ebook img

La política cultural de las emociones PDF

361 Pages·2017·9.511 MB·Spanish
by  AhmedSara
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview La política cultural de las emociones

Lap olítciuclat udrea l laesm ociones SaraAhmed Traducción de Cecilia Olivares Mansuy Universidad Nacional Autónoma de México Programa Universitario de Estudios de Género México, 2015 Títuloor iginTahle :C ultural Politics of Emotion, 2• ediciópnu,b licaedno i nglépso r EdinburUgnhi versPirteys 2s0,14 . © 2004, SarAah med Traduccyi róenv isiCóenc:i lOilai varMeasn suy Capítu6:l Jou liCao nstantRienyoe s EpílogPoe:d rEon riqAurem endares Revisitóénc nico-concMeaprtíuAaan lt:o nieRtosaa Rsod ríguez Primeerdai ci2ó004n:, EdinburUgnhi versPirteys s Segundead ici2ó0n1:4, EdinburUgnhi versPirteys s Primeread icieónne spañosle:p tiemdber2 e0 15, ProgramUan iversitdaerE isot udidoes Género D.R.© UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO PROGRAMA UNIVERSITARIO DE ESTUDIOS DE GÉNERO Torr11e d eH umanidad7e° sp,is oC,i cuiItnot erior CiudaUdn iversit04a5r1i0,a M,é xicoD,. F. ISBN9:7 8-607-02-7055-0 D.R.D erechroess ervacdoonsfo rmae Jal eyP.r ohibiJdara e producctioótnaol p arcipaolr cualqumieedri soi nl aa utorizaecsicórnid tealt itudleaJ ro sd erechpoast rimoniales. Impresyo h echeon M éxico. ,,,. Indice Agradecimientos ................................................................................. 7 Prólogo. Helena López González de Orduña ..................................... 9 Introducción: Sentir el propio camino .. .. . . .. . . .. .. . . . . . . . . . . . .. . . . .. . . .. . . .. . .. . .. . . 19 l. La contingednecdlio al o..r... ..................................................... 47 2. La organizacidóenol d i.o... ........................................................ 77 3. La polítaifceac tdievmlai ed.o.. ............................................... 105 4. La performativdeil dara edp ugna.n...c...i...a... ......................... 133 5. Vergüeannzat leo ost ro..s... ..................................................... 161 6. Enn ombrdee alm or.. . . .. . . . .. . . .. . .. . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . .. . . . .. . . .. . .. . . .. . . 191 7. Sentimieqnuteoe.s.r.. . ............................................................. 221 8. Vínculfoesm ini.s...t...a...s... ..................................................... 255 Concluseimóonc:i ojnuesst ..a...s... .............................................. 287 Epílo.g...o... ................................................................................. 305 Bibliografía ................................................................................... 349 Agradecimientos Escribí este libro mientras era co directora y después directora del lnstitute for Women's Studies de la Universidad de Lancaster en­ tre 2000 y 2003. Agradezco a todos los colegas y estudiantes en Lancaster que me ayudaron a mantenerme motivada durante una época desafiante, especialmente a Jackie Stacey (que compartió la dirección conmigo durante dos años e hiw mucho más que aligerar la carga de trabajo); Rosemary Betterton; Claudia Castañeda; Ali­ son Easton; Anne-Marie Fortier; Gerry Harris; Maureen McNeil; Lynne Pearce; Celia Roberts; Mimi Sheller; Vicky Singleton; Elaine Swan e lmogen Tyler. Agradezco a Lauren Berlant, cuyas visitas a Lancaster generaron muchos debates acerca de "los sentimientos en público", de los que me beneficie enormemente. Gracias a Ja­ net Hartley y Sandra lrving por su apoyo constante y jovial. Mi apreciación para Yuko Ogawo, que me ayudo mucho en la prepa­ ración del manuscrito final, y a Sarah Franklin, Nicole Vittelone y Mimi Sheller, quienes me ofrecieron sugerencias realmente útiles para el primer borrador. Agradezco a Jackie Jones su excelente asesoría editorial a lo largo de todo el trabajo y su paciencia duran­ te la parte final del proyecto. Y mi aprecio a Martha Elisa Bojór­ quez por el permiso para utilizar su hermosa pieza de arte para la portada. Tuve la suerte de realizar la edición del libro durante un año sabático en Australia. Agradezco al Arts and Humanities Research 7 La política cultural de las emociones Board, que financió esta licencia. Estoy muy agradecida con Elspeth Probyn y el personal y estudiantes del Departamento de Estudios de Género de la Universidad de Sydney, por haberme proporcio­ nado un entorno tan estimulante para trabajar. Gracias a mi fami­ lia, por estar cerca durante este último año y por estar vivos bajo el sol. Un agradecimiento especial a Sarah Franklin e lmogen Tyler por ayudarme a cambiar de dirección más de una vez. Las versiones anteriores de los capítulos han aparecido como se detalla a continuación. Agradezco a las casas editoras el permiso para publicarlos nuevamente aquí: 2001, "The Organisation ofHa­ te", en Law anti Critique 13 (3): 345-65, con el amable permiso de Kluwer Academic Publishers; 2202, "Contingency of Pain" en Parallax 8 (1): 17-34 (http:// .tandfco.uk/journalsroutledge/ www 13534645.html); 2003, "The Politics of Fear in the Making of Worlds", en lnternational ]ournal of Qualitative Studies in Edu­ cation 16 (3): 377-98 (http.