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La experiencia del movimiento obrero 2. Proletariado y organización PDF

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Cornelius Castoriadis LA EXPERIENCIA DEL MOVIMIENTO OBRERO 2 Proletariado y organización • 1 t f Tusquets Editores Barcelona Título original: L'e xpérience du mouvement ouvrier 2: Prolétariat et organisation mdice f ( • ( l.• edición: octubre 1979 P. 7 Nota preliminar a la edición francesa 9 Sobre el con tenido del socialismo, III ( 195 8) 69 Balance (1958) 89 Nota sobre Lukács y Rosa Luxemburg (1958) 93 Proletariado y organización, I ( 1959) © Union Générale d'Éditions y Cornelius Castoriadis, 1974 141 Proletariado y organización, II (1959) 185 Lo importante (1959) ( Traducción de Reemprender la revolución: Enrique Escobar 189 El significado de las huelgas belgas ( 1961) L Traducción de los demás textos: Fernando González Corugedo 195 Para una nueva orientación (1962) v Francisco Monge 199 Sobre la orientación de la propaganda (J 962) 215 Sobre la orientación de las actividades ( 1963) 227 Reemprender la revolución ( 1963) 271 La huelga de los mineros ( 1963) 277 Epílogo a «Reemprender la revolución» 287 El papel de la ideología bolchevique en el nacimiento de la burocracia ( 1964) • 311 La suspensión de la publicación «Socialisme ou Barbarie» (1967) 317 La jerarquía de los salarios y de las rentas ( 1974 ) Reservados todos los derechos de esta edici6n a favor .. de Tusquets Editores, Barcelona 1979 Tusquets Editores, Iradier, 24, Barcelona -17 • ISBN 84 -7223 -729 -X ISBN 84 -7223 -993 -4 (de los dos volúmenes) Depósito Legal: B. 32617 -1979 Gráficas Diamante, Zamora, 83, Barcelona -18 Título original: L'e xpérience du mouvement ouvrier 2: Prolétariat et organisation mdice f ( • ( l.• edición: octubre 1979 P. 7 Nota preliminar a la edición francesa 9 Sobre el con tenido del socialismo, III ( 195 8) 69 Balance (1958) 89 Nota sobre Lukács y Rosa Luxemburg (1958) 93 Proletariado y organización, I ( 1959) © Union Générale d'Éditions y Cornelius Castoriadis, 1974 141 Proletariado y organización, II (1959) 185 Lo importante (1959) ( Traducción de Reemprender la revolución: Enrique Escobar 189 El significado de las huelgas belgas ( 1961) L Traducción de los demás textos: Fernando González Corugedo 195 Para una nueva orientación (1962) v Francisco Monge 199 Sobre la orientación de la propaganda (J 962) 215 Sobre la orientación de las actividades ( 1963) 227 Reemprender la revolución ( 1963) 271 La huelga de los mineros ( 1963) 277 Epílogo a «Reemprender la revolución» 287 El papel de la ideología bolchevique en el nacimiento de la burocracia ( 1964) • 311 La suspensión de la publicación «Socialisme ou Barbarie» (1967) 317 La jerarquía de los salarios y de las rentas ( 1974 ) Reservados todos los derechos de esta edici6n a favor .. de Tusquets Editores, Barcelona 1979 Tusquets Editores, Iradier, 24, Barcelona -17 • ISBN 84 -7223 -729 -X ISBN 84 -7223 -993 -4 (de los dos volúmenes) Depósito Legal: B. 32617 -1979 Gráficas Diamante, Zamora, 83, Barcelona -18 Nota preliminar a la edición francesa f Al igual que los dos volúmenes anteriores (La socie dad burocrática 1 y 2), publicados en esta misma colec • ción, los textos de Cornelius Castoriadis están aquí re ' producidos sin modificación alguna, salvo alguna correc ción de erratas, algunos lapsus calamí del autor y la ouesta al día, en algún caso de las referencias. Las notas señaladas por letras han sido añadidas para esta edición. Para una visión de conjunto de las ideas y de su evolución, se ruega al lector se remita a la «Introduc ción» de La sociedad burocrática 1 (Col. Acracia n.º 8). Se designa aquí es te volumen por Vol. l. l.; se designa el tomo II de La sociedad burocrática (col. Acracia n.