La Cúpula de Mocárabes y el Palacio de 1( Leones de la Alhambra.* Juan Carlos Ruiz Souza Universidad Autónoma de Madrid o del Depart amento de leona aei m e Vol. XII, 3000 RESUMEN ABSTRA El presente artículo se centra en varios aspectos de la This work presents diffe rent asple cts of the arquitectura del Palacio de los Lones de la Alhambra chitectztre of the Palace of the i' ions in tht Alhomhrc 7 of de Granada. El más importante de ellos ahide a la nnada. T??em ost important of them has,to do ndth the cúpula de mocárabes, a su utilización y a szt signijkado- iaamas dome. its use and its. r.-n - r-u -r -ir .-r -t -r: besides. . .- además, también abordamos el tema de la perspectivc ;o snidy th e centnpe tal perspei 'i is presen centrípeta presente en el interior del edijicio. Este interior iq f the biti-ld ing. This '11 allow 11. estudio nos permitirá comprender; valorar y conoce! v--".r.:-*c" ctuir ul. .+.r.+...llrr i+rLi"r rnost famolra rrriJriu oalace biiil mejor el celebérrimo palacio nazarí. erigido por thc Mzchammad Ven la década de los sesenta del siglo XN La arquitectura islárnica ha sido en multit ud de oca. cic la perspec tiva centrf peta. o inversa. existe n- siones infravalorada por la pobreza de parte dc los mate. te imen interi or del ed ificio. . - . riales en que está realizada y por la falta de alardes téc- nicos que presenta en multitud de casos. Pero la arquitectura no sólo es estructura, técnica o material, ya LA cÚPLJL [OCÁRAE{ ES EN 1E L MUN que la creación y percepción de volúmenes y- esp- acios ISLÁMICO: EL MOLÁRABE Y. .L A T-.E OKlA -DE- donde se han de desarrollar una serie de funcio nes, de& A7 'OMIZAC constituir su fin último, sin olvidamos lógic;i mente de1 A1d -BAQILL valor simbólico que encarna en numerosas 0c,.ma..:s,.-i-,u.l iir;a.. La reciente investigación que he :mos reali:z ado sobrí Frente a esa simplificación planimétrica a la que as is- el Palacio de los Leones2 de Granai da, donde nos intro. timos en el desarrollo de la arquitectura islámica. si Por ducimos en el estudio de la funcion alidad dc : sus espa- ejemplo la comparamos con la riqueza de fórmulas dc :sa- cios, nos hizo reflexionar sobre algunos elementos intrín- rrolladas durante el mundo romanos. observaremos una secos a su arquitectura. Por ello en el presente artículo clara intención de hacer primar la unidad del espac3 0. abordaremos el tema de la cúpula de mocárabes, ante Ello no debe entenderse como sinónimo de pobreza O su destacado y deliberado protagonismo en dicho pala- de falta de recurcos técnicos o materiales. simpleme prevalecen otras preocupaciones. Especial protagonismo O. Grabar al estudiar las dos grandes cúpulas de las alcanzará la "cúpula" en el marco islámico. donde asis- salas de Dos Hermanas y de Abencerrajes del Palacio timos a una continua experimentación: impción de los de los Leones, trae a colación numerosos ejemplos islá- mocárabes, entrecruzamiento de nervios, etc. micos y de la Antigüedad. y vuelve a la idea de la cúpu- No vamos a realizar ahora un largo discurso sobre la la como representación del cosmos~oJ. unto a esta inter- cúpula y sus significados iconográficos e iconológicos. pretación queremos recordar el artículo de Yasser temas sobre los que ya tanto se ha escrito. Su vincula- Tabbaall, que retornaremos en las próximas páginas, ción con la bóveda celeste. lo funerario. lo áulico, lo dedicado a la cúpula de mocárabes, a sus orígenes y sus sa,ordo. lo eterno, etc.. ha sido repetidamente señala- significados. para volver a la Alhambra. da ante el sentido continuo del círculo, que no tiene ni Louis Massignonlz, hace ya muchos años. Llamó la )nncipio ni final" atención sobre las diferencias metafísicas iniciales exis- Son muchos los autores que han tratado el tema de tentes entre la cultura islárnica y el mundo grecorroma- a cúpula y su aparición en cada una de las diferentes no. a pesar de que entre