Informe sobre las ciencias sociales en el mundo Las brechas del conocimiento Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC Insurgentes Sur No. 670, Piso 9, Colonia Del Valle, Delegación Benito Juárez, C.P. 03100, México, D.F. www.foroconsultivo.org.mx [email protected] Tel. (52 55) 5611-8536 Responsables de la edición en español: Juan Pedro Laclette, Patricia Zúñiga-Bello, Cristina Puga Espinosa Coordinación de la traducción: Cristina Puga Espinosa Coordinador de edición: Marco A. Barragán García Corrección de estilo: María Elvira Álvarez Mendoza Diseño y formación de la edición en español: Víctor Daniel Moreno Alanís, Mariano Alejandro Hernández Salas, Magali Tenorio Castillo Apoyo técnico: Óscar Fernando Contreras Velasco, Román Armando Pérez Gómez, Rocío Olivares Título original en inglés: World Social Science Report 2010: Knowledge Divides. Primera edición por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cultura y la Ciencia (UNESCO), 7, place de Fon tenoy, 75352 Paris Cedex15, Francia, y el Consejo Internacional de Ciencias Sociales, 1, rue de Miolis, 75352 Paris Cedex15, Francía. © UNESCO 2010 Derechos Reservados ISBN: 978-92-3-104131-0 Diseño gráfico: Marie Moncet Diseño de portada: Pierre Finot Edición en español: © UNESCO y Foro Consultivo 2011 para la versión en español Derechos Reservados ISBN: 978-607-9217-03-7 Impreso en México El uso de nombres y denominaciones, así como la presentación del material en esta publicación no implican la expresión de ninguna opinión por parte de UNESCO o del Consejo Internacional de las Ciencias Sociales (ISSC) relativa al estatus legal de los países, territorios, ciudades o áreas, a sus autoridades, o a la delimitación de sus fronteras. El equipo editorial del Informe 2010 se responsabiliza de la selección de los artículos, la presentación general y las conclusiones. Cada autor es responsable de la información contenida en su artículo y de las opiniones en él expresadas no son las de UNESCO o de ISSC y no comprometen a ninguna de las dos organizaciones. Prefacios a la edición en inglés | Irina Bokova Prefacios a la edición en inglés Les doy la bienvenida a la publicación del Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento, la primera descripción exhaustiva de este importante campo en más de una década. Editado y publicado en colaboración con el Consejo Internacional de las Ciencias Sociales (ISSC), este informe es producto de la participación activa de cientos de científicos sociales profesionales que han aportado su experiencia para hacer de esta publicación una referencia obligada. El Informe reafirma el compromiso de la UNESCO con las ciencias sociales y pone de manifiesto nuestro deseo de establecer una nueva agenda global para promoverlas como una valiosa herramienta para alcanzar los objetivos de desarrollo acordados en el ámbito internacional. La UNESCO, con su énfasis en la gestión de la transformación social, se encuentra interesada en que las ciencias sociales sean utilizadas para el mejoramiento del bienestar humano y para responder a los desafíos globales. Ya en 1974, la Conferencia General de la UNESCO adoptó una Recomendación sobre la situación de los investigadores científicos que hacía hincapié en “la necesidad de aplicar la ciencia y la tecnología en una gran variedad de campos específicos más amplios que los asuntos nacionales, entre estos problemas amplios y complejos se encuentran la preservación de la paz internacional y la eliminación de la miseria”. Hoy, las ciencias sociales ofrecen una mayor claridad a nuestra comprensión de cómo las poblaciones humanas interac- túan entre sí y, por extensión, con el medio ambiente. Por esta razón, las ideas y la información que generan pueden hacer una valiosa contribución a la formulación de políticas eficaces para dar forma a nuestro mundo por el bien común. Sin embargo, el conocimiento científico social se encuentra en peligro en las partes del mundo donde más se necesita. Las enormes disparidades en la capacidad de investigación existentes entre los países y la fragmentación del conocimiento obstaculizan las posibilidades de las ciencias sociales para responder a los desafíos de hoy y de mañana. A pesar de que pudiésemos construir una “sociedad del conocimiento”, ésta se ve diferente desde cada perspectiva regional. Los científicos sociales producen un trabajo de excelente calidad y valor práctico enorme, pero, como ilustra este Informe, el conocimiento científico social es a menudo el menos desarrollado en las zonas del mundo donde es más intensamente necesario, de ahí el título de esta publicación: Las brechas del conocimiento. Las brechas globales se reproducen a sí mismas en cada generación, en nuestras instituciones y en nuestros métodos de creación y uso de conocimiento. Las brechas globales afectan todos los indicadores de desarrollo humano, dificultando la acumulación, transmisión y uso del conocimiento en nuestras sociedades en detrimento de un desarrollo equitativo. Tómese