This page intentionally left blank Cuestion_judia(romanos).pmd 2 05/03/2009, 11:27 LA CUESTIÓN JUDÍA III Cuestion_judia(romanos).pmd 3 05/03/2009, 11:27 AUTORES, TEXTOS Y TEMAS F I L O S O F Í A 75 IV Cuestion_judia(romanos).pmd 4 05/03/2009, 11:27 Bruno Bauer Karl Marx LA CUESTIÓN JUDÍA Estudio introductorio de Reyes Mate UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA Casa abierta al tiempo UNIDAD IZTAPALAPADivisión de Ciencias Sociales y Humanidades V Cuestion_judia(romanos).pmd 5 05/03/2009, 11:27 La Cuestión Judía / Bruno Bauer, 1809-1882 y Karl Marx, 1818-1883 ; estudio introductorio de Reyes Mate. — Rubí (Barcelona) : Anthropos Editorial ; México : Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, 2009 LVI p. 165 p. ; 20 cm. — (Autores, Textos y Temas. Filosofía ; 75) ISBN 978-84-7658-906-9 1. Judíos - Política y gobierno 2. Judíos - Aspectos políticos y sociales 3. Filosofía política y religión I. Marx, Karl, 1818-1883 II. Mate, Reyes, est. intr. III. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México) IV. Título V. Colección Primera edición en Anthropos Editorial: 2009 © Reyes Mate Rupérez del Estudio introductorio, 2009 © Anthropos Editorial, 2009 Edita: Anthropos Editorial. Rubí (Barcelona) www.anthropos-editorial.com En coedición con la División de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México ISBN: 978-84-7658-906-9 Depósito legal: B. 10.189-2009 Diseño, realización y coordinación: Anthropos Editorial (Nariño, S.L.), Rubí. Tel.: 93 697 22 96 - Fax: 93 587 26 61 Impresión: Novagràfik. Vivaldi, 5. Montcada i Reixac Impreso en España - Printed in Spain Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por foto- copia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial. VI PPoowweerreedd bbyy TTCCPPDDFF ((wwwwww..ttccppddff..oorrgg)) ESTUDIO INTRODUCTORIO A LA CUESTIÓN JUDÍA, DE BRUNO BAUER Y KARL MARX 1. La Cuestión Judía de Bruno Bauer ha pasado a la historia como un texto del que muchos hablan y pocos leen. Conocemos, sí, la respuesta de Marx que, debido al renombre de su autor, ha conseguido eclipsar totalmente la pregunta a la que responde. Y la pregunta no es sino el texto de Bruno Bauer. Estamos tan con- vencidos de que lo importante es el discurso marxiano que no sentimos la curiosidad de saber si ese discurso responde a los problemas que plantea Bauer o si éste es sólo una ocasión que aprovecha Marx para hacernos oír su voz sobre las preocupacio- nes políticas y filosóficas que le ocupaban hacia 1843-1844. Sintomático de este desinterés histórico es el contraste entre las muchas ediciones en alemán de Sobre la Cuestión Judía (Zur Judenfrage), de Marx, y el estancamiento de la obra de Bauer, La Cuestión Judía (Die Judenfrage), en su primera edición. En caste- llano la cuestión es todavía más sangrante puesto que escasean las traducciones de los textos de Bauer y no es fácil dar con ellos. Lo que esta edición ofrece son los dos textos de Bauer en castellano y una nueva traducción del marxiano. Estamos con- vencidos de que la respuesta de Marx adquiere nueva luz vista desde el texto que quiere responder y también de que la postura de Bruno Bauer es algo más que ocasión para que Marx desplie- gue su discurso. Bruno Bauer (1809-1882), «el más radical de los críticos de la religión y el más conservador de los jóvenes hegelianos», es una compleja personalidad muy presente en la Alemania inte- lectual del Vormärz o tiempo de la Restauración que va desde el Congreso de Viena de 1815 a la Revolución de marzo de 1848. VII Cuestion_judia(romanos).pmd 7 05/03/2009, 11:27 Teólogo protestante y filósofo hegeliano, comenzó su carrera buscando una mediación entre filosofía y religión en base a un método especulativo y ortodoxo. Pronto se convenció de que así no conseguía