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La Función del Paisaje. Cartografía Analítica y Sintética PDF

33 Pages·2007·1.43 MB·Spanish
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Serie Geográfica, 1996, vol. 6, pp. 179-212 LA FUNCIÓN DEL PAISAJE: CARTOGRAFÍA ANALÍTICA Y SINTÉTICA José Sancho Comíns^ INTRODUCCIÓN cambio. Su adaptación a las nuevas circunstan En el paisaje, tan inherente como la vida, cias es permanente y sólo una drástica ruptura es la función de cada una de las piezas que lo con la dinámica habitualmente vivida entraña integran. No hay peor crisis que la disfuncionali- procesos regresivos por disfunción. El paisaje dad. Cuando por decisión de los grupos humanos vive saludablemente mientras la función está que viven en un determinado ámbito, o bien por adecuada a la propia potencia. El conjunto de la incidencia de algún evento natural, queda piezas que componen el mosaico paisajístico se alterado gravemente el equilibrio e interacciones beneficia del equilibrio particular mantenido por que necesariamente se vive en el paisaje, la cada una de ellas. Los períodos de equilibrio crisis se desencadena sin dilación, abriendo un son los más en el devenir del paisaje, aunque tiempo incierto en el que, por un lado, las desde los albores de los tiempos las sacudidas tendencias regresivas y, por otro, las recupera lo hayan estremecido en numerosas ocasiones; doras de un nuevo equilibrio se debaten incansa no es una novedad la crisis que pueda vivir hoy blemente. un paisaje, sea por acción humana o natural, El tiempo acompaña al paisaje. Cada aimque a nuestro ojos es lógico que nos importe segundo se vuelve irrepetible, siendo precisa en sobremanera lo que en nuestros días acontece mente ese cambio permanente el que lo mantiene y pueda perturbar gravemente la vida del vivo. El paisaje "está caracterizado por un paisaje. importante dinamismo. Puede decirse que está Como es bien sabido, el paisaje de nues mantenido por el resultado de esas interacciones tras regiones y comarcas está plenamente huma de componentes vivos e inertes (roca, atmósfera, nizado. No parece correcto seguir manteniendo agua, microorganismos, plantas, animales, para nuestro ámbito aquella diferenciación acciones hiraianas,...); en general con equilibrios clásica, tan neta en apariencia, entre paisajes bastante críticos y fáciles de alterar".' "Fuerzas naturales y antrópicos. Dicho de otra manera, la interiores" las llamó Humboldt^ capaces de fimcionalidad del paisaje, en términos globales, urdir un denso tejido por el que fluye la vida está intervenida por la acción humana. En suma, hasta constituir la "trabazón" de la que hablaba no es posible entender el sentido de cada una de M. de Terán.^ las piezas del paisaje actual sin conocer la En este sentido, se puede decir que historia humana" acaecida sobre las mismas. también la función del paisaje está en constante Los grupos humanos buscaron desde 1. Departamento de Geografía, Universidad de Alcalá, Colegios 2, 28801 Alcalá de Henares. 180 180 siempre acomodar sus necesidades a las propias espacios les sitúan ante una tesitura difícil en la condiciones del medio. La potencialidad agroló- que las respuestas son dubitativas hasta el gica, por ejemplo, pudo quedar integrada de momento. esta manera en un sistema agrario que la hacia conveniente a las exigencias de la población; la I.- DE LA SOBRECARGA A LA CRISIS "naturaleza" resplandecía, si cabe más, al incor FUNCIONAL porarse en pleno equilibrio a un uso La crisis vivida por el mundo rural en sostenible.