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La evolución del deseo: Estrategias del emparejamiento humano PDF

186 Pages·1996·44.264 MB·Spanish
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Título original: The evolution of desire Publicado originalmente por BasicBooks, una división de HarperCollins Publishers, Inc. Traductora: Celina González Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las co rrespondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes re produjeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transforma ción, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de so- pone o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva auto rización. © 1994 by David M. Buss © Ed. cast.: Alianza Editorial. S. A.. Madrid. 1996 Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15: 28027 Madrid; (clef. 395 88 88 ISBN: 84-206 0821-1 Deposho legal: M. 44.991/1996 Impreso en Fernandez Ciudad, S. L Catalina Suarcz, 19. 28007 Madrid Printed in Spain Agradecimientos Don Symons, autor del tratado más importante del siglo xx sobre la evolución de la sexualidad humana, ha guiado el desarrollo de este libro con sus escritos, su amistad y sus perspicaces comentarios de cada capítulo. Cuando, en 1981, conocí a Leda Cosmides y John Tooby, enseñaban en Harvard a estudiantes de doctorado, pero ya se hallaban desarrollando una importante teoría sobre la psicología evolucionista que influyó profundamente en mi pensamiento sobre las estrategias de emparejamiento humano. Martin Daly y Margo Wilson han tenido una influencia decisiva por medio de su trabajo sobre la evolución del sexo y la violencia. Tuve la gran suerte de co laborar con Martin, Margo, Leda y John en el Center for Advanced Study in the Behavioral Sciences de Palo Alto (California) en un proyecto especial llamado Fundamentos de Psicología Evolu cionista, en el que se basa este libro. Estoy en deuda con mis magníficos colaboradores de investiga ción: Alois Angleitner, Armen Asherian, Mike Barnes, Mike Botwin, Michael Chen, Lisa Chiodo, Ken Craik, Lisa Dedden, Todd DeKay, Jack Demarest, Bruce Ellis, Mary Gomes, Arlette Greer, Heidi Greiling, Dolly Higgins, Tim Keteíaar, Karen Kleinsmith, Liisa Kyl- Heku, Randy Larsen, Karen Lauterbach, Arme McGuire, David Schmitt, Todd Shackelford, Jennifer Semmelroth y Drew Westen. Merecen mi especial agradecimiento los cincuenta colaboradores 9 10 David M. Buss Capítulo 1 Orígenes de la conducta de emparejamiento del estudio internacional repartidos por todo el mundo: M. Abbott, A. Angleitner, A. Asherian, A. Biaggio, A. Blanco-Villa Señor, M. Bruchon-Schweitzer, Hai-yuan Ch u, J. Czapinski, B. DeRaad, B. Ekehammar, M. Fioravanti, J. Georeas, P. Gjerde. R Gutzman, F. Hazan, S. Iwawaki, N. Hanakiramiah, F. Khosroshani. S. Kreider, L. Lachcnicht, M. Lee, K. Liik, B. Little, N. I.ohamy, S. Makim, S. Mika, M. Moadel-Shahid, G. Moanc, M. Montero, A. C. Mundy- Castlc, T. Niit, E. Nscnduluka, K. Peltzer, R Pienkowski, A. Pirtti- Nunca hemos abandonado del todo la idea la-Backman, J. Poncc De León, I. Rousseau, M. A. Runco. M. P. Sa- de que, en algún lugar, hay personas que vi fir, C. Samuels, R Sanitioso, R Scrpell. N. Smid, C. Spencer, M. Ta- ven en perfecta armonía con la naturaleza y dinac, E. N. Todorova, K. Troland. L. Van den Brande, G. Van entre sí, y de que podríamos hacer lo mismo si Hcck, L. Van Langenhove y Kuo-Shu Yang. no fuera por la corruptora influencia de la Muchos amigos y colegas leyeron borradores del libro y ofrecie cultura occidental. ron sugerencias. Geoffrey Miller aportó comentarios creativos a todo el libro. John Alcokc, Dick Alexander, Laura Betzig, Leda Cos- MELVTN KONNER, mides, Martin Daly, Bill Durham. Steve Gangestad, Efisabeth Hill, Por qué sobreviven los imprudentes Kim Hill. Doug Jones, Doug Kenrick, Bobbi Low, Neil Malamuth, Kathleen Mucn, Dan Ozer, Collcen Seifert, Jennifer Scmmelroth, Barb Smuts, Valeric Stone, Frank Sulloway, Nancy Thornhill, Rand- y Thornhill, Peter Todd, John Tooby, Paul Turke y Margo Wilson me fueron de gran ayuda en determinados capítulos. Mi primera editora, Susan Arellano, me animó y me aconsejó en La conducta de emparejamiento de los seres