º 10) por Vol. I.2. A los textos citados con mayor frecuencia correspon den las siguientes abreviaturas: CFP: «La concentración de las fuerzas productivas» (marzo de 1948; Vol. I.l., págs. 329-343.) FCP: «Fenomenología de la conciencia proletaria~ (marzo de 1948; Vol. I.1, págs. 115-130 de la edición francesa 10/18). (Traducción española in La experiencia del movimiento obrero 1, págs. 89-102.) SB: «Socialismo o barbarie» («S. ou B .. , 1. marzo de 1949; Vol. I.1, págs. 89-143.) RPR: «Las relaciones de producción en Rusia» («S. ou B.» 2, mayo de 1949; Vol. I.1., págs. 145-241.) DC I y II: «Sur la dynamique du capitalisme» («S. ou B.» 12 y 13, agosto de 1953 y enero de 1954.) SIPP: «Situation de l'impérialisme et perspectives du prolétariat» («S. ou B.» 14, abril de 1954. In Capitalis me moderne et révolution 10/18, 1979, págs. 379-440.) CS I, CS II y CS III: «Sur le contenu du socialis me» {«S. ou B.» 17, julio de 1955, 22, julio de 1957, y 7 • Nota preliminar a la edición francesa f Al igual que los dos volúmenes anteriores (La socie dad burocrática 1 y 2), publicados en esta misma colec • ción, los textos de Cornelius Castoriadis están aquí re ' producidos sin modificación alguna, salvo alguna correc ción de erratas, algunos lapsus calamí del autor y la ouesta al día, en algún caso de las referencias. Las notas señaladas por letras han sido añadidas para esta edición. Para una visión de conjunto de las ideas y de su evolución, se ruega al lector se remita a la «Introduc ción» de La sociedad burocrática 1 (Col. Acracia n.º 8). Se designa aquí es te volumen por Vol. l. l.; se designa el tomo II de La sociedad burocrática (col. Acracia n.º 10) por Vol. I.2. A los textos citados con mayor frecuencia correspon den las siguientes abreviaturas: CFP: «La concentración de las fuerzas productivas» (marzo de 1948; Vol. I.l., págs. 329-343.) FCP: «Fenomenología de la conciencia proletaria~ (marzo de 1948; Vol. I.1, págs. 115-130 de la edición francesa 10/18). (Traducción española in La experiencia del movimiento obrero 1, págs. 89-102.) SB: «Socialismo o barbarie» («S. ou B .. , 1. marzo de 1949; Vol. I.1, págs. 89-143.) RPR: «Las relaciones de producción en Rusia» («S. ou B.» 2, mayo de 1949; Vol. I.1., págs. 145-241.) DC I y II: «Sur la dynamique du capitalisme» («S. ou B.» 12 y 13, agosto de 1953 y enero de 1954.) SIPP: «Situation de l'impérialisme et perspectives du prolétariat» («S. ou B.» 14, abril de 1954. In Capitalis me moderne et révolution 10/18, 1979, págs. 379-440.) CS I, CS II y CS III: «Sur le contenu du socialis me» {«S. ou B.» 17, julio de 1955, 22, julio de 1957, y 7 • 23, enero de 1958). (Traducción española de CS III en 9bbr.e el contenido del socialismo, III: La este volumen págs. 9-67 .) lucha de los obreros contra la organización de RPB: «La revolución proletaria contra la burocracia» («S. ou B.» 20, diciembre de 1956; Vol. I.2, págs. 213- la empresa capitalista* f 272.) PO I y Il: «Proletariado y organización» («S. ou B.» 27 y 28, abril y julio de 1959). (Traducción española en ' e este volumen, págs. 93-183.) • MRCM I, II y III: «Le mouvement révolutionnaire sous le capitalisme moderne» («S. ou B.») 31, 32 y 33, diciembre 1960, abril y diciembre de 1961). (In Capita Hemos tratado ya de demostrar 1 que el socialismo no lisme moderne et révolution, 10/18, 1979, págs. 47-203.) es otra cosa que la organización consciente de la vida RR: «Recommencer la révolution» («S. ou B.» 35, human:i en todos los terrenos, hecha por los hombres enero de 1964). (Traducción española en este volumen, ( mismos; que significa, pues, la gestión de la producción págs. 227-269.) por los productores, ta~to ? escala