^ El fimcionamiento parecía estar los últimos decenios ha desembocado en un sincronizado, acomodándose el trabajo humano nuevo contexto en el que, en ocasiones, se al soporte físico sin llamativas rupturas; el puede hacer difícil percibir los verdaderos dibujo que fue estampándose sobre el territorio soportes sobre los que puedan apoyarse el en esas situaciones no era sino el acta feliz de sostenimiento y desarrollo de la vida campesina. una relación que fortalecía a la tierra y a sus Los problemas son bien diferentes en las áreas gentes (véase figura 1). rurales deprimidas y en aquellas sobre las que Cualquier posición que defienda sin los modernos sistemas intensivos volcaron todo fisuras el mejor acomodo de la tradición al su poder y exigencia; ambas son hijas de la territorio peca, sin embargo, de nostálgica. drástica transformación que sacudió la actividad Rupturas y agresiones, a veces de consecuencias agraria de nuestras regiones mediterráneas, notablemente desde mediados de los años graves, las ha habido siempre. Enñ'entar la sesenta. Téngase en cuenta, pues, que la primera situación actual, de caracteristicas críticas para cuestión es no confundir dos mundos rurales en el paisaje, con otras anteriores de matiz más los que concurren circimstancias muy diferentes bonancible no deja de ser un planteamiento y no pueden, consecuentemente, ser tratados de simplista. Sencillamente las circunstancias son manera homogénea. En esta ocasión, vamos a diferentes y no pueden ser enjuiciadas con los abordar la presentación de un área deprimida, el mismos criterios. La sobrecarga del paisaje no valle del Mijares en la provincia de Castellón*, es una novedad, ni su abandono tampoco; el que tanto por su situación cercana a un ámbito forzamiento y el vacío funcionales desarrollado -La Plana- como por sus propias sobrevinieron numerosas veces a lo largo de la circunstancias le hacen especialmente historia. interesante. En este trabajo queremos analizar la dinámica ñmcional de un paisaje mediterráneo En efecto, el río Mijares, antes de su con el fin de probar que la desaparición de la entrada en la Plana de Castellón,, drena vm acción hiraiana ha repercutido muy negativa amplio espacio cercano a los 2.000 Km^ de los mente en el mismo. Desvertebracio'n y homoge- que una tercera parte corresponde a tierras neización son dos notas caracteristicas del castellonenses y el resto a la provincia de Te tránsito operado. Por otra parte, la nueva ruel. Vamos a estudiar ese tramo medio, entre solicitud que la sociedad tiene hacia estos la cabecera aragonesa y su llegada al llano 181 litoral, donde recibe las espasmó dicas aguas de parameras; pastizales y bosques se entremezcla la Rambla de la Viuda que drena tierras del ban con los labrantíos en compleja centro-oeste de la provincia de Castellón en ima combinación. Cada pieza parecía responder extensión cercana a otros 2.000 Km^. desde su propia condición a la llamada del El valle medio del río Mijares (véanse hombre que le convocaba a una función figuras 2 y 3) presenta im contexto geográfico productiva. El trabajo humano suplía fuertes de sumo interés. Hace el enlace entre las hándicaps y im interés en la conservación parameras turolenses y los llanos litorales; se parecía regir todo un rico y variado sistema de abre paso entre el área central subtabular y el aprovechamientos agricolas, ganaderos y sur diapírico de la provincia de Castellón; de forestales. Este a Oeste ve cómo cultivos y comunidades Los datos globales son bien elocuentes. vegetales de filiación subtropical dejan su lugar En 1960 son 14.039 los habitantes que pueblan a especies más emparentadas con ambientes este valle^, lo que supone una densidad de 20,5 continentalizados o microtérmicos; los cambios h/Km^. Dos años más tarde, son censadas 4.259 en el patrón del asentamiento humano varían explotaciones agrarias y 3880 unidades ganade llamativamente, pasando de una ostensible ras*. Según nuestra propia cartografía, presencia de masías diseminadas en su íiranja levantada a partir de la fotointerpretacidn de los septentrional a los pueblos y aldeas fotogramas del vuelo nacional de 1956', las concentradas en el sur; la austeridad de los tierras labradas alcanzan 21.688,9 hectáreas, lo perfiles estructurales del relieve en Peñagolosa que supone, aproximadamente, un tercio de la se sustituye por la barroca complejidad de extensión del valle. El ámbito forestal cubría Espadan. En un reducido espacio, en suma, se algo más de 