UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO HOMBRE Y TÉCNICA EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO. UNA MIRADA DESDE LA ÉTICA TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTORA EN FILOSOFÍA PRESENTA CÉLIDA DE LOS ÁNGELES GODINA HERRERA DIRECTOR DE TESIS: DR. LUIS IGNACIO GUERRERO MARTÍNEZ LECTORES: DRA. MARÍA TERESA DE LA GARZA CAMINO DR. PABLO FRANCISCO LAZO BRIONES México, D. F. 2005 RESUMEN Este trabajo tiene una pretensión principal, esta es, analizar el sentido de la técnica y su papel en la vida humana. Para ello seguimos un método fenomenológico que nos lleve al fondo de la cuestión; este método nos permitirá explorar simplemente y pulcramente lo dado en cuanto tal y describir el fenómeno técnico en su pureza, nos ayudará a ver, a examinar los mecanismos productores de la técnica hoy. Asimismo, queremos en esta investigación, señalar horizontes, provocar visiones, y llamar la atención sobre la necesidad de pensar, de reflexionar y, sobre todo, de prever el futuro, discutiendo cómo vigilar, medir, limitar, controlar y humanizar el avance de la tecnología. Ya no hay que hacer lo técnicamente posible, sino lo conveniente desde un punto de vista humano, social, corresponda a quien corresponda la decisión. Es preciso que el ser humano se sensibilice a la responsabilidad de lo que implican los conocimientos. Somos responsables de lo que creamos y de lo que hacemos posible. Debemos tomar conciencia de esta responsabilidad y actuar de acuerdo con ella. O, para decirlo con palabras de Voltaire: “Somos responsables de lo que hacemos; pero también de lo que no hacemos”. 2 Para Jesús Rodolfo 3 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer a Carmen Romano su impulso para seguir mis estudios doctorales en la Universidad Iberoamericana de México. Asimismo, a Luis Guerrero por su asesoría y consejo, a Francisco Galán por su ayuda durante mi permanencia en la universidad. También expreso gratitud a mis hermanos Luis Antonio y Edith quienes me han brindado su apoyo durante todos estos años. A Ignacio por su solidaridad y a mis hijos Luis Ignacio, Jacinto y Angela por su comprensiva y paciente espera durante mis continuos viajes. 4 ÍNDICE Introducción 8 Capítulo I. La interrogación al pasado histórico y a la época que vivimos 17 1. El aspecto histórico-filosófico 18 2. Caracterización de la técnica 31 3. La concepción positivista y la tecnificación de la vida humana. 56 4. El destino de la libertad en la era técnica y las revoluciones 60 5. ¿Tiene límites el pensamiento tecno-científico? 64 5 6. La interpretación de la situación espiritual del ser humano en la cultura tecnificada. 69 Capítulo II. La filosofía de Gabriel Marcel y su crítica a la técnica y al mundo funcionalizado 74 1. Le monde cassé 76 2. Posición y aproximaciones concretas al misterio ontológico 80 3. Ser y tener 84 4. El hombre problemático 87 5. Los hombres contra lo humano 101 6. Filosofía para un tiempo de crisis 121 Capítulo III. El panóptico moderno 130 6 1. El panóptico de Jeremías Bentham 131 2. El panoptismo en Foucault 138 3. El panóptico moderno 148 Capítulo IV. Discusiones éticas en una era tecnológica 170 1. El principio de responsabilidad de Hans Jonas 182 2. Tres vías de la ética 216 3. La ética de la autorregulación 232 4. Hacia una propuesta ética de la precaución en la época de la técnica 239 Conclusiones 260 Bibliografía 272 7 INTRODUCCIÓN El fenómeno de la técnica, de tan invasora presencia en el mundo contemporáneo, es para el ser humano algo consubstancial, la técnica se ha insertado entre las condiciones ineludibles de la vida humana de suerte que el hombre actual no podría, aunque quisiera, vivir sin ella. Es, pues, hoy una de las máximas dimensiones de nuestra vida, uno de los mayores ingredientes que integran nuestro destino. Hoy el hombre no vive ya en la naturaleza, decía Ortega, sino que está alojado en la sobrenaturaleza que ha creado en “un nuevo día del Génesis: la técnica”. La técnica, cuya misión inicial era resolverle al hombre problemas, se ha convertido hoy en día en un nuevo y gigantesco problema. Las últimas décadas han visto un desarrollo vertiginoso de la tecnología. Ésta se encuentra cada vez más presente en la vida cotidiana de los seres humanos. De ahí que se hable de una nueva etapa del devenir histórico, llamada “era tecnológica”. Que duda cabe, los beneficios que está trayendo la tecnología son muchos y muy importantes. ¿Quién podría imaginarse las grandes ciudades sin el recurso a la electricidad y a los productos electrónicos? ¿Quién dejaría de lado los notables avances en materia de salud? ¿Quién puede menospreciar lo útil que resulta la computadora y las posibilidades que ofrece Internet? 