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Historia y enajenación mental. Acompasamiento y singularidad de una experiencia centenaria PDF

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Elena Maza Zorrilla Historia y enajenación mental. Acompasamiento y singularidad de una experiencia centenaria Las facilidades informativas que reúne atalaya para sopesar los avatares de una el investigador de los grupos dominantes en minoría emblemática de la marginación las sociedades del pasado, se truecan en social en nuestro país. innumerables barreras cuando el objeto de La excepcionalidad del ejemplo valliso­ estudio son los «diferentes», trátense de letano, donde se conjugan precocidad y minorías segregadas de la comunidad por arraigo secular, resulta patente si conside­ motivos de sexo, raza o religión, o del ramos que dicha trayectoria remonta su ecléctico y controvertido mundo de la arranque a la decimoquinta centuria y pro­ pobreza y la marginación. La preocupación sigue su curso en el momento presente, con en estos últimos años por planteamientos y más de cinco siglos a sus espaldas. El tem­ debates de género, o por el conocimiento prano nacimiento de la vieja Casa de Ora­ histórico de grupos sociales tradicional­ tes u Hospital de Inocentes, primera refe­ mente olvidados y carentes de liderazgo rencia histórica del rotulado más adelante (mendicidad, prostitución, delincuencia), Manicomio Provincial y hoy Hospital Psi­ apenas ha solventado uno de los puntos quiátrico, supone en ranking de antigüedad débiles del panorama historiográfico na­ un cuarto puesto a escala nacional y prácti­ cional. camente europea, pues hasta el entorno die­ La dispersión documental característica ciochesco no se detectan en Occidente del pauperismo, una franja permeable en ensayos consolidados de atención específi­ cuanto alternativa forzosa para muchos ciu­ ca a los enfermos mentales. Me refiero, en dadanos inmersos en un debilitado sistema concreto, a los prolegómenos de la reforma productivo, se acrecienta aún más en el psiquiátrica decimonónica defensora del caso expreso de los marginados. Es decir, carácter médico de la enfermedad mental y de aquellos colectivos situados «al mar­ su curabilidad y que impulsan, entre otros, gen» de la sociedad organizada, bien por Philippe Pinel y Jean Esquirol en Francia, transgredir la normativa legal (presos), los William Tuke y John Conolly en Gran Bre­ convencionalismos al uso (vagabundos, taña, o el anatómico Johann Christian Reil desarraigados en general), o los parámetros en Alemania. físicos y mentales vigentes en determinada Dentro de la Península, data de tiempos época (enfermos, locos). De ahí el interés bajomedievales la puesta en marcha de los que reviste Valladolid, representativo primeros establecimientos interesados en enclave de la España del interior, al brin­ un cometido asistencial hasta entonces darnos la inusual experiencia de una insti­ relegado, cuando menos, a un generalizado tución cinco veces centenaria dedicada a la abandono. He aquí, todos ellos de funda­ atención de los enajenados. Se trata, en este ción particular, los nombres de estos recin­ sentido, de una referencia modélica que, tos pioneros: el Hospital deIs Folls de desde el rigor crítico documental, sirve de Sancta María deIs Ignoscents de Valencia, Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., vol. XVI, n.Q 57, 1996, pp. 87-103. (88) 88 Elena Maza Zorrilla HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA creado en 1409 a iniciativa del P. Jofré y incluso en la presencia física del estableci­ una cofradía local y desaparecido un siglo miento, no tanto en la modernización de después; el Hospital de los Inocentes de sus métodos de trabajo, que avalan dicha San Cosme y San Damián de Sevilla, surgi­ compartimentación. A esta fragmentación do hacia 1436 por voluntad de Marcos Sán­ interna no han podido escapar las fuentes chez Contreras y adscrito al Hospital Gene­ documentales, diseminadas y faltas de la ral de las Cinco Llagas en la remodelación sistematización deseable en el quehacer decimonónica, estudiado en detalle por investigador, custodiadas hoy en distintos Carmen López1 y el Hospital de Nuestra organismos de carácter local, provincial y ; Señora de la Visitación o del Nuncio de la nacional (Archivo General de la Adminis­ ciudad de Toledo, erigido en 1483 a instan­ tración de Alcalá de Henares, Biblioteca cias de Francisco Ortiz con la finalidad de Nacional, Archivo Histórico Nacional). acoger expósitos (13 niños, en simbólico Quizá ello explique, aunque no lo