humanos las primeras fases. El acertado juicio y el aplomo editorial dejo Ann nos deleita y divierte y es objeto de nuestros cotilleos, pero Miller consiguieron que el libro llegara a terminarse. Todo escritor debería tener la gran suerte de beneficiarse del poder intelectual y es asimismo profundamente inquietante. Pocos campos editorial de Virginia LaPlante, que me ayudó a convertir unos gara de la actividad humana generan tanta discusión, tantas le batos desorganizados en prosa legible y una miscelánea de capítulos yes o rituales tan elaborados en todas las culturas. Sin em en un libro coherente. bargo, hay elementos de esta conducta que desafian nues He disfrutado de un generoso apoyo institucional. La Universi dad de Harvard me proporcionó tiempo y recursos para realizar el tra comprensión: hombres y mujeres eligen a veces una estudio internacional. La Universidad de Michigan me ofreció el pareja que los maltrata física y psicológicamente; los es apoyo del Departamento de Psicología, gracias a Al Cain y Pat Gu- fuerzos para atraer a un compañero suelen fracasar; sur rin; del Departamento de Programas de Conducta Humana y Evo lución, gracias a Dick Alexander, Laura Betzig, Kim Hill, Warren gen conflictos en las parejas que producen espirales de Holmes. Bobbi Low, John Mitani, Randy Nesse, Barb Smuts, Nanc- culpa y desesperación; a pesar de sus buenas intenciones y y Thornhill y Richard Wrangham; y del Centro de Investigación de promesas de amor eterno, la mitad de los matrimonios se Dinámica de Grupos en el Instituto de Investigaciones Sociales, gra cias a Eugene Burnstcin, Nancy Cantor, Phoebe Ellsworth, James divorcia... Hilton, James Jackson, Neil Malamuth, Hazel Markus, Dick Nisbett y Bob Zajonc. Las becas del National Instifute of Mental Health El dolor, la traición y la pérdida contrastan fuertemen (MH-41593 y MH-44206) contribuyeron enormemente a la investi te con los conceptos románticos habituales sobre el amor. gación. En 1989-90. una beca del Ccnter for Advanced Study in the Crecemos creyendo en el amor verdadero, en encontrar a Behavioral Sciences y las becas del Gordon P. Getty Trust y de la National Science Foundation BNS98-00864 me proporcionaron el nuestro «único» amor. Suponemos que cuando lo haga tiempo y el ambiente intelectual necesarios para terminar el primer mos, nos casaremos, seremos felices y comeremos perdi- borrador del libro. 11 12 David M. Buss La evolución del deseo 13 ees. Pero la realidad rara vez coincide con nuestras Nuestra incapacidad para comprender la naturaleza creencias. Una rápida ojeada a la tasa de divorcios, al real y paradójica de la pareja humana tiene un coste eleva porcentaje del 30 por 100 al 50 por 100 de incidencia de do, tanto científico como social. Desde el punto de vista las relaciones extramatrimoniales y a los ataques de ce científico, la falta de conocimientos deja sin respuesta al los que atormentan tantas relaciones echa por tierra es gunos de los interrogantes más desconcertantes de la vida, tas ilusiones. como por qué la gente sacrifica años de su vida buscando El desacuerdo y la disolución de las relaciones de pare amor y luchando por conseguir una relación. Desde el ja suelen considerarse signos de fracaso; se contemplan punto de vista social, nuestra ignorancia nos deja frustra como una distorsión o perversión del estado natural del dos y desamparados cuando nos duele que la conducta de matrimonio; se cree que son señales de falta de adecua emparejamiento fracase en el lugar de trabajo, en una cita ción personal, inmadurez, neurosis, falta de voluntad o. o en el hogar. simplemente, falta de acierto en la elección de pareja. Esta Tenemos que reconciliar el amor profundo que buscan concepción es radicalmente falsa: el conflicto en la pareja los seres humanos con el conflicto que impregna nuestras es la regla, no la excepción. Comprende desde la furia del relaciones más queridas. Tenemos que ajustar nuestros hombre ante la mujer que rechaza sus insinuaciones amo sueños a la realidad. Para comprender estas desconcertan rosas hasta la frustración de la esposa cuyo marido no la tes contradicciones, debemos mirar hacia atrás, hacia ayuda en las labores del