La obra del hispano Paulo Orosio tiene un alto valor simbólico, por cuanto representa el surgimiento de una historiografía ideológicamente cristiana en latín, que, en polémica con la resistencia intelectual pagana, trata de hacer ver que no pueden achacarse al advenimiento de la nueva religión las calamidades que se ciernen sobre la Roma de principios del siglo v, como presagios de la crisis final del Imperio. Su pensamiento, pues, entronca con el que inspira la Ciudad de Dios de san Agustín, a cuyo magisterio se había acogido Orosio en África, tras abandonar la España invadida por los vándalos en el año 409. Es en África donde, hacia el 416, escribe los Siete libros de historias contra los paganos.