ambos pudieran existir grandes :ulturas y civilizaciones, no siendo ajena a ello la musul- concomitancias en numerosos campos. Según él, el mar- nana. Oleg Grabar le ha consagrado muchos de sus tra- co cultural grecolatino pensaba y representaba las cosas )ajos y especialmente lo estudiamos en aquéllos que por su totalidad, por su belleza de conjunto. En lo islá- dedica al primer rnartyilirn y gran hito arquitectónico mico el proceso se invierte, y ante elm , sentido de con- del Islam: la Cúpula de la Roca. Recordaremos otroi tingencia de las cosas. al concebirse que todo es perece- dos trabajos suyos, el que dedica a la cúpula de forma dero y que todo cambia excepto Dios o el "Creador", el general en el mundo muiulmán5 y los apartados en los hombre musulmán tiene una concepción atomista: la lue escribe de ella en su libro de la Alhambra de Gra- combinación de las partes mínimas que existen en toda iada6. creación compleja produce cuerpos mayores, y según sea Al tratar la aparición de la cúpula en la nueva civili- dicha combinación, los productos finales variarán. Esto !ación nacida con Mahoma, Grabar' llama la atención que a simple vista puede resultar una entelequia abstracta, ;obre el trasvase que se produce desde las funciones civi- es fundamental y tiene unas consecuencias evidentesl3. es áulico-palatinas al mundo religioso. Establece la rela- Massignon decía que el hombre ,gego podría ver y ción de su pronta aparición en el marco de los palacios estudiar el número "8" por su valor intrínseco como tota- meyas. representada en mosaicos (palacios de los fri- lidad, mientras que el científico musulmán vería sus uni- ;os de la mezquita de Damasco) y pinturas (Qusayr dades, que según fueran mezcladas, formarían el cinco, Amrah). o como protagonista en la propia arquitectura el siete o el nueve. Si la ciencia matemática grecolatina :ivil: pabe Ilón del estanque en Jirbart al-Mafyar. en las gira en tomo a la geometría y la aritmética, y en la pro- Juertas de Jirbat al-Minyah. en salones del trono como piedad de los números, la árabe cambia de plantea- :n MasattEi o algo más tarde en Samarra. miento, y por ello la aritmética se orienta hacia el álge- Baio la cúpula se celebraban importantes actos cere- bra, y la geometría hacia la trigonometría. Y lo mismo noniales c simplemente se culminaba toda una proce- ocurre con otros campos del conocimientol4. La prueba ) ;ión de ex;a ltación del gobernantes. Ante la carga áulica final de Dios es que todo es perecedero y cambia, sal- -iu..r- :i wLa- a-u2.q uiriendo la iconoorafía de la estructura arqui- vo él's. c ectónica c upulada, 5i egún Gra bar, se prc ,duce el aa lto a No es fácil definir en pocas palabras planteamientos os edificio i religiol sos. Casi~alm en-te- ,a parece e n las tan profundos. como aquéllos que atañen a la filosofía :uriab uJ.. r r- nansrlra du-i-iAu-t . b.e _r-r i curii~rar- 7i c-.a.1i:iri-a (,e jem- o a la metafísica. Entre los trabajos más interesantes que >los de C' órdoba, E1: Cairo, Jemsaién, Qayrawan), e afectan a este complejo tema. Titus Burckhardtlá vuel- ncluso Crie swell estiM ecía el paralelo de la fachada de ve sobre el asunto de los aspectos metafísicos que afec- a mezquil: a de Dan? asco -CO1 I su cúpu! la central- con tan a la creación artística, deteniéndose en el estudio de )tras desar ollad das en ciertos 1~ alacios9. la luz, y de forma poética habla de "la alquimia de la El prop io Grabar alude a 1: i unión yr confusióin que luz". De nuevo hace gran hincapié en subrayar la impor- ;e produce: en lo isl;á mico enbr e lo religi oso y lo pura- tancia del sentido de "unidad. incluso trae a la memo- -I-I-C*I-I LC ci.v .i.. i1 . -v. u2c- Li.t. ccho el ~ri-i-r-ir ig raii edificio conme- ria el principio de "unidad de lo real" de la escuela sufí norativo dl e1 Islam, como es 1a Cúpula :a, de desarrollada por el filósofo murciano Ibn 'Arabi. Una :vidente set ntido