Revista de Literatura, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, págs. 587-703, ISSN: 0034-849 HERNÁNDEZ GUERRERO, José Antonio y un capítulo entero además a la relación de GARCÍA TEJERA, María del Carmen, El retórica y Psicología. Arte de hablar. Manual de Retórica Antes de entrar en el nudo de la cues- Práctica y de Oratoria Moderna, Bar- tión, recuerdan también que la Retórica ha celona, Ariel, 2004, 286 pp. sido una pieza fundamental en la historia de la formación de la persona culta (capí- No es frecuente (lítote, que quiere de- tulo 5), presentando unos objetivos preci- cir que es muy raro) encontrar un manual sos hasta el día de hoy. de profesores universitarios verdaderamente Un repaso rápido de nociones funda- centrado en0 las cuestiones que interesa mentales (charlar, hablar, expresar, comu- aprender y en el espacio y el tiempo de los nicar, convencer, persuadir, rebatir, disua- usuarios. El libro sobre oratoria que nos dir, argumentar, conmover, evaluarse...) ofrecen Hernández Guerrero y García Te- anteceden todavía a la exposición sistemá- jera (ya antes autores de una Breve His- tica que seguirá según el modelo clásico de t0oria de la Retórica, traducida incluso a inventio, dispositio, elocutio, memoria y lenguas exóticas) constituye una rara avis actio. por su claridad expositiva y su trascenden- Los temas que encuentra la inventio se cia práctica. articulan en los apartados de «juicio críti- El lenguaje es sin duda el principal co», «juicio estético», «juicio político», instrumento del ser humano, pero basta «juicio religioso», «juicio económico», repasar el elenco de profesiones menciona- «juicio psicológico», «juicio cultural», «jui- das en el primer capítulo para comprobar cio lógico», «juicio jurídico», «juicio eco- que estamos ante un trabajo que no se va lógico» y «juicio sociológico». Cada uno por las ramas. El lenguaje es fundamental de estos apartados aborda la descripción para todos, sí y, por eso, para el político, del enunciado, los principios correspon- el jurista, el sacerdote, el profesor, el mé- dientes, las desviaciones y un vocabulario dico, el publicista y el científico. mínimo. Se trata de un verdadero monu- Como las retóricas clásicas y del Re- mento al ingenio. nacimiento, se nos empieza recordando la Es de agradecer de nuevo en la dispo- importancia de la didáctica al respecto. El sitio la concreción con que se desmenuza orador, el que domina el lenguaje, nace así, los distintos elementos de la pieza orato- pero también «se hace» y es tanto más ria. Nada más lejano al saber huero del necesario el ejercicio para el que no tiene esquema consabido ni más cercano al que facultades innatas que para aquel en quien habla de lo que sabe por experiencia ha- el lenguaje fluye con espontaneidad. bitual. También el estudio de los «géneros El estudio del lenguaje en situación, del discurso» (capítulo 12) está vinculado que eso es la Retórica, es antecedente o al hoy y ahora de nuestra sociedad. está conectado con todas las Ciencias Hu- El capítulo de elocutio (13) aborda las manas. Los autores mencionan la semióti- virtudes, que se deben buscar, de la clari- ca, la Poética, la Lingüística, la Dialécti- dad, la precisión, la corrección, la conci- ca, la Filosofía y la Antropología. Dedican sión, la elegancia, y los vicios, de los que 590 RESEÑAS DE LIBROS se debe huir, de la oscuridad, ambigüedad, BURGUERA, María Luisa, De unitate Specu- incorrección, prolijidad y mal gusto. lorum-Estudios de Literatura Compara- El manual brilla especialmente en los da, Castellón, Universitat Jaime I,2006, capítulo 14, 15, 16 y 17 donde sin ampu- 410 pp. losidad alguna se pone de relieve la tre- menda actualidad de los recursos de la Un nuevo libro de reflexiones sobre la Retórica clásica. Supone a mi juicio un literatura comparada escrito por la profe- valor especial traer a colación los aciertos sora María Luisa Burguera ha sido publi- de la Retorica ad Herennium (incluso ci- cado, en 2006, por la Universidad Jaime I tándole original en latín) con párrafos tan de Castellón. Su título, en latín y en espa- por encima del tiempo, que fueron selec- ñol, De Unitate Speculorum-Estudios de cionados por Nebrija en 1515 y que val- Literatura comparada, introduce a la temá- drían igualmente para ilustrar, por ejemplo, tica de las investigaciones presentadas. los discursos del presidente Chávez de Ve- Cuando decimos «nuevo», no nos referimos nezuela. El tratamiento de cada recurso es a la fecha reciente de su publicación sino claro y preciso a tenor del registro de toda a lo novedoso de su enfoque. La temática, la obra. como explica la autora en el proemio, Sendos capítulos (18 y 20) sobre Me- constituye una unidad intrínseca compues- moria y Actio cierran una obra en que me ta por una complejidad de temas