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Historia de la Orden de NPS Agustín en la Provincia de Nueva España-Edición Única PDF

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Historia de la Orden de N. P. S. Agustín en la Provincia de Nueva España-Edición Única Title Historia de la Orden de N. P. S. Agustín en la Provincia de Nueva España-Edición Única Authors Fray Juan de Grijalva Affiliation ITESM Issue Date 1624 Downloaded 27-Jun-2017 13:01:13 Link to item http://hdl.handle.net/11285/573954 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey HISTORIA DE LA ORDEN DE N. P. S. AGUSTÍN EN LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA ESPAÑA DIVÍDESE ESTA HISTORIA EN CUATRO EDADES EDAD PRIMERA EN QUE ESTUVO SUJETA ESTA PROVINCIA A LA DE CASTILLA POR EL ESPACIO DE DIEZ AÑOS. EDAD SEGUNDA EN QUE LA PROVINCIA LEVANTÓ CABEZA Y SE GOBERNO POR SÍ MISMA. EDAD TERCERA EN QUE LA PROVINCIA SE DILATÓ POR LAS ISLAS DEL PONIENTE Y OTRAS PARTES. EDAD CUARTA EN QUE LA PROVINCIA EMPEZÓ A TENER TRABAJOS. 1624 Página 1 de 409 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey HISTORIA DE LA ORDEN DE N. P. S. AGUSTÍN EN LA PROVINCIA DE NUEVA ESPAÑA FRAY JUAN DE GRIJALVA 1624 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey LIBRO PRIMERO TRÁTESE DE SU FUNDACIÓN Y DE SU PRIMERA EDAD, EN QUE ESTUVO SUJETA A LA DE CASTILLA INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey TABLA DE CONTENIDO CAPÍTULO I. De cómo Nuestro invicto Emperador Carlos V envió ministros del Evangelio a las provincias de la Nueva España: y del privilegio que para esto alcanzó de Adriano VI. . . . . . . 2 CAPÍTULO II. De cómo trataron de pasar a estas partes de la Nueva España religiosos de la Orden de N. P. S. Agustín con fin de Predicar el evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5 CAPÍTULO III. De la Muerte del Padre Fray Juan Gallegos, y cómo se continuó la venida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 CAPÍTULO IV. Del uso, que la religión tiene de pedir firmas a los que pasan a la conversión de infieles. . . . . . . . . . . . . 10 CAPÍTULO V. De algunos religiosos que firmaron, para esta Tierra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .13 CAPÍTULO VI. De cómo partieron de Castilla siete religiosos de Nuestra Orden, para estas partes. . . . . . . . . . . . . . . .16 CAPÍTULO VII. De cómo nuestros religiosos, tomaron casa en México, y empezaron a doctrinar a los indios. . . . . . . . . .19 CAPÍTULO VIII. De cómo nuestros religiosos entraron en la provincia de Chilapa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22 CAPÍTULO IX. De la fundación del convento de Santa Fe, y de la manera de vida religiosa que allí hacían los indios. . . . . . 25 CAPÍTULO X. De lo que nuestros religiosos hacían en México en éste ínterin, y lo que se ordenó en la provincia. . . . . . . 27 CAPÍTULO XI. De cómo partieron todos los padres del capítulo, para las provincias, y de lo que en ellas hacían. . . . . . . .31 CAPÍTULO XII. De cómo nuestro padre venerable fue por procurador a castilla, y de los motivos que hubo para ello. . . . . . . . 33 CAPÍTULO XIII. De lo que nuestro padre venerable hizo en España, y de las personas que trajo para el ministerio. . . . . . . . .36 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey CAPÍTULO XIV. De algunos casos singulares que les sucedieron a nuestros religiosos mientras nuestro padre venerable estuvo en España. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39 CAPÍTULO XV. De cómo se cayó el Convento e Iglesia de Chilapa, y que lo había dicho el demonio un año antes. . . . . . . . . . .43 CAPÍTULO XVI. De cómo volvió a ésta Tierra, y llegó en salvamento Nuestro Padre Venerable, con lo que sucedió hasta su muerte. . 45 CAPÍTULO XVII. De la vida y milagros de Nuestro Padre Venerable. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .48 CAPÍTULO XVIII. De lo que se ordenó en la junta del año de 36. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52 CAPÍTULO XIX. Del sitio y entrada que nuestros religiosos hicieron en la Sierra Alta. . . . . . . . . . . . . . . . . . .54 CAPÍTULO XX. De la casa de Atotonilco y de cómo el Padre Fray Alonso de Borja predicó en todos los Otomites. . . . . . . . . 