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Guerrilleras, testimonios de cinco ex combatientes de FARC PDF

75 Pages·2018·15.728 MB·Spanish
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Dirección General Jorge Davalos; Mónica Delgado; Jacobo Alban. Coordinación de Comunicación Miguel Ángel Rojas Dirección de Proyecto Miguel Ángel Rojas; Jacobo Alban. Coordinación Editorial Guillermina Soria Edición y redacción Lenin Brea Corrección de estilo Yanuva León Diseño y entrevistas Efraín Ruíz; Liliana Gutiérrez. Trascripción Liliana Gutiérrez; María Soledad Liparelli. Diagramación, portada e ilustraciones Comando Creativo Nota editorial Haber conocido, aunque de forma indirecta, a Glo- ria, Luci, Alejandra, Kathe y Laura ha sido un ver- dadero privilegio para los editores de este libro. Sus testimonios, ricos en experiencias, ideas y afectos, son un material difícil de sintetizar y ordenar en tan breve espacio. Por la naturaleza del trabajo se hizo necesario dejar de lado muchas cosas. Procuramos que los vacíos que pudie- ran quedar en las presentaciones de las testimoniantes se cubrieran en las siguientes partes del texto. En el mismo sentido, intentamos en todo momento diseñar una estruc- tura que privilegiara sus voces. Resta decir que agradecemos la oportunidad de contri- buir mediante este pequeño esfuerzo a la paz de Colombia. 9 G U E R R ILLE R A S Prólogo La paz es el gran acontecimiento transformador del siglo XXI para Colombia. Es parte fundamental de nuestra historia a la que tiene que confluir la épica de la Colombia profunda y oculta. Una Colombia a la que pertenecen miles y miles de campesinos, hombres y mu- jeres, que fueron tradicionalmente excluidos. Sus familias murieron o tuvieron que huir y ellos y ellas casi nunca han tenido reposo. Sus vidas han sido marcadas por la violencia, por el despojo de tierras y por la falta de oportunidades. Aho- ra comienzan a verse por medio de relatos, encuentros y entrevistas, sus historias personales y sociales de vida, co- mienzan a escucharse sus voces. Y, con asombro, gracias al proceso de paz, se empieza a reconocer que ha existi- do otro país olvidado. Es la Colombia campesina dentro 11 de la cual ha estado la insurgencia como expresión de G la rebeldía. UE R R ILLE R A S N O D O D E S A B E R E S P O P U L A R E S O R I N O C O M A G D A L E N A Ese país era y sigue siendo un país detrás de las mon- Vemos cómo poco a poco emergen historias de vida de tañas, en la selva y en el campo y cuya existencia estuvo los campesinos, campesinas y combatientes que nos mues- marcada por la mirada institucional contrainsurgente que tran en toda su dimensión las razones personales y sociales no solo criminalizó a quienes se levantaron en armas, sino que los llevaron a la guerra. Y, en este libro, que llevaron a a todos los y las que pensaban diferente. Todos, guerrille- cinco mujeres a la guerrilla. ros, campesinos e inconformes, hacían parte del “enemigo En este libro cinco guerrilleras nos narran su vida en la interno”. Se trataba y se trata de un fantasma creado por insurgencia, sus aventuras, temores y logros. Son mujeres la doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos que y eso hace una diferencia, ya que la guerra ha sido tradi- legitimó el exterminio de centenares de líderes sociales y el cionalmente un territorio masculino. En esta guerra, y en abandono por parte del Estado de gran parte del territorio las FARC, las mujeres fueron ingresando poco a poco con nacional. Ahora, por fortuna, este proceso está haciendo la rabia de no tener un lugar en la otra Colombia y con poner la lupa en esos lugares olvidados y las personas y la necesidad de encontrar en la insurgencia reconocimien- organizaciones sociales y políticas excluidas están saliendo to. Allí se encontrarían con otros y otras desterrados como a la luz. Libros