44.400 hectáreas, siendo dominante vive la transición tan propia al mundo el matorral/pastizal (85% de las tierras mediterráneo que enfi-enta ámbitos geográficos forestales). diferentes y modos de vida contrastados. Este El mapa de ocupación del suelo no es hecho -la heterogeneidad- ha constituido históri menos expresivo que lo anteriormente referido camente el fimdamento de la relación humana y (véase figura 4). El hecho más sobresaliente, natural; de ella deriva la interdependencia que desde el punto de vista paisajístico, es la hizo solidarios a territorios bien diferentes. extrema segmentación de las unidades de uso; A mediados de la presente centuria el los terrazgos son diminutos, entremezclándose valle presenta una imagen repleta de vida. Cada lo agrícola y lo forestal en abigarrada masía, cada una de las casas en las diferentes combinación. Por otro lado, desde los límites pueblos estaba habitada; los terrazgos labrados oríentales a las altas tierras del norte y oeste se se encaramaban por las laderas y ribazos de establece ima transición bien expresiva del acusada pendiente, enlazando las cintas de cambio bioclimático al que anteriormente nos regadío de los fondos de valle con los más referíamos. En efecto, los regadíos, asentados en extensas tierras de pan asentadas sobre las el fondo del valle, albergan naranjales y huertas 182 182 en el tramo bajo y dejan paso a otros frutales en (notablemente por su papel de regulador y las áreas más interiores; los secanos son leñosos emisor de recursos hídricos, área de enlace de la en su mitad oriental (algarrobos y olivos), para trashumancia entre Gúdar y las tierras cálidas volverse más selectivos en los límites turolenses valencianas, reserva energética en su biomasa, del fondo del valle (sólo olivos) y etc.). exclusivamente cerealistas en los altos terrazgos Esta pliirifuncionalidad estaba Ugada al asentados sobre las parameras. Las maquias trabajo humano. El mantenimiento del paisaje mediterráneas xeróñlas con la significativa vivo requería bajo un sistema agrario tradicional presencia del palmito {Chamaerops humilis) fuertes inversiones de tiempo por parte de los irán dando cabida a otras especies más grupos humanos asentados en ese medio rural. microtérmicas hasta hacer su aparición el erizo Por eso, nos ha parecido interesante llevar a {Eñnacea anthyllis) en las cimibres de cabo ima evaluación de la carga de trabajo Peñagolosa; los carrascales macrotérmicos humano demandado por el valle para su sosteni (Quercus ilex sub ballotá) de la mitad oriental miento; puede que en más de una ocasión la se complementan con los continentales del presión ejercida fuera excesiva hasta extenuar interior, una significativa presencia de los recursos e incluso desencadenar procesos alcomoques {Quercus súber) en Espadan, regresivos; ello obligaba, siempre, a un esfuerzo quejigos {(Quercus fagineá) en las parameras y mayor por parte del hombre con el fin de reme diar el desgaste y, muchas veces, a aligerar la la seriación de com'feras desde el Pino carrasco carga humana mediante la emigración. {Pinus halepensis) al silvestre {Pinus sylvestris) pasando por el Rodeno {Pinus pinaster) y El trabajo de las comunidades rurales Laricio {Pinus nigra). con un claro impacto paisajístico está Un paisaje, en suma, típicamente medite relacionado, obviamente, con labores agrícolas, rráneo donde no sería extraño escuchar aquella ganaderas y forestales. Bien es cierto que otras exclamación de Eugenio D'Ors: "Eh aquí la muchas actividades -comerciales, artesanales, de civilización". El modo de vida rural asentado servicios, etc.