57 CAPÍTULO XXI. De lo que sucedió en la Provincia el año de 37. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61 CAPÍTULO XXII. De cómo volvió el bendito Fray Antonio de Roa a la Sierra Alta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64 CAPÍTULO XXIII. Prosigue la materia del pasado, y cuéntale algunos milagros del Santísimo Sacramento. . . . . . . . . . . 66 CAPÍTULO XXIV. De la poca razón con que algunos dicen que no hubo milagros en la conversión de los indios. . . . . . . . . . . . 70 CAPÍTULO XXV. De cómo empezaron en nuestros religiosos a administrar a los indios el Santo Sacramento del Bautismo. . . 73 CAPÍTULO XXVI. De las dificultades, que al principio se ofrecieron acerca de éste Santo Sacramento. . . . . . . . . . .76 CAPÍTULO XXVII. De cómo administraban el Sacramento de la Confesión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 CAPÍTULO XXVIII. De cómo se les administró la Sagrada Comunión a los Indios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey CAPÍTULO XXIX. Del Sacramento de la extremaunción y confirmación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83 CAPÍTULO XXX. De lo que sucedió en la Provincia el año de 40. .84 CAPÍTULO XXXI. De cómo fueron cuatro religiosos nuestros al descubrimiento de las islas del poniente con deseo de predicar en ellas el evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86 CAPÍTULO XXXII. En que se prosigue la navegación de nuestros religiosos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89 CAPÍTULO XXXIII. De cómo el General Ruy López se enteró en las Malucas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 CAPÍTULO XXXIV. Prosiguiese la materia del pasado. . . . . . . 95 CAPÍTULO XXXV. Prosiguiese la relación de la peregrinación de nuestros religiosos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 CAPÍTULO XXXVI. De las cosas que sucedieron en la provincia el año de 43. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101 CAPÍTULO XXXVII. De la vida y muerte de Nuestro Padre Fray Alonso de Borja. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey CAPITULO I DE CÓMO NUESTRO INVICTO EMPERADOR CARLOS V ENVIÓ MINISTROS DEL EVANGELIO A LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA ESPAÑA: Y DEL PRIVILEGIO QUE PARA ESTO ALCANZÓ DE ADRIANO VI Amaneció el cielo sobre la más apartada, y más poblada región del occidente cuando a Dios le plugo. y empezó a deshacer las tinieblas más espesas que jamás se vieron sobre la tierra el año de 1520, cuando el invencible Hernando Cortés con sus compañeros en nombre de nuestros Católicos Reyes se apoderaron de las Indias Occidentales granjeando a unos, y conquistando a otros, abriendo puerta a la luz del Evangelio, en que mostraron tan grande celo, que sólo les servían las armas, y la industria, de sosegar la fiereza de los indios, para que oyesen. Oyeron, y fue en tan dichoso punto, que despreciando su religión antigua, recibían la nuestra con increíble gozo de la Santa Iglesia Romana, y glorioso blasón de nuestra España. Traía el Sol, que amanecía, salud en las alas, y volaba tan ligero que por puntos crecía la luz, y se apoderaba de la tierra. Volaba también la fama admirando a todos, y dando envidia santa a los buenos, porque querían tener parte en tan ricos y soberanos despojos. Donde primero llegó file a la ciudad de Gante, donde el emperador Carlos Quinto nuestro señor, tenía su corte, y fue esta la causa de que llegasen allí primero las más copiosas, y más ciertas relaciones de tan remotas tierras. Recibiólas el invinto y católico Rey con grande alegría; más por los aumentos de la Iglesia, que él tanto procuraba, que por las muchas provincias, e inestimables riquezas, que se le acrecía a su reino. Trató luego su Majestad Cesárea de dar calor, y ayuda a esta santa empresa, y despachó tres religiosos de la Orden de nuestro Seráfico P.S. Francisco, tan inflamados en el amor de Dios, y de sus próximos, que parecían