ESTUDIOS Maximino Arias Reyero, Pbro. Profesor de la Facultad de Teología,U.C. La Doctrina Trinitaria de San Agustín (En el "De Trinitate") La importancia que tiene la doctrina trinitaria de San Agustin es tanta, que la idea expresada por el teólogo catalán J. M. Rovira Belloso es buena (1): San Agustin podría ser llamado ,el"Doctor Trinitatis" en vez de "Doctor Gratiae". Quizás deberían incluirse en uno los dos titulos: "Doctor Trinitateset Gratiae". El aporte de San Agustín a la teología y filosofía occidental ha sido enorme (2).Y todo ello a pesar de la tradición "sombría" de su pensamiento, que le hace el principal responsable de una concepción pesimista del hombre y de un uso abusivo de la razón para comprender la fe (3).La influencia que ha tenido su doctrina sobre la Tri- nidad se puede perseguir con facilidad hasta el día de hoy. No se trata sólo de que toda la primera Edad Media le haya seguido, y que lo hayan hecho los agustinianos, como San Anselmo o San Buenaventura, sino que el mismo Santo Tomás, que tiene otros presupuestos que los de San Agus- tín, en la doctrina trinitaria le ha seguido punto por punto. Esta doctrina es "de una gran luminosidad y agudeza -de una prudente sobriedad y cir- cunspección- y resulta ser, en definitiva, más 'moderna' y actual que otras síntesis sobre la Trinidad". "San Agustin es el que mejor enfocó en Occi- dente el tema trinitario" (4).Incluso hoy sus preguntas son las nuestras; los problemas que él se plantea y no resuelve, no han pasado; sus intentos por comprender la Trinidad desde las imágenes creadas continúa siendo un ejemplo para nuevas búsquedas. El libro "De Trinitate" es una obra mo- numental, casi una Summa Theologica (5). Estudiar el tema de la Trinidad en San Agustín quiere fundamental- mente decir estudiar ypresentar sus quince libros del "De Trinitate". Todas J. (1) Cf. M. ROVIRABELLOSO, Revelación de Dios, salvMión del hombre, Secretariado Trinitario, Salamanca, 1979, 2'88. Ver también L. ARIAS,Introducción. Obras de San Agustín, V. Tratado sobre la Santísima Trinidad, BAe, Madrid, 3, 1967, 18. (2) Cf. E. PRZYWARA, San Agustín. Perfil humano y religioso. Cristiandad, Madrid 1984. PRZYWARAle califica como "el genio del espíritu europeo" (21). (3) Cf. B. RUSSEL, Historia social de la Filosofía, Barcelona 1967; A. SoLIGNAC,"Les exces de l"intelectus fidei' dans la doctrine d'Augustin sur la grace". En: NouvelLe Revue Théologique 110 (1988) 825-849, 825. (4) J. M. ROVIRABELLOSO,op. cit., 287 Y288. (5) Cf. E. BAll.LEUX, La sotériologie de Saint Augu8tin dans le "De Trinitate". En: Mélanges de science religieuse 23 (1966) 149-173, 149; Idem. "La Christologie de saint Augustin" dans le "De Trinitate". En Recherches Augustiniennes 7 (1971) 219-243, 243. 250 :\IAXIMINO ARIAS REYERO las afirmaciones trinitarias anteriores y contemporáneas a este escrito en- cuentran en él su pleno desarrollo y madurez (6), las pocas que se dan posteriormente tienen en él su fuente (7). El "De Trinitate" es un libro excepcional, equilibrado, bien repartido y estructurado. "Alabado ardien- temente por Casiodoro, se impone como libro de lectura patristica en la Edad Media [y] se traduce al griego, uno de los pocos trabajos latinos juz- gados dignos de este honor" (8).Los temas que se han introducido sobre Jesucristo, aunque parecen ser apéndices, sirven para darse cuenta de la dimensión histórica, económica, de la Trinidad. Se da en él un pensamien- to nistórico, exegético, filosófico y especulativo. Esta "obra tan penosa"(9) es de una riqueza inagotable, "notablemente original y propia" (10),en todo y del todo personal" (11). (6) Cf. F. CAVALLERA,"Les prémieres formules