BÁSICO DEL APRENDIZ MASÓN PROGRAMA DEL SIMBOLISMO TOMO N 1 OBJETIVOS PAGINAS. 1. EL PROCESO DE LA INICIACIÓN………. ………………………………….4 1.1. Introducción……….………………………………………………………..….5 1.2. La iniciación y los Oficios…………………………..……………………….6 1.3. Sobre los grados iniciativos………………………………………………….9 1.4. Historia de la iniciación y sus símbolos…………………………………..11 1.5. Los fundamentos iniciaticos………………………………………….........12 1.6. Las tres vías y las formas iniciativas……………………………………..13 1.7. Consideraciones finales………………………………………………........19 2. LA INICIACIÓN…………………………………………………………………..20 2.1. La vía iniciativa y la vía mística……………………………………………24 2.2. Sobre los grados iniciaticos ………………………………………..………28 2.3. La Magia y el Misticismo…………………………………………………….30 2.4. Errores diversos concernientes a la Iniciación………………………...33 2.5. Las condiciones de la iniciación……………………………………………36 2.5. De la regularidad de la iniciación……………………………………….…41 2.6. Síntesis y sincretismo……………………………………………………….46 2.7. Contra la mezclas de las formas tradicionales…………………………50 3. LA INICIACIÓN Y LOS OFICIOS…………………………………………….54 4. DE LA TRANSMISIÓN INICIÁTICA………………………………………….58 5. El SECRETO INICIATICO…………………………………………………..…63 5.1. De las cualificaciones iniciaticas……………………………………….…68 6. DE LOS RITOS INICIATICOS…………………………………………………77 6.1. El rito y el símbolo…………………………………………………………….81 6.2. Mitos, Misterios y símbolos………………………………………………...84 7. EL SÍMBOLO Y LA FILOSOFÍA………………………………………………90 8. RITOS Y CEREMONIAS………………………………………………………..95 9. LA MAGIA CEREMONIAL………………………………………………..……98 10. ritos religiosos Y RITOS INICIATICOS………………………………..102 11. De LOS CENTROS INICIATICOS……………………………………..…..107 12.LAS PRUEBAS INICIATICAS………………………………………………...111 13. DE LA MUERTE INICIÁTICA…………………………………………………115 14. DESCRIBIR LA FASES DE LA INICIACIÓN MASÓNICA………………118 15. ENTENDER LA INICIACIÓN COMO UN PROCESO Y DESTACAR SU IMPORTANCIA………………………………………………………………………………..132 16. El SABER INICIATICO………………………………………………………...140 16.1. De la enseñanza iniciativa………………………………………………….140 16.2. Los limites de la mente……………………………………………………..145 16.3. El conocimiento iniciativo y cultura profana……………………………149 16.4. la pseudo-iniciación………………………………………………………….152 16.5. La iniciación y la pasividad………………………………………………...156 16.6. La iniciación y el servicio………………………………………………….160 16.7. El don de la lengua…………………………………………………………..163 17. LOS GRANDES MISTERIOS Y LOS PEQUEÑOS MISTERIOS……….166 18. LA INICIACIÓN SACERDOTAL E INICIACIÓN REAL………………….170 19. LA INICIACIÓN Y LA MASONERÍA…………………………………………174 20. Símbolos e inconsciente. …………………………………………………....177 21. La funcionalidad del Lenguaje simbólico………………………………….178 22. ESTABLECER LAS CARACTERÍSTICAS DE LA MORAL INICIÁTICA……………………………………………………………………………………180 23. Comprender el significado y el valor del Silencio……………………… 185 24. EL CUARTO DE REFLEXIONES…………………………………………….196 24.1. La caverna……………………………………………………………………..198 24.2. Comprender el significado del Cuarto de Reflexiones……………….199 24.3. La luz y las tinieblas…………………………………………………………200 24.4. El Cráneo y los huesos……………………………………………………..202 24.5. Las leyendas, máximas y preguntas escritas en la pared………..…204 24.6. El espejo……………………………………………………………………..…206 24.7. El Reloj de arena……………………………………………………………..209 24.8. Elementos herméticos……………………………………………………….211 24.9. El gallo………………………………………………………………………….218 24.10. La vida…………………………………………………………………………220 24.11. El cántaro de agua………………………………………………………….220 24.12. El pan………………………………………………………………………….221 24.13. La sigla "VITRIOL”………………………………………………………….226 24.14. Traducir e interpretar la sigla V.I.T.R.I.O.L…………………………..226 24.15. El Testamento………………………………………………………………..227 24.16. Interpretar el significado del testamento………………………………228 24.17. Los metales…………………………………………………………………..230 24.18. La venda………………………………………………………………………231 24.19. La Biblia. 