Jesús de Nazaret : Mensaje e historia

204 Pages·1995·20.335 MB·Spanish

by  Joachim Gnilka

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JESÚS DE NAZARET
Mensaje e historia
BARCELONA
EDITORIAL HERDER
1993
Verlag Herder, Friburgo de Brisgovia 1990
A mis discípulos de Munich
Diseño de la cubierta: RIPOLL ARIAS
Ilustración: Fragmento del fresco «El buen Pastor» (s. III d.C.)
Catacumbas de santa Priscila, Roma
© ¡990 Verlag Herder, Freiburg im Breisgau
© 1993 Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, el almacenamiento en sistema informático y
la transmisión en cualquier forma o medio: electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro o por
otros métodos, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo
públicos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright
ISBN 84-254-1807-0
ESPROPIEDAD DEPÓSITO LEGAL: B. 23.690-1993 PRINTEDINSPAIN
LIBERGRAF S.A. - Barcelona
ÍNDICE
Prefacio 9
Bibliografía general 11
I. La cuestión acerca de Jesús 15
1. Desde Reimarus hasta el presente 15
2. Aspectos metodológicos 29
II. Situación política de Israel en tiempos de Jesús 45
1. Los emperadores romanos Augusto y Tiberio 45
2. Herodes el Grande 46
3. Los hijos de Herodes 49
4. Los gobernadores romanos en Judea 54
5. Los sumos sacerdotes y el sinedrio 58
III. Situación espiritual y religiosa y situación social de Israel en tiem
pos de Jesús : 65
1. Situación espiritual y religiosa 65
2. Situación social 83
IV. Jesús antes de su actividad pública 95
1. Jesús de Nazaret 95
2. Juan el Bautista y Jesús 100
V. El mensaje del reinado de Dios 109
1. Jesús habla en parábolas 111
2. La oferta de la salvación 121
3. Curaciones y milagros 145
4. Futuro, presente, cercanía del reinado de Dios 172
5. El reinado de Dios y el juicio 190
7
VI. Discípulos, seguimiento, estilo de vida 203
1. Discipulado y seguimiento 204
2. El estilo de vida de Jesús y de sus discípulos 214
3. Discípulos, discípulas, los Doce 225
VIL Israel, el pueblo de Dios y la Iglesia 237
VIII. Las enseñanzas 249
1. La relación del hombre con Dios ante el anuncio del reinado
de Dios 250
2. La actitud ante la Tora 260
3. Enseñanzas concretas 276
4. Suma de la ética 293
PREFACIO
IX. La autoridad de la misión de Jesús 305
X. El conflicto y los últimos días 327
Durante estos últimos años y decenios ha ido creciendo asom
1. El conflicto que se va diseñando en la actividad de Jesús 327
brosamente el interés por Jesús de Nazaret. Ese interés se ha exten
2. La ida a Jerusalén 333
3. La purificación del templo 337 dido por amplios sectores de la población, contagiando no sólo a los
4. La última cena 343 cristianos. A este respecto, podemos afirmar que el interés por Jesús
de Nazaret es mayor que el que se siente por la proclamación que de
XI. El proceso y la ejecución 355 él hace la Iglesia. Habrá que preguntarse entonces qué es lo que ha
1. La detención 356 motivado ese curso que han seguido las cosas. El interés aparece,
2. Jesús ante el tribunal judío 358 entre otras cosas, por las numerosas obras sobre Jesús publicadas
3. Jesús ante el tribunal romano 364 incluso por autores no cristianos. Hay judíos que descubren en Jesús
4. «Causa mortis» 371
a su hermano (Sch. Ben-Chorin); hay filósofos que declaran que
5. La vía dolorosa y la ejecución 375
Jesús es una de las personalidades decisivas (K. Jaspers). Conviene
tener en cuenta, en todo ello, que el interés se orienta hacia el Jesús
XII. Epílogo pascual 389
histórico, como suele llamársele en la jerga de los especialistas. Es
índice analítico 393 decir, el interés se dirige hacia el hombre Jesús, hacia su vida, su
índice de pasajes citados 395 mensaje y su historia.