relig! ioso, se h;3 ce eco de jn del vez más volvemos a la filosofía de la luz. tan presente - - ---- .IAIL-C -~-~LIeL.I XULUUI IIU -~,d -v..Au- uu ~--A siudiarC res\vcii, y CII una en todas las civilizaciones y culturas. desde Platón a a. :ronología tan tempia na como el siglo 7 Parece evi- Suger, pasando por Plotino y el pseudo-Dionisio o los lente que [m r encima, de ejempll os concrel. os y de influen- propios evangelistas. .. :ias tipoló;g icas punt uales, el c: írculo y 1a, cúpula encar- Burckhardt habla de la luz como expresión máxima ian de fonm a espontá nea lo áulico civil y lo reli,'' JIOSO. de la unidad. de lo indivisible y de lo divino, ya que o 1 c w R IU BAJA ___ l. Palacio de Comares. - 2. Salón de Embajadores. - 3. Oratorio. - 4. Sala de la Barca. - 5. Baños. - 6. Palacio de los Leones. - A. Mirador de Lindaraja. - B. Sala de los Ajimeces. - C. Sala de Dos Hermanas. - D. Sala de los Mocárabes. - E. Sala de los Reyes. - F. Sala de Abencerrajes. - M. Bóvedas de Mocárabes. Fig. 1. Planta del Palacio de los Leones (segl6n Orihuela Uzal). 11 su naturaleza no se altera. Reflexiona sobre el conoci- -m- -' -?-mS ' - . miento de las cosas, fruto de la contraposición de la oscuridad que al entrar en contacto con la luz, hace que se produzca el contraste, con el surgimiento de las som- bras, etc.17. Como dice la sura XXIV, 35, del Corán, "Dios es la luz de las tinieblas y de la tierra" '8. Las cosas, los seres etc., sólo existen en cuanto comparten la luz divina del creador y salen de la oscuridad. La luz da sentido a las ?osas. de ahí la importancia de crear -g radaciones y con- rastes lumínicos mediante, relieves que atrapan la luz y a difunden. los juegos de las celosías, los colores, las iperturas en las cúpulas, los materiales cerhicos. el igua u otr. os medios reflectores (caso del mercurio ...) :(c. La cúlp ula de mocárabes es la mejor expresión de odo ello. por los juegos lumínicos que se crean sobre #u superficie, por la división infinitesimal de la misma :n miles de células. por la yuxtaposición continua de ormas cóncavas y convexas, etc.1" Burckhardt'-o ve con entusiasmo como la máxima expresión de la teoría de la luz se produce en las estan- cias adyacentes del Patio de los Leones de la Alhambra, pues como él dice, gracias a la "alquimia de la luz" lo ~sadose hace ligero". Llegados a este punto, nos c: entraremc en el ter na de a cúpula de mocárabes y en Ir l aludido trabajo de : Yas- ;er Tabbaa. Sin duda este tipo d.e cú.pul.a c onstituy e una le las creaciones más características del arte islá mico, I no dudamos en identificarlas como tales siempre que Fiz. 2. Mirador de Linclnrtij(i. tíesde Sala de Dos Her- as vemos en Granada, Damasco. Isfahan, MarraL,,'...",h manas. roledo o Burgos. Aunque sus orígenes se fijan, según os especialistas, en Irán o en el Norte de África por la sombras y ritmos, dependiendo de la luz del momento yroximidad cronológica de su aparición en los dos hbi- y del lugar donde nos situemos. Frente a su posible valor os (ss.X-33 ). ha sidco más general el reconocimiento de pesado, aparece como una cubierta etérea, cuya masa se ;u creacióin en la zc~ nap ersa". Y. Tabbaa se centra en disuelve literalmente gracias a la 1~~2T8r.a s estudiar el a zona ira q-u-í-. y en especial en el período que transcu- ejemplo anterior, Tabbaa continúa con un sinfín de ejem- Te entre 103U y A1- Z-I i 0. -p.-l-u',>o -' <l e la zona, tanto arquitectónicos conservados, Frente al nacimie nto inicial del mocá rabe, que suele como v isibles en miniaturas. iituarse en zonas de: t.ra nsició n" de un .c uadr.a~d o a un Que..c-l a ahora referimos al significado de estas estruc- ~tógonoo. a un círculo (,t rompas y pechinas-'+),e i z TL.r n.%L. G LLU.