ADVERTIMENT. Lʼaccés als continguts dʼaquesta tesi queda condicionat a lʼacceptació de les condicions dʼús establertesperlasegüentllicènciaCreativeCommons: http://cat.creativecommons.org/?page_id=184 ADVERTENCIA.Elaccesoaloscontenidosdeestatesisquedacondicionadoalaaceptacióndelascondicionesdeuso establecidasporlasiguientelicenciaCreativeCommons: http://es.creativecommons.org/blog/licencias/ WARNING.Theaccesstothecontentsofthisdoctoralthesisitislimitedtotheacceptanceoftheuseconditionsset bythefollowingCreativeCommonslicense: https://creativecommons.org/licenses/?lang=en La reconceptualización de lo vivo: de las epidemias al posthumanismo Tesis Doctoral Marco Maureira Velásquez Director Francisco Tirado Serrano Universitat Autònoma de Barcelona Facultat de Psicologia Departament de Psicologia Social Estudis de Doctorat en Persona i Societat en el Món Contemporani -‐ 2016 La reconceptualización de lo vivo: de las epidemias al posthumanismo Tesis Doctoral Marco Maureira Velásquez __________________________________________ Firma del Autor Director Francisco Tirado Serrano __________________________________________ Firma del Director Universitat Autònoma de Barcelona Facultat de Psicologia Departament de Psicologia Social Estudis de Doctorat en Persona i Societat en el Món Contemporani -‐ 2016 2 Una vida es la inmanencia de la inmanencia, la inmanencia absoluta: es potencia, beatitud plena Gilles Deleuze En última instancia, la vida es aquello que es capaz de error, de allí su carácter radical Michel Foucault 3 INDICE I. VIDA Y CONTEMPORANEIDAD Una introducción……………………………………….……………….………………………...…………7 Reconceptualizando la vida en ciencias sociales……….……………………….…..……8 Reconceptualizando la vida en filosofía……………..………………..……………………10 Itinerario de trabajo……………………………………………………………………….……….12 II. APUNTES METODOLÓGICOS………………………………………………………………..…….15 III. VIDA Y POLÍTICA Un breve acercamiento histórico desde la epidemiología…………………………..……19 ¿De qué hablamos cuando hablamos de “tensiones científico-‐políticas” en la epidemiología?...............................................................................................................20 El nacimiento de la clínica y la emergencia del Estado-‐nación moderno….…24 La bioseguridad y la constitución de instituciones globales…………...………….32 Conclusiones……………………………………………………………………..……………………38 IV. VIDA Y EXCEPCIÓN Los escenarios de la epidemiología……………………………………………………..….………41 Las técnicas de “scenario-‐based/scenario-‐planning”……………………..………….43 ¿Qué es un estado de excepción?.......................................................................................47 El escenario como estado de excepción……………………………………………………50 a) Escenario sobre “Apocalipsis Zombie”…………………………………………50 b) Escenario sobre pandemia de Ébola en Reino Unido……….……………54 Escenarios y producción de nuda vida desterritorializada…….……………………59 Conclusiones………………………………………………………………..………………………….62 4 V. PUBLICACIONES……………………………………………………………………………………...64 Biocapitalismo y suspensión de la norma………………………………………………..65 Escenarios: una nueva forma para lo social……………………………………………..84 Posthumanismo: más allá de antropotécnica y nomadismo……………………..108 VI. CONCLUSIONES Por una metafísica de la vida: contra el posthumanismo y el nuevo materialismo…………………………………………………………………………..….124 Por un posthumanismo intempestivo……………………………………………………..126 ¿Cómo? ¿Todo es sólo… humano, demasiado humano?..........................128 Heidegger revisitado…………………………………………………………………….132 Nuevo materialismo o ¿cómo articular ser y proceso?.........................................134 El Universo como plano de inmanencia……………………….…………………136 Relacionalidad radical, ¡sí! Pero, ¿cómo operan las relaciones?............140 Consideraciones finales……………………….………………………………………………..143 VII. BIBLIOGRAFÍA……………………………..……………………………………………………….146 VIII. ANEXOS (otras publicaciones)……………..…….…………………………………………159 De objetos y extituciones: nuevos operadores de lo social…………………...….160 La universidad y la producción de conocimiento: del círculo hermenéutico al círculo perverso…………………………………………………………..180 5 I. VIDA Y CONTEMPORANEIDAD: una introducción La vida es un tópico de gran relevancia en nuestra contemporaneidad. El creciente interés por temáticas relacionadas con la bio-‐seguridad, la bio-‐ tecnología, el bio-‐terrorismo o la bio-‐ética, por parte de disciplinas tan diversas como la economía, la medicina, la ingeniería o la filosofía dan cuenta de este importante fenómeno (Dobson, Barker y Taylor, 2013). En los albores del siglo XXI, nuestras sociedades prestan una atención creciente a temáticas referidas al cuidado y preservación de la bio-‐diversidad, así como a la adquisición de una consciencia cada vez más aguda respecto a nuestros circuitos bio-‐económicos y las externalidades que se desprenden del uso y abuso del bio-‐capital. De esta manera, no sorprende constatar el auge actual de los productos bio-‐degradables, las emergentes alternativas de arquitectura bio-‐sustentable, así como la proliferación de términos como bio-‐masa o bio-‐carburantes que se vuelven cada vez más familiares en los circuitos industriales. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de “bio”? ¿Existe, dentro de esta amplia y variada gama de vectores, una suerte de denominador común que permita dar cuenta de este importante fenómeno? Esta pregunta, directa o indirectamente, parece latir de forma silenciosa en muchos de nuestros más importantes debates actuales. La vida, en este sentido, ha desbordado los márgenes de la biología en tanto que disciplina científica, constituyéndose en el horizonte o ruido de fondo a partir del cual se articulan nuevas técnicas, ideas y procedimientos al interior de la filosofía y las ciencias sociales. Una verdadera revolución copernicana en que la materia viva se 6 vuelve un potente centro gravitatorio en torno al cual orbitan nuevas formas de vida y nuevas formas de pensamiento. Pero, evidentemente, las consecuencias de este importante cambio de coordenadas dista de ser un proceso unilateral en que sólo la vida impacta sobre nuestras prácticas y procedimientos. Antes bien, nuestro entendimiento y comprensión de la vida misma se ve modificado y reconceptualizado. Y, analizar dicha reconceptualización, es el objetivo primordial del presente trabajo. Como resulta evidente, emprender esta titánica y ambiciosa labor, de una forma general, sistemática y exhaustiva, se constituye en un objetivo imposible y condenado al fracaso. Por este motivo, nos centraremos principalmente en dos dimensiones: a) los estudios sobre epidemiología y bioseguridad en las ciencias sociales; y b) los debates sobre el posthumanismo que actualmente se despliegan en el campo de la filosofía. En ellos, como podremos apreciar, la vida juega explícitamente un rol fundamental y protagónico, razón por la cual se constituyen en campos privilegiados para analizar este fenómeno. Sin embargo, antes de entrar de lleno en nuestro itinerario, realizaremos un breve recorrido que nos permita contextualizar la emergencia de los debates en torno a las epidemias y lo posthumano que desarrollaremos posteriormente como eje vertebral de nuestro trabajo. Reconceptualizando la vida en ciencias sociales Desde los trabajos seminales de Michel Foucault en el Collège de France durante la década de 1970, los conceptos de “biopolítica” y “biopoder” no han dejado de crecer e influenciar en múltiples y variadas disciplinas al interior de las ciencias sociales1. En este sentido, comprender el ejercicio de gobierno como 1 Si bien la “biopolítica”, como concepto, surge con anterioridad a las investigaciones de Foucault, resulta indudable que su influencia juega un papel determinante y decidor. El primero en emplear el término, en este sentido, fue el sueco Rudolph Kjellen, el cual también acuñó el concepto de “geopolítica”. Como menciona Espósito (2006), con anterioridad a los planteamientos de Foucault se pueden identificar al menos tres bloques diferenciados y sucesivos en el tiempo caracterizados respectivamente por un enfoque de tipo organicista, antropológico y naturalista. Al primero pueden vincularse un serie de ensayos de la década del veinte -‐principalmente alemanes y entre los que podríamos incluir los planteamientos de Rudolph Kjellen-‐ que comparten una concepción claramente vitalista del Estado. En segundo, los desarrollados en Francia en la década del sesenta, profundamente marcados por el contexto histórico de la derrota epocal de la biocracia nazi, y con una consciente necesidad de reformulación semántica del organicismo anterior mediante un atemperado desarrollo neohumanista. Por último, podemos mencionar los estudios biopolíticos surgidos en el mundo 7 una gestión activa de las poblaciones centrada en cuestiones tales como la salud, la natalidad o la higiene, marcó un cambio significativo en relación a la lógica del encierro y el castigo que caracterizaba a las sociedades disciplinares europeas antes del advenimiento y consolidación del Estado-‐nación moderno. La vida, en este sentido, deja de ser considerada como un dato natural, inmóvil e incuestionable, para pasar a convertirse en parte constitutiva de las luchas políticas y sociales. Dicho en otras palabras: la vida deje de tener un estatuto