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La influencia de la religión en la España democrática (Incompleto) PDF

24 Pages·1994·27.217 MB·Spanish
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LA n{FLUrf{CH Dr LA RTLIGI()I{ TI{ LA I SOCITDAD T§PAI{OLA Gustavo Bueno, Amando de Miguel, Gonzalo Puente 0jea. Javier Sádaba y GabrielAlbiac Ensayo prende, por tanto, que, a veces, se les critique sólo por su irracionalidad. Cuando es más abultada aún la inmoralidad de sus propósitos. En cualquier caso, la religión civil de los indiferentes y todos sus aliados coyunturales parece que tie- ne larga vida. Es una forma de control social que el poder de turno suele agradecer. Por eso, una labor constante de la inteligencia y, especialmente, de la filosofía moral es la de ajustar las cuentas con toda moral mezclada con la religión. II I.A INFLUENCIA DE LA RELIGIÓX NN I,A ESPAÑA DEMOCnÁrrca por Gustavo Bueno 36 PLANTEAMIENTO MBTODOLÓGICO DE I.A CUESTIÓN I El análisis de la ,,influencia,,de la religión en la España democrática lequiere utiliza4 desde luego] Io, ,""u.ro.' áái método sociológico, pero no soro de eroí. El método tristoii- co es también ineludible y los métodos antropológicos tierer, sin duda, un amplio margen de aplicación. Bi anaiisis de fiásl tas "religiosas" tales como la Rómería de la Virgen d;i ó;;_ piño, en Pontevedra, o el análisis de las instituciónes o" t"ia- pia sagrada tales como las que practican los santos curande_ ros andaluces Aceituno, Santón de g-u, ;io, pastequeiros g-aSllaengotos agradece ser llevado aAetán"ttec .p_o, , piá_ cedimientos similares.alos que er etnólogo utitizabaiáia'es- tudiar la danza del eclipse dé luna de los"indio, ;riñiq* describió- Lafiteau) o lás que se utilizaban o se utirizan oara estudrar los chamanes tunguses o a los derviches giróvágos lllil_l Sl, .Tbmq9, esros métodos positivos 1.o"íoiági"?., lsllo,_oorrerl _too-d?lo a, nntoro npoosló sguicmoisn,i.sptsraicno lcórgiticeóriso)s n sou,,faicgloietnatne,s, eplu í.eum ,aí j enjuiciamiento_del mismo, debido a que los fenómenos reii_ g1T?:-:l l, "España democrática,,, en la medida en que se ctan rnmersos en un tejido histórico cultural rnuv comprometen Ideas que requieren ser consideradás "¿o"rsndt.l ".ij.o,_- ordenadas.que desbordan los límites estrictos de un-ya, categorización positiva (s.ociológica, antropológicu, .tL.), por tanto, obligan a movilizar algún sistemi de-ideas firá;¿- 39 T',- ficas. Al final del verano de 1979 (por tanto, promulgada ya vos, sino también de insertarlos en el sistema de ideas impii- la Constitución democrática de 1978) tiene lugar la III Asam- cadas en ellos, a saber, y principalmente, la Idea misma de blea Nacional de la Renovación Carismática, en el convento "religión" y la idea de "influencia" (o causalidad) de la reli- gión en el "todo complejo" (para usar la expresión de E. B. de dominicos de San Pedro Mártir (carretera Madrid-Burgos) con casi cuatro mil participantes' Es indudable que el análi- §lor) constituido por la "sociedad (cultura) de la España de- sis de esta asamblea (agitación de brazos levantados al estilo mocrática". pop-litúrgico, cánticos, abrazos entre los participantes, Por otra parte, ese "sistema de ideas" que consideramos fuii*.ut áctivos de curación, etc.) puede llevarse a cabo, ineludible no es uno determinado. Pero el reconocimiento de durante un gran trecho, del mismo modo a como llevaríamos la diversidad de sistemas filosóficos disponibles (cuyo número a cabo el añálisis de una ceremonia de danza de los citados es, en todo caso, muy limitado) no nos libera de la necesidad derviches giróvagos (incluyendo la investigación de de acogernos a alguno de ellos, enfrentándonos, por tanto, secrecionel d" en el participante polémicamente a los otros sistemas alternativos. Es evidente carismático como "ernd loostf idnearsvi c-hteasn- toco n efectos analgésicos que nuestro juicio sobre la influencia de la religión en la so- o alucinógenos). sin embargo, no es posible omitir la circuns- ciedad española de la época democrática será muy distinto tancia de que en esta III Asamblea Carismática, estuvo