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La orfebrería en el México precortesiano PDF

175 Pages·1946·13.61 MB·Spanish
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ACTA ANTHROPOLOGICA II : z CARLOS H. AGUILAR P. L A O R F E B R E R I A EN EL M E X I C O P R E C O R T E S I A N O México, D. F. Diciembre 1946 ACTA ANTHROPOLOGICA Publicada por la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Moneda 13 México D. F. COMITE EDITORIAL Director: Gerente: Fernando Jordán Javier Romero Secretario: Chita de la Calle Prosecretario: Arturo Romano asesores : Artístico: Traductor: Khaled Mujaes Anne Chapman consejeros : Alfredo Barrera Vázquez Ralph Steele Boggs Alfonso Caso Wigberto Jiménez Moreno Paul Kirchhoff Pablo Martínez del Río Daniel F. Rubín de la Borbolla Envíos y correspondencia deberán ser dirigidos al gerente Javier Romero, Moneda 13, México, D. F. ACTA ANTHROPOLOGICA II : 2 LA ORFEBRERIA EN EL MEXICO PRECORTESIANO Huehueteotl o dios viejo. Espléndida muestra del adelanto logrado, tanto técnica como artísticamente, en la orfebrería precortesiana de México. Objeto de oro, procedente de Coixtlahuaca, Oax., que se exhibe en el Museo de la ciudad de Oaxaca (véanse págs. 38 y 58). CARLOS H. AGUILAR P. LA ORFEBRERIA EN EL M EXICO PRECORTESIANO México, D. F. Diciembre 1946 INTRODUCCION Los descubrimientos arqueológicos de los últimos años han apor­ tado un enorme caudal de conocimientos sobre las antiguas culturas de México. Las exploraciones de entierros y tumbas realizadas en los Estados de Michoacán y Oaxaca, con apego a los métodos modernos de in­ vestigación arqueológica, han producido verdaderos tesoros que constituyen una demostración contundente del alto nivel cultural y el gran desarrollo tecnológico logrado por los habitantes prehis­ pánicos de estas regiones. El presente trabajo, escrito con premura, es apenas un esbozo del estudio de ese rico material. Tanto las fuentes históricas, como dicho material arqueológico tan valioso, no han sido bien estudiados, particularmente en lo que se refiere al aspecto tecnológico. Las investigaciones de esta clase re­ quieren un trato directo con los objetos y sólo en casos excepciona­ les es posible lograrlo. El análisis de muchas piezas de nuestras co­ lecciones resolvería en definitiva muchos de los problemas básicos de este aspecto de la cultura. Esperamos que quienes desde este punto de vista tengan la posibilidad de estudiar el material existente, puedan hacerlo en un futuro muy próximo, ya que de esa manera muchos puntos básicos de este estudio quedarán debidamente acla­ rados. Expreso mis agradecimientos al Dr. Paul Kircbboff, a los ar­ queólogos Eulalia Guzmán, Juan Valenzuela y Salvador Mateos, quienes me han ayudado con datos muy interesantes y en esa forma han contribuido a la realización de este pequeño trabajo. México, D. F., agosto de 1946. C H. A P. arlos guilar P P rimera arte LOS MATERIALES DE INVESTIGACION C i apítulo LAS FUENTES Referencias escritas.—De dos clases son las fuentes escritas a que nos hemos de referir en el curso de este trabajo: las que tratan de los objetos de metal u objetos con adornos del mismo material, y las que más bien se refieren a los procedimientos empleados en su fa­ bricación. Las primeras corresponden a citas o inventarios de los rescates realizados entre los conquistadores y los indígenas, o de los obtenidos por la fuerza durante la Conquista. Las primeras referencias, respecto a México, se deben a Bernal Díaz del Castillo, compañero de Francisco Hernández de Córdoba, que se relacionan con el descubrimiento de Yucatán, ocurrido en el año de 1517. En ellas se mencionan unas "patenillas de medio oro y lo más de cobre y unos pinjantes y tres diademas y otras pie- cezuelas de pescadillos y ánades de la tierra; y todo de oro bajo”,1 objetos obtenidos en el cabo Catoche, es decir, en el antiguo terri­ torio de los indios mayas. Las referencias posteriores corresponden a la expedición de Juan de Grijalva, sobrino de Velázquez y a la sazón gobernador de la is­ la de Cuba, quien le encarga la continuación de los descubrimientos emprendidos por Hernández de Córdoba. Grijalva llega a la costa de la península de Yucatán y, bordean­ do la costa del Golfo, avanza hasta un punto situado entre los ac­ tuales puertos de Tampico y Veracruz. En el transcurso de este viaje logra realizar varios rescates con los indios de estas costas, de los que encontramos referencias, por ejemplo, en Bernal Díaz del Castillo, testigo presencial de la expedición. CARLOS H. AGUILAR P. IO Bernal Díaz nos dice que a un lado del río que hoy se llama Grijalva, en honor del capitán (Río que desemboca en la costa del actual Estado de Tabasco), los indios "presentaron ciertas joyas de oro que fueron unas como diademas y ciertas joyas como hechura de ánades, como los de Castilla, y otras joyas como lagartijas, y tres collares de cuentas vaciadizas y otras cosas de oro de poco va­ lor5’.2 En otro documento se habla de una máscara de madera do­ rada y dos piezas como discos de oro bajo, hablando también de que en cierto sitio obtuvieron una máscara de oro.3 Bernal Díaz in­ dica que en otro lugar (río Tonalá) "traían . . . todos los más indios de aquellas provincias unas hachas de cobre muy lucias, co­ mo por gentileza y a manera de galanía, con unos cabos de palo pintados55 4 que fueron rescatados en gran cantidad y que creían eran de oro bajo. Se dice, además, que cerca de la isla de Sacrificios los indios les llevaron oro en barras, máscaras y cuentas, así como piedras de diversos colores.5 Es casi seguro que de regreso a Cuba, Grijalva haya redactado un informe oficial sobre los objetos obtenidos. Saville 6 cree que fue éste el que utilizara en su obra Gonzalo Fernández de Oviedo y V ildés en el capítulo que trata de la expedición de Grijalva (véase af éndice i ). Es muy posible que Velázquez, gobernador de Cuba, haya he­ cho otro inventario de estos objetos al remitirlos al rey de España. Saville piensa que éste haya sido el inventario utilizado por López de Gomara (véase apéndice 2). La tercera expedición, en 1519, estuvo a cargo de Hernán Cor­ tés, quien tenía instrucciones de Velázquez para establecer pobla­ ciones permanentes en los nuevos territorios descubiertos. Sabedores los indios de la sed de oro de los conquistadores, tra­ taron de alejarlos de sus territorios, enviándoles con ese fin ricos presentes. Moctezuma, por medio del gobernador de Cuetlaxtla (la actual Cotaztla), provincia sujeta a la autoridad azteca, envió un rico regalo de objetos preciosos. Reunidas todas las joyas se remitieron al rey desde la recién fundada villa de Veracruz, con dos de los procuradores de su ayun­ tamiento, que fueron don Francisco de Montejo y don Alonso Fer­ nández de Portocarrero. En este estudio incluimos la memoria del envío de estas joyas, tomada de las Cartas de Relación de la Con­ quista de América7 (véase apéndice 6). Esta misma relación fue

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