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La máquina de pensar en Mario - Ensayos sobre la obra de Mario Levrero PDF

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Preview La máquina de pensar en Mario - Ensayos sobre la obra de Mario Levrero

l)c Rosso, Ezequicl La máquina dc pensar crr Mario: cnsavos sobre la obra de Levrero / Ezequiel De Rr¡sso ; compihdo ¡ror lizequiel f)e Rossr¡.- la ed. - Ciudad Autónoma dc Buenos r\ircs: Í*otcu Iltcrna Cadcncia Edi¡rru. 2Ol.1. 272.p .;22xl.tcm. ISRN e 7rJ-9ti7-I 67-l-98-ti 1. Ensart¡ Litererio. I. Dc Rossr. [zcquicl . conr¡r.I I. Títulr CDD AIt64 l'r okrgo. Por la tangente: lecturas de Mario Levrero Ii:cqutel De Rosso t1 II ( )rlurina l:luro E. Gandolfo 19 o 2Ol -1,d c los tcrtot. sr¡s¿ utorcsv lrcrcdrr,rs o 2Ol-J,[ r'FRNAC -ro¡:^*<:rs,.qn .¡-. I )t'l incxtinguible romanticismo. La imaginación o 199O,d cl crucigrirul;rt le t:rpa.h credcrosd c lorge llario Varlott¡ l,cvrero .k' Maricl Levrero l,xí Pedro Díaz LI Not¿ dcl cditor; Sel rrri ntcntado l<ralizar.s i¡l c\lr(). a los propictariosd c los dcrechosc lcr cproducciónd c algurxrsd c Lrst cxtos. l.r'vrcro:e l relato asimétrico [,ose ditorcsc st:int lis¡lrrcstoas corrcgir cualquicr omisiór]q trcs c lesl ragan otar. I\tblo Í¡uentes 27 Primcrac dición:i unio dc 201 i l\'l;rrit>l, evrero: aperturas sobre el extrafiamiento Publicado por Ii re n^-,rC ,rn¡Nr:l,r Eor.rc¡n;t llus¡ Wrani 39 Hondurls .55 ¡i2 (C I -ll,fIlND) lluenos Aires edi tori;rl( g¡cternacaderrcia.conr l';u'is:c iudad metáforae n la obra de Mario Levrero \\,\\'w.etcrn¡crdcncia.com f rt,ntC arlosM onrlragón 61 ISBN 9;u,gs;- I 67.1-9lJ-8 lirrrnrrsd cl espionajeM. ario Levreror esponde I lecho cl cle¡xrsitoq rrem arca la lcr, I I .72.] iln ( ucstionArio I\tltlo Rocca 79 Impresoc rrA rgentir.ra/ Prtntedi n Argentina Qreda prohibich la rcproducción totrl o parcirl dc cstr obre L.r i.lc':¡¡ llisnrad c ciudad por ctraltluicr medio o proccdinricnto,s eam ecánicoo clcctrírnico, tr'lttttítltQ lmn 113 sin l¿ :rutorizaciírnp or cscrito dc los titulares del copvright. Parau n comienzo de descripción de las historietas de Lcvrero OscarS teimberg 127 Otra trilogía: las novelasp olicialesd e Mario Lcvrcro EzequielD e Roso 141, Mario Levrero,l a cienciay la literatura Lo que recibo de la crítica es,e n general, Lucrana. Mtartn ez 165 una sensaciónd e tangencialidad. LáPicesY angustiat MARro LEVRER. SergioC helfec 191 Escribir para despuésM: a¡io Levrero AdrianaAstutti 2O1 Un autor visita su casa.S obreL a nouelal uminosa, de Mario Levrero Reínaldoladdaga 223 Autonomía literaria y éticap ersonal RobertoE chaaarren 237 En la tangentef ragmentosc ríticos sobreM ario Levrero 247 Sobrel os auto¡es 261 Pn'óloco PON IE TANGENTE: LECTURAS O¡ MERIO LTVNPRO l,,rsp ublicaciones de Mario Levrero abarcatrc asi cuareuta años ,1,'l ilrr<rs( desdeG elarinafl g6S] hastaL a noaelal uminosa[2005])y ,rrr:rr ntrltiplicidad de génerosy lenguajes( crucigramas,h istorie- r.rs,( 'uentos,n ovelas,e nsavos,c rítica literaria, textos humorísti- t os,c tc.).S u estilo, sin embargo,r esulta