pre- según que entendamos la religión al modo de un musulmán, suennut eá, updour, émjeemtápfloor,a e, ld ciganrdae ndael uSnü efrnaeyns G -e{ruu9ndt iop odre c liae rstoo,c ieen- Joe bhioevná ,a lo m doed uo nd era ucnio cnaatlóislticao m, daerx uisnt ar aob imnoe,c daen iucnis ttae;s tpiguoe sdtoe daavdió nin cduuysatrsi adl,o sc oamlaps afruóe slae n" rMenaorívaa cyi óPne dcraor'i sPmeároti cyaa" laco mn eurna qou ee nla t oindtoesr p(reelt amciuósnu ldmeá lons oh eecl hjuosd ísoe,r áo d iinsctilnutsao e ne lc cardias ticaansoo,, intervención del cardenal Süenens obligaría a poner en co- interpretará quizás la nueva situación de libertad religiosa nexión la III Asamblea Carismática con el Sacro Colegio, por -iniciada, por cierto, ya en la Ley de Libertad Civil en Ma- tanto, con la Historia de la Iglesia (que incluye, a su-vez, la teria Religiosa de l-967- como condición de la nueva era de esplendor de la vida religiosa que contemplan sus profecías Uistorla de la Teología, tanto como la Historia de los Papas): El "horizonte antropológico" y la "neutralidad antropológica" respectivas; el racionalista acaso puede ver en esta competen- el que inicialmente envolvíamos a la Asamblea- que- cia mutua de las confesiones religiosas el mejor modo de -en neutralizar el poder de control casi absoluto que la Iglesia da desboidado por un horizonte histórico-político (partidista) Católica detentó durante el franquismo y, acaso, el comienzo que nos remite ál presente práctico-des-de el cuál nosotros nos de una caída de la influencia de las religiones, en general, di.pon"-ot a juz§at (a criticar, a clasificar) esaAsamblea,.en función (neceiariámente) de determinadas coordenadas filo- como consecuencia de esa competencia mutua. sóficas (no meramente antropológicas o. sociológicas) que están incluidas en la misma teología católico-romana, en tan- to ésta no puede ser descrita al margen de la tradición filosó- 2 fica griega (Platón, Aristóteles o los neoplatónicos)' Lo¡ ryá- Hsis IociátOgicos, antropológicos o históricos, son, desde lue- Supuesta la imposibilidad de tratar el tema titular, en las go, ineludibles; son necesarios pero no.son suficientes para condiciones expresadas, desde el "conjunto 0" de premisas íoi*u.ro. un juicio filosófico. Que habrá de ser capaz no solo (filosóficas) procederé a declarar las mías del'modo más bre- de coordinar ios resultados de los diferentes métodos positi- ve, dejando de lado, por el momento, la obligada polémica 41 40 con sistemas de premisas alternativos. El espacio que me ha analogado, al conjunto de los sujetos corpóreos numinosos o sido concedido no da pie para un tratamiento a fondo de la "bultos sagrados" -de vultus, rostro-, númenes finitos; y, cuestión; en cambio si parece posible desarrollar aquí, a títu- entonces, definiremos a la religión, a partir de este núcleo 1o metodológico, nuestro propio planteamiento. Los esquemá- numinoso, como multiplicidad de contenidos culturales que ticos desarrollos ofrecidos deberán tomarse, por tanto, antes tengan relación interna (también ex contactu) con el núcleo como hipótesis de trabajo, que como tesis formales o, menos de referencia (el templo será un contenido religioso en cuan- aún, que como respuestas al "test proyectivo" constituido, sin to es la morada del numen; el sacerdote es el experto en el duda, por el mismo tema titular que el editor ha propuesto, trato con los númenes y de ahí su significado religioso...). En acaso sin quererlo, a los colaboradores de este libro. El Animal divino escogimos, como núcleo de las religiones, Ante todo, declararé mis premisas sobre la religión, en a los númenes corpóreos. En gran medida, porque, a partir de general. Desde luego estas premisas huyen de todo enfoque ellos, podemos pasar más fácilmente a los templos, a los sa- metafísico o teológico en el momento de ocuparnos de la Idea cerdotes y aun a los dioses incorpóreos imaginarios, o al Dios de religión (por ejemplo, concibiendo a la religión "como la absoluto (como Numen supremo) que recíprocamente. Las respueita obligada que ya el hombre primitivo hubo de dar a trasformaciones de los