estampa de su Padre. El primero que se movió a dejar su patria, y volar a tan remotas tierras, fue el guardián de aquel insigne convento, gran persona y muy estimado de los grandes de la Corte: y todos tres de grandes letras y autoridad; y que fueron de grande utilidad para la tierra. Pero poco pudieron hacer, pues no traían autoridad apostólica para administrar: aunque es así, que catequizaron a muchos y bautizaron algunos. Ya había en este nuevo mundo algunos ministros que con celo y caridad apostólica predicaban el Evangelio. Aunque como los gentiles eran tantos, Ja lengua tan extraña, y la rudeza de los indios tan bárbara, apenas eran una centella. El valeroso Cortés había traído consigo a fray Bartolomé de Olmedo, fraile mercedario. Narváez a Juan Díaz, clérigo. Garay a Juan de León, ambos presbiteros, y que en todas ocasiones se mostraron muy celosos de la honra de Dios. Y así fueron los primeros que enarbolaron el estandarte de la Cruz en esta tierra, y dieron noticia del Evangelio. Ordinariamente se dice, que fray Bartolomé de Olmedo catequizó a la Malintzin; y el Padre Juan Díaz la bautizó, por la disposición que hallaron para esto, por ser india tan ladina, y entendida. que la pudieron catequizar' en nuestra lengua. Pero no se entiende, que hicieran más que este primer lance. El Padre fray Pedro Melgareio, de la Orden de nuestro Padre San Francisco, aún hizo más, porque habiendo venido con Narváez, y quedándose en la Villa Rica, últimamente se vino a la compañía de Fernando Cortés, y le ayudó valerosamente en la conquista espiritual desta tierra y fue con Femando Cortés en la jornada que hizo en favor de sus amigos los Chalcas; con los de Totolapan, y Huaxtepec, y Quauhnahuac, que eran vasallos del Emperador de México, y molestaban a los Chalcas, porque se habían Página 2 de 409 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey hecho amigos de los españoles. El valeroso Cortés se halló tan obligado a la defensa de sus amigos, que, interrumpiendo por. entonces sus designios, hubo de ir sobre los enemigos hasta sujetarlos. El Padre Melgarejo se extremó en esta empresa con tan gran valor y celo, que se halló en todas las batallas con un Crucifijo en las manos, y así le tienen pintado los naturales de Tlacayapan donde fue la principal resistencia, por' un inexpugnable peñón que allí hay. Este religioso predicó al ejército muchas veces, y no hacía en esto poco, pues que fue lo más difícil de esta empresa, tener sosegados y reprimidos a los nuestros; porque siendo tantas y tan graves las ocasiones que había para la codicia y crueldad con los indios, y para la inobediencia para que con su capitán, bien necesario era el espíritu y fervor de este santo religioso, para darles saludable doctrina. Pero como decíamos, todo esto era poco: o para decirlo con propiedad, aun no era nada, pues ninguno de ellos deprendió la lengua, ni administró. Bien es verdad que el valeroso Cortés y los suyos siempre dieron principio a sus acciones con hacer a los indios, por medio del intérprete, uno y muchos razonamientos, en que se les daba a entender la ceguera en que estaban, la imposibilidad de muchos dioses, la barbaridad de sus leyes, la verdad infalible de nuestra fe, la conveniencia de la cristiana religión, y otras muchas cosas desta materia, a que los, indios habían ya mostrado afección y voluntad. Pero todo esto no era más que ver las mieses blancas, y el fruto sazonado, y dispuesto para llorar la falta d. ministros. No descuidaba el católico Emperador en un negocio tan importante como este, sin que para ello, o le divirtiesen o le estorbasen los muchos negocios que manejaba. Pero no fue posible aquel año por haber muerto el Santo Pontífice León X, cuyo despacho era necesario, para que tan grave negocio se ejecutase con la bendición apostólica y con autoridad bastante; pero luego el año siguiente de 22, que fue el de la elección de Adriano VI tuvo su Majestad despacho tan cumplido como lo eran sus deseos, por que le concedió Su Santidad la más amplia Bula, que jamás se ha despachado en la Curia Romana, que es la que comúnmente