Description:Hacía calor. Una brisa cálida, procedente de las tierras áridas y yermas del no muy lejano desierto, se filtraba por las persianas que cubrían el balcón. Françoise, aquella belleza franco-árabe, ronroneó como una felina y medio se incorporó en el lecho. —¿Sabes, cariño? Estoy pasando unas magníficas vacaciones contigo aquí en esta tierra de sol fuerte, donde es más fácil abrir los ojos de noche que de día. —Si pudiera, te encadenaría y no te dejaría marchar jamás —musitó ella con su marcado acento francés. El la besó por enésima vez. La tierra, el calor de la noche tropical, el embrujo del misterioso continente negro, la belleza de aquella hermosa mestiza, todo, todo le impelía al amor. Pasaron unos minutos, una hora, quizá sólo unos segundos. Wood se puso en pie.