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Historias De La Cartografia De Iberoamerica PDF

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Historias de la Cartografía de Iberoamérica. Nuevos caminos, viejos problemas Héctor Mendoza Vargas Carla Lois Coordinadores México, 2009 Historias de la Cartografía de Iberoamérica. Nuevos caminos, viejos problemas Primera edición, 16 de enero de 2009 © D.R. Instituto de Geografía Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, 04510, México, D. F. www.igeograf.unam.mx © D.R. Instituto Nacional de Estadística y Geografía Av. Héroe de Nacozari Sur, núm. 2301 Fracc. Jardines del Parque 20270, Aguascalientes, Ags. www.inegi.gob.mx Portada: Zolipa, Veracruz, 1573, 31 x 40 cm, México (AGN) Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. La presente publicación presenta los resultados de una investigación científica y contó con dictámenes de expertos externos, de acuerdo con las normas editoriales del Instituto de Geografía. Esta dependencia agradece la colaboración del Instituto Nacional de Estadística y Geografía para la publicación de esta obra. Geografía para el siglo XXI Serie Libros de Investigación ISBN (Obra general) 970-32-2976-X ISBN 978-607-02-0419-7 Impreso y hecho en México Sumario Viejos temas, nuevas preguntas: la agenda de la historia de la cartografía iberoamericana hoy ................................9 Héctor Mendoza Vargas y Carla Lois Primera parte Las representaciones cartográficas Uma cidade, duas simbologias. Cartografia européia e chinesa de Macau dos séculos XVI e XVII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .21 Francisco Roque de Oliveira Orden simbólico y orden práctico: operaciones gráficas sobre la ciudad (Buenos Aires, 1740-1820) ...............................57 Graciela Favelukes Deconstruyendo un mapa, reconstruyendo un paisaje: la Pintura de Huaxtepec, 1580 ............................................93 Francisco Javier Moreno Núñez Segunda parte Las cartografías del territorio: estudios de caso El atlas parcelario del municipio de Llívia (Cataluña) de 1849 ...........123 Francesc Nadal El mapa del norte de Marruecos a escala 1:500 000 y la conferencia de Algeciras de 1906 .............................139 Luis Urteaga Construyendo el territorio. El desarrollo de la cartografía en Nueva España ............................................. 161 José Omar Moncada Maya Los mapas del Pacífico novohispano: apropiación y defensa de los litorales durante el siglo XVIII .......................183 Guadalupe Pinzón Ríos La exploración de la Patagonia central y los mapas de Llwyd Ap Iwan ............................................ 211 Fernando Williams Tercera parte La cartografía, la técnica y la planificación: aspectos técnicos de la producción o del uso de las cartografías A Comissão de Triangulação do município da Corte, 1868-1878. . . . . . . . .231 Manoel Fernandes de Sousa Neto Técnica, política y “deseo territorial” en la cartografía oficial de la Argentina (1852-1941) .....................................243 Carla Lois O mapa fabricado entre o campo e o gabinete: dimensões técnicas e discursivas da Comissão Geográfica e Geológica de Minas Gerais, Brasil (1891-1930) ............................................275 Maria do Carmo Andrade Gomes De Palas a Minerva: panorama de la representación técnica en el Río de la Plata 1789-1866 ..................................307 Teresa Zweifel En las fronteras del arte: topografía, cartografía y pintura en la Expedición de la América Meridional a fines del siglo XVIII. . . . . . . . .329 Marta Penhos Cuarta parte El Estado y la cartografía: mapas nacionales, profesionales e ingenieros militares El archivo en el campo: espacio, conocimiento y deslindes en la reforma agraria mexicana ...................................353 Raymond B. Craib Cordillera, frontera e identidad: representaciones cartográficas de la gobernación de Chile en el siglo XVI ..........................379 Alejandra Vega Palma Paradigmas en la cartografía cubana del siglo XIX ....................401 Jorge Macle Cruz Límites y cartografía en la frontera argentina durante el último tercio del siglo XIX ......................................427 Malena Mazzitelli Mastricchio Cartografía de los ingenieros militares en Nueva España, segunda mitad del siglo XVIII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441 María del Carmen León García El mapa geológico de México y Brasil, 1850-1900 ....................467 Héctor Mendoza Vargas y Silvia Fernanda de Mendonça Figueirôa Viejos temas, nuevas preguntas: la agenda de la historia de la cartografía iberoamericana hoy Héctor Mendoza Vargas Instituto de Geografía Universidad Nacional Autónoma de México Carla Lois Instituto de Geografía Universidad de Bueno Aires Durante un largo tiempo, el mapa antiguo no tuvo gran centralidad en los análi- sis del geógrafo ni del historiador en América Latina. Unos pocos profesionales se especializaron en el estudio de cartografías de tiempos pasados pero muchos de ellos lo hicieron comprometidos con ciertos discursos oficiales, preocupados por legitimar procesos políticos (en las metrópolis de los imperios y los nuevos esta- dos