NICOLAS GUILLERAT JOHN SCHEID Diseño de datos con la colaboración de MILAN MELOCCO TRADUCCIÓN CASTELLANA DE SILVIA FURIÓ , CRITICA BARCELONA Primera edición: septiembre de 2021 Infografías de la antigua Roma John Scheid, Nicolas Guillerat y Milan Melocco No se permite la reproducción total o parcial de este hbro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de dehto contra la propiedad intelectual (A rt. 2 7 O y siguientes del Código Penal). Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 7 O2 1 9 7 O / 9 3 2 72 04 4 7. Título original: Infographie de la Rome antique © Passés composés/Humensis, 2020 ©dela traducción, Silvia Furió, 2021 © Editorial Planeta, S. A., 2021 Av. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España) Crítica es un sello editorial de Editorial Planeta, S. A. [email protected] www.ed-critica.es Fotocomposición: La Letra, S.L. Gran Via de les Corts Catalanes, 617, 3-4 O8 OO 7 Barcelona ISBN: 9 7 8-84-9199-3 3 6-0 Depósito legal: B. 9 .158-2021 2021. Impreso y encuadernado en España por EGEDSA El papel utihzado para la impresión de este hbro está calificado como papel ecológico y procede de bosques gestionados de manera sostenible. , Indice Prólogo ................................................................... 9 Parte 1. Territorios y poblaciones del Imperio Capítulo 1. De la ciudad al Imperio .............................. 14 Capítulo 2. El pueblo romano ..................................... 26 Capítulo 3. Un mosaico de ciudades ............................ 36 Parte 11. Gobernar, venerar a los dioses y satisfacer las· necesidades Capítulo 4. El sistema político romano ........................ 40 Capítulo S. El emperador y las dinastías ....................... 48 Capítulo 6. Religiones .............................................. 56 Capítulo 7. La economía romana ................................ 68 Parte 111. La potencia militar romana Capítulo 8. Las legiones, instrumento del dominio romano ... 80 Capítulo 9. Roma, marítima por pragmatismo ............. 102 Capítulo 10. Guerras y campañas ............................... 106 9 Prólogo L a historia de Roma es muy larga. Desde su supuesta fundación en 7 S 3 a. C. hasta la caída de Constantinopla en 1453 transcurren más de dos mil años, y su imperio, el mundo romano, abarca un espacio inmenso, que se extiende desde Escocia hasta el Sahara y desde Gibraltar hasta el mar Negro. Semejantes dimen siones son razón suficiente para que esta obra deba limitarse a la historia del Imperio occidental, que concluye en 4 7 6 d. C. Aun así, se trata de un período largo con escasez de fuentes y para cuyos primeros siglos estamos relativamente desprovistos de datos. Por otro lado, el último siglo del Imperio de Occidente es tan sumamente confuso, y está, de hecho, tan dominado por las invasiones, que su tratamiento resulta demasiado complejo para el volumen que presentamos. Es más, al no ser el Imperio romano un imperio territorial centralizado, sino más bien un mosaico de elementos instituciona- -les y culturales muy diversos, cuyas ciudades funcionaban cada una según su propia lógica, es imposible dar debida cuenta de estas innumerables historias paralelas. Por este motivo nos ha .parecido más pertinente consagrarnos esencialmente al Estado de Roma, la Res publica del pueblo romano, que era como se definían los habitantes del mundo romano, que constituía el centro político y la autoridad superior de este vasto conjunto, y dedicar una breve sección a las provincias y ciudades. Dentro de un período (ya de por sí largo) que abarca desde el siglo va. C. al IV d. C., el empeño tropieza con un segundo problema: la cantidad y el tipo de fuentes de que disponemos y los límites que imponen a esta tarea, especialmente en lo relativo a los datos numéricos. A medida que nos remontamos a la época de la fundación, las fuentes se vuelven menos abundantes y menos aprovechables. Los vestigios arqueológicos de los primeros siglos son sin duda cada vez más numerosos y a veces resultan espectaculares, pero permanecen mudos y no es posible utilizarlos sin una crítica profunda de los textos históricos y mitológicos ----claramente posteriores-que los transmiten. ¿Q uiénes son los reyes romanos? ¿Conocemos sus nombres o bien son fruto de leyendas posteriores? ¿Es Servio un esclavo