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Historia de las religiones PDF

523 Pages·1975·11.298 MB·Spanish
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HISTORIA DELAS RELIGIONES s. a. tokarev SOCIOLOGÍA O EDITORIAL DE GJENCtAS\SOCÍALESr LA HABANA. 1975 Titulo original en ruso: Religia v istorii narodov mira. Tomado de Editorial Cartago, Buenos Aires, 1965. Cotejo de la segunda edición soviética, Editorial Literatura Política, Moscú, 1965, realizado por Natasha Labzovskaia. Primera edición en ruso: 1964. Edición: Gladys Alonso y Angel Luis Fernández. Diseño: Antonio Canet. Corrección: Elba Pérez Rodríguez. Editorial de Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, calle 14 no. 4104, Marianao-13, Habana PRÓLOGO A LA EDICIÓN CUBANA Serguei Aleksandrovieh Tokarev (n. 1899) es uno de los fundadores de la escuela etnográfica soviética. Su actividad científica estuvo enlazada desde muy temprano a los estudios etnológicos. Dirigió el Departamento de Países Coloniales y más tarde el de Pueblos del Norte del Museo de los Pueblos de la URSS, pasando luego a ocupar la dirección de un departa­ mento en el entonces Museo Central Antirreligioso, que a par­ tir de 1931 se convirtió en Museo de Historia de la Religión y el Ateísmo. En la actualidad el profesor Tokarev dirige el Sec­ tor de Europa Extranjera del Instituto de Etnografía “N. N. Miklujo-Maklai” de la Academia de Ciencias de la URSS. Desde su jüventud Serguei Aleksandrovieh participó como maestro en el ingente esfuerzo que tenía lugar en el país sovié­ tico, bajo la dirección de Lenin, por el aumento del nivel edu­ cacional de las masas trabajadoras. Más tarde, durante muchos años, su labor docente se ha venido ejerciendo en la Cátedra de Etnografía de la Universidad “Lomonosov” de Moscú, en donde ha profesado distintas materias, entre ellas el curso de Historia de la Religión y el Ateísmo, además de haber impar­ tido cursos en universidades extranjeras como la de Berlín y la de Leipzig. La obra científica del profesor Tokarev ha sido en extremo fructífera, parejamente con el nivel dé su erudición. Sus tra­ bajos publicados, que suman casi dos centenas, cubren una gran diversidad de temas que son reflejo de la amplitud de sus inte­ reses científicos, muchos de los cuales han sido traducidos a otras lenguas. Entre los mismos bastarían citar Etnografía de los pueblos de la URSS, Historia de la etnografía rusa, Funda­ mento de la etnografía y Formas tempranas de la religión, así como su participación en la obra colectiva en varios tomos Los pueblos del mundo, en la que Serguei Aleksandrovieh hizo una contribución fundamental como colaborador y redactor. Algu­ nos tomos de esta serie tales como Los pueblos de Australia y Oceanía, Los pueblos de América y Los pueblos de Europa, contaron con la participación del profesor Tokarev en calidad de colaborador. Por último el libro que 1a Editorial de Ciencias Sociales ofre­ ce en esta ocasión al lector cubano bajo el título de Historia de tas Religiones, es la traducción de la segunda edición rusa, que lleva por título original La religión en la historia de los pueblos del mundo siendo el más logrado esfuerzo por ofrecer una visión de conjunto sobre el surgimiento y la evolución de las creencias religiosas, vinculándolos al desarrollo histórico de la humanidad. La religión constituye un campo de estudio, de polémica y de permanente actividad por parte de los etnólogos. Al ser un fenómeno enmarcado en !a conciencia social, su interpretación no puede sustraerse a diferencias metodológicas de enfoque. En este sentido pueden distinguirse claramente dos grandes ver­ tientes con connotaciones de diversos matices y teorías. Una de ellas se informa de corrientes idealistas o particularmente fideístas; la otra toma cuerpo a partir de posiciones materialis­ tas que llegan a definir interpretaciones marxista-leninistas. El historiador marxista de las religiones Ambrogio Doriini, se