- animan la vida campesina y sobre él se hizo solidario con el medio; empapó tienen también su parte de responsabilidad en la cada terrazgo y dejó bien marcada su configuración de un determinado paisaje. No obstante, vamos, por el momento, a presentar la perceptible huella. El paisaje desempeñó su parte más sustancial de esa relación física que tradicional plurifimcionalidad; de un aparte, sus se establece entre el terrítorío y el hombre y labrantíos procuraban alimento a una población que, como acabamos de decir, viene expresada bastante densa y sus espacios forestales pasto por lo que podríamos denominar la densidad para el ganado y energía para los hogares; de f\mcional'°. otra, el valle estaba inserto en im complejo ecológico de mayor escala -la fachada oriental En nuestro planteamiento se vislumbra de la pem'nsula ibérica -donde desempeñaba una una hipótesis que trataremos de demostrar en función vital para otros ámbitos foráneos este trabajo: la plena funcionalidad del paisaje 183 rural en el sistema tradicional de la montaña suponer ima inversión cercana a las 150 UTAs. media mediterránea se equiparó a elevadas En términos generales, y sin contar el densidades de empleo; por contra, la brusca trabajo demandado por otro tipo de ganado descarga de trabajo que supuso la crisis de (bovino, porcino, equino,...) ni por las distintas aquel sistema abrió un proceso de deterioro actividades insertas en la vida campesina, el fimcional con aciunulación de graves riesgos valle pudo generar una demanda de unas 2.400 para el paisaje (en la figura 5 se concretan las UTAs lo que supone una densidad funcional de consecuencias de estas disñmcionalidades a las 3,6 UTAs por 100 hectáreas. El mapa que que más adelante nos referiremos). representa la carga global de trabajo resulta A mediados de la presente centuria los altamente expresivo (véase figura 6); quedan espacios labrados del valle del Mijares pudieron bien contratados los terrazgos cerealistas de la requerir imas 2.000 UTAs para su mantenimien mitad septentrional del valle con densidades to. Más de la mitad serían invertidas en los superiores a las 9 UTAs/100 ha, de las laderas labrantíos del secano cerealista, siguiéndole en de secano leñoso y fondos de regadío (7,5-8,5 importancia el secano leñoso (akededor de 700 UT As/100 ha) y, sobre todo, del espacio UTAs) y las huertas (sobre las 60 UTAs). Los forestal (0,5 UT As/100 ha); en el primero y espacios forestales concitaban im triple interés: último se superponen los trabajos agrícolas y como recurso energético, lugar de aprovisiona forestales, respectivamente, con la dedicación miento maderero y ámbito pascícola. El primero requerida por ovinos y caprinos que pastan en de los aspectos tuvo una importancia extraordi ellos. naria; los hornos de pan, del valle y la Plana, y Treinta años después la imagen del valle sobre todo las fábricas azulejeras consumían es bien distinta. El viejo sistema agrario se vorazmente miles de "gavillos" diarios de male desmoronó; la emigración hizo mella en masías, za; los senderos de herradura sangraban energía aldeas y pueblos; el abandono, en suma, sustitu sin descanso, que, a lomos de muías, llegaba a yó un tiempo de pleno aprovechamiento, cuando diario hasta los pxmtos de carga; haces de aUa- no de sobrecarga. La pérdida funcional del gas, romeros y coscojas arderían después en los valle, en suma, ha marcado el devenir de los hornos industriales de la Plana. Resulta difícil últimos decenios, abriéndose una crisis de la cuantificar el trabajo humano que consumía esa que todavía no se vislumbra un restablecimiento labor, realizada habituahnente " a ratos", y con saludable. una gran variabiUdad estacional; nuestro cálculo El cambio morfológico del paisaje trajo se concreta en unas 180 UTAs para el conjunto aparejado el cambio funcional. Aquel resulta de las 44.250 hectáreas que por aquel entonces bien palpable en la cubierta biofísica que ha tenían las tierras forestales. Por último, la sido cartografiada en le mapa de ocupación del cabana ovina y caprina, de fuerte presencia en suelo correspondiente a 1990" (véase figura barbecheras, rastrojos y pastizales contaba con 7). Los secanos herbáceos se conservan tan sólo imas 1.500 Unidades Ganaderas lo que hace sobre las parameras, habiendo descendido en im 184 184 73,3%- Olivares y garrobales son abandonados funcional del valle en 0,5 UTAs/100 ha. Esta masivamente, mientras otras dos