númenes originarios, propios de las re- ligiones primarias (de morfolo gía zoomórfica antes que los interrogantes que le planteaba su existencia", o bien pre- antropomórfica), en númenes secundarios (dioses o demonios suponiendo que la religión es "religación del hombre con Dios celestes o terrestres, zoomorfos o antropomorfos) anteceden en cuanto fundamento del Universo"); pero también huyen de a las trasformaciones de los númenes secundarios en el nu- un enfoque meramente "fenomenológico" (la religión como men terciario, por ejemplo a la transformación de Zeus en el rapsodia de "vivencias" o de "experiencias" susceptibles de .". descritas en los términos de la "reducción Dios infinito e inmóvil de Aristóteles; un Numen-límite que, por su infinitud, al perder su rostro bulto, vultus- deja fenomenológica"). "Religión" se entenderá aquí, en principio, de ser Numen con significado rel-igsious o. Si el Dios de la desde un punto de vista positivo, como rótulo de una multi- Ontoteología cristiana sigue siendo tulna persona con signifi- plicidad de instituciones, ceremonias, etc., dadas necesaria- cado religioso se debe a que ha recuperado alguno de los mente en un plano fisicalista (fuera del cual negamos rotun- atributos zoomórficos o antropomórficos que los filósofos damente todo significado homologable de la palabra "expe- griegos desde Jenófanes, y aun antes, pretendieron eliminar riencia"), tales que mantienen entre sí relaciones internas de la Idea del Ser Supremo. Las religiones terciarias fiudaís- capaces de constituir algo así como un "análogo de atribu- mo, cristianismo, islamismo,...) según esto, se nos presentan cién". Como primer analogado podríamos escoger, por ejem- como aquellas religiones que, superponiendo al "Dios de los plo, a los templos; y, entonces, podríamos definir a la reli- filósofos" determinaciones finitas, aún a título de apariencias giór, por una suerte de recurrencia, de este modo: "religión docetistas, han logrado conferir al Ser Supremo un significa- és el óonjunto de los templos y de todo aquello que esté in- do religioso, según aquellas declaraciones que Pascal formu- ternamente concatenado con los templos en las diferentes ló contra Descartes: "Solo conozco a Dios a través de Jesu- sociedades: sacerdotes o especialistas religiosos (con sus teo- cristo". Iogías correspondientes), fieles, imágenes de santos, sujetos En segundo lugar, declararé mis premisas sobre los mo- corpóreos sagrados "en carne viva", al menos intencional dos de influencia (o causalidad) de los contenidos religiosos (como pueda serlo el buey Apis o el Corpus Christi en el en el resto del "todo complejo" constituido por la "cultura", iagrarib...). Tambien podríamos tomar, como primer según la fórmula consabida de E. R. Tylor. Descartaremos, 42 43 desde luego cualquier "influencia espiritual" (tal como Ia titución simple, sino compuesta de múltiples instituciones, entiende él espiritualismo mágico o incluso el "idealismo contenidos o ceremonias tales como "asambleas", histórico"), sin que por ello nos consideremos obligados a "invocaciones al numen", "jetarqLtía sacerdotal", "libros sa- acogernos a los esquemas tradicionales del "materialismo grados", "sacramentos", "templos", "concierto sacro", etc. No histérico"; sobre todo, cuando, distinguiendo entre basey su' es fácil explicar la unidad en virtud de la cuál todos estos perestructura , asigna la religión, desde luego, a la superes- contenidos, ceremonias o instituciones se entretejen en una iructura de una sociedad. Y, con ello, se obliga a considerar a red llamada "religión". Tan solo diremos que no es solo la los contenidos religiosos como si fueran emanaciones, filosofía de la Religión la que pretende explicar tal unidad, epifenómenos o subproductos de determinadas disposiciones porque la "actividad nematológica" de las di- -teológica- d^e las fuerzas y reláciones de producción de la sociedad de versas religiones, se dirige también, en gran medida, a expli- referencia. (Se les concederá, a lo sumo, a los contenidos car esa unidad y las de las otras religiones a partir de los religiosos una cierta