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La Democracia contra el Estado PDF

137 Pages·1998·40.606 MB·Spanish
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L a - c o n t r a e l , PROLOGO Desde lJace tiempo, la lel/dencia a cotlSiderar a Mar:x "perro a/gtÍl'I IIrl mllerto" parece atenuarse. Regresos a Marx, o de Marx, se y se (l1lUfICim¡ prepanm portadas partes e011 intenciones, sill duda, diversas. ¿Hahrá termi nado el tiempo de la I/lxrolog{a? el/iempo de la "explicación ~'Comenza,.á eO/l? Pluralidad de regresos, ellfOllces. Pero más que distinguir elllre ellos se gún objeto, conviene diferenciar de entmda los (juese sítlÍan del lado del s/./ mar:-..:ismo-o de 1m defermillado marxismo-- y/os ql/e elige1/ /.Ir/a posicióll resueltamente alejada de él, o incluso (mfrelllada él; los que conlimíall (l hacielldo de Marxel insPirador de mOllimiewas, de partidos, de Es/ados, y los que, volviendo la espalda a estos están/islas para acogerlo en su sil/gu liSOS, ¡andad yen soledad. $1./ Marx solla declarar: "Todo lo que sé es que yo marxista ". Comete 1/0 s~y n"amos un gran error si sólo viéramos allí una provocadora ocurrencia de aquel a (juiell se ha erigidojalsamel/te como padrefimdador. Marx ha de nunciado y atacado suficientemente el ''sustitucionismo wópico" uto -IJ 11 pista pretende sllstifllirel movimie11fosociaf........- como para flosublevarsecun tm el "sustitucionismo león'co " que cor¡sistirfa en .wsliwir la emal/clpación anónima, la alifo-emancipación de la clase dominada, por el 170mbre del 'gran teórico". En este selJfido, sería acaso el marxismo la inversión mis ~'no ma del pel1samiemo de A1arx, que estaba más cerca del proyecto de la UI"lión Obrera de Flora. Tristán que de las traducciones panidistas o eslatistas de quienes se declararon sus disCípulos? Desde este Pl/llto de vista, el demunbe de los regímenes marxistas, que abusivameme se pretendieron socialistas, 7 ( fri 11E ~r: , ,", t . . ,/ . 'r ' ' JL "-~'~·!r .. ' . ,- .' ' .- .,,.,. .: , ..." .-t - J .1 MIGUEL ABENSOUR ~} z.~ L',-.(-- !,~ ..: . • , L a d e m o c r a c i t I e 'i n t r a . e l E O Horacio González DiT~ctoT d~ col~cción: Lima + Roca Estudio de Diseño Dis~ño d~ col~cci6n: Título original francés: La democralie cotlfre /'Elal. Marx elle moment ~n machiauélien, Presscs Universitaires de france, CoHection essais dll ~I.es College International de Philosophie" , dirigida por f rJ.n\;ois Jullien, 1997. Traducci6n: Eduardo Rinesi lO EDICIONES COLIHUE S .R.L. Av. Díaz Vélez 51 25 (1405) Buenos Aires - Argentimt I.S.B.N.950-581-195-0 Hecho el depósito que marca la Ley 11.723 IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA (; :>pyngl1lE':J m ate-nal , PROLOGO Desde lJace tiempo, la lel/dencia a cotlSiderar a Mar:x "perro a/gtÍl'I IIrl mllerto" parece atenuarse. Regresos a Marx, o de Marx, se y se (l1lUfICim¡ prepanm portadas partes e011 intenciones, sill duda, diversas. ¿Hahrá termi nado el tiempo de la I/lxrolog{a? el/iempo de la "explicación ~'Comenza,.