justifi­ recuerdo de Jesús y los Apóstoles) y que, la ausencia hasta fechas recientes de dementes (33 personas, los años de vida estudios monográficos sobre esta institu­ terrenal de Cristo según la tradición cristia­ ción secular, tanto desde las inquietudes na). Por diferentes razones, a veces contra­ históricas como del ámbito específico de la puestas, de dicha terna sólo ha logrado psiquiatría2 • sobrevivir hasta nuestros días el precedente La primera de estas etapas es la más de Toledo, reconvertido en Hospital Psi­ extensa, pues abarca los tres siglos y medio quiátrico de San José y que, junto con su que transcurren desde la fundación del Hos­ homónimo vallisoletano, ostentan el deca­ pital, a finales del siglo XV, hasta el relevo nato de la asistencia mental en España. administrativo consumado por la Junta Pocas instituciones alberga la cita­ Municipal de Beneficencia en 1836. Se tra­ da capital castellana con la solera del Hos­ ta, sin duda, del tramo más prolongado en el pital Psiquiátrico, cuyo seguimiento pun­ tiempo, pero también del más esclerotizado, tual sirve de hilo conductor reflectante, a tono con otros indicadores simultáneos de como protagonista y como víctima, del la lentitud de las transformaciones socioe­ entorno local y de los valores imperantes en conómicas, ideológicas, mentales y cultura­ el discurso oficial del momento. En sus les dentro del modo de producción del Anti­ más de quinientos años de historia se dibu­ guo Régimen. El corpus informativo más jan tres etapas bien delimitadas, con sus­ abultado para este marco cronológico se tanciales elementos diferenciadores en el conserva, bajo el título «Hospital de Inocen­ régimen administrativo y económico, 2 Desde ambos supuestos, tan sólo disponemos I LóPEZ ALONSO c., Locura y sociedad en Sevilla. de la monografía de MAZA ZORRILLA, E., Valladolid: Historia del Hospital de los Inocentes (1436?-1840), sus pobres y la respuesta institucional (1750-1900), Sevilla, Publicaciones de la Excma. Diputación Pro­ Valladolid, Coedición de la Junta de Castilla y León y vincial, 1988. Véanse de esta misma autora sus traba­ la Universidad de Valladolid, 1985, y la Tesis doctoral jos, La pobreza en la España medieval, Madrid, 1986, de GARCÍA CANTALAPIEDRA, M. J., Historia de Hospi­ y «La asistencia social en la España del Antiguo Régi­ tal Psiquiátrico de Valladolid (1489-1975), presentada men», en JUNCO, J.A. (ed.), Historia de la acción en 1992 en la Facultad de Medicina de la Universidad social pública en España. Beneficencia y Previsión, de Valladolid, Area de Psiquiatría, actualmente en vías Madrid, Ministerio de Trabajo, 1990, pp. 25-66. de publicación. Historia y enajenación mental 89 (89) HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA tes», en el Archivo de la Catedral de Valla­ republicana3 No han faltado en esta polé­ • dolid, cuyo deán y cabildo asumen durante mica hoy superada voces discrepantes, estas centurias el patronato del estableci­ como la de Manuel Canesi, quien en su miento, al igual que es preciso recurrir a los Historia de Valladolid retrotrae la funda­ Libros de Acuerdos Capitulares y Libros ción del hospital al siglo XIV y reinado de Parroquiales depositados en el Archivo Dio­ Pedro el Cruel, sin mayores pruebas acredi­ cesano, y a fondos notariales e históricos tativas. Ni tampoco el empeño de algunos del Archivo Provincial y Universitario. analistas, a juzgar por referencias literarias, por deslindar refundadores entre profesio­ Entre estos legajos de protocolos nota­ nales de especial dedicación y valía, califi­ riales debiera hallarse, y no es así, el testa­ cativo aplicado por Concepción Arenal a mento original del doctor Sancho Veláz­ Victor Laza Barrasa, director del Manico­ quez de Cuéllar, oidor de la Real mio a mediados del siglo XIX, y en pala­ Chancillería de Valladolid, otorgado según bras de la insigne escritora, «segundo fun­ testimonios fidedignos el 13 de febrero de dador de este establecimiento cuyo nombre 1489 ante el escribano Cristóbal de la Ser­ queda grabado en el corazón de los amigos na. Un documento de especial transcenden­ de la humanidad»4. cia, por cuanto disponía el legado de sus bienes y casa de la calle Frenería (antes Prescindiendo de puntualizaciones eru­ denominada Lorigueros, luego Orates y ditas, interesa destacar el hecho de que, hoy Cánovas del Castillo) para transfor­ tanto este Hospital como la tríada prece­ marla en hospital y atender en ella a pobres dente, surgen al amparo de la iniciativa par­ enajenados, todo bajo la supervisión y res­ ticular, y no directamente