refería a las dificultades metodológicas que tradicional­ mente ss reflejan en los estudios de sistematización en esta materia. En tal sentido escribía Donini que su desarrollo “siempre se ha visto trabado por las preocupaciones de las escuelas teológicas, que han considerado a la religión como un ‘hecho revelado’ y la historia de las religiones con un mayor o menor grado de alejamiento de esa primera interven­ ción sobrenatural, hasta llegar a la completa ‘revelación cris­ tiana’.” Y más adelante añade, “para el criterio de los teó­ logos, sea cual fuere la forma del culto que profesan, la línea de separación es siempre la misma, a saber: mi religión es la única verdadera, toda's las otras son falsas. Así razonan el monje budista, el intérprete del Corán, el sacerdote sintoísta, el ministro protestante o el predicador jesuíta.”1 En el siglo xix, en lucha abierta contra los evolucionistas (y no menos enconadamente contra los fundadores del marxis­ mo), tiene lugar el desarrollo del difusionismo. Aunque la ciencia etnológica marxista reconoce el hecho de la difusión cultural, le concede una importancia secundaria y una extensión limitada en el plano espacial, en consonancia fundamentalmente con el nivel de desarrollo similar alcan­ zado por los pueblos portadores de culturas emisoras y recep­ toras de la influencia, negando la posibilidad1 de que se pro­ duzca la propagación de eulturas a partir de hipotéticos centros, en escala universal. Al negar las ideas de evolución y progreso de la sociedad humana así como la sucesión histórica estadial, cuyas bases fueron asentadas sólidamente por Marx y Engels, los difusío- nistas concedieron atención primordial a la propagación de 1 Donini, Ambrogio, Hiitoria de ¡os religiones, Ed. Política, í& Habana, 1983, p. 20. -.. .i-, los elementos integrantes de las culturas humanas, al présta­ mo cultural. En tal sentido Ratzel elaboró un llamado método histórico- geográfico, en virtud del cual se cartografiaba la pretendida difusión de elementos culturales como pudieran ser, por ejem­ plo, la existencia y el uso del arco y la flecha o la observan­ cia de determinadas costumbres entre distintos pueblos, con Independencia de su cercanía geográfica. Por su parte, Leo Frobenius concibió la difusión no en base a elementos cultu­ rales aislados, sino a verdaderos complejos que se trasmitían de unas regiones a otras, lo que daba lugar a la formación de “círculos culturales” (en alemán Kulturkreis). Continuando las investigaciones en este mismo espíritu difu- sionista, Anckerman, Graebner y Schmidt, estudiaron las cul­ turas de Africa, Oceanía y América del Sur. Entre ellos, el último mencionado, el padre Wilhelm Schmidt, se considera fundador de la escuela católica en la etnografía y la antropo­ logía, llamada escuela histórico-cultural o de Viena, que cons­ tituye la más destacada corriente fideísta dentro de la disci­ plina etnológica. En contraposición a las escuelas idealistas, ha tenido lugar el desarrollo de la escuela etnológica marxista-leninista, cuya vanguardia es ocupada por los científicos de la' Unión Sovié­ tica. En cada época, y desde la Antigüedad, se han ofrecido interpretaciones materialistas del fenómeno religioso. Esto constituye una rica experiencia que se ha sucedido histórica­ mente hasta la aparición del marxismo-leninismo, quien se sir­ ve creadoranjente del materialismo dialéctico, para establecer bases verdaderamente científicas para la interpretación de los fenómenos de la sociedad, la historia y la cultura humana. Como señala el profesor Tokarev, “muchas generaciones de pensadores y científicos han trabajado sobre cuestiones de la esencia, el origen y ia historiar del desarrollo de la religión, aunque ni la ciencia antigua ni la feudal, ni la burguesa, han podido, por supuesto, resolver hasta el final estas cuestiones”.2 En la interpretación de la religión como fenómeno histórico- social, se han ofrecido algunas