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La literatura de los quechuas. Ensayo y antología PDF

327 Pages·1980·15.565 MB·Spanish; Quechua
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La Literatura de los Quechuas DEL MISMO AUTOR Aráwiy, arawlku. Poemas. Viaje a Inkallajta. Impresiones. Repete. Relato. Surumi. Novela. Traducida al portugués. Pauqarwara. Poemas. La Poesia Quechua. Ensayo y Antología. Yanakuna. Novela. Traducida al polaco, alemán, húngaro, checo y ruso. Poesía Popular Quechua. Antología. Traducida al alemán. Tragedia del fin de Atawallpa. Monografía y traducción del Que- chua. Yawarninchlj. Novela. Traducida al ruso, checo, húngaro y rumano. Flor de Loto. Poema. Leyendas quechuas. Antología. Sinchikay. Novela. Traducida al ruso. Llalllypacha. Novela. La Cultura de los Inkas. Ensayo. 2 tms. Iikallajta. Inkaráqay. Ensayo. JE SUS LA LITERATURA DE LOS QUECHUAS ENSAYO Y ANTOLOGIA TERCERA EDICION (CORREGIDA) LIBRERIA Y EDITORIAL "JUVENTUD" La Paz - Bolivia 1980 Es propiedad del Editor. Quedan reservados los derechos de traducción y reproducción de acuerdo a Ley. D.L.L.P. No. 047/80 Empresa Editora "URQUIZO S.A.", LA PAZ Printed in Bolivia- Impreso en Bolivia En 1947 publicamos una obra intitulada La Poesía Quechua. En ella estudiábamos las manifestaciones líricas de los quechuas en los tiempos precolombinos, en los del Coloniaje y en los de la RepúbH ca. Nuestro trabajo se basó en los testimonios que nos legaron los antíguos cronistas y en los tesoros que supieron preservar y hacer llegar hasta nosotros coleccionistas de diversas épocas. El volumen contenía también una antología de bastante consideración. Aunque, habíamos consultado una bibliografía abundante, nuestro estudio distaba mucho de ser exhaustivo y adolecía de no pocas deficiencias e imperfecciones, incluso errores notorios como alguno que nos fue ra señalado por Paul Rivet en su Bibliographie des langues Aymará et Kichua. Abrigando el propósito de superar los puntos negativos de la obra y presenta,· una edición definitiva de ella, proseguimos nues tra labor de investigación. De 1947 a esta parte hemos llegado a acu mular tal cantidad de material aprovechable, que al emprender la tarea de ordenamiento y redacción nos hemos encontrado con que los límites del género poético resultaban estrechos. Consiguiente mente, en lugar de reducirnos a refundir el estudio original,. deci dimos agregarle el importante capítulo del relato, con lo que en es ta obra, que se publica con otro título, queda más o menos completo el panorama de la cultura literaria del pueblo quechua. En nuestra empresa nos ha sido de suma utilidad el Manuscrito de Francisco de Avila (1608). Los Orígenes de los Incas, de Martin de Morúa (1590), Miscelánea Antártica, de Miguel Cabello Valboa (1558), asi como los cuentos recogidos por Jorge A. Lira y publicados en parte por José María Arguedas, las obras de Hildebrando Castro Pozo y Rigoberto Paredes, los cuatro últimos, estudiosos del siglo que corre. El presente estudio va acompañado de una antologia más nu trida que la que apareció en La Poesía Quechua. Hemos incorpora- do aquf la totalidad de los himnos de Mollna y Sallkamaywa y un nú mero apreciable de composiciones de la era colonial y de la republi cana, asi como un puñado de relatos de las tres épocas. Para la transcripción del quechua adoptamos el sistema de escritura aprobado en el 111 Congreso Indigenista Interamericano de La Paz, (1954) con dos modificaciones que consideramos necesa rias: empleamos la j en Jugar de la h aspirada, v.gr., janpi, reme• dio, en vez de hampi; júñuy, reunir, en vez de húñuy; recurrimos al elemento sh', en vez de chh, v.gr., sh'alla, tallo seco del maíz, en lagar de chhalla; sh'ulla, rocío, en Jugar de chhulla. Por lo demás, nos ceñimos rigurosamente al referido sistema, implantado ofi cialmente por el gobierno boliviano para la escritura de nuestras lenguas aboríaenes. Finalmente, debemos anotar que son nuestras las traducciones del quechua al castellano, excepto aquellas de las cuales se consig na expresa constancia. El autor EPOCA PREHISPANICA EL LENGUAJE I EL RUNASIMI En los círculos estudiosos que se ocupan de investigar el pasa do americano