que, aun- hubiera resultado imposible encontrar ob- que son independientes de la cronología y jeción si no fuera por una bibliografía fi- de la situación espacial, corresponden en- nal que, a mi juicio, debe ser modificada tre ellos. En efecto, el tiempo y el espa- en la siguiente edición. Además de las cio existenciales, el viaje iniciático, el des- obras citadas (y ahí es preciso también tino, a través de diferentes concepciones revisar la importancia que se atribuye a estético-estilísticas, se encuentran en lite- cada una), los autores han pedido a una raturas de diversas épocas y de distintas serie de colegas que les envíen las referen- lenguas. cias de sus trabajos de retóricas, que han Esta perspectiva no sólo permite pro- sido trasladados, sin más, al elenco. Unos fundizar en las correspondencias de las autores han mandado la relación de sus ideologías y concepciones estéticas de au- trabajos con ocasión o sin ella y otros tores renacentistas y conceptistas, como hemos enviado la lista de nuestros estudios Petrarca y Quevedo, sino que también acla- de retórica en toda su extensión, lo que ra correlaciones de cosmosvisiones que se supone también la suma de los distintos manifiestan en la literatura argentina del pasos de una investigación hasta la apari- siglo XX y la inglesa, a través de su máxi- ción de la síntesis final. Además, hay otros mo representante, Shakespeare o entre la que, evidentemente, no han llegado. literatura celta y la española. Estos proce- O sea, estamos ante un excelente libro, sos comparatistas se pueden apreciar en sus eminentemente práctico, al que acompaña capítulos temáticos La herida del tiempo, una bibliografía prácticamente inútil. Sugie- Destino y fragilidad humana, en el que se ro que, salvo Aristóteles, ningún autor apa- encuentra su original trabajo, Naufragio y rezca en adelante con más de cinco entra- destino: «Un viaje terrible» de R. Arlt y das bibliográficas. Desde luego, Miguel «La Tempestad» de Shakespeare, o en el Ángel Garrido Gallardo, por poner un interesante artículo, Las Leyendas de Bé- ejemplo que conozco bastante, puede apa- quer: un ejemplo de influencia céltica en recer con menos. la literatura española. En la perspectiva de las relaciones in- MIGUEL Á. GARRIDO GALLARDO terculturales, la profesora Burguera anali- RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 RESEÑAS DE LIBROS 591 za la visión que tienen de España viajeros ciadores con mi volumen Teoría de los franceses que son escritores, como Victor géneros literarios, el cual, gracias a esta Hugo, o mujeres intrépidas, es el caso de iniciativa, ha conocido una gran difusión: Madame Brinkman. Su estudio también se mucho mayor, desde luego, de la que ca- extiende a la imagen cultural en el texto bía esperar. Luego, el colega y entrañable literario. amigo recientemente desparecido, José An- Sus investigaciones no sólo conciernen tonio Mayoral, tomó la dirección de la el estudio comparatista de textos literarios empresa ideada por Lidio Nieto, consi- sino que también comprenden las correla- guiendo un resultado excelente. En todo ciones que existen entre la literatura y la caso, aunque no fuera esto así, por pura pintura. Esta correspondencia entre diver- objetividad, me parece que aplaudiría, sas manifestaciones del arte, la autora nos como lo hago, con entusiasmo entregas la revela en su capítulo, Literatura y Pin- como la que ahora comento. tura Barroca, en el que nos muestra la Como se sabe, el objetivo de la colec- dialéctica que se establece entre Cervantes ción es agavillar una selección importante y Velázquez. de trabajos (traducidos al castellano cuan- En sus Estudios de Literatura Compa- do están en otros idiomas) sobre cada cues- rada, el análisis es llevado a través de una tión importante de Teoría de la Literatura estricta coherencia entre las diversas temá- y acompañarlos de un estudio introducto- ticas. De esta manera, la metodología se rio y una bibliografía, dotando así a la desprende de una teoría bien fundaentada. cultura en español de un instrumento de Cabe destacar que las reflexiones que consulta imprescindible para estar al día en se desarrollan son el fruto de algunas de las materias teórico-literarias. sus conferencias dadas en la Sorbona, en Con estos presupuestos, no es de extra- la Universidad de Bretaña y en la Maison ñar la aparición de un volumen sobre Li- de l’Amérique Latine en París, intervencio- teratura y cibercultura, compuesto por el nes que han despertado un gran interés profesor Sánchez-Mesa, quien lleva tiem- entre los colegas franceses. po ya prestando atención a la cuestión. En Por la fundamentación de las concep- efecto, la incidencia de la tecnología ciber- ciones teóricas, por la precisión de la me- nética sobre el campo de la Literatura hace todología y por la claridad de la