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la asistencia al enfermo en al-andalus. los hospitales hispanomusulmanes PDF

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LA MEDICINA EN AL-ANDALUS LA ASISTENCIA AL ENFERMO EN AL-ANDALUS. LOS HOSPITALES HISPANOMUSULMANES Francisco FRANCO SÁNCHEZ Estudios Árabes e Islámicos - Universidad de Alicante En una obra sobre la medicina en al- mente ayuda a comprender el funcionamien­ comprender las múltiples facetas del enfermar Andalus es indispensable explicar los to de la asistencia al enfermo y desvalido en en al-Andalus. logros científicos, técnicos y farma­ el Islam, y la historia la que nos aporta la clave cológicos y el avance, en suma, de la medici­ general para comprender el funcionamiento 1.2. Concepto de enfermedad y tipos ،اء ،اا/؛س آ na como ciencia. Pero de similar relevancia es de este apartado específico del funcionamiento a la luz del derecho musulmán conocer cómo y en qué medida se beneficia­ de la sociedad andalusí. ron los hispanomusulmanes enfermos de es­ La enfermedad era entendida como un tos avances. Es lo que se ha dado en llamar la 1. La asistencia al enfermo y la enfer­ estado esencialmente transitorio, de paso ha- vertiente “social” de la asistencia médica: la medad en Al-Andalus cia: una cercana o lejana curación, o a la muer- que contempla la percepción real de la cien­ te. Lo mostramos en el Gráfico ١°. Los gran- cia por parte de los pacientes necesitados de 1.1. La enfermedad y el enfermo en el contexto des tratados médicos contemplan la enferme- cuidados; y no solo de los pacientes pudien­ del Islam dad, sus peculiaridades y sus diversos trata- tes, sino de todas las gentes en general, sean mientos (curativos, ه en su defecto, paliati- nobles, mercaderes o gente llana. Dios desde el principio de los días ha mar­ vos), pero a la hora de observar las causas, en Hemos estructurado el presente estudio de cado el destino de cada uno de los seres mor­ cuanto a sus etiologías, todavía predominaban modo progresivo y en dos partes esenciales, tales. Aunque puede entenderse esto como los conceptos heredados de la medicina pues consideramos que la falta de datos explí­ determinismo divino (y así fue por parte de galénica; las enfermedades son clasificadas y citos puede suplirse si se plantea globalmente corrientes religiosas luego consideradas ordenadas con arreglo a dos criterios no siem- el carácter de la enfermedad y de la asistencia heterodoxas), este designio presenta amplios pre coincidentes entre sí:fisiopatológico y clí- al enfermo en la sociedad islámica; la realidad huecos por los cuales la voluntad y la religio­ nico.^ Nosotros añadirnos que hay un tercer es la que nos transmiten los diversos textos, sidad humana se introducen cual cuñas para criterio: eljurídico, que tendrá una gran rele- no únicamente médicos, y es complementada cambiar su propio destino final individual.' vancia en la vida social de las ciudades por la visión general que nos transmite el de­ Con esta consideración, es lógica la concep­ islámicas. recho musulmán. De este modo, la pregunta ción que podemos hallar en multitud de obras, El saber de la época helenística fue tradu- ¿hubo hospitales en al-Andalus?, a la que los médicas o no, sobre la enfermedad como un cido, estudiado y ampliado con el precedente textos árabes dan la callada por respuesta, se la estado consecuencia de la voluntad divina. de los persas e indios; la ciencia árabe medie- hemos planteado al urbanismo musulmán: Ante ello, el margen de actuación del médico val añadió la e^erimentación, incluso con ¿hubo un espacio (urbano) específico para los siempre fue en apariencia escaso: su tratamien­ disecciones anatómicas.أ Gracias a ello reco- enfermos?, quien enfermaba ¿era enviado a, o to será un éxito o no según el designio divi­ piló y llevó cosiderablemente más lejos el sa- podía disponer de un espacio específico?, y al no: «F.l médico trata, Dios cura» es un adagio ber médico, pero aún era insuficiente para derecho musulmán: ¿cómo se considera jurí­ asumido por todos, médicos y enfermos. Desde definir etiologías y orígenes para gran part،‘ dicamente al enfermo? ¿qué tipo de enfer­ fuera podemos considerar injusta esta pers­ de las enfermedades. Por ello cuando se trata mos considera el derecho?. Las complejas res­ pectiva religiosa para con el médico: como es de definir grupos de enfermedades hay ente- puestas a estas y a otras preguntas son las que, sabido, a lo largo de los seis siglos de gobierno rios poco definidos. entremezcladas,responden al objetivo primor­ directo del Islam en al-Andalus la preparación Puesto que la enfermedad es un estado dial de este estudio, definido en su título. de los médicos y el avance de la ciencia médi­ temporal, la primera pregunta a hacerse es Para llegar a comprender la específica pre­ ca fue creciente con los años y de ello se be­ acerca de la “cronicidad”,4 entendida no ya sencia de la asistencia hospitalaria en al- neficiaron indudablemente sus pacientes. como un estado de enfermedad temporal más Andalus es necesario comprender antes cómo En el islam, cristianismo o judaismo la en­ o menos dilatado, sino como un estadio defi- funcionaba la asistencia al enfermo, en gene­ fermedad, como una realidad más de la vida, nitivo, que puede llegar a cambiar las pecu)؛a- ral, para luego entender el porqué de la esca­ es contemplada desde una perspectiva religiosa. ridades físicas de la persona, que cambia su sez —que no ausencia- general de hospitales La regulación jurídico-religiosa de los estados esencia y le lleva irremisiblemente a convivir en al-Andalus. La islamología es la que real­ posibles del enfermo nos dará las pautas para con una enfermedad de por vida. Este estad© LA MEDICINA EN AI.-ANDALUS por “leprosos”, aunque preferimos llamarlos ٠ enfermos de “dolencias ؛!!!purificantes”, por م I CURACIÓN I Parcial "Desequilibrio de los humores” ser jurídicamente más amplio su significado. Así a estos enfermos no se les puede expulsar Plena de iure de ط ciudad (si es ءة1ه uno) [n° 1, p. INFECCIONES Tumores; cáncer; s«gún )٥ ha dlspuflito □!