capacidad de re-acción o contragolpe propios principios dogmáticos (interpretando, por ejemplo, los sobie la base de la que emanan). Ahora bien: la distinción, númenes de otras religiones como apariencias producidas por en cada modo de producción, entre base y superestructura es el diablo reconocido, como un númen maligno, en la propia). muy grosera y carece de aplicabilidad a la dinámica histórica (y no hablamos aquí de las consecuencias malignas que esta dlstinción ha podido tener en el planteamiento de muchos pro- 3 blemas políticos). Entre otras cosas, porque las estructuras básicas de una sociedad dependen, a su vez, de ideas Cuando hablemos de la influencia de la religión (en el superestructurales propias de la sociedad precursora' Una sentido dicho) en una sociedad concreta, considerada en un fáúrica de automóviles llega a ser parte básica del modo de intervalo histórico definido ----como pueda serlo la "democra- producción de la sociedad industrial; sin embargo, los auto- cia española a partir de 7978"- tendremos que distinguir tres móviles, según su marca, dependen de una Idea a la que rea- planos diferentes (diferentes esencialmente, porque lizan o encarnan. Cuando los "alemanes del Este" saltaban el existencialmente se dan siempre en interacción) a través de muro de Berlín gritando Freiheit!(¡libertad!), lo que busca- los cuales podrá tener lugar esa influencia: ban, entre otras cosas, pero fundamentalmente, no era un ideal I. Ante todo, el plano de la influencia que podríamos lla- abstracto, sino un ideal tan concreto como pudiera serlo un mar "gravitatoria" si es que ella puede atribuirse a la misma Mercedes Berrz,la encarnación más plena en aquel momento inercia (o masa inercial) de las instituciones religiosas ya en de su Idea de libertad. marcha, en tanto tienden a "reproducirse" (o, en su caso, a En lugar de base y superestructura distinguiremos, por propagarse) en el ámbito del "todo complejo". No es necesa- nuestra parte, instituciones categoriales instituciona- rio postular que la energía asignable a estas "qlasas inerciales -redes les- y entorno global de esas instituciones (o redes), que religiosas" sea específicamente religiosa ella misma (puesto srrporémos constitutivas, en su conjunto, del "todo comple- que sus fuentes pueden manar de lugares muy diversos); es jo;, tomado in medias res y en movimiento. "Religión" sig- suficiente que, cualquiera que sea el origen de tal "energía nificará, según esto, ante todo, una red categorial de institu- cinética", ella se desarrolle a través de cauces institucionales ciones conóatenadas según lazos de diverso orden; o, dicho específicamente religiosos. La energía asignable a una multi- de otro modo, no consideraremos a la religión como una ins- tud de creyentes reunidos periódicamente para "esperar" la 44 45 aparición de la Virgen, no procede, desde luego, ni del nu- ser desempeñadas por instituciones no religiosas. Los fenó- men virginal, ni tampoco de las expectativas de su aparición, menos religiosos, en virtud de su influencia instrumental en sino, por ejemplo, de las necesidades de evasión de una vida el "todo complejo", pueden cobrar un funcionalismo econó- atormentada o, simplemente, rutinaria en unos o revanchista mico o social que, al mismo tiempo que permita verlos como en otros; pero es la expectativa de la aparición de la Virgen "socialmente pertinentes", usar los conceptos de Max -para la que canaliza todas esas energías, confiriéndoles una "iner- Weber- los condiciona, pero no hasta el punto de que poda- cia" específicamente religiosa, que es característica de la re- mos reducirlos a la situación de meras expresiones de sustratos ligiosidad secundaria (mitológica, supersticiosa) recuperada en económicos o políticos de la sociedad de referencia. Un hos- "experiencias" tales como las de los "virginianos" de El Es- pital, o un centro de enseñanza, sostenidos por una Iglesia son corial, ya desde 1980. Sin duda, la influencia gravitatoria de hoy las formas más ordinarias de influencia instrumental en las instituciones religiosas específicas irá asociada a otro tipo la sociedad