especies - disminución no es atribuible solamente a la avellanos y almendros- registran incrementos aplicación tecnológica ni al cambio de significativos; ello hace que la pérdida en exten orientación productiva, sino, y sobre todo, al sión del secano leñoso tan sólo sea del 66,6%, desmantelamiento de la actividad agraria en el cifra que. indudablemente, hubiera alcanzado valle. niveles mucho más elevados. El regadío pierde El mapa de "densidad funcional", corres cerca de 300 hectáreas, mientras el matorral pondiente a 1990, resulta altamente expresivo sostiene su extensión, aunque no guarda el (véase figura 8). Un 85% del territorio queda mismo emplazamiento, ya que colonizó tierras con menos de 1 UTA/100 ha. La pérdida ha antaño labradas al mismo tiempo era invadido sido muy ostensible en el secano herbáceo que por el bosque. Éste casi duplicó su extensión, de las 1.147 UTAs de 1956 pasa a requerir tan pasando de 15.300 ha a 29.500. En resumen, sólo 30; en el secano leñoso la disminución es pues, el 90% del valle está ocupado hoy por menos ostensible (72%), mientras en el regadío tierras forestales, cifra que treinta años antes se pasa de 57 a 17 UTAs. El espacio forestal rondaba tan sólo el 65%'^ (véase cuadro 1 a soporta densidades bajas, habiendo pasado de 6). 0,4 UTAs/100 ha en 1956 a 0,05 UTAs/100 ha Este cambio morfológico se vio acompa en 1990. La ganadería ovina solicita ñado por una crisis demográfica de gran enver aproximadamente la mitad del trabajo que hace gadura. En el censo de 1991 son registrados tan 30 años, quedando cifirado el cómputo total en sólo 4.357 habitantes lo que supuso la pérdida unas 80 UTAS que, teóricamente, nosotros de 2/3 de los recursos demográficos distribuimos entre pastizales y los secanos anteriores'^ y un incremento acusado del herbáceos. envejecimiento (35% de la población cuenta con La mera superposición de los mapas de más de 68 años). Las Unidades ganaderas, a densidad funcional correspondientes a 1956 y pesar del repunte del porcino en determinados 1990 nos permite hacer un primer balance de la municipios, sufren una disminución del 27% y dinámica acaecida. Cerca de la mitad del territo algo más de 1.600 explotaciones desaparecen rio experimenta una pérdida cercana o muy entre los Censos Agrarios de 1962 y 1989'*. superior al 90% de la carga funcional (en el La transformación drástica de la 17% del espacio se redujo hasta veinticinco arquitectura del paisaje y su base social supuso veces). Las 20.684 ha que en 1956 soportaban im cambio funcional del territorio de gran más de 8 UTAs/100 ha (31,4% del valle) se ven importancia.'' No más de 380 UTAs son reducidas a 3.346 lo que supone tan sólo im requeridas por la actividad agrícola y ganadera 5,2% de la extensión. La imagen resulta bien (ovinos-caprinos) y los trabajos forestales; ello elocuente (véase figura 9). La parte oriental del supone una pérdida cercana al 85% con respecto valle y su tramo central se muestran especial a mediados de siglo y situar la densidad mente sensibles al desarme, al igual que Espa- 185 dan; el ámbito con una afección menor, aunque, nal destacan las forestales dinámicas (31.238 en todo caso, significativa coincide con las ha) que registraron densidades inferiores a una parameras de Cortes de Arenoso, Zucaina y décima parte en un 90% de las mismasi ello Villahermosa del Río. En la figura 10 se expre supone una afección espacial cercana al 50% san los flujos que subyacen para la generación del valle. Ello se expUca, por im lado, por el de los mapas de densidad funcional correspon abandono de unas 16.000 hectáreas agrícolas y dientes a 1950 y 1990, así como el de cruce su colonización por parte del pastizal/matorral entre ambos para la obtención del mapa de la (60%) o por el bosque (40%), y, por otro, por dinámica de la densidad fiíncional. el desuso energético y pascícola de aquellas Las razones de esta pérdida funcional, tierras que ya eran forestales hace tres decenios. como antes se ha apuntado, no están relaciona Hay que señalar