latinoamericanos que surgieron en el marco de la descolonización también). En las últimas décadas el campo de los estudios sobre la historia de la carto- grafía registra una renovación significativa tanto en aspectos cuantitativos como cualitativos, en el mundo entero, especialmente en el ámbito Occidental. Por un lado, se registra la multiplicación del número de publicaciones especializadas, eventos, sitios web e instituciones públicas y privadas que ponen a los mapas en un lugar central de sus actividades. Por otro lado, nuevas perspectivas de análisis están despojando a los mapas de esa función que tan eficientemente han desempeñado especialmente durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX: reivindicar lecturas del pasado deliberadamente sesgadas apoyadas en una selec- ción clave de mapas para reclamar derechos de toda clase. En contraposición, las tendencias más recientes han incorporado críticas al discurso cartográfico e indagan las prácticas de escritura cartográfica. Puede decirse que se ha instalado la preocupación por la dimensión representacional de los mapas en los términos que propone Edward Said (el estilo, las figuras del discurso, las escenas, los recur- sos narrativos y las circunstancias históricas y sociales) y su concreción material como objeto cultural. Este enfoque saca del centro del análisis la cuestión de las . 10 Héctor Mendoza Vargas y Carla Lois “distorsiones” de los mapas antiguos respecto de las representaciones modernas, así como también la cuestión de “la exactitud de la representación ni su fidelidad a algún gran original” (Said, 1978:45). Esta renovación no es un movimiento monolítico, pero las diversas líneas que se desprenden de ella pueden ser englobadas en tanto comparten una asun- ción, más o menos explícita, respecto del objeto de estudio: el mapa no puede ser abordado como si hubiera sido pensado, diseñado, producido y circulado dentro de una burbuja. Se asume ahora que es imperioso reinsertar la imagen en su tiempo, en su geografía y en su sociedad. Esto ha tenido el meritorio efecto de reencauzar un problema metodológico de larga duración: el análisis cartográfico solía reducirse a una descripción superficial en la que el mapa se pensaba como un objeto tan singular que no parecía resistir el diálogo con otros objetos o imá- genes de su época. Por ejemplo, aunque el mapa ha sido tradicionalmente consi- derado una imagen, la mayoría de los trabajos que se preocupan del tema imagen (en sus aspectos teóricos, en metodologías de interpretación y en clasificaciones de tipos de imágenes) generalmente ha omitido mencionar cualquier tipo de ma- pas.1 Y es llamativo que gran parte de los teóricos de la comunicación visual que sí se han ocupado de la naturaleza de los mapas, todavía siga ubicando al mapa dentro del campo de la ciencia positiva y, por tanto, diferente de otras imágenes culturales.2 Dentro del campo de los estudios culturales ha habido una reacción a esa tendencia. Ciertamente, estos planteamientos emergen cuando la iconografía es acusada de “carecer de dimensión social” y de “mostrar una gran indiferencia por el contexto social” (Burke, 2001:51) y cuando también la iconología, como méto- do específico para la interpretación de las imágenes desarrollado a comienzos del 1 Para ilustrar esta omisión del asunto cartográfico en estudios sobre las imágenes se citan sólo algunos de los trabajos más sólidos y originales sobre imágenes, cuyos aportes han sido, de todos modos, muy sugerentes para el trabajo con mapas: Barthes, 2001; Burke, 2001; Belting, 2002; Manguel, 2000. 2 Gombrich, en “El espejo y el mapa: teorías de la representación pictórica” (1982: 172-214) reconoce la necesidad de repensar los límites y los alcances de la representación pictórica pero, en cambio, asume concepciones rígidas sobre la imagen cartográfica. Mauricio Vitta (1999) publicó uno de los pocos estudios sobre imágenes que incluye una parte dedicada al análisis de las cartografías. Pero esa parte aparece bajo el título “Imágenes científicas” (capí- tulo 3 de la tercera parte), lo que en sí mismo define un enfoque limitado sobre la naturaleza de los mapas. Eso queda claramente manifestado por la oposición que marca respecto del capítulo que lo antecede, “Imágenes del arte” (capítulo 2 de la tercera parte). Harley cita otros trabajos que adoptan enfoques similares, como Umberto Eco en su Tratado de semiótica general y Rudolf Arnheim en New essays on the psychology of art (Harley, 2005:313). . Viejos temas, nuevas preguntas: la agenda de la historia de la cartografía iberoamericana hoy 11 siglo XX,3 es puesta en cuestión por ser considerada un método “demasiado preci- so y demasiado estricto en unos aspectos, y demasiado vago en otros” (Ibid.). Los cuestionamientos parecen concentrar gran parte de sus críticas en los métodos de abordaje y eso ha obligado a rever el uso de las imágenes en el trabajo profesional de quienes interpelan la historia, a través de mapas y de cualquier otro tipo de registro. Sobre este punto, Burke indicaba que “los historiadores necesitan la iconografía, pero también deben trascenderla. Tienen que practicar la iconología de un modo más sistemático, cosa que implicaría