1 Nueva York, enero 1924 Nueva York, enero 1924 2 © 1961 C. S. Nott © ¡999 Editorial Ganesha, Venezuela Título de la obra en inglés: Teachings of Gurdjieff The Journal of a Pupil Publicada en 1961 por Routledge & Kegan Paul Limited Londres Traducción: Alberto Carrión Corrección y cuidado de la edición: Suzanne Gay, Eduardo Gil, Arhan Pérez y Reynaldo Pérez Só Diseño de portada: Miguel Manrique Paginación electrónica: María Isabel Arenas Impresión: Corpográfica S.A., Caracas Hecho el depósito de ley Depósito Legal Tf. 46919991001664 Única versión autorizada en español Primera edición: Julio de 1999 Todos los derechos reservados de acuerdo a las Convenciones Internacionales y Panamericanas sobre los Derechos de Autor. Ninguna pante de esta publicación puede ser reproducida en forma alguna o por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones, o cualquier sistema de registro y recuperación de información sin permiso por escrito del editor. ISBN 980-6404-03-3 Impreso en Venezuela- Printed in Venezuela EDITORIAL GANESHA 3 CONTENIDO Prefacio................................................................. 11 Prólogo................................................,................15 Nueva York y Fontainebleau 1923-5...............21 I Nueva York y Fontainebíeau 1925-6.............133 II IIIcomentarios de Orage sobre Belcebú.............179 IV Fontainebíeau 1928........................................298 Epílogo.......................................................309 4 C. Stanley Nott G. I. GURDJIEFF Diario de un Alumno Recuento de algunos años con G. I. Gurdjieffy A. R. Orage en Nueva York y Fontainebleau-Avon GANESHA 5 PREFACIO Han pasado más de treinta y cinco años desde que entré en contacto por primera vez con el sistema de Gurdjjeff. Este diario, empezado en 1924.es un registro parcial de mis primeros años de trabajo (1923 a 1928) con G.I. Gurdjieff y A.R. Orage. Ño se trata de la exposición del sistema, sino más bien de un relato de mi propia experiencia de algunos hechos y palabras de estos dos hombres, compilado a partir de centenares de páginas de apuntes. Más que cronológico es temático. Muchas de las charlas fueron repetidas, D veces después de largos intervalos, desde diferentes aspectos v en formas diversas. Al configurar este diario, he tenido en mente el creciente número de personas que hoy se interesan en las ideas de Gueorgui Ivánovich Gurdjieff. Los que no conocen su enseñanza pueden confundirse con algunos de los términos y expresiones utilizados. Sin embargo, existe allí mucho material que podrá interesar a muchas personas insatisfechas de nuestra manera actual de vivir. Algunas de ellas querran leer el libro del mismo Gurdjieff, Relatos de Belcebú a su nieto: Crítica objetivamente imparcial de la vida de los hombres. Cuando conocí a Gurdjieff y a Orage, yo era inmaduro, ingenuo e inquieto, sin ningún conocimiento de verdaderas ideas; y nunca podré serle suficientemente agradecido a Gurdjieff por su paciencia Infinita en aquellos primeros años, así como también, a sus alumnos más antiguos, por su orientación, especialmente a A.R. Orage, al doctor Stjoernval v a Thomas de Hartmann, quienes con el tiempo llegaron a ser mis amigos íntimos y, podría decirse, mis hermanos mayores. Ya no soy joven. A lo largo de mi variada existencia he experimentado casi todo lo que la vida ordinaria puede ofrecer -tanto lo que llamamos bueno como lo que llamamos malo-. Y puedo ver ahora que cualquier logro que he podido obtener para mi propio ser y comprensión, cualquier cosa real que he sido capaz de conocer y comprender, Gurdjieff, a su sistema y a su metodo. Ellos me han dado un centro de gravedad y una meta puedo decir: "Gracias a Dios por su regalo inefable". La cosmología y la cosmogonía, la creación y mantenimiento del universo, la ley de Tres y la ley de Siete, las causas de la degeneración del hombre y los medios para su redención, la escatología -las cuatro últimas cosas: detalladas explicaciones de todo esto pueden encontrarse en el libro de Gurdjieff Relatos-de Belcebú a su Nieto, una obra de arte objetiva de primera magnitud- Fragmentos de una 6 Enseñanza desconocida: En busca de lo milagroso de P.D. Ouspensky, aunque no puede considerarse como arte objetivo, es, sin embargo, una obra maestra como reportaje objetivo de las charlas de Gurdjieff en Rusia. Como introducción al sistema de Gurdjieff, nunca será superada. Pero, mientras el estudio de Fragmentos aporta sólo conocimiento -aunque