cuyo nombre pasó a la posteridad o es su nombre lo que se ha utilizado para construir el mito? ¿C uáles son las instituciones de la Roma monárquica y cuál es su historia? Hay infinidad de preguntas que permanecen sin respuesta. Es cierto que nos han llegado algunas inscripciones muy antiguas, pero por desgracia no nos ayudan-demasiado. Una de ellas, hallada en el Foro romano dentro del espacio sagrado situado bajo un enlosado llamado Piedra Negra (Lapis Níger), que data del siglo VI-V a. C., nos indica que en aquella época había un rey (rex), provisto de un heraldo o sirviente ( calator), y que un determinado acto habría dado lugar a un castigo (s acratio: exclusión de la comunidad civil y «entrega» a los dioses, e incautación de los animales de tiro). Esta norma, muy mutilada, ha sido interpretada por infinidad de estudiosos, y aunque adoptemos una explicación en detrimento de otra, el beneficio de la respuesta no aporta gran utilidad. Dada la escasez de la información que contiene, su importancia no es más que cronológica. Nuestro acercamiento a la historia romana será, pues, somero y rápido en lo concerniente a los primeros siglos, hasta el período que empieza a proporcionarnos documentos históricos, textos, inscripciones y planes urbanísticos de veras utilizables. Esto nos conduce, a grandes rasgos, al siglo Na. C. A partir de esta fecha podemos confiar en general en los historiadores antiguos, sobre todo en lo que se refiere a los tres últimos siglos de la República y los tres primeros del Imperio. Después, del siglo rv d. C. en adelante, escasean los historiadores de buena calidad y la historia se convierte en un arduo ejercicio crítico pese a la abundancia de las fuentes y a la posibilidad, a partir, sobre todo, del siglo r de nuestra era, de apoyarnos en las inscripciones. Aunque seamos capaces de sacar provecho de estos documentos para reconstruir las instituciones, la vida social, política, militar y económica, y por supuesto la historia de Roma, a menudo nos faltará algo esencial: cifras fiables y aprovechables. Con frecuencia, los manuscritos que nos han llegado no solo han transmitido mal las cifras obtenidas de textos más antiguos, sino que la mayoría de las veces ni siquiera las dan, y si lo hacen es de forma aleatoria. No se puede pretender reconstruir datos tan precisos como los de la historia moderna y contemporánea: debemos ser conscientes de que, cuando utilizamos cifras en historia antigua, nos basamos en estimaciones y reconstrucciones a veces inciertas, que pueden revelarse falsas en el momento en que surge un nuevo documento. El historiador de la Antigüedad tiene que servirse casi siem pre de todos los datos que existen y no de los que posee tras un proceso de selección. Eso es precisamente lo que distingue su disciplina de la de sus colegas especializados en historia moderna o contemporánea. No obstante, pese a las limitaciones que acabamos de plantear, los datos de que dis ponemos permiten elaborar una infografia del mundo romano occidental estructurada en tres partes. La primera, «Territorios y poblaciones del Irriperio», dibuja el contexto espacial del volumen y pone de relieve el crecimiento del poder y del mundo romano en su asentamiento inamovible a orillas del Tíber. Describe, a continuación, el perímetro y los rasgos generales del pueblo romano, su evolución y su estructura social. Se han destinado algunas páginas a tratar de lo que se convierte progresivamente en el marco cotidiano de la mayoría de ciudadanos romanos y de otros habitantes del Imperio: ~l mundo de las ciudades de Italia y de las provincias, con instituciones homólogas, pero siempre particulares. En este sentido, podríamos haber dedicado todo un volumen a las ciudades, incluidas las colonias romanas, que nunca tuvieron exactamente la misma constitución, y las ciudades no romanas («peregrinas», es decir, extranjeras), que tenían otros sistemas de organización de la vida política, judicial e institucional. Estas descrip ciones, sin duda, habrían revelado al lector la increíble variedad del mundo romano, pero no habrían aportado nada nuevo a la comprensión de su estructura. La segunda parte, «Gobernar, venerar a los dioses y satisfacer las necesidades», está dedicada al funcionamiento de este inmenso conjunto, empezando por las instituciones