■٥ 463], porque en derecho no se contempla la ١£ médica ss el irstru menta epidemias (pestes); da la ٧٥١٧٨١;^ ه Ivirá idea del contagio de ظ enfermedad;® pero por úlceras; heridas; ٦ si acaso da opción de repudio a la esposa que fístulas;... . se haya casado con uno que luego demuestre INTOXICACIONES ser leproso [n° 1, p. 463]. Se les proh^e la Envenenamientos venta y tratar con todo tipo de líquidos, ah- ENFERMEDAD picaduras; ... mentos y quesos, por ser causa para su TRAUMATISMOS impurificación;؟ por esto, es potestativo del INCAPAC TACIÓN y heridas comprador el comprarles drogas [n° 288, p. Adquisición de una nueva PARA EL TRABAJO físico realidad físico-corporal 176], Se les prohíbe el acceso a las mezqu؛tas Muchas enfermedades ٥ incapacidades no implicar disninución de la actividad (por lo mismo, éstas son espacios puros) [n° l,p. ENFERMEDADES icneteguleecrtau:a ol. fiEcil oe jdeem mpluoe acrlnqeuse,t ímpiuccc heoss ia 463ا. MENTALES sabios musulmanes fueron ciegos. Como son enfermos incapacitados, pero Asunción da un^tiueva realidad menl sobre todo, a los que se les impide el trabajo, ظ sociedad tiene previsto una serie de ayudas LEPRA Porوا misma INCAPACITACIÔN SOCIAL I sociales. Son los “bienes hables” (hubs oاسوم: rentas generadas por una tierra, tienda, moli- no, baño, etc., que se conceden con una fina- Gráfico ٦. La enfermedad en el mundo islámico mediev□! lidad piadosa muy concreta. Los dineros de estos habices son centralizados y administra- dos por la mezquita aljama (es el bayt ál-mal o “tesoro de la mezquita”), y su administrador sí es contemplado, tanto por los tratados mé­ jo, por lo común vagaban por las ciudades los destina para los fines que su mandatario dicos como de derecho musulmán. La croni­ engrosando el grupo de los indigentes o deseó y especificó en el contrato de funda- cidad es un estado incapacitante a medio pla­ mendicantes. Sólo se les encerraba en el caso ción del habiz. Desde siempre muchos bue- zo aunque dependiente de cada enfermedad. de que su presencia alterara el orden, o la nos musulmanes han dejado rentas para ayu- Es, por tanto una de las que aboca a la necesi­ moralidad publica. Para estos furiosi (en dere­ dar a estos enfermos, tanto para los que la so- dad e impide el trabajo físico. cho romano) se habilitaron en un primer mo­ ciedad les impide trabajar, como para los que Los traumatismos y otras dolencias más o mento celdas en las cárceles, y luego salas en suelen estar impedidos para el trabajo debido menos largas son susceptibles de curación en los hospitales. a sus mutilaciones. la medida en que la respuesta corporal sea la Incidimos en la cronicidad para hablar de Al-Wansarisi recoge multitud de senten- adecuada, o de que el saber del médico pueda un grupo de enfermedades especiales, aque­ cias alusivas al sostén por medio de habices de atajarlas. La enfermedad, en el derecho es por llas que con la lepra, se manifiestan incurables. los enfermos de “dolencias impurificantes” o tanto un estado temporal, dependiendo de su En el islam la “incurabilidad”6 no era un pro­ leprosos. Entre ellas recoge dos alusivas a ظ gravedad; así en al-Andalus, los enfermos es­ blema, ni tan siquiera por su contagio (en el Córdoba del S.V/XI: según parece había ك taban exentos temporalmente de acudir a la que no creían los juristas musulmanes). El pro­ otro lado del Guadalquivir un barrio para este llamada del ejército,por ello se les da un tiem­ blema de este tipo de enfermos es que sus tipo de enfermos (vide ء'ءأءه); consecuencia de po para curar su mal, pasado el cual se les vuel­ dolencias son causa de problemas para el resto ظ inestabilidad de ظ guerra civil هم،»ه ،اء los ve a llamar, so pena de ser castigados severa­ de musulmanes: son causa de “impuridad le­ beréberes, debió haber una avalancha de enfer- mente.5 gal” para las personas y los objetos o alimen­ mos de otras regiones que deseaban favore- Los enfermos mentales siempre han sido tos que entren en contacto con ellos, son - cerse de los ríeos habices que amparaban hol- profundamente respetados en el islam. En una por expresarlo así- “contaminantes” (no con­ gadamente a los cordobeses; motivo de pleito tradición literaria en la que el maynün lo mis­ tagiosos, reiteramos). entre cordobeses y foráneos, los alfaquíes sen- mo es imbuido por el saber poético, o depo­ Si analizamos los tratados de hisba (policía tenciaron que los foráneos podían quedarse y sitario de palabras divinas, siempre se ha trans­ sanitaria, de mercados y moral), así como la beneficiarse de estas “ayudas sociales” en Cór- mitido ese respeto hacia quienes estaban en compilación de sentencias de al-Wansarísi7 doba sólo cuatro días. estados transitorios de consciencia. A no ser podemos hacernos una exacta idea acerca de En estas sentencias se afirma que los be- que su estado les permitiera ejercer un traba- estos mardel, enfermos, que algunos traducen neficiarios son los leprosos y amputados, pero 136 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS Transporte de enfermos (en este caso la peste), según aparece en las Cantigas de Alfonso X el Sabio. ٠/ traslado de los enfermos se realiza en carros y en los lechos de los enfermos, puesto que no van muy lejos. ءحء ب ه en estas aljamas o barrios extramuros de las lepra(s), elefantiasis (en el Mágreb), vitÍligo y ciudades destinadas a este tipo de enfermos otras enfermedades decolorantes de la piel, no sólo vivían leprosos: se cuenta de unos sa- hongos, sarna, tiña, dermatitis, sarcoidosis, nos que se habían asentado en uno de estos linfomas, así como la sífilis y otras dolencias barrios y que vivían de las rentas instituidas venéreas,etc.Todas ellas, reiteramos, enferme­ para sus enfermos, como deseaban legar sus dades que más que contagiosas, son conside­ casas a sus herederos se emite sentencia afir- radas “dolencias impurificantes”, causantes de mando que pueden hacerlo, pero que siem- “incapacitación social”. pre en estos barrios prevalecen los derechos de los enfermos sobre los de los sanos |n°1,p. 463]. Por ello evitaremos llamarlas “leprose- 1.3. La protección hacia el enfermo y el débil. Prin­ rías”, y preferimos la perífrasis de aljama de cipios religiosos: Chantas e Ihsán los “enfermos impurificantes”. ?