nítido, reconocibled esde , l . ,nricnzo: como mLlcstr¿lnlo s arrículos reco¡riladose n estel i- l,r,r,c xisten constantese n su obra, y rr-ráasl lá del período, génertr ,, L'ngrraicq Lles ep refiera,e n cualquier composición el lcctor cn- , , rrr t r'¡r -ír[ a voz de Levre ro. l)rclríamos,p ues( paran o insistir sobret extosd e los qttc otrtls, ( r ( stc r.olumetr, hablarán meior), buscar esasm arcas <:nt extos rrr.rrqinalcdse esap roducción mttltiformc. Una de las letrasq ue | , r'rt ro cscribió para Leo Maslíah, por ejernplo,s ubraya la fluida , ,,rrri ntridad entre vida cotidiana y experienciae xtraordinaria: [ /n lía tualquiera l¡tstttttt¡s ,tlg,t lilttnlo ,lr,qrrtttos, tt I t .\(t P(, t uu lquiartt, trt¡xt t ttttlqutent t'ttlt)llt t's .'\ tl il(,1'\1il t I rt ttro\ l( )f )(0ilo! literatural atinoamericanaE. sas erie,q uep cldríai ncluir además ttost nu¿lum\s, a Virgilio Piñeray a Mario Bellatin,p uedea rticularsep or un ttosp rec¡pttdmos, "aire kafkiano" (aunquen o ess eguroq ueF elisbertolo hayal eído) nos adentramos y sed istingued e la tradiciónm ayoritariad el relato" no realista" en un lugar inédtto (Arreola,B orges,C ortázar,M utis) justamentep orquer ealizau na 1 al aer el paso al resbalar lcctura "pobre", literal, de Kafka. Estose scritoresl een a Kafka llegar a esel ugar, contraB orgesn: o encuentrane n Kafkaa l cuentistad e la paradoja, nos restarcim irar sino al novelistad el procedimientoy del empobrecimientot anto los días al pasar de la descripciónc omod e la peripeciaN. o esc asuale, ntoncesq, ue las nochest raspasar, hayanh echo del usod e la primera persona,d e una primera per- los años aclticar sonae n permanentee stadod e deserciónu, no de los rasgosc ardi- 1no poderlo expltlcarl nalesd e su estilo.2 Un ejemplod e esal ectura" canónica"d e Kafkap uedee ncon- .trsaf luidez (que el ,it-o y la rima condensan irónicamente) trarsee n "La bibliotecad e Babel",e l cuentoq ueB orgesp ublica es el corazón de la escritura de Levrero, de sus temas y su lengua_ cn 1941.E sae jemplaridads ev erifica en la atencióna la para- je: así se precipita rodo en sus libros, así la peripecia deviene de cloja,e n la ironía sutil, en la construcción" rica" de un espacioe, n algo.c otidiano en algo inédito, así se alcanza en Le,r.ero ese, ,lugar cl tono libresco.A sí,l a historiad e los infructuososin tentosd e dar inédito" desde el que se enuncian todos los rextos. scntidoa l universo( dee ntendere l poderd e un orden mínimo de Esa mirada descoy'untada( que se detiene en .,los días al pasar Z-l letrasq ue tal vez puedans ignificarlo todo)e su no de los mo ,/.l as noches rraspasar, ,/ los años achicar / y no poderlo e*plicar,,) rncntosc apitalesd e la prosan arrativad el siglo. desde el irricio (desde la reseña de Elvio Gandoifo de Gelan:na)ha Cuarentaa ñosd espuése,n agostod e 1c)8I, en I Iutnoto .f ttqq,ts, sido señaladac omo un rasgod istintivo de la escritura de Levrero. y l,cvrerop ublica "Ace¡cad e 'El lectort otal"'. Set rat:rd c unrrr cspu('sirt se la ha relacionado con dos "precursores" recurrentes de Levrero: Franz Kafka y Felisberto Hernández. En efecto, el narrador "distraí- do", ingenuo, 1,,a la vez,laperipecia fluida, el pasajed e lo cotidiano a lo extraordinario parecen rasgosp ropios d. iot; tr., escritores. I Qrien meior describee sem atiz en Levrero esM ario Delgado Aparaín Podría, de hecho, sugerirse que Felisberto y Levrero perrene_ (tcnie que serl )elgado Aparaín,e l cor-rtemporánedoe Levrero que siguió y re- cen a una tradición minoritaria, pero persist.rrt., d.rrtro de la rurvrie sae scritu¡a" rcalista" de la que Lev¡ero huyó durante tr¡das u obra).E l () (r o Mario seí-ralap,u es ,q ue sicmprei maginó a Levrcroc omo un hombrc entre , r¡v:rs" notablese xperienciase stabal a dc tomar mate frentc a un descomunal lr,,nnigtrcrod u¡ante díasy noches,s in ocu¡rírselcp erturbar a esosa nónimos .rnirrralitonsi tampocoe scribirs obrce llos"( "Cartaa biertaa losc azadorese",n I Fragnrentod e "Principio de incerridumbre", incluida en el disco cancion.es M:rrio l-evrcro.C azad ec onejosN.l ontevideo,E dicionesd e la Plaza,1 986,p . 3). y negociodse otru índole( 1983). Set rata de un poema que Levrero fechae n 1,977 , lrst rst'ritor qtree xistce n la observacióni mpasible,q ue bien podría no escri- cuvos\ ¡ersosfu eron adaptadosp or Leo Maslíah (ver pablo Rocca,, .Bibiiogra- lrrr (y r¡ucs ín cnrbargo1 oh ace)e, su na imagenn otabled e Levrero,c uyost extos fía", en Ma¡io Levrero , Nick carter sed inierte mientrase r rectore sa sesinado"yyo I'rt'rrl rrrctlcrrp cnsarscc omo un forrnidable conjunto de variacioness obrel as agonizoM. crntevideoA, r ca, 1992, pp. g7_ l Z7 ). ,Irlr ,r rltu,lcsc lt corn¡rronrctcrscco n el objetod e la mirada. t2 it__ que da la redacción de la revista (en la que Levrero firmaba ar- t lriste.Y así también, quienes asulnen la escritura en los textos tículos y crucigramas como |orge Varlotta, Alvar Tot o J.V arli) ..lt'L evrero siempre miran "mal": ven de tar-rl ejos que se ven "los a la carta de un lector que afirma que bastaríac on conocer el abe- ,rnosa chicar" o tan de cerca que ven Pulrtos en lugar de letras. cedario para haber leído todos los libros esc¡itos en casrellano. La respuestab ien puede leersec .mo una perversión kafkiana de la Algunas de las recurrencias de 1o que llaman-ros el "estilo perversión borgeana de Kafka: l.cvrero" (Kafka, lo fantástico, la mirada extrañada) se hicieron <'virlcntesp ara quienes leyeron sus libros en el momento de su Si continuamosc on la misma línea de pensamiento,ll egamosa la ¡,rrblicaciónO. tras, en cambio, estáni rremediablementea ncladas conclusión de que tampoco hacef alta el abecedarioy, a que todas ('n nuestra conr€mporaneidad, aquello que hoy nos dice la obra las letras derivan del círculo y de la recta.B astaríac on mirar de- ,1.'l ,cvrero. La már¡unn.d ep ensare n Mario recapitula ia bibliogra- tenidamentc un círc.lo v una recta para haber leído todos los li- lr:r crítica que se ha producido sobre Levrero e intenta, desdee ste brosp osibles. | )| ('sctlte,r econstituirla. Pero círculo v ¡ccta son ál¡straccionesm entalesd e figuras que lisa historia