de la esfera reli­ ponsabilidad de la iglesia mayor. giosa ni de la menos receptiva de los poderes públicos. Nos hallamos, por tanto, Fuentes diversas vienen insistiendo des­ ante una respuesta individual a las necesi­ de la Modernidad a nuestros días en esta dades asistenciales, apenas cubiertas por precisa autoría y datación, trátense de las las estructuras oficiales, donde se confun­ frías estadísticas contemporáneas de sello den los anhelos religiosos del ejercicio de oficial (Pascual Madoz, Ministerio de la la caridad y sus recompensas celestiales Gobernación), o de la pluma más cercana a (salvación eterna), con una toma de con­ los hechos de agudos observadores del ciencia más desinteresada del mundo de la pasado local, entre otros renombrados con­ pobreza y la marginación. Ello no impide vecinos, Antolínez de Burgos, Ventura que el patronato de esta institución se reser­ Pérez, Matías Sangrador o González Gar­ cía-Valladolid. Flanqueado el siglo XX, el facultativo del Hospital Francisco de Sis­ 3 SISNIEGA y PÉREZ, F. de, Datos históricos, cien­ niega y Pérez, médico-jefe del Departa­ tíficos y estadísticos referentes al Hospital de Inocen­ mento de Alienados y delegado de la Liga tes de la ciudad de Valladolid de 1489 a 1932, Valla­ dolid,1933. Española de Higiene Mental, defiende una La revista La Voz de la Caridad, contiene fre­ 4 vez más la veracidad de estos orígenes y cuentes alusiones de Concepción Arenal a esta institu­ transcribe con minuciosidad los Estatutos ción vallisoletana, al igual que su trabajo titulado La fundacionales y otros añejos documentos Beneficencia, la Filantropía y la Caridad, Memoria premiada por la Real Academia de Ciencias Morales y en un interesante trabajo editado en la etapa Políticas, Madrid, 1861. (90) 90 Elena Maza Zorrilla HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA ve, por expreso deseo del fundador, a la gregador del sistema, objeto de una casuís­ autoridad eclesiástica y se faculte al cabil­ tica coercitivas. do catedralicio para nombrar un prebenda­ Según los Estatutos fundacionales do responsable de su administración y vigentes en estos siglos, la admisión en el gobierno interno, «obrando siempre con el recinto exige acreditar dos condiciones: la mayor celo y economía». La apostilla pobreza, mediante certificación firmada resulta innecesaria, dada la cortedad patri­ por el procurador síndico y el párroco monial de partida y los escasos incremen­ correspondiente, y la demencia, circunstan­ tos que esta variante asistencial atraerá cia avalada por un facultativo, supeditándo­ durante la época moderna (donaciones, se la aceptación final del demandante a la mandas u obras pías, que apenas ayudan a siempre reducida capacidad interna. Lo sufragar los gastos generados por una vein­ más novedoso de esta sede, frente al marca­ tena de enfermos, treinta plazas en el mejor do localismo de que hacen gala la mayor de los casos). parte de los centros asistenciales coetáneos, Estas imbricaciones de carácter laico­ es la posibilidad de aceptar, además de a los religioso y maridaje fáctico con ingredien­ vallisoletanos, a enfermos procedentes de tes de reacción y progreso, lejos de desva­ otros municipios, en virtud de acuerdos que necerse, se intensifican con el paso del contribuyan al sostenimiento económico, y tiempo en todo el entramado hospitalario también a particulares no pobres, a cambio generado al abrigo de la mentalidad sacro­ del abono puntual de los derechos de entra­ social del Antiguo Régimen. Máxime en el da y las estancias devengadas. El matiz es caso específico de los dementes, una con­ importante pues la proyección exterior con fusa mezcla de inocencia y peligrosidad que inaugura su marcha este Hospital, des­ social, de adulto utilizable condenado a la bordante desde un primer momento del improductividad, que provoca sentimien­ acotado marco local, se va a convertir años tos encontrados de conmiseración y recha­ después en uno de sus más sólidos pilares zo: la obligación, más cristiana que social, financieros. Dichos encabezamientos inter­ de asistirlos, pero también el deseo irrepri­ provinciales y cuotas de pensionistas serán, mible de encerrarlos y apartarlos del resto en efecto, el principal baluarte de su perma­ de la sociedad. Las reflexiones aquí apun­ nencia secular por encima de contingencias tadas entroncan con un tema de hondo políticas y vaivenes coyunturales, aunque calado, cual es la valoración social de la también la causa determinante de rémoras locura, cambiante según el momento his­ flagrantes en la contemporaneidad