1 BIBLIOTECA DE CIENCIAS BÍBLICAS Y ORIENTALES EDITORIAL TROTTA Historia 2. DESDE EL EXILIO HASTA LA ÉPOCA de la religión DE LOS MACABEOS de Israel en tiempos del Antiguo Testamento RAINER ALBERTZ Historia de la religión de Israel en tiempos del Antiguo Testamento Historia de la religión de Israel en tiempos del Antiguo Testamento volumen II Desde el exilio hasta la época de los Macabeos Rainer Albertz Traducción de Dionisio Mínguez E D I T O R I AL T R O T TA La edición de esta obra se ha realizado con la ayuda de ínter Nationes, Bonn CONTENIDO BIBLIOTECA DE CIENCIAS BÍBLICAS Y ORIENTALES dirigida por Julio T r e b o 11e Barrera 4. HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO 461 4.1. Desarrollos histórico-sociales durante el destierro 463 4.2. Esfuerzo de interpretación teológica de la catástrofe política 471 4.3. La religiosidad familiar como soporte del yahvismo 510 Título original: Religionsgeschichle Israels in ailleslamenilicher Zeil 2: 4.4. Apertura a un nuevo comienzo 528 Vom Exil bis zu den Makkabáern © Editorial Trotta, S.A.. 1999 5. HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA POSTEXÍLICA 567 Sagosta, 33. 28004 Madrid Teléfono: 91 593 90 40 5.1. Desarrollos político-sociales durante el período persa ... 576 Fax: 91 593 91 1 1 5.2. La vivencia clave de la restauración fracasada 588 E-mail: [email protected] 5.3. La lucha por la identidad de la comunidad 610 http://www.trotta.es 5.4. División social y religiosa de la comunidad 661 5.5. Acercamiento de los estratos religiosos y teologización © Vandenhoeck & Ruprecht, Gótlingen, 1 992 y fragmentación de la religiosidad personal 684 », © Dionisio Mínguez, 1999 5.6. La separación político-religiosa de los samaritanos 709 Diseño 6. PERSPECTIVA DE LA HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN EL PERÍODO Joaquín Gallego HELENÍSTICO 729 ISBN: 84-81 64-348-3 (Obra completa] 6.1. Desarrollos histórico-sociales 730 ISBN: 84-8164-310-6 (Volumen 2] 6.2. El ideal teocrático de los letrados (Libros de las Crónicas) 747 Depósito Legal: VA-880/99 6.3. La espiritualidad basada en la Tora 770 6.4. Teología de resistencia en el profetismo tardío y en la impresión apocalíptica 782 Simancas Ediciones, S.A. Pol. Ind. San Cristóbal C/ Estaño, parcela 152 índice de materias 837 47012Valladolid índice de citas bíblicas 863 índice general 909 459 4 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO Aunque, como se ha visto, las transiciones fueron perfectamente flui das desde el punto de vista histórico, la época del destierro que, según la tradición israelita, se sitúa entre los años 587-539 marcó una profunda cesura en la historia de la religión de Israel. En esa nueva situación, la concepción religiosa, que hasta ese momento había sido determinante para la vida de la comunidad, experimentó una de sus crisis más agudas, aunque ello significara también poner la primera piedra de su renovación más radical'. Si nos preguntamos cómo fue posible, absolutamente, que la religión de Israel lograra no sólo sobrevivir a la pérdida de su uni dad nacional, que durante largo tiempo se consideró definitiva, sino incluso servirse de esa situación como oportunidad para renovarse completamente, habrá que considerar que no todos los niveles de su existencia sufrieron las mismas convulsiones por causa de la catás trofe nacional. Donde más profundamente se dejaron sentir sus efec tos fue a nivel de religión oficial; en cambio, la religiosidad perso nal, aunque con algún leve rasguño, logró mantenerse prácticamente intacta. En el curso de la exposición se tratará de mostrar que esta última no sólo contribuyó de una manera decisiva a sostener la reli gión oficial en los momentos más duros de la crisis, sino que tam bién asumió una buena parte de sus funciones, actuando como sus- titutivo2. 1. Eso justifica la costumbre de que, al hacer referencia a la época posterior al exilio, no se suela hablar de «religión de Israel», sino más bien de «judaismo», o «judaismo primi tivo». Pero eso no implica, en modo alguno, una depreciación de la continuidad entre los dos períodos, sobre todo en lo referente a la autocomprensión personal de los portadores de la tradición bíblica. 