comienzac on ult conitluto de lecturasd e "inicia- exisren,i mperfectas,c n la naturaleza.S erías uficientec on ob_ ,Lrs": aquellos que pudieron accedera las irregulares ediciones de servarc ierto número dc objetosq ue presentent endenciasa lo .,rrsp rimeros textos. I)ebe decirse,s in embargo, que Levrero siem- recto y a Io circular (árboles,p asros,f ruras,m ujeresg ordas,e t- l)rc tuvo comentaristasa tetttos,q ue vieron muy rápidamente la cétera)o simplementel a línca del horizonre,q ue,s i fragmenta_ ,,,,vcdadq ue aportaban.E n particular, Elvio Gandolfo, en su re- riamentea parecec omo recta,u nc¡l a \¡eq ue sev a curvandoe n la ,,,r r,rd e Gelatina(de 1968, [a primera que tuvo Levrero), atiende .r l;r scnsaciónd e asfixia que caracteriza al relato, y que se tomará misma medida de la tierra, lo que nos da al mismo tiempo el círculo. , l , r'ntro del estilo de Levrero y un motivo r€clrrrente en toda la , r rri t :r.l Jsap rimera lectura, sumada al énfasisq ue por los mismos Un pasito nrírse n nuesrra reflexión nos llevaría a concluir que bastac on mirar un punro, gcrmen de toda clased e líneasy fieu_ ,rr r,,sp onían las de Iorge Ruffinelli y de Angel Rama en la aliena- res,o con tan sólo imaginarlo. Qrien haya imaginado un punro, { r(} u (l( los protagonistas,v a Pautandoe l recorrido que trazan las habrá leído todosl os libros posibles o bien la propuestai nicial lr,t i.ncs de Levrero, el pasajee ntre "un día cualquiera" y el ",r,Lr rtrarsee n un lugar inédito". del diccionario esu no de esosr nacanazosc omo sólo en H(iI se pueden encontrar.l ( !rincc años después,c n "Del inextinguible romanticismo", 1,,',tl 'cdro Díaz (otro "raro" uruguayo) forja un motivo que resul- En el comentario de Varli-Levrero, la biblioteca (que otros t,rr : r t epital en las reflexiones críticas posteriores:L evrero es un llaman universo) dcvie.e Lln punro y la búsqueda de sentido se r',,rr itor de la "interioridad". Díaz, que describea Lcvrero como redu., a mirar la línea del horizo'te. Lcl libresco desaparecel,a rrn rorrrirntico,s eñalaq ue el autor "ahonda en su interioridad si- mctafisica se vuelve crasamente cotidiana y la ironía se torna ¡,,rr,r rtkrl os laberintos de su propia in-raginación"y que entiende l.r lrtt'r:rtLrrac olno algo que sev ive "de manera existencial". A dc los 80, con la aparición de un conjunto disperso ¡r;rrtir r( ) nrils cxtct'rsod e relatos, la crítica comiettza a tramar la in- lx ' ''Acercad e 'El Lector tonI"' , Humor ú Jue.qoAs,í ro 2, N. 1-1l,l ucnos Ai- t.r nrrtt'rrr'i:tlJ cc sasr t'c'ttrrctlciites stilísticasT. anto Pablo Fuentes, rcs,a Rostod c 19 8 1. l5 en "Levrero:e l relatoa simétrico",c omo JuanC arlosM ondra- l)u('(lcp cnsarsec omo un despoio,u na deserción( como señalaba gón,e n "París:c iudad metáforae n la obra de Mario Levrero", t(.rrrr:yr a en"1,971)e,n la que la primera personad el escritor se piensanl os textosd e Levreroc omo un conjuntod e estrateeias; rrrr¡ ¡¡¡. l centro del texto. y a la vez,a partir de la condensaciódne ciertosm otivos.E l rex- I Iebrá que esperara lgunos añosp