de un alto nivel- el estudio de los Relatos de Belcebú aporta tanto conocimiento como "comprensión". En pocas palabras, el sistema de Gurdjieff incluye escritos; danzas sagradas, Movimientos y ejercicios; música; y la enseñanza en sí. Los libros de Gurdjieff están organizados en tres series: La primera, Relatos de Belcebú a su Nieto; la segunda, Encuentros con Hombres Notables; la tercera, La Vida no es Real sino cuando "Yo Soy". La primera fue publicada en 1950; la segunda ha sido editada en francés pero aún no en inglés; la tercera permanece inédita*. Parte de la música ha sido publicada. Gurdjieff recogió en Oriente una gran cantidad de danzas sagradas, danzas folklóricas y ejercicios; y él mismo compuso muchas danzas y movimientos, algunos de los cuales se basan en el símbolo del eneagrama. También compuso y coleccionó una gran cantidad de piezas musicales que fueron armonizadas bajo su supervisión por Thomas de Hartmann. Muchas de estas danzas y composiciones musicales son arte objetivo. Se puede adquirir un conocimiento de la teoría del sistema a partir de los libros; y de hecho, todo investigador serio debería leer Relatos de Belcebú y Fragmentos de una Enseñanza Desconocida. Pero la enseñanza en sí, que incluye trabajo práctico -el Método- sólo puede ser impartida a grupos especiales por instructores que hayan pasado ellos mismos por largos períodos de trabajo intensivo. La primera parte de este libro está constituida principalmente por recuentos de trabajos con Gurdjieff; la segunda, presenta los comentarios de Orage acerca de Relatos de Belcebú a su Nieto en e! grupo de Nueva York; mientras la tercera es en cierto modo una consecuencia y resultado de las dos primeras. Hoy en día las tres series han sido publicadas en francés, inglés y español, y algunas de ellas en otros idiomas (alemán, italiano, portugués, ruso, etc.). N. del T. 7 PROLOGO Siendo aún un niño pequeño en el poblado de Hertfordshire donde crecí, a menudo me parecía que había algo extraño y hasta absurdo en el comportamiento de la gente grande; la actitud de unos hacia otros en público y lo que decían unos de otros en privado, no coincidía. Mientras iba creciendo, me iba dando cada vez más cuenta de la diferencia entre la vida como pensaba que debía ser y como era en realidad. Con el tiempo, por supuesto, tuve que empezar a aceptarlo. "Tal vez", me decía, "no sea la vida ni la gente grande lo que está errado, sino yo". Pero algo en mí no llegó a aceptar esto enteramente. Como niño, imaginaba que debía haber algún lugar donde yo fuera feliz; que encontraría satisfacción en algún trabajo o en una religión distinta de la metodista. Amaba mi hogar y amaba a mis padres, pero rara vez me sentía satisfecho. No sé si por causa de algo en mi herencia o por la influencia de los planetas en el momento de mi concepción y nacimiento, o una mezcla de ambos, pero una inquietud interna y una insatisfacción -por una parte con lo que me encontrara haciendo y por otra con las circunstancias que me rodeaban- no me permitían una paz interior; siempre estaba allí la pregunta implícita: "¿Para qué sirve la vida?" A los siete años compré mi primer libro: su título, curiosamente, era Johnny's Search (La Búsqueda de Johnny). Abandoné la escuela a los trece años, sin haber aprendido literalmente nada -ya que leí y escribí sin haber sido enseñado- y pasé de un trabajo a otro, siempre preguntándome para qué servía la vida. A los dieciocho años, viajé por Tasmania, y de allí por Nueva Zelandia, Australia y Canadá, trabajando en haciendas de ovejas, en granjas y en otros trabajos físicos. En 1914, mientras vivía en una pequeña isla frente a la costa de la Columbia Británica, estalló la Primera Guerra Mundial. Me alisté de inmediato para convertirme en uno de los millones de muchachos y jóvenes que fueron arrastrados a esta catástrofe colectiva; y en 1917 fui dado de baja en las trincheras de Francia. Fue entonces cuando comencé a pensar seriamente acerca del sentido de la vida. Aunque recibí una educación religiosa y fui, de joven, catequista y predicador laico, (literalmente un hombre "temeroso de Dios"), la religión organizada ya no tenía sentido para mí; no era capaz de darme respuestas satisfactorias a las preguntas que surgían en mí como consecuencia de la desilusión resultante de la guerra, donde la vida o la muerte de uno dependía a menudo del capricho de algún estúpido colocado por azar en un puesto de mando. La estupidez y el absurdo, tan frecuentes en