de difí­ tórico, y una cuestión clave para legitimar cil solución. en ocasiones actitudes paternalistas y ver­ Bajo esta reglamentación interna de la gonzantes, y en otras el empleo de expedi­ Casa de Orates, subyacen otras lecturas. tivos métodos de punición. Algo similar Por ejemplo, una implícita denuncia de la ocurre, dentro del andamiaje viejorregi­ mental, con la figura del pobre que, casi sin darse cuenta, pierde su tranquilizador papel de trasunto de Cristo en la tierra, 5 Sobre estas cuestiones, puede verse MAZA ZORRILlA, E., Pobreza y asistencia social en España, merecedor de ayudas y limosnas, para siglos XVI al XX Aproximación histórica, Valladolid, convertirse en inquietante elemento dis- Publicaciones de la Universidad, 1987. Historia y enajenación mental 91 (91) HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA penuria asistencial y el desentendimiento amos esclarecer. Empero, lo que sí se cons­ común para con estos inocentes, como tata por vía indirecta y datos sueltos, es una expresivamente se les denomina en muchos rutinaria existencia marcada por la mono­ lugares del reino. De ahí la vocación inte­ tonía, principal componente de la alimenta­ gradora con que nace esta fundación, una ción, las costumbres y prácticas curativas, de las más tempranas del panorama una vida desconectada por completo del nacional, como ha resaltado entre otros mundo exterior, y amparada en un comple­ Dieter Jetter, la más septentrional de ellas y jo cruce de sentimientos de ayuda, ver­ de las más duraderas. Si exceptuamos Tole­ güenza, protección y represión. Mal enten­ do en el interior, y los dos núcleos aludidos deremos esta decantación marcadamente de la franja andaluza y mediterránea, el res­ asilar de un centro no especializado, que se to del territorio peninsular carecía de cen­ limita a una atención custodial de sus inter­ tros específicos para alienados, de ahí que nos, si no reflexionamos sobre las limita­ la erección de este Hospital comience a ciones de la ciencia médica y la ambigüe­ rellenar, siquiera geográficamente, un dad de las sociedades del pasado respecto a amplio vacío asistencial extensible en el los dementes, sumidos en un estado que les tránsito de la Modernidad a toda la mitad aleja del común de los mortales no se sabe norte. Ahora bien, sin menoscabo de su si por gracia de Dios o como terrible casti­ madrugadora presencia y ambicioso hori­ go demoníaco. zonte, basta confrontar la amplitud del Pese al dilatado marco cronológico que mapa potencial a subvenir con los raquíti­ abarca esta etapa, la ausencia de transfor­ cos medios económicos y las cortapisas maciones es su rasgo dominante. La persis­ asistenciales, para valorar con extrema tencia de los enfermos en el edificio origi­ modestia su inicial significado y repercu­ nal, sin notables oscilaciones en su capa­ siones. cidad asistencial, ni variaciones tampoco Sobre esta larga etapa conocemos la en el patronato, régimen administrativo o curva detallada dél movimiento de enfer­ económico, sustentan cuanto comentamos. mos, la evolución de los balances económi­ A lo sumo, y sólo cuando circunstancias cos, y aspectos relacionados con el perso­ excepcionales lo requieren, se acometen nal o la dirección del establecimiento, pero algunas reparaciones, como sucede en las fuentes consultadas dejan en el aire 1636 con motivo del sonado desbordamien­ multitud de interrogantes. El laconismo de to del río Esgueva, pero sin grandes alegrí­ la documentación a nuestro alcance impide as a juzgar por el monto facturado (en su traspasar en el análisis histórico los altos mayoría, veinte mil reales, procedentes de muros que durante estas centurias rodean al la reposición de herrajes, cerrojos y demás hospital, aunque les cueste reconocerlo, enseres de cariz conminatorio). más para proteger a los supuestamente cuerdos del exterior que a los locos inter­ El inmovilismo consustancial al funcio­ nos. Muy poco podemos alumbrar, por tan­ namiento interno del Hospital durante este to intramuros, sobre la vida diaria de los período, apenas se altera en su aspecto físi­ enfermos, sus hábitos de conducta, régimen co con pequeñas reformas efectuadas en el alimenticio, higiene, cuidados, tratamiento siglo XVIII, al tiempo que la ciudad intenta médico y tantos otros puntos como desearí­ superar su atonía secular, bajo las adminis­ (92) 92 Elena Maza Zorrilla HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA traciones de Pedro Dávila, Francisco de dos ni recibidos. Así ocurre en 1836 Villalpando (<<en 1720 hi~o en el corral sus (Decreto del 