COLECCIONES SINGULARES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL 10 La colección de música del infante don Francisco de Paula Antonio de Borbón COLECCIONES SINGULARES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA, 10 La colección de música del infante don Francisco de Paula Antonio de Borbón en la Biblioteca Nacional de España Elaborado por Isabel Lozano Martínez José María Soto de Lanuza Madrid, 2012 Director del Departamento de Música y Audiovisuales José Carlos Gosálvez Lara Jefa del Servicio de Partituras Carmen Velázquez Domínguez Elaborado por Isabel Lozano Martínez José María Soto de Lanuza Servicio de Partituras Ilustración p. 4: Á ngel María Cortellini y Hernández, El infante Francisco de Paula, 1855. Madrid, Museo del Romanticismo, CE0523 NIPO: 552-10-018-X © Biblioteca Nacional de España. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte © De los textos introductorios: sus autores Catálogo general de publicaciones ofi ciales de la Administración General del Estado: http://publicacionesofi ciales.boe.es CATALOGACIÓN EN PUBLICACIÓN DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA Biblioteca Nacional de España La colección de música del infante don Francisco de Paula Antonio de Borbón en la Biblioteca Nacional de España / elaborado por Isabel Lozano Martínez, José María Soto de Lanuza. – Madrid : Biblioteca Nacional de España, 2012 1 recurso en línea : PDF. — (Colecciones singulares de la Biblioteca Nacional ; 10) Bibliografía: p. 273-274. Índices Incluye transcripción y reproducción facsímil del inventario manuscrito M/1008 NIPO 552-10-018-X 1. Borbón, Francisco de Paula de, Infante de España–Biblioteca–Catálogos. 2. Partituras–Biblioteca Nacional de España– Catálogos. 3. Música–Manuscritos–Bibliografías. I. Lozano, Isabel (1960-). II. Soto de Lanuza, José María (1954- ). III. Título. IV. Serie 017.1(460.27 M.) 016:091:78.089.6 PRESENTACIÓN Para la mayor parte de los ciudadanos, la imagen de la Biblioteca Nacional de Es- paña se asocia casi exclusivamente a las grandes obras de nuestra literatura. No obstante, aunque en parte justifi cada, esa idea preconcebida simplifi ca una reali- dad mucho más compleja, porque la BNE no es solo una biblioteca sino un con- junto de bibliotecas especializadas, cada una de ellas capaz de deslumbrar por su riqueza y, con frecuencia, la mayor o una de las mayores colecciones de España en su especialidad. ¿Cuántos saben que la Biblioteca posee la que es probablemente mayor colección de cine en vídeo y DVD de nuestro país? ¿Cuántos conocen que conserva la mayor colección de partituras o de rollos de pianola españoles y que dispone de un gran archivo de la palabra? ¿En qué otro lugar conviven originales impresos de vihuela y fuentes medievales de las Cantigas, con los manuscritos autógrafos de Francisco Barbieri, Tomás Bretón y otros grandes de nuestra zarzuela? Las bibliotecas históricas son lugares privilegiados donde observar la vida. En la Biblioteca Nacional de España, nuestro mayor depósito bibliográfi co y do- cumental, conviven en perfecta armonía todo tipo de documentos: desde la más humilde publicación menor, rescatada de la papelera por un coleccionista, hasta el códice más lujoso que nació como tesoro y que en su día formó parte de una biblioteca suntuosa. La pieza única, valorada por los entendidos y largamente per- seguida, comparte destino con el libro más común, el disco o la partitura que solo la casualidad condujo a nuestras estanterías. Muchas generaciones superpuestas forman estratos de papel en los que podemos rastrear nuestro pasado colectivo, pero también donde vemos confl uir las vidas individuales cuyas búsquedas, pen- samientos y proyectos íntimos han quedado así plasmados. En el Departamento de Música, cada una de las más de cincuenta colecciones de origen privado refl eja los gustos de quienes la reunieron, su cultura, formación y aptitudes, pero tam- bién el momento musical, la disponibilidad del mercado, etcétera; en defi nitiva, la vida musical de su tiempo. Aunque en España el mecenazgo y la donación a los organismos públicos no están todavía tan extendidos como querríamos, todos los amantes de los libros y de los demás soportes físicos de la cultura deberían tener muy claro que entregar sus colecciones privadas a la sociedad no es solo una buena manera de aportar al patrimonio cultural de la colectividad, sino también la mejor forma de perpe- tuarse como personas, de mostrarse para poder ser observados e interpretados 8 PRESENTACIÓN por nuestros descendientes. No hace falta escribir un libro, rodar una película o componer una pieza musical para declararnos vivos ante los demás: solo basta con que los disfrutemos y los reunamos para que estos objetos nos defi nan. Aho- ra que lo virtual gana terreno a pasos agigantados conviene recordar el valor de lo físico, la importancia del objeto, algo que la mayoría de los bibliotecarios que trabajamos con colecciones históricas conocemos bien. A pesar de los años de experiencia, el manejo de estas colecciones nunca se convierte en una rutina, nos sigue emocionando poderosamente observar esa vida adherida a los documentos, ver los autorre tratos que tantos seres humanos se han hecho con los objetos que han elegido, con el empeño y las ilusiones que han puesto en conseguirlos. Una colección de partituras como ésta que presentamos, reunida por el infante D. Francisco de Paula Antonio de Borbón, cantante afi cionado y hermano menor de Fernando VII, tiene además la particularidad de conservar un tipo de documen- to que en principio no estaba pensado para la lectura pasiva o el estudio. La par- titura tiene el interés añadido de estar concebida para la práctica de la música, así que no solo refl eja los gustos sino también las peculiaridades interpretativas de la época y las capacidades técnicas de su propietario que, a juzgar por la música que reunió, en el caso del infante debieron de ser considerables. La explicación del alto nivel técnico que observamos en muchas colecciones de este tipo está en que ser un simple afi cionado a la música, un «diletante», no signifi caba necesariamente en esa época tener menor conocimiento del arte que cualquier profesional; con frecuencia, los nobles afi cionados de aquel tiempo se rodeaban de los mejores pro- fesores y podían dedicar muchas horas a su formación musical, adquiriendo enor- me destreza: la diferencia respecto al profesional estaba solo en que unos cantaban para comer y otros lo hacían por puro entretenimiento. La colección del infante, adquirida por nuestra institución en 1878, contiene cerca de setecientas partituras manuscritas, en su mayor parte de música vocal italiana y es, junto con la biblioteca de Francisco Asenjo Barbieri (1894), una de las colecciones musicales más importantes ingresadas en el siglo xix en la Biblio- teca Nacional de España. El presente catálogo continúa la línea emprendida en 2001 con la serie «Colecciones singulares de la Biblioteca Nacional», que se planteó como una iniciativa para dar a conocer las colecciones de origen privado y de la que ya se han publicado otros nueve volúmenes. El catálogo enriquece también de forma importante nuestra aplicación informática «Archivos personales y de en- tidades», accesible desde febrero de 2010 en la página web de la Biblioteca y en la que ya pueden consultarse otras dieciséis colecciones de este tipo conservadas en nuestro Departamento. Han realizado el trabajo dos bibliotecarios muy experimentados del Servi- cio de Partituras, Isabel Lozano Martínez y José María Soto de Lanuza, buenos
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