-L..O" al quitectónicas que pueden considerarse como el isistimos a su empleo deliberado en toda la supe: rñcie mayor 1i ito constructivo del arte islámico. Entroncando le la cúpula. cuando ésta podría haber sido sencillain ente con las ideas generales expuestas más arriba de Massig- le media naranja, piramidal o de pañoszs. Tabbaazb con- .l.,.lmV ll n Td urckhardt sobre el distinto talante de la metafí- ;idera que la fórmula debió cre, arse en B: igdad. y en par- sica musulmana, Yasser Tabbaa3o realiza un interesantí- icular se centra en el estudic) del mau soleo del Imán simo discurso sobre el tema y ofrece nuevos elementos. fluh. amma d Ibn Musa Ibn Ja'f 'ar', .e.n A.l -!D awr. situado a Recordando el estudio de Oleg Grabar sobre las cúpulas .!ua KmS. ai norte de Samarra, y recnaao entre el 1075 y del Palacio de los Leones, donde se alude a las cúpulas :1 1090. Se trata de una gran sala cuadrangular de 12m. de las salas de Dos Hermanas y de Abencerrajes como le altura. cubierta por una cúpula de mocárabes de simi- exponentes de las cúpulas celestiales y del paraísdl, ares dimensiones. Su juego interior de curvas y contra- Tabbaa pone sus objeciones al respecto. Ciertamente el :urvas se traduce en un ritmo similar al exteriorz7. La tema de la bóveda celeste se repite mucho, y es inhe- iensación del espacio interior es completamente nove- rente a cualquier estructura áulica en la que hace acto de losa ante el efecto que ocasiona la luz sobre una super- presencia el espacio central cupulado, pero queda res- icie que c ambia cori tinuament. e y que ci rea un sinfín de ponder al porqué de la utilización de los mocárabes. 17 ap o!.n?nlms [a ua 'onsema ua soqun? 'u~N-upys rmur -!wduro3 6epcmlqcs emape ay pn3 e1 ' ~ ~ v b e aa-pp [a ua 'crqnx-p eAAun~-[ee sr?rpmu e1 ap oalosneur [a ysv qoal q ap o]?? our~uarp o~uamomI a u03 ua som!pmsa 07 ww3nur ap ern13nrisa erdord e1 ap 'n%n~la ua A odurail la ua 'apr~qo3'I X-x ~018~sosl 'm-ID[ opeTe3 [a som,uasqo anb sol ua so[S!s sol ap ua yeq ua saqeq3om ap elndn3 e1 ap upy~dee? sarnhn so~dmaraa p pepq! u03 o ~o~pao~w sn11 son 'F~OPOI ap oyd13upd ñ 'ropean 'onua3 :sog ap oasap eeqqeJ ap oIn3yv ordo~d1 3 .selsandxa se31ypiam se ordo~dl a unzas qmyv~an b sauo!~euyqmo3 ap pep~s -ap! se1 sepoi ap uo~~eurseel~ Ad ' epeasap enuguo3 pepg -1aA:p m18 eun euo!seso anb onqno3 o!qun?3 la alue (og -eiuap!s3r EI eZ1suo3 as 'qa aq3ou e[ ainernp seIaA se1 -eun?i 'enuoj '10103) mDnj A OUOIIS~sa~ O POI 'Turape A ap n1!19 p 'e,rZo[o1cq3 e[ o uo~nelsae l un%asz nl ns ap ',,sapep!un,, se1 ap uo!~en!qmo3 e1 un8as 'Wuapr33e 01 peprsuaiu! el e '[os o~dord[ ap oiuap~oupr opmn anb ap o l q s a sourah anb 01 opol 'ena onzas '(~101u a o1 cnd 'epa~oqe [ ap sopsen o~dord[a ua sernilade ap pnl!~ -1anur) pqpbea-p yeq ap E+4, vysv ojo sor^ m12 la rod -1"" 'sysola3 'saplsu3 'opeIrp!i\ p.~a]eur' sel~miuaa~p ep!punjrp euas anb ooal- peppno!sem n pepmnap uo~sy~ed[e u nuro3 sg .aiua!nU!s e[ e ñ rouaim e[ e eiq -!33e ap eap! e1 asrns omqmole [e olunr ñ 'sym osed un -srp ua%enr! eun o~uauroure pes oa e!naasuo3 as '-31a znI vp as IX ñ x ~0181ss o1 alurrrna .seqwpd sapepyn ap erdo~de l ap e13uap13u! el e A uo13mo3ap esyo~dn s E 01 uo!3!soduro3 eun sa anb EA 'alwsuo3 o earaia ' m p ~ ~ í -unr 'em3nm epe3 ap a!nyadns ap so!qm~s o1 e 'JO[O~ sa ou eualem e1 'ona rod zs..-o~3edsala 'odrna!~ [a 'eu [e se13erg esapepyn ap pnr!saquguy uo!31sodrno3 el -a~eure 1 ap 'q3ap sa .so!a sa ou anb 01 opo~ap ~ s y ~ ap emwur uo~sa~dxe1a era saqeq3om ap qndn3 e? -ole uo~seru~n auag as 0331. 