En la investigación acerca del Jesús histórico y en la reconstruc
ción de su vida, la exégesis del Nuevo Testamento ha mostrado
alguna reserva. Con razón, en vista de las dificultades existentes. No
cabe duda de que, en estos últimos decenios, la exégesis —por lo
menos en los países de lengua alemana— ha estado influida por R.
Bultmann, quien escribió, sí, una pequeña obra sobre Jesús, pero
creyó que las investigaciones sobre el Jesús histórico carecían de
significación teológica. Este estado de cosas ha ido cambiando. Hay
que redescubrir la continuidad entre la proclamación de la Iglesia
postpascual y Jesús: una continuidad en la discontinuidad.
Claro está que es imposible escribir una biografía de Jesús.
8 9
Puede intentarse reconstruir su mensaje, esclarecer la actividad de
Jesús desde el horizonte político y religioso-intelectual de la época.
La exposición no tendrá rasgos cuasibiográficos sino por lo que res
pecta a las últimas horas de la vida de Jesús, a las horas de su pasión,
horas que sabemos que se han conservado en una antigua historia de
la pasión, por influida que esa historia esté por reflexiones teoló
gicas. No espere, pues, el lector que esta obra sea una biografía de
Jesús. Considérela, más bien, como una introducción que, mediante
su lectura, ha de llevarle hacia aquel que, para nosotros los cris
tianos, es la personalidad decisiva por excelencia.
Diré todavía unas palabras para quienes conocen algo la proble
mática del tema. Estarán al corriente de la verdadera inundación de
obras que existen, principalmente sobre cuestiones de detalle. Para
descargar un poco la amplitud de la obra, tuve que imponerme una BIBLIOGRAFÍA GENERAL*
limitación. Espero que me sabrán comprender.
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binga 21969.
* Las obras enumeradas en la presente bibliografía se citan, en general,
abreviadamente en el cuerpo de la obra. Hay también listas bibliográficas
en cada uno de los capítulos. Las obras enumeradas en ellas se citan tam
bién abreviadamente en el texto de los correspondientes capítulos.
Las siglas de las revistas y las obras más citadas se ajustan a las normas
propuestas en S. Schwertner, Internationales Abkürzungsverzeichnis für
Theologie und Grenzgebiete, Berlín-Nueva York 1974.
10
11
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1. Desde Reimarus hasta el presente
judío en tiempos de Jesús, 3 vols., Madrid 1985.
Schulz, S.Q., Die Spruchquelle der Evangelien, Zurich 1972.
«Ha sido curioso lo que ha ocurrido con la investigación acerca
Schwarz, G., «Und Jesús sprach». Untersuchungen tur aramaischen Urge-
stalt der Worte Jesu, Stuttgart 1985. de la vida de Jesús. Se puso en camino para hallar al Jesús histórico,
Theissen, G., Studien zur Soziologie des Urchristentums, Tubinga 1979; y creyó que podría presentárnoslo a nuestro tiempo, tal como él era:
trad. cast., Estudios de sociología del cristianismo primitivo. Salamanca como maestro y salvador. Esa investigación rompió los lazos con los
1985. que él había estado encadenado, desde hacía siglos, a las rocas de la
—, Urchristliche Wundergeschichten, Gütersloh 1974. doctrina de la Iglesia. Y se gozó cuando la figura de Jesús recobró
Trautmann, M., Zeichenhafte Handlungen Jesu, Würzburgo 1980. vida y movimiento, y vio venir hacia sí al hombre histórico Jesús.
Trilling, W., Jesús y los problemas de su historicidad, Herder, Barcelona
Pero Jesús no se detuvo, sino que pasó de largo por nuestro tiempo
1985.
y regresó al suyo. Esto precisamente causó sorpresa y estupor a la
Trocmé, É. Jesús de Nazaret visto por los testigos de su vida, Herder, Barce
teología de los pasados decenios. A pesar de todas sus artes inter
lona 1974.
pretativas y de toda la violencia aplicada, no fue capaz de retener a
Via, D.O., Die Gleichnisse Jesu, Munich 1970.
