ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura Vol. 187 - 747 enero-febrero (2011) 69-80 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA PHILOSOPHY OF SCIENCE Y EL LENGUAJE: RELACIONES AND LANGUAGE: CHANGING CAMBIANTES, ALCANCES RELATIONSHIPS, SCOPES Y LÍMITES AND LIMITS Pablo Lorenzano Universidad Nacional de Quilmes Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Argentina ABSTRACT: This paper consists of three sections. In the first one, RESUMEN: Este trabajo consta de tres secciones. En la primera, some of the main developments in the philosophy of science through se señalarán algunos de los principales desarrollos de la filosofía the XX century up to the present will be pointed out, and inserted de la ciencia durante el siglo XX y lo que va del XXI, ubicándolos them in the frame of some more general philosophical transforma- en el marco de ciertas transformaciones filosóficas más generales, tions, such as the so-called “linguistic turn” and “pragmatic turn”, conocidas con los nombres de “giro lingüístico” y “giro pragmático”, respectively. In the second one, the established connection will be respectivamente. En la segunda, se matizará la conexión estableci- nuanced, from a revision of the work of a “classical” author such da, fundamentalmente a partir de la revisión de la obra de un autor as Carnap. Finally, it will be intended a kind of “balance and future “clásico” como Carnap. Por último, se intentará realizar una suerte perspectives”. de “balance y perspectivas futuras”. KEY WORDS: Language; science; linguistic turn; pragmatic turn; PALABRAS CLAVE: Lenguaje; ciencia; giro lingüístico; giro prag- Carnap; structuralist view of theories. mático; Carnap; concepción estructuralista de las teorías. 1. EL “GIRO LINGÜÍSTICO”, EL “GIRO PRAGMÁTICO” La filosofía de la ciencia producto del Círculo de Viena y, Y LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA de este modo, en gran medida, la filosofía de la ciencia de toda la fase clásica, se encontraba influenciada por el Podría decirse que la filosofía de la ciencia surge como análisis lógico del lenguaje. Lo que caracteriza a éste, así disciplina con especificidad propia, profesionalizándose, como también en general a la filosofía analítica, podría en el período de entreguerras. Esta profesionalización se sintetizarse de la siguiente manera: da a partir de la conformación de lo que desde Carnap, Neurath & Hahn (1929) pasaría a denominarse oficial- Lo que distingue a la filosofía analítica en sus diversas mani- mente Círculo de Viena1, y se consolida tras la llegada a festaciones de otras escuelas es la creencia, primero, de que los Estados Unidos de los principales filósofos de la ciencia un tratamiento filosófico del pensamiento puede ser obtenido centroeuropeos. En su desarrollo desde entonces, podemos a través de un tratamiento filosófico del lenguaje, y, segundo, señalar tres períodos, etapas o fases principales por las que de que un tratamiento comprehensivo puede ser obtenido ha atravesado la filosofía de la ciencia: (1) una fase clásica, solamente así. [...] la filosofía analítica nació cuando se tomó que abarca desde fines de los años veinte hasta finales el “giro lingüístico” [que se distingue por] la mayor insistencia de los años sesenta, en la que se establece la llamada en el reflejo de los pensamientos por los enunciados. [...] El concepción heredada; (2) una fase historicista, iniciada en lenguaje pudiera ser un espejo distorsionador: pero es el único los años sesenta y dominante durante los años setenta y espejo que tenemos (Dummett, 1993, 4-6). principios de los ochenta; y (3) una fase contemporánea, que se inicia a comienzos de los años setenta y se extiende Vemos así que la filosofía clásica de la ciencia se encuentra hasta nuestros días. asociada desde sus comienzos también con aquello que habría de denominarse “giro lingüístico”. Esta expresión, convicción de acuerdo con la cual para elucidar todos los que luego extendería su aplicación a otros ámbitos de la aspectos fundamentales epistemológicamente relevantes cultura por fuera de la filosofía, es introducida en 1964 por de la ciencia bastan los medios (o instrumentos) de la ló- Nº 747 el filósofo originariamente miembro del Círculo de Viena gica, o sea, los medios sintácticos y semánticos, y sostiene Gustav Bergmann, en los siguientes términos: que dicho dogma es asumido por la filosofía de la ciencia L A F durante la fase clásica. ILO Todos los filósofos lingüísticos hablan acerca del mundo S OF por medio de un hablar sobre un lenguaje apropiado. Este Además, Stegmüller caracteriza a la filosofía historicista ÍA D es el giro lingüístico, la táctica fundamental a manera de de la ciencia por su adopción del denominado “giro prag- E L método, sobre el que están de acuerdo los filósofos del len- mático”, que hacia los años sesenta se hacía sentir en la A CIE guaje ordinario [del tipo del “segundo” Wittgenstein, Austin filosofía analítica en general y aun en la filosofía clásica NC y Strawson] y los filósofos del lenguaje ideal [del tipo del de la ciencia, si bien en ésta bajo la forma de “anomalía”, IA Y “primer” Wittgenstein, Russell y Carnap] (FLO, FLI) (Berg- al tener que recurrir a elementos pragmáticos en el aná- E L mann, 1964, 177). lisis formal de la explicación científica (para el caso de L EN las explicaciones inductivo-estadísticas, cuyo tratamiento G U Sin embargo, la influencia que se deja sentir por parte del de su ambigüedad lleva a la introducción del concepto de A J E análisis lógico del lenguaje y el giro lingüístico en la filo- situación de conocimiento relativizado a una persona y a : R E sofía clásica de la ciencia no es a través del mero énfasis un tiempo histórico). L A C en la centralidad en general del lenguaje (científico, en IO N este caso), sino en el modo específico en que lo hace. Para Hempel, por su parte, estaría de acuerdo con sendas carac- E S C verlo, recordemos que, dentro de la semiótica, la teoría terizaciones y la consiguiente contraposición. De allí que A MB