// .tandf.co.uk); 2003, "Feminist www Futures" in M. Eagleton (ed.), The Concise Companion to Feminist Theory, Blackwell. El permiso para citar de Bringing them Home fue otorgado por la Human Rights and Equal Opportunity Commi­ ssion de Australia. Agradecimientos para la segunda edición Agradezco a Jackie Jones por su sugerencia para publicar una segunda edición de este libro, y su apoyo posterior, y al equipo editorial de Edinburgh University Press por su colaboración y efi­ ciencia. Mi aprecio para las personas con las que he conversado sobre afecto y emoción en la última década, incluyendo a Lauren Berlant, Lisa Blackman, Kristyn Gorton, Sneja Gunew, Jin Hari­ taworn, Carolyn Pedwell, Elspeth Probyn, Divya Tolia-Kelly e Imo­ gen Tyler. Gracias a mis colegas, ya no tan nuevas, de Goldsmith por crear un espacio de trabajo tan amigable y vivaz; y a quienes me ayudaron a establecer nuestro nuevo Centro de Investigación Feminista, especialmente a Sarah Kember, Angela McRobbie, Be­ verley Skeggs y Natalie Fenton. Y un agradecimiento sentido a Sa­ rah Franklin por viajar junto conmigo en esta travesía intelectual. 8 Prólogo El giro emocional La traducción de La política cultural de las emociones de Sara Ahmed, publicado originalmente en inglés en 2004 y reeditado en 2014 con un epílogo de la autora, pone a disposición de las lectoras en español uno de los libros más influyentes de lo que se ha llamado "el giro emocional" en las Ciencias Sociales y las Humanidades. Además, supone una oportunidad para pensar en el trabajo que en Latinoamérica ya se está haciendo desde los Estudios de las Emociones. Pienso particularmente en investigaciones que al to­ 1 marse muy en serio la noción de cuerpo para el análisis de situacio­ nes locales en el continente latinoamericario operan no tanto por mímesis de los paradigmas metropolitanos sino por lo que Boa­ ventura de Sousa Santos denomina "una hermenéutica diatópica [ . ], un trabajo de interpretación entre dos o más culturas con el . . objetivo de identificar preocupaciones isomórficas entre ellas y las diferentes respuestas que proporcionan" (2009: 137). Porque no se 1 Sin ánimo de ser exhaustiva referencia a continuación diferentes trabajos elaborados desde instituciones de educación superior en Latinoamérica, que en varios casos he co­ nocido a través del seminario de investigación sobre Sociología de las Emociones que coordina Marina Ariza en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM: Calde­ rón 2012; Figari y Scribano 2009; Grosso y Boito 201 O; Jimeno 2004; Mercadillo 2012; Reidl 2005. 9 La política cultural de las emociones trata de importar acríticamente todo el conocimientro generado en los centros de poder epistémico de Europa y los EEUU. Pero tampoco de creer ingenuamente en una especie de adanismo in­ contaminado de todo lo producido en el Norte. Más bien, y como demuestran trabajos como Tejidos que lleva el alma. Memorias de las mujeres mayas sobrevivientes de violación sexual durante el con­ flicto armadu2 o Alas y raíces. Afectividad de las mujeres mayas. Rik'in ruxik'y ruxe'il Ronojel kajowab'al ri mayab' taq ixoqi', de Emma Chi­ rix, el reto consiste en construir modelos teórico-metodológicos y vocabularios analíticos inspirados por un gesto de decolonización respecto del universalismo euro/anglocéntrico que, a la vez, no desconozca lo rescatable de estos aportes. Que los dos trabajos que acabo de mencionar, como ejemplos críticos de la "hybris del punto cero" que caracteriza a la colonialidad del saber (Castro­ Gómez 2005), se sitúen en el cruce entre emociones, feminismo y decolonialidad creo que no es un accidente. Regresaré muy pronto sobre esto. El creciente interés, desde los años ochenta del siglo pasado, por atender a los aspectos emocionales de la vida social responde a la confluencia de distintos factores. En la introducción a Emotions. A Social Science Reader, Monica Greco y Paul Stenner explican este fenómeno multideterminado de acuerdo a la actual preeminencia de regímenes de sentimentalidad en ámbitos tan diferentes, y en ocasiones con agendas antagónicas,3 como la justicia, los medios de comunicación, la política, los negocios, la educación o el sistema de salud (2008: 2-5). En este dima emocional de las sociedades glo­ balizadas hay que situar, a su vez, una importante discusión epis­ temológica alrededor de algunos de los impasses del impacto que el pensamiento postestructuralista ha tenido en nuestras {inter) disciplinas. Los a estas alturas célebres lemas "no hay fuera-del­ texto" (Derrida 1986: 202) o "la experiencia es un evento lingüísti­ co" (Scott 2001: 66) hace décadas que informan, y creo que por muy 2 Amandine Fulchirone figura como investigadora principal en colaboración con un equipo interdisciplinar en el marco del Consorcio Acroras de Cambio. 