Jesús en nuestro tiempo, sino que tuvo que dejarle marchar. Jesús
Volz, P., Die Eschatologie der jüdischen Gemeinde im ntl Zeitalter, Tubinga
21934. regresó a su tiempo con la misma necesidad que el péndulo, una vez
Weder, H., Die Gleichnisse Jesu ais Metaphern, Gotinga 1978. liberado, retorna a su situación original.» Con estas palabras, que
han llegado a hacerse clásicas, describía A. Schweitzer en el año
1913 los esfuerzos realizados por la llamada investigación acerca de
la vida de Jesús, tan practicada en el siglo XIX1. Esta descripción es
al mismo tiempo la explicación de su fracaso. Se había basado en
falsos principios.
Vino luego un tiempo de reflexión sobre la fisonomía particular
de nuestros evangelios, a los que debemos las noticias sobre Jesús.
En esa época volvió a plantearse la pregunta que quería aclaraciones
1. Leben-Jesu-Forschung, p. 631s.
14 15
mente aportó conocimientos que hicieron progresar los estudios,
sobre Jesús. En el esclarecimiento de la fisonomía particular de los
está caracterizada por la agresión y por la apologética, por el asal
evangelios se vieron posibilidades de plantear ahora de nuevo la
to a los evangelios y por la defensa de los mismos. La imparcialidad
pregunta abandonada. Es verdad que R. Bultmann, que había co
y libertad de prejuicios, de la que tanto se jactaban los investigado
menzado sus trabajos científicos después de terminada la investi
res, raras veces se vio tan descuidada como en esta cuestión. Las
gación sobre la vida de Jesús, escribió un libro sobre Jesús. Pero este
imágenes de Jesús proyectadas, y no menos las que se debían a
especialista no se halla interesado seriamente, en último término,
«ilustrados», muestran en alto grado rasgos subjetivos. Muchos re
por la pregunta histórica acerca de Jesús. Y, así, en la introducción
descubrieron en el supuesto Jesús histórico la imagen que ellos mis
de su obra, dice refiriéndose al enfoque que da a su trabajo: «Quién
mos se habían formado de él. Será muy interesante ofrecer una
esté dispuesto a poner siempre a Jesús entre comillas, y a consi
breve panorámica del desarrollo de la historia del pensamiento que
derarlo únicamente como denominación abreviada del fenómeno
histórico que nos ocupa, es muy dueño de hacerlo así»2. En otras se va marcando en la investigación acerca de la vida de Jesús, de las
tendencias seguidas por ese pensamiento y de las intenciones con
obras sobre Jesús, se recoge de manera inconfundible la pregunta
acerca de él. Y, así, M. Debelius3 trata de determinar en sus investi cretas del mismo.
En H.S. Reimarus (tl768), que fue quien inició la investigación
gaciones lo que sabemos acerca de la manifestación histórica de
Jesús. Y H. Braun4 pone como introducción a sus estudios la si acerca de la vida de Jesús, se abre paso ya una de sus principales
características: la explicación racionalista de los acontecimientos mi
guiente pregunta: ¿Quién fue Jesús de Nazaret? Y añade que a esa
lagrosos y sobrenaturales trasmitidos en los evangelios. Las expli
pregunta querría su obrita darle una respuesta. En esta fase se
caciones racionalistas se extienden desde las historias de milagros
mueven las investigaciones actuales, en las que vuelven a hallarse
hasta el relato de la resurrección, pasando por la condición de Jesús
accesos al Jesús histórico y se lucha por conseguir criterios que sir
de ser el Hijo de Dios. Concretamente, sobre el relato de la resu
van para asegurar bien esos accesos, y en las que se discute también
rrección forja Reimarus una novela policíaca, con episodios como el
el peso teológico y la inserción teológica de la pregunta retrospec
robo del cadáver de Jesús y el engaño difundido por sus discípulos
tiva acerca de Jesús. Ahora bien, después de caracterizar así en
entre el pueblo. Reimarus se dirigía una y otra vez a los propug-
líneas generales la situación, conviene entrar un poco en detalles.
