SECCI6N DE 0BRAS DE SOCIOLOGfA LA MODERNIDAD DESBORDADA Traducci6n de GUSTAVO REMEDI ARJUN APPADURAI LA MODERNIDAD DESBORDADA Dimensiones culturales de la globalizaci6n Ediciones TRILCE FONDO DE CULTURA ECON6MICA Primera edici6n en ingles, 1996 Primera edici6n en espafio}f'Z~ \ -~;; ""'-----.,.~--- Titulo original: Modernity at large Derechos cedidos por University of Minnesota Press, Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos de America © 1996 by the Regents of the University of Minnesota © 2001, Ediciones Trike S.A., para esta edici6n. Durazno 1888; 11300 Montevideo, Uruguay e-mail-trilce@adinet. com. uy FONDO DE CULTURA ECONOMICA DE ARGENTINA, S.A., El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina e-mail-fondo @jce. com. ar Av. Picacho Ajusco 227; 14200 Mexico D.F. ISBN: 950-557-406-1 Fotocopiar libros esta. penado por Ia ley. Prohibida su reproducci6n total o parcial por cualquier medio de impresi6n o digital, en forma identica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma, sin autorizaci6n expresa de Ia editorial. lMPRESO EN ARGENTINA-PRINTED IN ARGENTINA Hecho el deposito que previene Ia ley 11.723 A mi hijo ALOK, mi Lugar en el mundo. AGRADECIMIENTOS Este libra fue escrito a lo largo de un periodo de seis afios, tiempo durante el cual me he beneficiado con el contacto con muchas personas e instituciones. La idea dellibro surgi6 en el bienio 1989-1990, mientras usufructuaba una beca de !a Fundaci6n MacArthur en el Instituto de Esrudios Avanzados de !a Universidad de Princeton. Algunos cap!tulos fueron escritos miemras esruve como codirector del Centro de Estudios Culturales Transnaciona les de !a Universidad de Pensilvania. Lo termine en Ia Universidad de Chicago, Iugar don de pude disfrutar y aprovechar de un amplisimo espectro de conversaciones interdisciplina rias en el Instituto de Humanidades de Chicago, y donde pude beneficiarme de Ia energia y el entusiasmo que gener6 -y que rodeO-a! Proyecto Globalizaci6n. Tambien en Chicago, durante ese mismo pedodo, una serie de intercambios y debates que tuvieron Iugar en el Centro de Estudios T ransculturales (y anteriormente en el Centro de Estudios Psico-Sociales) me aportaron una perspectiva nacional e intefnacional invalorable. Las siguiemes personas han contribuido con cdticas y sugerencias de mucho valor respecto a las diferentes partes y versiones de los distintos capitulos que conforman este li bra: Lila Abu-Lughod, Shahid Amin, Tala! Asad, Fredrik Barth, Sanjiv Baruah, Lauren Berlant, John Brewer, Partha Chatterjee, Fernando Coronil, Valentine Daniel, Micaela di Leonardo, Nicholas Dirks, Virginia Dominguez, Richard Fardon, Michael Fischer, Richard Fox, Sandria Freitag, Susan Gal, Clifford Geertz, Peter Geschiere, Michael Geyer, Akhil Gupta, Michael Hanchard, Miriam Hansen, Marilyn Ivy, Orvar Lofgren, David Ludden, John MacAloon, Achille Mbembe, Ashis Nandy, Gyanendra Pandey, Peter Pels, Roy Por ter, Moishe Postone, Paul Rabinow, Bruce Robbins, Roger Rouse, Marshall Sahlins, Lee Schelsinger, Terry Smith, Stanley J. Tambiah, Charles Taylor, Michel-Rolph Trouillot, Greg Urban, Ashutosh Varshney, Toby Volkman, Myron Weiner y Geoffrey White. Pido mis disculpas a todos aquellos que, inadvertidamente, pude no haber mencionado. Algunas personas merecen una menci6n especial por su apoyo mas general y genera so. Mi maestro, amigo y colega BernardS. Cohn me inici6, en 1970, en una travesia por Ia antropologia y Ia historia, y fue de alii en adelante una inagotable fuente de ideas, amis tad y realismo critico. Nancy Farriss siempre me mantuvo alerra de los peligros y desafios de !a comparaci6n hist6rica y de los significados de !a fidelidad a los archivos. Ulf Han nerz ha sido mi compafiero de ruta en los estudios de los asuntos globales desde 1984, cuando compartimos un afio en el Centro de Estudios Avanzados en las Ciencias del Comportamiemo (Palo Alto, California). Peter van der Veer, tanto en Filadelfia como en Amsterdam, siempre ha sido una fuente de amistad, ingenio y discusi6n a fondo. John y Jean Comaroff, tanto a traves de sus investigaciones y trabajos escritos como mediante su estimulame