trinitaires de s. Augustin". En Bulletin de litterature eclésiastique 31 (1930) 97-123; A. TRAPE(Introducción). En Opere di Sant'Agostino. La Trinita (Nuova Biblioteca Agostiniana. Parte 1, Vol. IV), Citta Nuova, Roma 1987, LII-LlV. (7) Cf. B. STUDER,Dio salvatore nei Padri della chiesa; Trinitc't-cristologia-soteriologia. Borla, Roma 1986, 240; ''l'espressione piu completa della sua riflessione trinitaria". Es cierto que en su obra Enquiridion de fide, spe et caritate (escrita hacia el 423) su pensamiento es más claro desde el punto de vista dogmático. Cf. B. STUDER,op. cit., 238. Los lugares donde san Agustín trata el tema de la Trinidad son los siguientes: Año Escrito 388 Carta 11 (a Nebridio) 393 De fide et symbolo (2, 3-4; 5, 13) 396 De agone Christiano (14, 16-16, 18) 399-400 Confesiones (XIII, 11, 12) 410-412 Sermón 52 410 Carta 120 (a Consencio) 413-423 De civitateDei (XI, 10; XI, 24-30; XII, 2) 413 Tratado sobre el Evangelio de San Juan (1, 1-8 18, 3-6; 19, 13; 20, 3-11; 71, 2) 414 Carta 170 (a Máximo) 414 Cartas 239-240-241-242 414 Enarrationes in Psalmis (68) 415 Carta 169 (a Evodio) 416-418 Sermón 139 4,18-419 Contra sermonem arrianorum 420 De anima et eius origine (4, 9-11) 427-428 Sermón UO 427 CoIlatio cum Maximino Arianorum Espiscopo 428 Contra Maximinum haereticum. Cf. A. TRAPE, Sant'Agostino. La Trinita. Nuova Biblioteca Agostiniana, IV. Citta Nuova Editrice, Roma 1973, VII nota 1; M. COl\lEAU,Sto Augustin exégéte du quatr;,erne Evangile. Paris 1930, 237-290; F. CAVALLERA,"Les premieres forrrlules trinitaires de saint Augustin". En Bulletin de litterature eclésiastique 31 (1930) 97-123. Estudia las fórmulas trinitarias que aparecen en las obras anteriores al De Trinitate. (8) R. BOIGELOT,"Le lI'ot 'personne' dans les écrits trinitaires de "saint Allgllstin". En Nouvelle Revue Thélogique 57 (1930) 5-16, 5. (9) Carta prólogo (174 a Aurelio): "opus tam lahoriosum". (10) J. VIVES,Si oyerais hoy su voz .. " E:tploraci6n cristiana del misterio de Dios. Sal Terrae, Santander 1985, 249. (11) B. STUDERo,p. cit., 237. LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTJ~ 251 Evidentemente que San Agustín conoce mucho de lo que se ha escrito sobre la Trinidad por teólogos latinos y griegos anteriores a él(12\.En su libro aparecen citas explícitas e implicitas de Padres griegos y latinos, pero sobre todo de los símbolos de la fe (13).Pero en estos escritos no encuentra San Agustín lo que buscaba: "una exposición completa y madura de la teología trinitaria" (14). FECHA DE COMPOSICION La redacción de los quince libros sobre la Trinidad abarcó un espacio considerable de años. San Agustín mismo dice, en la carta que envía a Aurelio, junto con la obra terminada. para que la ponga separada al frente de sus libros, que la empezó joven y la terminó anciano: "iuvenis inchoavi, senex edidit". Habiendo nacido el año 345, San Agustín se consideraba joven a los 45 años y anciano a los 66. Agustin mismo dice Que cesó su trabajo, interrumpió su dictado al darse cuenta de que los primeros doce libros le habían sido "arrebatados", "hurtados". Se desanimó y pensó no seguir escribiendo, pero "solicitado por los ruegos insistentes de muchos hermanos ... ", siguió su trabajo: corrigió en cuanto pudo los anteriores y los publicó junto con los libros restantes. El problema que se plantea está en determinar si cuando le arrebata- ron los doce primeros libros no estaban ya compuestos todos. San Agustín (12) Cf. De Trinitate, 1,7, 14; 1,4, 7; 11,1,2; IlI, Pro!. 1: "Tengan en cuenta que las obras (lue versan sobre estas materias no están escritas en latín o no se encuentran -para nosotros fueron de difícil