exposi- necesario estudiar, desde esta perspectiva, ción, Estudios de Literatura Comparada qué ocurrirá con la «literatura», que, como constituye un ensayo sumamente útil para se sabe, es un fenómeno intrínsecamente investigadores y profesores. También pue- dependiente de la generalización de la im- de orientar a los estudiantes en nuevas vías prenta, de la galaxia de Guttenberg. de la investigación. Suelo recordar que, antes del siglo XIX, para hablar del fenómeno humano de la HELIOS JAIME recreación hecha con lenguaje, se decía «poesía» (con el étimo aristotélico), en el XIX y XX se ha dicho «literatura», recogien- do la importancia del libro impreso como SÁNCHEZ MESA, Domingo (ed.), Literatura soporte, y en el XXI se empieza a decir y cibercultura, Madrid, Arco/Libros, «ciberliteratura», lo que, de cristalizar, se- 2004 («Lecturas»), 373 pp. ría testimonio tanto del cambio producido como de la importancia que ha tenido (y Tengo especial simpatía a la colección sigue teniendo) el hecho de la imprenta «Lecturas» de Arco/Libros. No lo puedo (litterae: cosas escritas) en la consideración negar. Yo mismo he estado entre sus ini- de esta rama de las Bellas Artes. RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 592 RESEÑAS DE LIBROS Domingo Sánchez-Mesa articula su an- Robins seleccionado («El ciberespacio y el tología en cuatro apartados: I. «Teoría li- mundo en que vivimos», 199-232) aborda, teraria y cibercultura: revisión de algunos en cambio, el carácter «peligroso», de des- conceptos principales», II. «Identidades vir- precio de lo real, que puede acarrear el tuales: Sujeto, Sociedad y Política del ci- borrado engañoso de los límites del «aden- berespacio», III. «Nuevos Géneros Litera- tro» y «afuera» del ciberespacio. rios» y IV. «La educación literaria en la El tercer apartado acoge trabajos en los cibercultura». Más la correspondiente bi- que, en vez de centrarse en la época «pos- bliografía. tliteraria» que inaugura el espacio ciberné- En el primer apartado, Catherine Hayles tico, se inquiere sobre los cambios que el («La condición de la virtualidad», 37-72) nuevo soporte introduce en la continuidad analiza el proceso epistemológico que lle- de los géneros tal como lo hemos conoci- va a reducir lo material, en todas sus ma- do en la época Guttenberg. Dani Cavalla- nifestaciones, a un fenómeno de informa- ro «La Ciencia-Ficción y el Ciberpunk», ción. Así se pueden vislumbrar insospecha- 235-268) traza la genealogía del ciberpub- das conexiones de la Literatura con la nk en los clásicos para mostrarnos, según Biología molecular, la Ingeniería genética Sánchez-Mesa, cómo la ciencia-ficción ha o la Teoría de la información de base ma- supuesto una mirada analítica sobre el im- temática. Marie-Laure Ryan («El ciberes- pacto de la ciencia, la tecnología y sus pacio, la virtualidad y el texto», 73-115) contradicciones en el presente y, de ahí, su aborda, con su característica finura, la vinculación con el género de la utopía. cuestión de cómo manejar el cambio se- Joan-Elíes Adell («Las palabras y las má- mántico producido por el impacto de las quinas. Una aproximación a la creación nuevas tecnologías. Hay que discernir qué poética digital», 269-296) estudia las po- discursos dicen lo mismo con otras pala- tencialidades y límites de la poesía elec- bras y cuáles dicen otras cosas con las trónica. Mathew Causey «La performance mismas palabras existentes en nuestro cam- post-orgánica. La apariencia del teatro en po. Espen Aarseth («La literatura ergódi- los espacios virtuales», 297- 325) es el ca» 117-145) defiende la posibilidad de encargado de ponderar las posibilidades del señalar los nuevos tipos de «textos» con teatro en el nuevo medio. Se trata de una términos que no supongan una indebida cuestión todo problemas, ya que el género colonización de la teoría construida para la «teatro» es literatura, pero no solo litera- creación «literaria». Finalmente, Antonio tura (e incluso en absoluto literatura). Rodríguez de las Heras («Nuevas tecnolo- Como suele decir el teórico teatral José gías y saber humanístico», 147-173) plan- Luis García Barrientos, es cierto que exis- tea una cuestión esencial que pone sobre ten hombres sin teatro, pero cabe cuestio- el tapete la revolución electrónica ante la narse qué sentido tiene hablar de «teatro tradición humanística: el tema crucial de la sin hombres». memoria. El cuarto y último apartado se destina El segundo apartado trata de la trascen- a examinar la trascendencia tecnológica, dencia propiamente filosófica del asunto. económica, política y pedagógica de la Mark Poster («La ciberdemocracia, internet nueva situación. Michael Joyce (La Nueva y la esfera pública», 177-197) encuentra en enseñanza: hacia una pedagogía para una Internet el modelo del carácter construido nueva