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La máquina de los memes PDF

354 Pages·2000·14.384 MB·Spanish
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S U S A N BLACKM QRE LA MÁQUINA DE LOS MEMES Prólogo de Richard Dawkins PAIDÓS Barcelona Sueños Aires México Título original: The Meme Machine Originalmente publicado en inglés, en 1999, por Oxford University Press, Oxford (R.U.) y Nueva York This translation of The Meme Machine originally published in English in 1999 is published by arrangement wkh Oxford University Press. Traducción publicada con permiso de Oxford University Press. Traducción de Montserrat Basté-Kraan Cubierta de Ferran Cartas y Montse Plass Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. © 1999 by Susan Blackmore © 1999 del prólogo, Richard Dawkins © 2000 de la traducción, Montserrat Basté-Kraan © 2000 de todas las ediciones en castellano, Ediciones Paidós Ibérica, S. A., Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona y Editorial Paidós, SAICF Defensa, 599 - Buenos Aires http://www.paidos.com ISBN: 84-493-0967-0 Depósito legal: B-43.050/2000 Impreso en Gráfiques 92, S. A., Av. Can Sucarrats, 91-08191 Rubí (Barcelona) Impreso en España - Printed in Spain paraA dam Sumario Prólogo, Richard Dawkins.......................................................... 11 Introducción............................................................................... 25 1. Bichos raros........................................................................ 27 2. Darwinismo universal............................................... 39 3. Evolución de la cultura....................................................... 57 4. Desde el punto de vista del meme...................................... 73 5. Tres problemas de los memes............................................. 93 ó. El gran cerebro..................................................................... 111 7. Orígenes del lenguaje.......................................................... 129 8. Coevolución del meme-gen................................................ 143 9. Límites de la sociobiología . ............................................. 163 10. «Un orgasmo me salvó la vida» .......................................... 179 11. Sexo y el mundo actual. .................................................... 193 12. Teoría memética del altruismo. .......................................... 211 13. La trampa del altruismo....................................................... 229 14, Memes de la nueva era . . ................................................ 245 15. Religiones y memeplexes.................................................... 261 10 LA MÁQUINA DE LOS MEMES 16. En Internet............................................................................ 281 17 El memeplex definitivo. . . . . . ................................... 299 18. Escapatoria. ......................................................................... 317 Bibliografía................................................................................... 333 índice analítico y de nombres.................................................... 347 Prólogo Era todavía estudiante en la universidad Balliol cuando un día, char­ lando en la cola de la cantina con un compañero, me di cuenta de que a medida que iba hablando, su mirada de asombro crecía. «Acabas de ver a Peter Brunet, ¿verdad?» Me sorprendió que lo supiera. Peter era nuestro queridísimo director de seminario y yo acababa de salir de una de sus tutorías con muchos ánimos. «¡Lo sabía!», agregó mi colega son­ riendo, «hablas exactamente como él, hasta en el tono de voz se te nota». Aunque sólo fuera esporádicamente, había «heredado» su canti­ nela y su modo de hablar que tanto admiraba y que tanto echo de me­ nos en la actualidad. Años más tarde, cuando yo ejercí aquel cargo, tuve una joven alumna aquejada de una extraña costumbre. Cada vez que se le preguntaba algo de una cierta profundidad, cerraba los ojos con fuer­ za, los párpados muy apretados e inclinando la cabeza hacia adelante, permanecía inmóvil medio minuto para pasar posteriormente a res­ ponder con fluidez e inteligencia. Su actitud me fascinaba y un día, des­ pués de compartir una cena con mis colegas, decidí emularla. Entre la audiencia se encontraba un filósofo de Oxford quien, ante mi remedo, replicó inmediatamente: «¡Wittgenstein! Ya sé, se trata de la señorita..., 12 LA MÁQUINA DE LOS MEMES ¿verdad?». Sin salir de mi asombro le contesté que así era en efecto, a lo que mi colega respondió que no le extrañaba: «sus padres son filósofos y ambos profesan una verdadera veneración por Wittgenstein». Aquel gesto, aquella costumbre de mi alumna había pasado del gran filóso­ fo a la joven a través de uno de sus progenitores. Cabe añadir que aun­ que mi imitación durante aquella velada sólo tenía el propósito de ha­ cer pasar un buen rato a mis compañeros, me considero transmisor de cuarta generación de aquel gesto, i A