general de los signos y los lenguajes, se suelen distinguir, se refiera a la filosofía de la ciencia de la fase historicista IAN a partir de la identificación de tres (o cuatro) factores mediante las denominaciones de “escuela histórico-socio- T ES principales en una aplicación de lenguaje (el hablante o lógica” (Hempel, 1979a, 48), “escuela histórico-socio-ló- , AL usuario del lenguaje, la expresión emitida o las expresiones gica” (Hempel, 1979b, 291), “escuela histórico-pragmáti- C AN lingüísticas por él utilizadas y el designatum o denotatum ca” (Hempel, 1979a, 58), “escuela pragmatista” (Hempel, C E de la expresión o expresiones, sean los significados de 1979b, 291) y “‘comprensión histórico-pragmatista’ de la S Y L las palabras que ocurren y el sentido de los enunciados investigación científica, de la cual Thomas Kuhn es el prin- ÍM IT construibles en el lenguaje o las cosas, clases, relaciones, cipal proponente” (Hempel, 1981, 402). Frente a la “escuela E S etc., a las que se refiere el hablante con las expresiones analítico-empirista” (Hempel, 1979b, 291), al “antinatura- por él proferidas), tres campos: el de la pragmática, el de lismo de Carnap, Popper y pensadores afines pertenecien- la semántica y el de la sintaxis. Una investigación de un tes, o cercanos, al Círculo de Viena, quienes sostenían que lenguaje pertenece a la pragmática si hace explícita refe- la tarea propia de la metodología y de la filosofía de la rencia al hablante; pertenece a la semántica si refiere a los ciencia era proveer ‘elucidaciones’ o ‘reconstrucciones ra- designata o denotata y no a los hablantes (intensional, si cionales’ de la forma y función del razonamiento científi- refiere a los significados de las palabras y a los sentidos de co”, elucidaciones que proveerían “normas o estándares de los enunciados, o extensional, si refiere a las cosas, clases racionalidad para la prosecución de la investigación cientí- o relaciones); y pertenece a la sintaxis si no trata ni con fica” y que fueran “formulados con precisión rigurosa por los hablantes ni con los designata o denotata sino sólo con medio del aparato conceptual de la lógica”, encontramos, las expresiones lingüísticas. en el caso de Kuhn, el intento de “proveer un tratamiento descriptivo o ‘naturalista’ de la práctica de investigación En términos generales, podríamos decir que la filosofía clá- científica real, en sus diversos aspectos psicológicos, his- sica de la ciencia se caracterizó por haber concentrado sus tóricos y socioculturales” y de “examinar los modos de análisis en los campos de la sintaxis y de la semántica de la pensamiento que informaron y dirigieron la investigación, ciencia. De hecho, Wolfgang Stegmüller (1983a, 1983b), en la formación teórica y el cambio teórico en la práctica de clara alusión a los “Dos dogmas del empirismo” de Quine investigación científica, pasada y presente” (Hempel, 1993, (1951), denomina “el tercer dogma del empirismo” a la 7), que también proporcione “un tratamiento normativo o 70 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 prescriptivo al exhibir ciertas características en virtud de la obra de Rudolf Carnap, el más influyente representante cual [el] desarrollo [real de la ciencia] es calificado como de la filosofía clásica de la ciencia, con excepción quizás racional” (Hempel, 1979b, 292). de Karl Popper. En esa misma línea, podríamos añadir que este tratamiento P incluye además, por un lado, la referencia a los grupos AB L sociales que desarrollan dicha práctica, las comunidades 2. LA PRAGMÁTICA EN LA FILOSOFÍA CLÁSICA O L científicas, así como también, por el otro, el análisis de DE LA CIENCIA: EL CASO DE CARNAP OR E ciertos aspectos de la semántica de la ciencia, en par ticular NZ A el análisis del cambio de significado de los términos cien- Si quisiéramos mencionar autores de la fase clásica, y aun NO tíficos y la inconmensurabilidad resultante vinculados a del Círculo de Viena, que hayan reconocido la presencia aquellos episodios en la historia de la ciencia que suelen de elementos irreductiblemente pragmáticos en la ciencia denominarse “revoluciones científicas”. y que hayan tratado de incorporarlos en sus análisis, se nos vendrían a la mente autores tales como Otto Neurath En cuanto a la filosofía contemporánea de la ciencia, algu- (“quien sostuvo una concepción completamente pragmá- nas de sus manifestaciones, deudoras de la filosofía de la tica de la filosofía de la ciencia”, Hempel, 1991, citado ciencia de las fases anteriores, sin descuidar completamen- en Wolters, 2003, 117) o Edgar Zilsel (menos conocido te los aspectos sintácticos de la ciencia, pero sin centrar que el primero, pero en quien es evidente su interés por sus esfuerzos en ellos, se han concentrado o bien en los la historia de la ciencia o incluso por la historia cum aspectos semánticos o bien en los pragmáticos (aunque elementos sociales de la ciencia), cuyas obras (Neurath, no necesariamente en los mismos que en la fase histori- 1979, 1981, 1991, 1994, 1998; Zilsel, 1918, 1926, 1976, cista o del mismo modo, y, en todo caso, con un mayor 1992, 2000) son consideradas más “sociológicas” e “his- nivel de claridad y precisión) o bien en ambos, como en el tóricas” comparadas con la más “formalista” de Rudolf caso de la concepción estructuralista de las teorías, que, Carnap. Más aún, considerando la obra de Kuhn como como toda concepción semántica o modeloteórica, hace representativa del “giro pragmático”, Neurath y Zilsel pa- uso esencial de la noción semántica de modelo, al mismo recerían los miembros del Círculo de Viena más cercanos tiempo que no deja de reconocer la presencia de elementos a su pensamiento2. irreductiblemente pragmáticos e históricamente relativos, ni de intentar desarrollar, junto a los estudios sincrónicos, Asimismo, también encontraríamos el mencionado reco- un enfoque diacrónico sistemático, razones por las cuales nocimiento de elementos pragmáticos en la ciencia y de la más que de “enfoque semántico o modeloteórico sin más”, incorporación de éstos y consiguiente