entorno de las instituciones religiosas. Por otro de funciones (de sanación, de confraternización); pero preci- lado, la sustituibilidad de tales servicios es muchas veces samente de lo que se trata es de poner entre paréntesis, por puramente teórica; además, con frecuencia,la iniciativa en el abstracción, a tales funciones, a fin de poder atenernos a la desempeño de los servicios de referencia puede haber parti- "pura gravitación" de la masa institucional dada (una masa do de las mismas instituciones religiosas. Puede darse el caso, heterogénea, pero con sus partes intercomunicadas, aunque además de que estas instituciones se consideran como inter- con centros de gravedad cambiantes). En el extremo límite de namente comprometidas con tales servicios (sin que esto tal abstracción, la "masa institucional" religiosa considerada implique que el compromiso recíproco haya de ser reco- la veremos ocupando por si misma una parte del "todo com- nocido). plejo"; y bastaría atenernos a esta ocupación para vernos La influencia gravitatoria y la influencia instrumental de obligados a reconocer su influencia en el resto del todo com- las instituciones religiosas no actúan independientemente. Más plejo, puesto que ya esa "mera ocupación" del espacio total bien se componen como los vectores de un cuadrilátero de implica el bloqueo de otros contenidos alternativos suscepti- fuerzas. Por ello, no es correcto tomar a la influencia instru- trles también de ocuparlo. A la simple realidad de la Catedral mental como la única forma de entender la posibilidad de la activa en la ciudad desprendiéndola de toda otra fun- influencia de la réHgión en una sociedad (la concepción de la -aún ción que pueda irle asociada- corresponde una influencia religión como el "opio del pueblo", ya sea en el sentido en gravitatoria que podría medirse por la resistencia que opone que entendió Marx esta formula -el opio que el pueblo se a la presión irrbanística que se hará sentir, suponemos, en el administra a sí mismo para soportar la miseria de su condi- casco antiguo en la forma de proyectos de derribo de edifi- ción- ya sea en el sentido en que la entendió Lenin -opio cios antiguos, incluidos los templos, a fin de sustituirlos por que los explotadores administran al pueblo para mantenerles nuevas iniciativas laicas (ardines, pabellones universitarios, sujetos- es una concepción instrumentalista de la religión). edificios residenciales o almacenes comerciales). Pero, aun reconociendo la posibilidad de una influencia il. En segundo lugar, una influencia que podríamos de- gravitatoria, hay que añadir que solo por abstracción podrá nominar "instrumental", puesto que ahora las instituciones o verse a la inercia de una institución religiosa actuando por si ceremonias religiosas no influyen en el todo complejo en misma. De hecho, esa inercia actú,a en el compacto contexto virtud de su "masa específica" sino en calidad de instrumen- de otras instituciones capaces de frenarla o dereforzarla. Esto tos de funciones genéricas que, al menos en principio, podrían ocurrirá cuando la inercia de Ia institución alcance una influen- ,4t 47 cia instrumental de importancia tal que sea posible hablar de ciación religiosa de confesión diferente, pone en movimiento una "realimentación", si no en relación con la inercia de la una parte de Ia maquinaria judicial del Eitado y proporciona institución (que supondremos fija), sí en relación con las re- trabajo a abogados, impresores, fiscales y juecls. sistencias que el entorno pueda ofrecerle. La inercia consti- tutiva de una comunidad de monjes benedictinos les mueve a repetir regularmente sus ceremonias, entre las que ocupa, sin 4 duda, un lugar central el canto gregoriano; pero el désplie- ggtrruueemg odeerni ateansl,oa ) d inep euírnecddiaoa lnes eae lvscetaérntáizc a"afr,a eqcnuilteirt eas dulosos "g crpaoobnras culaimo niindefoslur ee(sdn ecdli aec adinnissto-- lda.e EriLvsaap ameñnae todoreddmoenloo cgaríláa at inqcaáu"lei s,c isdo endssedis eltae l a,p,sirn incfloucoieprnadclemianea dndeate sl,a t erranez llaiagd iadóseí,t eesrne- cos compactos. Estos consumidores, son