en cuenta que en el mundo existen mil millones de pobres que viven con menos de 1.25 dólares por día. Existe un consenso de que su suerte debe ser mejorada urgentemente, pero ¿por qué políticas bien intencionadas producen a me nudo tan poco? Es posible que, tal vez, se necesiten mejores intenciones; pero, sin duda, se necesita un mejor y más accesible cono- cimiento que pueda proporcionar políticas públicas provistas de las evidencias necesarias para hacer una diferencia. La labor científica social es también más pobre por su inclinación hacia el inglés y a los países desarrollados anglopar- lantes. Esta es una oportunidad perdida por no explorar perspectivas y paradigmas que están incrustados en otras tradicio- nes culturales y lingüísticas. Un enfoque de las ciencias sociales más cultural y lingüísticamente diverso sería de enorme valor para organizaciones, como la UNESCO, en sus esfuerzos por fomentar el entendimiento mutuo y el diálogo intercultural. Todos estos hallazgos presentan un enorme desafío porque ponen de relieve que, sin un esfuerzo consciente y coordinado, la tendencia del paisaje de la ciencia social en el ámbito mundial es hacia la fragmentación, la falta de pluralidad y la separación entre la labor científica y las necesidades sociales. Es evidente que las instituciones son importantes para el rendimiento de la investigación, pero su fuerza no puede darse por sentada en las circunstancias económicas actuales. La producción de conocimiento científico social riguroso, relevante y plural requiere la coordinación internacional, una visión a largo plazo y un entorno estable. Tengo la certeza de que este Informe contribuirá a impulsar las energías de todos aquellos que se encuentran interesados en ver a las ciencias sociales prosperar en los próximos años. Irina Bokova Directora General de la UNESCO iii Informe sobre las ciencias sociales en el mundo Prefacio En virtud de su constitución, de sus programas y de su espíritu general, la UNESCO está comprometida con la opinión de que el conocimiento debe reunir y unificar. La publicación del Informe pone de relieve las enormes diferencias entre las capacidades de investigación en todos los países y la fragmentación del conocimiento que dificultan la capacidad de las ciencias sociales para responder a los desafíos de hoy y de mañana, es por lo tanto, una oportunidad y un desafío al mismo tiempo. Desde ambas perspectivas, me complace darle la bienvenida al Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento. La oportunidad, en respuesta a las conclusiones del Informe, es reafirmar nuestro compromiso con la importancia de las ciencias sociales y establecer una nueva agenda global para promoverlas. Y “nuestro” es aquí, no simplemente una figura retórica ya que el Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento es un esfuerzo de auténtica colaboración que reúne bajo el mismo objetivo al Consejo Internacional de Ciencias Sociales (ISSC), principal organización que aglutina a los profesionales de las ciencias sociales, y la UNESCO, organización intergubernamental con 193 Estados Miembros soberanos que proporciona a las comunidades políticas de desarrollo de capacidades y un corredor de conocimiento científico. Se basa, además, en la participación activa de cientos de profesionales de científicos sociales que han contribuido de diversas maneras a su desarrollo: en calidad de autores, como miembros del consejo editorial, revisores o como participantes en el Foro Mundial de Ciencias Sociales, exitosamente convocado por el ISSC en Bergen y organizado en colaboración con la Universidad de Bergen y el Centro Stein Rokkan de Estudios Sociales, en Noruega, en mayo de 2009. La existencia misma del Informe muestra que las brechas del conocimiento en las ciencias sociales no son insuperables. No obstante, sus conclusiones son profundamente difíciles. Hacen hincapié en que, sin un esfuerzo consciente y coordinado, la tendencia del paisaje de las ciencias sociales en el ámbito mundial es hacia la fragmentación, la falta de pluralismo y la separación entre la labor científica y las necesidades sociales. La producción de conocimiento científico social riguroso, relevante y pluralista requiere de una visión a largo plazo y un entorno estable. Las conclusiones del Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento muestran claramente que las instituciones son importantes para el enorme rendimiento de la investigación, pero su fuerza no puede darse por sentada en las circunstancias económicas y financieras actuales. Como consecuencia de la fragmentación, pudiésemos estar construyendo una “sociedad del conocimiento”, pero esta se ve muy diferente dependiendo de la perspectiva regional. Las brechas globales afectan todos los indicadores de desarrollo humano, dificultando la acumulación, transmisión y uso del conocimiento en nuestras sociedades en detrimento de un desarrollo equitativo. Estas brechas se reproducen a sí mismas en cada gene ración, en nuestras