poner científicamente en evidencia lo histórico del cristianismo. Se dedicó entonces a una crítica sin contemplacio- nes de la filosofía hegeliana y de la historia protestante, apoyán- dose en un método crítico cuyo lema era: «hay que acabar con la teología». Esa crítica, que le costó la cátedra en Berlín y luego la docencia en Bonn, era eminentemente idealista. Pese a algún escarceo con la política práctica lo suyo era una revolución del espíritu. Expresión de ese compromiso teológico-político es el escrito La Cuestión Judía. En otro escrito, Senderos de la crítica pura (Feldzüge der reinen Kritik), expone lo que entiende por crí- tica. Después de enfrentarse a toda representación positiva del cristianismo, la toma con la crítica atea que él ha practicado y con la negación abstracta del ateísmo, porque la crítica tenía que enfrentarse a todo, incluso a sí misma. Fiel a ese método podía ver en la Revolución Francesa el inicio de la libertad y también su negación. Aunque su carrera está surcada por los mismos quiebros que augura la radicalidad de su crítica, hay, sin embargo, un hilo conductor: crítica radical del cristianismo y voluntad de secularizar sus contenidos en la perspectiva de una nueva interpretación de Europa. El nuevo humanismo que per- sigue nace en el preciso momento en que muere Dios, una idea que heredará Nietzsche. Frustrados sus proyectos académicos y colocado en un rincón de la historia por críticas como las del propio Marx, antiguo amigo y hasta discípulo (de él había apren- dido Marx la significación del Segundo Isaías, por ejemplo), Bauer se sintió siempre como el hombre libre por excelencia, presto a pagar el precio del aislamiento por una conocimiento científico que llevaba a la conciencia de la libertad por el camino de la autocrítica. Dada la centralidad de la religión o, mejor, de la crí- tica política de la religión, Bruno Bauer puede ser considerado una figura particular de la teología-política. Cuando escribe Die Judenfrage (1843) Bauer ya ha roto los puentes o, mejor, se los han roto: en 1842 le retiran la venia legen- di como profesor de teología de la Universidad de Bonn y escri- be en el Rheinische Zeitung, el periódico de oposición más im- portante, cuyo redactor jefe era su antiguo discípulo Karl Marx. La réplica de Marx sobreviene poco después cuando éste ha de- clarado la guerra al antiguo amigo y maestro. VIII Cuestion_judia(romanos).pmd 8 05/03/2009, 11:27 2. En La Cuestión Judía Bauer es consciente de que vive un tiempo de crisis en el que lo viejo debe morir para que nazca lo nuevo. A esa conciencia él la llama Kritik, con lo que pensarse es pensar su tiempo. Como lo que está en crisis es la política o, más exactamente, la figura del Estado alemán, un Estado cristiano, la crítica filosófica acaba siendo una teología política.1 La raíz polémica de la crisis moderna estaría en la relación entre el Es- tado y la religión. ¿Por qué entonces La Cuestión Judía? Parecería más lógico un libro sobre La Cuestión Cristiana ya que la confesión del Estado en ese Vormärz no era la judía sino la protestante. La razón no hay que buscarla en una especie de ajuste de cuentas con el judaísmo, propio de un espíritu antisemita, aspecto éste sobre el que luego volveremos, sino en otras razones más circunstanciales. La cues- tión judía era un tema candente que ocupaba a la opinión pública y era también un asunto al que difícilmente podía escapar un jo- ven hegeliano ya que ahí se daban cita todos los componentes de la filosofía hegeliana: la política, la religión y la filosofía. Lo que estaba en juego era la «emancipación» de los judíos, esto es, el reconocimiento de los derechos políticos y cívicos que los judíos habían perdido, tras la derrota de Napoleón, en 1815. El término de «emancipación» tenía en ese momento un peso especí- fico: era la respuesta racional a los problemas políticos planteados por la disolución del «ancien régime», basado en un orden esta- mental. La disolución de ese mundo da origen, por un lado, a un poder centralizador y soberano y, por otro, a una masa de gente, formalmente libres (porque pueden disponer libremente de su fuer- za de trabajo) e iguales (porque ninguno pinta nada ante el sobera- no). El espacio político en el que se mueve esa masa de gente no se resigna a una interpretación empobrecedora de su libertad e igual- dad, sino que pugna por la conquista de los derechos ciudadanos. La «emancipación» es el reconocimiento de que la gente de la so- ciedad civil son los sujetos de los derechos ciudadanos. El hecho de que los judíos sean parte de esa gente a los que se les niegan los derechos políticos explica que estemos ante un problema sin resolver. Es el problema judío. 1. Esto lo vio bien Carl Schmitt que tenía entre sus libros las obras anota- das de Bruno Bauer, cf. M. Tomba, 2004, «La questione ebraica: il problema dell’universalismo politico», en Bruno Bauer, Karl Marx, 2004, La questione ebraica, a cura du Massimiliano Tomba, Manifestolibro, Roma, 10, nota 3. IX Cuestion_judia(romanos).pmd 9 05/03/2009, 11:27 Bruno Bauer señala como clave del problema el trasfondo religioso. Conviene leer en paralelo el texto relativo a los judíos con otro, contemporáneo, dedicado a los cristianos y titulado Das endeckte Christentum, texto destruido antes de su publica- ción, pero del que se conservó una copia.2 La crítica al cristianis- mo no es ahí menos radical que la que se hace al judaísmo en el texto que nos ocupa. Lo que se desprende de ambos textos es que, para Bauer, la religión es el principio de la exclusión y eso vale para el judaísmo y el cristianismo, pero más para éste que para aquél. La diferen- cia es que, para el judío, el no-judío es un gentil, mientras que para el cristiano, el no-cristiano pierde la condición humana. Es verdad que, a primera vista, el cristianismo representa una for- ma de universalismo. Como dice Pablo «ya no hay más judío ni griego, ni esclavo ni libre, varón y hembra, pues todos vosotros hacéis todos uno» (Gal 3, 28). El cristianismo universaliza la pro- mesa hecha otrora al pueblo judío y convierte, como dirá Hegel, a cualquier pueblo en candidato para «pueblo elegido». Ahora bien, la universalidad de la que se nos habla, señala Bauer, es muy particular: «la universalidad religiosa». El cristianismo, en efecto, abre las puertas de su credo a cualquier ser humano. Pero, ¿en qué consiste esa apertura? En acceder a un club en el que se entra libremente pero que gestiona en exclusiva la posibilidad de realizarse como hombre. El cristianismo es, por eso, profun- damente ambiguo porque al tiempo que presenta el bautismo (es decir, la incorporación a la comunidad de creyentes) como un acto libre, predica con claridad que esa incorporación es la vía para una vida humana plenamente lograda. La conclusión es que quien no sea cristiano queda excluido de la humanidad del hombre y está condenado al fracaso existencial. Si el judío exclu- ye a los demás de la elección, el cristianismo lo hace de la condi- ción humana, por eso su exclusión es mayor. El universalismo cristiano excluye al hombre. Si el cristianismo se presenta como la superación del judaísmo, hay que concederle que tiene razón en asuntos de exclusiones: lo suyo es la exclusión universal. «Que la inhumanidad haya llegado más lejos en el cristianismo que en ninguna otra religión y haya alcanzado estas cimas, se debe al 2. M. Tomba, 2004, «La questione ebraica: il problema dell’universalismo politico», op. cit., 210, nota 4. 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