saber dónde la había aprendido Wittgenstein! A nadie escapa que todos imitamos a otros de forma inconsciente, en especial a nuestros padres, a los que ejercen alguna influencia sobre nosotros, a las personas que admiramos. No obstante, ¿podríamos con­ siderar que la imitación es capaz de convertirse en los cimientos de una teoría del desarrollo de la mente humana, en una eclosión del cerebro, o incluso actuar sobre el significado del yo consciente? ¿Es posible que la imitación haya sido la clave para que nuestros antepasados se distin­ guieran de los demás animales? Personalmente no lo había pensado nunca, pero en su obra Susan Blackmore nos hace una proposición en este sentido muy atractiva. Durante la infancia se adquiere un lenguaje determinado y particu­ lar por el método imitativo en lugar de aprender otra lengua. Por estos motivos hablamos de forma más parecida a la de nuestros padres que a la de los padres de los demás. Por la misma razón existen acentos dis­ tintos y por extensión, idiomas distintos. Se puede decir lo propio de las religiones: la familia suele perpetuar un conjunto de creencias que ya practicaban sus antepasados en lugar de elegir un nuevo credo a la llegada de sus vástagos. Puede decirse que a niveles cuando menos su­ perficiales, existe una analogía en la*transmisión longitudinal genética a través de las generaciones y una transmisión horizontal genética por lo que a los virus se refiere. Sin entrar en valoraciones de calidad acerca de dichas analogías, es preciso disponer de una definición para, como mí­ nimo, poder hablar de la entidad capaz de desempeñar un rol genético en la transmisión de las palabras, de las ideas, de las creencias, de los manierismos, de las tendencias. La palabra «meme» fue acuñada en 1976 y desde entonces ha sido utilizada de forma creciente por colecti­ vos diversos para definir el postulado de analogía genética. El criterio de los compiladores del Oxford English Dictiomry es muy concienzudo cuando debe decidirse la inclusión de una nueva palabra en dicha obra. El término aspirante debe ser de uso corriente, sin pre­ cisar de definiciones aclaratorias ni de referencias a los orígenes de su acuñación cada vez que se utiliza. Invocaré la metamemética para for­ PRÓLOGO 13 mular la pregunta: ¿hasta qué punto se puede considerar de uso co­ mún la palabra «meme»? Aunque la red www (World Wide Web) no sea el método perfecto, puede ser un recurso útil y sencillo a la hora de hacer un muestreo de esta palabra, amén de lo práctico que representa ser para el usuario que desea llevar a cabo este tipo de investigación. Personalmente, efectué una incursión rápida en la red el mismo día que escribí este prólogo, el 29 de agosto de 1998. Encontré la mención «meme» al menos medio millón de veces, aunque debo añadir que una cifra tan extremadamente elevada sugiere con toda probabilidad la existencia de una confusión con otros acrónimos además de coincidir con la palabra francesa mime. Sin embargo, el adjetivo «memético/a» es genuino y exclusivo y lo encontré citado 5.042 veces. Para situar esta cifra en perspectiva, realicé ciertas comparaciones con otros vocablos (ingleses y americanos) de reciente acuñación o con expresiones en boga. Spin doctor (o spin-doctor) se mencionaba 1.412 veces, dumbing down 3.905, docudmma (o docu-dmmd) 2.848, sociobiology 6.679, cata- strophe theory 1.472, edgeof chaos 2.673, wannabee 2.650, zippergate 1.752, studmuffin 776, post-structural (o poststructurai) 577, extended phenotype 515, exaptation 307. De las 5.042 menciones del adjetivo «memético/a», más de un 90 % no mencionan el origen de la palabra lo cual sugiere que concuerda con el criterio del OED y como nos recuerda Susan Blackmore, el Oxford English Dictionary contiene en la actualidad la de­ finición siguiente: Meme: elemento de una cultura que puede considerarse transmitida por medios no genéticos, especialmente imitación. Proseguí indagando en Internet y descubrí la existencia de un co­ lectivo de información llamado «alt.memetics» que ha recibido más de 12.000 consultas durante los últimos doce meses. Se trata de un grupo dedicado a la divulgación de artículos en la red, entre los cuales cito «The New Meme», «Meme, Counter-meme», «Memetics; a Systems Metabio- logy», «Memes, and Grinning Idiot Press», «Memes, Metamemes and Politics», «Cryonics, religions and memes», «Selfish Memes and the evolution of cooper- ation» y «Running down the Meme», Existen páginas en la red aparte titula­ das: «Memetics», «Memes», «The CMemetic Nexus», «Meme theorists Work- shop»,«Somepointers and a short introduction to memetics», «Memetics Index» y «Meme Gardening Page». Encontré incluso una nueva religión, en mi opinión el título tiene tintes humorísticos, llamada «Church of Virus», con sus correspondientes listas de pecados y virtudes, bajo la advoca­ ción de san Charles Darwin, canonizado «posiblemente por ser el inge­

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