Ese hombre tenía rabia y un perro, y lo envidié. Yo sólo tenía rabia.
Hijo de un republicano exiliado que esperaba en México la muerte de Franco, Andrés Samayoa viaja a Madrid contratado por un año para investigar y escribir sobre la Guerra Civil. Pero su precaria disciplina sólo le da para consultar libros en bibliotecas y tomar notas algunas mañanas; el resto del tiempo lo dedica a deambular por una ciudad entregada a los placeres.