Me enviaron a hacer contacto con alienígenas... Nunca esperé que uno me reclamara como su compañera.
Cuando tengo la oportunidad de formar parte de una misión de primer contacto en el espacio, la aprovecho. Necesito un descanso de mi vida en la Tierra. De la mentira de mi matrimonio. De la angustia por la traición.
Pero después de estrellarnos en un planeta lejos de nuestro destino previsto, todo cambia. Varada en un desierto implacable, de repente me encuentro esperando que la vida extraterrestre no exista.
Pero no tuve suerte.
Mientras busco una forma de reunirme con los demás supervivientes, caigo —literalmente— en el regazo de un enorme guerrero alienígena de piel azul metálica y ojos de gato. Él es... precioso. Hipnotizante. No puedo dejar de mirarlo, y él parece igual de fascinado por mí.
En realidad, parece más que fascinado. La forma en que me mira es posesiva y protectora, y aunque no puedo entender sus palabras, su voz me produce escalofríos.
No entiendo lo que está pasando entre nosotros, pero sí sé una cosa: él es la mejor oportunidad que tengo para encontrar el camino de vuelta a casa.
El único problema es que ya no estoy tan segura de querer irme.