LA HUELLA DE SIYILMASA EN LAS CERCAS ALMORÁVIDES DE MARRAKECH Y AL-ANDALUS THE TRACE OF SIJILMASA IN THE ALMORAVID WALLS OF MARRAKECH AND AL-ANDALUS Resumen Abstract El objetivo de este artículo es analizar la hue- the aim of this paper is to analyze the traces lla de las primeras construcciones militares co- of the first military constructions met by the nocidas por los almorávides (siendo éstas las almoravids (the ones located in sijilmasa) in localizadas en la ciudad de siyilmasa) en las the walls of Marrakech and al-andalus. in this murallas de Marrakech y al-andalus. De este way, the saharan influence in the almoravid modo, se ha podido documentar la influencia military architecture has been documented. sahariana en la arquitectura militar almorávi- this influence has been still present during de, presente aún durante la primera mitad del the first half of the 12th century (at least until siglo xii (al menos hasta 1126), momento de las 1126), when the almoravid walls were built obras de construcción y reparación de las mu- and repaired. rallas almorávides. Palabras Clave Key words almorávides, Murallas, al-andalus, norte de almoravids, walls, al-andalus, north africa, África, siglo xII. 12th century. María Marcos Cobaleda Universidad de Granada Facultad de Filosofía y letras Departamento de Historia del arte Doctora en Historia del arte por la Universi- dad de granada (los almorávides: territorio, arquitectura y artes suntuarias, 2010). Espe- cialista en arte y arquitectura islámicos de la Edad Media tardía, ha desempeñado su labor docente e investigadora en la Ugr (2006-2012) y en iEs granada (2010-2012, 2014-2015). Ha disfrutado de un contrato postdoctoral en la EHEss de París (2012-2014) para investigar las relaciones artísticas en el Mediterráneo entre los siglos xii y xv. ISSN 2254-7037 Fecha de recepción: 26-iX-2015 Fecha de revisión: 21-X-2015 Fecha de aceptación: 15-Xi-2015 Fecha de publicación: 30-Xii-2015 MARíA MARcos coBAlEDA LA HUELLA DE SIYILMASA EN LAS CERCAS ALMORÁVIDES DE MARRAKECH Y AL-ANDALUS 1. INTRODUCCIÓN granada, ‘abd allah ibn Buluggin, entrega su capital al emir Yusuf ibn tashufin. Durante la pri- En el territorio de la actual Mauritania, en el mera mitad del siglo xii, en los años de gobierno desierto del sahara, a principios del siglo xi de su hijo ‘ali ibn Yusuf, el imperio almorávide 11 renació la Confederación Mauritana1, alcanzó su máxima expansión territorial gracias grupo de carácter económico y militar creado a la consolidación de su poder en al-andalus, en el siglo ix2, que constituirá el germen de un conformándose así un imperio islámico occi- nuevo movimiento religioso liderado por Yahyà dental que se extendía desde Mauritania hasta ibn ibrahim: los almorávides. Con el paso de los Zaragoza. De este modo, se conseguía por vez años, debido a determinados factores geográfi- primera la unidad territorial del norte de África cos, políticos y sociales, el carácter religioso de y al-andalus bajo un mismo poder político (los este grupo bereber devendrá en un movimiento almorávides) y religioso (el islam), que favoreció político que irá extendiendo su territorio desde el intercambio cultural entre ambas orillas del el desierto hacia el norte de África, gracias a Estrecho. los triunfos militares de sus dirigentes abu Bakr y Yusuf ibn tashufin. Estos primeros años del si los años de gobierno de abu Bakr y Yusuf movimiento almorávide se caracterizaron por ibn tashufin se caracterizaron por la soberanía una rápida expansión basada en la fuerza militar, miliar, el mandato de ‘ali ibn Yusuf supuso el gracias a la que se consolidó el poder político máximo esplendor de las artes almorávides. En de los almorávides tanto en el desierto como este periodo se erigieron numerosas construc- en el Magreb. ciones tanto en el Magreb como en al-anda- lus, obras de las que son fruto las murallas de Esta estabilidad permitió la expansión territo- Marrakech y las reformas en las cercas andalu- rial de los beréberes más allá del Estrecho de síes. a pesar de la gran influencia de al-andalus gibraltar, comenzando la conquista de al-anda- en las construcciones almorávides, en ellas se lus en 10903, año en que el rey de la taifa de incorporaron algunas novedades constructivas nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S y decorativas que se desarrollaron a partir de