á eO/l? Pluralidad de regresos, ellfOllces. Pero más que distinguir elllre ellos se gún objeto, conviene diferenciar de entmda los (juese sítlÍan del lado del s/./ mar:-..:ismo-o de 1m defermillado marxismo-- y/os ql/e elige1/ /.Ir/a posicióll resueltamente alejada de él, o incluso (mfrelllada él; los que conlimíall (l hacielldo de Marxel insPirador de mOllimiewas, de partidos, de Es/ados, y los que, volviendo la espalda a estos están/islas para acogerlo en su sil/gu liSOS, ¡andad yen soledad. $1./ Marx solla declarar: "Todo lo que sé es que yo marxista ". Comete 1/0 s~y n"amos un gran error si sólo viéramos allí una provocadora ocurrencia de aquel a (juiell se ha erigidojalsamel/te como padrefimdador. Marx ha de nunciado y atacado suficientemente el ''sustitucionismo wópico" uto -IJ 11 pista pretende sllstifllirel movimie11fosociaf........- como para flosublevarsecun tm el "sustitucionismo león'co " que cor¡sistirfa en .wsliwir la emal/clpación anónima, la alifo-emancipación de la clase dominada, por el 170mbre del 'gran teórico". En este selJfido, sería acaso el marxismo la inversión mis ~'no ma del pel1samiemo de A1arx, que estaba más cerca del proyecto de la UI"lión Obrera de Flora. Tristán que de las traducciones panidistas o eslatistas de quienes se declararon sus disCípulos? Desde este Pl/llto de vista, el demunbe de los regímenes marxistas, que abusivameme se pretendieron socialistas, 7 ( fri 11E ~r: entre efectos benéficos el de "devolvernos " a Marx, a Marx nlVO OtfOS l/TI desembarazado de las materializacior¡es ideológicas que intetpllsieron na 11 verdadera canilla de bumo entre él y nosotros. A decir verdad, estaforma de vuelta a Marx, o más bien de redescubrimiellto-mas al/tí del marxismo- de Marx, debió esperar a [fuese produjera eswderrumbe: en díreccio 110 do~' /les diferemes, Maximilien RlIhel y Michel Hel11y baMan abierto ya se/idos caminos para dejarnos wlver a o{/" /a voz de M(/r:~:. Vozfilosqfiea en el caso de Micbel f-1ewy, C/Iyo veredicto podna ser fluís 110 claro: "El mar:xismo es el COUjlUlto de disparates que se br.m dicho acerca de MU1X, Largo desCOllocimiento q/le ba sido reforzado por la pro/aligada ig "! norancia de la obra filosófica de Mar:x, ya que, como insiste reiterad(lIIu?nte Micl;eI Henly, lo e::rtraordinarJoes que e/ mar.xismose cOllsfiluyóydifillió en ausencia de ul/a refer<?ncia al pensamientofi/osófico de /Har.x, el/la comple t(l ignol-a1lCia sobre él, En efecto: es recién efl los allOs veil/te de este siglo q/le los pri/'Icipales lexlOsfilosóficos de Mar.),:flleroll descubiertos por RiazmlOfJ. A partir de esla constatación, Micbel Hel/ly propone l/na rello/Hciollaria lect/I ra de Marx que sostiene, por III/a par/e, que los textos histórico-políticos de éste reposal/ solJre conceptos que son fu l/dadores y, por otra, que los COl1- 110 a,/JlO.'- eSe/leia/e_,- d(J! mar.>:ismo 110 SOIl en modo a(~II"O /0.'- COIIC('pto.~ff"ula­ mentales de Marx, ya que, para él, S01/ realidades principios de expli 1/0 I/Í IIi cación. De ab{ la apertura bacia rmafilosofia de Marx, en busca de 111/(/ realidad perdida tanto por Hegel como por Fel/erbach y que serIa otra que 1/0 la práctica, es decir, la pllra actividad como tal. Voz más directamellfe jJolilica ell el caso de Ma.,1:imilien Rllbel, que recba za t(llT la menor tenta/illa de identificaci6n entre Marx y e! vl~f:!0rosamente marxismo que conviel1e a Marx el'/ cn'tico del IJ1fIT,xisll1o. El aulor de El 1/11 Capi¡al, desembarazado del mito del padrefllndador de! marxismo, desem barazado del mito de OC/libre (es decir: de la Ilwl.'iformacióll de su pensa miel/to crilico (m ideolop,{a