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La antropología filosófica de la pedagogía analógica de lo cotidiano PDF

72 Pages·2007·0.27 MB·Spanish
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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD AJUSCO LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA La antropología filosófica de la pedagogía analógica de lo cotidiano: fundamentos para su sistematización Tesis que presenta: Hugo Hernán Rodríguez Vázquez Para obtener el título de Licenciado en Pedagogía Asesor: Luis Eduardo Primero Rivas México, D. F., 5 de febrero de 2007 A ti mamá por tu amor y apoyo incondicional Agradezco a: Jael, por tu paciencia, sabiduría y amor. Dr. Luis Eduardo Primero, por creer en mí y acompañarme en este proceso. Índice. Introducción. 1 Primera Parte 3 1. Antropología filosófica y pedagogía. 4 1.1. Acercamiento a la antropología filosófica. 4 1.2. Antropología filosófica y pedagogía. 9 1.3. Antropología filosófica y hermenéutica analógica. 11 1.4. Síntesis. 12 2. Hermenéutica analógica. 14 2.1. Hermenéutica. 14 2.2. Hermenéutica analógica. 16 2.3. Características sustanciales de la hermenéutica analógica. 17 2.4. Síntesis. 19 3. Pedagogía de lo cotidiano. 21 3.1. Antecedentes de la pedagogía de lo cotidiano. 21 3.2. Esquema de la pedagogía de lo cotidiano. 22 3.3. El largo plazo histórico. 23 3.4. Ciencia y pedagogía de lo cotidiano. 24 3.5. Síntesis. 26 4. Pedagogía analógica de lo cotidiano. 27 4.1. Pedagogía de lo cotidiano y hermenéutica analógica: el 27 primer acercamiento. 4.2. Pedagogía analógica de lo cotidiano: una propuesta que se 29 forma actuando. 4.3. Pedagogía analógica de lo cotidiano y filosofía de la 30 educación. 4.4. Síntesis 33 Segunda parte. 35 1. La antropología filosófica de la pedagogía de lo 36 cotidiano. 1.1. Una antropología filosófica realista. 36 1.2. Ascenso hacia la conformación de la personalidad: educación 38 como apropiación y formación. 1.3. Síntesis. 40 2. La antropología filosófica de la hermenéutica analógica. 42 2.1. Antropología filosófica y hermenéutica analógica. 42 2.2. El ser humano desde la hermenéutica analógica. 45 2.3. Antropología filosófica y educación desde la hermenéutica 47 analógica. 2.4. Síntesis. 48 3. La antropología filosófica de la pedagogía analógica de lo cotidiano: esbozo de una sistematización. 50 3.1. De cómo las antropologías filosóficas de la hermenéutica 51 analógica y de la pedagogía de lo cotidiano tienen semejanza. 3.2. De cómo matizamos una conceptuación antropológica de la 60 pedagogía analógica de lo cotidiano: Energías simbólicas: entre lo icónico y lo idólico. 3.3. Síntesis. 63 4. Valoración general (a modo de conclusión). 64 Bibliografía. 66 Hemerografía. 68 Introducción. Aceptémoslo, estamos viviendo tiempos de contradicciones en múltiples dimensiones de la realidad. Sabemos que esto no es nuevo, Hegel y Marx se percataron de esto y lo denunciaron, cada uno a su manera. Y muy a pesar de lo que pudieron haber hecho al respecto de acuerdo a su momento histórico, seguimos en esa dinámica natural de una realidad vigente. Lo que nos ocupa con respecto a estos tiempos es la contradicción casi insalvable legitimada por las posiciones posmodernas donde el relativismo cognoscitivo y moral ha fragmentado la posibilidad de pensar la educación bajo un discurso que le de unidad. Por otro lado se encuentran las posiciones hegemónicas cifradas en su univocismo rígido y asfixiante que impiden pensar de forma libre, comunicativa y crítica debido a su dependencia del capital. Unos permiten que el actual estado de las cosas se perpetúe gracias a la disolución ontológica: mientras que los otros se alzan por encima de los mortales con la bandera de la “verdad” única y de la cual son poseedores. Para estos tiempos son necesarias las alternativas emergentes que expresen de forma contundente su deserción de las posturas unívocas y/o equívocas. Dicha expresión suele estar objetivada de diversas formas, pero nos interesa recuperar aquellas planteadas como una filosofía o como una pedagogía, pues tal es el caso de las propuestas que decidimos examinar. La pedagogía de lo cotidiano y la hermenéutica analógica se presentan en el universo simbólico con fuerzas relevantes. Ambas son propuestas contestatarias hacia las filosofías hegemónicas y a las prácticas educativas estructurales. Sellan con lacre su compromiso científico bajo el imperativo del trabajo conjunto, al tiempo que invitan