unas veces los ha- minación (diferencial), según los diversos tipos áe influencia bitantes de chalets adosados, obligados constantemente a au- que hemos distinguido, de Ias formas de influencia de los mentar el repertorio de discos utilizables para proporcionarse, contenidos religiosos en la sociedad española democrática, unas veces, medieval relajación y otras veces la posibilidad comparativamente con los tipos de influencia paralelos que de llevar a cabo, con sus amigos, una velada de rock exótico. fuera posible asignar a esos contenidos en Ia España franqriis_ Para los monjes benedictinos de Silos, en cambio, el éxito de ta. Pues el análisis diferenciar de los tipos de influencia'que sus compactos gregorianos es una bendición de Dios que ga- pueda determinarse en el ámbito de lá España democrática rantiza, por unos años, la "recurrencia inercial" de sui cere- solo será verdaderamente significativo cuando podu-os coÁ_ monias íntimas. Unas ceremonias que aparecen puestas en pararlo. co-n los tipos de influencia durante la Época de Fran_ peligro no desde dentro, desde luego, pero sí desde fuera, por co. A fin de cuentas, la influencia de las instituóior", religio_ la resistencia que le oponen a la vida beata las necesidades sas en la España democrática, en tanto no tiene por que ajus_ eecno tnoódmoi ccaass od ela l ocso ntitermibpuocsió np redsee nlotess .c o(Hmapborníae nqteuse irnevliegsiotisgoasr atacreslee raac uiónna (npoorsmitaiv aa,u ntóengoamtivaa, aog nraudlae)c ed es lear ivnifsluiae n"ó.lrun oq ru.n u residuales, pero específicos, al auge espectacular que los dis- las instituciones religiosas pudiera coríesponderles en lu é;;.u; cos gregorianos han experimentado en el año que corre; pues anterior. es obvio que la religiosidad histórica representad.a citada- a través de la música puede formar parte -d.enlo p l"a¡ceerr- estético de un ejecutivo en cuya pequeña biblioteca figura El nombre de la rosa). III. En tercer lugar, reconoceremos una influencia que puede ser denominada "intercalar" puesto que se funda en la intercalación en los procesos sociales y económicos de las instituciones religiosas (a diferencia de la intercalación inver- sa, de instituciones religiosas en procesos sociales o econó- micos; que se reduce al tipo de las "influencias instrumen- tales"). El pleito civil, reivindicativo de propiedades inmobi- liarias, promovido por una orden monástica frente a otra aso- 48 49 1. LA "INFLUENCIA GRAVIIATORI4" DE LAS INSTITUCIONES RELIGIOSAS EN LA ESPAÑA DEMOCRATICA 1 Venimos insistiendo en la conveniencia de entender el ró- tulo "influencia de la religión en la España democrática,,(tam- bién en otras épocas históricas) como un modo de referirnos a la influencia, coordinada o no, de muy diversas institucio- nes religiosas dotadas de inercias muy distintas (tanto por su magnitud, cuanto por su orientación en dirección y sentido) que, sin embargo, pueden dar lugar a una resultante, frente a terceras, y, a veces, oponerse frontalmente entre sí, como se opusieron moros y cristianos, o judíos y cristianos o católi- cos y protestantes a lo largo de los siglos de nuestra historia. Pero, acaso en ninguna otra época como en la época franquis- ta, al menos en su primera década,la coordinación de tai Oi- versas instituciones religiosas fue tan perfecta y minuciosa y su resultante fue tan compacta y homogénea. Una coordina- ción conseguida tras la victoria en la guerra civil, que fue considerada por la Iglesia (por lo menos hasta Juan XXI[) como una cruzada. Todavía en 1959, con ocasión de la inau- guración del Valle de los Caídos, el cardenal primado, pla y Deniel consideraba que "en el desarrollo de nuástra guerra hay mucho de providencial y milagroso,,. Desde luego, la casi perfecta coordinación de las institu- ciones religiosas en un solo orden jerárquico y monocolor (el 51 del catolicismo apostólico-romano) implicaba 1a segregación soplaba donde quería, a saber, en las vocaciones tardías su- de toda corriente religiosa no asimilable o de sentido contra- perabundantes, en la fundación de institutos religiosos nue- rio (lo que planteaballgrnos problemas particulares con los vgg -¿'¿yglinos", "misioneras evangélicas", "alonsinog"...