la vida ordinaria, no eran nada comparados con las colosales estupideces de la guerra, donde miles de seres perdieron sus 8 vidas debido a la vanidad o el orgullo de alguien. Solía preguntarme: ¿Por qué deben sufrir los hombres así? ¿Por qué los políticos y los periódicos nos ahogan con sus mentiras? ¿Por qué se vive la vida en una atmosfera de mentiras? George Bernard Shaw, con quien conversé muchas veces, era el único entre mis conocidos que estaba dispuesto a admitir que la guerra era un asunto terrible y que había algo extrañamente errado en la actitud del hombre hacia la guerra y hacia la vida en general. Para él era como si estuviéramos viviendo en un manicomio. Debe existir, sentía yo, alguien, alguna enseñanza, capaz de dar una respuesta clara a mis preguntas. Y un día, en el último año de la guerra, surgió la convicción de que debía encontrar ese maestro y esa enseñanza. Pero esto tenía que buscarlo, y el lugar más probable para encontrar al uno o a la otra era el Lejano Oriente. Después del armisticio partí, y por dos años peregriné alrededor del mundo, visitando América del Norte, Japón, China, Malasia, Birmania, India, Egipto e Italia. A pesar de que tuve experiencias muy interesantes, conocí toda clase de hombres y de religiones y contemplé muchos paisajes maravillosos, no llegué a descubrir ni el maestro ni la enseñanza que en mi ser interior sentía capaces de satisfacerme. Volví a Inglaterra mejor de salud, aunque sufriendo todavía los efectos de la fiebre de las trincheras y la artillería. El éxito financiero llegó a mí a través de relaciones comerciales en Viena, donde estuve casi un año. Ganaba dinero fácilmente y podía darme la buena vida de un rico joven soltero en la ciudad. También me acogí a la "reforma social" y pasé a residir en el "Toynbee Hall". Allí surgió la oportunidad de trabajar con una misión de ayuda en Rusia, en Ucrania, donde pasé uno de los períodos más interesantes de mi vida entre los campesinos, ya que la enferrnedad_del comunismo no había llegado al distrito donde yo estaba. Al regresar a Inglaterra, me encontré muy prontó ínmerso en el mundo literario y editorial, y desenvolviéndome en la más alta sociedad. Todo lo que un joven ambicioso podía desear estaba en mi camino, incluyendo una carrera pública, apoyada por la gente de nombre, dinero e influencia. En un sentido estaba satisfecho, pero la satisfacción iba acompañada de una profunda insatisfacción. Parecía que me encaminaba hacia un callejón sin salida. Sentía que todas mis experiencias equivalían a nada, a un mero telón de fondo. Debía encontrar el Libro Mágico de los cuentos de hadas rusos. El Anillo Mágico, la Rama Dorada; algo que me diera un indicio del sentido de la vida. 9 En este momento me topé con un soneto que describía mi estado interior. La impresión que hizo en mí fue tan vivida que tuve que leerlo cien veces. Pertenece a Partenofil y Partenofe (1593): "¡Oh, dulce contentamiento! ¿Dónde se encuentra tu apacible morada? ¿Acaso con los pastores y alegres Enamorados, Cuyo canto en los prados se entona y resuena Cuidando sus rebaños y ganado en las llanuras? ¡Oh, dulce contentamiento! ¿Dónde descansas protegido? ¿En el cielo, con los ángeles, que cantan alabanzas De aquél que hizo, y gobierna por Su mandato Las mentes y corazones de todo ser viviente? ¡Oh, dulce contentamiento! ¿Dónde tienes tu refugio? ¿En iglesias, con las gentes religiosas, Que agradan a los dioses con diferentes plegarias, Y luego, en sus estudios, meditan sobre ello? ¡Sea que aparezcas en el cielo o en la tierra, donde quiera te encuentres, aquí no te refugiarás!" De súbito -y tan irracionalmente como parecía- abandoné mi vida en Inglaterra. De hecho, estaba presionado por algo dentro de mí, algo que había comenzado durante una conversación casual; y en octubre de 1923 zarpé hacia Nueva York donde conseguí trabajo en una librería, con la idea de abrir una por mi cuenta. La librería, "The Sunwise Turn", era una especie de centro cultural, que atraía jóvenes escritores, artistas, poetas y músicos de la época. Pasaba mis fines de semana con amigos intelectuales en Croton, a orillas del Hudson, discutiendo y polemizando acerca de cómo el mundo debía ser gobernado. Mi situación y mi estado interior volvieron a ser tal como habían sido en Londres. Al conocer tantas personas y absorber tantas nuevas impresiones olvidé que estaba buscando una enseñanza, un camino nuevo. Pero donde 10
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