enriquecimiento del habría que calificarla de “enfoque semántico-pragmático” análisis realizado en los desarrollos posteriores de otros (Moulines, 2002, 114). miembros connotados de la fase clásica, en especial en Carl Gustav Hempel, otrora miembro del “grupo de Ber- Pero si bien las conexiones establecidas entre las distintas lín”, contraparte del Círculo de Viena, quien emprende el fases por las que ha atravesado la filosofía de la ciencia de giro pragmático al reconocer la presencia de elementos los siglos XX y XXI, los distintos campos de la semiótica y pragmáticos en la explicación, como fue señalado más los “giros lingüístico” y “pragmático” nos ayudan a obtener arriba, y lo completa, bajo la influencia de Kuhn, al hacerlo una visión de conjunto diferenciada y a captar en térmi- también en la racionalidad científica, acompañada del nos generales sus similitudes y divergencias, podríamos “naturalismo” ya aludido (Hempel, 1979a, 1979b, 1981, intentar introducir una imagen más matizada, que nos 1982, 1983, 1993), lo que le terminará valiendo, y no permita entrever una vinculación más estrecha entre las sin razón, la caracterización de “empirista pragmático” distintas fases y, así, en particular, una mayor presencia de (Wolters, 2003). los “clásicos” en la filosofía contemporánea de la ciencia, aun cuando también los límites de sus desarrollos. Esto Sin embargo, es muy probablemente menos o poco cono- lo haremos, quizás para sorpresa de algunos, a partir del cido o enfatizado lo que ocurre con Rudolf Carnap. Frente análisis del papel desempeñado por la pragmática en la a la visión tradicional de acuerdo con la cual el empirismo 71 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 lógico es empirismo (en particular el empirismo británico Así, luego de haber adoptado el giro lingüístico, se suman, clásico) cum lógica (ver Kambartel, 1968, 1, entre muchos como influencias al pensamiento de Carnap, a los señalados otros), los comienzos de Carnap no hay que buscarlos neo-kantismo, positivismo crítico alemán, convencionalismo Nº 747 en el empirismo de Hume o de Locke, sino en las escue- y fenomenología, la lógica de los Principia Mathematica de las tradicionales de filosofía alemana. Así, por ejemplo, Whitehead y Russell y, vinculada con ésta, del análisis lógico L A F cuando en el borrador a una carta para Dingler del 20 del lenguaje de Frege y Wittgenstein. Si bien, “[m]ientras ILO de septiembre de 1920, Carnap señala los autores que se que los componentes lógicos y convencionalistas de su pen- S OF encontraba estudiando, no menciona a ningún empirista samiento ganan en importancia con el paso del tiempo, ÍA D clásico, sino a Kant, Riemann, Helmholtz, Mach, Avena- retroceden los aspectos neokantianos y fenomenológicos”, E L rius, Poincaré, Natorp, Ostwald, Einstein y Weyl (citada en aunque no desaparecen del todo, “sino que continúan ac- A C Coffa, 1991, 207). En esa misma línea de pensamiento, de tuando subterráneamente” (Mormann, 2000, 42). IE NC acuerdo con Mormann (2000, 41), las corrientes filosóficas IA Y más importantes que impregnan el pensamiento temprano El análisis lógico del lenguaje de Frege y Wittgenstein E L de Carnap son las del neokantismo de Bauch, Cassirer y adquieren tal relevancia luego del giro lingüístico que en L EN Natorp, del positivismo crítico alemán de fines del s. XIX Carnap (1963a) aquéllos son mencionados, junto con Rus- G U de Helmholtz, Mach y Avenarius, del convencionalismo sell, como los de mayor influencia en su pensamiento. Sin A J E de Dingler y Poincaré (y en menor medida Duhem), de la embargo, ningún filósofo le causó mayor impacto a Car- : R E fenomenología de Husserl. nap que Bertrand Russell. Luego de la lectura de Russell L A C (1914) comentada más arriba, Carnap tuvo claro qué hacer IO N Por otro lado, de acuerdo con lo que nos relata en Carnap en filosofía; el objetivo: analizar conceptos científicos y E S C (1963a), en el invierno de 1921 adopta el giro lingüístico, aclarar problemas filosóficos; el método: la aplicación de A M cuando lee Russell (1914), en donde es descrito el método la nueva lógica de relaciones de los Principia Mathematica, B IAN lógico-analítico de hacer filosofía, que tan vívida impre- o mejor aún “el uso de la lógica simbólica y de un sistema T ES sión le causara, pues formulaba clara y explícitamente una de lenguaje construido con reglas sintácticas y semánticas , AL concepción de la filosofía que había mantenido implícita- explícitas” (Carnap, 1963b, 936). C AN mente desde algún tiempo atrás y que se iba a constituir C E en guía de su actividad: De hecho, toda la obra de Carnap puede ser dividida en dos: S Y L por un lado, discusión de las condiciones generales para la ÍM IT El estudio de la lógica llega a ser el estudio central en filo- construcción o elaboración, y desarrollo –de acuerdo con E S sofía: proporciona el método de investigación en filosofía, ciertos fines perseguidos– y perfeccionamiento, de marcos de la misma manera que las matemáticas se lo proporcionan lingüísticos (“semiótica pura”, “teórica” o “formal”), en par- a la física [...]. Todo este supuesto conocimiento de los sis- ticular de sistemas formales (“semántica comprehensiva” temas tradicionales debe desaparecer, y un nuevo comienzo o “lógica” en sentido amplio, que abarca tanto la lógica debe ser hecho [...] para la grande y creciente comunidad deductiva, como la intensional, la modal y la inductiva), y, de hombres comprometidos en la búsqueda de la ciencia por el otro, la aplicación de tales marcos lingüísticos (sis- [...], el nuevo método, ya exitoso en venerables problemas temas formales o “lógica”) al campo no-lógico (“semiótica como el número, el infinito, la continuidad, el espacio y aplicada”), a fines de elucidación o análisis conceptual el tiempo, debería ejercer una atracción que los antiguos (“explication”4, en la terminología de Carnap 1950b)5. métodos han fallado completamente en ejercer. [...] La sola y única condición que creo es necesaria para asegurar a la Pero qué es lo que se