La mirada antropológica o la antropología de la mirada: De la representación audiovisual de las culturas a la investigación etnográfica con una cámara de video Tomo I Elisenda ARDÈVOL PIERA Tesis doctoral presentada en la Universidad Autónoma de Barcelona Diciembre de 1994 Bellaterra Dirección: Alexander Moore (USC) Ponente: Ramón Valdés del Toro (UAB) En este documento sólo se incluyen los capítulos de reflexión teórica, omitiendo el capítulo 5 y la totalidad del tomo 2 de la tesis original. La paginación se ha adaptado a este formato en pdf y no se corresponde con la numeración original de la tesis depositada en la UAB. Esta publicación electrónica se acoge a los principios de Creative Commons (http://creativecommons.org/). Si tenéis a bien citarla, las citaciones deben indicar que se trata de esta versión electrónica. Ejemplo: Ardèvol, E. (1994) La mirada antropológica o la antropología de la mirada. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, formato electrónico de la autora [url y día de consulta]. [http://cv.uoc.edu/~grc0_000199_web/pagina_personal/eardevol_cat.htm]. ÍNDICE Agradecimientos Prefacio I. CINE Y ANTROPOLOGÍA 1. ANTROPOLOGÍA EN IMÁGENES 1.1. La búsqueda de una relación 1.1.1. Reflexión y experiencia 1.1.2. La organización de un itinerario 1.2. La construcción de las fuentes 1.2.1. El campo de la antropología visual 1.2.2. Sobre la bibliografía como bagaje teórico 1.3. Una mirada a la antropología visual en el Estado español 1.3.1. Cine etnográfico y televisión 1.3.2. Tradiciones que desaparecen 1.3.3. La innovación pedagógica 2. ANTROPOLOGÍA VISUAL Y CINE ETNOGRÁFICO 2.1. La imagen en una disciplina de palabras 2.1.1. La incorporación del cine en la antropología 2.1.2. La documentación etnográfica 2.1.3. La representación visual de la realidad social y cultural 2.2. Los usos del cine en antropología 2.2.1. Investigación y formación 2.2.2. Análisis del filme como etnografía 2.2.3. El campo de la antropología aplicada 2.2.4. El cine antropológico como soporte pedagógico 2.3. Interrogantes para la antropología visual 2.3.1. Núcleos de discusión 2.3.2. Tendencias en la producción de cine etnográfico 2.3.2. Tendencias en el análisis del cine etnográfico 2 II. LA REPRESENTACIÓN AUDIOVISUAL DE LAS CULTURAS 3. REPRESENTACION Y CINE ETNOGRÁFICO 3.1. El cine etnográfico como género documental 3.1.1. Investigación, documentación y comunicación 3.1.2. El cine de comunicación etnográfica 3.1.3. Modelos de representación en el cine etnográfico 3.2. Cine exposicional o interpretativo 3.2.1. La ilustración de la palabra 3.2.1 Características del cine exposicional o interpretativo 3.2.2. Interpretar la realidad: ciencia y política 3.3. Cinéma vérité 3.3.1. La presencia de la cámara 3.3.2. Características del cinéma vérité 3.3.3. La verdad de la ficción y el trabajo etnográfico 3.3.4. Una antropología compartida 3.4. Direct Cinema y observational cinema 3.4.1. La ausencia de la cámara 3.4.2. Características del direct cinema 3.4.3. La observación de campo 3.4.4. La filmación secuencial 4. CRÍTICAS A LA REPRESENTACIÓN Y MODELOS PARTICIPATIVOS 4.1. Reflexividad y participación en el cine etnográfico 4.1.1. Un cambio de perspectiva 4.2. Participatory cinema 4.2.1. El encuentro cultural 4.2.2 Características del cine participativo 4.2.3. La voz del sujeto 4.3. Cine reflexivo y auto-reflexivo 4.3.1. Explicitar la metodología 4.3.2. Características del cine reflexivo y auto-reflexivo 4.3.3. Auto-reflexividad y etnografía 4.3.4. El nativo habla de sí mismo 4.4. Cine evocativo y deconstruccionista 4.4.1. ¿El final de la representación? 4.4.2. Características cine evocativo y deconstruccionista 4.4.3. El cine abandona la etiqueta 3 III. LA BÚSQUEDA DE UNA ETNOGRAFÍA FÍLMICA 6. EL CINE EN LA ETNOGRAFÍA 6.1. El cine como descripción etnográfica 6.1.1. La finalidad del cine etnográfico 6.1.2. La etnograficidad de un film 6.1.3. Las reglas etnográficas y la técnica cinematográfica 6.1.4. La distorsión de la verdad 6.2. La teoría antropológica en el cine etnográfico 6.2.1. ¿Es una película etnográfica una etnografía fílmica? 6.2.2. ¿Modifica la cámara el comportamiento? 6.2.3. Los criterios para distinguir una etnografía 6.2.4. ¿Cine antropológico o cine etnográfico? 