de Roma bajo la República y el Imperio, sin olvidar la figura específica del emperador romano. Pese a haber considerado la dificultad de tratar de forma detallada la cultura helenísticorromana, que caracteriza los mil años descritos en estas páginas -habría que 11 componer otro volumen completo- , sí hemos reservado una breve sección a uno de los aspectos más típicos de la cultura romana, su pensamiento jurídico, que todavía hoy conforma el mundo occidental. Debido a su particularidad y a su evolución, hemos dedicado una parte del libro a las religiones de Roma, a los cultos públicos y a los cultos privados, sin olvidar la revolución que representó la emergencia del cristianismo. Entre las demás actividades sociales, hemos consagrado también un apartado importante a la economía, aspecto que puede desconcertar al lector moderno. Eso es precisamente lo que dejan entrever los numerosos debates entre «modernistas» y «primitivistas», que a menudo, debido a la exigüidad de nuestras fuentes o a su sesgo particular, han de apelar a diversas teorías para crear una síntesis. La tercera parte analiza «La potencia militar romana», describe el ejército del Estado • romano y expone las razones de su potencia: su reserva casi inagotable de soldados, que le dio la victoria por desgaste sobre la mayoría de sus adversarios. La historia militar romana de Occidente termina cuando los últimos enemigos de los romanos, los bárbaros germánicos, lograron ocupar el sitio de los combatientes romanos, cansados ya de la guerra, y apropiarse así, desde dentro, del poder imperial. Como ya hemos dicho, la especificidad del enfoque y la ingente masa de documentos hacen imposible abordar ciertos aspectos. Así pues, hemos decidido excluir el tema de la cultura del mundo romano, puesto que habría sido preciso acudir a autores griegos y latinos -poetas, filósofos, narradores, historiadores y sabios, activos durante seis siglos-, sin olvidar que los intelectuales romanos renovaron en cierto modo el interés por el pensamiento griego del siglo v a. C. y contribuyeron ampliamente a transmitirlo a la posteridad. Tal cosa extendería aún más la exposición que se ofrece en estas páginas. Asimismo, los romanos adoptaron la gran arquitectura griega y helenística y favorecie ron su evolución al añadirla a sus artes edificatorias y decorativas, que tenían su propia originalidad, y de las que todavía disfrutan hoy nuestros arquitectos. Aun así, también hemos omitido este tema como tal. No obstante, nuestras explicaciones enmiendan a veces esta decisión al mostrar o hacer alusión a templos, basílicas, arcos de triunfo y casas lujosas, así como a monumentos públicos que acogen espectáculos, como los· odeones, los teatros, los circos y los anfiteatros. Estos aparecen en nuestros planos, pero no los describimos en detalle porque son muy similares entre sí y no se diferencian más que por el tamaño. Por otro lado, mencionamos los circos en su contexto más habitual: la conclusión y el acompañamiento de un gran sacrificio. Además, aunque los anfiteatros sean construcciones impresionantes, no hay que concluir que los romanos se pasaban el tiempo contemplando cazas y espectáculos que, a la postre, se asemejaban más a las corridas y a la lucha libre que a las masacres de gladiadores que nos muestra Hollywood. En este caso, como en el conjunto de los datos, hemos tratado de describir, en su propio contexto, todos los elementos importantes de la estructura del mundo romano occidental. PARTE 1 TERRITORIOS Y POBLACIONES DEL IMPERIO DE LA CIUDAD AL IMPERIO '311@■ 350 a. C. Campo de Marte 1 Palatino (51 md e alto) 11 Aventino (46 m) 111 Celio(48 m) IV Esqui lino (58 m) V Cispio VI Vi minal (54 m) Muralla de Servio Tulio VII Quirinal (69 m) VIII Capitolio (49 m) IX Janículo (85 m) Extensión del territorio ■ 750 a. C. 378 a. C. ◊ ◊ ◊ 7 a. C. H-----i 983 km2 3.098 km2 6.039 km2 Om 500 m Hacia finales del siglo VI a. C. Hacia 340 a. C. Hacia 328 a. C. L a dilatada historia de Roma se prolonga durante más de dos su camino con otra potencia imperialista, la ciudad de Cartago, cuyo mil años si se incluye el período bizantino. Según la crono Imperio se extendía desde el actual Túnez hasta las costas de España, logía clásica, Roma fue fundada en el año 7 S 3 a. C., pero el pasando por Sicilia y Cerdeña, donde