ara que sep roduzca (con la to de Mondragón, además,r ealizau na lecrurap olítica que per- r, l..r ,;rnciaa cordadap or la crítica contemPorátleaa I registro au- mite discutir la supuesta" evasión"q ue caracteriz.arílaa prosa r,,lr r,rgráficou) n nuevo emplazamiento Paras u obra. La publica- de Levrero. r rrr rr a de La noaelal uminosa( 2005) coincide plenamente 1rírsturrl La décadad e los 90 trae la primera consagracióna cadémi- , r,n ( sc rrromento crítico. La reedición de sus libros se aceleray ca de Levrero.E sac anonizaciónp uedev erificarsee n la cons- '., ¡,r.,,luccr -rnr edescubrimientoP aran uevasg eneracionesd e lec- trucción de la bibliografíaq ue acompañala reediciónd e 1992 lr rf( s. [',rf 2006, por ejemplo, la revista monrcvideanaH ermesc rio- de Nick Carters ed iviertem ientrase l lectore sa sesinado1 1o agoni.zo llt,t ('tli7.i\un dossiersobrLee vrero (del que tolnanlos ei articulo (a cargod e PabloR occa)e; n la inclusiónd e la "Enrrevistai ma- ,1, Nl.,ndragón)." Lápices y angustias".d e SergioC hcifec, y "Un girrariac on Mario Levrerol en el número de 1,992d e Reuistalb e- ,rrr r,,rv isita su casa",d e Reinaldo Laddaga( ambosr eescritosp ara roantericandae, Pittsburgh,d edicadoa la literatura uruguaya;e n ,',rr' r'olLrmen)d, ialogan con estosp aradigmasc ríticos colltempo- la extensae ntrevistae pistolard e PabloR occa( realizadae n 1992 r.ur (( )sa tcndiendo a las tensionesq ue existene ntre literatura v y que publicamosa quíp or primera vez en su totalidad)y en la r,l.r,: r las posibilidadesd e diseñaru na vida a partir de la escri- ' publicación en 1995 dettn dossiedre dicadoa la obra de Levre¡o I rr ,1,( luc plantean El úscursoa acíoy La nottelal uminosa. en la revista Textoc rítícod e la Universidad de Stanford. Si se I )t'sclec se nlrevo emplazamienro fue pensadoe stel ibro. De atiendea estosín dicesL, evreroe su n escritor" consagrado"d:e be .rl u (l uc sc haya insistido, en los t€xtos especialmentep reparados ordenarses u bibliografía,s u opinión esi mportantep arae nren- | '.n. r ('stc volutne n, en aspectosp oco consider ados por la crítica der lasl etrasu ruguayass, u obra merecee l escudriñoc rítico de r rr rrtr'rrf[ )t)ráncaA. sí, La máqutnad ep ensare n Mctrio incluyc tra- la academiaE. l mayor punto de condensaciónd e esem omento l,,rt,,'s .,Lrrela ciencia ficción (Martínez)' el policial (De Rosso)y críticoe s" Aperturass obree l extrañamienro"d, e Hugo Verani, ,,,¡rrl rrsl listorietas firmadas por Levrero como forge Varlotta qlre,a partir de "la trilogíai nvoluntaria" (La ciudadE, l luga4P arís), r',1(u nl)cr-g)T.a mbién sed a a lecr,a la luz de la obra completad e leel asr ecurrenciadse l estilod eL evreroe n el contextod e last eorías | , r'rc ro , [a (des)apariciórd-re la ciudad en susl ibros (Kohan),o la de la posmodemidad. I r¡'rr r.rti on de lasm áquinase n susp rimeros relatos( Echavarren). Lentamentec omienzal a edición en E,spair(ay la reedición I''r r¡IIirrro,lo s artículosd e Adriana Astutti y de Roberto Echa- en Uruguay)y un reconocimientoc adav ezm ayor paras u obra. \.rrr ('n lrrrscanr enovar la lectura de esost extost an contemporá- Sin embargo,l a propia obra de Levreroh a ido cambiando.D e il, ¡r ,,,( .ln l)Lrcstrosin terlocutores que seh au tornado lugaresc o- 19ql csE l porterol elo tro.u n volumenb isagrae n su producción rlfr fr f('s..lcl e crítica. Se trata, pr-resd, e re-lecturas de El di.scurso no solop orquee se l volumen de cuentosq ue abarcau n mayor / ¡/¡r .,\ ,l, ltt tt,n¿lul uminosa. períodod e su producción,s ino porque incluye "Apuntes bo- Ltt nt(í(!u¡ttdd cp ensare n Marto no hubiera sido posible sin el naerensesy" "Diario de un canalla".A partir de esem omento rr r( r( s v l,rr lctliceciónd e PabloB raun, LeonoraD iament y el equi- la obra de Levrero, sin abandonard iversosr asgosd estacados ¡,,,,,lrt,,r'i:rlr lc Ittcnra (ladencia. Los autoresa quí recopilados por la críticap revia,v ira haciau na "literaturad el yo", queb ien .,,,,,1¡,1 ()n( ()ll crrtttsirtsmoa la propuesta.D iversos textos me fueron facilitados por Pablo Rocca,H ebert Benítezp ezzolano, RobertoG árrrzy Nora Martínez.P or último, MónicaK irchheimer toleró pacientementelo s avataresd e estei ibro. A todose llos les Gnt¿rtNe' agradezcoe l compromiso y el interésp or volver a leer a Mario Levrero. Elui.oE . Gandolfo EzrqurnrD. s Rosso l',rrr rn¿ra tmósf'eraa mbigua, intermedia entrc la realldad sofo- {.rntcc lcu n paísl atinoamericano- o mása ún, rioplatense-y una , .¡nti rlad de datos cercanosa l absurdo y a la ciencia-ficción -aún rrr.r,s .rfocantes-,M ¿rrio Levrero relata en primera Personae n lr.runrcntosd e frasesc ortasv sobriasa lgunosd ías de la vida de .,rr pt'rsonaie. 1.osc lementos realistasy los fantásticose stánt an sólidamen- rc rrrritl<lesn tre sí quc no hay ninguno que no Proyecteu n ten- r.rtr rlo hacia la climensióno puesta.L a masad e gelatina que va ,l, rilrrticndol a ciudad sep rovecta con facilidad en una gelatina r, .rl ,lt' f'r'trstracióny alienación; a su vez cualquier acr<,m, ínitno r .,r.r\ (x llvrdo interiormente p()r una corriente profunda dc pe- lr1ir,,.l 'rcdomina la angustia:t arde o temprano la gelatina devo- ,.u.r r.r,lo. Pero existen algunos rayos salvadores;c omo Ma, la n r.¡('s|r . r .lc deformados.L os elementosb ásicosd e miles de cuett- rr,,,( urn urufe r perdida, cl intento de uu amor limpio, la frustra- roil rrLttriulonial llevada a lo grotesco)f orman una combinación ' r ,rrrplt't:lr1lcntdei ferenciaday original. Una de lasp rincipalesc au- '..r\( l('('stoc s cl sólido estilo narrativo de Levrero. La existencia ' f' uf 'lit.¡,1,,o ligirr:rlnrcntc ct Ill lagrímal trtfurea,R osario, año 1, N" 3-4, i'¡ rulr( ,lt lt)(,t nnl'zr¡ tlc l()(r9. perpctuamente amenazada del personaje y las bar-rdasd e defor- mados,c riminales o gordas,e sránc ompletamente internalizados y aceptadosc omo cotidianeidad. De esta manera rodo lo que pue- Dpl TNpxtTNGUIBLE RoMANTICISMo. da ser extraño en el fragmento temporal que abarca el relato es Le ruecrNAcróN DE MARIo LsvRrRo' transformado en realidad palpitante mediante dos vías principa- les:l a sólida based e tics, cosrumbreso