hogar. Este patrón general no se nuestro pasado evolutivo, un pasado que nos ha dejado puede explicar fácilmente. Interviene algo más profundo, huellas tanto en la mente como en el cuerpo, tanto en más revelador de la naturaleza humana, algo que no com nuestras estrategias de emparejamiento como en las de su prendemos del todo. pervivencia. El problema se complica por el papel fundamental que desempeña el amor en la vida humana. Los sentimientos amorosos nos hipnotizan cuando los experimentamos, y si RAÍCES EVOLUTIVAS no lo hacemos, pueblan nuestras fantasías. La angustia del amor predomina, por encima de cualquier otro tema, en Hace más de un siglo, Charles Darwin dio una explica la poesía, la música, la literatura, los «culebrones» y las ción revolucionaria a los misterios del emparejamiento5. novelas rosas. Contrariamente a lo que se suele creer, el Le intrigaba la forma desconcertante en que los animales amor no es un invento reciente de las clases occidentales habían desarrollado características que parecían estorbar acomodadas. En todas las culturas se siente amor y se han su supervivencia. El complicado plumaje, la gran corna acuñado palabras específicas para denominarlo1. Su difu menta y otros rasgos manifiestos que despliegan muchas sión nos convence de que el amor, con sus elementos clave especies parecían ser muy costosos desde el punto de vis de compromiso, ternura y pasión, forma parte inevitable de ta de la supervivencia. Se preguntaba cómo podía haber la experiencia humana y se halla al alcance de todos2. evolucionado el brillante plumaje de los pavos reales, y volverse común, cuando suponía una amenaza evidente 1 Jankowiak y Fisher, 1992. 1 Darwin, 1859, 1871. 2 Beach y Tesser, 1988; Sternberg, 1988. 14 David M. Buss La evolución del deseo (5 para su supervivencia, puesto que actuaba como señuelo por una pareja y la lucha por ella. Pero, durante un siglo, manifiesto para los depredadores. La respuesta de Danvin los científicos (varones) se opusieron enérgicamente a esta fue que había evolucionado porque conducía al éxito re teoría, en parte debido a que la elección activa de pareja productor individual y suponía una ventaja en la competi parecía conferir un poder excesivo a las hembras, que, se ción por una pareja deseable y en la continuidad de la lí gún se creía, debían permanecer pasivas en el proceso de nea genética de ese pavo. La evolución de una caracte emparejamiento. Los científicos sociales también se opu rística debido a sus beneficios reproductores, no a sus sieron a la teoría de la selección sexual porque su descrip beneficios en términos de supervivencia, se denomina se ción de la naturaleza parecía basarse en la conducta instin lección sexual. tiva, minimizando de este modo la unicidad y flexibilidad Según Danvin, la selección sexual adopta dos formas. de los seres humanos. Se suponía que la cultura y la con En una de ellas, los miembros del mismo sexo compiten ciencia nos habían liberado de las fuerzas evolutivas. £1 entre sí, y el resultado de la competición confiere al gana avance de aplicar la selección sexual a los seres humanos dor mayor acceso sexual a los miembros del sexo opuesto. se produjo a finales de los años setenta y ochenta, en for Dos ciervos luchando con los cuernos entrelazados es la ma de progresos teóricos que mis colegas y yo iniciamos imagen prototípica de esta competición intrasexual. Las en los campos de la psicología y la antropología4. Trata características que conducen al éxito en contiendas de mos de identificar los mecanismos psicológicos subyacen este género, como una mayor fuerza, inteligencia o capa tes producto de la evolución, mecanismos que contribu cidad de ganar aliados, evolucionan porque los vencedo yen a explicar tanto la extraordinaria flexibilidad de la res se aparean con más frecuencia y, por tanto, transmiten conducta humana como las estrategias de emparejamien más genes. En el otro tipo de selección sexual, los miem to activo que desarrollan hombres y mujeres. Esta nueva bros de un sexo eligen una pareja basándose en sus prefe disciplina se denomina psicología evolucionista. rencias por determinadas cualidades de ésta. Estas carac Cuando