- *r*t-ur"i de la guaráia mora y con el capitán general de en el incremento de las sociedades religiosas tradicionales o Galicia, musulmán, el día de Santiago)' Pero, en todo caso' anteriores ala gterra, como jesuitas, dominicos, capuchinos, el peso que a la religión católica-romana-preconciliar corres- Opus Dei, etc.). Pero también tendremos que computar la p*oioerrlaconstitucióndelaEspañafranquista-era.consi- incorporación del pueblo a aquellas Santas misiones que ocu- áerable y, desde luego, suficiente para desmentir de plano el paban las ciudades durante unos días (recuerdo la del año 1950 famoso ;'diagnóstico-" que Azaia había formulado en la épo- en Salamanca), a aquellas procesiones de la Virgen de Fátima, ca de la II ñepública: "España ha dejado de ser católica"' a las misas dominicales, a las novenas y rosarios vespertinos, Como si hubieia dicho (traduciendo el diagnóstico a nuestras a las coronaciones de Vírgenes, a las consagraciones de Co- coordenadas:) ,,la influencia gravitatoria de la religión católi- razones de Jesús, a las restauraciones y edificaciones de tem- ca en Españá onu cantidad despreciable"' España-seguía plos, etc. siendo cátóhca" sd urante la República si no en su totalidad sí ¿Cuál era lanatualeza de esta religiosidad? Descontando en partes muy sólidas de ella. Fue la misma imprudente po- algunos componentes fetichistas ("elbrazo de Santa Teresa" fitióa anticlerical de los gobiernos republicanos, muy poco que Franco tenía como talismán) acaso cabría afirmar que la maquiavélicos, uno de loi principales desencadenantes de la religión católica se mantuvo en sus planos tradicionales, di- ,.u""ió, integrista promovida, sobre todo, por un clero aco- versos y mejor o peor coordinados. Ante todo, como religión sado durante-los años 30. Se ha dicho que así como los "na- terciaria, filosófica y teológica, a través de las Universidades cionales" se distinguieron fusilando a maestros de escuela' los pontificias y de los seminarios conciliares o de la enseñanza "republicanos" (cón excepción de los del país u§"o) se dis- obligatoria de la religión en las universidades públicas y en tinguieron fusilando a curas, frailes y monjas' No dYdamos los centros de enseñanza. Contando con manuales muchas qrá lu gran recuperación de la "energía gravitatoria" de la veces excelentes, desde el punto de vista teológico-doctrinal. ángiOri"utOlica tradicional durante el franquismo tuvo lugar También como religión secundaria, o, si se prefiere, como re- u trí"¿t de la Iglesia ierurqtizada y coordinada con amplias ligión con abundantes contenidos secundarios (culto a los O, la soc"iedad urtani (a través de.la Acción Católica) santos locales, rogativas para la lluvia, apariciones de la Vir- "yu ápuu-, p"*iru (a través de los párrocos,-Cai1s de Ahorros, etc')' gen en Garabandal) pero controlados desde la misma "reli- b"tpoet de lá "victotia",la Iglesia Católica acaparí J con- gión teológica" administrada por la cúpula de la jerarquía. En trolá la prírcticatotalidad de las funciones instrumentales que este sentido, el nacional-catolicismo representó (me parece) le eran asequibles; desapareció cualquier resistencia a su ac- paradójicamente, y en virtud, en gran parte, de su mismo tividad y, en este sentidó, cabríadecir que el peso propio que monopolio del milagro, un principio de "racionalidad" la masa religiosa católica pudiera haber alcanzado después de (teológica frente a la mística) o de sobriedad frente a los iu gu"..u seidisponía a manifestarse en caída libre durante la excesos de la religiosidad supersticiosa -secundaria- man- tenida bajo control (prohibición de las sesiones espiritistas, ""?ffiñ"remos, como componentes principales de esa ace- de la brujería, etc.). leración gravitatoria del catolicismo de la postguerra, ante Sin perjuicio del reconocimiento que estamos haciendo de todo, el iñcremento notable de la "masa clerical" (el Espíritu la especificidad religiosa de la gran masa resultante de esa 5Z 53

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