como este ponen la palabra, en este caso ellas y pudieron hacer una vida comunitaria y compartir la palabra de las mujeres, como testimonio de la violencia, disciplina e ideales de un país distinto. Este libro se escribe pero también de la esperanza. precisamente en el corazón de esa posibilidad. En realidad, ese país que nos fue ocultado por una no- Una de las guerrilleras relata: “Uno va aprendiendo ción colonizada de la modernidad, es nuestro país. Se lla- cómo se comportan unos y cómo se comportan otros. Por- ma Colombia, tiene, como decía el poeta Armando Oroz- que también llegaba mucho la guerrilla. Cuando uno veía co, nombre de paloma pero no ha estado nunca en paz. al guerrillero, era un trato muy diferente, y esa confianza, y Para el gran relato de la nación de la paz necesitamos esas esa alegría de pronto de preguntarle ¿cómo era allá?, ¿qué historias. Es que tenemos el privilegio de contar con un hacen?, hasta llegaron a colocar el himno de las FARC, y territorio lleno de montañas, de selvas, de ríos y de bos- uno se siente muy motivado. Uno miraba cuando llegaba ques. Pero también lleno de historias inéditas. La épica de el ejército, y que en una ocasión un soldado le colocó el la guerra y de la violencia debe ser relatada en muchas fusil a mi tía y le decía: ‘¿A usted no le da miedo morirse?, voces y lenguajes, así como la épica de la resistencia. Para porque nosotros tenemos información que usted trabaja que podamos reconocer lo que ha sucedido, lo que nos ha 12 con la guerrilla, usted aquí le hace de comer a la guerrilla’. 13 pasado y llegar más temprano que tarde al día del Nunca AS Jamás, a la No Repetición de los hechos que nos rompieron Ella, por supuesto era el “enemigo interno”. Para el sol- GU UERRILLER el corazón. da audno g, rlua pcoh iacram naod oe rdae u innas umrguejenrt eqsu. eE lhlaiz eor au “neal aegnueam pigaon”e.l a ERRILLERA G S N O D O D E S A B E R E S P O P U L A R E S O R I N O C O M A G D A L E N A ¿Cuántas niñas en Colombia han visto matar a sus pa- supervivencia, en la medicina como dice Laura. Conver- dres? ¿Cuántas han tenido que hacer de madres antes de sando con ellas es asombroso el conocimiento individual y que tuvieran la edad para hacerlo? ¿Cuántas? colectivo del cuerpo humano en situaciones límite, de los animales, de la naturaleza y de los alimentos. También, por Es que, si bien la gran mayoría de hombres en circuns- supuesto, de la convivencia mixta en lugares inhóspitos y tancias límite se van para la guerra, a las mujeres les toca en situaciones de peligro. Convertir las zonas veredales en “hacerse cargo de todo” (Luci, otra mujer del relato). Bas- centros del conocimiento y la creatividad sería una posi- ta ver que la mayor parte de la población desplazada son bilidad no solo para conocer historias como las de estas mujeres. Ellas cargan con el duelo, con los ancianos, los cinco mujeres, sino para aprender de sus experiencias con enfermos y los niños a lugares desconocidos. Algunas po- los árboles, los ríos y los animales. cas se fueron a la guerrilla como Luci. Pero todas hacen parte de la mitad de este país, que apenas ahora comienza Los cinco testimonios compilados tienen como correla- a tomarlas en cuenta. to el exterminio de la Unión Patriótica y el paramilitarismo de los años 80 y 90, patrocinado por el MAS y el narcotráfi- Katherine, una de las protagonistas, hace parte de ese co. El terrorismo de Estado ha sido la forma efectiva en que caudal de luchadores que ingresaron a las FARC. Induda- ha tenido lugar la reducción sistemática y premeditada de blemente la presencia de guerrilleras en igualdad de condi- la vida y la dignidad humana. ciones que los hombres las transforma a ellas, pero también a los combatientes. Vale la pena destacar que en muy pocos Este correlato es el contexto del libro. Se trata de la procesos de paz en el