adquisición-; además, no estoy tan familiarizado con el griego para poder leer y entender los libros publicados en dicho idioma, aunque, por lo poco que nos ha sido traducido, no dudo que dichos escritos cOn- tengan en abundancia lo que con tanta utilidad buscando voy". "Apoyado y soste- nido en lecturas de obras ya divulgadas sobre este tema, emprendo la búsqueda de cuanto juzgo se puede piadosamente investigar y escribir referente a la Trinidad ... ". (13) Teniendo en cuenta el índice de la edición del Corpus Christianorum, daría este resultado bastante aproximado: citas de los símbolos, 800; de autores latinos: Ambro- sio, 88; Jerónimo, 33. Hilario, 28; Eusebio Vercelense, 24; Tertuliano, 16; Mario Vic- torino, 7. De autores griegos: Clemente de Alejandría, 29; Orígenes, 22; Basilio, 17; Juan Crisóstomo, 6; Dídimo el Ciego, 4; Gregario Nacianceno, 2; Ireneo de Lyon, 2. Explícitamente cita a san Hilario, De Trinitate, 6, 10, 11. Cf. Sancti Aurelii Augustini, De Trinitate. Cura et studio W.S. Monntain, auxiliante Fr. Glorie (Corpus Christiano- rumo Series Latina L y LA) (Aurelii Augustini Opera Pars XVI, 1YXVI, 2). Brepols, Turnholt 1968. Ver también A. SCIDNDLERW,ort und Analogie in Augustinus Trini- tiitslehre. Mohr, Tübingen 1965, 127-132 enumera las obras ciertamente conocidas por san Agustín, pero que influyen poco en el De Trinitate (Cipriano, Jerónino); las conocidas que influyen (Hilario, Tertuliano, Ambrosio, Gregorio Nacianceno); ld3 que no se es seguro si ha conocido (Mario Victorino, Novaciano y Atanasia) y las que conoce, pero no influyen en su libro (Orígenes, Basilio, Dídimo e Ireneo). Cf. E. ALTANER,"Augustinus Methode del' QueIlenbenützung. Sein Studium del' Vaterli- teratur". En Sacris Erudiri 4 (1952) 5-17 Y sus artículos sobre la relación de san Agustín con Basilio el Grande, Dídimo el Ciego y Gregorio de Nissa, en Revue Bénédictine 60 (1950) 17-24, 61 (195,1- 54-62 Y Vigiliae Christianaes 5 (1951) 116-120. (14) A. TRAPE,op. cít., IX, nota 12. 252 MAXIMINO ARIAS REYERO estaba esperando tan sólo corregirlos, para hacer una redacción más seme- jante entre todos los libros, más clara y sencilla. La otra posibilidad está en que una vez que habla escrito los doce libros primeros, le fueron arre- batados; después, vencido su desánimo, escribió los restantes (XIIb-XV) y añadió las correcciones a los anteriores. La opinión que sustenta Francisco Glorie (15), no parece convincente. "Proponemos, pues, la hipótesis de que San Agustín escribiria los XVlibros De Trinitate a lo largo de 15 años, es decir, desde el año 397 al 410-411; estos mismos, no bien corregidos, fueron arrebatados por Marcelino, pero corregidos y completados durante 411-412, los editó en el año 413, junto con el prólogo, es decir, con la carta 174 ... ". El inicio de la composición no puede ser antes del 399-400. Pero también su terminación tiene que ser bastante posterior. La opinión de E. Hendrikx (16) seria, resumiendo, la siguiente: Libros I - IV años 399-400 Libros IV- VII años 400-401 Libros VIII - XV años 402-406 Redacción final años 416-419 En el año 412 ya tiene, con seguridad, todos los libros escritos, pero espera corregirlos para publicarlos. En el año 416 le robarlan parte de lo que tiene escrito. En el año 418, cuando vuelve a Hipona (17), concluye su obra con las conecciones. Difiere de la opinión del P. Hendrikx la del P. A.Trapé (18). San Agus- tin habria comenzado su obra el 399. Este dato es bastante seguro, por la lista de obras dada por Agustln en las Retractaciones. En el año 412 tenia ya escritos losprimeros XI libros yparte del XII, y no se los habian robado. Dato que se deriva de la carta a Marcelino del 