2. Cf. pp. 510ss. 461 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO DESARROLLOS H I S T Ó R I C O • S O C I A L E S DURANTE EL DESTIERRO Pero aun dentro de las estructuras de la religión oficial, no todos versia) como parte de su teología específica, hasta el punto de con los niveles sufrieron en igual medida el zarpazo del deterioro políti vertirse en otro de los pilares decisivos para superar la crisis del co. Con la destrucción del santuario de Jerusalén y la caída de la yahvismo institucional. monarquía, la concepción teológica de viejo cuño sobre el significa Eso quiere decir que la época del exilio provocó una transfor do del templo y de la figura del rey, con todas sus incondicionales mación profunda de las estructuras internas del yahvismo y una garantías salvíficas, se derrumbó estrepitosamente. Es decir, sólo se revaloración de la hasta entonces descuidada religiosidad personal. produjo la quiebra de las dos grandes líneas tradicionales que ha Una circunstancia que favoreció este proceso (aunque, en realidad, bían brotado en el yahvismo en la época monárquica. En cambio, la más bien lo amenazaba) fue la casi total disolución de las institucio teología reformista del Deuteronomio, que ya hacia finales de la nes cúlticas y políticas. monarquía había podado considerablemente las ideas teológicas en La desaparición de unas instituciones como el culto del templo y torno al templo y a la persona del rey, y las había fundido en una el régimen monárquico trajo como consecuencia la abolición de todo síntesis poderosa con las tradiciones del yahvismo pre-monárquico, vínculo institucional con la tradición religiosa. Eso brindó a muchos no sufrió menoscabo alguno3. Es verdad que la pérdida de la tierra a sacerdotes, profetas, funcionarios de corte, e intelectuales autóno raíz de las deportaciones y emigraciones cuestionaba seriamente la mos que se habían quedado sin trabajo, la posibilidad de seguir el concepción pre-monárquica que vinculaba el éxodo con la ocupa ejemplo de las antiguas agrupaciones proféticas de época pre-exí ción de la tierra, pero aun ese punto encontraba respuesta en la lica5, y unirse a ciertos grupos religiosos de pioneros, que cultivaban teología deuteronómica, mediante la relación establecida entre po la teología prescindiendo de las instituciones o de sus relaciones con sesión de la tierra y donación de la ley. Por eso, no es extraño que la el poder, y cuyo única referencia eran las tradiciones orales o escri impronta que dejó la síntesis teológica de los legisladores deutero- tas. Durante la época del exilio, los representantes más cualificados nómicos sobre el yahvismo oficial se convirtiera durante el exilio en del yahvismo oficial fueron las diversas agrupaciones teológicas es el fundamento decisivo que sirvió de base a un buen grupo de teólo pontáneas que se ocupaban de los profetas y sus escritos, de los sa gos, designados genéricamente como «deuteronomistas», para tra cerdotes y sus tradiciones, y del Deuteronomio con su visión históri tar de conjurar la crisis y formular un nuevo comienzo. ca. Estimulados por la crisis de su tiempo, esos teólogos desplegaron Por último, la gran catástrofe nacional no hizo sino corroborar una intensa actividad literaria que nos permite conocerlos, aunque de manera cruel y desgarrada la predicación teológica de los diver sólo indirectamente, ya que todos ellos quedaron en el anonimato. sos grupos proféticos de oposición. Su anuncio de que Yahvé no se Consecuencia de esa actividad fue un extraordinario florecimiento dejaba monopolizar ni por la política ni por el culto, sino que estaba de la teología en el exilio. No obstante, hay que reconocer también a punto de intervenir contra su pueblo, que había echado en el olvi el peligro de pérdida de realismo y hasta de fragmentación6 de la do aquellos grandes y bellos ideales de la época primitiva, se había religión yahvista oficial en una