instituciones y en nuestros métodos de creación y uso de conocimiento. Considérese, por ejemplo, lo que Paul Collier sostiene en su premiado libro de 2007, el Club de la miseria: quienes viven en pobreza “extrema” lo hacen con menos de 1.25 dólares al día. Existe un consenso, en principio, de que su situa- ción debe mejorarse con urgencia, pero ¿cómo debería hacerse esto? y ¿por qué políticas bien intencionadas producen a menudo tan poco? Es posible que, tal vez, se necesiten mejores intenciones; pero, sin duda, se necesita mejor conocimiento y más accesible el cual pueda proporcionar políticas provistas de las evidencias necesarias para hacer una diferencia. La UNESCO, con su mandato ético y a través de su Programa de Gestión de las Transformaciones Sociales (MOST), está interesada en que las ciencias sociales sean utilizadas para el mejoramiento del bienestar humano, con miras, en particular, al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la respuesta a otros desafíos globales, como los impactos sociales del cam- bio climático. Sin embargo, el conocimiento científico social se encuentra en peligro en las partes del mundo donde más se le necesita, puesto que no es generado ni transmitido, ni utilizado. En muchos lugares, incluso un censo no puede realizarse. Otra brecha importante es el lenguaje. Como señala el Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento, la producción y circulación de las ciencias sociales están fuertemente sesgadas hacia el inglés y hacia los países donde es hablado más ampliamente en los círculos académicos. Esta hegemonía lingüística no sólo crea barreras a la participación de los académicos cuyo inglés es inadecuado para la comunicación académica. También, y mucho más importante, desplaza a las perspectivas y paradigmas incrustados en otras tradiciones lingüísticas y culturales, lo cual empobrece a las ciencias sociales en su conjunto. iv Prefacios a la edición en inglés | Pierre Sané La cuestión lingüística es de gran importancia desde la perspectiva de la UNESCO, especialmente en 2010, Año Internacional de Acercamiento de las Culturas, ya que en éste la UNESCO tiene el papel principal dentro del sistema de las Naciones Unidas. El objetivo de este año internacional es celebrar la diversidad cultural del mundo y ayudar a fortalecer el diálogo entre las culturas; además de asegurar un mayor pluralismo lingüístico en las ciencias sociales internacionales, es decir, no sólo a fortalecer las ciencias sociales. En la medida en que las ciencias sociales son un aspecto de la autocomprensión de las sociedades contemporáneas, el pluralismo lingüístico también contribuirá directamente a una empresa verdaderamente global y una autocomprensión apropiadamente diversa. Además, el artículo 27.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos estipula que toda persona tiene derecho a participar en el progreso científico y sus beneficios. Este no es el más conocido de los derechos humanos fundamentales, pero no es el menos importante. Por esta razón, en la medida en que las ciencias sociales proporcionen beneficios (que son el corolario de los daños que las ciencias sociales pueden ocasionar, a través de políticas erróneas) es indispensable y urgente crear las condiciones en las que pueden ser realmente compartidas; esto es, las brechas del conocimiento identificadas por el Informe sobre las ciencias sociales en el mundo, son las barreras para compartir las ciencias sociales; y a su vez se encuentran entre los principales retos que deben ser abordados por la comunidad internacional, por cada Estado en su propio nivel y por las asociaciones científicas nacionales e internacionales. Ya en 1974, la Conferencia General de UNESCO había adoptado una Recomendación sobre la Situación de los Investigadores que, entre otras cosas, hacía hincapié en “la necesidad de aplicar la ciencia y la tecnología en una gran variedad de campos específicos de interés más amplio que el nacional, a saber, por ejemplo, los amplios y complejos problemas como la preservación de la paz internacional y la eliminación de la miseria, y otros problemas que sólo pueden ser abordados en el ámbito internacional“. Tras más de un tercio de siglo, el mundo no ha cumplido con este compromiso. Es el momento de tomarlo en serio, y para eso necesitamos que las ciencias sociales tomen su lugar en un paisaje conformado por la ciencia y la tecnología, y los diseñadores de políticas para escuchar, entre otras voces, lo que la ciencia social tiene que decir. Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento hace una contribución positiva y valiosa para estas tareas cruciales. Pierre Sané Subdirector General para las Ciencias Sociales y Humanas UNESCO, 2001-2010 v Informe sobre las ciencias sociales en el mundo Prefacio Un planeta, mundos aparte ¿el mismo mapa? Celebremos el éxito Nunca antes ha habido tantos científicos sociales en el mundo, muchos más que la población de 200,000 personas de la famosa Samoa de Margaret Mead. Nunca antes las ciencias sociales habían sido tan influyentes: economistas que dirigen los ministerios de finanzas, científicos sociales en la administracion pública y los científicos sociales con MBA dirigentes de empresas. De hecho, los científicos sociales no sólo han entrado en las salas de juntas, desde Kinsey también lo han hecho en los dormitorios. Nunca antes los científicos sociales habían tenido el mismo impacto en la opinión pública, tanto en términos de cómo se ve el mundo y cómo se actúa en consecuencia. Términos que antes eran especializados, por ejemplo la “ventaja comparativa” o “profecía autocumplida” se esparcen por los medios de comunicación y han entrado en el lenguaje cotidiano. Sin embargo, a pesar de este impacto, los seres humanos encaran crisis que restringen sobre su comp- rensión y su capacidad de enfrentarlas. Ciencias sociales: un arma de doble filo Las previsiones de los científicos sociales han sido pobres en los momentos clave, y la influencia de las ciencias sociales ha sido un arma de doble filo. Los científicos sociales no previeron la caída del Muro de Berlín en 1989, el cual fue más tarde interpretado destacadamente como “el fin de la historia“1, es decir, la victoria final de la democracia constitucional y el libre mercado. A medida que la crisis económica se extendió en octubre de 2008, Alan Greenspan, reconocido como “el maestro” y presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos de 1987 a 2006, reconoció que su concepción del libre mercado de rechazar la regulación era deficiente. “Sí, he encontrado una falla”, dijo en una audiencia del Congreso: “Esa es precisamente la razón por la cual me sorprendí, porque ésta había estado yendo, durante 40 años o más, con evidencias considerables de que estaba trabajando excepcionalmente bien“;2 su mapa de ciencias sociales ya no le proporcionó orientación. En Malawi, el Banco Mundial ha emprendido la autocrítica para impulsar los mercados privados, oponerse a la regulación gubernamental y los subsidios a los fertilizantes destinados a la promoción de cultivos comerciales de expor tación; política que dio lugar a la escasez de alimentos.3 De manera más general, de Marx y Myrdal al Consenso de Washington, las teorías del desarrollo han sido sólo modestamente exitosas. Además, parte del diagnóstico de la actual situación económica mundial es algo en lo cual los científicos sociales desempeñaron un papel decisivo para su interpretación, o malinterpretación, ambos, tanto los “instrumentos financieros” tóxicos como las instituciones defectuosas. Más que eso, los científicos sociales, a veces por razones de oportunidad, no entendieron cómo su propia creación trabajada o supervisada se había desarrollado. En resumen: si no es bueno cuando los modelos de las ciencias sociales del mundo se malinterpretan, es aún peor cuando sus modelos para el mundo conducen a malas interpretaciones del mundo mismo.4 Una confluencia de las crisis, la creciente demanda para las ciencias sociales A pesar de estos, y sin duda otros problemas, la demanda de más y mejores ciencias sociales está probablemente en aumento. Este es el resultado de la situación del mundo, específicamente de lo que podría llamarse “una confluencia de las crisis”, es decir, crisis contemporáneas que se fortalecen mutuamente. El clima empeora en gran parte como resultado de actividades humanas, y las consecuencias de este cambio serán nefastas para los seres humanos. Teniendo en cuenta los medios de transporte modernos, las epidemias pueden propagarse más rápido que en cualquier otro momento de la historia humana. Económicamente, en 2008-2009, el mundo enfrenta la peor crisis global desde la década de 1930. Los conflictos sociales derivados de las distintas cosmovisiones religiosas se han multiplicado. Estas crisis demuestran que el planeta es uno en sí mismo y común a todas ellas. 1. Francis Fukuyama, 1992, The End of History and the Last Man, New York: Free Press. 2. New York Times, 23 de octubre de 2008. 3. “Ending famine, simply by ignoring the experts”, New York Times, 2 de diciembre de 2007. 4. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población de las Naciones Unidas (2002), World Population Ageing: 1950- 2050: http://www.un.org/esa/population/publications/worldageing19502050/ y http://www.un.org/esa/population/publications/worldage- ing19502050/ vi Prefacios a la edición en inglés | Gudmund Hernes El planeta está cada vez más poblado. Más de 2 mil millones de personas se sumarán a la población mundial en los próximos 40 años.5 La población del mundo no sólo está creciendo, también está envejeciendo, con relaciones de dependencia cada vez mayor entre los continentes.6 El número de pobres también podría incrementarse.7 La obtención de alimentos es cada vez más precaria para millones de personas en todo el mundo: el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la erradicación de la pobreza extrema y el hambre para 2015, puede ser inalcanzable.8 Los recursos hídricos