de ei;:presa como a la RIB: «Le rO!e de l'idéologie bolchévique dans la nais de la economía; que implica la supres1on de todo apa sance de la bureaucracie» («S. ou B.» 35, enero de 1964.) rato de dirección separado de la sociedad; que ha de (Traducción española en este volumen, págs. 287-309.) producir una modificación pro.funda de l~ .tecnolo~ía y MTR I a V: «Marxisme et théorie révolutionnaire» del contenido mismo del traba¡o como actividad pnmor ( («S. ou B.» 36 a 40, abril 1964 a junio de 1965.) dial de los hombres y, conjuntamente, una alteración ~ro- ( IG: «Introducción>> al Vol. I.1 (págs. 17-19.) funda de todos los valores hacia los que se orienta, im HMO: «La cuestión de la historia del movimiento plícita o explícitamente, la sociedad capitalista. obrero» (La experiencia del movimiento obrero, Vol. 1, Tal elaboración permite, en primer lugar, poner al págs. 9-87.) descub~erto las mistificaciones que desde hace largos años se han ido formando en torno a la noción de socialismo. Permite ante todo comprender lo que no es el socialis mo. Proyectadas contra esa pantalla, Rusia, China y las «democracias populares» muestran su verdadero rostro de t sociedades de clase y de explotación. Que en ellas sean los burócratas los que han ocupado el lugar de los patronos ( privados es algo que, referido a esta discusión concreta, resulta absolutamente indiferente. Pero permite mucho más. Sólo a partir . de esta ~?- t ción de socialismo se puede entender y analizar la crisis ( de la sociedad contemporánea. Yendo más allá de las es e feras superficiales del mercado, ?~l con~urr.io y de la «po lítica», podemos ver que esa cns1s esta direc~a~ente en lazada con el rasgo más profundo del capitalismo: la alienación del hombre en su actividad fundamental, en la actividad productiva. En la medida en que esa alienación t * «S. ou B.», n.º 23 (enero de 1958). l. En CS II. 8 Q t 23, enero de 1958). (Traducción española de CS III en 9bbr.e el contenido del socialismo, III: La este volumen págs. 9-67 .) lucha de los obreros contra la organización de RPB: «La revolución proletaria contra la burocracia» («S. ou B.» 20, diciembre de 1956; Vol. I.2, págs. 213- la empresa capitalista* f 272.) PO I y Il: «Proletariado y organización» («S. ou B.» 27 y 28, abril y julio de 1959). (Traducción española en ' e este volumen, págs. 93-183.) • MRCM I, II y III: «Le mouvement révolutionnaire sous le capitalisme moderne» («S. ou B.») 31, 32 y 33, diciembre 1960, abril y diciembre de 1961). (In Capita Hemos tratado ya de demostrar 1 que el socialismo no lisme moderne et révolution, 10/18, 1979, págs. 47-203.) es otra cosa que la organización consciente de la vida RR: «Recommencer la révolution» («S. ou B.» 35, human:i en todos los terrenos, hecha por los hombres enero de 1964). (Traducción española en este volumen, ( mismos; que significa, pues, la gestión de la producción págs. 227-269.) por los productores, ta~to ? escala de ei;:presa como a la RIB: «Le rO!e de l'idéologie bolchévique dans la nais de la economía; que implica la supres1on de todo apa sance de la bureaucracie» («S. ou B.» 35, enero de 1964.) rato de dirección separado de la sociedad; que ha de (Traducción española en este volumen, págs. 287-309.) producir una modificación pro.funda de l~ .tecnolo~ía y MTR I a V: «Marxisme et théorie révolutionnaire» del contenido mismo del traba¡o como actividad pnmor ( («S. ou B.» 36 a 40, abril 1964 a junio de 1965.) dial de los hombres y, conjuntamente, una alteración ~ro- ( IG: «Introducción>> al Vol. I.1 (págs. 17-19.) funda de todos los valores hacia los que se orienta, im HMO: «La cuestión de la historia del movimiento plícita o explícitamente, la sociedad capitalista. obrero» (La experiencia