serie de planteamientos teológicos cumplido amarga e inexorablemente en una historia aún humeante. claramente divergentes. Pero esos peligros no se manifestarán a ple Con sus palabras de denuncia, los profetas habían puesto en la mano na luz más que a comienzos de la época postexílica. a la sociedad^israelita la llave para resolver el enigma de su misterio so destino histórico y poder superarlo mediante la reflexión teológi ca. Así fue como se logró que la teología profética de oposición, que 4.1. DESARROLLOS HISTÓRICO-SOCIALES DURANTE EL DESTIERRO durante la época pre-exílica sólo había despertado el interés de al gunos grupos religiosos ajenos al movimiento profético, pero que a BIBLIOGRAFÍA finales de la misma época había comprometido también a los parti dos políticos de la oposición4, fuera aceptada durante el exilio por Avigad, N., «Seáis of Exile»: IEJ 15 (1965), 222-230; Bickerman, E. J., toda la sociedad (aunque sólo después de una encarnizada contro- «The Babylonian Captivity», en W. D. Davies y L. Finkelstein (eds.), The Cambridge History ofjudaism I, 1984, 342-358; Buccelati, G., «Gli Israeliti 3. Cf. pp. 422ss. 5. Cf. pp. 332ss. 4. Sobre este punto, véase la predicación de Jeremías, en especial a partir del año 6. Precursora de esa fragmentación fue la lucha (todavía dentro de los cauces institu 597. Cf. pp. 446s. cionales) entre los diferentes partidos del final de la época pre-exílica. Cf. pp. 443ss. 462 463 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO DESARROLLOS H I S T Ó R I C O - S O C I A L E S DURANTE EL DESTIERRO di Palestina al tempo dell'esilio»: BeO 2 (1960), 199-210; Coogan, M. D., 4.1.1. Situación de los supervivientes en Judá i: M «Life in the Diaspora»: BA 37 (1974), 6-12; Eph'al, I., «On the political V.tv and social organization of the Jews in the Babylonian Exile», en ZDMG Ya se ha hecho una somera referencia a la fracasada reforma de Suppl. V, 1980, 106-112; Graham, J. N., Palestine during the Period of Godolías9, que propició una política de instalación de colonos y re Exile, 586-539 B.C., 1977; Id., «"Vinedressers and Plowmen". 2 Kings fugiados en las antiguas posesiones de grandes latifundistas (cf. Jr 25:12 and Jeremiah 52:16»: BA 47 (1984), 55-58; Hartberger, B., «A« den Wassern von Babylon...». Psalm 137 auf dem Hintergrund von Jeremía 51, 39,10; 40,10), que habían quedado abandonadas o habían sido ex der biblischen Edom-Traditionen und babylonischen Originalquellen, BBB propiadas (Lam 5,2). La medida deja entrever que las fuerzas babi 63, 1986; Janssen, E., Juda in der Exilszeit, FRLANT 69, 1956; Kreissig, lónicas de ocupación tenían interés en restablecer cuanto antes una H., «Die sozialokonomische Situation in Juda zur Achamenidenzeit», en plena normalidad en las regiones devastadas por la guerra. En cam Schriften zur Geschichte und Kultur des alten Orients 7, 1973, 20-34; bio, cuando el libro de las Lamentaciones relata la tremenda carestía Müller, H.-P., «Phónikien und Judain der exilisch-nachexilischen Zeit»: que se abatió sobre Jerusalén, hasta alcanzar extremos de auténtico WO 6 (1970), 189-204; Porten, B., «The Jews in Egypt», en W. D. Davies canibalismo (Lam 1,11; 2,12.20; 4,4.10), y enumera todos los des y L. Finkelstein (eds.), The Cambridge History of Judaism I, 1984, 372- 400; Smith, D. L.,The Religión oftheLandless, 1989; Wallis, G.,Diesoziale manes de las fuerzas de ocupación (Lam 5,11-13), parece, por un Situation derjuden in Babylonien zur Achdmenidenzeit aufgrund von fünfzig lado, que se refiere a meras incidencias ocasionales o locales, mien ausgewáhlten babylonischen Urkunden, Berlin, 1953; Zadok, R., The Jews tras que, por otro, da la impresión que la política administrativa de in Babylonia during the Chaldean and Achaemenian Periods according to Babilonia en los territorios ocupados se enfocó desde ópticas bien the Babylonian Sources, Haifa 1979. diversas. Lo que al autor del libro de las Lamentaciones, de clara ideología nacionalista (cf. Lam 4,12.20) y, sin duda, miembro de la Sobre el desarrollo histórico y social