Description:Wen Patrick salió del edificio y una nutrida salva de aplausos acogió su presencia. Los dos hombres irreprochablemente vestidos que estaban en la acera iban acompañados por doce señoras igualmente vestidas con el mayor esmero. Dos de esas señoras llevaban grandes ramos de flores, que ofrecieron gentilmente a Wen. Al fondo, al otro lado de la calle, una pequeña orquesta, compuesta por seis hombres empezó a entonar un viejo himno llamado «Dios salve a nuestra querida América». Wen se adelantó y estrechó las manos de los doce hombres, puestos en fila como durante un homenaje. Luego besó las manos de las doce damas, que le sonrieron como si estuvieran en el más brillante acontecimiento social de Nueva York.