٥٢ otro lado la consideración jurídica de En el cristianismo el principio de la chantas, sus habitantes no sólo afecta a los leprosos, sino caridad, es tan fundamental que ha sido con­ a todo aquel que padece enfermedades de la siderado una de las tres virtudes teologales: piel (suele citarse el vitÍligo); además, la lepra junto con la fe y la esperanza. El significado es es una dolencia que puede ser confundida en mucho más extenso que el propiamente de sus diversas manifestaciones clínicas (hay ca- compasión, ayuda al necesitado, apoyo a quien talogadas hasta siete tipos de lepra diferentes) lo necesite o al hermano menos favorecido con decenas de enfermedades.10 No las cita- que uno. La caridad es un estado del ánimo, remos, pero produce: lesiones maculosas un principio de acción espiritual que debe hipopigmentadas, placas infiltradas, lesiones motivar cualquier acción cristiana. Es por ello anulares, lesiones nodulares, infiltración difu- que la concreción en el significado de “ayu­ sa y diversas afectaciones neurológicas, con da” —entendida en sentido amplio— al enfer­ múltiples presentaciones clínicas, ?or ello el mo y al necesitado, es uno de los fundamen­ término en árabe también es vago, y en los tos básicos con que justificar la asistencia y el diccionarios ظ encontramos mixtificada con cobijo a los enfermos. De la caridad surge el la elefantiasis, una filariasis linfa tica humana hospitium, que San Isidoro define como «voca­ transmitida por un mosquito. Enfermos de blo griego que señala el edificio donde alguien dis- 137 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS fruta de hospitalidad o habitación temporal, y se Entre sus múltiples destinos sociales y religio­ de subsidios que لا’ ayudarán a sobrellevar su abandona en dirección a otra parte, de aquí que se sos, destacamos que un porcentaje importan­ estado. En cualquiera de los dos casos, la sadaqa le llame metatum, ya que cambia de lugar». Por te de los habices son los destinados a los en­ momentánea, o los habices garantizarán la ello las órdenes monásticas acogieron el fermos y a los pobres. Como se refleja en el beneficencia en el entorno islámico hospitium como una de las salas de sus monas­ Gráfico 2°, los “enfermos” son en principio: terios, el hospital. los que por su dolencia (por estar impedidos, 1.4. La protección ملء،لءر'ه ءء enfermo y el débil. La En el islam no existe el principio motor o tullidos) no pueden ganarse la vida ,los ena­ realidad en el Occidente musulmán de la chantas. Si acaso está el principio religio­ jenados mentales, y aquéllos que son obliga­ so del ilisUn; estrictamene no se trata sólo de dos a vivir en sus aljamas por sufrir “dolencias En el ©ccidente musulmán, como en el una buena acción común, tampoco, en gene­ impurificantes”. resto del mundo islámico tenemos abundan­ ral, de la beneficencia. En el Corán está escrito Para la cuestión ¿quién es considerado tes noticias de que era efectiva la protección que «Dios ordena la justicia y el ihsán» [XVI: pobre? nadie mejor que un jurista para res­ social. No sólo estaban previstos mecanismos 90], y éste consiste en responder con el bien ponderla. Parece diáfana, pero ni tan siquiera para casos excepcionales, como los graneros al bien esparcido por el mundo, sabiendo que un experto como el malikí ad-Dawudí (m. estatales © alorines/alforins que en caso de viene de Dios. Todo hombre es un testimo­ 402/1011) llegó a una respuesta unívoca y hambruna vendían barato el cereal y garanti­ nio, aunque sólo sea por su existencia, de la concluyente.13 Y así se refleja en el Corán, 9: zaban la siguiente cosecha, sino que había una bondad divina que da sin cuento. En nombre 60. Sigo la versión bilingüe de J. CORTES, ayuda concreta y ordinaria proveniente de los de este valor que porta en él, el ihsán exige Elmhurst (Nueva York), ed. Tahrike Tarsile habices para pobre؟, necesitados ء impedidos. que se le trate con bondad y justicia; es decir, Qur’an Inc., 1992 (3a. ed.), p. 117.14El pro­ Las dos primeras noticias que tenemos del que se respete en él la huella (atar) divina que blema es diferenciar los campos semánticos barrio de los enfermos de “dolencias le marca, como si, desde este punto de vista, de dos palabras tan próximas en significado: impurificantes” (marda) de la capital cordo­ se viese a Dios en él. Hay una tradición según los diccionarios faqlr es: pobre, necesi­ besa nos han pervivido en relación con esta profética según la cual el ihsán consiste en «ren­ tado, indigente, y miskín: pobre, indigente, ayuda. La primera, relacionada con un pleito dir un culto a Dios como si se le viese, si tú no le mísero, insignificante, humilde. A. B. promovido por ‘Abd al-Rahman 111, quien ves, Él te ve a tí»." ■ KAZIMIRSKI afina algo más al señalar que deseaba una finca que había sido instituida Ibn Taymíya lo definió de modo más ge­ faqlr es: “pobre, quien no es rico, quien no como habiz a beneficio de los marda de Cór­ nérico «La conducta virtuosa (‘amal salih) es el posee más que lo justo para vivir (sinónimo doba “situados al otro lado del río, entre los huer­ ihsan, que consiste en realizar las “buenas accio­ miskin, pero este último se dice más bien de tos y la llanura”■, aunque los alfaquíes le dieron nes’’, es decir, lo que Dios ordena. En cuanto a lo un hombre que se encuentra en la indigen­ su parecer negativo,llevólo a ضءلال!له merced que ordena Dios, es lo que El ha instituido, lo que cia”, s. v., vol. II, p. 620.15 Así, en su tratado al informe favorable de Muhammad IbnYahya es conforme a la Sunna de Dios y a la de Su Pro­ sobre impuestos dedicó un capítulo a la zakát Ibn Lubaba, y el califa recompensó a los “en­ feta».12 De este modo, los diccionarios reco­ —o azaque—, la limosna legal obligatoria, en fermos de laAlmunia de ,Ayab” multiplicando- gen los conceptos de ihsán como beneficiencia, cuyo inicio se considera como tales pobres e les allí sus fincas.