del movimiento obrero, Vol. 1, Tal elaboración permite, en primer lugar, poner al págs. 9-87.) descub~erto las mistificaciones que desde hace largos años se han ido formando en torno a la noción de socialismo. Permite ante todo comprender lo que no es el socialis mo. Proyectadas contra esa pantalla, Rusia, China y las «democracias populares» muestran su verdadero rostro de t sociedades de clase y de explotación. Que en ellas sean los burócratas los que han ocupado el lugar de los patronos ( privados es algo que, referido a esta discusión concreta, resulta absolutamente indiferente. Pero permite mucho más. Sólo a partir . de esta ~?- t ción de socialismo se puede entender y analizar la crisis ( de la sociedad contemporánea. Yendo más allá de las es e feras superficiales del mercado, ?~l con~urr.io y de la «po lítica», podemos ver que esa cns1s esta direc~a~ente en lazada con el rasgo más profundo del capitalismo: la alienación del hombre en su actividad fundamental, en la actividad productiva. En la medida en que esa alienación t * «S. ou B.», n.º 23 (enero de 1958). l. En CS II. 8 Q t crea un conflicto permanente a todos los niveles y en to entre ellos para poder eludir las normas y sacar el mayor dos los sectores de la vida social, hay crisis de la sociedad beneficio al mismo tiempo. En Budapest se baten contra de explotación. Conflicto que se expresa bajo dos formas: los tanques rusos, se organizan en Consejos y exigen la como lucha de los trabajadores contra la alienación y sus gestión de las fábricas. En los Estados Unidos, exigen condiciones, y como ausencia de los hombres de la socie que se paren las cacle.nas de producción dos veces al día dad: pasivid.ld, desánimo, retiro, aislamiento. En ambos durante un cuarto de hora para tomar café. En las fábri casos, a partir de un punto dado, el conflicto lleva a la cas Biéguet de París, se ponen en huelga la primavera pa crisis declarada de la sociedad establecida: si la lucha de sada para reclamar la supresión de la mayor parte de las los homb;es contra la alienación alcanza una determinada categorías en que los divide la dirección. Hace más de un intensidad, es la revolución. Pero si su ausencia de la so siglo, se hadan matar grit~n~o: «V ivi.r ~rabajando o mo ciedad sobrepasa un límite dado, el sistema se derrumba, rir combatiendo». En las fabricas «socialistas» de la buro como nos muestra claramente la evolución de la econo cracia rusa imponen la nivelación de salarios, de la que mía y de la sociedad en Polonia durante 1955 y 1956 l. se quejan amargam~nte en ~us di~cursos Kru~hchev y su La vida cotidiana de las sociedades modernas se desarrolla camarilla. Todas estas mamfestaaones, la nutad de los oscilando entre esos dos límites, sin poder funcionar más actos cotidianos, por decirlo en pocas palabras, de cen que a pesar de sus propias normas, y siempre y cuando tenares de millones de trabajadores en todas las empresas haya lucha contra la alienación y esa lucha no sobrepase del mundo, expresan, en grados de desarrollo variables y un cierto nivel; basándose pues en una irracionalidad más o menos claramente la misma lucha por la instaura fundamental. ción de nuevas relaciones enrre los hombres y con el trabajo, y solamente pueden entenderse en función de la perspectiva socialista. . . . , . Partimos, pues, volviendo al análisis de la crisis del Es preciso entender bien la umdad d1aletica que cons capitalismo, de una noción explícita del contenido del tituyen estos diversos momentos: análisis y crítica del socialismo. Noción q1:1e es el c~ntro privilegiado, el punto capitalismo, definición positiva del contenido del socialis focal que nos permite orgamzar todas las perspectivas mo, interpretación de la