sistematizaciones que tienen como punto de partida los mismos principios historicistas. Cada una ha hecho su aporte a la ciencia marxista de la reli­ gión, derivándose de ellas importantes contribuciones al desa­ rrollo de estos estudios. La Historia de las religiones del profesor Tokarev es una buena muestra de las investigaciones practicadas por los etnó­ logos soviéticos en este campo, que vienen a enriquecer la bibliografía temática existente, algunos de estos trabajos son conocidos por el lector cubano tales como Historia de las reli­ giones escrita por el investigador Ambrogio Donini; Orígenes de la religión, por el estudioso y héroe de la Resistencia Fran- * Tokarev, Serguei A., La religión en la historia de los pueblos del mundo, Ed. Literatura Política, Moscú, 1965, p. 13 (en ruso). cesa Charles Hainchelin (Lucien Henry), y Las raíces de la religiónt por el científico soviético profesor Sujov, a los que se suman compilaciones publicadas de Marx, Engels y Lenin so­ bre la religión. Toda clasificación verdaderamente científica de las religio­ nes debe partir de la consideración fundamental de la propia historia de la sociedad humana (que es al propio tiempo la historia de la aparición y el desarrollo de la lucha de clases), lo cual da lugar al surgimiento de formaciones sociales anta­ gónicas; puesto que como señalara Marx, no existe una histo­ ria independiente de la religión. Sin embargo, el marxismo- leninismo nos enseña que no es posible interpretar las formas de la conciencia social —entre ellas la religión, ni la cultura en sentido amplio—, de una forma mecánica en sus correla­ ciones con la base económica de la sociedad. La superestruc­ tura ideológica es producto de la base económica, pero los cambios y transformaciones que experimenta no son mecáni­ cos, ni se operan a un ritmo similar a los de esta última. Ade­ más, su carácter no es pasivo, sino que incide a su vez sobre la base económica, ayudando, demorando o a veces des­ viando los procesos de desarrollo y el progreso histórico de una sociedad dada. El profesor Tokarev parte, para la elaboración de su siste­ mática de la religión, de la división establecida desde hace mucho en la ciencia marxista en dos tipos fundamentales, es decir, religiones del régimen preclasista (gentilicio-comunal) y religiones de las sociedades clasistas. Tanto en una como en las otras, la impotencia del hombre, su indefensión en la lucha con la naturaleza durante el régimen primitivo y la debili­ dad de las clases explotadas en lucha con los explotadores en el seno de la sociedad clasista, constituyen condiciones gene­ rales que sirven de apoyo a las creencias en un mundo sobre­ natural. Con respecto a las religiones de las sociedades pre- clasistas —aclara Tokarev—, “a falta de uno mejor, utilizaré el término cultos tribales para significaT, en el más amplio sentido, todas las ceremonias y creencias, surgidas y vigentes en las condiciones del régimen gentilicio-tribal y durante su descomposición”.3 Parecería que la subdivisión de las religiones de la sociedad clasista debía seguir los contornos cronológicos de las forma­ ciones económico-sociales, es decir, religiones del régimen esclavista, religiones del régimen feudal, religiones del régi­ men capitalista. Sin embargo, sin negar las especificidades de la religión en cada formación clasista distinta' de la sociedad —esclavista, feudal, burguesa— no resulta ser lo más adecua­ do sistematizar las religiones en base a estas categorías. Y es que de la aplicación de la clasificación histórica estadial no se derivaría la posibilidad de encuadrar las distintas religiones que han tenido lugar en las sociedades clasistas —cada una de ellas por separado—, en el marco de una sola de las forma- 8 Tokarev, Serguei A., Formas tempranas >de la religión, Ed. Cien­ cia, Moscú, 1964, p. 16 (en ruso). dones económico-sociales. Al mismo tiempo, las religiones que tienen lugar en cada una de estas