que la mayoría de esta superfi das con procesos de intensificación tecnológica, cie con pérdida acusada de densidad funcional ni por un mero cambio de orientación queda emplazada sobre laderas de fuertes pen productiva hacia cultivos o aprovechamientos de dientes hecho que explica su precipitado más bajos requerimientos en mano de obra. Fue abandono agrícola y su retomo a una cubierta el abandono agrario, ostensible en los mapas de que le es más propia. dinámica de la ocupación del suelo, quien El espacio forestal estable registró una acarreó esta fuga de presencia humana en el descarga menor, quedándose a un tercio o una paisaje. La cubierta biofísica del suelo se novena parte de la densidad registrada a media naturalizó, perdiendo ese dibujo histórico que dos de siglo. Destacan al respecto los bosques diversificaba funciones en el mosaico y matorrales/pastizales en áreas muy paisajístico. La relación entre el cambio de accidentadas (cerca de 25.000 ha, lo que supone ocupación y la pérdida funcional es, por tanto, el 90% de este tipo de cubierta) que apenas son evidente. utilizados en la actualidad tanto en su faceta Hemos creído conveniente realizar ima forestal productiva, estrictamente, como aproximación más sintética, a nivel cartográfico, ganadera. Cabe destacar el conjunto de se puede reaUzar dentro del Sistema de municipios que se asientan sobre las parameras Información Geográfica en el que estamos septentrionales que mantienen una cabana trabajando. Al superponer el mapa de relativamente importante, hecho que incide en dinámica/estabiUdad de la ocupación del suelo la presencia más significativa de un ámbito de con el de la dinámica de la densidad funcional menor descarga funcional (7.751 ha). se pueden encontrar los ajustes espaciales más Los terrazgos agrícolas tienen un precisos que muestren, de manera inequívoca, comportamiento diferente a tenor del tipo de las afirmaciones que acabamos de hacer en el ocupación. La mayor parte de ellos registran anterior párrafo (véase figura 11 y cuadros 7 a pérdidas sensibles a tenor de la mejora en 9). aplicación tecnológica; se trata de tierras de Entre las áreas de mayor pérdida funcio cereal instaladas sobre las páramos y rellanos 186 186 del tercio septentrional del valle e incluso sobre caso, será imposible su comprensión sin atender laderas de cierta pendiente. El espacio agrícola a im marco general desde el que contemplar con menos afectado coincide con las mayor amplitud lo acontecido en un pequeño transformaciones de antiguos labrantíos espacio que no es sino un ejemplo más dentro cerealistas en almendrales y campos de de ese mimdo mediterráneo lleno de avellanos. En éstos la pérdida de densidad comportamientos contrapuestos. funcional es inferior a un tercio. En primer lugar, tres son las cuestiones Realizar un juicio sobre esta dinámica previas que siempre deben estar presentes: la funcional resulta, cuanto menos, altamente necesaria percepción global, el problema me arriesgado a partir de la información que hasta dioambiental y la perspectiva histórica (véase ahora hemos suministrado a nivel cartográfico. figura n° 12). En efecto, los proceso de moder Sólo el conocimiento directo nos permite "aven nización agraria y cambio de la estructura turamos" por ese camino y completar así este económica en el mundo mediterráneo trajeron primer diagnóstico global. Pensamos que un como consecuencia ineludible la diferenciación proceso claramente regresivo impregna aquellas neta entre áreas deprimidas y otras que tierras que mantienen su ocupación en condicio podríamos denominar de "vanguardia". La nes adversas (básicamente, los labrantíos con segmentación territorial se acusó y los ámbitos pendientes superiores al 7%, espacios que se diferentes pudieron aparentar mutua ignorancia. pueden calificar de "forzados") o bien aquellos Esto no significa que la relación entre los que se abandonaron aun reuniendo condiciones territorios se interrumpiera, ni mucho menos para un mantenimiento o mejora productiva. La