a los interesados a reflexionar la educación bajo conceptuaciones amplias y conciliadoras. La oferta que nos brinda la pedagogía analógica de lo cotidiano es sólo un respiro en medio de la tribulación; es una opción genuina para nuestra responsabilidad formativa. Bajo este contexto general decidimos exponer los fundamentos para la sistematización de la antropología filosófica de dicha pedagogía, esto es, describir comprender y valorar el concepto de ser humano que le subyace. En el entendido de que toda pedagogía supone un ideal y un fin antropológico, que se manifiesta en el discurso, ya sea implícito o explícito, que tiende a materializarse en la medida en que la propuesta se vuelve el ideal a ser alcanzado. 1 Un ejemplo que no sobrepasa el nivel cotidiano y que por lo tanto podemos percibirlo sin dificultad, es el ideal de ser humano que impera actualmente en la sociedad capitalista, neoliberal y globalizada. Dicho ideal tiene las características de multifuncional, eficiente, productivo, competitivo, por mencionar algunas de ellas. El cual se generaliza a varios niveles, por ejemplo, en los medios masivos de información y en los estratos académico-escolares, validándose como lo- idóneo-a-perseguir por el sujeto en formación. En esta conceptuación de ser humano ya están supuestas características del mismo así como lo que se espera de él. Sabemos que el tema de la antropología filosófica y su relación con la pedagogía es comúnmente mencionado pero poco abordado. Difícilmente se encuentran investigaciones escolares con sistematizaciones de esta índole. El descuido hacia estos temas nos impulsa a trabajarlo con mayor entereza, puesto que podemos re- descubrir la veta filosófica que ha sido olvidada en aras del funcionalismo o lo instrumental. La presente exposición estará comunicada en dos partes y la primera de ellas subdividida en cuatro capítulos. El primero acerca al lector a las nociones básicas sobre la antropología filosófica, así como su relación con la pedagogía. El segundo nos alecciona sobre la hermenéutica analógica, sus supuestos básicos y su relación con la educación. En tercero se exponen los significados más relevantes que se derivan de la pedagogía de lo cotidiano. En el cuarto muestra los perfiles básicos de la pedagogía analógica de lo cotidiano y algunas de sus líneas de acción. La segunda parte corresponde estrictamente al examen de las antropologías filosóficas y está dividida en tres capítulos. En el primero se expone el supuesto antropológico de la pedagogía de lo cotidiano. En el segundo el de la hermenéutica analógica. Y en el tercero hacemos una interpretación los supuestos antropofilosóficos de ambas para afirmar que no son tan distantes y que en tal circunstancia es posible su sistematización. En el mismo capítulo proponemos un giro nominal al concepto energía simbólica, después de una interpretación de los textos de Beuchot Puente y Primero Rivas. Y por último, el lector podrá leer una breve valoración del trabajo realizado. México D. F., 5 de febrero del 2007 2 Primera parte 3 1. Antropología filosófica y pedagogía. Esta exposición busca sentar las bases para la sistematización de la filosofía antropológica de una propuesta pedagógica llamada pedagogía analógica de lo cotidiano. Siendo ese el tema central abordado considero necesario introducirlo en las nociones fundamentales de la misma, con la intención de tener un amplio margen de claridad argumentativa. Es por ello que abordaremos en primera instancia una definición de antropología filosófica para posteriormente describir y comprender la importancia de dicha disciplina en el terreno de lo pedagógico. 1.1. Acercamiento a la antropología filosófica. “Todo hombre, por naturaleza, desea saber”, así iniciaba Aristóteles su Metafísica en los albores del siglo III A. N. E. En esa frase, el consagrado filósofo mostraba la inquietud cognoscitiva del ser humano ante la naturaleza y el mundo. Aunque solemos entender el despliegue cognoscitivo como una proyección hacia el exterior del sujeto (imagen impuesta por los cientificismos aún por superarse), también tenemos que entenderlo como auto-proyección, esto es, como reflexión. En efecto, el ser humano al manifestar su inquietud cognoscitiva lo hace en todas las dimensiones de la realidad. Así, pues, existen diversos tipos de acercamiento a ella, los cuales enfrentan constantes luchas de legitimidad y/o validez. Ciencia, religión, superstición, etc., manifiestan