sensacionesd e la realidad JoséP edroD íaz concreta y el considerar a 1o extraño como completamente nor- mal: cadau no de susc omponentest iene tanto pasadoq ue ya seh a convertido en costumbre. La lectura de distintos trabajosd e Mario Levrero (uno de los cualess e publica en la selecciónd e trabajos de "Los huevos del PIata" de esten úmero) lo confirma como escriror de sólidos me- dios y poseedord e un estilo obsesivo,e quilibrado enrre lo cori- ( ltr:rndop, or primera vez,o i explicacioness obree l romanticismo, diano v lo absurdo. ,,r t rimo se me decía que era necesario distinguir entre el roman- t r( isrno eterno y el romanticismo propiamente dicho. lrra aquella una época clifícil, en la que las cosass e aprendían ,,,rr ¡rrecisióny claridad, aunque luego hubiera que comprobar (lu(' lo que se había aprendido difería mucho de la complicada rrr:rr:rirad e 1or eal. Pero,d e todos modos, no dejabad e ser recon- lr¡ rt rrnt€ saberq ue si en el examen le preguntaban a uno algo so- l,rc cl romanticismo, sep odía empezar por decir que había que ,listinguir -aunque despuésn o supiéramosh acerlo- entre el ro- nriulticismo eterno y el romanticismo propiamente dicho. Sí, la época era difícil, para enfrentar con buenas posibili- ,l.r..lcslo s exámeness e hacía necesarioa vecesa prendersef rases (lu('tcnían el enigmático aire de un sortilegio mágico. Así, por ,'¡. rrrplo,e ra difícil sortear con felicidad una pregunta sobre el Itt'n:rcimiento si no se empezabap or decir que el Renacimien- t,r t'ra "la palingenesia del espíritu greco-latino". Pero, aunque (.r:rr ura época difícil, otras la hicieron buena, y hoy da gusto r, t,rrclarla. ' I'trbliceclo originalrncnte en Correo de lc¡sa iernes,M ontevideo, aíro 4 N" ') /. -l ,lc fi brcro dc l 9fi-1. r( )rnanticistnoc, uya Penetrant€ investigacióno nírica uo cstaba En cuanto al romanticismo, nunca fui hábit' después,p ara .r¡,,.tadaY. tan no io .rt"b", en verdad'q ue todavían o habíae sta- comprender qué cosae se l romanticismo eterno, aullque sí,e n cam- ll.rrloe I movimiento surrealistan, i André Bretonh abíae scrito bio, siempre me interesó el romanticismo propiamente dicho. N,ttlla,ni desclelu egos ec onocíann i las prosasn i las pinturas de Y acasof ue por el mismo interés que Pusee n conocer algunos llt'nri Michaux' de sus aspectos,q ue no puedo deiar de P€nsar que esaé poca sor- [:n todo estop iensol eyendoe l último libro de Mario l:"]::' prendentee n la que vivieron como contcmporáneose spíritust an li,tlt¡e l tiempo,q* p.tbli.á recientcmenteB andaO riental (1982)' finos y tan poderososa la vez, esaé poca que se despliega como (luee sL evrero,m uy probablementee, l autor uruguayoq ue-dc lx)r resultado de tan profundas sacudidash istóricas como las que se ,,,,,,*r" másn otoria en su interioridads iguiendol os labe- produjeron a fines del siglo xvIII y pritneras décadasd el xrx, y , nrtosc les trp ropia im"haogri1nda"c ión,y hastat al punto' qrles ush allaz- que alteraron a la vez tantos diferentesa sPectosd e la vida huma- l()s soll seguramenrep,a raé l mismo, tanto como