cosmología», 329-343) explora la de la identidad. En el fondo, se trata de nueva relación, más igualitaria y de cola- un alegato postmoderno, a la búsqueda de boración, que instauran las nuevas tecno- confirmación empírica more cibernetica, de logías en las interacciones entre docentes la crisis del sujeto. El trabajo de Kevin y discentes. En fin, Daniel Apollon («La RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 RESEÑAS DE LIBROS 593 educación superior y la visión del apren- yor parte de las veces, la razón es el des- diz electrónico –e-learning–», 345-366) ob- conocimiento: «...aunque también guarde- serva un nuevo escenario, «caracterizado mos silencio (quizá por incompetencia) por la desectorización y la emergencia de acerca del mundo histórico y social...» un nuevo habitus, en el que los sistemas Por la razón que arguye Said es fre- de conocimiento tradicional y los sistemas cuente que se distinga, en el ámbito aca- de comunicación del conocimiento sufren démico, entre la literatura y la realidad, una profunda modificación, que es obser- entre el mundo de la ficción y el mundo vable no solamente en las universidades, concreto; sin embargo, no debemos perder sino también en las empresas» (p. 360). de vista los reiterados esfuerzos en las úl- Insisto. La simpatía que abrigo par con timas décadas, desde perspectivas diversas, la colección, que evocaba al principio, se contradictorias, complementarias o exclu- ha visto incrementada especialmente con yentes, de entender la literatura, compren- un volumen como éste que resulta impres- didas en su mayor parte en la relación di- cindible por contribuir a la continua actua- cotómica e indisoluble entre literatura y lización del conocimiento de nuestras cues- sociedad, esto es, en palabras de Antonio tiones en el devenir del cambio social. En Chicharro en su libro El corazónperiférico: efecto, pocas realidades de nuestro mundo «...un estado de comprensión caracteri- estarán teniendo más influencia sobre nues- zado por un rechazo del cientificismo que tra cultura, que la emergencia de las nue- había asolado los estudios literarios desde vas tecnologías. la modernidad decimonónica hasta los años El resultado de la suma de textos an- ochenta del siglo XX y una clara concien- tologizados no supone una información cia de la extrema complejidad del dominio exhaustiva (ni pretende serlo, ni es posi- de conocimiento que es la realidad social ble que lo sea), pero constituye una intro- que llamamos literatura que no se agota ducción suficientemente sistemática que con una u otra explicación teórica» (p. 39). deberemos agradecer a Sánchez-Mesa, De este modo, la literatura no es otra quien, sin duda, seguirá transitando por cosa distinta (opuesta, ajena, reflejo o in- esta senda y produciendo nuevas entregas vención) de lo que llamamos realidad; es, iluminadores para cuantos, a principios del del mismo modo que la ciencia, una prác- siglo XXI, estamos anclados en el campo tica y una realidad social, y como tal ha acotado entre «poesía» y «cíber» sido comprendida y estudiada. Chicharro expone en este volumen, a MIGUEL ÁNGEL GARRIDO GALLARDO partir de su propia experiencia y de una aproximación reflexiva y crítica a las di- versas teorías críticas que abordan las re- laciones entre la literatura y la sociedad, CHICHARRO CHAMORRO, Antonio, El cora- los distintos derroteros de lo que llama el zón periférico. Sobre el estudio de li- corazón periférico: el conjunto de estudios teratura y sociedad, Granada, Univer- sociológicos y sociales de la literatura. sidad, 2005, 308 pp. («Biblioteca de Señala que: Bolsillo. Divulgativa Collectanea Limi- tanea», núm. 23). «...el corazón real del hecho literario y el corazón real de los estudios literarios ¿Por qué al hablar de literatura parece paralelos no se explican constitutivamente que sólo se habla de mundos imaginarios? sin la existencia real del corazón periféri- Edward W. Said respondió en The World, co que es toda sociedad –y dichos estudios, the Text and the Critic (1983) que, la ma- en una suerte de explicación interna a su RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 594 RESEÑAS DE LIBROS vez, no se explican sin el corazón perifé- de perspectiva de las cosas) hasta la socio- rico que conforman los estudios de su plu- crítica y otras prácticas teóricas tras la ral dimensión social» (p. 73). caída del muro, se han desarrollado en el En este ensayo de Antonio Chicharro contexto de la historia del pensamiento li- expone concienzudamente, recurriendo a terario. autores y teorías de la más diversa índole, Parte esencial de los estudios literarios, las explicaciones y posturas de fondo del esto es, práctica cotidiana debe ser, a de- corazón periférico de la literatura. No pre- cir de Antonio Chicharro, llevar a cabo una tende, y así lo señala