8 Pero junto a los beneficios, no se puede negar que están surgiendo problemas nuevos ligados al desarrollo tecnológico, y algunos de ellos son peligrosos y con consecuencias gravemente dañinas para la humanidad. Tomando en cuenta esta compleja realidad es que se afirma que la tecnología es esencialmente ambigua. Los productos tecnológicos pueden ser diseñados para bien o para mal, y asimismo pueden ser usados con fines nobles o con fines perversos. Por otro lado, si bien es cierto que la técnica con sus avances está transformando la faz de la tierra, algunos han asumido posiciones extremas, afirmando que la tecnología es el principal y decisivo factor de cambio social y cultural. Esto se aprecia tanto entre quienes se ubican en estos dos extremos como tecnófilos y tecnófobos. También los han llamado integrados y apocalípticos, siguiendo una terminología que popularizó Umberto Eco en los sesentas. Ambas posiciones le dan a la tecnología un lugar demasiado protagónico, cayendo en lo que se puede calificar como un tecnocentrismo. En los primeros, su entusiasmo por la tecnología los conduce –directa o indirectamente- a un evidente absolutismo tecnológico. Para ellos la tecnología se presenta como la actividad más importante y como la panacea para solucionar todos los males y problemas del ser humano. Pero ese vicio también puede atrapar a quienes se aproximan críticamente a la tecnología y sus efectos. Y es que, como en los primeros, la perspectiva de los tecnófobos le da a la tecnología un lugar central, otorgándole un rol determinante en la vida del ser humano, esta vez como causa de todos sus males. Una recta aproximación consistirá, pues, en dar a la tecnología el lugar que le corresponde, tomando distancia de toda posición inspirada en una perspectiva tecnocéntrica. 9 La tecnología es una de las expresiones de la actividad del ser humano referida a la producción de métodos y artefactos. Corresponde a la dimensión de la actividad humana que los griegos llamaban poiesis, término que podemos traducir como hacer y que se refiere a la producción. Como tal, forma parte de la cultura. Proviene de la aplicación de la razón a determinados medios, en vistas a conseguir de manera eficaz algo útil. La tecnología está subordinada a las dimensiones más esenciales de la actividad humana, en la búsqueda de la verdad y del bien. La actividad productiva se subordina a la ética, que a su vez depende del conocimiento de la verdad. Si la actividad poiética es colocada por encima de las otras dos, pierde su sentido con relación al ser humano. Es entonces cuando aparece el tecnocentrismo, que margina las preguntas por “qué es” y “dónde se dirige” la tecnología, para quedarse en un mero “qué hacer” y, sobre todo, “cómo hacerlo”. Desde esta perspectiva, toda pretensión de atribuir a la tecnología, sin más, la causa de los problemas que han surgido en nuestra época, con relación al desarrollo tecnológico, es reduccionista. Si no es la tecnología el origen de los problemas que han aparecido vinculados al desarrollo tecnológico, ¿qué los ha generado? Hay que buscar sobre todo en un cambio básico de actitudes y de ideas sobre el papel y lugar de las tecnologías en la vida de los seres humanos. ¿Qué originó este cambio? Por lo menos está claro que no ha sido generado sólo por el desarrollo tecnológico. En China se inventó la imprenta varios siglos antes que Gutenberg y ello no influyó de modo importante en su cultura, a diferencia de lo que ocurrió en Europa. Además del desarrollo tecnológico y por encima del mismo se debe señalar una cierta mentalidad que llevaría a una modificación en la manera de entender la tecnología. Las primeras expresiones de esta mentalidad se descubren hacia el siglo XVII. Se debe mencionar de manera especial al renacentista tardío Francis Bacon, con su utopía tecnológica. A partir de 10
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