debe hacer para llevar a cabo este filosofía en el futuro próximo logros que sobrepasen todo tipo de análisis, y qué identifica Carnap con la labor filosó- lo alcanzado hasta hoy por los filósofos es la creación de fica, sufre diversas modificaciones a través de sus diferentes una escuela de hombres con preparación científica y con escritos. Así, se suele distinguir una etapa “sintáctica”, que intereses filosóficos, libres de tradiciones periclitadas y no tiene su expresión más acabada en Carnap (1934a). De esta extraviados por los métodos literarios de aquellos que copian etapa es su concepción de la filosofía de la ciencia como todo de los antiguos excepto sus méritos (Russell, 1914, “análisis lógico de los resultados lingüísticamente formula- pp. 243-246)3. dos de las acciones de los científicos”, o, más brevemente, 72 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 “análisis lógico del lenguaje de la ciencia” o “lógica de la tempranas (Carnap, 1922, 1928, 1934a), debido al peso ciencia”, entendiendo por ésta sólo el estudio de la sintaxis del convencionalismo adoptado10, o, más adelante (Carnap, lógica del lenguaje de la ciencia. Carnap explica la posición 1950), con relación no tanto al análisis de los aspectos mantenida por él en esos años haciendo alusión al hecho pragmáticos del lenguaje, sino al momento previo a la histórico de que “el aspecto sintáctico del lenguaje ha sido adopción/construcción de(l/un) lenguaje. P el primero en ser investigado con medios exactos por Frege, AB L Hilbert, los lógicos polacos y en mi libro” (Carnap, 1963a, En ese sentido, podríamos decir que es conocida la distin- O L O 56). Allí, Carnap pretendió mostrar que las proposiciones ción entre “cuestiones internas” y “cuestiones externas”, R E respetables de la filosofía, como se formulan comúnmente, presente en su clásico artículo (Carnap, 1950). Cuestiones NZ A eran proposiciones sintácticas erróneamente expresadas en internas son aquéllas que se plantean dentro de un len- NO el modo material, ya que, a fin de expulsar el demonio de guaje o marco lingüístico particular, mientras que externas la metafísica (del sinsentido), era preciso definir expresiones son aquellas que se efectúan por fuera de todo marco lin- como “significado”, “verdad”, “designación”, en términos pu- güístico. Las cuestiones internas, a su vez, pueden dividirse ramente sintácticos (esto es, como algo que hace referencia en particulares y generales. Las cuestiones internas par- a las propiedades de oraciones de un sistema formal). ticulares pueden formularse si se establece un lenguaje con determinadas reglas (sintácticas y semánticas) y procedi- Sin embargo, ya desde hacía algunos años se estaba tra- mientos de prueba. Si el marco lingüístico es empírico (del bajando en una teoría sistemática que, con la ayuda de los tipo del llamado “lenguaje-cosa” [thing-language] para instrumentos exactos de la lógica moderna, añadiéndose al objetos físicos), podemos preguntar, por ejemplo, “¿hay un análisis puramente formal del lenguaje, proporcionara un cenicero sobre la mesa?” y la respuesta se determinará a análisis de su función “significadora”, esto es, fuera una través de métodos empíricos; si, en cambio, el marco no teoría del significado y la interpretación. Esta teoría, llamada es empírico, como en el caso del lenguaje de números, a la “semántica”, si se desarrolla suficientemente, no sólo contie- cuestión interna particular “¿hay un número primo mayor ne una teoría de la relación de designación, e.e. de la relación que cien?” se responde mediante un análisis lógico, y las entre las expresiones y sus significados, sino también una respuestas son analíticas. Las cuestiones internas genera- teoría de la verdad y una teoría de la deducción lógica6. les (como “¿existen objetos físicos?” o “¿hay números?”) se responden a partir de las respuestas afirmativas a las Una vez admitida la legitimidad de las investigaciones se- cuestiones internas particulares: si hay un cenicero sobre mánticas (Carnap 1935), Carnap se dedicó intensamente a la mesa y el cenicero es un objeto físico, se sigue lógica- ellas (Carnap, 1939, 1942, 1943, 1947/1956). En cuanto a mente que hay objetos físicos, y lo mismo ocurre con la la lógica de la ciencia, el análisis sintáctico-formal es com- respuesta a la cuestión sobre la existencia de los números. plementado por el que toma en consideración la relación Sin embargo, cuando los filósofos tratan, por ejemplo, la existente entre las expresiones lingüísticas y los objetos a cuestión de la existencia de los números o de la realidad los que éstas refieren, integrando, de este modo, tanto al del mundo de las cosas no están formulando una cuestión análisis sintáctico como al semántico7. interna. Aunque estas cuestiones tradicionales se formulan de la misma manera que las cuestiones internas generales, Como mencionamos previamente, la pragmática es –den- no pertenecen a este tipo de cuestiones. Ellas están pensa- tro de la teoría general de los signos y los lenguajes– la das independientemente del aparato interno de un lengua- teoría de las relaciones entre los signos y aquéllos que los je y, por lo tanto, deben ser consideradas como externas. producen o reciben y entienden8. No pueden ser formuladas dentro del sistema porque se refieren al sistema como un todo y suelen plantearse antes Pero aun cuando el trabajo de Carnap se centra en los de formular o aceptar un sistema particular. Carnap divide sistemas sintácticos y semánticos y sus relaciones9 y los las cuestiones externas en prácticas (o pragmáticas) y elementos pragmáticos no fueran, o durante mucho tiem- teóricas. Las primeras se pueden formular con preguntas po no pudieran ser, ellos mismos objeto de análisis teórico, como “¿debe ser aceptado un lenguaje que contiene tales éstos siempre jugaron para Carnap (o les fue reconocido y tales formas lingüísticas?”