412. El resto de los libros, es decir, XIIb-XV datarla, por la comparación que se hace de su contenido con otras obras de San Agustin, de antes del 419-420. Todavia faltaba una ultima redacción, que harla entre 419-420. Anne Marie La Bonnardiere ha realizado también sobre este punto algunas investigaciones y llega a los siguientes resultados (19): a su juicio (15) "Augustinus De Trinitate, Fontes-Chronologia". En Sacris Erudiri 16 (1965) 203-255, 234: "Hypothesim ergo proponimus s. Augustinus libri XV de Trinitate (qui XVum tenent locum in libro altero retractationum) per aliquot XV annos scripsisse, ab anno scilicet 397 ad annum 410-411, eosque, post minus emendatos a Marcelino subreptos, emendasse ac complevisse anno 411-412, et edisse anno 412-413 atque simul cum prologo, id est epistola 174, per Marcelinum perlatorem Aurelio transmisisse". (16) "La date de composition du De Trinitate de saint Augustin". En L'année théologique Augustinienne 12 (1952) 305-316. Este articulo, con pocas variantes, fue publicado en Oeuvres de Sto Augustin (Bibliotheque Augustinienne, 2 Serie, Vol. XV y XVI). BA, Paris 1955, Tomo 15, nota complementaria 2, 557-568. (17) San Agustin regresaba del Concilio de Cartago a través de Cesárea de Mauritania. Era aproximadamente fin de octubre de 418. ef. O. PERLER, Les voyages de Saint Augustin. Etudes Augustiniennes, Paris 1969, 430-477. (18) Op. cit., XVI-XVIII. (19) La phase terminale de la rédaction du "De Trinitate". En Recherches de chronologie augustinienne. Etudes Augustiniennes, Paris 1965, 165-177. LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTI:\ 253 el libro XV ha sido escrito entre el 420y el 426.Razones: transcribe ,en él un largo pasaje del tratado 99 sobre el Evangelio de San Juan que es posterior al 420; es anterior o contemporáneo, sin embargo, a la obra Contra Sermonem Arianorum del 418419. Los libros XIlb, XIII YXIV de- ben considerarse como un conjunto y datan del 417-418.Las introduccio- nes y algunos "indices" de los libros I1, III Y IV son posteriores al 418. Finalmente, la introducción al libro I seria posterior al 420. Los datos de los libros I-XIIa coinciden con los de A. Trapé y E. Hendrikx. Como conclusión final podemos anotar los siguientes datos: la fecha de comienzo es 399-400.La fecha de la redacción final ,entre 420-426.Du- rante 25años, al menos, San Agustin no deja de pensar y trabajar en ,este libro. Su pensamiento no deja de evolucionar. Por eso siente la necesidad de corregirlo por entero antes de publicarlo. EL PLAN DE "DE TRINITATE" El mismo San Agustin propone al principio de su obra el plan que desea seguir: Primero es necesario probar, fundado en la autoridad de las Santas Escrituras, si esto es lo que dice la re. Luego, si Dios qui,ere y nos socorre, ayudaremos quizás de tal modo a estos gárrulos raciocinadores, más hinchados que capaces, y por ello enfermos de una gran enfermedad, para que encuentren algo de lo cual no puedan dudar, poniendo en tela de juicio, a causa de lo que no son capaces de entender, su propia inteligencia antes que la verdad misma o la validez de nuestras razones (20). Según ese planteamiento, el escrito que comienza a escribir San Agus- tín constaría de dos partes. Una escriturística. Se trata de probar que la fe de la Iglesia se corresponde con lo que dice la Escritura. San Agustín parte, pues, de la fe de la Iglesia, e intenta demostrar que esta fe coincide con lo que dice la Escritura. En esta parte tendrá que vérselas con los que tienen una idea de Dios diferente de la católica e interpretan la Escritura de otro modo que los intérpretes católicos [catholici tractatores] (21),los arrianos o