comencé a trabajar en este campo, se sabía terísticas evolucionan en el sexo opuesto porque los ani muy poco sobre la conducta real de emparejamiento de males que las poseen son elegidos con mayor frecuencia los seres humanos. Había una frustrante falta de datos como parejas, y sus genes prosperan. Los animales que ca científicos sobre el emparejamiento en el amplio conjunto recen de las características deseadas son excluidos del em de las poblaciones humanas y casi ninguna base docu parejamiento y sus genes desaparecen. Puesto que la pava mentada para una teoría evolucionista. No se sabía si hay real prefiere pavos con plumas brillantes y centelleantes, ciertos deseos de emparejamiento que son universales, si los machos de plumaje apagado se pierden en el polvo determinadas diferencias sexuales son características de evolutivo. Los pavos reales actuales poseen plumas bri todas las personas en todas las culturas o si la cultura ejer llantes porque, en el curso de la historia evolutiva, las pa ce una influencia lo suficientemente poderosa como para vas han preferido aparearse con machos deslumbrantes y anular las preferencias evolutivas que pudieran existir. Así llenos de colorido. La teoría darwiniana de la selección sexual comienza a 4 Los mayores defensores de la psicología evolucionista son Cosmi- explicar la conducta de emparejamiento identificando dos des y Tooby (1987). Daly y Wilson (1988), Pinkcr, (1994), Thornhül y procesos decisivos en el cambio evolutivo: la preferencia Thornhill (1990a), Symons (1979) y Buss (1989a, 1991a). David M. Buss La evolución del deseo 17 que me aparté del camino tradicional de la psicología ge sistemas políticos: capitalistas, comunistas y socialistas. Se neral para investigar que características de la conducta de hallaban representados todos los principales grupos racia emparejarse procedían de principios evolutivos. Al princi les, religiosos y étnicos. En total, estudiamos a 10.047 per pio, sólo quería verificar algunas de las predicciones evo sonas del mundo entero. lucionistas más evidentes sobre las diferencias sexuales en Este estudio, el más amplio que se ha llevado a cabo so las preferencias de emparejamiento: por ejemplo, si los bre los deseos de emparejamiento de los seres humanos, hombres buscan juventud y atractivo físico en la pareja y era Simplemente el principio. Los hallazgos tenían impli si las mujeres desean una buena posición y seguridad eco caciones que afectaban a todas las esferas de la vida de la nómica. Con tal fin entrevisté y pasé cuestionarios a 186 pareja, del noviazgo al matrimonio, pasando por las rela adultos casados y a 100 estudiantes universitarios solteros ciones extramatrimoniales y el divorcio. También eran re de Estados Unidos. levantes para importantes temas sociales de actualidad El paso siguiente fue comprobar si los fenómenos psi como el acoso sexual, los malos tratos en el hogar, la por cológicos descubiertos por este estudio eran característi nografía y el patriarcado. Para investigar tantos campos cos de nuestra especie. Si los deseos de emparejamiento y relacionados con la conducta de emparejamiento como otros rasgos de la psicología humana fueran producto de fuera posible, llevé a cabo más de cincuenta nuevos estu nuestra historia evolutiva, tendrían que hallarse en todas dios sobre miles de personas, incluyendo a hombres y mu partes, no sólo en los Estados Unidos. Así que inicié un es jeres en busca de pareja en bares de solteros y en campus tudio internacional para explorar cómo se elegía pareja en universitarios, novios con diverso grado de compromiso, otras culturas, empezando con países europeos como Ale matrimonios en sus primeros cinco años de casados y ma mania y Holanda. Pronto me di cuenta, sin embargo, de trimonios que acabaron divorciándose. que, como las culturas europeas comparten muchos ras Los hallazgos de todas estas investigaciones crearon gos, no proporcionaban pruebas rigurosas de los princi controversia y confusión entre mis colegas, ya que contra pios de la psicología evolucionista. Durante cinco años decían en muchos aspectos el pensamiento convencional amplié el estudio, incluyendo a cincuenta colaboradores