últimas guardan simili­ tudes entre sí, siendo posible reconocer que, por ejemplo, las comunidades monásticas budistas tempranas eran más pare­ cidas a las primeras comunidades cristianas que ambas a la organización lamaísta actual o a la iglesia católica de nuestros días. Otro tanto ocurre con otras religiones que en realidad presentan formas diferentes en correspondencia con distintas épocas históricas. El judaismo no es en la actualidad el mismo que era hacia la época del Segundo Templo y mucho menos se identifica con el que era en tiempos de David y Salomón.4 Tokarev subraya la necesidad de observar la comprensión histórica del fenómeno religioso, pero sin forzar la clasifica­ ción de las religiones hasta hacerlas coincidir cronológica­ mente con las formaciones económico-sociales. Atendiendo a las razones expuestas, si pretendiéramos tal cosa, ni una sola religión conocida entraría por entero en las casillas de este esquema. Tomando en cuenta las consideraciones expuestas, el profe­ sor Tokarev subdivide las religiones de la sociedad clasista en nacionales y universales. “En la literatura marxista se acepta denominar como religiones universales aquellas que surgidas en un determinado medio étnico, sin embargo, salieron de sus marcos y se han difundido en la,actualidad entre los pueblos de distintos estados, de distintas lenguas. De tales religiones se conocen tres, budismo, cristianismo e islamismo.”9 Todas las demás religiones formadas también en las condiciones del régimen social clasista, permaneciendo en los marcos de deter­ minados estados y/o comunidades étnicas (pueblos), según Tokarev "pueden ser llamadas convencionalmente naciona­ les”. No obstante, “con la división de las religiones clasistas en nacionales y universales no se agota la tarea de su siste­ mática; así, entre las religiones nacionales hay tantas y tan distintas entre sí en muchos sentidos, que es indispensable establecer algún tipo de división en el seno de esta categoría”. Y más adelante añade que “la similitud y la diferencia entre las religiones nacionales (esto también es válido para las reli­ giones universales), se explican por las condiciones históricas de vida de los pueblos a los que corresponden (...) En el modo de vida social, en el patrimonio cultural de cada pueblo, y a] propio tiempo en sus creencias religiosas, siempre se encuentra la herencia de épocas anteriores”.* Si comparamos la clasificación de las religiones propuesta por Tokarev con la elaborada por Donini, encontramos que este último agrupa las religiones siguiendo los contornos cro­ nológicos de las formaciones económico-sociales. “Una clasifi­ cación verdaderamente científica de las religiones —escribe * iba., p. 12. 5 Ibid., p. 13. • Ibid., p. 14. Donini—, no puede prescindir de una justa interpretación de los orígenes de la ideología religiosa y de su desarrollo en las sucesivas etapas de la sociedad. Sólo será correcto hablar pues de religiones de la comunidad primitiva, de religiones de la sociedad feudal y de religiones de la sociedad capitalista.”1 Pese a que Donini parte del principio historicista de la exis­ tencia de formaciones económico-sociales, válido como marco de refererfcia, no le es posible encerrarse herméticamente en estas categorías. El propio Donini señala con justeza que "no existe una única religión cristiana, sino tantas formas de cris­ tianismo como épocas sociales [evidentemente el autor se refiere a las formaciones económico-sociales] atravesaron las comunidades cristianas en 2 000 años, desde los orígenes del cristianismo primitivo y el catolicismo hasta el protestantis­ mo.” 8 De acuerdo con los argumentos desarrollados, la siste­ matización de Tokarev nos parece la más adecuada, ya que se ajusta convincentemente a la realidad histórica. Los trabajos de crítica que se han realizado sobre Historia de las religiones por destacados investigadores marxistas, por Tokarev. La profesora Berta I. Sharevskaia, especialista en religiones de África, autora de una de las reseñas, escribe que “tal clasificación responde a las exigencias del estudio marxista de las religiones, y es difícil que pueda encontrar opositores”.