presencia en el Departamento de Antropologia de !a Universidad de Chicago, contri-buyeron de muchas maneras a moldear este libro. Sherry Ortner alent6 y respald6 9 10 LA MODERNIDAD DESBORDADA este proyecto desde el principio y fue quien aporr6 una de las dos cuidadosisimas lecruras del manuscrito a publicar por !a Editorial de Ia Universidad de Minnesota. Tambien que rria dejar expresado mi agradecimienro a! segundo -y anonimo- lector. Dilip Gaonkar y Benjamin Lee (coeditores de !a serie Mundos Pub!icos que inaugura este libra) han sido amigos, colegas e interlocutores de muchas mas formas de las que yo podria mencionar aqui para salir del paso. Homi Bhabha, Jacqueline Bhabha, Dipesh Chakrabarty, Steven Collins, Prasenjit Duara y Sheldon Pollock me aportaron una comunidad de ideas que, si bien en formacion, me ayudaron a complerar este libra y a imaginar muchos fururos. Lisa Freeman, directora de Ia Editorial de Ia Universidad de Minnesota, y Janaki Bakhle (inregrante de dicha editorial hasta hace poco) me acompafiaron de cerca, combi nando paciencia y estimulos, criticas, sugerencias y oficio editorial. Muchos estudianres, tanto en !a Universidad de Pensilvania como en Ia Universidad de Chicago, tambien han sido una invalorable fuenre de inspiracion y energia. Quisiera hacer una menci6n especial a aquellos cuyo trabajo y aportes han enriquecido las ideas y planteos de este libra: Brian Axel, William Bissell, Caroline Cleaves, Nicholas De Genova, Victoria Farmer, Gauram Ghosh, Manu Goswami, Mark Liechty, Anne Lorimer, Cairrin Lynch, Jacqui McGibbon, Vyjayanthi Rao, Frank Romagosa, Philip Scher, Awadendhra Sharan, Sarah Strauss, Rachel Tolen, Amy Trubek y Miklos Voros. Eve Darian-Smith, Rirty Luko se y Janelle Taylor merecen ser especialmenre mencionadas tanto por sus conrribuciones inrelectuales como por su asistencia practica. Caitrin Lynch, por su parte, hizo un magnifi co trabajo con el indice. Orras personas que rambien me ayudaron en el complicado proce so que supuso producir esre rexro son Namita Gupta Wiggers y Lisa McNair. Mi familia ha tenido que convivir con esre libro, siempre con una acrirud generosa y a veces hasta sin saberlo. Mi esposa y colega Carol A. Breckenridge esra, de algun modo, pre sente en todas y cada una de estas paginas: esre trabajo es un documento mas de nuestra aventura de vida. Mi hijo Alok, a quien dedico este libra, paso de Ia adolescencia ala edad adulra junto con el. Su talenro para amar y su pasion por la vida han sido siempre un re cuerdo constante de que los libros no son el mundo: son, simplemente, acerca del mundo. Pro logo Aquf y ahara, los desaHos de la globalizaci6n Modernidad y desbordes "Aqui y ahora": con esa frase se abre La modernirlad desborrlarla. Dimensiones culturales de Ia globalizacidn (1996) de Arjun Appadurai. La frase, el cLisico hie et nunc, nos remite al mo menta presente y, sobre todo, al presente de una modernirlad desbordarla. La imagen del des borde implica la de una modernidad que se ha sa!ido de madre o que anrla suelta (at large). Nose trata solo de un hallazgo feliz de la escritura: la imagen de que Ia modernirlad este des borrlarla resume e ilustra algunas de las ideas bisicas del pensamiento de Arjun Appadurai argumentadas en esta obra. Ellibro no es un anilisis mas de Ia globa!izacidn, sino una provocativa reflexion sobre la forma contemporanea con que la modernidad es reformulada en ese fenomeno que lla mamos mundializacidn o globa!izacidn. Mis que un "proyecro incomplero", como sostie ne Habermas, la modernidad es vista como entrando en una nueva etapa donde grandes flujos reestructuran la vida de las sociedades en el conjunto del planeta, en particular, el flujo migratorio y el de Ia informaci6n. Pero donde, ademis, el trabajo de Ia imaginaci6n se ha vuelto central. Appadurai lo sefi.ala de esta man era: Este trabajo lleva implicita una teorfa de Ia ruptura que adopta los medias de comunicacion y los movimiemos migratorios (asf como sus imerrelaciones) como sus dos principales an gulos desde donde very problematizar el cambia, y explora los efectos de ambos fen6menos en el trabajo de !a imaginacion, este ultimo