y provocaron un cambio radical en la concepción de la de treinta y siete culturas localizadas en seis continentes y psicología sexual clásica de hombres y mujeres. Uno de cinco islas, de Australia a Zambia. Los residentes locales los objetivos de este libro es formular, a partir de estos di pasaban el cuestionario sobre los deseos de empareja versos hallazgos, una teoría del emparejamiento humano miento en su lengua nativa. Obtuvimos muestras de gran que se base no en conceptos románticos o en anticuadas des ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo (Brasil), teorías científicas, sino en pruebas científicas actuales. Shangai (China), Bangalore y Ahmadabad (India), Jerusa- Gran parte de lo que he descubierto sobre el empareja lén y Tel Aviv (Israel) y Teherán (Irán). También obtuvi miento humano no es agradable. En la implacable bús mos muestras de poblaciones de zonas rurales: hindúes queda de objetivos sexuales, por ejemplo, los hombres y del estado de Gujarat y zulúes de Suráfrica. Incluimos las mujeres atentan contra sus rivales, engañan a los miem tanto a personas con una buena educación como a perso bros del otro sexo e incluso atacan a la propia pareja. Es nas de educación escasa, de todas las edades desde los ca tos descubrimientos me perturban; preferiría que no exis torce a los setenta años, y de lugares de todo el abanico de tiesen los aspectos competitivos, conflictivos y manipula- 18 David M. Buss La evolución del deseo 19 dores del emparejamiento humano. Pero un científico no existencia que plantean las fuerzas hostiles de la naturale puede cerrar los ojos ante los hallazgos desagradables. En za; son nuestras estrategias de supervivencia. Quienes fue último término, hay que enfrentarse a los aspectos preo ron incapaces de desarrollar las características apropiadas cupantes del emparejamiento humano si se quieren mejo no sobrevivieron. rar sus consecuencias negativas. Del mismo modo, las estrategias sexuales son solucio nes adaptativas a los problemas de emparejamiento. Quie nes en nuestro pasado evolutivo no consiguieron empare jarse de forma adecuada no se convirtieron en nuestros ESTRATEGIAS SLXUAI.ES antepasados. Todos nosotros descendemos de una larga y Las estrategias son métodos para lograr objetivos, me continua línea de antepasados que compitieron con éxito dios para resolver problemas. Puede parecer extraño con por parejas deseables, atrajeron a compañeros valiosos siderar que el emparejamiento humano, el idilio, el sexo y desde el punto de vista reproductor, los retuvieron lo sufi el amor son intrínsecamente estratégicos. Pero nunca ele ciente para reproducirse, rechazaron a rivales interesados gimos pareja al azar, ni la atraemos de forma indiscrimina y solucionaron los problemas que podían haber impedido da, ni vencemos a nuestros rivales por aburrimiento. La el éxito reproductor. Pervive en nosotros el legado sexual forma de emparejarse es estratégica y las estrategias se di de esas historias de éxito. señan para resolver problemas concretos para tener éxito Cada estrategia sexual se ajusta a un problema adapta- a la hora de emparejarse. Comprender cómo se resuelven tivo específico, como identificar un compañero deseable o tales problemas requiere analizar las estrategias sexuales. superar a los competidores a la hora de atraerlo. Por de Las estrategias son esenciales para sobrevivir en la lucha bajo de toda estrategia sexual hay mecanismos psicológi por emparejarse. cos, como las preferencias por una pareja concreta, los sentimientos amorosos, el deseo sexual o los celos. Cada Las adaptaciones son soluciones evolutivas a problemas mecanismo psicológico es sensible a la información o las planteados por la supervivencia y la reproducción. Duran señales del mundo exterior, como los rasgos físicos, los te millones de años de evolución, la selección natural ha signos de interés sexual o las indicaciones de infidelidad creado en nosotros mecanismos como el hambre para so potencial. Nuestros mecanismos psicológicos son asimis lucionar el problema de proporcionar nutrientes al orga mo sensibles a la información sobre nosotros mismos, nismo; las papilas gustativas son sensibles a la