de fHl11ido y de Vlle/ve a ser lo que jamás E~/ado), dejó de ser: el pensador de la allto-emancipaciól/ obrera respondiendo a la doble exigel/cia ética de la l/topía y de la revolución.? Por cierto, cl/cH/do se obsema la forma restclll rodara que adopta aUllal mel/le t:I retorno de la filosofia política en Fr(/IIcia puede lemerse 'lile este regreso a Mar.x, lejos del l1Ia/xismo, lermir¡e 1I11l1 neutrolizac;ón de S/I ('11 pensamiento, ell inlegracian al corpus academico, ell la rupt/lra de SI! Sil lazo C01/slifllli/JO cOllla revllelw y el mesianismo. Tal es ellesítimo temor de }acqut!s DerrirlaJ Pero esta neulralización es 1111(1 fatalidad. en la medida • 1/0 en que este regreso replanlea el problema y d imperativo de fa emancipa ción. 8 Es del lado de esta forma de regreso -que es en realidad mas liria reactivación que uu regreso- que se sitúa el presente ensayo. El! él/lOs vol vemos principalmente, en efecto, hacia UlI te.xto exlmord¡,¡ar¡o de Marx, l(1r game/lle posterior, ell cuanto a su publicaciólI, la COllSlituciólI del marxismo: tJ hacia el 11Ia1U/scrilo CrítiCit del Derecho del Estado de Hegel, escn·fo proba blemente en el curso del ueral/o de 1843 y publicado por RiazalJOI) en 1927. Marx emprende allí /J/W criliea casi lineal de la Filosofía del Derecho de Hegel, mas exactamel/te de los § 261 a 313, corres[x)IIdiellfeS a la 3" sección de la 111 parle, cOf/saf!,mda al Estado. Aqlli aspiramos Jalifa a pro¡xmer 110 llUeva interpretación de de ese texto como a encOl/trar res cOI/JI/lila /./1/(/ puesra, en él, a dos pregu nlas esenciales: por fado, ¿"qué es/afulo acuerda IUI "'farx a lo potitico el¡ ese fexto dOllde, ell contra del logicismo begeliallo, pre lende pollerde relíelle la lógica de la cosa -en este caso, de la coS(~ polilica.~ Por otra pcll1e, de sociedad política cOl/cibe como la "uerclctdera ~·qlléf()rma democracia ", cuyo aduenimiellto, según él, corre parejo-como si fa uerda dera democracia se hiciera wrgo y llevara {/ fímifeef enigma nacido con SIl la Rc/lOhICióllj"rw/cesa. ...- COII la desapariciól/ del Estado? Distancia entonces -repitámollos---- clltre A1arJ: y el marxismo. Porque fue propmlÍendo 11/1 (.;nclh,,·is del momelllO l1uujl/iaueliano qlle nos es conlem ¡)(jrál7eo, del (jI/e Pllede considerarse qIJe se cO/lstituye en cn'tica del mar IIIIlI xismo con miras a redesCllbrir la potrlica perdida-sea en Ilnafilosofia de la bisloria, sea en /lila !?/IIpresa de cient!fización. ...- , que se /1OS mueló que un pn·mer mO/1u?nto maq1lim:eliano existia ya en Marx. Momento no ex/ratio (/ la ave/l/lira del movimiel1/o de losjóuenes begeliallos, que es l/l/a de lasfl/cl/ les de /a modernidad potrlica -o de sus laooralorios----, ya que e/1 I/170S 1/110 pocos arios dio l1acimiento a tu/ liberalismo pofilico radical (Ruge, Mar:l.), al socialismo y al cOlllunismo (A'foses Hess, Ellgels, Marx), al (/I/(trqllismo (Bakunill, y al siol/ismo (Mases Hess). ~-Slirt/er?) se Irala de leer ulla vez más a Mm:>.- a fa luz de refe PrecisenlO~·lo: 110 1111 rente exterior, de pro¡xmer l/l/a !ecfl/ra illlerna de reactiIJClCiól1 siriO Mar..