. Se trata de una cuestión cuya por él) un papel importante. Así, desde sus obras más respuesta no es ni verdadera ni falsa, porque no es una 73 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 aserción, sino que implica una evaluación de las ventajas cional, la explotación capitalista de los trabajadores, etc.” y desventajas de aceptar un determinado marco lingüísti- (Carnap, 1934b, 260). Así se dice que (y, debido a lo poco co. Las respuestas a las cuestiones externas llevan a una conocido de este artículo, me permito citarlo in extenso): Nº 747 decisión práctica (o pragmática). La decisión de aceptar un marco lingüístico puede estar influida por conocimientos [e]n el caso de las supersticiones se trata de cuestiones L A F teóricos, porque los propósitos con que se pretende usar un teóricas; la aceptación de que los rezos y amuletos pueden ILO lenguaje determinarán los factores relevantes para tomar proteger de los granizos y los accidentes de trenes pueden S OF una decisión. De esta manera, la eficacia, fecundidad y ser refutados científicamente. Si, por el contrario, alguien ÍA D simplicidad en el uso de un lenguaje pueden ser facto- está a favor o en contra del socialismo, es asunto de la E L res decisivos, y la evaluación de estas cualidades en un toma de posición práctica, no de la demostración teórica. A CIE lenguaje es de naturaleza teórica. Las cuestiones internas Aquí sólo puede ser establecido teóricamente que esta y NC particulares y generales y las cuestiones externas prácticas aquella organización tienen estas y aquellas consecuencias IA Y pueden plantearse legítimamente, mientras que las cues- higiénicas, económicas y culturales. Esta es una preparación E L tiones externas teóricas, según Carnap, no han podido ser muy importante de nuestra toma de posición; pero no nos L EN formuladas en términos del lenguaje científico, por lo cual ahorramos por ello de esta toma de posición. Debemos de- G U sostiene que tanto ellas como sus respuestas carecen de cidir si queremos o no las consecuencias establecidas en la A J E: R sentido o contenido cognitivo; sólo adquieren significado reflexión teórica (p.e. la superación de las crisis económicas E si son tomadas como propuestas para la aceptación de una y del desempleo); de ello depende entonces nuestro actuar, L A C cierta forma de lenguaje. con base en la opinión teórica. La reflexión científica no IO NE determina el objetivo, sino siempre sólo el camino hacia el S C Lo que es quizás menos conocido es que dicha distinción, objetivo escogido. La metafísica es lírica en el ropaje de una A MB aunque no de manera idéntica ni con todos los detalles, teoría. Es una mera expresión de sentimientos, pero que IAN ya aparece en un trabajo muy anterior (Carnap, 1934b), en mediante el vestuario lingüístico en enunciados aseverativos T ES donde puede apreciarse la relevancia aun política y social da la apariencia de que proporciona conocimiento. En la teo- , AL de tal distinción y de la filosofía en general11. logía oficial y en las demás doctrinas religiosas se mezclan C AN superstición y metafísica; se podría distinguir aquí entre C ES Allí Carnap nos habla del “ámbito de la decisión teórica” teología “mitológica” y “metafísica”. [...] Teóricamente sólo Y L y de la “obligación de la toma de posición práctica”, di- se deja comprobar que la metafísica filosófica y religiosa ÍM IT ciendo que: es, bajo ciertas circunstancias, un narcótico peligroso y que E S afecta la razón. Nosotros rechazamos ese narcótico. Si otros [e]ntre ambas, sin embargo, hay una diferencia fundamental, aman su disfrute, nosotros no lo podemos refutar teórica- sobre la cual debemos llegar a ser claros. mente. Eso no significa de ningún modo, sin embargo, que La ambigüedad del uso del lenguaje tiene aquí un efecto nos debe ser indiferente cómo los hombres deciden en este confundente, ya que allí también se habla de “cuestiones” punto. Podemos dar ilustración teórica sobre el origen y los [preguntas], donde en realidad no se plantean cuestiones efectos del narcótico. Además, podemos influir en ese punto [preguntas], esto es, demandas para decidir sobre lo ver- por medio de la convocatoria, la educación y el ejemplo dadero y lo falso, sino situaciones, en las que se toma una sobre la decisión práctica de los hombres. Sólo queremos ser decisión sobre el actuar (Carnap, 1934b, 259). claros sobre ello, que esa influencia reside fuera del ámbito teórico de la ciencia (Carnap, 1934b, 260). Sin embargo, lo que resulta especialmente interesante de este trabajo son las consecuencias prácticas que se señalan Como ya ha sido señalado, una de las lamentables conse- como siguiéndose de esta distinción, en donde éstas no cuencias del ascenso del nazismo y consiguiente emigra- se refieren a la aceptación o no de entidades abstractas ción sobre el positivismo lógico y su desarrollo en los Esta- en semántica, tales como propiedades, clases, relaciones, dos Unidos fue la despolitización, siendo común a muchos números, proposiciones, etc., sino a “ciertas consecuencias de los intelectuales izquierdistas que arribaron a dicho país para las formas de la lucha que llevamos a cabo contra las (p.e., Theodor Adorno) la “declinación del radicalismo”, aun supersticiones, la teología, la metafísica, la moral tradi- cuando es digno de observarse que muchos representantes 74 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 del positivismo lógico, Carnap entre ellos, no rompieron sistemático. En particular, podríamos decir, por un lado como individuos con sus creencias anteriores12. –aun cuando esto no haya sido elaborado en este artículo–, que el “giro lingüístico”, con su énfasis en el análisis de Pero el reconocimiento por parte de Carnap del importante los aspectos sintácticos y semánticos del lenguaje de la papel de los elementos pragmáticos no sólo lo podemos ciencia, característico de la fase clásica, no dejó de estar P encontrar en el ámbito de las decisiones prácticas –de presente en la fase histórica, si bien con cierto descuido AB L las cuales la adopción o construcción de un lenguaje o respecto de las distinciones terminológicas o conceptuales O L O marco lingüístico determinado constituye, como