en la época del exilio no tene clase acomodada que había quedado en el país, le parecía expro mos más que un conocimiento puramente genérico, por la extre piación arbitraria (Lam 5,2), medidas coercitivas (Lam 5,12.13) y mada carencia de fuentes directas, a excepción de algunas informa envilecimiento humillante (Lam 5,16a), a los campesinos que ha ciones sobre el período inmediatamente siguiente al año 587 (Jr, bían recuperado sus tierras les resultaba una actuación más bien sa Lam). La presentación de dicho período en la obra histórica «cro tisfactoria, encaminada a restablecer de una manera equitativa el nista» podría dar pie a la idea de que la deportación afectó a todo equilibrio social. En cualquier caso, el dicho que se reproduce en Ez Israel, y que durante todo ese tiempo Judá quedó completamente 11,15 y 33,24 permite deducir que el reparto de propiedades no despoblado (2 Cr 36,21). Pero eso no responde a la realidad histó sólo contó con la aprobación de la mayoría de los supervivientes, rica de los hechos. Aunque no podamos saber con exactitud cuál sino que hasta se trató de justificar desde un punto de vista teológi fue el número de deportados7, se puede afirmar con seguridad que co. En opinión de los campesinos, el destierro no sólo había sido un la deportación sólo afectó a una minoría, sobre todo de clase alta, juicio de Yahvé sobre una nobleza explotadora, sino, al mismo tiem mientras que el resto de la población, y en especial los pequeños po, un modo eficaz de liberarlos de sus deudas. terratenientes, se quedaron en el país8. De ahí que, para el estudio Por eso, se puede suponer que el país, que había quedado devas de dicha época, sea oportuno distinguir entre la experiencia social tado por los horrores de la guerra, al gozar de un régimen adminis de los supervivientes que quedaron en el territorio y la situación trativo más bien indulgente10 como el impuesto por Babilonia, y a tanto de los deportados a tierra de Babilonia como de los que tuvie pesar de algunas confrontaciones meramente ocasionales11, pudo ron que emigrar a Egipto. recuperar bien pronto una cierta prosperidad económica11. Por otra parte, como la administración babilónica no había querido estable- 9. Cf. pp. 450s. 10. Da la impresión de que Judá no llegó a convertirse en una verdadera provincia del imperio babilónico, sino que se administraba desde Samaría. 7. Nótese la divergencia de cifras en 2 Re 24,14.16 y Jr 52,28-30 (véase H. Donner, 11. Véase la nueva deportación que, según Jr 52,30, tuvo lugar el año 582 y que, Geschichte II, 1986, 371 s.). Según H. Kreissig {juda, 1973, 22), el número de deportados probablemente, fue resultado de un nuevo levantamiento. fue de quince mil seiscientos. 12. Así lo subraya, con razón, H. Kreissig (juda, 1973, 26s.), que alude a ciertos datos 8. Sobre este punto, véase E. Janssen, juda, 1973, 39ss. Según la estimación de H. arqueológicos. Sobre este aspecto, véanse también G. Buccelati, Israeliti, 1960, y N. Avigad, Kreissig (Juda, 1973, 34), el número de habitantes se elevaba a unos sesenta mil. Seáis, 1965. 464 465 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO DESARROLLOS H I S T Ó R I C O - S O C I A L E S DURANTE EL DESTIERRO incluso a la penetración en sus poblados por parte de los pueblos cer allí una nobleza extranjera, los supervivientes de Judá pudieron circunvecinos con los que se veía enzarzada en frecuentes confron instaurar su propio (aunque limitado) régimen administrativo, bajo taciones, y cuyo creciente influjo político y económico tenía que supervisión de un consejo de ancianos (Lam 5,12.14), revitalizando aceptar (aunque, eso sí, a regañadientes) por su imposibilidad de así la vieja estructura de organización social de la época pre-monár- oponer resistencia. De modo que los supervivientes de Judá, aunque quica. En sustitución de un poder central ejercido por el rey estaba aún habitaban su propia tierra, habían perdido, prácticamente, una ahora la administración babilónica de la provincia de Judá, a la que buena parte no sólo de su integridad