son cada vez más escasos, cerca de 900 millones de personas tienen acceso inadecuado al agua potable, mientras que alrededor de 2.5 mil millones tienen acceso inadecuado al agua para la higiene y eliminación de residuos.9 La crisis afecta negativamente a los más desfavorecidos. El resultado neto de esta confluencia de crisis es que los conflictos, antiguos y nuevos, aumentan y se intensifican. Se ven agravados por varios factores; uno de ellos es que los pueblos del mundo están más estrechamente unidos en el sentido de que los impactos de un país se extienden de manera más amplia, más rápida y más fuerte que en cualquier otro momento de la historia humana. Aprendimos de la actual crisis económica que los países asiáticos y latinoamericanos no estaban separados de las economías de Estados Unidos o Europa, y viceversa, puesto que los efectos en cascada rebotaron en todo el mundo en menos de 80 días. Hemos aprendido a causa del SIDA, el SARS y el virus de la gripe H1N1 (porcina) que ningún país es una isla en sí mismo y que los virus viajan sin pasaporte. Lo que le sucede a un país está cada vez más decidido más allá de sus fronteras. El hecho de que vivamos en un planeta significa que no hay refugios seguros. Sabias respuestas dependen de nuestra comprensión de cómo funciona el mundo y cómo se puede cambiar. Las ciencias sociales emergidas de la Ilustración y la Revolución Industrial En gran medida, las ciencias sociales surgieron en la Ilustración europea del siglo XVII, cuando las nuevas ideas sobre la religión, la razón, la humanidad y la sociedad se fusionaron en una bastante coherente visión del mundo que hizo hincapié en los derechos humanos, el individualismo y el constitucionalismo. Los estudios de las sociedades exóticas fueron u.tiliz ados como un contraste cuando se realizaba el análisis de las instituciones de un país y sus costumbres; de este modo u.na gama nueva de conceptos fundamentales fue articulada, acerca, por ejemplo: . de la autonomía de los derechos individuales e inviolables . de la libertad individual y la soberanía del pueblo . de la tripartición del poder del Estado y su independencia respecto de la supremacía religiosa de la injusticia de los privilegios heredados de los principios para la organización de una economía de mercado. Igualmente básico para el nacimiento de la modernidad fue el reconocimiento de que una pluralidad de opiniones y un de- bate abierto y crítico eran necesarios para obtener nuevos conocimientos y para que los ciudadanos forjaran su propia his- toria. La educación para todos, incluidas las mujeres, se articuló como un objetivo político. Una prensa libre y la difusión del conocimiento se consideraron como los medios para la iluminación y el desarrollo personal. El poder, se decía, sólo podía ser legítimo si promovía el bienestar de la gente. Incluso hoy, muchas de estas cuestiones siguen siendo controvertidas. El desarrollo de la teoría social se ha acelerado en los periodos de rápido cambio social. Por ejemplo, la Revolución Industrial fue acompañada por una revolución intelectual, es decir, un cambio fundamental en el pensamiento acerca de cómo funciona la economía y cuáles debiesen ser los principios rectores de la política económica. Una parte clave del análisis se centró en la divergencia entre, por un lado, el aumento de la producción y la riqueza de las naciones y, por el otro, los efectos de la competencia en las condiciones de los trabajadores, es decir, el impacto del capitalismo desbocado 5. Ver División de Población de la ONU, http://esa.un.org/unpp/p2k0data.asp (Consultado el 20 de septiembre de 2009). 6. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población de las Naciones Unidas (2002), World Population Ageing: 1950- 2050: http://www.un.org/esa/population/publications/worldageing19502050/ y http://www.un.org/esa/population/publications/worldage- ing19502050/ 7. World Bank poverty figures: what do they mean? http://www.stwr.org/globalization/world-bank-poverty-figures-what-do-they-mean.html (Con- sultado el 3 de marzo de 2010). En 2009, antes de la crisis, se estimó que entre 55 millones y 90 millones de personas más vivirán en la pobreza extrema. Ver http://www.un.org/millenniumgoals/pdf/PR_Global_MDG09_EN.pdf (consultado el 03 de marzo 2010). 8. De acuerdo con el Informe sobre el Hambre de la FAO de 2008, 40 millones de personas fueron orilladas al hambre en 2008, con lo que el número total de personas desnutridas en el mundo ascendió a 963 millones, en comparación con los 923 millones de 2007, http://km.fao. org/ fsn/news-events0/fsn-detail/en/news/8903/icode / (Consultado el 3 de marzo de 2010). 