concebido como un elemento constitutivo prin cipal de Ia subjetividad moderna. El primer paso de esta argumentacion es que los medias de comunicacion electronicos han cransformado decisivamente al campo de los medios de comunicacion de masas en su conjunto, lo mismo que a los medios de expresion y comuni caci6n tradicionales (p. 19). La centralidad de los medios de comunicacion en Ia ruptura con Ia sociedad tradicional es compartida con el fenomeno de Ia migraci6n y Ia constitucion de lo que el autor llama au diencias migratorias o espectadores desterritoria!izados. Es por esto que Appadurai afirma que: "Esta relacion cambianre e imposible de pronosticar que se esrablece entre los eventos pues tos en circulacion por los medios elecuonicos, por un !ado, y las audiencias migratorias, por otro, define el nucleo del nexo entre lo global y lo moderno" (p. 20). 11 12 LA MODERNIDAD DESBORDADA El argumento de La modernidad desbordada no se resuelve, sin embargo, con Ia ecua ci6n de los flujos migratorios e informicicos (o eleccr6nicos). De heche, el argumemo de Ia alceracion del escenario comemporineo de Ia modernidad globalizada habia side for mulado por Appadurai en 1990 en su celebre ensayo de Public Culture "Disjuncture and Difference in the Global Cultural Economy", cuando plame6 y describi6 los paisajes (sea pes) que censionaban Ia relacion entre los procesos de homogeneizacidn y heterogeneizacidn presentes en Ia globalizacion. Esos cinco paisajes -etnopaisajes, mediapaisajes, tecnopaisajes, financiapaisajes e ideopaisajes-son, segun el autor, los "bloques elemencales (de los juegos de armar infantiles) con los que se conscruyen lo que a ml me gustarfa denominar (exten diendo Ia idea de Benedict Anderson) los mundos imaginados, es decir, los multiples mun dos que son producto de Ia imaginaci6n hiscoricameme sicuada "de personas y grupos dis perses por rodo el globo" (p. 47). Y si en ese pasaje no estd el detalle, al menos se halla La ocra cara de La argumentacion acerca de los flujos; me refiero a La i!Tiaginaci6n. Una imaginacion que Appadurai relaciona fuertememe con el fenomeno de las comunidades (o, como el cambien las llama, vecinda rios) diaspdricas. El crabajo de La imaginaci6n en esce mundo postelectrdnico ciene un papel cemral, se afirma en La modernidad desbordada, pues ha entrada en Ia logica de Ia vida cotidiana dis tinguiendose de los espacios expresivos del arte, el mite y el ritual. Pero, ademas, Ia diferen cia entre imaginacion y famas{a permice demoscrar que no solo -a diferencia de lo plantea do por la Escuela de Francfort-los medias eleccronicos no son el opio del pueblo sino que la victoria de la ciencia y Ia muerce de Ia religion no son hechos definicivos ni incontrover tibles. Por lo mismo, Appadurai afirma: "Hoy, Ia imaginacion es un escenario para Ia ac cion, y no solo para escapar". Mas aun, Ia imaginacion permite que el consume de los me dics masivos de comunicacion (y/o electronicos) promueva "resiscencia, ironia, selectividad y, en general, agencia". Es decir, Ia capacidad de actuar, de ser agentes y de cener una fuerte actuacion en la vida social-todo lo que se resume con el neologismo "agencia"-no solo no se pierde, como sostuvieron muchos crlticos de los medias de comunicacion masiva, sino que es escimulada. Per tilcimo, el autor distingue entre una imaginaci6n individual y una imaginacion colectiva. Es esta ultima La que eL ve accuar en el presente mundo postelecrronico y que se agrega al papel que Ia imprenra tuvo en el capicalismo en Ia conftguracion de las comuni dades imaginadas de Benedict Anderson (1993). Es decir, en el capitalismo eleccronico funcionan ocras formas colectivas de Ia imaginacion que no escan presenres solo en el ni vel del Escado-nacion. Ellugar desde donde se habla y desde donde se lee En cierto modo, La modernidad desbordada realiza una fuerte argumemacion en torno al proceso de rransformacion del Escado-nacion y proclama que Ia actual ecapa que vive La humanidad es Ia de Ia posnacidn. ELa taque o el requiem al Escado-nacion -acaque que no deja de reconocer que se trata de un proceso en curse-que efectua Appadurai parece, en