mundo se habla de la perspectiva de extensión de una doctrina gracias a la cual se exterminó, género. Pero en Colombia este tema atravesó los acuerdos. casi por completo, un movimiento político. Muchos de sus Ha sido verdaderamente paradigmático que en la mesa de integrantes eran líderes y lideresas sociales de gran cono- diálogos se pusiera este tema y que decenas de mujeres del cimiento sobre el momento político, y con grandes pro- movimiento social, feministas y defensoras de derechos hu- puestas y sueños de país. Un líder social es una persona manos, representantes de la población LGTBI, fueran con que condensa una época y un territorio. Con seguridad este sus voces a decir por qué era indispensable que las mujeres país sería mejor con todos ellos y ellas. Pero ahora a ser hicieran parte orgánica de la nueva Colombia que se cons- mejor, si se reconoce el genocidio y si el país y la justicia truye a partir de los acuerdos. Y por qué es fundamental se abren a la verdad. 14 que la sociedad se ocupe de la demolición del patriarcado. 15 Los testimonios nos dan muchas lecciones. Porque aho- AS Es muy importante reconocer los saberes y las sabidu- ra este país se apresta a la Reconciliación. Y la reconcilia- GU UERRILLER rhíaans daec ulam ugelandteo qcuoen ohcai mviievnidtoos eenn e lt omdaosn tlea.s Eallrates sy deel lolas csuiópne,r aac liaó nv edze q luae v eesn geal nrezcao yn olac irmetiaelniatoc idóen .l aP evreord taiedn, e eqsu lea ERRILLERA G S N O D O D E S A B E R E S P O P U L A R E S ser también la posibilidad de erradicar de una vez y para siempre la política del enemigo interno y pasar a un Estado Social de Derecho, donde la oposición pueda tener lugar. Estas historias nos muestran a cinco mujeres autónomas que escogieron voluntariamente pertenecer a la insurgen- cia. Y que allí, como en cualquier otro lugar, se enfrenta- ron a los mismos problemas que toda mujer enfrenta en un espacio mixto. Allí todas ellas, al igual que ellos, estaban en situación de peligro, pero compartían unos principios y una disciplina de guerra que las volvió fuertes y les dio co- nocimientos diversos. Uno de ellos, el más asombroso, la capacidad de entender la política como fundamento para transformar el país. Ellas como nosotras y con nosotras y nosotros nos preparamos para construir el Gran Relato Na- cional que consiste en el tránsito de una cultura de guerra a una cultura de paz. Las mujeres todas, las insurgentes y las civiles (ahora ya todas somos civiles), tenemos muchas razones, quizás más que las de todos, para arribar a este nuevo país que desconocemos: la Colombia de la paz. Una Colombia que sea capaz de tramitar las divergencias sin aniquilar al otro o a la otra. Donde cese la guerra, pero también todas las formas de violencia y de exclusión contra las mujeres. PATRICIA ARIZA 16 S A R E RILL R E U G ETCR Negro Eliécer Gaitán A manera de Vereda Caño Indio Municipio Tibú Departamento Norte de introducción Santander Muchas voluntades se conjugaron para materia- lizar las páginas que están por leer. Buscamos aportar para visibilizar historias que han estado ocultas tras el humo de la pólvora. Nos mueve el deseo de compartir algunas vivencias, percepciones e ilusiones; sueños y temores; angustias y certezas desde la orilla sub- versiva del conflicto armado en Colombia. Parte de la estrategia de dominación implementa- da por los poderosos para legitimarse ha consistido en deshumanizar a quienes se han atrevido a enfrentarlos. Chusma, bandidos, bandoleros, forajidos, come-niños, agentes soviéticos, dinosaurios, narcotraficantes, terroris- tas… fueron algunos de los epítetos usados para referirse 19 a la guerrilla por parte de la sofisticada maquinaria G U mediática desarrollada en más de 60 años de ER R confrontación contra el pueblo. ILLE R A S

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