9. OMS / UNICEF Programa Conjunto de Monitoreo del Abastecimiento de Agua y Saneamiento (2008), El progreso en agua potable y sanea- miento: enfoque especial en saneamiento (ODM Informe de Evaluación 2008), p. 25, números Actualizado: OMS-UNICEF JMP Informe 2008. vii Informe sobre las ciencias sociales en el mundo (desencadenado) en la desarticulación social y la miseria de los trabajadores, incluyendo mujeres y niños. Esta historia sobre la relación cambiante entre la producción industrial y las condiciones sociales no es historia. Se trata de una historia en desarrollo de la vida en el mundo que ahora lleva el nombre de globalización, lo cual significa un flujo cada vez mayor de bienes, dinero, pueblos e ideas. La globalización ha sido justificada y acelerada por las teorías sociales, pero, a su vez, desafía la actual comprensión de ciencias sociales sobre los procesos de continuidad.10 Las crisis no se anticipan Los temas presentados anteriormente no son nuevos, pero siguen siendo de actualidad. Han sido abordados y analizados durante dos siglos; repensarlos hoy es, sin embargo, oportuno y pertinente. Se refieren a todas las ciencias sociales, ya que no sólo las economías nacionales están cambiando, también lo hacen los límites étnicos, los arreglos institucionales, los hábitos culturales y las mentalidades individuales. En otras palabras, vivir en un planeta integrado por el avance de las tecnologías, ampliar el intercambio y la comunicación en tiempo real significa una falta de correspondencia entre la globalización y la gobernanza, es decir, entre el alcance y la adversidad de los impactos y la amplitud y la capacidad de las instituciones existentes para hacer frente a ellos. Pocas personas anticiparon la actual confluencia de crisis. La pregunta es si nosotros no los vimos venir porque usamos las gafas inadecuadas, o simplemente porque no buscamos correctamente, incluso después de las primeras alertas. También existe un considerable desacuerdo profesional sobre qué se debe hacer, los recursos adecuados y los impactos que éstas pueden tener en los acontecimientos del futuro cercano o lejano. Los científicos sociales se enfrentan a muchas de estas cuestiones cruciales. El estado del arte: ¿cuál debería ser la ambición? En muchos sentidos, las ciencias sociales se encuentran fragmentadas. De hecho, algunos sostienen que las disciplinas están en desorden, que no hay una “ciencia social” sino varias; que, en lugar de un paradigma, hay distintas escuelas compitiendo. Este es un problema porque cada vez somos más conscientes de que a pesar de que vivimos en un mismo planeta, pertenecemos a mundos diferentes. Y si las ciencias sociales no se encuentran en el mismo mapa, ¿qué se debería hacer? y ¿un mundo más integrado requiere ciencias sociales más integradas? Varios intentos en favor de una Gran Teoría han sido impugnados o desintegrados: por ejemplo, el marxismo, el funcionalismo estructural, la socio-biología y la síntesis neoclásica. ¿Se debería mantener esta ambición (por una gran teoría)?, ¿existe una ciencia social o varias?, ¿se debería luchar por lo que los físicos llaman una “teoría de todo”?, ¿puede existir una teoría única que abarque todo el comportamiento humano?, ¿cuál es nuestra situación actual, con qué teorías tenemos que empezar? En primer lugar, no tenemos un único modelo aceptado generalmente por la humanidad11; podemos recurrir a una amplia gama de modelos que van de la concepción freudiana al “hombre administrativo“12, o al cada vez menos calcu- lador, menos predecible y parcialmente irracional “hombre racional”. A medida que la fe en modelos simples del actor racional se ha hecho añicos, una serie de híbridos se han desarrollado como un abanico de actores modelo con historias atractivas sobre las propiedades que se supone representan. Algunos de los más interesantes se han desarrollado en la psi- cología cognitiva y la economía del comportamiento13. Amartya Sen, por ejemplo, nos ha aconsejado dejar a un lado el en- foque unidimensional de la identidad humana, la cual se ha traducido en la “separación del mundo civilizado y religioso” y adoptar en su lugar una concepción múltiple14. ¿Es esta una concepción más apropiada para las sociedades modernas las cuales funcionan como recipientes de mezcla que distribuyen identidades parciales de diferentes culturas y épocas? 10. Tres ejemplos son Francis Fukuyama (1992) El Fin de la Historia y el último hombre, New York: Free Press. Samuel P. Huntington (1996) El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Nueva York. Simon & Schuster, y José E. Stiglitz (2002), Globalización y sus desconten- tos, Nueva York: Norton. Cada uno de ellos ha generado un amplio debate. 11. El término fue acuñado por Herbert Simon (1957). Models of Man, Social and Rational: Mathematical Essays on Rational Human Behavior in a Social Setting, New York: Wiley. 12. El término del “hombre administrativo” también se encuentra asociado a Herbert Simon y sus modificaciones del modelo clásico del “hombre racional” caracterizado por la racionalidad limitada y la “satisfacción”. 13. Entre los temas de la economía del comportamiento es el uso de reglas generales, la heurística y los prejuicios cognitivos en lugar de la toma decisiones racionales, la formulación de problemas los cuales influyen en la toma de decisiones e ineficiencias del mercado. Para una introducción sobre algunos estos temas, ver Dan Ariely (2008) Predictably Irrational: The Hidden Forces That Shape Our Decisions, New York: Harper Collins. 