grasa y al como la capacidad de atraer a una pareja que puede ser azúcar para solucionar el problema de qué llevarnos a la hasta cierto punto deseable. El objetivo de este libro es boca (frutos secos y bayas, no tierra o gravilla); las glándu poner al descubierto los estratos de problemas adaptati- las sudoríparas y los mecanismos que provocan escalofríos vos a los que los hombres y las mujeres se han enfrentado resuelven el problema del frío y el calor extremos; las en la historia del emparejamiento y revelar las complejas emociones como el miedo y la ira, que provocan la huida estrategias sexuales que han desarrollado para solucio y la lucha, sirven para luchar contra los depredadores o narlos. los competidores agresivos; y un complejo sistema inmu- nitario, para combatir enfermedades y parásitos. Estas Aunque el término estrategias sexuales es una metáfora adaptaciones son soluciones humanas a problemas de la útil para pensar en soluciones sobre los problemas de cm- 21) David M. Buss La evolución del deseo 21 parejamiento, induce a error en el sentido de que denota rendas alimenticias resuelven un problema básico de la un intento consciente. Las estrategias sexuales no requie supervivencia. Hoy seguimos manteniéndolas precisa ren una planificación consciente. Las glándulas sudorípa mente porque solucionaron problemas adaptativos decisi ras son «estrategias», para lograr el objetivo de la regula vos de nuestros antepasados. ción térmica, pero no requieren ni una planificación cons Lo que deseamos en un compañero sirve a propósitos ciente ni una conciencia de dicho objetivo. En realidad, adaptativos análogos, pero sus funciones no se centran del mismo modo que la súbita conciencia del concertista únicamente en la supervivencia. Imaginemos que vivamos de piano puede impedir su actuación, la mayor parte de como nuestros antepasados lo hicieron hace mucho tiem las estrategias sexuales humanas se desarrollan mejor sin po: luchando por mantenernos calientes al lado del fuego; que su agente sea consciente. cazando carne para nuestros parientes; recogiendo frutos secos, bayas y hierbas; y huyendo de los animales peligro sos y de los seres humanos hostiles. Si escogiéramos un compañero que no entregara los recursos prometidos, que ELEGIR A UN COMPAÑERO tuviera otras relaciones, que fuera perezoso, que careciera En ningún lugar del mundo experimentan las personas de habilidades para la caza o que se dedicara a maltratar el mismo deseo hacia todos los miembros del otro sexo. nos físicamente, nuestra capacidad de supervivencia sería En todas partes se prefieren ciertos compañeros y se evi débil y se vería comprometida la de reproducción. Por el tan otros. Nuestros deseos sexuales han cobrado existen contrario, una pareja que proporcionara abundantes re cia del mismo modo que otros tipos de deseo. Considere cursos, que nos protegiera a nosotros y a nuestros hijos y mos el problema de supervivencia de qué alimentos co que dedicara tiempo, energía y esfuerzo a nuestra familia mer. Los humanos se enfrentan con un desconcertante sería una gran ventaja. Debido a las poderosas ventajas de abanico de objetos potencialmente comestibles: bayas, supervivencia y reproducción que obtuvieron aquellos de frutas, frutos secos, carne, tierra, gravilla, plantas veneno nuestros antepasados que eligieron compañero de forma sas, ramitas y heces. Si no tuviéramos preferencias gustati acertada, evolucionó lo que se deseaba de una pareja. vas e ingiriéramos objetos del entorno al azar, algunos, por Como descendientes de aquellas personas, sus deseos per pura casualidad, consumirían fruta madura, frutos secos y viven hoy en nosotros. otros objetos que proporcionan elementos calóricos y nu Muchas otras especies han desarrollado preferencias en tritivos. Otros, también por pura casualidad, comerían la búsqueda de compañero. Un claro ejemplo lo propor carne rancia, fruta podrida y toxinas. Sobrevivieron los ciona el pájaro tejedor africano6. Cuando el macho descu humanos primitivos que prefirieron objetos nutritivos. bre una hembra en los alrededores, exhibe su nido recién Nuestras actuales preferencias de alimento corroboran construido colgándose boca abajo de su parte inferior y este proceso evolutivo. Nos gustan mucho las sustancias aleteando con fuerza. Si el macho pasa la prueba, la hem ricas en grasa, azúcar, proteínas y sal y mostramos aversión bra se acerca al nido, entra en él y examina los materiales hacia las sustancias amargas, acidas y tóxicas5. Estas prefe- con que se ha construido, picoteándolos y tirando de ellos ! Rozin. 