ئ realización de los deseos divinos; hasana bue­ indigentes a: quien posee escasos medios de En el s. XI, ya se ha referido C('»1K) al- na acción, obra,limosna, favor,y muhsin bien­ subsistencia, quien no posee nada, quien tie­ Wansarísi recoge varias sentencias relativas a hechor, benefactor, caritativo. Todas éstas son ne zamana (entendida como discapacidad fí­ los habices instituidos en al-Andalus con des­ palabras y conceptos de aplicación religiosa sica, o como enfermedad crónica),quien pide tino a estos marda/cnfermos.17 Quizás como que encontraremos abundantemente en las limosna, los viajeros musulmanes de paso sin detalle interesante a resaltar está el que son descripciones de la construcción de obras recursos. Aunque los juristas difieran acerca beneficiarios de estas ayudas sólo los enfer­ públicas por sus mecenas; en especial en la de la diferencia entre el “necesitado”y el“po- mos locales, y aquellos otros que lleguen a la lápida fundacional del máristán de Granada y bre de solemnidad” y no haya una frontera ciudad, siempre que aseguren que desean ave­ en su descripción por Ibn al-Jatlb. definida en sus interpretaciones, el imperativo cindarse en ella,comenzando a cobrarlos sub­ Este principio motor de la beneficencia se coránico indica que estos grupos de personas sidios a partir del cuarto día. sustancia en las múltiples facetas que adquiere son los depositarios de la ayuda social, pero di­ Evidentemente, una cosa es lo prescrito la ayuda social en el islam: el gobernante debe fieran en el grado a que son acreedores. por la religión y otra lo que ظ realidad cotí- velar por el bienestar de su súbditos, mientras Como se ve, en diversas ocasiones halla­ diana impone. Los desórdenes políticos del que estos, deben garantizar el reequilibrio de mos que el necesitado es acreedor de esta ayu­ período de las taifas acabaron con muchas pro­ las diferencias sociales. De este modo, está da social: por enfermo recibe ayuda econó­ piedades, y destruyeron muchos inmuebles, así instituida la zakát o impuesto obligatorio, tra­ mica proveniente de los habices que le co­ como registros notariales y contabilidades de ducido como limosna obligatoria, y la sadaqa rresponden, según estos hayan sido dispues­ estos bienes. Es por ello que apenas volvemos la voluntaria. Esta la conforman además las tos, o según su tipo de enfermedad. Si por su a poseer datos sobre este tipo de beneficencia rentas instituidas como habices en beneficio enfermedad pasa al estatus de pobre, indigen­ hasta la época almohade, en que se impone de los musulmanes, o “por la causa del Islam”. te o necesitado, también encontrará una serie de nuevo un estado centralizados 138 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS Así, Ibn Abl Zar’ cuando enumera los méritos del califa amohadeAbü Yüsuf Ya‘qüb Ibn Yüsuf, al referir las consecuencias de la batalla de Alarcos (581/1195) afirma que «سء- ficó hospitales para los enfermos y los locos; señaló pensiones a los alfaquíes y letrados, a cada ««٠ se- gún su grado; creó rentas para los enfermos de los hospitales, para los lisiados,y los ciegos en todas las provincias». No deja de ser formulario el elo- gio, sino fuera porque confirma la existencia de este tipo de habices, cuyo destino fueron los hospitales, sus enfermos, los lisiados y los ciegos. También hay otras instituciones islámicas que se dedican a ظ asistencia a los necesitados. Son las záwiya-s (residencias de santos varo- nes que se dedican a la oración y la piedad), y las rábita (lugares con celdillas a los que acu- den a orar los piadosos de la comarca o la mación y crearán una escuela andalusí de sencia en Córdoba del médicoYahyá Ibn Ishaq ciudad).19 Es frecuente que estos modestos medicina de prestigio.؛' (por entonces caíd de Badajoz),y éste a su vez edificios sirvan como lugares de acogida para En cuanto a su diferenciación por clases se desplazará a un monasterio cristiano para viajeros y para los necesitados. De igual niodo, sociales, hay que explicar primeramente que consultar el remedio más adecuado (por ser con el tiempo a muchos de ellos se les asigna los servicios del médico se pagan. Es el pa- los monjes depositarios del saber médico en bienes habices para el mantenimiento y desa- cíente, por tanto, quien acude en persona a esta primera época).24 Cuando no, solicitan rrollo de sus fiinciones.Es en estos casos cuan- los médicos según sus posibilidades econó- que se les envíe un facultativo, como el pro­ do podemos hablar de una labor asistencial al micas y quien paga sus remedios. Estos médi- pio an-Nasir que, previa solicitud de unos pobre, enfermo y necesitado de una mayor eos formados en Oriente cobraban elevadas aliados en el Mágreb, envía en 328/940 a Ibn repercusión. En algunos ocasiones llegan a sumas de dinero por ofrecer sus electuarios y Bay el médico «a quien permitió llevarse de la constituirse en verdaderos complejos de edi- remedios a las gentes, con lo que muchos ha- farmacia las medicinas, jarabes y drogas apropiadas ficios, que ayudan y albergan a gran cantidad rán fortunas.22 La nobleza y las clases pudien- para curar la enfermedad descrita, y otras que pu­ de fieles, como en el Mágreb; en épocas pos- tes serán quienes se beneficien de sus cuida- diera necesitar. Sulaymm fue, los curó y se quedó teriores (ss. XV-XVIII) estas záiviya-s serán dos, tomándolos en muchos casos para su ser- algún tiempo a su lado».25 muy poderosas en lo económico, y اا؛لااا rele- vicio exclusivo y el de sus familiares y clien- El enfermo acomodado, o con suficientes vantes en lo asistencial. En al-Andalus puede tes. Ibn Yulyul proporciona buena cantidad recursos se cura en su propia casa, a la que aducirse, aunque en menor escala, el caso que de anécdotas referidas a los médicos de las cía- acude el médico a visitarle. Sus sirvientes y/o hemos estudiado de la záwiya de los Síd Bona ses pudientes cordobesas y de los gobernan- familia son los que le atienden y le cuidan. Lo en Granada.20 tes; de Muhammad Ibn Fath Tamlün afirmó mismo ocurre —sea rico o pobre—, si la grave­ que «ni un sólo noble de la época podía prescindir dad de su dolencia, o por accidente, le impi­ de él».23 En otras ocasiones estos médicos des- den moverse de su casa. Como vemos en las 2. La realidad de la asistencia médica en empeñaron importantes cargos oficiales en el ilustraciones, es el