03!8oloapy o3mm Ia ua .c~1nqp3 saluapua 'sope~a p oramnu roAem ap souoS d 'oy~!p 01 ap uo1sear3 eun sa soruso3 13 .olnlosqe ñ -yod opmar3 p 'seuy3ad A sedmon ua mua3amde aluaneurrad 'omala sa so~0a1 9s anb EA 'omaa opol un anb uo!s!suer~ ap sezald seganbad sesa 'elndn3 e~dord ouro3 sourso3 lap eag?iolsq uo~s!e~1 eqezeq3ar y m e[ e eperaqgap emroj ap rapuaixa 'jse d 'eso!Dgar-o3g -psnur o8019a1 13 'so!a u03 uo!3elar ns ñ sapepyn rod q s o ~ejap ! eun e ermoj mp ap o l q ~opq sp ua mde3 opear3 osJaApn asa ap o1dr3nyI Iap eap! q somemo~ar a y oiuamom 1ap pyaa afeuosrad unDp anb a3azt.d anb 01 rod '(saqeq3om) se1n1a3 ap s a q pu a (epdn~) '(1~01-166)q pco-p e9rp3 o~dordla ~ oedp eñode A ep p101 1ap uo~s~~~pegsan me soqisyse oAanu aa Zumumd Khatun de Bagdad. en la qubba del imán 'Awn momento de su nacimiento, acontecido, además, en su al-Din de Mosul, etc. E igualmente vemos soluciones propio marco geográfico? Cómo siempre acontece, en similares en otros lejanos lugares al Próximo Oriente, muchas realizaciones posteriores, el origen reflexionado como en la propia España. En la capilla del Salvador daría paso a la repetición de modelos vacíos de signifi- (s.XITI)36 del monasterio burgalés de las Huelgas, se con- cado y con un sentido más bien decora1t ivo, al i gid~ q ue servan varios cristales entre los mocárabes de su cúpu- sucedía con muchos elementos icono1~ áficosdl el arte la. La gran qubba de San Pablo de Córdoba (s.XW), cristiano medieval. cubierta poi - una enoim e cúpul a nervada., deja libr La cúlj ula de mocárabes, al menos en origen. era la parte centra I para con:s truir un 11i cemario. Como pos unión de las matemáticas y la geometría bajo un sólido influencia d e. e ll.o., en la cúpula de n.e r.v. ioi s cruzado princip.io teológico. Nace como fruto de intentar plasmar . . in Miguel ae mazán ( s . m se naiian varios ócU lOS unas iaeas filosófico-religiosas a través de la arquitectu- en la iglesia octogonal de Torres del Río (s.XIII) se ra, ya que no podemos encontrar una utilidad intrínseca 1 jren pequeñas perforaciones en la parte inferior de : los ni técnica ni funcional a este tipo de cubierta, cuando ementos de su preciosa cúpula nervada. No olvidemoq sencillamente se podría haber elegido otras fórmulas más ie esta última al tratarse de una iglesia de tipo torr tradicionales, caso de la cúpula gallonada, la de media funtos. en su zona superior durante la noche habrí naranja, la de paños, la de nervios etc., todas ellas per- tndelero, a modo de faro, continuamente encendid fectamente conocidas en el mundo islárnico40. En la Alti ambra ve1 mos el jue go de luces en las b ases Pem'l tasenos un i inciso. E: n el estucl io de la 5énesis :s us ,oran<j es cúpula S, entre laS propias trompas dt: l os del góticio , Jean Bc >ny41 en si u clásico 2u tículo ded icado ocárabes. y en otras ),oía dudosa, como ai gué- al tema, tr as un..a . b n illante expo s.i ció.n exp lica paso a paso iia ae maaera que cuvre ei mirador de Lindarajay7 -~ como rue posivle *i a creaci.o ,n ae algo nuevo a pesar del ve la utilización de cristales de colores. Sin salir d conservadurismo en que se movía todo el románico de Alhambra vemos los ricos juegos de luces en sus tc los siglos XI-XII42, y como con anterioridad a la cabe- vivienda de las Infantas y de la Cautiva, o en la cúr cera de la abadía de Saint-Denís, hubo un período de - del antiguo convento de San Francisco38. Podríamos citar experimentación en la Isla de Francia, con un móvil téc- I igualmente el sinfín de cúpulas de baños, de funcilo na- nico que tenía entre otros objetivos la creación de una Iidad menos áulica, en las que se abren estrellas o lu icer- estructura de soportes más ligera43. Por ello otras con- is de ventilación (Alhambra, Tordesillas, Córdoba, sideraciones como las de la metafísica de la luz desa- ranada...). Similares comentarios podrían realizarse de rrollada por el abad Suger, pudieron constituir un estí- ros modelos del Magreb, sobresaliendo la famosa mulo, pero nada más, y de ninguna manera puede ipula calada de la mezauita mayor de Tremecén (s.XI1). considerarse a la "luz" la causa última de la revolución ambién delb ería recor. darse la cii bierta calada de la Capi- técnico-constructiva acaecida en el segundo cuarto del a del Concl estable de : la Catedra 1 de Burgos (s.XV). En siglo XII en la cuenca de París. No olvidemos, una vez - ----- -- - - - - fondo nos t-~icuLi-i ~ariciour~i el alarde técnico de hora- más, que el factor lumínico siempre ha existido en todas ir la cubie rta con fin es lumino!s os. Ello ni o era algo que las culturas, independientemente de sus experiencias : viera sólc) enlasrea lizacioneS musulmím as, pues tan- arquitectónicas. 