la primera expedición de los almorávides con- U L este momento, así como algunos elementos tra la ciudad tuvo lugar en 1053-1054, a manos A D propios del arte y la arquitectura norteafrica- del emir Yahyà ibn ‘Umar9, quien llevó a cabo la N nos, con los que los almorávides habían entrado primera conquista de siyilmasa. a consecuencia A - en contacto a través de su expansión territorial de una revuelta de los antiguos pobladores, el L A hacia el Magreb. De este modo, se configuró un emir murió en 105610. Fue su hermano y sucesor, Y H arte propio que sentó las bases para las futuras abu Bakr ibn ‘Umar, quien consiguió someter C manifestaciones artísticas del islam occidental. definitivamente la ciudad al poder almorávide E K en 105711, poniendo al frente de ésta a su primo A R En este artículo analizaremos el ejemplo con- Yusuf ibn tashufin, gobernador de la región de R creto de las influencias que las construcciones tafilalt12. la conquista de siyilmasa supuso el A M de la ciudad de Siyilmasa tuvieron en la arquitec- primer gran triunfo militar de los almorávides. E tura almorávide posterior, destacando su papel Desde este momento, la ciudad alcanzó su etapa D S fundamental en la fundación de Marrakech y más floreciente13, convirtiéndose en el centro E D en la construcción de su muralla, así como en económico más importante para los beréberes, I V las obras de reparación de las cercas de otros ya que a ella llegaban las caravanas que portaban Á R focos urbanos andalusíes. Cabe destacar que el oro proveniente del sur del sahara a través de O estas influencias perduraron en la arquitectura las diferentes rutas controladas por los almorá- M L almorávide hasta un momento muy avanzado, vides, que unían siyilmasa con awdagust (actual A S ya que los trabajos de las murallas de la capital Mauritania) y ghana14. Desde allí, este oro se A almorávide y de las ciudades de al-andalus no distribuía a las principales ciudades del imperio C R tuvieron lugar hasta 1126, más de medio siglo para la acuñación de monedas en las cecas más E C después de que los beréberes conquistaran siyil- importantes del Magreb y al-andalus15. 12 S masa. A L a la llegada de los almorávides, siyilmasa con- N E 2. LOS ALMORÁVIDES Y LA CIUDAD DE SIYIL- taba ya con una muralla de ladrillos de adobe A MASA levantada sobre un basamento de piedra que S A rodeaba la ciudad. Esta cerca había sido cons- M L la ciudad de siyilmasa, fundada a mediados del truida en el año 814-815, y en ella se abrían I Y siglo viii junto al río Ziz, ocupaba un lugar estra- doce puertas que permitían el acceso al interior, I S tégico en la región de tafilalt (actual Marrue- tal como describe al-Bakri en el siglo xi: E D cos), a las puertas del sahara4. Constituía un A importante centro económico por encontrarse “La partie inférieure de la muraille qui l’entoure [à L L Sidjilmessa] est en pierres, et la partie supérieure anclada en un cruce de caminos de las rutas E U en briques. Cet ouvrage de défense fut élevé par transaharianas, siendo parada obligada de las H Abou Mançour el-Yaça, fils d’Abou ‘l-Cacem […]. A caravanas que provenían del desierto5. Estaba Cette muraille, percée de douze portes, dont huit L orientada siguiendo un eje norte-sur, paralelo al en fer, fut construite par El-Yaça en l’an 199 (814- río6, similar al eje central existente en la ciudad 815 de J.-C.)” 16. de Damasco7. al norte, en su parte más elevada, se situaban la ciudadela y el Dar al-imara (cen- Con respecto a sus doce puertas, éstas dan una tro del poder político). al sur de la ciudadela y idea del tamaño y la importancia con la que comunicada con ésta mediante una calle cen- contaba la ciudad ya en el siglo ix, además de tral que dividía la ciudad se ubicaba la mezquita su posición estratégica, pues estos accesos se aljama, así como numerosos mercados, muestra abrían en las distintas direcciones por las que de su gran actividad comercial8. se llegaba a la ciudad —en ocasiones, las puer- nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S U L A D N A - L A Y H C E K A R R A M E D S E D I V Á R O M L A S A C R E C 13 S A L N E A S A M L I Y I S E D Fig. 1. Rutas del oro desde Siyilmasa (LESSARD). Jean-Michel. “Sijilmassa. A La ville et ses relations commerciales au XIe siècle. D’Après El Bekri”. Hespéris-Tamuda (Rabat), X, fasc. 1-2 (1969), pág. 16. L L E U H tas