llaman la omnimoda, en que da facultad a todas las Ordenes mendicantes, para que puedan pasar a estos reinos con acuerdo de su Majestad, o de su Consejo. Y a los religiosos que acá pasaren, les concede toda la autoridad apostólica en el fuero interior y exterior. Ibi, ac super Indos ad Fidem Christi conversos, et alios christicolas ad dictum opus eosdem comitantes omnirnodam authoritatem nostram in utro que foro habeant tanlam quantam ipsi et per eosdem deputati de fratribus suis, ut dictum est, iudicauerint opportunam, et expedientem pro conuersione dictorum indorum, et manutentione, ac prof ectu iliorum et alioruni praefatorum in Fide Catholica, et obedientia sanctae Romanae Ecclesiae, et quod prae Jata authoritas extendatur etiam quoad oomnes actus spirituales exercendos, qui non requirunt ordinem Episcopalem. Donec per Sedem Apostolicam aliud fuerit ordinatum: et quia ut accepimus per praefatos predecessores nostros Romanos Pontífices aliqua indulta concessa fuerunt fratribus existentibus, euntibus, aut ire procurantibus, in dictis, et ad dictas Indiarum. partes: Nos omnia illa confirmando, ac quatenus opus esset de novo concedendo, etc. Esta concesión fue tan amplia, que no se qué le faltase a cada uno de los Prelados de las Ordenes mendicantes, o a sus Comisarios, para legados a latere de Su Santidad, pues no en este, o en aquel caso, sino en todas materias, sin limitación alguna, tenían la omnímoda autoridad apostólica; y en la cláusula, Et quia ut accepímus. Confirmación y nueva concesión de las gracias, y privilegios de sus antecesores en especial parece confirmar el privilegio de León X. Su data en Roma apud sanctum Petrum die 25 Aprilis, 1521. Pontificatus anno 9, el cual es tan amplio, que no les dejó el Santo Pontífice más que desear a los ministros de esta conversión. No le pongo aquí por que no parece tan necesario, para la historia, y porque es muy vulgar. Página 3 de 409 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE MONTERREY Campus Monterrey Con las gracias, y bendición apostólica y con el favor y buen despacho del Emperador se empezó, y prosiguió esta santa obra de manera que en pocos años se convirtió y bautizó tan gran muchedumbre de infieles, como los de este nuevo mundo, fundándose tantas iglesias, religiones, hospitales. cofradías, y tantas obras pías, que puede competir con la Religión de nuestra Europa. El año de 1524, salieron de España y llegaron a las Indias doce frayles de Ja observancia de nuestro P.S. Francisco, tan pobres, tan caritativos, y tan grandes ministros del Evangelio, que así como lo eran en el oficio, así también pudieran gozar del título, y deben gozar del premio de los Apóstoles. Palabras son de Adriano VI, en su Bula, Pro certo sperantes ut sicut in labore eos imitati fuerint, ita et in premio eis sociabuntur. De allí en adelante prosiguieron con tanta continuación, que no hubo año en que no viniesen otros, todos de muchas letras, y de grande espíritu y devoción, con que se continuaba y crecía la obra. El año de 26, se despacharon por orden su Majestad religiosos de la Orden de N.P.S. Domingo, y llegaron este mismo año con singular gusto y aplauso de todos, especialmente de la Orden de N.P.S. Francisco, que aunque fueron los primeros, y es tan copioso el número de religiosos que siempre hay en aquellos anchos senos, no por eso se quisieron apoderar de todo; porque tienen por estatuto y costumbre, la ley de la caridad, darlo todo, y recibirlo todo. Haciendo tan comunes las cosas, que del pan que tienen para aquel día parten; y así tienen parte en el que todos tienen. En su mismo convento recibieron y hospedaron a los nuevos obreros de la viña; y los unos y los otros nos daban voces a los últimos, para que también viniésemos, y que en hermandad santa, y en unidad de espíritu emprendiésemos tan grande obra. Página 4 de 409

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conversación, llano y humilde, y menospreciador de todos los favores del mundo, y muy paciente y sufrido en los trabajos y afrentas. Nunca dejaba
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