seminarrianos. Una vez [deinde] aclarada la coincidencia de la Escritura con la con- fesión de fe católica, el santo quiere dedicarse a ayudar a los que dudan o ni,egan esta verdad a ir más allá: mediante la razón, la agudeza y pro- fundización inteligente, hacerles descubrir esta verdad. Esta sería la se- gunda parte, que suele llamarse especulativa. De esta manera volverán de nuevo a la fe y al orden [ad initium fidei et ordinem redeant]. Una v,ez (20) De Trínitate, I, 2, 4. "Sed primum secundum auctoritatem Scripturarum sanctarum utrum ita sefides habeat demonstrandum estoDeinde si voluerit et adiuverit lDeus,istis garrulis raciotinatoribus, elatoribus quam capacioribus atque ideo morbo periculosiore laborantibus, sic fortasse serviemus ut inveniant aliquid unde dubitare non possint, et oh hoc in eo quod invenire nequiverint, de suis mentihus potius quam de ipsa veritate vel de nostris disputationibus conqueratur". Traducción y cursivas mías. (21) De Trínitate, I, 4, 7. 254 MAXIMINO ARIAS REYERO que la confiesen píamente, podrán contemplar mejor la verdad inconmu- table. Un libro que tarda unos veínte años en componerse puede fácilmente complicarse. El esquema que se tenía al principio, se puede oscurecer; sur- gen nuevas preguntas, aparecen nuevos temas. Ad,emás, el concepto de orden que se tenía en los siglos IVy Vno es el mismo que tenemos hoy (22). En el libro de San Agustín aparecen varíos temas que parecen tener poco que ver con el principal. La pregunta es, ¿se ha mantenido a lo largo de la obra la idea original? Y si así fuera, ¿dónde termina la parte posi- tiva y dónde la ,especulativa? Aquí se dividen los expositores. M. Schmaus (23)propone una división bipartita. En la primera parte, los libros I-IV se dedicarían a la exposición de los datos de la Escritura y los libros V-VII a la formulación del dogma; en la segunda parte, los libros VIII-XV, está dedicada a la comprensión especulativa del misterlO. Demanera semejante lo divide Chevalier (24),dedicándose al estudio de los libros V-VII, especialmente (25).En realidad sale de aquí una división tri- partita. Otros autores proponen la división bipartita de distinta manera. A la primera parte pertenecerían los libros I-IV. A la segunda parte, los libros V-VII, dedicados a la terminología y los VIII-XV a exponer las ana- logías del alma humana con la vida divína (26). Contrasta con las anteríores la divísión trípartita que realiza D.E. Daníels (27)del De Trínitate. Se basa para ello en las citas de San Agustín en I, 2, 4Y XV, 1, 1.La primera parte trataría de demostrar que el Padre, Hijo y Espíritu son una sola sustancia o esencia: I-XIV; la segunda parte sería la presentación de esa verdad que no se puede dudar: XV, 12,21-22; la tercera parte sería la demostración para los que quieren comprender y creer la doctrina de la Trinidad: XV. Finalmente, hay una división del De Trinitate llamada "dramática", que no contradice la división "estándar", "corriente"; la sitúa dentro de un plan más amplio. Esquemáticamente representaríamos la división de E. Hill(28),de la siguiente manera: (22) Cf. H.I. MARROU,Saint Augustin et la fin de la culture antique, segunda edición corregida y aumentada con una "Hetractatio", De Boccard, París 1949. (23) Die psichologische Trinitiitslehre des heiligen Augustinus. Aschendorffsche V., Müns- ter 1967 (original el 1927) 5. (24) S. Augustin et la pensée grecque. Les relations trinitaires. Librairie de rUniversité, Freiburg 1940. (25) Con pocas diferencias también B. STUDERo,p. cit., 238: "Come si ammette in genere oggi, il De Trinitate comprende due parti principali: una parte piu dogmatica (libri 1-8) e una parte piu specuIativa (9-15). Nella primera parte si tratta di un'espositio- ne del contenuto (1-4) como pure di una discussione suHa formuIatione della fede trinitaria (5-7/8). Nella secondil parte, invece, 1'autore cerca di CDglierein modo piu profondo iI mistero di Padre, Figlio e Spirito a partire della vita interiore dell'uomo, l'irnrnagine della reaIta trinitaria deH'unico Dio ([9]-15)". (26) E. HENDRIKXo,p. cit., 17-21. (27) D.E. DANIELS, "The argument of the De Trinitate and Augustine's theory of signs". En Augustinian Studies 8 (1977) 33-54. (28) StoAugustine's, De Trinitate. "The d02trinaI significance of its structure". En RevuP des études augustiniennes 19 (1973) 277~286. LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTIN 255 Libro I absoluta cómo ha sido igualdad revelado el de las misterio personas Libros II-III-IV ---- el envio de las personas Libros V-VI-VII - lenguaje cómo hablar y lógica racionalmente del misterio del misterio Libro VIII "a través de un espejo" comprensión de las procesiones Libros IX-X-XI - imagen de la Trinidad en el hombr,e teologia de la imagen divina Libros XII-XIII-XIV ----- El drama de la que se perfecciona caída y con la redención restauracíón de la imagen divina Libro XV --------- absoluta inadecuabilidad de la imagen fracaso de perfecta su empeño Una v,ez expuestas las OpInIOneSsobre la división y el plan del De Trinitate, nos toca sacar algunas consecuencias (29).La primera es que estos libros han sido escritos con un plan y que forman una unidad. Y esto a pesar de que hayan sido escritos en diferentes épocas, a lo largo de 20 años y aunque hayan sido corregidos en una redacción final (30). Los libros I-IV hacen claramente una unidad. Se trata de mostrar según la Escritura la unidad y la igualdad del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Al final del libro IV y a principio del libro V se nota un cambio en la temática. Se enfrenta aquí a los adversarios de nuestra fe ["fidei nostrae adversarüs"] (31); lo hace con la teoría de las relaciones. El libro VIII tiene una unidad en si. Se distancia de los anteriores (VIII, intr. 1) y de los posteríores (VIII, 10, 14). Esto no se ha tenido en cuenta muchas veces y se ha unido este libro, sin difer,encia, con los pos- teriores. Los libros IX-XIV tienen una unidad: la búsqueda de la imagen de Dios en el hombre. Finalmente, el libro XV intenta el último esfuerzo: hace un resumen de los libros anteriores, rechaza lo allí encontrado como inapropiado y (29) Seguimos aquí la división de A. TRAPE, op. cit., XIV. (30) Estamos, en esta primera constatación, en contra de E. TeSel!e, Augustine, The Theologian. Herder, New York, 1970. (31) De Trinitate, IV, 3, 4. 256 ~IAXIMINO ARIAS REYERO busca de nuevo ver la imagen de la Trinidad en la ciencia, en la "mens, notitia y amor"; pero también esta realidad humana es inadecuada. Agus- tín deja escapar un quejido: "muchas verdades he descubierto" ["multa vera vidisti"], "pero no puede fijar su pupila en este misterio" ["non potest ibi aciem figere; scio, non potest"], y mucho menos puede explicar con pa- labras lo que ha vislumbrado. Queda sólo la plegaria (32). EL PUNTO DE PARTIDA Cuando San Agustin entra a tomar parte del debate teológico, la fe en la divinidad d,eJesucristo y del Espiritu Santo se habia ya consolidado. El Concilio de Nicea (325) y el de Constantinopla (381) habian conseguido implantarse. La afirmación de la consustancialidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estaba admitida. Sin embargo no estaban todos los pro- blemas resueltos. Ni los eX!egéticos,ni los conceptuales. San Agustín quiere, por ínterés propio (33),abordar la solución de estos