que los problemas propios de cada uno puedan dinámica progresiva se concentró en los ámbitos ser tratados sin una percepción globahzadora. forestales de gran accidentabilidad o bien en La interferencia se produce necesariamente y la tierras agrícolas con marco topográfico más salud o enfermedad vivida por un ámbito incide adecuado; en el primer caso, sin embargo, la en el otro. Dicho de otra manera, la atención a caída brusca de la presencia humana ha traído las áreas deprimidas, como es el caso del valle como consecuencia la naturalización masiva del Mijares, debe hacerse desde, el horizonte con sus correspondientes riesgos; en el segimdo macroregional y no tan sólo como caso aislado caso, la coyuntura socioeconómica desfavorable que mereciera tratamiento propio y ceñido a sus vuelve estremadamente precarios estos límites. terrazgos. En segundo lugar, una cuestión previa el Esta apreciación un tanto maniquea y diagnóstico que tratamos de hacer sobre este simplista esconde ima gran complejidad de ámbito tiene que ver con el medio ambiente. situaciones. Debajo de ese doble mundo, de Éste estaba integrado en la etapa anterior a la apariencia contrapuesta, el problema es el mis crisis actual en los sistemas de aprovechamiento mo: la desaparición brusca de una civilización agrario y en la vida campesina, no necesaria rural que sostuvo vivo un paisaje. En cualquier mente con un grado de afección negativo; la 187 alteración, que siempre se produjo, pudo hasta cierto que llegaron a "vertebrar" ensalzar su propia condición al "fiíncionalizarlo" consistentemente el territorio. de modo sostenible. La acción humana no El medio ambiente estaba irmierso en el puede equipararse a deterioro, ni el abandono de propio sistema. Los procesos productivos guar un espacio por parte del hombre supone siempre daban ritmos acompasados a sus propias carac una recuperación. La naturalización de la que terísticas agrológicas y aquellos reductos más ya se ha hablado puede acarrear una pobreza relajados de uso, parecían mantener intacta la por pérdida de legado histórico y esa función condición climácica. El hombre estaba presente vitalizadora que el hombre imprimió al paisaje. en cada una de las piezas que integraban el Por último, no nos parece correcto paisaje y no por ello quedó aniquilada la natura despojar la perspectiva histórica del juicio sobre leza, más bien ésta pareció adquirir, si cabe, un la situación que actualmente vive un paisaje. En mayor esplendor. Ésta no quiere ser la visión este sentido, resulta necesario reconstruir el idílica de un mundo sin problemas: las hambru inmediato pasado y contemplar el momento nas se sucedían de tanto en tanto, la excesiva presente como un eslabón más del devenir presión ganadera pudo degradar pastizales hasta histórico. El hombre es el que da continuidad y su extenuación, la deforestacidn ocasionahnente probablemente no acertaremos en las medidas avanzó inmisericorde ante la necesidad de correctoras que deban tomarse para atajar los procurar energía, etc. Estos hechos no invalidan, problemas que vive un paisaje sin tener un sin embargo, nuestra afirmación anterior. conocimiento histórico del mismo. Las exigencias de los nuevos sistemas Dicho esto, cabe ahora referir cuáles han agrarios, que desde comienzos de los años sido las consecuencia de la pérdida funcional sesenta se harán cada vez más presentes en registrada en el valle del Mijares. Desde nuestro nuestras comarcas, no podían verse realizadas pimto de vista, se pueden resumir en tres: des- en aquellas regiones débiles y de precaria vertebración funcional, homogeneizacidn paisa condición. La emigración se adueñó de ellas y jística y bipolarización económica (véase figura el abandono tomó sin sentido aquella plurifim- n° 15). cionalidad. El resultado fue la desvertebracidn, En efecto, la asignación de funciones la pérdida de aquel soporte seguro que sostuvo diversas a cada tmo de los terrazgos que consti la vida de cada ima de las piezas o terrazgos tuyen los ámbitos de