de manera explícita, discusión sobre los modelos esencialistas, hacer una historia de los estudios socioló- los objetivistas históricos (como el mate- gicos y sociales de la literatura, sino ex- rialismo histórico), «a la hora de corregir plicar sus planteamientos desde su sentido los excesos deterministas, negar las obje- epistemológico y las cuestiones básicas que tividades empírico-positivistas, cuestionar rigen dicho conjunto de prácticas sociales los fundamentos holísticos y la extendida que llamamos estudios literarios. Es éste concepción unitaria y eurocéntrica de la una obra introductoria que no pretende humanidad». El cuestionamiento conducirá explicar todas las particularidades de las a la apertura de vías de comprensión, en diferentes prácticas teóricas sobre la lite- muchos de los casos cambiando el objeto ratura y la sociedad, sino hacer una aproxi- de estudio y no sólo la teoría en torno mación a las más relevantes y señalar sus suyo, como se señala en el último capítu- diferencias y coincidencias a partir de su lo de El corazón periférico. objeto de conocimiento (episteme). Pero, en la línea que ha seguido Chi- Aprovechando la estructura del libro de charro desde Literatura y saber (1987), no Chicharro pretenderé esbozar la línea con- se limita a aportar todos los elementos de ductora de su propuesta de estudio, dado análisis (en este caso, el amplio panorama que, de manera preponderante e indudable- posible de los estudios sociológicos y so- mente ligado a su práctica docente, esta ciales de la literatura en el mundo occiden- obra se conforma como un referente inelu- tal), sino que su pretensión es proponer dible, a modo de introducción, para cual- llamar: quier investigador interesado en la litera- «...a las cosas por su nombre ... a las tura desde una perspectiva social o socio- científicas teorías de la literatura denomi- lógica. Podría añadir que, con acierto, abre némoslas con más propiedad ideologías li- perspectivas, vías de reflexión, pone de teraturológicas. [que] ... no hacen derivar relieve teorías que, de otro modo, se des- su propia discursividad ... de la literatura dibujarían en el enorme conjunto de estu- misma ni tratan de doblar con sus palabras dios teóricos y propuestas de análisis. un modo de escritura que confunden con La reflexión sobre la literatura debe toda la literatura» (pp. 54-55). partir de la conciencia de que los estudios literarios que se conforman sobre una pre- Con su propuesta de metateoría, del tensión científica, como afirma Chicharro, conjunto de prácticas y teorías literaturo- se retroalimentan con las ideologías so- lógicas, Chicharro busca configurar una ciales, «estando sometida su ansiada neu- suerte de teoría macro, que comprenda a tralidad científica a intereses históricos» las demás a partir del esfuerzo, denodado, (p. 49). crítico, reiterado, de conformar una cien- A partir de esta consideración es posi- cia de la literatura; si bien la menciona ble explicar y entender la multiplicidad de sólo en la primera parte del libro, subyace paradigmas que, desde los estudios de Baj- en el resto como hilo conductor, como tín tras la revolución rusa (con su cambio pretensión comprensiva de la realidad so- RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 RESEÑAS DE LIBROS 595 cial que llamamos literatura y los modos se adscriben la mayor parte de las propues- que tenemos de conocerla. tas teóricas de estudios que explica Chicha- A partir de multitud de referencias a rro, se reconoce de manera implícita la autores y corrientes del pensamiento, des- existencia de la dicotomía literatura/socie- de el ámbito propiamente español como es dad, considerando cada una de ellas como el caso de Castellet o Mainer, hasta Leen- entes autónomos que guardan algún tipo de hardt, Escarpit o Zalamanski, Antonio Chi- relación. Aunado a lo anterior, no se pre- charro sostiene que las explicaciones de la guntan qué es el fenómeno literario: al des- crítica literaria se establecen en dos senti- tacar o defender una un otra aproximación dos: de la literatura a la sociedad y de la al objeto, pierden de vista qué es. sociedad hacia la literatura. El primer caso Estas posturas, añade Chicharro, «cons- (sociología de la literatura) estudia «los tituyen un serio obstáculo teórico para ... efectos de la obra sobre la sociedad». El pensar la literatura como una cristalización segundo sentido (crítica sociológica) sostie- social o específica forma productiva de lo ne que no puede soslayarse los elementos real», a pesar de que en el plano teórico sociales previos, inherentes y contextuales se trabaje sobre realidades particulares de la obra literaria, y se identifica con la (cortes) y su cristalización histórica. Ade- crítica de índole marxista. más, perder de vista que no se trata de A partir de