problemas. Para ello se propone su propio punto de partida. Parte, ciertamente, de la fe de la Iglesia, pero enunciada de manera especíal: a partir de la unidad divina y de la igualdad de las personas. Esto se nota fácilmente al confrontar sus propias palabras: Por lo cual, con la ayuda del Señor, nuestro Dios, intentaré contestar, en cuanto pueda, a la cuestión que mis adversarios piden, a saber: que la Trinidad es un solo, único y verdadero Dios, y cuán rectamente se dice, cree y entiende que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son de una misma esencia o sus- tancia (34). Se trata, pues, de demostrar o mostrar que Dios es la Trinídad y que no hay ní ha habído otro Dios que la Trinidad. Es verdad que se supone un largo recorrido dentro de la Iglesia, para llegar a la afirmación hecha. Había que probar la divinidad de Jesucristo y del Espíritu Santo. Pero ahora San Agustín da un paso más adelante. Se sitúa en el punto final de un proceso. No busca ,en la Escritura que Jesucristo sea Dios o que el Espíritu Santo lo sea; esto ya había sido hecho. Busca demostrar que el Uno es Tríno; que lo que judíos y paganos tenían por Dios Uno, Bueno, Poderoso, necesariamente era La Trinídad. Esto es lo que ,enseñan los intérpretes católicos: La Trínídad que es Díos, enseñan, al tenor de las Escrituras, que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, de una misma e idén- tica sustancia, insinúan, en inseparable igualdad, la unicidad (32) Ibídem XV, 27, 50. (33) Como muy acertadamente A. TRAPE dice, San Agustín no escribe esta obra por mo- tivo pastoral ni polémico ni por petición de algún amigo. Su interés es el del teó- logo y el místico: profundizar el contenido de la fe y contemplar la verdad. Cf. A. TaAPE, op. cit., VIII. (34) Ibídem 1, 2, 4. LA DOCTRINA TRINITARIA DE SAN AGUSTIN 257 divina, y, en consecuencia, no son tres dioses, sino un solo Dios(35). Este Dios es el que San Agustin está buscando: ... la unidad de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo (36). Andamos, es cierto, buscando no una trinidad cualquiera, sino la Trinidad que es Dios: verdadero, sumo y único Dios(37). La fe, pues, para San Agustín se expresa de manera diferente que como se expresa en el texto de los símbolos conocidos: Creamos que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo ser un solo Dios,creador y rector de todas las creaturas; que el Padre no es el Hijo, ni el Espírtu Santo es el Padre o el Hijo; que son la Trinidad de personas en relaciones mutuas, y una única e igual esencia (38). ¿Es este punto de partida aceptable? ¿Qué ímplicaciones tiene? ¿Sig- nifica que se olvida la dimensión "económica" de la Trinidad? (39)¿Se ha hecho de un "misterio salvífica" un "misterio especulativo"? (40) ¿Es el concepto de sustancia tan absoluto y predominante que se pierda de vista la actuación de cada Persona divina? Durante mucho tiempo se ha visto a San Agustín como el causante de que la teología occidental fuera de- masiado filosófica, independiente de la Encarnación. Hoy ya no se anda más por estos caminos. Se reconoce el talante especulativo de San Agustin, pero también la dimensión económica de su teología. INTERPRETACIONDE LAESCRITURA: CUANDOHABLADE DIOS SE REFIERE A LATRINIDAD Para San Agustin sólo hay un Dios que es la Trinidad. Su punto de partida es la reflexión de la unidad de la esencia divina y la igualdad esencial de las personas. La diferencia entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, prácticamente, no hay que demostrarla: salta a la vista. Para mos- trar ,esta unidad y esta igualdad interpreta la Escritura. En la Escritura se dan expresiones que parecen afirmar que