actuación de las comunida agrarios. Esta pérdida funcional fue acompañada des rurales siempre se procuró realizar con el de una acumulación de riesgos, desgraciadamen conocimiento empírico de las condiciones te no siempre atajados a tiempo: incendios potenciales de los mismos. Sin caer en el tópico forestales, erosión, desertizacidn...etc de que los sistemas tradicionales, su ordenación La segimda de las consecuencias tiene y costumbres fueron garantía de im aprovecha para nosotros un especial valor. El paisaje rural miento sostenible de los recursos, cosa que es un legado histórico que nadie duda en en evidentemente no siempre fue así, sí que es cumbrar a la más alta consideración. La Comi- 188 188 sión Europea habla de patrimonio'*, la UNES- dencia imparable del desequilibrio económico y CO'^ no ha dudado en declarar "paisajes cultu social. Las comarcas rurales, deprimidas hoy en rales" los arrozales en terrazas de las cordilleras día, no pudieron hacer frente entonces a una de Luzón (Filipinas) y son muchas las voces en desafiante reconversión, que exigió la emigra la Comunidad de Madrid, por ejemplo, que ción de los jóvenes y el sacrificio de su progre proponen la declaración de Aranjuez como so. Fueron más las debilidades que las fortale Paisaje de la Humanidad'^. zas y su precaria relación con las comarcas de El paisaje rural es el reflejo del pueblo mejor condición se tomó en un masivo movi que vive en íntima simbiosis con él; su diversi miento migratorio hacia ellas. Despoblamiento dad, policromía y contraste nos hablan constan y envejecimiento demográfico quedaron como temente de la acción humana. La homogeneiza- notas características de estos ámbitos rurales ción vivida en los últimos años no puede ser pobres. Los problemas no fueron menores en sino un signo de empobrecimiento. Un mundo los centros de atracción, aimque de matiz muy alejado cada vez más de los ámbitos de concen diferente. En cualquier caso, dos polos enfrenta tración demográfica y económica pareció adop dos, más que complementarios, desequilibraron tar "tintes naturales" que muchos no dudaron en el territorio hasta límites enfermizos. "descubrir" como reductos de gran valor am biental; la naturaleza crecida a espaldas del n.- EN BUSCA DE UN NUEVO EQUILI hombre tomó im marcado protagonismo ante la BRIO mirada urbana que no dudó en sobrevalorarla. La comunidad científica, los organismos Esta apreciación, sin consistencia científica, nos responsables de la gestión territorial y la propia parece del todo equivocada. Las sobrecargas de sociedad no han quedado indiferentes ante los tiso en las diferentes piezas agrarias tuvieron problemas referidos. Un verdadero movimiento una repercusión infinitamente menor que el institucional enarbola la bandera de la conserva desmantelamiento funcional que esas mismas ción del paisaje, su recuperación y sostenimien piezas han sufrido en los últimos decenios. El to. La propia Unión Europea, por citar tan sólo precio pagado por el paisaje es considerable y imo de los organismos políticos más significati lo más llamativo es la pobreza del "juicio vos, ha mostrado un renovado interés desde urbano", incluso falta una seria reflexión que comienzos de la década de los ochenta, concre anteceda las medidas políticas que, vacilantes, tando sus actuaciones en una serie de directivas quieren solucionar el "problema rural". y dedicación presupuestaria muy importantes. Por último, hemos hablado de bipolariza- Ni el articulado del Tratado de Roma, ni en el ción económica: las regiones ricas se erigen desarrollo de la Pohtica Agraria de los años frente a las pobres. Sobre este aspecto son sesenta y bien enfrados los setenta, concretada muchos los trabajos realizados por la Comisión en la creación de las Organizaciones Comunes Europea y toda una política regional llega a de Mercado y en la Política estructural, se hace estructurarse para evitar, precisamente, la ten mención a los temas ambientales y paisajísticos.

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