esta consideración (básica, entidades ajenas (literatura y sociedad) y la metodológica) es posible aproximarse a las limitada comprensión del fenómeno litera- distintas propuestas teóricas, las cuales, rio dificulta poner en evidencia la proble- como afirma categóricamente Chicharro, no mática esencial, «las manifestadas diferen- es posible separarlas del sistema que lla- cias entre dichas teorías a propósito de su mamos literatura. Es decir, no son realida- respectivo objeto teórico». des distintas y otras, sino facetas del mis- Para entender la importancia, la nece- mo objeto, o mejor, de la misma práctica sidad de los distintos paradigmas a los que socialmente validada. introduce El corazón periférico que inten- Chicharro realiza así una crítica, perti- tan explicar la literatura y la sociedad (di- nente y necesaria, de las muchas teorías ferenciadas, entrelazadas, una sola entidad) que conciben la literatura y la sociedad debemos tener en cuenta, nos sugiere An- como entidades autónomas e independien- tonio Chicharro, que los estudios literarios tes. De este modo lo que se identifica se abocan al dominio cultural literario (o como literatura (los textos y las prácticas en términos del autor, «el socialmente di- que solemos concebir de este modo), el ferenciado sistema literatura»), el cual se corazón central, y «el difuso e inasible manifiesta de gran complejidad, por lo que corazón periférico de la sociedad [donde cualquier acercamiento teórico se mostrará incluiríamos los estudios sobre la literatu- incapaz de comprenderlo en su totalidad. ra] ... son elementos constitutivos del sis- El libro El corazón periférico nos in- tema literatura». troduce a los estudios sociológicos y so- Los capítulos precedentes sirven a Chi- ciales de la literatura, pero sobre todo nos charro como una suerte de introducción, aproxima a una problemática fundamental, bosquejos, a su preocupación fundamental: y no siempre comprendida en su justa re- ¿qué es este objeto que estudiamos, la li- levancia en torno a la comprensión del teratura? pensamiento social y las prácticas literarias, Resulta especialmente interesante su imbricadas en lo que solemos llamar, des- afirmación de que, en el seno de la meta- de Madame de Stäel, literatura. fórica situación de la literatura a la socie- dad y de la sociedad a la literatura, a la que RODRIGO PARDO FERNÁNDEZ RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 596 RESEÑAS DE LIBROS ASENSI PÉREZ, Manuel, Los años salvajes de la literatura, la historia de la literatura de la teoría. Phillippe Sollers, Tel Quel etc. ¿Por qué? Porque es la literatura, es y la Génesis del pensamiento post-es- la teoría, lo que Tel Quel propone como tructural francés, Valencia, Tirant lo foco de resistencia ante la ignorancia y la Blanch, 2006, 495 pp. perversión del mundo... No sólo es que los telquelistas vieran las posibilidades políti- Hace dos años, en el número 131 de cas de la actividad teórica y literaria (eso esta misma revista, tuve el placer de rese- también lo vio el marxismo clásico), sino ñar el libro de Manuel Asensi Historia de que consideraron que la teoría literaria y la teoría de la literatura (el siglo XX has- la literatura eran el lugar nuclear de la ta los años 70), Valencia: Tirant lo Blan- política y el cambio social» (pp.13-14). ch, 2003. Ya entonces, quedaba sumamen- De este modo, Asensi se alinea con el te admirada por un proyecto, que no sólo telquelismo: «este libro nace de una pasión revelaba un profundo amor por el pensa- que rinde homenaje a una de las empresas miento sobre la literatura y de la literatu- más ambiciosas e imaginativas de conver- ra; sino un saber inmenso en torno a te- tir la teoría de la literatura y la ‘escritura’ mas de toda índole, junto con un inusual en el espacio privilegiado de la acción talento para la transmisión pedagógica, que política y de la transformación social» habrían de convertir a ese libro en una de (p.15); al tiempo que recupera para los mis lecturas de referencia durante estos tres lectores españoles: años. Ahora tengo entre mis manos Los años salvajes de la teoría y vuelvo a que- «una época que creyó poderosamente dar asombrada, porque Manuel Asensi tie- en el poder de la teoría y de la escritura, ne el don de transformar la historia de la una época que hizo de esa teoría y esa es- teoría de la literatura en una historia cau- critura casi una razón de ser, una identi- tivadora, pero también en una historia dad, una época que bien podría ser llama- cercana, donde cada uno de sus nombres da de los años salvajes de la teoría, no y sus conceptos acaban por transmiti- podía dejar las cosas como estaban ni en rnos un afecto, que nos ayuda a sobre- cuanto al lugar de la enunciación (¿desde vivir en un mundo donde la pregunta dónde se hacen la teoría y la