territorial, sino también de su había que pagar impuestos y contribuciones en especie (Lam 5,12s.), autonomía social. como se hacía anteriormente con el monarca. En ese sentido, la mayor parte de las familias dedicadas a la agricultura no experimen taron un cambio sustancial. Sólo en política interior parece que la 4.1.2. Situación de los deportados a Babilonia situación se hizo más llevadera. El verdadero peligro que amenazaba a la población de Judá ve Si para los que habían quedado en la tierra la desaparición del reino nía del ámbito de la política exterior. Los responsables eran los pe de Judá supuso una oleada de dificultades cada vez más acuciantes, queños países circunvecinos, que se aprovecharon del descenso de para los deportados a Babilonia el destierro significaba, práctica mográfico de Judá y de la escasa presencia militar de Babilonia para mente, una pérdida de identidad y el más profundo desarraigo per irrumpir violentamente en las poblaciones y hacer valer sus intere sonal y social. No sólo habían perdido su patria, sino también todas ses políticos y económicos13. La época en que se produjeron tales sus posesiones y, en la mayoría de los casos, su influyente posición invasiones es bastante incierta14. Sin embargo, se puede suponer que, social. Familias enteras se habían visto desgarradas, o privadas de a los pocos años de la última deportación, comenzó una progresiva sus más sagrados vínculos de solidaridad de sangre y de vida. Con pérdida de territorio: en primer lugar, el Negueb (Am 1,1 ls.; Abd inconmensurable amargura tenían que vivir la cruel separación de 19; Ez 35,10; 36,5) y, quizá, la parte sur de la región montañosa (cf. sus hermanos de Judá y la incautación de sus bienes (Ez 11,15; Jr 32,44), a manos de los edomitas; luego, toda la Sefelá, ante la 33,24). Sólo la sensación de haber sido violentamente secuestrados expansión de los fenicios y de los filisteos (Abd 19; Ez 26,2; 25,15); mantenía viva su esperanza en un inmediato retorno y en una revi y, finalmente, Galaad, por la presión de los amonitas Qt 49,1). A eso sión de lo que realmente había sucedido15. hay que sumar los frecuentes ataques a la población civil (Am 1,9: Las dificultades de adaptación debieron de ser considerables, redadas de esclavos por los fenicios; cf. Jl 4,6), frente a los que era sobre todo al principio, como se puede deducir de las fervientes es difícil mantener una cierta seguridad, debido al desmantelamiento peranzas de carácter religioso-nacionalista16. Pero como eso no aca de la mayor parte de las fortalezas. Por entonces, aun la ciudad de baba de cumplirse, los desterrados, siguiendo el consejo de Jeremías Jerusalén era una plaza extremadamente vulnerable. De hecho, ya a (Jr 29), terminaron por integrarse rápidamente en la sociedad babi comienzos de la época postexílica los residentes en los territorios de lónica17, aunque, por supuesto, sin renunciar a su identidad étnica y Samaría trataron de impedir la fortificación de la ciudad, con el fin religiosa18. de tener a raya al viejo contrincante del sur y mantenerlo en inferio ridad de condiciones (Esd 4,7-16). Por eso, no es extraño que algu 15. Desde ese profundo sentimiento se podría entender, quizá, la decisión de los de nos notables, como Sambalat, el samaritano, Tobías, el siervo amo portados a Babilonia (bien distinta de la actitud de los que se habían refugiado en Egipto) de nita, y Guesen, el árabe, enterados de que se pretendía reconstruir la no afincarse definitivamente en tierra extranjera mediante la construcción de un templo. Es ciudad, se burlaran de Nehemías y su equipo de trabajadores (Neh probable que algunos se inclinaran por esa permanencia, pero el círculo en torno a Ezequiel se encargó de poner enérgicamente coto a esas inclinaciones (cf. Ez 20,32). Sobre este pro 2,1.19). La debilidad defensiva de Judá y su falta de protección jurí blema, véase L. Bronner, Sacrificial Cult, 1980, 69-71 (4.2). dica en aquella época expusieron sus territorios al continuo asedio e 16. Cf. pp. 443ss. 17. La amnistía que, según 2 Re 25,27-30, concedió Evil Merodac a Jeconías el año 562 supone una cierta relación de cooperación entre la colonia judía y el Estado babilónico. 