\~ 1I1/Cl de sus eOllcepfo~· y de ~·IIS iu/uidone.,; que, ell virlllel de su re/aeiÓ'1 eOIl JHaq/lÍauelo y COll Spil/oza, permila percibir /lila illlerl"Oga ción illsistellte de lo politico y U/W /lO/untad práctica de emancipar la Res publ¡c:c en cuestiólI de lo y de las slIpenJivcnciasfeudalcs. leológico~poliljco En resumen: lo que ofrece eSfe lexto, donde /111 pensamiellfo sobre ~·qtlées lo fXJHtico y un pensal1lielllO sobre la democracia apctrecell/anfuertemente ligados, f rente a las criticas a/elllas y respetllosas (en el sentido ell que Benjamin Constar¡( cOl/lilllwba respetando ROllssea/l aun cuando lo crili (1 caba) de Marx: las de Harmab Arendt, C/al/de Lefort y 7beoclor W AcIomo" 9 lEs verdad que Marx, brcviCltis causa, abreviando, tendía a recubrir lo polí tico por lo social, que bada derivar lo político de lo económico y se encerraba en 1m quietismo tan prmllo como se trataba del fin de la dominación? En Dialéctica negativa Ado.rno escribe: "La economía posee la primada sobre la dominaciórl, que no puede ser den·vada más que eCOnómicamente. f..'! Lo que tanto él (Enge/s) como Mar.x quen-an revolucionar era la sitllación eco nómica de la sociedad lomada como Utl todo, f. . .} no al {tlivell de slIforma política cambiando sólo las reglas que rigen la domillaciór/ lPero es "l. 1/0 más bien en el regislro de la il/quietud y de la pregu"ta que se piel/Sa la verdadera democracia? ¿Democracia contra el Estado? Este título es deliberadamente paradojal, en el senlido primitivo de/término. En primer lugar, se levcmta cO/lIra la doxa de los partidarios de la democracia para quienes democracia y listado vanjlmtos como los dedos de la marlD. Yque idetltificall farl bien l./1/a y 011"0 que tia parecerl fetler problemas para forjar la (!.).presión "el Estado democra Pero la alianza de dos térmillOS, que parece evidente, no va el/ (jeo". es(a~ realidad de suyo. (Porqué motivo dehelia haber una armorlÍa previa enfre el Estado y la democracia, si ésta última 'ulció COIl la dudad griega? e>.:pre La sión "el Estado democrático" parece sugerirqlle el tendría la cbm/(..: e E~tado de recunir-en ejercicio de Sil soberanía, y según las circunstancias y la irzspiración de sus dirigel1fe5- ora a modos de ejercicio democráticos, ora a modos de ejercicio autol1"tan·o. ¿Pero acaso se reduce, acaso puede reducirse la democracia a una moda~ ¡¡dad del poder de l!.stado -en cierto modo, a un mélodo? Y si ése 1/0 es el caso, si la democracia es l/IIa ciel1a inslifuciór¡ poliUca de lo social, ¿'I/O apa~ recen enseguida las tensiorles, ine/uso la comradicción, entre la democracia .Y el Estado? ltlvinamos los términos y encaremos la cuestión desde el punto de vista de la democracia y ya desde el punto de vista del ¿Puede imaginarse 1/0 E~tado. sin esfuerzo la expresi6'l "la democracia aslata/"." Se concihe facilmente la oposición entre democracia política y democracia social; se concibe irle/USO el pleonasmo "democracia popular", quefue una burla cmel. Pero "demo cracia estatal" es inconcebible. Como si se revelara ell es1a resistencia de la lengua la existencia de un antagonismo sordo, subterratleo, implícito, el"llre la democracia y el Estado, como si se revelam e1l esta e:xperiencia que el Estado no es, decididameflfe, la mejorf orma de memijesfacióll de la demo cracia. Nuestra sociedad conoce curioso funcionamiento cerca,1O a la urt fore/ustón: tan pr01lfo como una siU/ació,·/ crea problemas, la transforma en 10 (; :>pyngl1lE':J m ate-nal

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