Dios es sólo uno: el Padre. Hay otras expr,esiones que parecen contradecir sobre todo la igualdad, y (35) Ibídem 1,4, 7. (36) Ibídem 1, 3, 5. (37) Ibtdem IX, 1, 1. (38) Ibídem. (39) Cf. O. DU ROY, L'intelligern;e de la foí en la Trinité selon Saint Augustin. Genese de sa théologie trinitaire iusqu'en 391. Etudes Augustiniennes, París 1966. (40) Cf. la protesta ante una interpretaci6n del De Trinitate de San Agustín carente de dimensi6n vivencial e hist6rica de A. Turrado. "La teología trinitaria de San Agustín en el 'Mysterium Salutis·". En Revista Augttstiniana de Espiritualidad (1971) 445- 459; también en F. BOURASSA, "Théologie trinitaire chez saint Augustin". En Grego- rianttm 58 (1977) 673-725 Y 59 .(1978) 375-412, especialrrente 677-684. 2.58 MAXIMINO ARIAS REYERO por lo tanto la unidad del Hijo y del Espíritu Santo, respecto del Padre. Los cuatro primeros libros se dedican a solucionar este probLema de la Escritura. San Agustín expone ciertas reglas para leer la Escritura. Reglas que son díscutibles, aunque no lo sea lo que quiere demostrar: igualdad y unidad del Padre, Hijo y Espíritu Santo. Si Dios es Uno, hay que afirmar que los textos escriturísticos, cuando hablan de Dios, han de referirse a la Trinidad (41),a no ser que explícita- mente lo indiquen su referencia a una u otra persona. En estos pasajes, dirá San Agustín: no se nombra propiamente al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo, sino al feliz y solo poderoso, Rey de reyes y Señor de señores, único Dios verdadero, la misma Trinidad (42). Cuando San Juan habla de la creación, la dice del Hijo (Jn 1, 14); cuando San Pablo habla de la inmortalidad, de la invisibilidad (1 Tim 6, 16), o de la sabiduría (1 Cor 1, 24); cuando se dic.eque Dios obra prodi- gios (Salmo 71,8), hay que entenderlas también del Hijo. Si el Hijo no es creatura. sino que por él todo fue creado, y si el Espíritu Santo no es creatura, entonces ambos son Dios. Y, por consiguiente, todas estas cuali- dades o acciones han de ser entendidas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, único y verdadero Dios. Por eso todo lo que se dice de Dios se dice del Padre, del Hijo y del Espíritu. Por eso afirma San Agustín: No podemos decir Que el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob sea el Hijo de Dios y no lo sea ,elPadre. Nadie tampoco se atreverá a decir que el Espíritu Santo O la Trinidad único Dios verdadero no es el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Unicamente el que no es Dios no puede ser Dios de ,estospatriarcas (43). SOLUCroN DE ALGUNASDIFICULTADES QUE PROPONE LA MISMA ESCRITURA Hay expresiones que muestran la superioridad del Padre sobre el Hijo (Jn 14,28; 1Cor 15,28; Mc 13,32), pero la recta compr¡ensión indica que hay que tener en cuenta la doble naturaleza del Hijo: en su naturaleza asumida, ¡elHijo es inferior al Padre; en su naturaleza divina, es igual. De aquí surge una regla para interpretar católicamente las Escrituras: ... distinguir entre lo que se dice según la forma de Dios, en la que es igual al Padre, y en la forma de siervo que asumió en el tiempo, en la que es al Padre inferior. Comprendida esta regla, (41) La investigación exegética actual ha dado a conocer que esto no es tan claro. Pem el que Dios se refiera sólo al Padre, después de haber definido la divinidad de Jesu- cristo y del Espiritu Santo no es tampoco tan evidente. Cuando en el Antiguo Tes- tamento se dice que Dios crea, ¿hay que entenderlo, según la fe de la Iglesia, sólo del Padre? ¿No hay que entenderlo del Hijo y del Espiritu Santo? (42) Ibídem, 1,6, 10. (43) Ibídem 1I, 13, 23.
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