1976. * ColliasyCollias, 1970. 22 David M. Buss La evolución del deseo 2 5 durante diez minutos. Mientras realiza esta inspección, el ta, una unión temporal o una breve aventura. Y cuando lo macho canta para ella desde un lugar cercano. En cual hacen, sus preferencias cambian, a veces de forma espec quier momento de esta secuencia, la hembra puede deci tacular. Una de las decisiones cruciales que tienen que to dir que el nido no cumple los requisitos y se marcha a ins mar los humanos a la hora de escoger un compañero es si peccionar otro. Si un nido es rechazado por varias hem lo que buscan es una pareja a corto plazo o a largo plazo. bras, el macho suele destruirlo y empezar de nuevo. Al Las estrategias sexuales que se desarrollan dependen de demostrar su preferencia por los machos que construyen dicha decisión. En este libro se documentan las preferen los mejores nidos, la hembra del tejedor soluciona el pro cias universales que manifiestan los hombres y las mujeres blema de proteger sus futuras crías y de proveer sus nece por determinadas características en un compañero, se re sidades. Sus preferencias evolucionaron porque suponían vela la lógica evolutiva que subyace a los distintos deseos una ventaja reproductora sobre otros tejedores sin prefe de cada sexo y se exploran los cambios que tienen lugar rencias que se apareaban con cualquier macho. cuando el objetivo pasa de ser una relación sexual fortui Las mujeres, al igual que los tejedores, prefieren hom ta al compromiso en una relación. bres con «nidos» deseables. Examinemos uno de los pro blemas con los que se han enfrentado las mujeres en la his toria evolutiva: escoger un hombre que estuviera dispues ATRAER A UN COMPAÑERO to a comprometerse en una relación a largo plazo. Una mujer de nuestro pasado evolutivo que eligiera empare Las personas que poseen las características adecuadas jarse con un hombre inconstante, impulsivo, amante del se hallan muy solicitadas. Apreciar estos rasgos no es sufi coqueteo o incapaz de mantener la relación tendría que ciente para que tenga éxito el emparejamiento, del mismo criar sola a sus hijos, sin los beneficios de los recursos, la modo que contemplar un arbusto repleto de bayas madu ayuda y la protección que otro hombre podría haberle ras al fondo de un escarpado barranco no lo es para co ofrecido. Una mujer que prefiriera emparejarse con un mer. El paso siguiente en el emparejamiento es competir hombre de fiar, dispuesto a comprometerse con ella, tenía con éxito por un compañero deseable. más posibilidades de tener hijos que sobrevivieran y cre Durante la estación de apareamiento, el elefante mari cieran. A lo largo de miles de generaciones, en las mujeres no macho de la costa de California usa sus duros colmillos se desarrolló la preferencia por hombres que dieran seña para vencer a los machos rivales en un enfrentamiento les de estar dispuestos a comprometerse con ellas, igual cuerpo a cuerpo7. Tales combates y los bramidos que los que los tejedores desarrollaron preferencias por compañe acompañan suelen proseguir noche y día. Los perdedores ros con nidos adecuados. Dicha preferencia resolvía pro yacen llenos de heridas y cicatrices en la playa, víctimas blemas reproductores decisivos, del mismo modo que las exhaustas de esta brutal batalla. Pero la labor del ganador preferencias alimenticias solucionaban problemas decisi aún no ha terminado: debe recorrer sin descanso el perí vos de supervivencia. metro de su harén, que contiene una docena o más de Las personas no siempre desean el compromiso que su hembras. Este macho dominante debe mantener su pues- pone un emparejamiento a largo plazo. Los hombres y las mujeres buscan a veces deliberadamente una relación cor- 7 Le Boeuf, 1974.

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