8 de septiembre), apenas con­ corredores con rejas cerradas de madera cluido el anodino reinado de Fernando VII, para que estuviesen allí los enfermos de día cuando el liberalismo en ciernes decide y de noche... hi~o asimismo la capilla de la secularizar la asistencia social y convertirla yglesia con su media naranja tallada»), F. en una parcela más de su nuevo organigra­ Javier Pérez García (<<en 1753 desi~o los ma administrativo. Esta embrionaria políti­ corredores y en ellos aumentó el hospital ca social del Estado isabelino, revitalizado­ con gran comodidad de los enfermos»), y ra de iniciativas ilustradas precedentes, Francisco Blanco (<<en el año 1774 se aca­ busca el arrumbamiento definitivo del sis­ vó de alargar el ospital hasta la pared que tema de caridad religiosa y particular mira a el león de la Santa Yglesia, con sus vigente hasta entonces, con muy escasa cuartos avrigados mui bien y mui acomo­ presencia de establecimientos de sello dados»)6. Poco más se podía esperar de una público, y su sustitución por una nueva red institución que, año tras año, cierra sus benéfica de patrocinio estatal. La justifica­ cuentas con apuros o números rojos y que, ción oficial de unas medidas en absoluto anclada en el pasado, cada vez siente inocuas, apunta hacia la armonización de mayor impotencia para absorber el acusado las prestaciones asistenciales a las exigen­ crecimiento de la demanda desde su restric­ cias de los tiempos, pero también se persi­ tiva oferta asistencial. gue, con inconfesado empeño, garantizar la El tiempo lento de la Modernidad choca tranquilidad ciudadana y eliminar cualquier con el acelerado discurrir de la época con­ resquicio de inadaptación a las nuevas temporánea, a cuyo vertiginoso ritmo evo­ reglas del juego, una meta irrenunciable luciona el principal artífice de este recorri­ para los defensores de la tambaleante causa do histórico por la alienación mental en liberal. España. Desde su ángulo de observación, Este primer paso remodelador del sec­ los dos últimos tercios del siglo XIX confi­ tor benéfico pone punto final a la autono­ guran una segunda etapa institucional, flan­ mía administrativa que tradicionalmente queada por el relevo administrativo de 1836 gozaban estas instituciones, regidas en su y el fatídico año 1898, escenario del devas­ mayor parte por cabildos, cofradías y tador incendio que provocará la salida del colectivos de escurridizo control oficial, Hospital del casco urbano y el inicio de una ahora sustituidos en sus tareas por Juntas nueva singladura en el Monasterio de de Beneficencia de impronta municipal. Nuestra Señora de Prado. En el marco vallisoletano, dicha Junta Frente al inmovilismo definitorio de la inaugura sin dilación su cometido, en el fase anterior, en estas pocas décadas se otoño de 1836, bajo la presidencia del agolpan cambios no siempre bien fragua­ alcalde constitucional Vicente Grijalbo, e integrada por ocho personas de designa­ ción corporativa. El Hospital de Dementes " ANTOLÍNEZ DE BURGOS, J., Historia de la ciudad es uno de los centros sometidos a su con­ de Valladolid, Edición ilustrada de finales del siglo trol y cuidado, según la nueva normativa XVIII, Tomo 1, pp. 468-469, Biblioteca Nacional en vigor, circunstancia que irrita sobrema­ (BN). Historia y enajenación mental 93 (93) HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA nera al cabildo catedralicio, poco dispues­ Junta de referirlas porque son bien conoci­ to a abandonar antiguas prerrogativas. La das»? batalla la tenía perdida de antemano pues Si comparamos este sombrío panorama, en esta pugna Iglesia-Estado, el incipiente extensible a casi todo el territorio nacional, orden burgués fundamentado en su poder con los avances alcanzados, por ejemplo, económico, social y político, llevaba todas en la vecina Francia al amparo de la refor­ Jas de ganar frente al trasnochado entorno ma psiquiátrica de Parchappe, el «Napole­ eclesiástico. Los roces entre ambas esferas ón de los asilos», fácilmente comprendere­ se saldan, en raras ocasiones, con una mos el largo camino aún por recorrer. entente cordial, como la obtenida con el Piénsese, como modelo más significativo, nombramiento de Victor Laza, arcediano en la Maison Royale de Charenton, diseña­ de la Catedral, para el cargo de director del da bajo las directrices de Jean Esquirol en Hospital en 1840. las afueras de la ciudad y paradigma de la Más que detenernos en entresijos asistencia asilar manicomial en el continen­ gubernativos, que afectan al currículum te. El nacimiento de la psiquiatría como personal de