facultativo quien intervie­ al-Andalus. El espacio urbano del en- organigrama administrativo, además de ejer- ne directamente, bien para amputar, para ex­ fermo cer la medicina. traer flechas, un cuchillo clavado, etc.. A la cabeza del estado, el emir o califa, que Cuando no hay un médico cerca, cuando La asistencia médica file en al-Andalus di- siempre tienen en su entorno a uno o varios, no lo hay en la alquería o en la población, o ferente, según períodos y clases sociales. Se- médicos principales, contando con los servi- no hay un especialista en el tipo de dolencia gún las diversas épocas, porque hasta el s. IV/ cios y asistenia de los mejores facultativos del que padece el enfermo, éste se traslada por lo X pervivió una medicina indígena, heredada momento, a quienes generalmente se recom- común a su busca, en ocasiones durante lar­ de los visigodos, ejercida y enseñada en mu- pensa espléndidamente. Este médico de corte gos recorridos. Como lo ilustran magistral­ chas ocasiones en los monasterios. Será a par- les suele tratar en exclusiva, haciendo todo lo mente las Cantigas, apreciamos tendidos los tir del s. X cuando, como resultado de los via- posible por su salud, pidiendo ayuda a sus CO- pacientes sobre los lomos de los mulos, arre­ jes a ©riente de los médicos andalusíes, se legas, incluso, si desconoce el tratamiento; así, bujados y debidamente cubiertos, conducidos comenzará a formar una serie de generacio- cuando ‘Abd al-Rahman III padece una gra- por un familiar a la busca de un facultativo nes de médicos que ya tienen una sólida ؛هآ- ve otitis enviará un correo reclamando la pre­ que les trate. Igualmente, si su caso le permi- 139 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS Una enferma afectada por una paralasis y encogimien­ to de las piernas es transportada como era habitual en la época: en un costal sobre los lomos de un mulo. tía acudir por su propio pie, iba a la botica o a ayuda material para pago de los servicios mé­ la casa del médico, en donde había un espacio dicos, como se ha explicado en el Gráfico 2. habilitado para la asistencia directa a quienes Ahora bien, en muchas ocasiones no es nece­ acudían a requerírselo. Así, la fama de los mé­ sario que el enfermo pobre solicite ayuda, pues dicos se conoce por el número de pacientes es el propio médico quien le presta desintere­ que hay esperando a la puerta de su casa. Ibn sadamente su atención: Ibn Yulyul refiere que Yulyul proporciona hasta la dirección de las al-Kittání y Ahmad Ibn Yünus seguían este casas de los médicos de Córdoba, y del cris­ proceder con los necesitados, y que la farma­ tiano Ibn Malüka se dice que «en la puerta de cia de Madlnat al-Zahrá’ les proporcionaba su casa había treinta sillas, para que esperasen sus gratis los remedios, los mismos por los que se pacientes»■,26 de igual modo, a comienzos del s. cobraba a los notables.28 Más tardío Ibn Zuhr, XIV afirma malicioso Ibn al-Jatib en la bio­ como tantos otros, asistía gratuitamente a los grafía de Muhammad al-Safra que, consecuen­ pobres que acudían a él, y les proporcionaba cia de la fama obtenida al curar al sultán Nasr, remedios.29 la afluencia de enfermos que acudían a buscar En otro orden de cosas, también puede sus remedios fue tal, que en Guadix parecía afirmarse que existe una medicina al servicio haber llegado la peste.27 de los intereses de los propietarios, y del cadí. La población más humilde se esfuerza lo De este modo la hisba funciona al servicio de posible en acudir a los facultativos más próxi­ los mercaderes, pero también de la sanidad mos o a especialistas en sus dolencias. Cuan­ pública urbana: una serie de recomendacio­ do se trata de gente pobre e indigente es más nes y de consejos médicos sirven para identi­ difícil el pago de estos servicios, por lo cual ficar los problemas con los esclavos, como ya suelen ser las záwiya-s y rábitas quienes le ayu­ se apunta en el tratado deYahyá Ibn‘Umar (s. dan asistencialmente y a veces económicamen­ IX),30 aunque esto es desarrollado en especial te. Estas gentes, como se ha apuntado ya, se en el de al-Saqatl (s. XII); en éste se dictan benefician de los habices instituidos en su ayu­ unas normas para que no se defraude en la da, bien sea como pobres y necesitados, o bien compraventa de esclavos disimulando sus como enfermos, tienen posibilidad de recibir enfermedades. Se pone especial cuidado en de­ 140 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS Traslado de un tullido, también a lomos de mulo, aunque dispuesto longitudinalmente sobre él. "٤^٠٠٠١١٠'؟ tectar los maquillajes de la lepra, un problema Como se ha indicado, una serie de pato­ médico, social y religioso, causa de incapacita- logías relacionadas con la piel, entre las que ción social por su carácter “impurificante”, ade­ tienen especial relevancia los diversos tipos de más de los males femeninos de las esclavas.31 lepra, venéreas, cualquier otra con carácter Ligado a esto encontramos el problema de supurante, o que pudiera parecer “contami­ los espacios propios de los enfermos en al- nante” cuando un alimento o persona tuviera Andalus.Ya se ha referido que la casa del médi­ contacto con ella, es considerada como una co, o el inmueble en el que pasa consulta es el enfermedad impurificadora desde el punto de espacio al que acuden habitualmente sus pacien­ vista religioso para el resto de la comunidad tes, y que en caso de que las dolencias de estos (puesto que obliga a realizar la purificación fueran severas, son sus propias casas las que aco­ ritual), además es peligosa sanitariamente para gen su enfermedad. Esto fue la pauta más gene­ cualquiera que entre en contacto con estos ral en al-Andalus. Cuando se enferma durante enfermos.33 un viaje suele acudirse a las záwiya-s, rábitas, o Ya apuntamos que la sociedad islámica incluso a las naves anejas que poseen muchas generó unos espacios urbanos diferenciados y mezquitas, cuando no se recibe ayuda de las extramuros alejados del contacto directo con gentes locales bien dispuestas a la caridad. las gentes; por lo común éstos estaban cerca­ Respecto a que en al-Andalus hubiera nos a cualquiera de las puertas