6.2.5. La comprensión intercultural 6.2.6. Las bases teóricas para una etnografía fílmica 6.3. Las metáforas del cine etnográfico 6.3.1. La persecución de una anécdota como dato etnográfico 6.3.2. Dudas sobre la textualidad de la imagen 6.3.3. La etnografía experimental va al cine 6.4. Documento etnográfico y etnografía visual 6.4.1. Dos perspectivas para el cine etnográfico 7. EL CINE Y EL VIDEO EN LA INVESTIGACIÓN ANTROPOLÓGICA 7.1. La filmación etnográfica y la cámara antropológica 7.1.1. Elementos de transformación en la práctica antropológica 7.1.2. Modos de producción etnográfica 7.1.3. ¿A quién nos dirigimos? 7.2. La cámara como metodología explorativa 7.2.1. ¿Una herramienta auxiliar? 7.2.2. La actitud teórica: observación y proyección 7.2.3. La actitud metodológica: descripción, interpretación y análisis 7.2.4. La cámara, un instrumento particular 7.3. EL trabajo de campo como proceso de comunicación 7.3.1. La etnografía de la comunicación 7.3.2. Hacia una metodología interactiva y explorativa 8. EL CINE Y EL VÍDEO ETNOGRÁFICO COMO PROCESO 8. 1. Metodología y contexto de investigación 8.1.1. La importancia del contexto 8.1.2. Modelos de cine y vídeo etnográfico 8.1.3. Trabajo de campo, comunicación y aprendizaje 8.1.4. De una tipología de productos a una tipología de procesos 4 8.2. La filmación como práctica etnográfica 8.2.1. La integración de la cámara 8.2.2. Estrategias de filmación y modelos de representación 8.2.3. Malas tomas y tomas buenas 8.3. Una mirada que busca mirar 8.3.1. De la realidad externa a la realidad cultural 8.3.2. Antropología e imagen 8.3.3. Aprender a mirar BIBLIOGRAFÍA FILMOGRAFÍA 5 Una mirada nunca es inocente, busca mirar. 6 Agradecimientos La historia de este trabajo se remonta en el tiempo a 1984 y en el espacio, mi memoria vuela hasta Granada. Durante mi trabajo de campo entre los gitanos de esta ciudad conocí a Luis Pérez Tolón; venía del Centro de Antropología Visual de la Universidad de Southern California, en Los Ángeles, y quería rodar una película sobre los gitanos a partir de un estudio antropológico y con la colaboración de los miembros de la comunidad. A él debo parte de mi camino desde el escepticismo respecto a la capacidad del cine para abordar una investigación científica, hasta mi pasión por seguir aprendiendo a mirar. Mas tarde, iría a visitar a Luis para la producción del documental y quede fascinada por la posibilidad de repensar la antropología a través del cine. Por eso, quiero reconocer a mis amigas y amigos, profesores y colegas, los momentos de inspiración. Sin su conversación, el pensamiento no hubiera encontrado sus fuentes ni cobrado forma. Especialmente valiosas han sido las largas horas de discusión mantenidas con Wilton Martínez, hace tiempo ya, durante mi estancia en Los Ángeles. Gracias también a Carolina Tylor y a Fadwa El Guindi; a los profesores Nancy Lutkehaus, Michael Renov, Judy Irola y Timothy Asch y a los compañeros del Centro de Antropología Visual de la Universidad de Southern California, que me hicieron sentir que formaba parte de una empresa común para el desarrollo de la relación entre cine y antropología. También me sentiré siempre en deuda, por el consejo inestimable y la confianza en la actividad personal, con Alexander Moore, Chair del Departamento de Antropología y del Centro de Antropología Visual de la Universidad de Southern California, que aceptó dirigir este trabajo a través del mar. En Granada, agradecer la colaboración del Centro de Investigaciones Etnológicas "Angel Ganivet", que financió una parte de este proyecto: a José Antonio González Alcantud, Rafa Quirós y Miguel Muñoz Garcia-Ligero, gracias. En Barcelona, tuve tiempo de hablar con Emilie de Brigard cuando vino a visitarnos, a quien debo su interés por mi trabajo. No puedo olvidar a Silvia Carrasco, su entusiasmo y su crítica constructiva a mis ideas, su apoyo constante a mis idas y venidas. Al área de antropología de la Universidad Autónoma de Barcelona, a Juan Carlos Romero, del Servicio de Audiovisuales del ICE-UAB, gracias. A Pompeu Casanovas, mi gratitud infinita por confiar en mi investigación, por su generosidad y por sus palabras que siempre apuntan más lejos. A todas y todos, mi gratitud más sincera. Finalmente, gracias a Angie Larrosa por la revisión de parte del manuscrito y a Jordi Pérez, por su inefable capacidad de entenderse con los ordenadores. A mis padres, a mi compañero y a mi hijo Adrià, que llegó mientras realizaba este proyecto, les debo muchas horas robadas y también el ánimo para seguir adelante. 