llevaban el nombre de los puntos cardinales a un recodo simple, tras el que se accedía a A hacia los que estaban orientadas, como Bab al- un patio interior17. Esta misma disposición se L garb (Puerta del oeste) o Bab al-sharq (Puerta mantuvo en muchos de los accesos almorávides del Este)—. En algunas puertas se ha mantenido abiertos en las murallas de Marrakech, granada el nombre de la ciudad hacia la que se dirigía la o Sevilla. ruta que partía de ellas, como Bab Fas (Puerta de Fez). Este acceso estaba formado por tres Para una mayor protección, la muralla contaba puertas sucesivas, siendo la más importante de con torres de planta cuadrada, dispuestas en ellas Bab rih, conservada en estado ruinoso. se intervalos regulares. En general, los bastiones abría en un gran arco túmido, que daba acceso tenían la misma altura que el paño de muralla, nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S aunque en ocasiones lo sobrepasaban18. a pesar máximo esplendor como capital del imperio U L de la preexistencia de la cerca, tras la experien- almorávide, realizándose en este momento A D cia de la revuelta de 1056, los almorávides deci- numerosas e importantes construcciones, N dieron construir una nueva muralla rodeando entre las que destaca la fábrica de su muralla. A - la ciudadela y el Dar al-imara, para aumentar Esta obra responde a la situación política que L A la protección de ambos lugares, quedando así estaba viviendo el Magreb desde el nacimiento Y H separados del resto de la ciudad19. del movimiento almohade hacia 1120-1121 en C las montañas del atlas23. Desde este momento, E K Puesto que siyilmasa fue la primera gran urbe una serie de batallas entre ambas dinastías por A R con la que los almorávides tuvieron contacto, su el control del territorio harán ver al emir almo- R influencia fue determinante en la primera fun- rávide el peligro que se cernía sobre Marrakech A M dación ex nihilo de los beréberes en el año 1070: y la necesidad de la construcción de un sistema E Marrakech20. Este hecho no resulta extraño si se defensivo. D S tiene en cuenta que Yusuf ibn tashufin, encar- E D gado de erigir las primeras construcciones de Por otra parte, en al-andalus, la incursión en I V la que sería la capital del imperio almorávide21, 1125-1126 de las tropas de alfonso i el Bata- Á R había sido gobernador de siyilmasa, por lo que llador, llegando hasta las puertas de granada, O repetiría algunas tipologías ya presentes en la había causado graves daños en las principales M L capital de la región de tafilalt. De este modo, el localidades andalusíes24. ambos hechos provo- A S emir construyó su centro de poder, el Qasr al- caron que en 1126 el cadí de Córdoba, abu-l- A Hayar, rodeado por una muralla de piedra que lo Walid ibn rushd, emprendiera una embajada C R separaba del resto de la ciudad, que permaneció a Marrakech para comunicar lo ocurrido en E C sin amurallar22. al ir ampliándose el territorio, al-andalus al emir almorávide, y aconsejarle 14 S sobre todo durante la época de gobierno de ‘ali la reforma de las murallas de granada y otras A L ibn Yusuf, este centro político quedó definitiva- localidades andalusíes, así como la construcción N E mente ubicado al Oeste de la urbe, que estaba de una cerca en Marrakech para protegerla de A toda ella orientada en dirección norte-sur, en los ataques de los almohades25. De este modo, S A paralelo al curso del río issil, de manera similar a en 1126 ‘ali ibn Yusuf implantó un impuesto M L como lo estaba la antigua siyilmasa con respecto denominado ta’tib26 para la construcción de I Y al río Ziz. Pero las influencias de siyilmasa en la todo un sistema defensivo a lo largo del impe- I S capital almorávide no sólo datan del momento rio, formado por una línea de fortalezas en las E D de su fundación, sino que continúan presentes montañas del atlas para contener el avance A durante el gobierno de ‘ali ibn Yusuf, sobre todo almohade27, el levantamiento de la muralla de L L en la construcción de la muralla de la ciudad, en Marrakech y las reformas de las principales cer- E U la que se repiten casi todas las características de cas andalusíes. H A la cerca de siyilmasa. a través de Marrakech, L el influjo de esta ciudad llegó indirectamente Puesto que en el emplazamiento de Marrakech a las construcciones almorávides realizadas en no había existido en el lugar ciudad alguna, la las ciudades andalusíes. construcción de su muralla se realiza ex nihilo. Esto constituye una diferencia sustancial con 3. LOS TRABAJOS EN LAS MURALLAS DE las obras emprendidas por ‘ali ibn Yusuf en las MARRAKECH Y AL-ANDALUS cercas andalusíes, donde éstas se limitaron a trabajos de reforma o ampliación, condiciona- Durante el gobierno de ‘ali ibn Yusuf (1106- dos por la preexistencia de murallas anteriores. 