de la ciudad, unos espacios específicos para los leprosos, o para poder recabar alimentos y para poder leproserías, es tema complejo. Cuando menos, entrar en contacto con la urbe, o refugiarse no conocemos que los términos enfermo/ dentro de ella si venía al caso. Es un espacio marda, ni leproso /mabrüd, aydam, etc. hayan ge­ urbano definido para los enfermos de la propia nerado un nombre específico que califique un ciudad, con rentas instituidas por los habitan­ espacio a ellos destinado (si exceptuamos el tes de la misma. Si atendemos a la estructura de dimma en el Mágreb).32 Pero si buscamos organizativa que demuestra tener este barrio en los tratados de derecho y en los de hisba sí extramuros de Pez (según J. León Africano, que encontramos una serie de preceptivas que ver Apéndice 2° B) puede hacerse el paralelo obligan a este tipo de enfermos a vivir extra­ ente estos barrios y las aljamas musulmanas muros y en un barrio específico, impidiéndo­ posteriores a la conquista: están organizados, seles además entrar en la aljama de la ciudad. con unos rectores propios y una administra- 141 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS ción propia de sus recursos; ellos controlan musulmán. En Oriente, desde bien pronto siglos de cristianismo. Una primera respuesta además el estado sanitario de su población, y hubo hospitales específicos y especializados válida para el entorno del Islam es: un lugar —o que en la ciudad no aparezcan más casos de para enfermos mentales. más genéricamente espacio (funcional)— desti­ enfermedades “impurificantes”. Finalmente hay que resaltar la existencia nado para la estancia de los enfermos; con Llegado a este punto nos preguntamos de dos tipos de medicina en cierto modo pa­ mayor precisión: un espacio en el cual, o se ¿cabe la consideración de hospital para estos ralelos y complementarios a la oficial o aca­ reúne a los enfermos para una mejor asisten­ barrios extramuros?. Pensamos que sí. Cree­ démica. Por un lado la que hemos llamado cia médica, o se propicia ésta colegiadamente, mos que es más acertado considerarlos como “medicina empírica” o popular; aludiría a esos o se recluye a un determinado tipo de enfer­ hospitales, que como “leproserías”. No son múltiples remedios tradicionales que se sabe mos. En este caso sería el médico quien se lugares en los que se margina obligadamente de siempre que funcionan y que, por lo co­ desplaza a ver los pacientes a estos centros a los leprosos. En ellos se aparta a muchos otros mún, mediante la adición de una explicación asistenciales o casas de curas, siendo los enfer­ enfermos, e incluso algún sano vive al socaire más o menos lograda suelen acabar integrán­ mos quienes se quedan en estos espacios fun­ de las abundantes rentas que la comunidad dose en la medicina académica. Como ejem­ dados para ellos. Desde bien pronto a esta instituye para que no tengan que trabajar, o plo ya explicamos algunas recetas que Muhammad combinación de: lugar + asistencia médica se para los que ya no pueden trabajar; aún así, al-Safra incluye en su obra farma-cológica.36 le añadió un plus conceptual de caridad/es­ sabemos que trabajan en el campo y que co­ No hay que confundir estos remedios popu­ piritualidad. mercian entre ellos con los productos de su lares con el curanderismo. Contra los desma­ Cuando añadimos al espacio una organiza­ esfuerzo. En estos barrios además están bajo nes que curanderos y charlatanes ambulantes ción asistencial, no sólo de médicos y espe­ vigilancia médica y llevan una vida corriente; producían en los pacientes que les prestaban cialistas, sino de administradores de las rentas llegado el caso de curación, si un médico lo oídos clama Ibn ‘Abdün (s. XII) en su tratado a ellos destinados, le adjuntamos edificios es­ certifica, podrían incluso abandonarlo. Pue­ de hisba; debían ser plaga en el campo y en pecíficos, farmacia y huertos dependientes, es den viajar libremente a otros lugares (como determinadas regiones andalusíes.37 cuando trasciende a una realidad asistencial lo demuestra la fatwá de al-WansarisI sobre la Otro tipo de terapéutica es la “medicina superior y hablamos del hospital-institución. avalancha de estos enfermos a Córdoba en el del Profeta”. Se trata de una serie de prescrip­ Con éste es con el que se identifica el maristan. s. XI). Por todos estos motivos creemos que ciones médicas que, emanadas del Corán y de ¿Por qué surgen estos espacios dedicados a como tales espacios para enfermos, han de los hadices o tradiciones proféticas, buscan los enfermos, cuando lo habitual era que el recibir el calificativo de centros asistenciales u convertir la medicina de una ciencia pertene­ paciente acuda, incluso desde muy lejos, a ver hospitalarios. Evidentemente no es el orien­ ciente al grupo de las “ciencias de los anti­ al facultativo? En la multiplicidad de respues­ tal hospital-institución, ni el hospital-casa de guos”, en una“ciencia de la religión”. En suma, tas a esta, en apariencia, simple pregunta ha­ beneficencia privada, sino el hospital-barrio, buscan sacralizar un ejercicio tan noble como llaremos la variedad regional que del hospital no un edificio, sino un espacio urbano. el de la medicina. Los primeros tratados de islámico hallamos en los textos. En al-Andalus, como en el resto del mun­ este tipo son bien tempranos, y es una litera­ do islámico, los enfermos mentales son pro­ tura filomédica más propia de gentes cultas y 3.1. El Bimáristán en Oriente: Institución y fundamente respetados, y nadie les importu­ beatas, que en ocasiones está más cerca de plurifuncionalidad na, si ellos a su vez no molestan a nadie. Tam­ nuestro concepto de superstición que propia­ bién en las Cantigas vemos varios ejemplos de mente del de ciencia.38 Un claro ejemplo de El máristán se origina y es en esencia una estos enfermos vagando por las ciudades, con este tipo de explicaciones médicas es el que institución del Oriente musulmán. Ausentes la cabeza rapada,34 solicitando limosna y am­ recogemos en el Apéndice Io en que Ibn en época omeya, son un elemento más que la paro. Por esta circunstancia serían considera­ Marzüq recoge una explicación que