los asistentes, interesa averi­ ciencia independiente en esta centuria, vie­ guar el alcance de la reforma liberal para ne acompañado del empuje de una socie­ los asistidos, en este caso, Jos dementes. dad secularizada, que pretende conquistar Para ello disponemos de una Memoria ela­ el último reducto de la concepción mágica borada por la Junta Municipal de Benefi­ del enfermar reservado a la locura. La cencia en 1845, donde explicita, con un medicalización de los asilos para alienados lenguaje tan gráfico que invalida otros -y de los centros benéficos en general­ comentarios, la deficiente situación de emprendida en la Europa decimonónica, estos enfermos avanzada la contempora­ desplazando a la Iglesia y otros grupos no neidad: «por desgracia el edificio es tan profesionales de su tradicional cometido reducido que no es posible dar cavida a asistencial, debemos enmarcarla dentro de todos los que acuden no sólo de Castilla la reforma psiquiátrica emergente, partida­ sino también de Extremadura, Galicia y ria del enfoque médico de la enfermedad Asturias, como que no hay otro estableci­ mental y de métodos más humanizados miento análogo en ninguna de ellas ni más para con los dementes, a favor del trata­ inmediato y éste sólo contiene 29 jaulas y miento moral y en contra de la tortura. 4 más en la enfermería, distribuidas unas y Las inquietudes de los nuevos gestores otras en tres pisos y con la devida separa­ del Hospital de Valladolid, conscientes de ción de sexos, pero carece de la ventilación y desahogo necesarios en estos edificios... En el actual parecen encarcelados más que Informe de la Junta Municipal de Beneficencia 7 otra cosa, pues por todo desahogo tienen de Valladolid dado al Ilustre Ayuntamiento Constitu­ cional de esta ciudad en I8 de marzo de I845 sobre el un pequeño corral que apenas tendrá unos origen. servicios, recursos y reformas que necesitan dos mil pies de superficie dividido para los los establecimientos de la misma, Valladolid, 1845, dos sexos. Las consecuencias del acina­ fol. 7, Archivo Municipal (AMV). Una visión general miento de personas que es consiguiente en sobre la situación de estos centros en la Espafla deci­ monónica, la ofrece ÁLVAREz URÍA, E, Miserables y tan corto espacio de terreno circundado de locos. Medicina mental y orden social en la España muros de tres pisos de altura, se abstiene la del siglo XIX, Barcelona, Tusquets, 1983. (94) 94 Elena Maza Zorrilla HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA la mala imagen de un centro preferente­ cuIares, y la contrapropuesta de repartir en mente represivo y congestionado, dan por lo sucesivo la desbordada carga entre un resultado la adquisición de la Casa del Cor­ sector público y otro complementario pri­ dón en la calle Herradores, hoy Alonso Pes­ vado, desechando exclusivismos poco quera, comprada al duque de Abrantes por pragmáticos. la suma de 140.000 reales. En vísperas de La mudanza al nuevo edificio posibilita, lo que será su primer traslado en casi cuatro a juicio de los miembros de la Junta, siglos de historia, Victor Laza recapitula «sacar a los enfermos de los calabozos sobre su labor al frente del establecimiento lúgubres en que éstos gemían», y abrir la y se enorgullece de que, al menos, «los espita hacia la dignificación social de estos dementes coman en comunidad y aún recen desventurados. Ahora bien, parece tratarse algunas oraciones después de las comidas, de una meta a largo plazo pues, una vez ins­ mejorándose al mismo tiempo el tratamien­ talado el Hospital en la rehabilitada sede to de manera que se consiga la pronta y (antiguo palacio del condestable Pedro de radical curación de la mayor parte»8. Por Mena), sus objetivos programáticos rebo­ estas fechas, el número de internos rebasa san conformidad: «dar asilo a las personas ya el centenar, con una nutrida representa­ de uno y otro sexo que reclamen el trata­ ción procedente de las provincias concerta­ miento y curación de enfermedades menta­ das y de pensionistas, en manifiesto desblo­ les o su conservación si aquellas fueran de queo del anquilosamiento secular para las incurables, defendiendo al propio tiem­ regocijo de los aspirantes y agobio -por po a la sociedad de los peligros a que le impuntualidad en los pagos- de las arcas expondría el abandono de seres privados de institucionales. razón»9. Como vemos, los avances materia­ Mediada la centuria, la remodelación les no comportan la superación de viejos del sector benéfico acometida a nivel prejuicios presentes en la España decimo­ nacional (Ley del 20 de junio de 1849 y