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Isabel II, íntima; apuntes histórico-anecdóticos de su vida y de su época PDF

355 Pages·2010·15.737 MB·Spanish
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ISABEL II ÍNTIMA ISABEL II, ÍNTIMA APUNTES HISTÓRICO ANECDÓTICOS DE SU VIDA Y DE SU ÉPOCA CARLOS CAMBRONERO ^^^ POR / EDICIÓN ILUSTRADA BARCELONA MONTANER Y SIMÓN. EDITORES CALLE DE ARAGÓN, NÚM. 255 1908 AL LECTOR Miran algunos con menosprecio losestudios históricos, porcreerequi- vocadamente que su conocimientonoaprovecha en la práctica de lavida, y créese que pierde el tiempo quien lo dedica á investigar sucesos que acaecieron en otras épocas;pero no pudiendo, niaun el espíritu más mer- cantilista, substraerseal recreo de laconversación,queversasiempresobre asuntos de actualidad, basados fatalmente en la política y en las costum- bres, el desconocimiento total de la historia en esta distracción indispen- sable al hombreentodaslasclases de la sociedad, nopuede producirsino la manifestación de juicios equivocados y apreciaciones erróneas. Las evolucionesdelgobierno políticode un Estado, factores importan- tes en el desarrollo de la vida de los pueblos, tienen en cada nación pre- cedentes idénticos ó similares que aparecen varias veces en el transcurso de los siglos;y cuantos desconozcan el pasado, se dejarán fácilmente sor- prender y fascinar, tomando por descubrimientos imponderables, vejeces desacreditadas en la historia. Esta resulta, pues, de gran utilidad para marchar con paso seguro en el mejoramiento dela vida, para enriquecerlainteligencia, para solazarla imaginación; pero es preciso,si se quiere facilitar la propagaciónylectura de este linaje de publicaciones, darles la amenidad tan recomendada por el eximio Castro y Serrano, á fin de conseguir su vulgarización, evitando en lo posible, y sin falsear la verdad, esa aridez que las determina y ca- racteriza. Consecuentes con este propósito, hemos adoptado, siempre que el asunto se prestaba á ello, el estilo anecdótico, merced al cual, no sólo se consigue despertar el interés del lector, sino que se contribuye á que re- tenga enlamemoria,por tiempoindefinido,losacontecimientosrelatados. 6 AL LECTOR el tipo de los personajes que se introducen en la acción, y el concepto, bueno ó malo, que sus actos merezcan á la consideración del que escribe ó del que lee. No es, por lo tanto, nuestro libro una obra de investiga- ción ó de consulta que venga á añadir fuentes de conocimiento al histo- riador ó al erudito; es tínicamente un grano más de arena en la noble empresa devulgarizar la historia patria,sin otro empeñoque el de contri- buir, en nuestra modesta esfera, á formar lo que pudiéramos llamar el folk¡ore español. /^ El rey Fernando VII jura fidelidad á la monarquía espafiola. (Cabecerade undiploma grabado por AmetUer) NACIMIENTO DE ISABEL. - EL BAUTIZO Notábase más concurrencia de gente que de ordinario en la Puertadel Sol de Madrid la tarde del domingo lo de octubre de 1830. Época de persecuciones políticas, de mu- tismo forzoso en los pocos periódicos que se publicaban en la corte, de miedo al despotismo de los consejeros del monarca, algo dulcificado al presente, merced á la influen- cia que el buen corazón y el talento de la reina Cristina ejercían en el ánimo de Fernando VII, el público de las calles, de los teatros, de los cafés, era desconfiado y rece- loso, y nadie se atrevía á dar rienda suelta á sus expansio- nes sin conocer de antemano los antecedentes y las ideas políticas de la persona con quien trababa conversación. CARLOS CAMBRONKRO Algo ocurría, algo que preocupaba á todos, y á lodos producía comezón de saber noticias; así es que, unos por necesidad de cruzar la plaza, y otros por ver si tropezaban con algún amigo que, bien ó mal informado, proporcionase sorpresas más ó menos destituidas de fundamento, la gen- te acudió esta tarde en mayor número á la Puerta del Sol, hasta el punto de que se dificultaba el paso por las aceras. Conviene saber que la Puerta del Sol en 1830 era mu- cho más reducida de como hoy la vemos. Puede formarse idea de sus dimensiones sabiendo que la línea del Ministe- rio de la Gobernación, entonces Casa de Correos, no ha cambiado; y para comprender la situación del otro lienzo de la plaza, figúrese el lector en la imaginación una recta que desde el número i de la calle de Alcalá fuese á buscar la esquina de igual número de la del Arenal: la fachada oriental de esta casa enfilaba con la del Ministerio en la parte de la calle de Correos; de suerte que por este sitio se reducía considerablemente la plaza. Pero perdía aún más terreno por la entrada de la Carrera de San Jerónimo, pues lacalle de Espoz y Mina, que se abrió posteriormente en el solardel convento de la Victoria, vendría á darjunto al altar mayor de la iglesia del Buen Suceso, de forma que el resto del templo quedaba comprendido dentro de la plaza actual. Servía de ornamento á ésta, á más de la Casa de Co- rreos, la citada iglesia del Buen Suceso, sita entre la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo: la fachada de este edificio alardeaba de monumental, aunque sin conse- guirlo; figuraba cuatro grandes columnas sosteniendo un frontón de mal gusto, en cuyo centro aparecía el famoso reloj que por esta época pudieron llamarle de sol, pues al ponerse el astro del día quedaba á obscuras. Delante del Buen Suceso, y en medio de la plaza que con sobrada razón llamaba encrucijada Mesonero Roma- nos, se erguía una fuente coronada con una estatua de Ve- nus púdica, ála que el vulgo conocía con el nombre de Ma- riblanca (i). (I) Esta estatua, deno escaso mérito,obradel escultordelsigloxvii Rutilio Gaci, se conserva en los almacenes del Ayuntamientoy se piensa colocar en los jardines del Parque del Oeste. ISABEL II, ÍNTIMA 9 Contribuía á dar carácter á la plaza, por más que ya pertenecía á la calle Mayor, la destartalada iglesia de San Felipe el Real, con su lonja en alto, que seguía la línea de la calle, y con sus renombradas covachuelas ocupadas por el comercio de bisutería y baratijas. Las casas de la Puerta del Sol eran de modestísima apariencia, con portales obscuros y estrechos, y sin detalle alguno de ornamentación en la fachada: todas obedecían á Madrid.-Puerta del Sol en 1S30 un patrón sencillo y monótono, del que todavía se conser- van cientos de ejemplares en la coronada vitla. La verdad es que con poco se contentaban nuestros padres cuando tantos elogios tributaban á la Puerta del Sol, cuya importancia, después de todo, obedecía solamente á que estaba situada en el centro de la población. Sus reducidas proporciones hacía que, siendo punto forzoso de cruce para muchos, con un corto número de cu- riosos que acudiesen á ella por extraordinario, apareciera en un momento dado llena de gente, alarmando á los mis- mos que eran causa de la aglomeración de personas. La excitación política, característica de aquellos tiem- pos, estaba en todo su apogeo; pues refractario el rey á las ideas liberales, buscaba para ministros, ó secretarios del despacho, como entonces se los llamaba (i), hombres de aficiones absolutistas, apartando de su lado los que mostra- ban simpatía por el sistema constitucional; y excusado pa- rece añadir que quien quisiera medrar tenía que mostrarse (i) De aquí viene la impropia denominación de Subsecretarios que se daá los Secretarios generales de los Ministerios.

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