1143), la ciudad de Marrakech alcanzó su a la hora de emprender el amurallamiento de nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S la capital almorávide, la referencia de siyilmasa obstante, en Marrakech los ladrillos de adobe U L será fundamental, puesto que ésta era la ciu- fueron sustituidos por el tapial rico en cal, más A D dad más importante del imperio antes de la apto para una mejor defensa contra los ataques N fundación de Marrakech. Por ello, su muralla almohades. Este procedimiento es muy similar A - se convertirá en modelo para la nueva cerca al empleado en las murallas de la cuesta de la L A marrakushí. alhacaba de granada, capital almorávide de al- Y H andalus. éstas también se asientan sobre un C a pesar de las numerosas reformas posteriores basamento de piedra irregular sobre el que se E K emprendidas en la muralla de Marrakech, en las disponen los cajones de tapial enriquecido con A R zonas más antiguas conservadas pueden verse cal, dando lugar al denominado “tapial real” R aún las características de la primitiva construc- (compuesto por varias capas de cal y tierra A M ción almorávide y las influencias de siyilmasa. apisonada)29. En las reformas almorávides en E Esto sucede, por ejemplo, en su fábrica, ya que las murallas de otras ciudades andalusíes se D S la cerca se levanta sobre un basamento de pie- repite este mismo sistema, como es el caso de E D dra irregular28, al igual que la de siyilmasa. no las murallas de la Macarena en Sevilla o las del I V Á R O M L A S A C R E C 15 S A L N E A S A M L I Y I S E D A L L E U H A L Fig. 2. Murallas de Marrakech. nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S U L A D N A - L A Y H C E K A R R A M E D S E D I V Á R O M L A S A C Fig. 3. Murallas almorávides del Marrubial. Córdoba. R E C 16 S A L N E A S A M L I Y I S E D A L L E U H A L Fig. 4. Murallas de la Macarena. Sevilla. nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S Marrubial de Córdoba, todas ellas reformadas generaliza a partir de este momento, como U L en este momento30. demuestran los ejemplos de la fortaleza de A D amergo, construida en las montañas del rif N En estas dos últimas murallas, al igual que en durante el gobierno de Yusuf ibn tashufin33, y A - las de Marrakech, los lienzos se refuerzan con las murallas del cerro de San Cristóbal de Alme- L A la presencia de torres cuadrangulares macizas al ría, reformadas igualmente a partir de 112634. Y H interior, de igual altura que el muro, dispuestas C a intervalos regulares. En el caso de Marrakech, Volviendo a la capital almorávide, otra de las E K los bastiones se separaban entre sí unos 25 ó características de su muralla que remite de A R 30 metros31. Con respecto a la cerca de sevilla, nuevo a siyilmasa es el número de accesos R tras las reformas almohades algunas de estas abiertos en la cerca, ya que en época almorá- A M torres fueron recrecidas, añadiéndose en su vide sumaban también un total de doce puertas: E parte superior una estancia, de la que carecían Bab al-Majzan, Bab al-‘ara’is, Bab Dukkala, Bab D S las torres almorávides32. Una excepción a este Mussufa, Bab tagzout, Bab al-Jamis (antigua Bab E D tipo de bastiones lo constituyen las murallas de Fas), Bab al-Dabbag, Bab aylan, Bab agmat, Bab I V la alhacaba de granada, en las que podemos Yintan, Bab al-shari’a y Bab al-rubb35. al igual Á R documentar, junto a las torres cuadrangulares, que en siyilmasa, en el caso de Marrakech, por O otras de planta semicircular. Esta tipología se situarse también en un cruce de caminos, encon- M L A S A C R E C 17 S A L N E A S A M L I Y I S E D A L L E U H A L Fig. 5. Torres circulares de las murallas de la Alhacaba. Granada. nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S U L A D N A - L A Y H C E K A R R A M E D S E D I V Á R O M L A S A Fig. 6. Restos de la fortaleza de Amergo. C R E C 18 S A L N E A S A M L I Y I S E D A L L E U H A L Fig. 7. Torres