14. Amartya Sen (2006) Identity and Violence: The Illusion of Destiny, Nueva York: WW Norton. 15. Robert K. Merton (1968) ‘On the sociological theories of the middle range’, en Social Theory and Social Structure, edición ampliada, Nueva York: Free Press. 16. James S. Coleman (1964) Introducción a la Sociología Matemática, Glencoe, Ill.: Free Press. viii Prefacios a la edición en inglés | Gudmund Hernes Las ciencias sociales no sólo han producido una amplia gama de “humanoides”, es decir, constructos teóricos que son una reproducción de nosotros mismos, también ha puesto a nuestra disposición una amplia gama de otros mecanismos los cuales van de las profecías autocumplidas al dilema del prisionero, de los modelos de red a los modelos de selección, todos ellos utilizados para interpretar y explicar las diferentes situaciones o eventos reales. ¿Nuestro objetivo debería ser la identificación de estos mecanismos y la explicación de su lógica para un uso ecléctico y combinado el cual explique el por qué los diferentes procesos sociales se desarrollan como lo hacen? ¿Nuestra meta tendría que ser, como Robert Merton la tenía, las “teorías de alcance intermedio“15 en lugar de una Gran Teoría?, o, como James S. Coleman argumentó, ¿deberíamos buscar “teorías a veces verdaderas“16 las cuales son útiles para interpretar e iluminar diferentes fenómenos específicos, en lugar de luchar por una Teoría del Todo? En general, estos y otros temas y preguntas se encuentran en las ciencias sociales. La tarea: simultáneamente hacer frente a la situación del mundo y al estado del arte ¿Cuál es la enseñanza que se desprende de nuestro estado de arte? Yo les recomendaría no tanto la investigación interdisci- plinaria, como investigaciones transversales o incluso integradas, es decir, investigación que en su mismo diseño, ejecución, aplicación y presentación reúna las humanidades, las ciencias naturales y sociales en proyectos conjuntos de investigación. El cambio climático y la gestión de desastres y catástrofes, son ejemplos de temas que requieren una investigación inte- grada. El cambio climático es el despliegue de las fuerzas de la naturaleza provocada por la acción humana. No podemos cambiar la forma en que las fuerzas de la naturaleza se desarrollan, pero sí el modo en que los seres humanos actúan. Esta es la razón por la cual la investigación integral es fundamental para el destino de nuestro planeta afectado por el cambio climático: la identificación de sus causas sociales y la realización de un mapa del impacto humano, el cálculo de costos y la asesoría de políticas, todo dentro del ámbito de las ciencias sociales. Éstas deben ayudar a medir, evaluar, negociar y organizar; y en el proceso ayudar a preservar la diversidad humana y cultural. El mensaje del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático es que el planeta puede estar en peligro, es decir, que las fuerzas que se han desa- tado por el uso de los energéticos y la contaminación, si no se tratan inmediatamente, de forma inteligente y con fuerza, pueden causar daños irreversibles a un medio ambiente mundial compartido. Cuando digo “inmediatamente, de forma inteligente y con fuerza”, no me refiero a los fenómenos naturales sino a las respuestas humanas, sobre el conocimiento de las ciencias sociales y sobre la formulación de políticas basadas en evidencias. Más que eso: es un argumento en favor de la investigación integrada en la que las humanidades, las ciencias naturales y sociales en forma conjunta aborden los fenómenos naturales, los procesos sociales, el diseño institucional, las interpretaciones culturales, las normas éticas y las mentalidades. Tenemos que abordar simultáneamente el estado del mundo y el estado del arte, el curso de los acontecimientos y nuestra capacidad de analizar y hacer frente a ellos. Con el fin de hacer ciencia social relevante, pertinente y potente, como científicos sociales tenemos que analizar nuestros conceptos acerca de cómo funciona la sociedad y participar en una autoevaluación de cómo nuestros enfoques definen las tareas comunes y establecen una agenda compartida. Las sociedades y los comportamientos son siempre cambiantes, en parte, como consecuencia de los modelos y las interpreta- ciones de los científicos sociales. Por lo tanto, la búsqueda de la semejanza de una teoría de la mecánica o la química con los fenómenos naturales afectados sería en vano por la forma en que son analizadas. Sin embargo, podemos ser optimistas con respecto al papel que las ciencias sociales pueden y deben desempeñar para hacer frente a la situación del mundo y la confluencia de las crisis globales que enfrentamos, incluso si tenemos que renunciar a la ambición de encontrar una teoría global que incluya la conducta social y el desarrollo. Una muestra de este optimismo