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FACULTAD DE LETRAS U N I V E R S I D A D N A C I O N A L M A Y O R DE SAN M A R C O S GRAN MARISCAL AGUSTIN GAMARRA E P I S T O L A R I O Recopilación, prólogo y notas de ALBERTO TAURO LIMA - 1952 Algunas observaciones inmediatas sugiere el Epistolario del Gran Mariscal Agustín Gamarra, en lo atañedero a las circunstancias vinculadas a su recopilación. Porque, no obstante incluir 529 piezas el examen de sus procedencias y sus destinos denuncia vacíos tan evidentes que obligan a plantear la posibilidad de una progresiva integración, merced a la consulta sistemática de fuentes y reposi torios virtualmente inaccesibles en la actualidad, o mediante las a- portaciones de cuantos posean o conozcan textos distintos de aque- Ilps que reunimos en el presente volumen. Y creemos oportuno ad vertir que la limitación advertida en este caso no es excepcional. Basta recordar,, a manera de ejemplo, que las 2343 “cartas” de Bo lívar, publicadas por Vicente Lecuna, provienen de valiosas compi laciones de documentos bolivarianos —la primera, aparecida en 1826-1830— y de la tenaz labor que el distinguido bolivarista ini ció en 1917, al revelar 250 cartas inéditas; y a pesar de afanes tan intensos y dilatados, estima éste que la colección formada sólo afec ta a la'‘■eaáÉjjáj .j^arte de ía actividad epistolar del Libertador. De mojdo que jj<^a mirarse con alguna benevolencia los vacíos aludi- dos&si se recuerda que los papeles de Gamarra jamás fueron favo- recidosApor empeños semejantes. ’v Otras, observaciones pueden desprenderse del carácter y el exa men hermenéutico de las “cartas”. En primer término, porque in cluidos entre éstas* las misivas familiares o privadas, tanto como ciertos documento^ públicos; y, si bien trascribimos sin discrimina ción alguna las primeras, hemos seleccionado entre los segundos únicamente aquellos que ofrecen informaciones apreciables acerca de hechos y personajes, y hemos prescindido de cuantos se limitan a rutinas administrativas. Y en segundo término, porque razones metodológicas nos han impelido a juzgar que la presente recopila ción es sólo un trabajo preparatorio, destinado a promover los es tudios sobre la personalidad y la conducta histórica del Mariscal Agustín Gamarra, y que sólo debíamos encararla con fines acumu- vii iatívos. Antes que hacerlo, hemos preferido facilitar al especialista las bases para cualquier estudio intrínseco de los textos trascritos; y agregamos a éstos una detallada descripción de las fuentes em pleadas, para dar seguridad a la graduación del testimonio que ellos proporcionan. Por eso indicamos si se trata de un manuscrito autó grafo, o con firma autógrafa; de una copia debidamente autenticada, o simple; de inserciones halladas en periódicos cuya orientación po lítica sea pasible de intencionalidad (1), en recopilaciones documen tales —Odriozola, O’Leary, etc.—, o en estudios. Nótese que las 529 cartas reunidas ahora fueron escritas para 80 destinatarios, pero que sólo a nueve de éstos aparecen dirigidas 33í, o sea, el 62,5 por ciento: General Antonio Gutiérrez de la Fuente . 157 Pedro Astete .............................................. 46 Coronel Mariano Castro . .......................... 26 General Francisco Vidal............................ 24 General Juan Pardo de Zeta . .................. 19 José de Larrea y Loredo.......................... 18 Simón Bolívar ........................................... 15 General José dé Rivadeneyra y Tejada . . 14 Francisco Xavier de Luna Pizarro .......... 12 Y así como puede extrañar que las veleidades de la suerte con fieran al géneral Antonio Gutiérrez de la Fuente la apariencia de haber sido el corresponsal mejor atendido, parecerá lamentable el hecho de no haber llegado hasta nosotros sino una de las cartas (1).