hallazgosli tera- na, esaé pocal argarnentcP reParada,e sc ierto, pero de arrclllador r r,,sc, sclarecimientods" r., p'opio ser'Y con esel ibro' releía lguno dcspliegue,e s la puerta de la modernidad. ,lc lrlsa nteriores. Pienso que en ella se inaug,tra el munclo que es el nttestro, que No esf ácil haccrlo;p orquea unqueL el'reroe su no de nuestros en ella despiertan ala vez fuerzas que durante mucho tie mpo dor- .st ritoresm ási nteresar-tr.,r.,, ' libros sonm uy difícilesd e hallar' mitarot-t,c omo la tecnología,q ue empieza a hacerseP rescntce n llrr csoc sd e agradeceqru eB andaO riental hayad ecididop ubli- el momento de la Revolución industrial, o cotno el despliegue ( .u ('stcú rltimo,y que Arca sc haya ProPuestop r'rblicaro tro este económico provocado por el desarrollo industrial, o como sLlc on- rrusrrraoñ o. secuencia,l a crecientc trrbanización hace que la mayoría de los Strp rirner libro propiamented icho fue la novela La ciudad' hombres seamosd esdee ntoucess eresd e la ciudad, o como la apa- ,¡ rr t prrblicóe n Montevideol a editorialT ierra Nuevae n 1966;y rición de los movimientos de masasq ue seh acen desdee ntonces 1,,.11.,n., ,1 970,l a mismae ditorialp ublicó La máquinad ep ensar periódicamente Presenteso, como, v ese l otro extremo' pero Por ,',, {')l,,rlyrdondee l autor recogíav ariost extosa Parecidocso n an- esom ismo no debe olvidalse, la entregaa los nuevos horizontes r,',, ,,ri ciadc n difcrentesp ublicacionepse riódicasP' eroc uandoe sa de la imagir-raciónq ue sea ventllra coll un atrevimiento sin precc- , ,lrr .,ri ul set rasladóa BuenosA ires,a quell osl ibros,q uey a venian dentese n las zouasa ntesh abitualtnentc sorteadasd el onirismo y ,,,,r r..1t,rr- ralamencteli stribuidos-v pocov endidosP' or suPuesto- aun del delirio. t('rr uin:lrons egúnp :rrccev olviendo¿ rla semilla't ransformados Es cierto que ltrego,a lo largo del siglo xlx' todo esto se incre- , , I).rstlpl arap apel. mentó ala vez v enérgicamente. Pero también es cierto que casi lrsc ierto qu"L o ciuda¿fLl .ere cditadac trB ttetlosA irese n lc)77' todo esei ncremento ser ealizó en la misma dirección con que seh a- ( n u¡r:rll iblioiecad eC iencial iiccióny Fautasíaq ued irigíaM ar- bía iniciado allá er-rla épocad el romanticismo propiam€nte dicho' , r.rlS ottttlu, n infatigablep romotorc lcl a literattlrad iferentee n Y hasra tal punto que -Pensando sobre todo ahora en la ver- ¡',r r.'t,tly ttu entusiastad e l'evreroc n particular'p eroa un asre s tiente de mavor audaciai maginaria del romanticismo y cn su vo- , .'',, encontrarc ]erlrplaredse esan ovela' luntad de ahondar en la experiencia del sucño- puedo recordar S',i,rrr1c rr.nrbrialrrlgeo e, itrevitablcrnenteL'e t'reros iguee scribiendo; que en un artículo publicado en L9LZ, creo,e n la ,..-rpv tirulado ¡ , t'r,irlctlteq ue llo escribcP orqtleq uieras ino porquen o Puede "Reconocimicnto a Dada", afirmaba Ribemont-Dessaignesq ue , r'rt,rt . lt¡ccrltt. esem or.'itniento Dada era probablemellte el purtto cxtremo dcl 23

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