nadores de una «religión de la razón» o de una «religión natural»,
Comenzó todo con la investigación acerca de Jesús. Era hija de
cuyos derechos quería él defender contra la fe de la Iglesia6. Los
la Ilustración y se hallaba desde un principio bajo un astro desfa
racionalismos adquirieron rasgos grotescos. Así lo vemos cuando
vorable. La separación —emprendida por esta investigación— entre
K.A. Hase explica que se abrieran los cielos, con ocasión del bautis
Jesús y los evangelios 410 nacía de la conciencia científica y meto
mo de Jesús, afirmando que fue el fulgor casual de un meteoro, o
dológica de que los evangelios son escritos confesionales —escritos
cuando explica el estáter hallado en la boca del pez (Mt 17,24-27)
que confiesan una fe— y que necesitan que los leamos como tales.
dando la aclaración racionalista de que lo que se quiso decir fue que
No, sino que nacía de la sospecha de que el Jesús que se nos describe
ese pez se podía vender por un estáter7.
en los evangelios no es el mismo que el Jesús histórico. Interesaría
liberar a Jesús de las garras del dogma y presentarlo tal como él fue Aunque siguen produciéndose intentos análogos, la investi
en realidad. A. Schweitzer señala5 que no habría empresa histórica gación sobre la vida de Jesús llega a una situación fundamentalmen
de carácter más personal que la de escribir una vida de Jesús, y que a te nueva con D.F. Strauss (11874), que es probablemente su repre
los libros que se habían escrito se les había infundido todo el odio o sentante más destacado. Este especialista se esfuerza en mostrar que
todo el amor del que uno era capaz. Y, así, la época que indudable- las historias de los evangelios están llenas de materiales que tienen
sus paralelos en el Antiguo Testamento y en la historia de las re
ligiones. El Jesús de los evangelios sería mitológico. De esta manera
2. Jesús, p. 16.
3. Jesús, p. 9.
6. Véase Schweitzer, Leben-Jesu-Forschung, p. 13-26.
4. Jesús, p. 10.
7. Leben-Jesu-Forschung, p. 60.
5. Leben-Jesu-Forschung, p. 4.
17
16
llega dicho autor a su concepción del mito. La primera impresión Ahora se argumentaba en sentido inverso. Si —según Strauss—
que uno recibe es que Strauss equipara el mito con la leyenda, y que Cristo está revestido por el mito, según esta nueva posición sería el
lo utiliza para combatir la credibilidad histórica de los evangelios, mito el que habría producido a Jesús. En Drews se añaden a todo
por ejemplo cuando, refiriéndose a la estrella de los magos, dice que ello extravagantes concepciones de mitología astral. Con la ne
es imposible «pensar que cosas tan antinaturales hayan sucedido gación de la existencia histórica de Jesús los esfuerzos de la reflexión
realmente» y que tales narraciones deben entenderse como ficciones habían llegado en cierto modo a un punto final de carácter conse
literarias8. Pero la interpretación que hace Strauss del mito llega a cuente, pero que mostraba también lo atrevido y extravagante de
un nivel más profundo. Lo que él llama mito filosófico o evangélico algunas especulaciones. Acerca de esta postura bastaría repetir las
representa una idea, reviste de historia un pensamiento o un filoso- palabras que C.M. Wieland susurró al oído de Napoleón, cuando
fema. Ese mito expresa verdad, pero no una verdad que se concre- éste quiso saber qué habría que pensar sobre el gran interrogante de
tiza en la historia, sino que se representa en la idea. En el Nuevo si Jesús había existido o no: «Sé perfectamente, Majestad, que ha
Testamento encontraríamos la idea de Jesús, el Dios encarnado. En habido algunos insensatos que dudaron de esa existencia. Pero lo
esa idea se representaría la unidad entre la conciencia divina y la encuentro tan necio como poner en duda que Julio César haya exis
humana. Es verdad que a Jesús mismo no se le convierte en idea. tido o que exista Vuestra Majestad»12.