—Muy justas son las apuntaciones críticas de Ernesto Diez-Canseco —cf. Perú y Bolivia, pueblos gemelos. Lima, Imprenta Torres Aguirre, 1952. pp. 193-194— sobre dos cartas de este orden: ‘No es inoportuno levantar un cargo de perfidia que se le ha hecho al Mariscal Gamarra, acusándolo de haber escrito el mismo día, 29 de julio de 1835, sendas cartas a los generales Salaverry y Santa Cruz, ofreciendo cola- boración a ambos. Estas cartas. . . publicadas en El Juicio Nacional con el evi dente propósito de desprestigiar a Gamarra en esos momentos de enconada lu cha política y que han sido recogidas después por algunos historiadores, ene migos de este mariscal, para acusarlo de falsía, no pueden tomarse como verí dicas mientras no aparezcan los originales. . . Conviene advertir que, en todas las cartas de Gamarra se destaca, siempre un tono de ruda franqueza, que no está de acuerdo con la acusación de doblez que se pretende extraer de Jas publicadas por El Juicio Nacional”. “La carta que aparece dirigida a Santa Cruz, está escrita en un tono y con un ceremonioso tratamiento de Ud., que no era el usual entre ambos cau- / dillos, viejos compañeros de la niñez y camaradas de armas, que se trataban familiarmente de tú, en todos los numerosos ejemplares de correspondencia que han llegado hasta nosotros, aún en los momentos en que sus relaciones eran más tirantes. No se concibe que en esta carta, cuyo objeto era inspirar confianza y restablecer amistosas relaciones, abandonara Gamarra, por prime ra y única vez, el tono familiar acostumbrado”. viii dirigidas por Gamarra a su esposa —gracias a su publicación en la prensa coetánea—, o a colaboradores políticos tan allegados como José María de Pando y el coronel Juan Angel Bujanda. Pero no debe olvidarse que La Fuente reunió un archivo personal desde las áureas posiciones franqueadas por su pasada preeminencia, lo cedió a Mariano Felipe Paz Soldán para que vertiera sus informaciones en la Historia del' Perú Independiente, e indirectamente lo legó a la posteridad cuando las colecciones bibliográficas y documentales del eminente historiador pasaron a la Biblioteca Nacional; y, en cam bio, imagínese cuán azarosa debió ser la suerte de los papeles per tenecientes a Gamarra y La Maríscala, a Pando y Bujanda, cuyas acciones fueron duramente cercenadas por el destierro y la muerte. Y a pesar de la circunstancia anotada advertimos que no se hallan' completas ni aún las cartas destinadas a aquel, pues dé los textos trascritos se desprenden referencias a varias que no hemos encon trado; y, por otra parte; el mismo destinatario agregó en su Mani fiesto (Santiago de Chile, Imprenta Republicana, 1831) fragmentos de doce cartas en las cuales le expresaba Gamarra su amistad y su confianza, y sólo cuatro han llegado hasta nosotros íntegramente. De manera que sería redundante mencionar los vacíos originados en cada caso por la dispersión, la destrucción o el ocultamiento. Pues bien. Cualquier propósito orientado hacia la integración de este Epistolario recibirá muy útiles sugestiones en cuanto se ob serve, con algún detenimiento, la procedencia de las piezas manus critas que en él trascribimos: Autó Firma Borra grafos autógr. Copias dores TOTAL Archivo Histórico del Minis terio de Hacienda .......... -- 38 8 — 46 Biblioteca Nacional............ 41 118 168 6 333 Col. Freo. Pardo de Zela . . . 2 17 — — 19 Col. Félix Denegrí Luna ♦ . . 1 1 — — 2 Memoria Prado................... — 6 — — 6" Museo Nacional de Historia 1 — — — 1 45 180 176 6 407 Constituyen éstas el 76, 9 por ciento. Las 122 restantes —o sea, el 23,1 por ciento— las hemos obtenido en publicaciones coetáneas, recopilaciones documentales y estudios históricos. Fácil es concluir, por tanto, que se puede obtener fecundos resultados mediante la consulta de archivos públicos y privados a los cuales no hemos re- ix currido en la fase inicial de nuestra tarea, o mediante la revisión de nuevas o más completas colecciones de periódicos. Ya los ha lo grado Félix Denegrí Luna, al efectuar investigaciones personales en el Archivo de Benjamín Vicuña Mackenna, en Santiago de Chile, con forme nos lo ha dado a conocer cediéndonos —en prueba de gentil cooperación que nos place mencionar y agradecer—- las copias de 40 cartas que, unidas a las halladas por nosotros con posterioridad a la terminación del presente volumen, nos inducen a proyectar un suplemento. Finalmente, queremos subrayar que la recopilación de los do cumentos vinculados a la vida pública del Gran Mariscal Agustín Gamarra debe conducir hacia una total revalorización de su figura histórica, deformada por las proyecciones de la política coetánea. Su profunda influencia gravita con firmeza sobre la definición de los contornos geográficos y los .caracteres institucionales del país, y explica el ardor de las pasiones que suscitara. Su conocimiento de la tierra nativa y de los hombres inspira las mesuradas realiza ciones que opuso a los desbordes verbales de los teóricos, y señala rutas a la acción de sus colaboradores y sus continuadores. Es, en verdad, un fundador. De allí la atención que reclamamos para su vida y su obra.