3 Piénsese, por ejemplo, en los principios progresistas de formas de justicia restaurativa frente a las motivaciones económicas que explican la emocionalización de las estrategias de márketing. 10 Prólogo buenas razones, varias de las líneas de investigación dominantes en las Ciencias Sociales y las Humanidades. Ahora, que la realidad social sea el efecto de tecnologías y dispositivos discursivos no sig­ nifica que otros elementos no estén en juego en sus ocasiones de materialización. Las emociones, como uno de estos elementos ar­ ticuladores, han comenzado así a ser atendidas desde distintas disciplinas, como la Antropología, la Sociología, la Comunicación o los Estudios Literarios, en términos de lo que Michelle Rosaldo llama "embodied thought" (1984: 143) y con resultados diferen­ tes a los generados históricamente por la Psicología. Creo que merece la pena señalar, como de hecho Sara Ahmed indica en el capítulo titulado "Vínculos feministas", cómo la recuperación de lo emocional pone en jaque la tradición epistemológica cartesiana que entroniza la razón a expensas del cuerpo. Una circunstancia que, como la genealogía del feminismo se ha encargado de subrayar, responde a una lógica de género (y sin duda también colonial) que denigra lo femenino y subalterniza a todo el repertorio de sus ré­ plicas simbólicas (Hemmings 2012; López 2014). Que sabemos cuando sentimos y que este conocimiento está inducido por es­ tructuras sociales es, hay que recordarlo, una de las reivindicacio­ nes del feminismo de los años setenta contenida en el ya célebre lema: "lo personal es político". "El giro emocional", por lo tanto, plantea retos teóricos, meto­ dológicos y también, como se evidencia en La política cultural de las emociones a lo largo de sus páginas, retos éticos y políticos. En lo que se refiere a los desafíos teóricos creo que es importante enten­ der que la vindicación de las emociones como horizonte de análi­ sis no implica la cancelación de los regímenes discursivos. Al contra­ rio. Quienes trabajan en cuestiones irreductibles a la cualidad textual de lo social afirman el complejo ensamblaje de una amplia constelación de elementos y, por lo tanto, proponen una forma renovada de constructivismo que excede a su dimensión exclusiva­ mente discursiva sin por ello desestimarla. Otra cuestión que me­ rece la pena apuntar en el marco de la actual discusión movilizada por "el giro emocional" tiene que ver con la productividad (o no) de establecer un corte conceptual entre emociones y afectos. Para quienes esta distinción sí es productiva las emociones conformarían 11 La política cultural de las emociones un sistema comunicativo integrado por elementos expresivos, fi­ siológicos, conductuales y cognitivos construido culturalmente (Greco y Stenner 2008: 7). En su construcción, por lo tanto, ha­ bría que tomar en cuenta la intersección de múltiples variables so­ ciales (género, sexualidad, raza, clase, etc) y condiciones espacio­ temporales que explican la gran diferencia sincrónica y diacrónica de experiencias de, por ejemplo, miedo o alegría. Mientras que la afectividad implicaría un sistema comunicativo con una inscrip­ ción cultural mucho más difusa que Brian Massumi define, hacién­ dose eco de las filosofías del devenir en Spinoza y Deleuze, como una intensificación del cuerpo (Massumi 2011). Sin embargo, esta autonomía semiótica del afecto es criticada por quienes, como la propia Sara Ahmed, entienden en esta separación analítica entre emociones y afectividad una reinstalación de la falacia opositiva cultura/naturaleza que ignora el carácter sobredeterminado de los procesos corporales (Hemmings 2005).4 Emocionalidad textual y feminismo El estudio de las emociones puede abordarse desde perspectivas macro y micro sujetas, además, a premisas teórico-metodológi­ cas muy variadas. Creo que la filiación disciplinar de las investiga­ doras -y esto a pesar del impulso interdisciplinar de muchos de los trabajos diseñados desde un enfoque emocional/afectivo­ impacta definitivamente en sus herramientas conceptuales y mé­ todos de análisis. Por esta razón no deja de sorprender que Sara Ahmed, a pesar de su formación como socióloga, prescinda de técnicas de investigación recurrentes en su disciplina de origen (no­ tablemente el estudio empírico basado en procedimientos etnográ­ ficos) para acercarse a otras que, como el close reading, son más propias de las Humanidades. Los resultados de esta extravagancia, al menos en mi opinión, no podrían ser más estimulantes para una imaginación interdisciplinar que combina la mirada sociológica 4 Para invescigaciones compromecidas con una noción de afecco diference de la de emo­ ción véase Callard y Papoulias 2010; Navaro-Yashin 2002; Scewarc 2007; Thrifc 2008. 12

See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.