Pero en él se habrían condensado relatos míticos. Lo interesante
Pero, antes de llegarse a ese final y además de la trayectoria
sería que el lenguaje del mito llegara a convertirse en lenguaje del
seguida desde Strauss a Drews, se sintió también en la investigación
pensar. La persona del Dios encarnado habría sido necesaria para
sobre la vida de Jesús el empeño por recopilar los datos de los
que la humanidad adquiriese conciencia de la idea suprema. Una evangelios y formar con ellos una biografía de Jesús13. Como se dejó
vez conseguido eso, podría prescindirse ya de Jesús. Así ocurrirá
volar la fantasía, se habla con razón de novelas acerca de Jesús. La
cuando se derrumbe el último tabique de separación, cuando la
extensión de esas obras es considerable. Así, por ejemplo, Natürli-
conciencia de sí mismo no trasponga ya en Jesús su unidad con el ser
che Geschichte des grossen Propheten vori Nazareth (Historia na
absoluto, sino que la conozca y disfrute como algo que se realiza en
tural del gran profeta de Nazaret), de K.H. Venturini, comprende
todo pensar y actuar verdaderamente humanos. El concepto del
cuatro volúmenes con un total de 2.700 páginas, mientras que la
mito evangélico nace de una filosofía, no de un estudio del texto.
biografía de Jesús compuesta por K.F. Bahrdt contaba con 3.000
Strauss no se molestó en mostrar el núcleo histórico que pudiera
esplendorosas páginas. La obra mencionada en primer lugar se pu
haber en los relatos evangélicos9.
blicó entre los años 1784-1792. Lo curioso con respecto a ambos
El hecho de prescindir de Jesús, en Strauss, una vez emprendido autores es que fueron los primeros —que yo sepa— en plantear la
el camino, tenía que conducir casi necesariamente a la negación de hipótesis de los esenios. Jesús habría sido miembro de la orden de
la existencia histórica de Jesús10. Así ocurrió con B. Bauer, con A. los esenios y habría actuado por encargo de ella. La finalidad de su
Drews en su mito de Cristo (Christusmythe)11, y con algunos otros. labor habría sido enseñar a la gente una religión basada en la razón.
La descripción que Flavio Josefo hace de los esenios podía inducir,
posiblemente, a atribuir a esa comunidad fines racionalistas. Ahora
8. D.F. Strauss, Das Leben Jesu für das deutsche Volk bearbeitet, Bonn 9-n1895, bien, después del hallazgo de los manuscritos de Qumrán, en el año
p. 191. 1947, estamos muy bien informados sobre el carácter escatológico y
9. Véase D.F. Strauss, Das Leben Jesu kritisch bearbeitet I, Tubinga "1840, p. 29; centrado en el fin de los tiempos de la comunidad de los esenios. Tal
id. Die christliche Glaubenslehre in ihrer Entwicklung im Kampfe mit der modernen
vez se le ocurre por primera vez a Venturini dar rienda suelta a su
Wissenschaft I, Tubinga-Stuttgart 1840, p. 220; G. Backhaus, Kerygma und Mythos
bei Friedrich Strauss und Rudolf Bultmann, Hambufgo-Bergstedt 1956; E. Wolf, Die
Verlegenheit der Theologie. D. Fr. Strauss und die Bibelkritik, en Libertas Christiana
(Festschrift F. Delekat), Munich 1957, p. 219-239; K. Barth, D. Fr. Strauss ais Theo- 11. La obra se publicó en Jena, apareciendo su primera edición en 1909 y la
loge, Zollikon 21948; Kümmel, Testament, p. 147-155. tercera en 1910.
10. Véase, a propósito, la extensa discusión en Schweitzer, Leben-Jesu-For- 12. En Schweitzer, Leben-Jesu-Forschung, p. 445s.
schung, p. 444-564. 13. Véase Schweitzer, Leben-Jesu-Forschung, p. 38-48.
18 19