es el Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento cuya producción fue encargada por la UNESCO al Consejo Internacional de las Ciencias Sociales. El ISSC está agradecido por este reto y la oportunidad que ofreció para mantener una estrecha colaboración con la UNESCO. Gudmund Hernes Presidente del Consejo Internacional de Ciencias Sociales ix Informe sobre las ciencias sociales en el mundo Prefacios a la edición en español Cómo enfrentar una brecha sustantiva y compleja La globalización, aunada a los retos y a las crisis que afectan al mundo contemporáneo, debería estimular el desarrollo vigoroso de las ciencias sociales. En rigor, no existen evidencias de que ello esté ocurriendo. Resulta por tanto pertinente considerar cuál es el estado de las ciencias sociales en el mundo contemporáneo. Esa pregunta y sus posibles respuestas han estimulado diversos debates sobre un tema fundamental de nuestro tiempo: la producción de un conocimiento cientí- fico crítico –enriquecido por la confluencia de ideas, métodos y teorías diversas– que, al ser capaz de explicar los complejos problemas sociales, pueda facilitar la realización de políticas públicas efectivas relacionadas con la gestión de las transfor- maciones sociales. La UNESCO se ha sumado a ese esfuerzo con la publicación del Informe sobre las ciencias sociales en el mundo. Las brechas del conocimiento (2010 World Social Science Report. Knowledge Divides), elaborado por el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (International Social Science Council, ISSC) con el decidido apoyo de UNESCO. El Informe, presentado originalmente en inglés en 2010, ha sido recibido con amplio interés y ha tenido de inicio dos logros significativos. Primero, ha reafirmado el compromiso de la UNESCO con la importancia de las ciencias sociales y consecuentemente ha facilitado que esta organización multilateral renueve su enfoque en contribuir al fortalecimiento de las ciencias sociales para mejorar la capacidad de los Estados Miembros de avanzar en el cumplimiento de sus metas de desarrollo. En segundo lugar, los datos proporcionados por el Informe han servido para estimular los debates sobre las asimetrías que prevalecen –en múltiples planos– en el panorama de las ciencias sociales contemporáneas, tema central del Informe. Ha evaluado también –desde diferentes perspectivas– una amplia gama de retos fundamentales, a los que se enfrentan hoy las ciencias sociales. La brecha es sustantiva y compleja: desde la constatación empírica que muestra que “a pesar de la mundialización de los trabajos de investigación, en los dos últimos decenios las regiones periféricas no han llegado a in- tegrarse mejor en los sistemas internacionales de ciencias sociales”, hasta la incapacidad para medir los aportes y los resul- tados de las ciencias sociales por cuanto “no existen procedimientos totalmente estandarizados para el acopio de datos y, en última instancia, la confiabilidad de los datos descansa exclusivamente en las declaraciones sobre su exactitud formula- das por los respectivos organismos nacionales encargados de recogerlos”. La conclusión acerca de que “las investigaciones habituales no bastarán para ayudar a individuos y grupos a entender los múltiples cambios interactivos (…) y responder a ellos” y que “en los últimos 20 años ha aumentado la dependencia (…) con respecto a los trabajos de investigación de los países occidentales”, son realidades imperantes en el debate actual sobre las ciencias sociales, y que siguen sin resolverse pese a que este señalamiento no es nuevo. Esta versión del Informe contiene temas de interés especial para los lectores en lengua española, sobre todo respecto a los retos en América Latina, región acerca de la cual el Informe ofrece abundantes comentarios. Así, por ejemplo, “el mayor aumento del número de artículos sobre temas de ciencias sociales se produjo en América Latina”, o “el número de investigadores en ciencias sociales ha llegado casi a triplicarse en el último decenio” en un país como Brasil. Por otra parte, existe una notable asimetría por cuanto “más de los dos tercios del conjunto de los programas latinoamericanos para pos- graduados que comprenden actividades de investigación se concentran en las universidades públicas de Brasil y México”. También puede contribuir a estimular la reflexión autocrítica, tanto de los científicos sociales, como de sus posibles usuarios en América Latina, región en la que existe una trayectoria reconocida de valiosos aportes al pensamiento social universal. Es necesario un intenso debate colectivo, especialmente para temas cruciales como la revisión de los modos de producción del conocimiento científico, incluyendo la participación de los actores sociales; las interrelaciones entre las cien- cias sociales y las políticas públicas; el avance en la propagación de los resultados de la investigación social y su creciente internacionalización para desarrollar una mayor pluralidad en las ciencias sociales. x