historia del proletariado. No hay y volver a verlo todo con una nueva mirada. Sin ella todo crítica, ni incluso análisis de la crisis del capitalismo que se convierte en caos, constatación fragmentaria, relativis sea posible fuera de una perspectiva socialista. Una crítica mo ingenuo, sociología empírica. Pero esa noción no es así no podría apoyarse en nada, a no ser en una ética un a-priorismo. La lucha del proletariado contra la aliena· que veinticinco siglos de filosofía no han logrado estable ción y sus. condiciones sólo puede tener lugar y desarro cer, ni siquiera definir. Toda crítica presupone que hay llarse. mediante formas y contenidos socialistas, ya sean otra cosa que es preferible -siendo posible- a lo que rel~cioi;ies reales entre los hombres, ya reivindicaciones critica. Toda crítica del capitalismo presupone, por tanto, ª~I?UaCJones Y, P.rogramas. Por consiguiente, la noción po el socialismo. E, inversamente, esta noción del socialismo sitiva del soctaltsmo no es sino el producto histórico del no puede ser sólo el revés positivo de esa crítica; el desarrollo precedente, y en primer lugar, de la actividad, círculo correría entonces el riesgo de ser perfectamente l~s luchas y el modo de vida del proletariado en la so utópico. El contenido positivo del socialismo no puede ciedad moderna. Es la sistematización provisional de los derivarse más qµe de la historia real, de la vida de la puntos de vista ofreci?os P?r. la historia del proletariado, clase que tiende a realizarla. Ése es su origen último. Pero t~nto de s~s gestos mas cotidianos como de sus más gran esto no quiere decir que la concepción del socialismo sea diosas acciones. En un taller, los obreros se las apañan tampoco el refle¡o pasivo e integral de la historia del proletariado. Se asienta también en una elección que no es sino la expresión de una actitud política revoluciona 2. V. RPR, pp. 239-248 ria. No es una elección arbitraria, porque no tiene alter- 10 11 i crea un conflicto permanente a todos los niveles y en to entre ellos para poder eludir las normas y sacar el mayor dos los sectores de la vida social, hay crisis de la sociedad beneficio al mismo tiempo. En Budapest se baten contra de explotación. Conflicto que se expresa bajo dos formas: los tanques rusos, se organizan en Consejos y exigen la como lucha de los trabajadores contra la alienación y sus gestión de las fábricas. En los Estados Unidos, exigen condiciones, y como ausencia de los hombres de la socie que se paren las cacle.nas de producción dos veces al día dad: pasivid.ld, desánimo, retiro, aislamiento. En ambos durante un cuarto de hora para tomar café. En las fábri casos, a partir de un punto dado, el conflicto lleva a la cas Biéguet de París, se ponen en huelga la primavera pa crisis declarada de la sociedad establecida: si la lucha de sada para reclamar la supresión de la mayor parte de las los homb;es contra la alienación alcanza una determinada categorías en que los divide la dirección. Hace más de un intensidad, es la revolución. Pero si su ausencia de la so siglo, se hadan matar grit~n~o: «V ivi.r ~rabajando o mo ciedad sobrepasa un límite dado, el sistema se derrumba, rir combatiendo». En las fabricas «socialistas» de la buro como nos muestra claramente la evolución de la econo cracia rusa imponen la nivelación de salarios, de la que mía y de la sociedad en Polonia durante 1955 y 1956 l. se quejan amargam~nte en ~us di~cursos Kru~hchev y su La vida cotidiana de las sociedades modernas se desarrolla camarilla. Todas estas mamfestaaones, la nutad de los oscilando entre esos dos límites, sin poder funcionar más actos cotidianos, por decirlo en pocas palabras, de cen que a pesar de sus propias normas, y siempre y cuando