escritura?), «¿para qué sirve?» amenaza con engullir ni en cuanto al género o géneros utiliza- las humanidades, que algunos prejuzgan dos (¿cómo es la textualidad telquelista?), como meramente lúdicas. Desde aquí, re- ni en cuanto a su destinatario (¿a quién se cordar el proyecto Tel Quel supone reivin- dirige esa teoría con un fin revoluciona- dicar el decir y el hacer de muchos de rio?)» (p.21). nosotros: Nada se había escrito sobre ella en «Tel Quel sirve, dice Sollers, para «no nuestra lengua con semejante minuciosidad. morir de desesperación en un mundo de Los años salvajes pueden leerse como un ignorancia y perversión». Es una respues- paso más de la Historia de la teoría de la ta pasional, afectiva, agresiva. Pone de re- literatura, pero no uno cualquier, sino lieve lo que fue el proyecto telquelista: un aquel que le da razón de ser. intento de cambiar la realidad atento a los El libro queda dividido en dos grandes engaños de otras propuestas de cambio que partes. Una primera, donde se traza la his- fueron estériles o bien condujeron a situa- toria del movimiento telquelista, los temas ciones peores... Lo que se halla en el ori- que inauguró desde 1960 a 1982, el con- gen de este estudio es algo que debería texto personal, político, cultural y filosófi- mover los afectos de todos aquellos que co que lo acompañó y las diferentes pu- nos interesamos por la literatura, la teoría blicaciones de literatura y literatura com- RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 RESEÑAS DE LIBROS 597 parada que fueron surgiendo. Una segun- y se convierte en pública: los artículos se da, donde Manuel Asensi demuestra su in- firman con el nombre del grupo, aparecen mensa capacidad para acercar al lector textos en los que no sabremos dónde em- cualquier concepto, pero también la admi- pieza la cita y el discurso del autor que ha ración que siente por Phillipe Sollers, cuya citado, donde dejamos de saber quién ha- obra, no como eslabón aislado, sino como bla; puesto que «una de las características cadena de textos, se convierte en el señue- más llamativas de la historia del movimien- lo desde el que recorrer algunos de los pi- to Tel Quel fue la de poner en tela de lares conceptuales teórico-literarios, pero juicio la idea de límite» (p.69), que aso- también políticos de Tel Quel en el perio- ciada a la necesidad de un movimiento do que va de 1965 a 1970. Los años sal- continuo, convierten al espacio Tel Quel, vajes de la teoría forma parte de esa ca- en un lugar móvil, de fronteras inciertas, dena, asume el programa que describe y y en esto radica su extrema potencialidad: convierte este juego especular en pasión y «La máquina Tel Quel consistió en no per- en revolución. Tampoco debe olvidarse que manecer idéntica a lo largo de su historia, en la «Introducción» al libro Asensi dia- en no ser la misma, en hacer del cambio loga con los trabajos más relevantes escri- una estrategia política» (p.71). tos en inglés y francés sobre Tel Quel, ana- De esta manera, Asensi nos explica que lizando los acuerdos y desacuerdos que su «Tel Quel no se desplazó desde el mar- ensayo mantiene con ellos, gesto altamen- xismo-leninismo del PCF al maoísmo por- te original, que habla de ese lugar otro que no fueran marxistas o porque dejaran desde el que se construye su propuesta. de serlo, sino porque su proyecto de revo- La primera de estas partes, que lleva lución cultural como condición necesaria por título «Historia del espacio ‘Tel de revolución social dejó de encontrar aco- Quel’», se subdivide en diferentes epígra- modo y salida dentro del estrecho camino fes: «La creación de la revista (1960-1963) comunista, y en cambio sí los encontró en y el germen del conflicto», « La creación el cauce maoísta. Tel Quel no pertenecía del espacio ‘Tel Quel’ (1963-1969)», «Las al marxismo-leninismo, al maoísmo, al barricadas, la deconstrucción y el marxis- americanismo o al catolicismo, sino que mo: mayo del 68 y sus consecuencias», usó todos esos moldes políticos como me- «Bajo la bandera maoísta, la dialéctica, la dios de expresión» (141). negatividad y el feminismo (1970-1974)», «El desierto de lo real: el viaje a China», En lo que todo el espacio Tel Quel «La crítica del totalitarismo, la nueva fi- parece estar de acuerdo es en que la ver- losofía y la literatura como disidencia: dadera forma de disidencia está represen- 1974-1977», «El catolicismo ateo de Tel tada por la literatura, que en ella reside un Quel y la literatura contra lo semblan poder que va más allá de todos los saberes. (1977-1982)» ; al tiempo que apunta ha- Por ello la primera parte del libro re- cia una historia que no es la de una revis- crear el diálogo de Tel Quel con referen- ta, sino la de un ‘espacio’, entendido éste tes tan dispares como el marxismo, la gue- como el punto de encuentro