactar Constituciones no hubiera sido un asunto tan importante, especialmente en países donde las elites aún no terminaban a cuajar un modelo de nación y conciudadanos. Ciertamente, otra manera de expresar la no resolución del conflicto por definir el modelo de nación puede haber sido la proliferación de Constituciones. Fue el caso de Ecuador, uno de los países latinoamericanos con mayor número de Constituciones en el siglo XIX. Sin embargo, en lo que respecta al derecho al sufragio, no hay cambios desde 1861. Las Constituciones peruanas expresan la dificultad de consensuar y sancionar un solo modelo de ciudadanía acorde con un proyecto nacional, de acuerdo a los cánones de modernidad de la época (liberal revolucionario, doctrinario censitario y/o capacitario). La fórmula “corporativa” era una combinación bastante plural para esa época. Se basaba en la concepción tradicional de orden corporativo en una sociedad heterogénea, y refleja el fraccionamiento del país y la debilidad de sus elites (al 9 menos, no suficientemente fuertes como para hegemonizar el poder). En las Constituciones, como veremos, se amoldaron y amalgamaron las ideas de la época. El presente trabajo es una exploración interdisciplinaria a la historia. Por un lado, desde la sociología política, es decir, de la intersección entre el estudio de los grupos sociales y sus posiciones políticas; y por otro, desde el análisis de los discursos y textos legales, particularmente las Constituciones. Estos en tanto discursos políticos construidos a partir del debate, el intercambio de opiniones, la negociación, aunque también de la violencia y la imposición, y que, en todas sus contradicciones, expresan precisamente el estado, avance o estancamiento en temas de consenso político. Ello, ubicado en el contexto del desarrollo del Estado y de las elites regionales. De allí que cada sección contiene un capítulo sobre la situación económica y social, así como los procesos de cambio estatal, particularmente los esfuerzos (fallidos) de descentralización. Para nuestro análisis, resulta fundamental la trayectoria del sentido de ciudadanía, los derechos políticos y la delimitación del universo ciudadano y, más específicamente, la de los votantes. Así, la definición de ciudadanía, a través de las constituciones y leyes electorales son unos de los hilos conductores del trabajo. Ellos dan cuenta de la idea que se tenía acerca del sujeto político. O, más bien, de los sujetos políticos, puesto que una hipótesis de trabajo que manejamos es acerca de la dificultad que existe para pensar una comunidad nacional e identificar condiciones únicas y universales de ciudadanía política. El término ciudadanía corporativa alude a una definición plural de sujetos con derechos políticos, pluralidad que buscaba incorporar a las elites de diversos grupos sociales del país3. 2. Revisión bibliográfica En los últimos años, el tema de la ciudadanía ha suscitado mayor interés académico. La historia política del siglo XIX, en particular, empezó a ser estudiada con mayor atención, no sólo desde el origen de la República sino también desde las Cortes de Cádiz. En el Perú, los enfoques han sido 3 Sobre este concepto y otros relevantes para la presente investigación, volveremos en la sección 3 de esta introducción. 10

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