Virginia Woolf encontró la clave para que vida y literatura fluyan en la
página con pareja intensidad. La materia puede ser una carta a un joven poeta,
la memoria personal e histórica del imprevisible Henry James, las primeras
mujeres profesionales o el relato desnudo, donde la autora ejecuta una nota de
elegancia elegíaca por la muerte de una polilla. En cada caso, Virginia Woolf
revela que es sin duda uno de los genios más admirables y amistosos de la
literatura universal.
La percepción recupera el valor intrínseco de la anécdota; una irreverencia
fecunda proporciona desde el vamos el método riguroso e intransferible de la
argumentación o el análisis. Recopilado poco después de la muerte de la
escritora por el marido, Leonard Woolf, para darle continuidad a la variada
sutileza de Un cuarto propio y El lector común, _La muerte de la polilla y
otros ensayos_ contiene el fuego indestructible de la autora de Orlando y
Las olas, un elemento que cada uno reservará para sí mismo como un obsequio
personal.