tenares de millones de trabajadores en todas las empresas haya lucha contra la alienación y esa lucha no sobrepase del mundo, expresan, en grados de desarrollo variables y un cierto nivel; basándose pues en una irracionalidad más o menos claramente la misma lucha por la instaura fundamental. ción de nuevas relaciones enrre los hombres y con el trabajo, y solamente pueden entenderse en función de la perspectiva socialista. . . . , . Partimos, pues, volviendo al análisis de la crisis del Es preciso entender bien la umdad d1aletica que cons capitalismo, de una noción explícita del contenido del tituyen estos diversos momentos: análisis y crítica del socialismo. Noción q1:1e es el c~ntro privilegiado, el punto capitalismo, definición positiva del contenido del socialis focal que nos permite orgamzar todas las perspectivas mo, interpretación de la historia del proletariado. No hay y volver a verlo todo con una nueva mirada. Sin ella todo crítica, ni incluso análisis de la crisis del capitalismo que se convierte en caos, constatación fragmentaria, relativis sea posible fuera de una perspectiva socialista. Una crítica mo ingenuo, sociología empírica. Pero esa noción no es así no podría apoyarse en nada, a no ser en una ética un a-priorismo. La lucha del proletariado contra la aliena· que veinticinco siglos de filosofía no han logrado estable ción y sus. condiciones sólo puede tener lugar y desarro cer, ni siquiera definir. Toda crítica presupone que hay llarse. mediante formas y contenidos socialistas, ya sean otra cosa que es preferible -siendo posible- a lo que rel~cioi;ies reales entre los hombres, ya reivindicaciones critica. Toda crítica del capitalismo presupone, por tanto, ª~I?UaCJones Y, P.rogramas. Por consiguiente, la noción po el socialismo. E, inversamente, esta noción del socialismo sitiva del soctaltsmo no es sino el producto histórico del no puede ser sólo el revés positivo de esa crítica; el desarrollo precedente, y en primer lugar, de la actividad, círculo correría entonces el riesgo de ser perfectamente l~s luchas y el modo de vida del proletariado en la so utópico. El contenido positivo del socialismo no puede ciedad moderna. Es la sistematización provisional de los derivarse más qµe de la historia real, de la vida de la puntos de vista ofreci?os P?r. la historia del proletariado, clase que tiende a realizarla. Ése es su origen último. Pero t~nto de s~s gestos mas cotidianos como de sus más gran esto no quiere decir que la concepción del socialismo sea diosas acciones. En un taller, los obreros se las apañan tampoco el refle¡o pasivo e integral de la historia del proletariado. Se asienta también en una elección que no es sino la expresión de una actitud política revoluciona 2. V. RPR, pp. 239-248 ria. No es una elección arbitraria, porque no tiene alter- 10 11 i { ( nativa racional. El otro término sería simplemente la p~dremos revolucionar nuestr?s métodos de pensamient_o (' conclusión de que la historia no es más que una «fábula mismos, hereda~os de la s?ciedad de c~ases, y .constr~ir contada por un idiota, llena de ruido y de furia y que mediante alterac10nes sucesivas una teona socialista. ~ola no significa nada», y que no puede sino seguir siéndolo. podemos avanzar asimilando todos esos puntos de vista, Sólo en función de una política revolucionaria, para esa su unidad profunda. . . política, puede ser fuente y origen la historia del prole Comenzamos el análisis de la crisis del capaalis?Jo .Pºr tariado. Para cualquier otra actitud, esa historia no es el análisis de las contradicciones de la empresa capitahst~. e más que fuente de estadísticas y monografías, de cualquier Los conceptos y métodos así adqurrido~ .e~ el terre~o pri cosa y en definitiva, de nada. En resumen, ni crítica del mordial, el de la producción, nos perm1t1ran gene~ahzar, a capitalismo, ni definición positiva del socialismo, ni inter continuación, nuestro examen, y somete~le las diferentes pretac'.