7 Prefacio La mirada antropológica siempre se ha detenido sobre las imágenes que los hombres crean como representación o como símbolo del mundo social, natural o sobrenatural. La imagen es, pues, un objeto de estudio en antropología, aunque generalmente enmarcada dentro de un contexto más amplio (magia, religión, arte, personalidad). La mirada antropológica reconoce la fuerza de la imagen sobre los hombres que la han creado. Una máscara, un tótem, el retrato de un santo, un pantocrátor de una catedral o una valla publicitaria son imágenes que nos hablan sobre una cultura y nos interrogan acerca de nosotros mismos. Ejercen su fascinación sobre aquellos que creen conocer su significado y sobre aquellos que lo desconocen. Tylor explica el poder que los hombres dan a la imagen (al ídolo) por la tendencia a identificar el símbolo con lo simbolizado. Así, una imagen representativa ejerce un poder activo y encarna al propio dios que le ha cedido el rostro. La imagen nos impresiona y ejerce un poder místico, pero también un poder militar, económico o político. De esta forma, elaboramos teorías sobre las imágenes sagradas o profanas de culturas que nos son remotas, pero, ¿Qué tenemos que decir sobre las imágenes que pueblan nuestro tiempo? ¿Podemos hablar de una teoría de la imagen en antropología? ¿Pensar sobre el lugar que ocupan las tecnologías audiovisuales en nuestra realidad cultural? ¿Qué papel juegan en la construcción de nuestro conocimiento sobre el mundo? La imagen no es nada sin una mirada que se vierta sobre ella, o no es más que una mirada que se nos devuelve; de ahí mi interés por la antropología de la mirada. La mirada antropológica se construye a partir de métodos de observación, descripción y análisis; utiliza instrumentos técnicos y conceptuales que configuran y reconfiguran una forma de ver el mundo. La imagen es el producto de una mirada sobre el mundo. La investigación etnográfica se sirve generalmente de la palabra para representar la realidad social y la experiencia del etnógrafo. También utiliza diagramas, esquemas, dibujos y otras formas de representación pictórica. Otras veces, incorpora la fotografía como ilustración o complemento del texto y también utiliza las nuevas tecnologías visuales y del sonido como instrumentos para el tratamiento de datos y como forma de expresión de sus conclusiones y hallazgos. ¿Cómo se utiliza la imagen en la investigación antropológica? ¿Cuál es su papel en la comunicación del conocimiento y en la indagación sobre los procesos culturales? ¿Qué aporta a nuestra forma de mirar? ¿Cómo modifica nuestra mirada? La imagen se constituye como práctica y como objeto de conocimiento. La mirada antropológica no puede desvincularse por más tiempo de la antropología de la mirada. 8 * * * Cuando empecé esta investigación en antropología y medios de comunicación audiovisual, en Enero de 1991, llevaba detrás la experiencia de haber colaborado en la realización de un documental sobre la comunidad gitana de Granada. Mi implicación fue relativamente intensa, en los preparativos del filme, durante el rodaje y en el montaje. Aunque participé en todas las fases del proyecto, pensaba que la tarea antropológica era muy distinta a la de hacer una película; toda mi preocupación estaba puesta en el trabajo de campo cualitativo y en la posterior puesta a prueba de las hipótesis mediante técnicas cuantitativas. No obstante, "imprimí mi huella" en el film y di mi interpretación sobre el momento cultural que vivían los gitanos, junto con los comentarios de Loli Fernández, amiga, maestra gitana, co- guionista y personaje central del film. Fue un duro trabajo de colaboración entre el realizador, la comunidad filmada y la antropóloga estudiosa. Sin embargo, jamás me cuestioné qué tipo de película estábamos haciendo; ésta era la misión del realizador. El modelo de colaboración en el cine antropológico necesita que los componentes del equipo se lancen conjuntamente a la exploración de lo desconocido en ellos mismos y la cámara proporciona un mismo terreno de investigación alrededor del cual cada uno busca su identidad; me di cuenta más tarde, cuando empecé a filmar por mí misma y a interrogar mis propias imágenes. Por una parte, el cine etnográfico propone que podemos "captar la realidad tal como es" y, por tanto, acceder a una representación no mediada teórica o subjetivamente de los acontecimientos que observamos en la pantalla. La realidad está ahí, solo hace falta ir y filmarla. Por otra parte, el cine etnográfico propone pensar sobre la mirada, en la imposibilidad de acceder a la realidad si no es transformándola en otra cosa, en