vimos, un precisas, e.e. de las elucidaciones conceptuales satisfacto- R E caso particular–. También lo encontramos en relación con rias en relación con el grado de precisión alcanzado. Lo que NZ A el análisis de la ciencia (en particular con el análisis de sí vimos aquí fue cómo, por otro lado, en el propio Carnap NO ésta en tanto práctica o actividad), pues, como nos dice, encontramos muy tempranamente el reconocimiento del “las actividades de percepción, observación, comparación, importante papel jugado, en distintos ámbitos, por ele- registro, confirmación, etc. [son susceptibles de ser anali- mentos pragmáticos de diversa índole. zadas mediante la pragmática] en la medida en que estas actividades llevan o refieren a conocimiento formulado en Si consideramos ahora a la filosofía contemporánea de la lenguaje” (Carnap, 1942, p. 245). Incluso si consideramos ciencia, en particular en la versión de la concepción estruc- la reinterpretación, subrayada por Stegmüller (1959, 1971, turalista de las teorías, ya fue observado que nos encontra- 1973a, 1973b), que da a la lógica inductiva en sus obras mos tanto con intentos de desarrollar una elucidación de tardías sobre el tema (Carnap, 1959, 1962a, 1962b, 1971a, los conceptos (meta-) científicos (y de los marcos concep- 1971b) desde el punto de vista de la teoría de la decisión tuales científicos o teorías) lo más precisa posible, echan- racional, como proveyendo reglas o normas para la toma do mano de todos los instrumentos formales disponibles, de decisiones racionales, y el hecho de que no sólo apoyó como con el reconocimiento de la presencia de elementos el desarrollo de una pragmática formal (p.e., del tipo que histórico-pragmáticos irreductibles (pero susceptibles de encontramos en las obras de Martin, 1959, y Montague, recibir un tratamiento riguroso, eventualmente, aunque no 1974), sino que él mismo realizó algunos aportes tanto al necesariamente, a través de la pragmática formal), es decir, ámbito de la pragmática pura como de la aplicada (Car- con aspectos que intentan recuperar lo acentuado durante nap, 1955), también sería factible rastrear un cierto “giro las fases “clásica” e “histórica”, pero en un tratamiento pragmático” en Carnap (pero en donde, a diferencia del que que se supone mejorado, en una suerte de “Aufhebung” también se puede detectar en Hempel, no está acompa- en sentido hegeliano o “síntesis superadora”. ñado de “naturalismo”), aunque sin ánimos de magnificar su importancia respecto del conjunto de su obra, que sería Por otra parte, hacia fines del siglo pasado, sin embargo, predominantemente sintáctico-semántica. algunos autores pensaron que la filosofía de la ciencia debía ocuparse más de los factores que conducen a la formulación de teorías que de las teorías mismas, y, en general, más de la práctica científica, buscando establecer 3. BALANCE Y PERSPECTIVAS FUTURAS así las bases conceptuales de una filosofía de la práctica científica. Este enfoque, que pone en el centro del análisis Hemos señalado la asociación que suele hacerse de los del conocimiento el concepto de práctica, se asocia, en las dos primeros períodos, épocas o fases de la filosofía de ciencias sociales, con las propuestas de, entre otros, Marx, la ciencia del siglo XX a partir de su profesionalización, Durkheim, Weber, Giddens y, particularmente, Bourdieu, y la “clásica” y la “histórica”, con los denominados “giro ha sido impulsado por historiadores (Franklin, 1986; Ga- lingüístico” y “giro pragmático”, respectivamente. También lison, 1987), sociólogos (Latour, 1987; Pickering, 1995; hemos visto cómo dicha asociación podría ser útil como Schatzki, Knorr-Cetina & von Savigny, 2001) y filósofos una primera aproximación, pero que, en realidad, habría de la ciencia (Ackermann, 1985; Hacking, 1983; Buchwald, que matizar dicho relato, quizás señalando que, en general, 1995; Echeverría, 2002; Fuller, 1989, 1991; Rouse, 1987, y, por lo tanto, no en todos los autores, se trata más bien 1996, 2002; Schatzki, Knorr-Cetina & von Savigny, 2001). de un problema de énfasis y/o de desarrollo o tratamiento Es así que –y en la medida en que la actividad científica 75 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 involucre una serie de prácticas convencionales realizadas plasmar sus resultados, los científicos se sirven, entre otras de acuerdo con ciertas reglas, normas o convenciones (aun cosas, del lenguaje. Sin embargo, está claro que, al no ser cuando no haya un conocimiento explícito o consciente lingüísticas o verbales todas las acciones o conductas en Nº 747 de las reglas involucradas, sino sólo tácito, implícito o general, ni de los científicos en particular, y, por lo tan- inconsciente) y en que, si bien no para practicar la ciencia to, susceptibles de análisis semiótico vía pragmática, aun L A F correctamente, aunque sí para saber en qué consiste lle- cuando pudieran realizarse de acuerdo con convenciones, ILO varla a cabo, es necesario conocer las reglas que gobiernan reglas o normas explícitas, o implícitas, pero explicitables, S OF dicha práctica– para este enfoque la filosofía de la ciencia lingüísticamente, la propuesta de Carnap, a la luz de la ÍA D tiene por finalidad hacer explícitas las reglas que rigen las filosofía contemporánea de la ciencia, que asume como ta- E L diversas prácticas, de esa actividad que es hacer ciencia, rea legítima el análisis de la práctica científica en su acep- A C haciéndola de este modo comprensible. ción más amplia, que incluye acciones de diversa índole IE NC y no se encuentra restringida a las acciones o conductas IA Y Estos desarrollos pueden verse como parcialmente vincu- lingüísticas (o verbales), o sea, al uso que los científicos E L lados con la adopción por parte de la filosofía historicista hacen del lenguaje de la ciencia, nos parece no del todo L EN de la ciencia de aquello que se ha denominado “giro prag- satisfactoria, pero por incompleta, teniendo que comple- G U mático”, aun cuando estos teóricos frecuentemente han mentarla, dependiendo del desarrollo particular escogido, A J E sido ambivalentes acerca de la importancia del lenguaje con una pragmática (de la ciencia) ampliada, una teoría de : R E para las prácticas, y viceversa: por un lado, las prácticas la acción (científica) –ya sea racional, individual, colectiva L A C desarticuladas o incluso inarticulables son frecuentemen- o social– o una praxiología (de la ciencia)13. IO N te contrastadas con afirmaciones o reglas explícitas; por E S C otro lado, el dominio de la práctica generalmente es ex- A MB tendido de modo de incorporar prácticas conceptuales o AGRADECIMIENTOS IAN lingüísticas, quizás incluso como caso paradigmático de las T ES prácticas (Rouse, 2001). Este trabajo ha sido realizado con la ayuda de los proyectos de , AL investigación PICT Redes 2002 N.