El auge bursátil de finales del siglo XX pudo dar la impresión de que los inversores conocían bien el funcionamiento de la Bolsa. Cuando los mercados financieros cayeron en l barrena, no entendieron qué estaba pasando.
Junto a los profesionales del sector y los inversores activos, últimamente desorientados, están los ciudadanos que piensan que la Bolsa está reservada para unos pocos o y que creen que jamás comprenderán ese "complicado" mundo de las finanzas. Se vuelven a equivocar, sigue faltando cultura bursátil. Utilizando un lenguaje sencillo y claro, esta obra divulga esta imprescindible cultura bursátil y demuestra que es posible, y sumamente entretenido, conocer qué es la Bolsa y cómo funciona.