circulares de las murallas del Cerro de San Cristóbal. Almería. nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga MARíA MARcos coBAlEDA S tramos accesos que portan el nombre de alguna se conservan puertas en recodo en la muralla U L ciudad, a la que se partía desde esa puerta. ése de sevilla, como es el caso de la antigua Puerta A D es el caso de Bab Dukkala, que llevaba hacia la de Córdoba, en la que el recodo da paso a un N región del mismo nombre, de la antigua Bab Fas patio interior41, de igual modo que sucede en A - (Puerta de Fez) o de Bab agmat. también doce la Puerta de Monaita de granada y en Bab rih L A eran las puertas de la muralla de sevilla, todas en siyilmasa, por lo que podría pensarse que la Y H ellas construidas durante las reformas de ‘ali ibn presencia de estos patios interiores en las puer- C Yusuf en la muralla de la ciudad, según narra ibn tas andalusíes viniera de la influencia directa de E K ‘Idari36. Sus nombres eran bab Maqarana, bab los accesos de la región de tafilalt. A R Qurtuba, Puerta del sol, Puerta del osario (Bab R alfar), Puerta de Carmona, Bab Yahwar, Puerta Con respecto a la forma de la puerta, en el caso A M de Jerez, Puerta del Arenal, Puerta de Triana, de Bab rih, ésta se abría en un arco túmido. Este E Puerta Real o de Goles, Puerta de San Juan y la tipo de arco, cuyo uso se generalizó durante la D S Puerta de la Barqueta (Bab arragel)37. De nuevo época almorávide, está presente en la mayoría E D se repite la circunstancia de denominar a los de las puertas almorávides de Marrakech. tam- I V accesos con topónimos, como en el caso de siyil- bién se encuentra en las Puertas de Monaita y Á R masa y Marrakech, y como era habitual en otras de las Pesas de la cerca granadina, por lo que O murallas medievales. nuevamente podríamos hablar de una influencia M L de siyilmasa en las obras almorávides poste- A S En general, todos los accesos abiertos de las riores, tanto en la capital magrebí como en las A murallas almorávides eran en recodo, estructura construcciones de al-andalus. C R que parece generalizarse en la arquitectura mili- E C tar a partir de este momento38, y que permite 4. CONCLUSIONES 19 S una mejor defensa que el acceso directo. En el A L caso de Marrakech, todas sus puertas se organi- la influencia de la ciudad de siyilmasa en las N E zaban en un recodo simple, salvo Bab Dukkala, construcciones almorávides posteriores, sobre A que lo hacía en un doble recodo, siendo la todo en el caso de Marrakech, se mantuvo hasta S A más compleja de todo el recinto39. La estruc- una fecha tan avanzada como fue el año 1126. M L tura en recodo simple es la misma con la que Es lógico pensar que la gran ciudad de la región I Y contaba la mencionada Bab rih de siyilmasa, de tafilalt fuera el modelo a seguir durante la I S pudiendo haber servido ésta de modelo en la fundación de la capital del imperio almorávide, E D cerca marrakushí, e indirectamente en las nue- sobre todo teniendo en cuenta que Yusuf ibn A vas puertas abiertas tras las obras de repara- tashufin, encargado de realizar las primeras edi- L L ción de las murallas andalusíes. En el caso de las ficaciones en Marrakech, había sido el goberna- E U murallas conservadas en Granada en la Cuesta dor de siyilmasa desde su conquista definitiva en H A de la alhacaba, se abren dos puertas con estruc- 1057. Debido a su importancia económica, siyil- L tura en recodo: la Puerta de Monaita y la Puerta masa se convirtió en una gran urbe durante la de las Pesas. Este tipo de accesos, sumado a la época almorávide, manteniendo su supremacía tipología de las torres semicirculares, permitie- durante el gobierno de ‘ali ibn Yusuf, no siendo ron a algunos autores adscribir estas murallas superada por ninguna otra ciudad del imperio, a la época almorávide, rechazando la tradicio- salvo por su capital. Por ello, cuando en 1126 nal datación zirí. la cronología almorávide de el emir se ve en la necesidad de construir una esta cerca ha sido posteriormente corroborada muralla para proteger Marrakech de los ataques gracias al análisis del tapial realizado durante almohades, se remitió al ejemplo de siyilmasa los últimos trabajos arqueológicos40. También para construir su nueva cerca, existiendo entre nº 8, julio-diciembre 2015, 10-22 · ISSN 2254-7037 Quiroga
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