Roma tenía también intereses. emplazamiento estuvo ocupado por lo menos desde el siglo x antes de Entre 264 y 146 a. C. se sucedieron tres guerras, las guerras púnicas, que nuestra era. En Occidente, el poder de Roma se desmorona en 4 7 6 d. C., concluyeron con la destrucción de Cartago. A lo largo de estos conflictos, mientras que en las provincias orientales de habla griega, las más ricas Roma se encontró con frecuencia al borde del precipicio, sobre todo y más fáciles de defender, el Imperio, gobernado desde Constantinopla, frente al cartaginés Aníbal, que en 2 18 a. C. había invadido Italia. Pese perdura hasta la caída de esta ciudad en 1453. a su genio militar y a la excelencia de su ejército, Aníbal fue derrotado Siglos después de su fundación, Roma había dominado la alianza por la superioridad numérica de la alianza romana y desde entonces formada por las ciudades que la circundaban y sometió con ella a la Italia las ciudades mediterráneas constataron que Roma era casi invencible, central. A continuación, la maquinaria se desbocó. Mientras atacaba a porque gracias a sus pactos, que habían aumentado mucho desde el si las zonas meridionales, en manos de los temibles pueblos samnitas de glo va. C., era capaz de reemplazar en poco tiempo los ejércitos perdidos. los Ab ruzos, y se enfrentaba a las colonias griegas del sur, se tropezó en Apareció así en el Mediterráneo una temible máquina militar. mmm Anexión por incorporación a la ■ Emplazamiento de algunas ■ 15 ciudadanía romana completa colonias «latinas» Anexión por incorporación a la Pueblos «aliados» unidos a Roma ciudadanía romana sin sufragio mediante un tratado desigual 350 a. C. • Anagnia - ::=.._- -=:_~- -~ --~- --~- ~ Lacio 0km 50 km o o o romano ◊ 7.688 km2 27.000 km2 37.000 km2 55.000 km2 160.000 km2 ~ En 296 a. C. En 264 a. C. Hacia 200 a. C. 190-90 a. C. 90 a. C. 0km 100 km _E l poder romano no tardó en percatarse de la situación y ocupó de la Alemania occidental, Austria y Rumanía, además de Inglaterra, rápidamente las zonas de España antes controladas por Cartago, así como hasta los límites de Escocia, y, al sureste, lo que se denominaba Arabia. Sicilia y Cerdeña, y finalmente Cartago. Se inmiscuyó en los asuntos de En torno al año 1 2 O, el Imperio alcanzó su máxima extensión y las ciudades griegas, destruyó lo que quedaba, del Imperio macedonio rozó los límites naturales de su potencia. En el norte, los romanos nunca en Grecia y en Asia Menor y se implantó de forma permanente en esta pudieron instalarse de forma permanente en la otra orilla del Rin y del parte del mundo. A lo largo del siglo I a. C., mediante alianzas con los Danubio inferiores, ni más allá de la muralla de Antonino en Inglaterra. beligerantes de guerras civiles o rebeliones provocadas por el caos gene En el sur, el Éufrates será siempre un límite infranqueable a pesar de ralizado, los reinos del interior del Asia Menor y Egipto cayeron también que ciertos reinos situados al este del río se convirtieran durante algún bajo su dominio. Así, puede decirse que, a comienzos de nuestra era, el tiempo en vasallos de Roma. Sin embargo, en el interior de estos límites, mundo conocido estaba prácticamente unificado: el Imperio del pueblo Roma y sus aliados supieron llevar a cabo la primera globalización del romano englobaba las regiones situadas, de oeste a este, entre Gibraltar y mundo, que duró de tres a cuatro siglos y permitió grandes intercambios el mar Negro, y, de norte a sur, entre el canal de la Mancha y el Sahara o entre todas las regiones y no se fragmentó hasta que los pueblos bárb~os el Éufrates. En el siglo I, los romanos sometieron también a buena parte empezaron a invadir regularmente el Imperio. l i Evolución demográfica = 1.000.000 de habitantes 1 *· *** ****' ****' 923.000 h. 1.250.000 h. 3.000.000 h. 4. 937 .000 h. 7. 500.000 h. 225 a. C. 124 a. C. 70 a. C. 14 d. C. 48 d. C. --Limes ú ■ Italia ~ ■ Arrebatados a Cartago ,1. : e'.' :.-·:·: ,..'.. .',::: -:' •.1, •-·- , \ ::-: ■ Adquiridos por herencia > :, '\:,:, .. \: ...... e; :;;;,~ ~ :, ■ Reinos clientes anexionados Egipto Conquistas y anexiones lentas 6.000.000 h. 14,3 h./km2 Evolución de la superficie de la República al Jmperio • Tarraco ♦ Cartag.0 Nova '• "'----- -----------~--~-----------------~----------------~-------------