1 en el Par iteón de R. oma (s.11) I como en la gran ra ~ton- El propio Bony nos advierte de la fatalidad que ha 1 de Dijón (s.XI) se optó por cl ejar abiert o un óculo en tenido la Edad Media al contar con menos documenta- zona supe rior, e in cluso en 1a propia 1Z spaña medie- ción escrita frente a otros períodos más modernos. Ello 11 se consii deraba qu e el enign? átic-o- e.d-iji cio del Santo ha ocasionado que se hayan establecido una serie de -C-V..lU- ICIV uA-c Jr-C-.I"U-lSi-~ CII.L --~LI:IzV- ICII~ ICXI~L,LZ-V IlIa clave de su planteamientos "a priori", que dan un sentido de "nece- ípula abier ta, tal com o lo ref leja La Gr,a n Conqil ista sidad a todo lo que investigamos, como si su fin fuera o Ultramar (libro II i. cap.w)'' :Y su propia existencia. Es decir, parece que todos los estu- ... ..--- . -. "E en a6 lur"c1 L1 U-K U~m esmo de^ rrcurxv, rLi--u:c,.i u unen- dios generales no hacen más que incidir en esa conver- ', es la igl 'esia del S 'epulcro,J echa en j¿> rma redon da, gencia de principios, que dirigidos por el destino, por porque e.S en una ladera, as :í que la I cuesta es más una fuerza de difícil explicación o incluso por tratados Ita que el 'la fácela escura. A~ quellai g,l esia es f;~ cha filosófico-teológicos, hacen que lo que hoy vemos no arav vil losai mente. e es cubierta encima así como una sea más que la necesidad obligada de una serie de con- ~onae, p Ior allí en tra la lum lbre dentn7 , e debajo de dicionantes fijados con anterioridad. Por lo tanto, prin- pella col bertura e3 :tá el sepu lcro de nuestro S,eñ or cipios tan importantes como lo fortuito, lo casual, la ."..,.,',+," genialidad de un detenninado personaje -patrono o artí- ; veces hemos cons iderado qi ue las cúpulas fice-, quedan generalmente negados para el estudio de es son un elemento (i ecorativo sin más, y nos lo medieval, como si todos los hombres y sus realiza- iviuoiiivd.,e l contexto filosórf.fii ~*un,.l-Ar";,L vivc~oie~tá~n eo al ciones formasen parte de un engranaje preestablecido44. Fiz. 4. Lodo norte tlel Patio ticr Cor,wrc.s. I:i.c.rtr, froritcil {le Itr ~~rzrrnrrlii los- .rtilnrlc~.s. "S. FIZ. 7. Crípr[ln de 111 pllertn del O I ~ I quita almohade de Sevilla. Volvienci o al mun do islámic: o, junto ;a la bóveci a de malistas de los est ilos) mate rias muy diferentes c3 e estu- nucamas 1i ubo tamb ién otras 1. ealizaciori es muy iri tere- d.i.o : casc>. de. la. de l iber,ad.a y reflexionada plasma. ción de .~.-*~-* IILCim1~1-"u. > g-.."*..-u*- m ~I~--CL.-:I~--C- IoI~ IIUSa - 1io- cu~u1-i aud e. e..A- siru ctu- iaeas (,c upuia ae mocarabes)~ , frente a la experienci.a téc- a doble, en la que sí existe un sentido fii ncional. I: spe- nica (cúpula de estrutuctura doble o surgimiento del ial desarrollo tuvo l.a fórmula en Persia. Lo curiois o de gótico), o frente a la necesidad que sintieron siempre ,...,. 3 solución es obsen,.a-i- uuc l1,.a ic.r-.l..u.- iuba c* úpula de Bru- -l o- s- h- - o.-m -b res de copiar y /o emular ciertos hitos arqui- elleschi rí :alizada ei n Florenci a en Santa María de las tectónicc3 s ( por ej emplo el Santo Sepulcro de Jemsa- lores en t: 1 siglo X'V . tiene g randes y im uy importan- En)%, et c. :S precedem tes, com o la de1 nn ausoleo 1n ongol de Ilk- am -U--l g.ia itu -K ..h udabandah en la ciudad caucásic: a de ,oltanieh. construido en los primeros años del siglo LA PER 4 CENTRI? 'ETA: OTRA FORMA DE :IV, o en la de Harun ar-Rashid de Tus (Irán) fech ado CONCE VIR EL ES PACIO. acia 1330, entre muchos otros4-5. ¿Dónde nos er,,,,o n- ,11- -amos: ante un caso de aprendizaje sobre modelos an te- Espec: ial import ancia tiein e la perc ;pectiva u tilizada lores. en un capítulo nuevo de orientalización, o a;n te en los d iferentes ;l mbitos di e la Alharn bra, la c ual Ile- n nuevo proceso de convergencia evolutiva? No csi be E"".a "a e.