13. Sobre este aspecto, véase el comentario que hace H.-P. Müller (Phónikien, 1970, Pero ese cambio de actitud debió de producirse, a más tardar, durante la segunda generación 206): «El acoso al que sus vecinos sometieron a Judá, y del que las incursiones fenicias son del exilio. un mero ejemplo, tuvo sobre la historia exílica y postexílica unos efectos mucho más dura 18. Sobre el ligero sincretismo que se detecta en la imposición de nombres propios, cf. deros que la opresión por parte de las grandes potencias». pp. 182s. Con todo, esa clase de nombres son bastante menos frecuentes que los que se 14. Véase B. Hartberger, «An den Wassern...», 1986, 198ss. adoptaron en la diáspora egipcia. 467 466 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO DESARROLLOS H I S T Ó R I C O - S O C I A L E S DURANTE EL DESTIERRO El proceso de integración social se hizo más llevadero, debido a lado, las listas de donaciones de esa época (Esd 2,69; 8,30) y el he la política de Babilonia de acomodar en grupos homogéneos a los cho de que sólo un número reducido de deportados estuviera dis prisioneros de guerra procedentes de los países sometidos y propor puesto a regresar a tierra de Judá indican que la mayoría de ellos se cionarles tierras de la corona19. Con esa medida, los desterrados de habían labrado en el destierro una posición económica desahoga Judá tuvieron ocasión de establecerse como grupo étnico en dife da23. Sus carencias no eran tanto de orden material cuanto religioso rentes poblaciones más o menos abandonadas en torno a la ciudad (Sal 137; Is 40,27; 50,ls.). de Nippur20. Es probable que crearan una especie de «cooperativas Si a una posición social asegurada tanto en el aspecto material laborales» (hatrú) a las que la autoridad local arrendaba tierras de la como en el campo jurídico se añade la capacidad intelectual de la corona para su cultivo a cambio de una razonable contribución por mayor parte de los deportados, pertenecientes a la antigua clase alta derechos de feudo21. La vida en los diversos centros de población de Judá, y una constante orientación hacia la vieja patria, se puede estaba organizada en grupos familiares (Esd 2,59) o por gremios entender que fuera precisamente en el exilio donde se dio (y desde profesionales (Esd 8,17), entre los que habrá que contar las agrupa donde se extendió) uno de los impulsos más decisivos para una re ciones de levitas, sacerdotes y otros antiguos empleados del templo, novación profunda del yahvismo. a pesar de la pérdida de sus funciones cúlticas (Esd 2,36ss.). La fun ción directiva era competencia no sólo de los sacerdotes y de los 4.1.3. Situación de los emigrantes en Egipto profetas, sino también de los ancianos (Jr 29,1; Ez 8,1; 14,1; 20,1) que, sin duda, constituían el órgano administrativo de la comuni Al revés de lo que había sucedido en Babilonia, la presencia israelita dad, aunque con limitaciones22. en territorio de Egipto no se debió a una deportación forzosa, sino, Da la impresión de que, después de las lógicas dificultades ini más bien, a una emigración espontánea. Ante el temor de posibles ciales, la situación jurídica y económica de los desterrados no fue represalias por parte de Babilonia a raíz del asesinato de Godolías, precisamente opresiva. El archivo del instituto de comercio y crédi un nutrido grupo de prófugos, compuesto en su mayor parte de to agrario Murasú de la ciudad de Nippur atestigua (aunque, estric soldados, prefirió buscar su prosperidad en Egipto, desoyendo los tamente, se refiere a una época posterior (años 455-403) que los consejos de Jeremías (Jr 42s.). judíos de Babilonia estaban perfectamente integrados en la sociedad Ya en el país, los prófugos se establecieron en diversas poblacio y gozaban de recursos económicos normales. La mayor parte ejercía nes del Alto y Bajo Egipto, concretamente en cuatro ciudades que se una actividad profesional, por ejemplo, la