en distintos grados –algunas veces coexistentes– el despliegue de la facultad cognoscitiva del ser humano, así como la necesidad de auto-conocimiento, en tanto que lo humano, al ser parte de la realidad, se convierte en objeto de su propio saber. Por lo menos el mundo, la naturaleza y el ser humano constituyen la materia prima del conocimiento; cada una concentrando múltiples disciplinas que se abocan a estudios particularizados de las dimensiones señaladas. En el terreno científico, entendiéndolo como conocimiento sistematizado, el ser humano ha sido objeto de por lo menos dos tipos de antropologías: la antropología física y la antropología cultural o etnológica. Un diccionario enciclopédico haría mención de ambas resaltando sus respectivas características. Así entonces, la antropología física se considera como la ciencia que estudia al ser humano desde el punto de vista biológico, es decir, que realiza la necesaria clasificación de la especie humana de acuerdo al orden zoológico y su relación taxonómica con otras especies, entre otras cosas más1. 1 Océano uno color: Diccionario Enciclopédico. México: 1995; pp. 105 4 Por el otro lado tenemos a la antropología cultural, la cual elabora sus estudios principalmente sobre un todo llamado cultura coexistente en los distintos grupos humanos (también se le ha denominado etnología cuando se concentra en una etnia particular). A partir de estas investigaciones, se establecen relaciones y/o comparaciones entre las distintas producciones de uno u otro grupo. El resultado es una interesante y ambiciosa descripción de la producción histórica y cultural del ser humano2. De esa forma el mencionado diccionario da razón del puesto del ser humano en el mundo de acuerdo a la respectiva sistematización que ambas disciplinas elaboran, omitiendo (por descuido o ignorancia) la existencia y la relevancia de la antropología filosófica en la reflexión sobre el ente humano. La intención de este apartado es hacer llegar un poco de luz sobre ese tema. Dicho esto mencionemos uno de los atributos más sobresalientes de este tipo de reflexión filosófica, el cual consiste en cuestionar aquello que las otras antropologías dan por conocido, esto es, que mientras aquellas investigan simplemente las características exteriores del ser humano o sus obras culturales, la antropología filosófica ahonda en el cuestionamiento sobre aquello que el ser humano es3. Aunque una empresa que pretenda semejante propósito ha de parecer demencia antes que ciencia debemos aclarar que la historia de la filosofía antropológica ha intentado delimitar o demarcar aquellas características o diferencias específicas que dan al ser humano ese toque de particularidad o de independencia de los otros seres. Aristóteles por ejemplo, hacía hincapié en la racionalidad y en el dote socializante del ser humano; Descartes lo describía como un dualismo entre alma pensante y cuerpo extenso; Kant veía una entidad polifacética; los existencialistas como Heidegger o Sastre como proyecto de existencia; Foucault y otros como estructura de estructuras4. En fin, lo que sea el ser humano o aquello que haga confluir a toda su especie tiene que aparecer aunque sea bosquejado. En efecto, un bosquejo sobre el ser del ente humano es probablemente lo único que obtendremos del trabajo antropofilosófico. Causa no atribuida a una insuficiencia reflexiva o de sistematización, sino a la superación de los cientificismos reduccionistas o a las filosofías esencialistas que aún pretenden establecer el ser de las cosas de forma inamovible y/o perpetua. El problema al reflexionar sobre el ser humano radica en la constante movilidad y el devenir que este ser manifiesta. Bajo tales circunstancias se consideraría un sueño vano tratar de determinar lo que suele moverse en la indeterminación. Un bosquejo sería más realista que idealista. Una antropología filosófica que tome 2 Ibíd., p.106. 3Cf. LANDMANN, Michael. Antropología filosófica: autointerpretación del hombre en la historia y en el presente. México: UTEHA. 1961; pp. 2-3. 4 Cf. FULLAT, Octavi. Homo educandus: antropología filosófica de la educación. México: UPN- Universidad Iberoamericana Puebla. 2004. 2da Edición; pp. 23-25. 5

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Pedagogía de lo cotidiano y hermenéutica analógica: el . aclarar que el auto-conocimiento –estatuto primigenio del qué filosófico– constituyó en
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