% .m.,~.Ul.-"~:-~,.,. II.I:,LL.~ La~,I. V1I1~-~1 11 Dra,.la,.c-:-l u uA-c 1IU-S" 1~ eones47 uda de que nos hallamos ante: otro alar de técnicc1 que (fig. 1). Se trata de una persrx ctiva dif erente. En i la que emite acometer estructuras c upulifome~s de una flan estudiamos en un: i catedral gótica o e: n un edific io del nvergadura. renacimiento itali;a no, las li íneas fugai n hacia f uera, y En definitiva. nos gustan'a llamar ia atención sobre los espacios parecen crecer e incluso alejarse del espec- >S diferentes caminos, móviles o estímulos existentes tador, al que de alguna manera minimizan. En la n la creación arquitectónica. y denunciar el gran error Alhambra todo da la vuelta. En esa intencionalidad e intentar valorar con similares cntenos (teorías for- característica de crear ámbitos independientes, se hace Fis. 8. Clíplrlas de entrado a la Capilla de la Asunción Fig. 9. Ciíplcla de la Capilla Real de Córdoba (1371). (s.XIII). Monasterio de las Huelgas de Burgos. todo lo posible para que desde los puntos más pnvile- Lindaraja (fig.3); un volumen enorme (fig.12) reducido a giados de observación no haya nada que nos disturbe un plano, a dos dimensionesls. Las diferentes fachadas o la visión. Hay una "perspectiva centrípeta", una pers- pantallas49 de entrada a cada uno de estos espacios se uni- pectiva que fuga hacia el observador y que intenta negar fican en una superficie única, donde alternan líneas rectas el volumen de los espacios. y curvas, y en cuyo centro se ubica la ventana geminada ¿Cómo se consigue esto? Si nos sentamos sobre una del mirador, que parece deslumbramos. Efecto que igual- jamuga, o a poca distancia del suelo en los extremos del mente se produce si nos situamos en el pórtico meridio- eje longitudinal del Palacio de Comares. o en los del eje nal del Patio de Comares (figl), ya que al dirigir nuestra que pasa por el centro del Mirador de Lindaraja y de la mirada al N. veremos una única fachada (fig.4). que se Sala de Abencerrajes en los lados N. y S. respectivamen- refleja en la alberca, y en la que se reduce a un plano un te del Palacio de los Leones, nos llevaremos una gran sor- volumen enorme: la galería norte, la Sala de la Barca. el presa. El espacio ha desaparecido, y desde la Sala de Aben- oratorio de Comares, el gran Salón de Embajadores y la cerrajes, al mirar hacia el Mkador de Lindaraja, veremos alcoba central donde se dispondría el trono del monarca una única fachada donde todas las piezas encajan perfec- (fig.5). Además, la iluminación de cada uno de los ámbi- tamente cómo si estuviésemos ante un gran paramento de tos da un dinamismo refulgente muy interesante a esa pan- cualquier salón de la Alhambra en el que podamos obser- talla única que se contempla desde los lugares privileea- var una decoración completamente comphentada en dos de observación. y que se compone como hemos dicho, placas de yeso. Desde la comentada Sala de Abencerra- de las diferentes fachadas de cada uno de los espacios jes, esa fachada única oculta los siguientes espacios: el negados por esa perspectiva centrípeta o inversa. Toda esta patio por tener una cota inferior a las Salas de Abence- ilusión se acentúa por el gran valor que adquiere la per- rrajes y de Dos Hermanas, la galería septentrional del pro- cepción general de los paramentos de la Alhambra, por su pio patio, el acceso a la Sala de Dos Hermanas y ésta mis- especial textura, por su color, por el valor matérico con- ma (fig.2), la Sala de los Ajimeces y el propio mirador de seguido con las placas de yeso tallado, por los zócalos de la que se representan los siete cielos coránicos, tal como estudiaron A.R.Niykl y D. Cabanelas Rodríguezso. ¿Qué ocurriría con las cúpulas de mocárabes del Palacio de los