ón de la historia del proletariado, ni política revo esferas sociales y, finalmente, el todo social en cuanto tal. • luconaria son posibles sin una teoría, fuera de ella. Los elementos socialistas que produce constantemente el pro ( letariado han de ser extrapolados y generalizados para Las contradicciones de la organización capitalista de la el proyecto total que es el socialismo y sin el cual care empresa cen de sentido; análisis y crítica de la sociedad de clases deben sistematizarse, para n.o verse privadas de alcance En la visión tradicional, todavía hoy ampliamente .ex ( y de verdad. Uno y otra son imposibles sin un trabajo tendida las contradicciones y la irracionalidad del capita l teórico en sentido propio, sin un esfuerzo de racionaliza lismo e~isten y se manifiestan activamente a nivel. d~ la ( ción de lo simplemente dado. Esta racionalización com economía global, pero no afectan a la en:~resa cap1tahst~ porta riesgos y contradicciones. En cuanto teoría, se ve más que de rebote. Si hacem?s abst~~ccion de las servi obligada a partir de las estructuras lógicas y e,pistemoló dumbres que le impone su mtegrac1on ~n u.o i:n:rcado gicas de la cultura actual, que no son en modo alguno irracional y anárquico, _la ~i;ipres~ es. el remo 10d1v1so ~~ formas neutras, independientes de su contenido, sino que la efic&cia y la racionahzac10n capitalistas. La compete_ncia ( expresan de manera antagónica y contradictoria actitudes, obliga al capitalismo bajo ~ei:a de muen~, a perseguir el 1 ( comportamientos, visiones del sujeto y del objeto, que tie máximo resultado con el m1mmo de medios; ¿y acaso no « nen sus equivalencias dialécticas en las relaciones sociales es ése el fin mismo de la economía, la definición. de su ei:, del capitalismo. La teoría revolucionaria corre pues el ries racionalidad? Y para lograrlo, pone grado ~rec1~nte a ( go constante de caer bajo la influencia de la ideología «la ciencia al servicio de la producc1on>>, racionaliza el domirnmte, bajo formas a la vez mucho más sutiles y pro proceso de trabajo por ~edio .de esas ;nc~rnacion~s de la ( fundas, mucho más ocultas y peligrosas, que la influencia razón operante que son mgemeros y tecmcos. Sera absur ( ideológica «directa» denunciada tradicionalmente en el do que esas empresas fabriquen armame.nto, será ab~urdo oportunismo, por ejemplo. El marxismo no ha escapado que las crisis periódicas las hagan t;aba¡ar por deba JO. de ( a esa suerte, hemos dado ya 3 y seguiremos dando bue su capacidad, pero nada puede 0~1et.a,rse a su organiza ( nos ejemplos. Sólo volviendo constantemente a las fuen ción. La racionalidad de esa orgamzac1on es la base so~re • tes, confrontando los resultados de la teoría con el con la que se edificará la sociedad socialista, cu~ndo haya sido tenido real de la vida y de la historia del proletariado, eliminada la anarquía del mercado y se asignen a la pro ducción unos fines distintos: la satisfacción de las nece- sidades y no el máximo beneficio. . Lenin adopta sin reserva alguna esta tesis, .Y yara el 3. Sobre el problema de la remuneración del trabajo en una sociedad socialista: ver es I; sobre la naturaleza misma propio Marx, la cosa no es, en el fondo, muy. dtst~nta: ,Es del trabajo y de la «reducción de la jornada laboral» como cierro que para él la empresa. no. ~s pura. rac1onahzac10n¡ es solucinó al problema de la alienación: Il. más exactamente, su racionalrzac10n conuene una contra- 12

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