º 00219, PICT2003 N.º 14261 y C AN Además, una filosofía de la ciencia centrada en el análisis PICT Redes 2006 N.º 2007 de la Agencia Nacional de Promoción C ES de las prácticas científicas no tiene porqué ser incompa- Científica y Tecnológica. Quisiera agradecer a Andrés Rivadulla, Y L tible con la filosofía de la ciencia centrada en el análisis Carlos Castrodeza, César Lorenzano, Luis Vega y Ricardo Gómez ÍM IT del conocimiento científico, en especial en el expresado sus comentarios a versiones previas. Asimismo, quisiera agradecer E S en las teorías científicas. Nuevamente, si pensamos en la a Friedrich Stadler, Director Científico del Institut Wiener Kreis, metateoría estructuralista, en ella se reconoce que, para por haberme facilitado una copia del texto de Carnap “Theoretis- poder llevar a cabo sus actividades, así como también para che Fragen u. praktische Entscheidungen” (Carnap, 1934b). NOTAS escuela polaca de filosofía de la cien- cia– merece el investigador biomédico 1 Que se encontraba en consonancia y y filósofo e historiador de la ciencia, relacionado con individuos y grupos el judío polaco Luwik Fleck, cuyo Fleck afines de Viena, Praga, Alemania, Po- (1935), anticipa muchas de las ideas de lonia, los países escandinavos, Italia, Kuhn, según este último reconoce en el Francia, Inglaterra, Estados Unidos y “Prefacio” a su obra más importante y aun China. conocida (Kuhn, 1962, 11-12). 2 Mención aparte –por su relevancia y 3 En el prefacio, Russell le atribuye por no pertenecer al Círculo de Viena, a Whitehead, entre otras, “toda la Recibido: 14 de junio de 2009 aunque estando en contacto con él, concepción del mundo de la física Aceptado: 3 de diciembre de 2009 además de con otros miembros de la como una construcción más bien que 76 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 como una inferencia” (Russell, 1914, su primera gran obra (Carnap, 1928), fue sino hasta la obra de otro lógico 8), es decir, en términos de Richard- fechado en marzo de 1961, al afirmar polaco, Alfred Tarski, que se echaron son, toda la idea detrás de la “máxi- que “[la] clarificación de conceptos, las bases para una construcción sis- ma suprema del filosofar científico” hoy en día llamada frecuentemente temática de una teoría tal. Su fun- (Richardson, 1998, n. 12, 14), cuya ‘elucidación’, todavía me parece una damental trabajo sobre el concepto P formulación más conocida (“La máxi- de las tareas más importantes de de verdad (Tarski, 1935), publicado AB L ma suprema en el filosofar científico la filosofía” (Carnap, 1928/1961, v), originariamente en polaco en 1933, O L O es ésta: siempre que sea posible, las enfatiza el segundo. Ambos aspec- así como el desarrollo completo de R E N entidades inferidas deben ser susti- tos también los encontramos en el las investigaciones semánticas en Z A tuidas por construcciones lógicas”, siguiente pasaje: “En períodos tem- Polonia, permanecieron desconocidas NO Russell, 1914b, reimpresa en Rus- pranos, a menudo hice intentos de para el mundo exterior hasta 1936, sell 1917) constituye el epígrafe de dar una elucidación del término ‘filo- salvo para unos pocos elegidos, entre Carnap (1928). Asimismo, habría que sofía’. El dominio de aquellos proble- los que se encontraba Carnap, que mencionar que, al comienzo mismo mas que propuse llamar ‘filosóficos’ tuvieron noticias de esto con algún de dicho prefacio, Russell afirma que llegaron a ser poco a poco más com- tiempo de anticipación. el “primer ejemplo completo [del mé- prehensivos, como señala Morris. Sin 7 Hintikka (1975, 1992), por su par- todo lógico-analítico en la filosofía] embargo, ninguna de mis elucidacio- te, afirma que no es sostenible una se encuentra en los escritos de Frege” nes me pareció en realidad comple- distinción estricta entre período (Russell, 1914, 7). tamente satisfactoria, incluso cuando “sintáctico” (hasta 1934) y “semán- 4 La elucidación o análisis conceptual las propuse; y tampoco me gustaron tico” (a partir de 1935), ya que en (“explication”) consiste en la trans- más las elucidaciones propuestas por la obra más significativa del perío- formación de un concepto dado más otros. Por último, abandoné la bús- do “sintáctico” (Carnap, 1934a), hay o menos inexacto o impreciso (el ex- queda. Acuerdo con Morris en que mucho de lo que ahora se consi- plicandum) en otro nuevo (el expli- no es sabio intentar una elucidación dera semántico (de hecho, la ma- catum) exacto o preciso, o al menos tal, debido a que cada una de ellas es yoría de los resultados de Logische más exacto o preciso que el anterior, más o menos artificial. Parece mejor Syntax permanecen como válidos en o, más bien, en el reemplazo o susti- dejar el término ‘filosofía’ sin límites su obra semántica posterior), por lo tución del primero por el segundo, en precisos y sólo proponer la inclusión cual el llamado período “semántico” donde el explicatum debe satisfacer o la exclusión de ciertos problemas. debería ser considerado como una los requisitos de semejanza con el En particular, muchos problemas generalización y ampliación no es- explicandum, exactitud, fertilidad y concernientes a los marcos concep- pecialmente dramática de su punto simplicidad, y de la cual no decimos tuales me parecen pertenecer a los de vista