Leones, y en especial con las de las Salas de Dos Hermanas y de Abencerrajes (figura 6), las dos más espectaculares en su género de las conservadas en todo el Islam? Si observamos que sucede en España con las cúpu- las de mocárabes nos llevaremos una sorpresa. El mocá- rabe aparece en multitud de ocasiones en piñas y cupu- lines decorativos en armaduras de madera, en trompas y pechinas, en arrocabes bajo el arranque de una techum- bre, pero realmente alcanza su verdadero protagonismo en las cúpulas. Aunque no cabe duda que muchas cúpu- las de mocárabes se perdieron en el pasado, al menos, la mayor parte de las conservadas se relacionan con espa- cios de carácter religioso y en muchas ocasiones tam- bién con sentido funerario, mientras que aquéllas que se . vinculan con recintos civiles son mínimas. Lógicamen- te puede pensarse que ello se debe a que se han con- servado en mayor proporción edificios religiosos frente a los de carácter civil, pero por ejemplo en Toledo, don- de se han preservado tantos palacios medievales por su posterior reconversión en conventos femeninos de clau- sura, comprobamos que las cúpulas de mocárabes sólo aparecen en lugares religiosos, ya que en las casas y palacios siempre se prefiere la utilización de armaduras de madera, y queda el mocárabe como elemento deco- rativo de arrocabes o de la imposta de algún arco. Fip. 10. Salo de los Ajimeces. Palacio de los Leones. Sin que se trate de un catálogo exhaustivo podemos cerámica, por la decoración de lazo, etc. y por la com- citar las siguientes cúpulas de mocárabes en España: la partimentación de sus superñcies, realizada con el fin últi- cúpula de la puerta del Lagarto (s.XII, fig.7) en el Patio mo de humanizar y hacer comprensible los espacios, por de los Naranjos de la mezquita almohade de Sevilla jun- muy grandes que éstos puedan llegar a ser. to al indicio de que hubo como poco otras dossi; Capi- La magnitud volumétrica del espacio de estos pala- lla del Salvador y las tres cúpulas de la entrada (fig.8) cios sólo se revela con claridad mediante el movimien- a la Capilla de la Asunción, ambas del siglo Xíü, en el to del espectador, al permitirle la visión oblicua de las monasterio de las Huelgas de Burgos; las dos cúpulas distintas estancias, así como el descubrimiento de las de la iglesia de San Andrés de Toledo (ss.XIT-XIiI); riquísimas cúpulas de mocárabes y armaduras ataujera- Sacnstía de la Capilla Real funeraria de Enrique Ií en das que las cubren. la catedral toledana (último tercio del siglo XIV); deco- ración de la cúpula de la Capilla Real, igualmente fune- raria, de Córdoba (1371, fig.9)52, etc. En Murcia sabe- EL PATIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA mos que existieron cúpulas de mocárabes en el siglo XII (FIG.1): ante los descubrimientos de Julio Navarro Palazóns3 en el palacio musulmán sobre el que se fundó el convento Comentábamos páginas arriba como elementos cons- de Santa Clara, más difícil es poder saber cómo eran tructivos dotados en su origen con profundas iconologí- éstas y cual sería la funcionalidad exacta de los espa- as filosófico-teológicas podrían desaparecer con el paso cios que cubrían. Fuera de España54 pero en el Occi- de los años, y de los siglos, y se copiarían después con dente islámico debemos recordar la gran cubierta del un sentido sencillamente decorativo. Pero, qué debemos siglo XII de la Capilla Palatina de Palermds, y las cúpu- pensar ante obras emblemáticas de la entidad de la las del mismo siglo de las mezquitas de al-Qarawiyyin Alhambra de Granada. Hoy es sobradamente conocida de Fezss, Tinmals' o de la Kutubiyya de Marraquechsg, la intencionalidad de la simbología de la techumbre atau- sin olvidamos de que en estas dos últimas una cúpula jerada con decoración de lazo del Salón de Comares, en de rnucamas cubre aún el espacio de su mihrab. Hemos
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