nónica, donde los cambios mentales van Reglamento del 14 de mayo de 1852), rati­ muy a la zaga de las demás modificaciones, fica la transformación interina de este Hos­ ni siquiera el abandono del carácter cerrado pital de Dementes en establecimiento pro­ y marcadamente asilar que rezuman estos vincial y su cesión a la correspondiente Junta (Real Orden del 11 de mayo de 1848). Este reajuste del moderantismo en el poder, implica un frontal rechazo de la Informe evacuado por la Junta Municipal de fracasada uniformidad administrativa ante­ 9 Beneficencia de Valladolid y remitido al Ilustre Ayun­ rior, sustentada en la municipalización asis­ tamiento en 21 de junio de 1848 sobre sus estableci­ tencial y la supresión de los centros parti- mientos, Valladolid, 1848, AMY. Las valoraciones sociales y actitudes frente a los diferentes sectores de la marginación social, desde una perspectiva histórico­ estructural que relaciona métodos punitivos y modo de producción, pueden confrontarse en SERNA ALONSO, 8 Acerca del consensuado nombramiento de Vic­ J., Presos y pobres en la España del XIX. La determi­ tor Laza y su papel al frente del Hospital, encontramos nación social de la marginación, Barcelona, PPU, información detallada en Gobernación, Sección Bene­ 1988, YBERGALLI, R. YMARI, E.E. (coords.), Historia ficencia, Leg. 7223, Archivo General de la Adminis­ ideológica del control social (España-Argentina, tración de Alcalá de Henares (AGAAH). siglos XIX-XX), Barcelona, PPU, 1989. Historia y enajenación mental 95 (95) HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA establecimientos monográficos por enton­ asistencial para la mitad norte de España, ces. una amplia franja de la península carente Dicen que la dicha no dura en la casa del de una infraestructura mínima de atención pobre y así, lo que parecía confortable, mental. A nivel nacional, según los datos pronto se muestra insuficiente (<<lo que en ministeriales filtrados por primera vez a la un principio fue grande es hoy pequeño y luz pública, en 1847 ascienden a 7.277 los mezquino, sin que sus departamentos se enajenados existentes de ambos sexos, de encuentren distribuidos según previene la los cuales tan sólo el 22,3% (912 hombres higiene»). A estas alturas, la cifra de inter­ y 714 mujeres) se encuentra recluido en nos ronda los trescientos, en imparable diferentes sedes, ya sean centros específi­ ascenso que obliga a colocar nuevas camas cos para dementes (Mérida, Valladolid, en las enfermerías y oficinas, a derribar Toledo, Zaragoza), Hospitales generales tabiques e incluso, como sucede con moti­ (Hospital de Santa Cruz y Casa de Caridad vo de los intermitentes brotes coléricos, a de Barcelona, Hospital General de Valen­ instalar enfermos dentro de la capilla y en cia, Hospital de las Cinco Llagas de Sevi­ la panera. La principal razón de esta creci­ lla, entre otros), Casas de Expósitos, Casas da demanda son los conciertos vigentes con de Misericordia, Penales, Conventos o cua­ catorce provincias españolas del País vas­ lesquiera de las restantes variedades benéfi­ co, Cantabria, Asturias, Galicia, Castilla­ casll • León y Extremadura, que envían aquí a sus Perfiladas las condiciones de estos dementes previo abono de 150 reales por enfermos en un centro público especializa­ los derechos de entrada, junto a personas do, categoría asignada a la Casa del Cor­ remitidas desde Madrid por órdenes guber­ dón de Valladolid, una de las pocas que nativas, habitualmente presos comunes. arrancará alabanzas de críticos tan diver­ Las cifras obtenidas por el director, Teodo­ gentes como C. Arenal, Desmaisons o Fra­ ro Rodríguez Monroy, y revalidadas por la ser, no cuesta demasiado trabajo calibrar el Junta Provincial de Beneficencia en su retraso español respecto al entorno euro­ Memoria de 1855, son elocuentes: de los peo más vanguardista en la asistencia psi­ 278 internos contabilizados en ese momen­ quiátrica. Me refiero, en concreto, a la to en el Hospital, 197 proceden de las suso­ cobertura ofrecida por países punteros dichas provincias, 28 son pensionistas, 19 reclusos trasladados por mandamiento judi­ cial, y apenas 34 los pertenecientes a la En junio de 1848 se publican las primeras esta­ capital y entorno vallisoletanos 11 10. dísticas oficiales de enajenados reconocidos en Espa­ Es evidente que, con el paso del tiempo, ña, una cuantificación de la que apenas habían ofreci­ esta institución revalida su destacado papel do esbozos, con anterioridad, Joseph Towsend en 1787 (A Journey Through Spain in the years 1786 and 1787, Londres, 1787, pp. 343 Y ss.) Y Luzuriaga en 1817. Para mayor información, véase Estadística de 10 Estado que comprende todos los datos, noticias dementes que existían en España e islas adyacentes y antecedentes que el ilustrísimo señor Director Gene­ desde 1846 a 1847, formada por el Excmo. Sr. D. ral de Establecimientos penales, Beneficencia y Sani­ Pedro María Rubio con los datos oficiales que le han dad se sirvió pedir a la Junta Provincial de Beneficen­ sido facilitados por el Ministerio de la Gobernación cia en comunicación de 12 de agosto próximo pasado, del Reino, Madrid, 1848 (Apud. La Gaceta de Madrid, Valladolid, 1 de septiembre de 1855, AGAAH. 