ontológico propio y diferenciado (que, de una u otra manera, le conferían las visiones vitalistas del siglo XVIII y XIX), para pasar a formar parte indisociable de sus condiciones históricas de emergencia. A esta imbricación irrenunciable, por tanto, obedece la utilización del neologismo “biopolítica”. Si bien esta lección se popularizó con enorme rapidez (especialmente, en lo concerniente a la reconceptualización de la antiguas teorías del poder), en el caso del entendimiento específico de la vida asistimos a un proceso con cierto efecto retardado. Esto, en modo alguno, sugiere la inexistencia de enfoques que, directamente, se propusiesen alcanzar durante este periodo una remozada conceptualización de la vida2, sino, antes bien, destacar el menor peso relativo e influencia que la vida ejerció en las ciencias sociales en comparación con las temáticas referidas a las cuestiones del poder. En otros términos: la irrupción del biopoder en la escena intelectual no sólo implicó una ruptura con las ideas antiguas que conceptualizaban al poder de una forma restrictiva y negativa, sino que propiciaron una re-‐elaboración directa e inmediata de nuevas formas de concebir las dinámicas de poder como un tema por derecho propio y en sí mismo. En el caso de la vida, por el contrario, no es sino durante la última década en que se desata un verdadero auge del vitalismo en los campos de la filosofía y la sociología (Caygill, 2007; Fraser, Kember and Lury, 2006; Mullarkey, 2007; Olma and Koukouzelis, 2007; Parisi, 2007; Vázquez García, 2015a, 2015b). El denominado “nuevo vitalismo”, en este sentido, puede ser entendido como la anglosajón a partir de la década del setenta, y cuyo inicio oficial puede fijarse en 1973, año en que la International Political Science Association inauguró oficialmente un espacio de investigación sobre biología y política. 2 Por ejemplo, se puede mencionar la filosofía de la vida del pensador alemán Hans Jonas (1966) o la propuesta de una epistemología de lo vivo realizada por los neurobiólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela (1994). 8 reacción tardía de las ciencias sociales ante la emergencia omnipresente que ostenta la vida en nuestras sociedades globales. Ya no existe, como antaño, un cierto temor, precaución y/o recelo de apuntar directamente a un ámbito que, en primera instancia, parece ir más allá de los márgenes propios de las ciencias sociales (es decir: la vida en tanto que dominio de la biología). Ya no se trata, por tanto, de asumir simplemente que la vida entra de forma activa, indisociable y directa en los circuitos del poder y la política, sino de emprender de frente la labor de re-‐conceptualizar la vida (sin olvidar el bagaje y conocimiento aportado por las ciencias biológicas, evidentemente, pero sin restringirse automáticamente a los métodos que a ella le otorgan una coherencia interna). En el caso de los estudios sociales sobre epidemiología, si bien no se despliega directa y explícitamente dicho objetivo, no deja de ser cierto que el entendimiento convencional de lo vivo se pone de forma radical en entredicho. La vida se convierte en un flujo global, molecular y con motilidad. Un flujo veloz que se despliega en diferentes escalas (local, regional, nacional, global), y en diferentes dimensiones (económico, sanitario, político, militar), desdibujando las fronteras clásicas a través de las cuales se define la propia vida y el funcionamiento del campo social. De hecho, como argumentaremos luego, este nuevo estatuto de lo vivo no solo influye en las relaciones establecidas entre poder y vida, sino también, y de forma prioritaria, entre ciencia y política. Reconceptualizando la vida en filosofía Como mencionamos anteriormente, hoy en día asistimos a un verdadero auge y renacimiento de enfoques vitalistas. El caso más representativo, en este sentido, es el denominado “nuevo vitalismo”. Este, a diferencia del vitalismo propio de los siglos XVIII y XIX (yendo del pensamiento de Xavier Bichat a Henry Bergson), se aleja de visiones trascendentes que conceptualizan a lo vivo a partir de andamiajes teóricos anclados a la idea de ontologías fijas. Ya no se trata, por tanto, de la existencia de una fuerza vital a la base de todo organismo vivo (que lo diferencia, de paso, de forma tajante respecto a lo inorgánico). Antes bien, este nuevo vitalismo reivindica las condiciones históricas de emergencia, abrazando la lógica de las ontologías variables. Como plantean diversos autores (Barad, 2003; Greco, 2005; Lemke, 2014) las teorías filosóficas actuales referentes a la 9
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