hacer uso del psicoanálisis, el estructuralismo y especialmente de la teoría de la percepción” (Ibid.). Esta nece- sidad de trascender e innovar en los métodos tradicionalmente adscriptos a disci- plinas y/o objetos para poder analizar las imágenes fue especialmente remarcada por John Brian Harley: para estudiar los “early maps” el historiador quizá tenga que volverse experto en las historias de distintos tipos de mapas, saber acerca de las técnicas de navegación y topografía, estar familiarizados con los procesos mediante los cuales se compilaban, dibujaban, grababan, impri- mían o coloreaban los mapas, y saber algo acerca de las prácticas comerciales de los libros y los mapas. Cada mapa es producto de varios procesos que involucran diferentes individuos, técnicas e instrumentos. Para entenderlos, necesitamos desplegar un conocimiento especializado de temas tan diversos como la biblio- grafía, la paleografía, la historia de la geometría y las declinaciones magnéticas, el desarrollo de las convenciones artísticas, emblemas y heráldica, así como las propiedades físicas del papel y los sellos de agua. La literatura correspondiente está igualmente dispersa en un gran número de disciplinas y lenguas modernas que forman parte de la historia de la ciencia, de la tecnología, las humanidades y las ciencias sociales. Sin embargo, el primer paso en la interpretación es la manera en que el o los autores de un mapa lograron hacerlo desde un punto de vista técnico (Harley, 2005:65). 3 En la formulación original de Edwin Panofsky (1939), la interpretación de las imágenes se dividía en tres niveles. El primero o preiconográfico consistía en la identificación de objetos a partir de “relaciones naturales”. El segundo nivel, el propiamente iconográfico, procuraba abordar el “significado convencional” o simbólico de la imagen. Finalmente, el nivel icono- lógico apuntaba a desentrañar el “significado intrínseco” de la imagen, es decir, los principios que la estructuran. Este enfoque recibió un importante impulso del grupo de Hamburgo, del que participaron Fritz Saxl (1890-1948), Edwin Panofsky (1892-1968) y Edgar Wind (1900-1971), entre otros. . 12 Héctor Mendoza Vargas y Carla Lois El interés se ha extendido desde los estudios culturales y más recientemente desde la teoría social. Numerosos aportes contribuyen a formular interesantes ideas en torno a la interpretación de los mapas y de sus características, al mismo tiempo que las nuevas preguntas indagan otros personajes, habitualmente ocul- tos o ignorados por la historia. Si en la década de 1960 los “colegas geógrafos […] habían llegado a com- parar la historia de la cartografía con la filatelia, por su interés supuestamente no crítico en la diferenciación y enumeración de objetos materiales” (Andrews, 2005:23), ahora ya nadie discute que el mapa, concienzudamente interpelado, es una llave que facilita la exploración de otras épocas y lugares. En un contexto en el que los mapas antiguos están siendo rescatados del olvi- do y revalorizados no sólo como objetos de colección, las imágenes cartográficas convocan a especialistas de variadas disciplinas y formaciones profesionales inte- resados en estudiar, restaurar, catalogar y exponer mapas de todos los tiempos y de todas las sociedades. Con ciertas especificidades, este movimiento también ha tenido su impacto entre los investigadores que trabajan sobre América Latina. El estudio de la historia de la cartografía de Iberoamérica está transitando nuevos caminos, tanto en lo que respecta a la conservación de los mapas como en lo concerniente a la interpretación de las imágenes propiamente dichas. Durante mucho tiempo, las bibliotecas y los archivos acumularon materiales cartográfi- cos de las oficinas públicas en condiciones bastante precarias, a veces debido a dificultades presupuestarias, pero también debido a la falta de una conversión y apertura de centros profesionales con servicios especializados y organizados no sólo para la atención de los académicos, sino también de los ciudadanos y a la carente preparación técnica para el resguardo adecuado y difusión de los mapas. Este saludable interés sigue presentando muchos obstáculos. El cuidado de- ficiente y poco sistemático sigue sin impedir del todo la acción del fuego, la hu- medad y el polvo. Tampoco alcanza a frenar el comercio legal o ilegal de piezas cartográficas. Estas circunstancias intentan ser contrarrestadas con la elabora- ción de catálogos o listas de mapas (con los datos de cada hoja, sus características físicas, los autores e imprenta o impresores), las tareas de limpieza, desinfección y protección, y la progresiva digitalización y el almacenamiento.4 En 2006 la historia de la cartografía fue, por primera vez, el tema convo- cante de una reunión académica en América Latina: los días 20, 21 y 22 de abril se desarrolló en Buenos Aires el I Simposio Iberoamericano de Historia de la 4 Véanse los intentos realizados para el análisis documental, conservación del material y tratamiento documental, así como la experiencia de las colecciones cartográficas en España, en: Jiménez Pelayo y Monteagudo López-Menchero (2001).

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