7 de octubre de 1848). (96) 96 Elena Maza Zorrilla HISTORIA DE LA PSIQUIATRÍA como Gran Bretaña, Alemania o Francia, El segundo paso en la reestructuración según los datos orientativos facilitados en liberal del sector benéfico está ligado a la su día por J. B. Ullersperger12 Todo ello desamortización decretada en 1855, con los • ayuda, asimismo, a comprender el auge progresistas en el poder y Madoz al frente experimentado en este siglo por la psiquia­ del Ministerio de Hacienda. Asumida la tría privada, que intenta cubrir uno de los pérdida irreversible de la autonomía admi­ flancos más desguarnecidos de la medicina nistrativa, estas instituciones tendrán que y la beneficencia públicas. Dicha oferta despedirse también a la fuerza de su auto­ adquirirá notable desarrollo en la zona de suficiencia económica, privándoseles Cataluña (La Torre Lunática, San Baudilio mediante dicha Ley del 1 de mayo de todo de Llobregat, Nueva Belén, Instituto Fre­ derecho a poseer bienes inmuebles, censos nopático), y en menor medida en el resto y demás propiedades, para pasar a de España, casi siempre de la mano de los depender por completo del Estado y los hospitalarios de San Juan de Dios (por presupuestos públicos. El impacto desa­ ejemplo, los Psiquiátricos de Palencia, mortizador sumerge en un profundo des­ Carabanchel Alto y Ciempozuelos en concierto a los centros asistenciales de Madrid, o el Hospital de Santa Agueda en Valladolid, en especial al Hospicio Provin­ GuipÚzcoa). También en Valladolid, preci­ cial y a los Hospitales de Santa María de samente a iniciativa del ex-director del Esgueva y de la Resurrección, que acapa­ Hospital de Dementes, el alienista Lázaro ran más del 80% del total enajenado y redi­ Rodríguez, ferviente admirador de Pinel y mido al ramol4 • Esquirol, veremos surgir en la década de Muy distinto es el caso del Hospital de los setenta el Manicomio privado de San Dementes, al que se desamortizan bienes Rafael, constreñido en su capacidad inter­ cuyo remate representa el 10,8% del sector na, pero con renovados planteamientos y (tres fincas urbanas y diecisiete rústicas), prestaciones 13. en virtud de su mermado patrimonio y ati­ picidad en la composición interna de sus 1~ ULLERSPERGER, J. B.,La historia de la Psicolo­ ingresos, provenientes como principal gía y de la Psiquiatría en España desde los más remo­ fuente de financiación de su actividad asis­ tos tiempos hasta la actualidad, Prólogo, revisión y tencial, de los enfermos enajenados (estan­ notas de V. Peset, Madrid, Alhambra, 1954. D Según los datos remitidos en febrero de 1880 al cias concordadas) y no de bienes enajena­ Ministerio de la Gobernación por el entonces director, bles. Así se explica que, consumada la Dr. P. Rodolfo Rodríguez, son 27 los acogidos en este desamortización y sin trato de favor algu­ Hospital particular, todos ellos pensionistas (22 varo­ no, siga siendo la única institución benéfica nes y 5 mujeres), y con la siguiente clasificación tipo­ lógica: tranquilos (6), semitranquilos (18), agitados vallisoletana autosuficiente, es decir, que es (1), epilépticos (1), e indeterminados (1). Como ocu­ capaz de mantenerse con sus propios recur­ rre en su colega local de sello público, la mayoría de dichos internos no son vallisoletanos (cuatro oriundos de Valladolid, y el resto procedente de Alava, Burgos, Coruña, Jaén, León, Logroño, Navarra, Santander, 14 Sobre estas cuestiones, véase MAZA ZORRILLA, Soria, Oviedo y Vizcaya). Consúltese, para profundi­ E., «Incidencia de la desamortización de Madoz en la zar en la dinámica interna de éste y los demás Manico­ beneficencia vallisoletana», en VVAA, Desamortiza­ mios activos de la península en 1880, Sección Gober­ ción y Hacienda pública. Madrid, Ministerio de Agri­ nación, Leg. 2188, Archivo Histórico Nacional cultura e Instituto de Estudios Fiscales, 1986, Tomo 11, (AHN). pp. 137-177.

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