agricultura, el pastoreo, mencionan en Jr 44,1. Ahora bien, de esas cuatro localidades, tres: la pesca, etc., aunque también hubo algunos que lograron una posi Migdol, Tafnes y Menfis, eran plazas fuertes del sistema defensivo ción social más elevada, poniéndose al servicio de patronos persas, egipcio; de donde se puede deducir que los emigrantes trataron de por ejemplo, como expertos en obras hidráulicas. Es más, según los buscarse la vida, sobre todo enrolándose como soldados o mercena testimonios bíblicos de principios de la época postexílica, no falta rios al servicio de Egipto. Es posible que la existencia de una colonia ron algunos personajes, como Esdras, Nehemías, Sesbasar y Zoro- militar judía en Elefantina, en el siglo iv, esté relacionada con ese babel, que incluso accedieron a puestos políticos relevantes. Por otro grupo de emigrantes, aunque no se puede dar por seguro que fuera así24. No obstante, el dato cuadra perfectamente con la supuesta ac- 19. Sobre este punto, véase E. J. Bickerman, Captivity, 1984, 344ss. 23. El historiador Flavio Josefo (Ant XI, 9) aduce expresamente como motivo de los 20. La Biblia menciona cinco poblaciones: Tel-Abib, Tel Harsá, Tel Mela, Kerub'addán titubeos sobre una posible vuelta a la patria el apego que la mayoría de los desterrados ¡mmer, y Kasifiya (Ez 3,15; Esd 2,59; Neh 7,61; Esd 8,17). Las tablillas de MuraSú atesti sentían hacia sus posesiones. guan la presencia de judíos al menos en veintiocho de los doscientos asentamientos que 24. La Carta de Aristeas (v. 13) relaciona la presencia en Egipto de los primeros mer mencionan. cenarios procedentes de Judá con una campaña militar de Samético contra los nubios. Si se 21. Ésa es la razonable suposición de E. J. Bickerman {Captivity, 1984,345s.), aunque supone que se trata de Samético II, se llega al año 591, es decir, todavía en tiempos de la sigue siendo cuestionable una extrapolación a la época babilónica de unas condiciones que última rebelión antibabilónica de la época pre-exílica, cuando Sedecías quiso establecer una no se dieron hasta el período persa (véase G. Wallis, Soziale Situation, 1953,194s.). alianza militar con Egipto. Eso no cuadraría mal con la situación de entonces, a la vez que 22. Véase E. J. Bickerman, Captivity, 1984,349s. Por su parte, I. Eph'al (Organization, explicaría por qué Juan, hijo de Carej, decidió ya en el año 587 trasladarse con sus tropas a 1980, 110) alude a un documento jurídico del año 529, escrito en cuneiforme, en el que se Egipto, donde confiaba que podría encontrar mejores condiciones de vida. Por el contrario, menciona una «asamblea de los ancianos egipcios» que, probablemente, desempeñaba fun B. Porten (Jews, 1984, 378s.) piensa en una emigración que habría tenido lugar en tiempos ciones jurídicas. Quizá también a la colonia judía se le otorgó una institución semejante. de Samético I, es decir, durante el reinado de Manases. 468 469 HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN LA ÉPOCA DEL DESTIERRO ESFUERZO DE INTERPRETACIÓN TEOLÓGICA tividad militar. Por otra parte, los documentos que nos han legado pación de la tierra, a la escisión en varios grupos territoriales, por las excavaciones arqueológicas de esa antigua colonia sugieren que ejemplo, las doce tribus, o la división en un reino del norte y otro los emigrantes israelitas que se establecieron en territorio egipcio se del sur. integraron en la sociedad de manera mucho más estable que como 2. La desaparición del poder político central causó el reforza lo habían hecho sus hermanos en Babilonia y, consecuentemente, miento de las viejas formas de organización descentralizada, con sus organizaron su vida, incluso en el aspecto cultual, con vistas a su estructuras de tipo familiar. En el Israel de la época del exilio la mag permanencia en el país. De hecho, la colonia de Elefantina disponía nitud social por antonomasia era la familia, o la unión de familias en de su propio templo dedicado a Yahvé, construido ciertamente an un clan. En ese tiempo cobraron nueva vida los restos latentes de la tes