se considera que la vida del antiguo Tawantinsuyu es un mundo henchido de grandeza y de esplendor. Un mundo extraor dinario cuyos secretos caminos nunca se acaba de recorrer. His toriadores, arqueólogos, economistas, etnólogos, en fin, especialis tas europeos y americanos, se adentran en ese mundo con los más diversos rumbos. Encuentran alli filones inagotables y nos trae11 riquezas insospechadas. Y más aún, como bien decía el profe,;or Louis Baudin en el Congreso de Peruanistas de Lima en 1951, "cuan to más se descubre, más queda por descubrir". Vidas enteras hay que se consagran al estudio de una u •otra rama de la historia del Tawantinsuyu. Un ejemplo señero tenemos en el profesor francés Paul Rivet, quien trabajó durante cerca de 50 años en la 'investiga ción de la cultura quechua. Entre los diversos cap[tulos que comprende la historia de los Inkas, el que más escollos ofrece es sin duda el que se refiere al runasim.i, idioma que hablaron los súbditos del imperio y que en los tiempos actuales hablan todavla sectores mayoritarios de po blación en el Ecuador, Perú y Bolivia. En consecuencia, son pocos los especialistas que se dejan atraer por esta disciplina, aunque son muchos los que se asoman bajo la presión de las necesidades pro pias. de sus estudios. Much.as veces sus impresiones resultan poco o nada favorables, y no puede suceder de otra manera. Las escasas 10 JESUS LARA e imperfectas gramáticas y los vocabularios insuficientes que se conocen no bastan para organizar un juicio valedero. _Es necesario conocer a fondo un idioma, hablarlo y familiarizarse con él para po der llegar a conclusiones aceptables. Los investigadores no proce den así, razón por la cual se sienten inducidos a repetir lo qu~ )" >1 dijeron los cronistas oficiales de la colonia, desde Polo de Onde gardo hasta Llano y Zapata, sin excluir a de la Condamine y otro:; ilustres curiosos que visitaron las ricas colonias de España y t'n cuyo concepto el runasimi, por su rudeza y primitividad, no puede considerarse como instrumento de expresión de un pueblo civiliza do. Carlos María de la Condamine, sabio francés, de la Academia de Ciencias de París, con diez años de permanencia en Sud Améri ca, escribía en 1745 en términos nada generosos acerca del idioma de los Inkas. A su juicio, era una lengua sumamente pobre y no con taba con términos que expresasen "ideas abstractas y generales". A modo de ejemplos anotaba algunas palabras, como virtud, liber tad, tiempo, cuerpo, etc. Pero basta ojear los vocabularios de D'> mingo de Santo Tomás, Antonio Ricardo, González Holguín y otros. si no se conoce bien el idioma, para encontrar los equivalentes que no existían para el ilustre hombre de ciencia. Así, aquel:os autores. todos de la época colonial, nos dicen que virtud es allikay; libertad, qhespina; duración, únay; tiempo, pacha; cuerpo, ukhu. De la Con damine asevera que en quechua los nombres de los seres metafí sicos sólo pueden expresarse imperfectamente y por medio de lar gas perífrasis. Un grave error. La palabra Dios (con mayúscula) tiene su equivalente perfecto en Wiraqocha, según definición emi tida por el Jesuita Anónimo, Juan de Betanzos y otros cronistas co loniales. Dios (con minúscula) es wak'a; semidiós, willka. Alma, es nuna; demonio, s6pay; espíritu., aychánnaj. Esta manera de juzgar del sabio francés es resultado de una sensible falta de detenimien to en el estudio del runasimi. 1 A través del prisma de de la Condamine nos siguen mirando hoy día muchos ·d e los especialistas occidentales. Todos admiran l:l arquitectura ciclópea del Cuzco, la cerámica, los mitos, aun la or • ganización social, la económica y la política del Inkario; pero tan pronto como se presenta la ocasión, para ellos el pueblo quechua no disfrutó del don del análisis ni se colocó jamás en el plano de las concepciones abstractas. Nosotros nos preguntamos: ,Es posible que el pueblo constructor del Cuzco, de Ollantaytambo y ·de Machu pijchu, el pueblo que · llegó a la organización social, económica y política más evolucionada de que habla la historia, el pueblo qu~ supo cultivar las artes al extremo de que hoy día las muestras ~.;e

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