sintáctico. que sea verdadera o falsa o correcta problemas más importantes de la 8 En el desarrollo de una teoría tal o errónea, sino satisfactoria (o ade- filosofía. Pienso aquí tanto en las son pioneros los trabajos de Peirce cuada) o no o más satisfactoria (o investigaciones teóricas como en las (1931), Ogden y Richards (1923) y adecuada) que otra (Carnap, 1950b). deliberaciones prácticas y decisiones Morris (1938). La importancia de di- 5 Apoyo a esta lectura de la obra de con respecto a una aceptación o un cha teoría fue reconocida por Carnap Carnap, la encontramos en las pro- cambio de los marcos, especialmen- a través de su relación con el prag- pias reflexiones metafilosóficas que te de los marcos más generales que matismo, relación que se inició en él efectúa. En Carnap (1963a), escri- contienen los conceptos categoriales 1934 al encontrarse con dos de sus be: “una de las tareas más importan- que son fundamentales para la re- jóvenes seguidores, Nagel y Morris, tes de los filósofos es investigar las presentación de todo conocimiento” en el Congreso Internacional de Filo- diversas formas de lenguaje posibles (Carnap, 1963a, 862). sofía realizado en Praga, y que se vio y descubrir sus propiedades carac- 6 Los pasos en esta dirección los habían estrechada al trasladarse en 1936 a terísticas” (87), hace hincapié en el venido dando los lógicos de la escue- los Estados Unidos. primero de los aspectos, mientras que la de Varsovia, en especial Lesniewski 9 Desarrollando las sintaxis y semánti- en el prefacio a la segunda edición de y Kotarbin(cid:34)ski, desde 1919. Pero no ca puras y generales: puras en tanto 77 doi: 10.3989/arbor.2011.747n1008 ARBOR Vol. 187 747 enero-febrero [2011] 69-80 ISSN: 0210-1963 que analíticas y sin contenido empíri- teoría llevan a cabo, mediada por la Carnap, Rudolf (1947): Meaning and Ne- co, comprendiendo la construcción y (nunca explícitamente formulada) cessity. A Study in Semantics and el análisis de los sistemas sintácticos ley fundamental de esa teoría. Modal Logic, Chicago: University of Nº 747 y semánticos, y en el que se esta- Chicago Press, 2.ª ed. aum. 1956. blecen las reglas relativas a dichos Carnap, Rudolf (1950a): “Empiricism, Se- L A F sistemas, formulando definiciones de BIBLIOGRAFÍA mantics and Ontology”, Revue Inter- ILO cierta clase de conceptos y estipulan- nationale de Philosophie, 4: 20-40. S OF do sus consecuencias, por oposición a Ackermann, Robert John (1985): Data, Carnap, Rudolf (1950b): “On Explication”, ÍA D un análisis descriptivo, que, al consis- Instruments, and Theory, Princeton: Logical Foundations of Probability, E L tir en una investigación empírica de Princeton University Press. Chicago: University of Chicago Press, A CIE las características semánticas de los Bergmann, Gustav (1964): Logic and Rea- Cap. 1, pp. 1-18. N C lenguajes históricamente dados, es lity, Madison: The University of Wis- Carnap, Rudolf (1955): “On Some Concepts IA Y una ciencia empírica; y generales en consin Press. of Pragmatics”, Philosophical Studies, E L tanto que comprende todo lenguaje Buchwald, Jed Z. (ed.) (1995): Scientific 6: 89-91. L EN históricamente dado o todo sistema Practice: Theories and Stories of Doing Carnap, Rudolf (1959): Induktive Logik und G UA sintáctico y semántico, en lugar de Physics, Chicago: University of Chica- Wahrscheinlichkeit, bearbeitet von W. J E: R ser especial y concentrarse así en go Press. Stegmüller, Wien: Springer. E un lenguaje o sistema semántico par- Carnap, Rudolf (1922): Der Raum. Ein Bei- Carnap, Rudolf (1962a): “The Aim of In- L A C ticular. trag zur Wissenschaftslehre, Berlin: ductive Logic”, en Nagel, Ernest, Pa- IO NE 10 Convencionalismo que, frente al Verlag von Reuther & Reichard. trick Suppes y Alfred Tarski (eds.), S C lenguaje formal privilegiado de los Carnap, Rudolf (1928): Der logische Aufbau Logic, Methodology and Philosophy of A M B Principia Mathematica de Russell y der Welt, Berlin: Welkreis-Verlag, 2.ª Science, Stanford: Stanford University IA N Whitehead (1910-1913) adoptado en ed. con Scheinprobleme in der Philo- Press, 303-318. T ES sus trabajos previos, recién se exten- sophie, “Vorwort zum 2. Auflage” y Carnap, Rudolf (1962b): “Preface to the , AL dería al campo de la lógica bajo la “Literaturverzeichnis 1961”, Hamburg: Second Edition”, en Carnap, Rudolf, C AN forma del conocido “principio de to- Felix Meiner Verlag, 1961. Logical Foundations of Probability, C ES lerancia” (Carnap, 1934a) y que en su Carnap, Rudolf (1934a): Logische Syntax Chicago: University of Chicago Press, Y L forma más general podría ser llama- der Sprache, Vienna: Springer. second edition, pp. xiii-xxii. ÍM IT do “principio de la convencionalidad Carnap, Rudolf (1934b): “Theoretische Fra- Carnap, Rudolf (1963a): “Intellectual Au- E S de las formas de lenguaje” (Carnap, gen u. praktische Entscheidungen”, tobiography”, en Schilpp, Paul Arthur 1963a, 55). Natur und Geist, 9: 257-260. (ed.), The Philosophy of Rudolf Carnap, 11 Para los aspectos políticos y sociales Carnap, R. (1935): “Warheit und Be- La Salle, Ill.: Open Court, 1963, pp. del Círculo de Viena, se puede ver, währung”, Actes du Congrès Inter- 1-84. p.e., Wartofsky (1982). national de Philosophie Scientifique, Carnap, Rudolf (1963b), “Replies and Sys- 12 Para un análisis del contexto en el Sorbonne, Paris, vol. IV Induction et tematic Expositions”, en Schilpp, Paul cual tiene lugar el cambio aludido, Probabilité, Paris: Hermann & Cie., Arthur (ed.), The Philosophy of Rudolf ver Reisch (2005). Éditeurs, 1936, pp. 18-23. Carnap, La Salle, Ill.: Open Court, 13 Un ejemplo de análisis de estructu- Carnap, Rudolf (1939): Foundations of Lo- 1963, pp. 859-1013. ras no lingüísticas (ni habitualmente gic and Mathematics. Encyclopedia of Carnap, Rudolf (1971a), “Inductive Logic formuladas lingüísticamente), pero Unified Science, vol. 1, no. 3, Chicago: and Rational Decisions”, en Carnap, susceptibles de ser identificadas a University of Chicago Press. Rudolf y Richard C. 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