del año 52525 y, quizá, incluso en tiempos del exilio. antigua organización tribal, como el significado de los «ancianos» Esa integración tan arraigada, unida a una moderación religiosa que, junto a los sacerdotes y profetas, ejercían funciones de dirección más bien conservadora26, fue, sin duda, una de las causas de que el política, aunque sólo a nivel local y con ciertas restricciones. grupo de israelitas establecidos en Egipto no sólo quedara práctica 3. La desaparición de la unidad nacional agrietó considerable mente al margen del movimiento de renovación teológica que flo mente las fronteras del grupo y lo abrió hacia el exterior. Las fami reció durante la época del exilio, sino que incluso fuera objeto de lias judías vivían (sobre todo en el exilio, aunque también en la apreciación negativa por parte de los desterrados en Babilonia (Jr patria) en continuo contacto, o en permanente confrontación, con 24,8; 44). gente de las más distintas nacionalidades. Por una parte, la perte nencia al propio grupo no era una realidad automática y de lo más 4.1.4. Características del desarrollo histórico-social natural, sino que había que acreditarla continuamente mediante una decisión del individuo. Uno de los elementos capitales para asegurar la propia identidad era la confesión religiosa. Y eso es lo Si ahora, a modo de resumen, nos preguntamos por las característi que hizo que el Israel del exilio adquiriera por primera vez los cas que determinaron en concreto la diversidad de desarrollo histó rasgos de comunidad constituida en torno a una religión. Pero, por rico-social que se produjo en Israel en la época del exilio, podríamos otra parte, el ambiente de religiosidad extraña en el que tenía que enumerar los tres aspectos siguientes: vivir a diario significaba un continuo reto, que debía superar aun en 1. La desaparición de Israel como Estado trajo consigo la diso el plano de la reflexión teológica. lución de la unidad nacional, en parte, forzosa y, en parte, volun La permanente oscilación entre planteamientos teológicos de taria. Durante el exilio el pueblo de Israel comprendía, al menos, alcance universalista, o brutalmente particularistas, que caracterizó tres grandes grupos que, por estar teritorialmente separados, esta la historia de la religión israelita en la época del exilio, tuvo mucho ban expuestos a desarrollos históricos distintos; cada cual tenía sus que ver con la nueva realidad ambivalente del desarrollo histórico- propios intereses, y hasta sus divergencias que los llevaban a ocasio social del pueblo de Israel27. nales desacuerdos. Lo único que los mantenía unidos era el tenue vínculo de un mismo origen étnico y de una misma religión. Como es lógico, en >esas circunstancias se agudizó a todos los niveles una 4.2. ESFUERZO DE INTERPRETACIÓN TEOLÓGICA tendencia, manifestada ya desde los propios comienzos de la ocu- DE LA CATÁSTROFE POLÍTICA BIBLIOGRAFÍA 25. Véase AP 30,13; TGP 86. 26. B. Porten (Jews, 1984, 385) ha mostrado que el culto a Yahvé en Elefantina era de carácter más bien conservador y exhibía unos rasgos que apuntaban a la época pre-monár- Albertz, R., «Die Intentionen und Trager des Deuteronomistischen Ge- quica, mientras que su sincretismo, contra las opiniones que se manifiestan frecuentemente, schichtswerkes», en- R. Albertz y otros (eds.), Schópfung und Befreiung, se mantenía en el marco de la religiosidad personal y se limitaba a sus costumbres típicas 1989, 37-53; Albrektson, B., Studies in the Text and Theology ofthe Book (véase AP 44: invocación de Anat-YHW en los juramentos; cf. Jr 44,15: invocación a la reina of Lamentations, 1963; Bronner, L., «Sacrificial Cult Among the Exiles in del cielo). Cf. pp. 486s. Las exhaustivas informaciones que se dan al gobernador judío en AP 30 sobre el culto a Yahvé indican que la colonia de Elefantina pidió ayuda a Jerusalén en algunos casos concretos de extrema necesidad; pero es claro que no mantenía un contacto estrecho con la capital del judaismo. 27. Sobre este aspecto, véase H.-P. Müller, Phónikien, 1970, 203. 470 471