® Por su parte el profesor Iosif R. Grigulevich, investigador latinoamericanista y especialista en religión, también ha valo­ rado altamente el libro de Sergueí A. Tokarev en su reseña crítica. “En la literatura marxista —señala Grigulevich— hasta ahora no ha habido ninguna muestra completa de la historia de la religión en relación con el desarrollo histórico de la humanidad. La investigación de TokaTev, en compa­ ración con otros trabajos que nos son conocidos de marxistas soviéticos y extranjeros, nos parece el más completo.”10 Como reconoce el profesor Tokarev en ei prólogo de su libro, “El autor no puede tener pretensiones de ofrecer una visión que agote el tema de la historia1 de las religiones en todos los países y en sus lazos multifacéticos con la vida material. Tal tarea tiene que ser por fuerza de un colectivo de especialistas y exigirá una obra en muchos tomos.” No obstante todas las dificultades que confronta escribir un trabajo de esta naturaleza, que por su envergadura puede contener, y de hecho contiene, puntos débiles y polémicos, 7 Donini, Ambrosio, op. cit., p. 23. • Ibid., pp. 80-81. • Sharevskaia, B., Shtaerman, Grigulevich, I., Tokarev, S. A. “La religión en la historia de las pueblos”, revista Sovietskaia Etnografía, no. 5, 1964, p. 129 (en ruso). Ibid., p. 130. consideramos que Historia de las religiones es un libro de incalculable valor tanto para el investigador de la: religión como para el lector en general, y tenemos la seguridad que ha de contribuir al mejor conocimiento e interpretación del fenómeno religioso desde las posiciones de la: ciencia etno­ lógica marxista-leninista. Dr. Rafael López Valdés La Habana, enero de 1974 '‘Año del XV Aniversario” DEL AUTOR Educar al hombre sobre la base de las concepciones mate­ rialistas científicas es una de las más importantes tareas ideo- lógicas que debemos realizar durante el periodo de edificación del comunismo. El programa del PCIJS señala la necesidad de “realizar sistemáticamente una amplia propaganda científica ateísta, explicar pacientemente la endeblez de las creencias religiosas Resulta imposible llevar a cabo la propaganda ateísta cien» tífica sí no se conocen a fondo y seriamente las religiones pasadas y actuales de los diferentes pueblos. Es necesario saber con fxactitud cámo y cuándo nacieron las fantasías religiosas, conocer sus formas primitivas y sus posteriores modificaciones, cómo se formaron y desarrollaron los rituales religiosos, cómo surgieron los grupos de servidores profesio­ nales del culto —hechiceros, magos, sacerdotes, etc.—, y cómo y cuándo aparecieron las organizaciones eclesiásticas. En resumen, hay que conocer la historia de la religión. Pero la historia de la religión no existe independientemente; ya lo había señalado Carlos Marx. La historia de la religión es el reflejo de la historia de la humanidad. La religión es una forma de la conciencia social, que refleja de un modo desfigurado la vida social, es decir, las condiciones de la vida material de los hombres. Cuando esta vida cambio, también se modifica su reflejo religioso. La literatura científica burguesa contiene no pocos ensayos sobre historia de la religión, algunos de ellos valiosos y útiles. Sin embargo, los científicos burgueses no comprenden, o no quieren ver, el nexo que existe entre la historia de la religión y la historia de la vida material de los hombres, y con fre­ cuencia describen la evolución de las creencias religiosas como un desarrollo espontáneo de las ideas. La literatura marxista cuenta con una serie de magníficos estudios sobre diversas religiones, y certeros y profundos juicios sobre la función histórica de la religión y la iglesia

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