busca dinastía ‘abbásí sucesora íntegra de la rica he­ dos dentro del grupo de los indigentes y ne­ justificar la ortodoxia de la institución hospi­ rencia sasánida. La cultura y la administración cesitados, no por su dolencia, sino porque ésta talaria, remontándose para ello a una circuns­ persas son asumidas con interés por un estado les abocaba generalmente a la mendicidad. En tancia promovida por el Profeta. en construcción necesitado de soluciones ur­ caso de que fueran violentos, peligrosos o que gentes. Por ello es lógico que, asumido ya el violaran las leyes, se hacía necesario su reclu­ pasado helenístico en el período omeya, se sión, para el bien de los vecinos. Estos casos 3. Los hospitales hispanomusulmanes busquen soluciones de corte persa para las de furiosi en un principio tenían un lugar en nuevas necesidades. Así, es asumido desde el las celdas de las cárceles, aunque el muhtasib Tras definir el carácter de la asistencia a los nombre (blmar, enfermo + st3n, 1 ugar de), hasta sabía que era su mal el que le impedía ser cons­ enfermos en el entorno del Islam, el paso si­ la propia estructura y peculiaridades como ciente de sus actos.35 Por ello a estos, o se les guiente es preguntarse ¿qué entendemos por institución. Es una consecuencia más del con­ echa de las ciudades, o se les confina en los hospital?. La semántica del término en el ám­ cepto de estado implantado por los ‘abbásíes, hospitales. Según parece, estos edificios a par­ bito cristiano viene contaminada por el que busca la centralización y el control ex­ tir del s. XIV acabarán dedicándose priori­ hospitium del derecho romano, pasando por la haustivo de los recursos y las personas, al esti­ tariamente a estos pacientes en el Occidente evolución que le adjudicaron los posteriores lo de la administración persa. 142 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS Imagen de un hospital de fundación privada en el s. XIII. Un médico, o su fundador, y varios ayudantes atienden a un gran número de enfermos en sus lechos. Escena de la España cristiana que podría también ser de al-Andalus. ٠٠٠٠ ٦٠٠• .٠٠٠— ؛٠ rr E1 máristJn surge como medio para el con­ la de Gundisapur; se tiende a pensar en una trol de: la administración de la medicina, de la poligénesis de sus orígenes, a pesar de lo que formación de los médicos, de los enormes afirmen las fuentes árabes. En concreto, se hace recursos en forma de habices instituidos con derivar del xenodochion sirio, el eco más cerca­ destino a los enfermos en Oriente, y final­ no del hospital bizantino. El primer hospi­ mente, de la sanidad y del gran número de tal del Islam parece ser el fundado por el cali­ enfermos de las grandes ciudades orientales, fa Walld I (86-91 /705-710); citado por todos que convenía centralizar. Es una inteligente los autores, desconocemos cuál serían sus pe­ solución a múltiples problemas de salud pú­ culiaridades y funcionamiento, hay quien afir­ blica, de calidad en el ejercicio de la medici­ ma sería una leprosería, y quien piensa que na, de control de los enfermos, y de las rentas era un servicio de guías para los enfermos, de a ellos destinadas. Una medida de centraliza­ criados para los inválidos, de asistencia mone­ ción comprensible si se considera que los pro­ taria para los leprosos, y quien piensa que ya blemas de las ciudades orientales son propor­ poseía la estructura de los hospitales poste­ cionales a su tamaño. Ahora bien, la multipli­ riores.40 cación de los hospitales por Oriente se debió, A partir del s. IX estos hospitales-institu­ más que al aumento de las necesidades médi­ ción se expanden por todo el orbe islámico;41 cas, a la multiplicación de las dinastías a lo así en poco más de cien años se crean cinco largo del mundo islámico desde fines del s. en Bagdad. Hárün al-Rasíd (786-809) será III/IX: cada soberano quiso dotar de estos tim­ quien ordena edificar el primer hospital de bres de gloria a sus reinos, para asociar así su Bagdad, mientras que el erigido por el visir nombre a unas obras públicas/de caridad que buyi'Adud ad-Dawla (949-983) también go­ les reportaran fama por todo el islam. zará de gran renombre. Inaugurado en 372/ Se ha afirmado que el hospital sasánida de 982, sabemos que tenía 24 médicos, entre los Gundisapur (Yunday-Sabür) fue el modelo que se contaban especialistas en oftalmología, original, pero recientemente se ha planteado cirugía y traumatología; además todos ellos si no se ha exagerado el papel en la historia de desempeñaban una importante labor de do­ la medicina árabe de la influencia de la escue­ cencia de la medicina; poseía abundantes re- 143 LA MEDICINA EN AL-ANDALUS cursos, que aseguraron su gran longevidad. En losjeques de esta ciudad si había en ella un hospi- rios para sus remedios, sus comidas y muchas otras 580/1184 el viajero andalusí Ibn Yubayr es- tal, según el uso ،اء las ciudades de estas regiones». cosas. Los médicos vienen allí cada día por la ma­ cribió de este hospital de Bagdad:«ءا barrio ،اء Describe algunos de ellos con minuciosi- ñana, examinan a los enfermos y ordenan la pre­ la Puerta de Basora estáءا Zoco del Hospital (Süq dad. Del mSristan de El Cairo, tras loar a su paración de los remedios y los alimentos que les al-Maristán), que es una pequeña ciudad en la fundador y alabar el palacio en que se cons- sean buenos, según lo que convenga a cada indivi­ que se halla el célebre hospital de Bagdad, que está truyó dice que «Ha nombrado a un director duo de entre ellos. El otro hospital funciona confor­ al lado del Tigris, las médicos ¡o visitan cada lunes (qayylm), hombre de saber, هء que ha confiado los me a esta descripción, pero la organización es mejor y jueves y allí examinan el estado ،اء los enfermos armarios de los remedios y al que ha encargado la en el moderno. El antiguo está en la parte occiden­ Y prescriben el tratamiento que ¡es es necesario. A su preparación de las pociones y el administrarlas se- tal de la venerada aljama. A los locos de atar se les disposición están unos asistentes que se حمءدا'ءس a gún las variedades de sus géneros. En los cuartos de da también un tratamiento y están fuertemente su­ preparar los remedios y las comidas. Es un gran ese palacio han sido colocados /ءءمل؛مك para que se jetos con cadenas». palacio con salas, cuartos y ؛م،امم las comodidades sirvan de ellos los enfermos, ««٠٠٢ ءءءاي)ل.؟ perfecta- En Persia el hopital fue una realidad coti­ ،اء las viviendas reales. El agua entra allí desdeءا mente cubiertos de ropa. Ese director tiene bajo sus diana. Citemos sólo el antiguo hospital de Tigris». órdenes a unos subordinados que tíenenpor misión, Rayy, dirigido por al-Razí antes de su partida Durante el s. III/IX y el IV/X se expan- mañana y tarde, comprobarءا estado de ¡os enfer- para Bagdad. Con posterioridad surgieron otro den a la práctica totalidad de las ciudades mos y presentarles las comidas y bebidas que les buen número de ellos. También en Turquía orientales. De este modo, en Egipto el primer son adecuadas. Al lado de este establecimiento hay florecieron los hospitales en el s.VII/XIII. hospital file construido por al-Qata’i en Fustat, un edificio separado para las mujeres enfermas, y De estas descripciones puede extraerse una hoy un barrio de El Cairo, por su gobernador ellas también tienen quien las cuide. Contiguo a idea bastante precisa sobre sus peculiaridades A^mad Ibn Tülün; es el más antiguo en el los dos establecimientos susodichos hay otro edificio y heterogeneidad. Aún así, todos están sujetos que se sabe que también recibían tratamiento de vasta amplitud en que los cuartos tienen venta- a una organización médica y a una vida coti­ los enfermos mentales. Antes del 900 dos hos- ñas con rejas ،اء hierro. Están destinados a servir de diana bastante similares. Éstas y otras descrip­ pitales más se construyeron en Fustat. En el s. celdas para ¡os locos. También ellos tienen quien com- ciones posteriores de los renombrados hospi­ VI/XII Saladino funda el hospital Nasiñ en pruebe todos los días su estado y ¡es Heve lo que ¡es tales orientales, así como las noticias de pri­ el nuevo El Cairo, pero bien pronto éste fue convenga. El sultán inspecciona todas estas institu- mera mano que trajeron los médicos andalusíes sobrepasado por el hospital Mansüñ; fundado ء،'م»ء.آ mediante investigaciones ٠ indagaciones, con- que estudiaron allí, son las que conformaron por el soberano mameluco al-Mansür Ibn solidándolas firmemente con su cuidado y celo por la información que los andalusíes y magrebíes Q ala^n fue finalizado en 683/1285 y pasará ellas. En Misr hay otro hospital según ese mismo disponían de ellos. Por ello, cuando leemos la a ser el principal centro asistencial de El Cairo modelo». descripción que Ibn al-Jatlb hace del maristán hasta el s.VII/XV; éste ya es, en realidad, un De Alejandría dijo que había: «un hospital de Granada, no deja de evocarnos estas otras complejo religioso y de servicios que agrupa para ءا cuidado de quien entre ellos esté enfermo. de los hospitales orientales. mezquita, hospital, madrasa, fuente pública y Les ha procurado médicos que examinen su estado Los hospitales orientales desde su construc­ mausoleo. Su fundación es inscrita en el mar- de salud, y bajo sus órdenes, criados a los que encar- ción aparecen como grandes y complejos edi­ co del yihád, del combate emprendido para gan la inspección del tratamiento y del alimento ficios, con enorme número de salas: mezqui­ hacer triunfar la religión y curiosamente, en que por el hiende aquéllos prescriben. También han ta, biblioteca, farmacia, habitaciones, lugares esta misma lógica del yihad inscribe Ibn al- sido designadas gentes para visitar ه los enfermos de residencia del personal, cocinas, etc. En ellos Jatib la fundación del maristán de Granada. que se abstienen ،اء venir al citado hospital, particu- había una gran especialización, de modo que El viajero setabense Ibn Yubayr se ل؟ه؛لل- larmente entre los extranjeros, y esas gentes expli- hay una diferenciación entre las zonas de hom­ bra en 580-1/1184-5 de la proliferación de can a los médicos sus casos para que se encarguen de bres y de mujeres, así como pabellones dedi­ hospitales, y no deja de citarlos al hablar de su tratamiento». cados a secciones específicas; sabemos que en cada ciudad. En su relato de viaje hacc una Nür ad-Din (540-569/1146-1174) tam- Bagdad había salas dirigidas por emimentes descripción de los hospitales de las ciudades bién se hizo famoso por la construcción de especialistas en oftalmología, dedicadas a la de Alejandría, El Cairo, Bagdad, Harran, hos- los hospitales de Alepo, Rakka y de Damasco, cura de las frecuentes y variadas afecciones pitales y manicomio de Damasco,y alude a su al igual que numerosas madras as. El conocido oculares,43 dolores gastro-intestinales, un lu­ existencia o número en: Bagdad, Mosul, hospital Nüñ de Damasco fue uno de los más gar especial para los casos quirúrgicos, así como Nislbín, Alepo, Hamat, Hims, habla del hos- grandes y relevantes en la época de su funda- una sala especial para los enfermos mentales. picio y colegio de huérfanos de Damasco, y ción; Describiólo Ibn ^ubayr <<لث« esta ciudad El equipo humano asistencia؛ se componía de se asombra en Sicilia con las iglesias destina- hay unas veinte madrasas y dos hospitales, antiguo médicos pagados para hacer las guardias, visi­ das a sus enfermos (afirmando que ocurría en y moderno. El moderno es el más importante y el tar a los enfermos y prescribirles sus terapias, Acre y Tiro).^ El hospital era una realidad más grande de los dos. Su asignación diaria es de había farmacólogos, y enfermeros, criados, urbana y poseía un espacio definido en las gran- unos quince dinares. Tiene unos intendentes en cu- hombres y mujeres, que daban los cuidados des ciudades; Ibn Yubayr lo confirma, pues yas manos están ¡os registros donde se recogen los básicos al enfermo. A la cabeza se hallaba el afirma al llegar a Hims «Preguntamos a ««٠ ،اء nombres de los enfermos, los gastos que son necesa­ administrador, que por lo común, no era un 144

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mente ayuda a comprender el funcionamien to de la directo del Islam en al-Andalus la preparación ¿hubo hospitales en al-Andalus?, a la que los.
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