señales, signos, modelos, símbolos. El cine permite ver ("visionar" en la televisión, "proyectar" en la pantalla) todos los sueños y pesadillas, toda la ficción y realidad que somos capaces de inventar. La fascinación del cine: el cumplimiento de los deseos, la adaptación del mundo a la medida humana. El sueño de la absoluta visibilidad y comprensión de lo microscópico y macroscópico. Las imágenes del origen de la vida, del óvulo fecundado; las imágenes de las galaxias más remotas, del vuelo de un moscardón a cámara lenta, del comportamiento natural de los primates junto con la furia de un dragón de tres cabezas o la transformación de un murciélago en el conde Drácula. El cine es nuestro tejedor de ilusiones, petrifica nuestra realidad y da vida a nuestros sueños. El cine es una sonda que lanzamos hacia el interior de nosotros mismos. No puedo asegurar con certeza cuando empecé a interesarme "de verdad" por la antropología visual; pero recuerdo que coincidió con una época de una grave crisis profesional y personal (las crisis nunca vienen solas) allá por el ochenta y nueve. Es fácil reconstruir ahora aquellos momentos como una búsqueda de una identidad teórica; era incapaz de pensar "antropológicamente", me sentía agotada y mis ojos no reconocían nada. El cine etnográfico me ofrecía una forma de "volver a empezar", un camino para reflexionar sobre mi propia práctica. Necesitaba aprender a mirar, afinar la propia visión, ponerla a prueba, interrogarla. Empecé a 9 preguntarme sobre la forma "natural" de la mirada, sobre los supuestos teóricos implícitos en el mirar, de dónde vienen y hacia dónde se dirigen. Necesitamos construir nuestros instrumentos conceptuales a partir del ejercicio sobre el saber y la experiencia. Quizás, después de todo, la cámara sea un instrumento que nos permita ampliar la visión y nos ayude a ver más que con los ojos desnudos, a diferenciar el instrumento de la persona y ésta de la totalidad que pensamos que somos. Quizás, la cámara sea útil para recuperar el pensamiento, comprender la práctica etnográfica desde otra perspectiva y dirigir un nuevo proceso de aprendizaje. La cámara es un instrumento conceptual que puede tocarse con las manos. Al coger una cámara para explorar una iglesia hebreo-pentecostal en Los Ángeles, regresé al trabajo de campo casi sin proponérmelo y, poco a poco, volví a sentir el placer de descubrir realidades. Volver a coger la cámara para seguir un proceso de producción de vídeos en los Tribunales de Justicia de Barcelona fue una cura de humildad. Otra vez la aventura de sumergirme en un mundo desconocido, que esta vez creía conocer: nuestras instituciones, la propia investigación etnográfica, la propia utilización del vídeo. El terror al vacío teórico nos hace buscar con aprieto la provisionalidad de una teoría, pero a veces es necesario seguir navegando en la práctica y análisis del trabajo de campo y no pretender ir demasiado lejos o llegar demasiado a prisa a puerto. Esta obra no es más ni es menos que un viaje a través de las distintas caras de la imagen, perdiéndome y encontrándome a lo largo de este ejercicio de escritura. La integración de la imagen como objeto de estudio y como técnica de investigación en antropología nos ofrece un lugar de experimentación y un lugar de reflexión en el que la práctica está anudada con la propia interrogación de la mirada. En antropología visual todo esta por hacer y haciéndose. Su imagen es la de una tierra fronteriza, la explosión de un nuevo universo donde plantear antiguas batallas o ensayar nuevas vías de entender el conocimiento antropológico. Es un campo donde fluyen distintas corrientes teóricas y metodológicas en un auténtico diálogo entre ellas (que es el motor que hace que se desarrolle y crezca en complejidad). Aunque insegura, supe que también tenía algo que decir. Me di cuenta, que mis pensamientos habían sido ya pensados y expresados con mayor belleza; mientras otros, apenas habían sido explorados. Ha llovido mucho desde entonces y seguirá lloviendo. La pesadumbre del proceso de investigación se convierte en ligereza cuando sabemos el rumbo que queremos tomar, cuando aprendemos a orientarnos con las constelaciones. El sentido de la búsqueda permanece abierto, el diálogo es posible y debemos intentarlo. Tenemos mucho que aprender, sin olvidar que, en última instancia, lo que estudiamos es la realidad formada por seres humanos inteligentes y sensibles. 10
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