de una revis- rra de Argelia, el nazismo, la nouveau ta con una gestión editorial, de diferentes roman, el estructuralismo, la escritura tex- encrucijadas vitales, de distintos proyectos tualista, el PCF, el feminismo, el maoís- literarios, de una actitud política..., como mo, el cristianismo etc... creando un com- una manera peculiar de literatura, de ideo- plejo palimpsesto donde la capacidad na- logía, de pensamiento... rrativa de Manuel Asensi impide al lector Desde aquí, por ejemplo, el concepto perderse; pero también donde el modesto de autor deja de ser una realidad privada objetivo apuntado «agudizar los trazos de RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849 598 RESEÑAS DE LIBROS ese panorama que tienen que ver con la rojo y la reflexividad performativa», «La teoría de la literatura y la literatura en materia y el sujeto en Tel Quel». general» (p. 47) es superado con creces, Así, en el primero de ellos Asensi crea para pasar a convertirse en una lección de una «teoría de la revista», donde el «me- historia del pensamiento, que ilumina mu- dio es el mensaje», donde la teoría y la chísimos de los grandes acontecimientos de praxis se aúnan en un gesto siempre polí- la segunda mitad del siglo XX. tico, donde la polifonía es una necesidad: Asimismo, son muchos los nombres que «por decirlo en otros términos: en la re- se van a convertir en protagonistas de esta vista lo que es dialógico y polifónico es historia: Roland Barthes, Derrida, Foucault, el ‘parergon’ antes que, o además de, los Lacan, Todorov, Kristeva, el propio So- textos en sí mismos. (p. 211) Por ello, si llers... sobre los que Manuel Asensi habla Tel Quel quedó marcada por el tiempo como teóricos, pero también como amigos, convulso que rodeo su existencia, ella mis- competidores, amantes... en un gesto de ma contribuyó a hacerlo convulso, pues la humanización nada gratuito, pero sí muy revista gozó de carácter preformativo, fue, reconfortante para el lector, que encuentra ante todo, una acción, respaldada por su en el vínculo corpus-cuerpo, (no en vano valor liminar, como productora, pero tam- objeto de interés prioritario del propio tel- bién como mediadora, de la producción quelismo) un nuevo camino de lectura, que cultural, del debate, de la misma literatura. es también una apuesta pedagógica: «Ol- Mientras «Pasión y Poder de la litera- vidamos que hubo una enseñanza una pe- tura», se pregunta: ¿Qué es la pasión de dagogía (la telquelista) que, aunque no es- la literatura?, ¿Qué es ésta para Tel Quel?, tuviera exenta de problemas, se propuso y encuentra la respuesta en una literatura llevar a los estudiantes y asistentes al alto que se mira a sí misma, que no acepta su nivel del lenguaje filosófico y político, supuesto carácter instrumental, ni ninguna condición ésta considerada como necesaria sobredeterminación que venga de un lugar para la revolución política» (p.121). extraño a ella. El diálogo de los telqueli- Desde ese ‘espacio’ que Tel Quel con- tas con la nouveau roman se explica por- forma, y del que todos nosotros pasamos que es aquí donde ellos ven un primer a formar parte al leer a Asensi, la revista camino hacia la autorreflexividad literaria; pudo desaparecer en invierno de 1982: aunque más tarde las novelas de Grillet, y «pero el espacio Tel Quel seguía vivo. Se del propio Sollers superen este camino, y cumplían las palabras que Sollers le había encuentren otras sendas por las que seguir dicho a Jacqueline Risset en el número 86 avanzando en una búsqueda, aunque el de la revista: «¿Por qué Tel Quel causa tiempo acabe por demostrar que para de- sensación? Simplemente porque nadie pue- terminarse a sí misma la literatura tendrá de saber de antemano lo que se va a es- que borrarse como tal literatura. cribir, lo que entraña una experiencia tal De esta forma, la pasión de la literatura que desorienta cualquier asignación de lu- conecta con el problema de la autorreflexi- gar» (p. 206). vidad, pero también de la presencia de la Pero todavía más, ya que la segunda de subjetividad en el texto, aunque ésta no sea las partes del libro, aunque titulada «Los entendida según el modo de la representa- conceptos», más bien aborda «Archi-Con- ción clásica. Por lo que, el tercero de los ceptos», como demuestran los subtítulos de capítulos de la segunda parte, se dedica a los capítulos: «Teoría y práctica de la re- esta reflexión, como consecuencia lógica del vista en el telquelismo», «Pasión y poder anterior. «Más que un concepto la autorre- de la literatura», «Autorreflexividad y li- flexividad es una matriz generadora de con- teratura», «Texto y post-política. El relato ceptos» (p. 265), sobre la que piensan Blan- RLit, 2007, julio-diciembre, vol. LXIX, n.o 138, 587-703, ISSN: 0034-849
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