25. COMPRENDER EL LIBRE ALBEDRÍO Y ESTABLECER SUS IMPLICACIONES……………………………………………………………………………..232 26. INTERPRETAR EL SIMBOLISMO DE LAS HERRAMIENTAS MASÓNICAS…………………………………………………………………………………..237 26.1. Introducción……………………………………………………………………237 26.2. La piedra bruta………………………………………………………………..243 26.3. La piedra bruta y la piedra tallada……………………………………….248 26.4. El Mazo y el cincel……………………………………………………………251 26.5. El cincel…………………………………………………………………………255 26.6. El compás………………………………………………………………………258 26.7. La Escuadra……………………………………………………………………261 26.8. Asociación entre la escuadra y el compás………………………………266 26.9. Escuadra y compás entrelazados…………………………………………267 26.10. La Regla……………………………………………………………………….272 26.11. La Geometría…………………………………………………………………276 26.12. El Rectángulo de oro……………………………………………………….278 26.13. La estrella flameante……………………………………………………….280 26.14. La cuadratura del círculo………………………………………………….280 26.15. El nivel…………………………………………………………………………282 26.16. La perpendicular- La plomada……………………………………………285 26.17. La alzaprima-La palanca…………………………………………………..288 26.18. El hacha……………………………………………………………………….289 26.19. La medida. La plantilla…………………………………………………….291 26.19. La llana………………………………………………………………………..293 26.20. La loba…………………………………………………………………………294 26.21. El lápiz- La pluma……………………………………………………….....297 26.22. El tendel. La cuerda de nudos……………………………………………297 26.23. la lamina de trazar………………………………………………………….300 27. Las tres Grandes Luces……………………………………………………….303 1. EL PROCESO DE LA INICIACIÓN. 1.1. INTRODUCCIÓN. LA iniciación es un complejo proceso que conduce al hombre a alcanzar y traspasar su propio centro, hasta remontar en un largo viaje de retorno a las fuentes del Ser, en perfecta armonía con todo lo creado. Esta peregrinación nos conduce donde se une, el cielo con la tierra y desaparece toda dualidad, esto ha fascinado a los hombres en todas las culturas, desde el inicio de los tiempos. Es mi deber, exponer grandes punto de vista, a fin de que podamos comprender lo esencial de la Orden. Si pretendemos definir lo que es la Masonería, tendríamos que decir que esa inmensa construcción universal, que ha sido forjada en virtud de un gran proceso, vislumbrado solamente cuando se han abierto a la comprensión del hombre los tres primeros y fundamentales grados de la Orden, llamados azules por las características de aire que se les imprimió desde un principio. Como todo proceso en movimiento, empieza por la iniciación, que configura el punto de partida del desarrollo, sin que aparezca a la vista del observador la meta que se persigue. En la iniciación, se coloca al adepto en el punto de partida de su propio desarrollo interno. De modo que, así como el hombre ya iniciado, entra a trabajar dentro de un empleo secreto, resguardado de las actividades de afuera, de los pasos perdidos, así el que empieza su desarrollo, lo hace desde lo externo a lo interno, dejando afuera de su propio Templo interior todo lo que constituya rémora externa que le impida efectuar su trabajo de búsqueda, para encontrar la respuesta a su inquietud. Para comprender la configuración del primer grado, conviene englobar el proceso de formación de los tres grados azules, buscando la esencia general de la enseñanza. Al respecto, siempre se ha sostenido que las diferentes doctrinas de ética o de filosofía, que se hace necesario el cumplir con ciertas condiciones en la “enseñanza”, que son desde el “sentir” al “pensar” y luego el “ser”. Como la Masonería: Es una escuela que reúne esas condiciones, “muestra” o “enseña” en el primer grado el “sentir”, en el segundo el “saber” y en el tercero el “ser”. ª 1.2. LA INICIACION Y LOS OFICIOS Hemos afirmado a menudo que la concepción "profana" de las ciencias y de las artes, acreditada hoy en Occidente, es una idea muy moderna y supone la degeneración de un estado previo en el que unas y otras tenían un carácter del todo distinto. Lo mismo se puede decir de los oficios; y, por otra parte, la distinción entre las artes y los oficios, o entre el "artista" y el "artesano", es también típicamente moderna, como si hubiera derivado de esta desviación profana y sólo por ella tuviera sentido. Para los antiguos, el artifex es, sin distinción alguna, tanto el hombre que ejerce un arte como el que ejerce un oficio; pero, realmente, no es ni el artista ni el artesano en el sentido que estas palabras tienen hoy; es algo más que uno y otro porque, originalmente al menos, su actividad está vinculada con principios que pertenecen a un orden mucho más profundo. En toda civilización tradicional, en efecto, toda actividad del hombre, cualquiera que ésta sea, siempre se considera como derivada esencialmente de los principios; por esta razón se podría decir que la actividad es de alguna forma "transformada", y en lugar de reducirse a lo que es desde el punto de vista de la simple manifestación exterior (lo cual es en definitiva la concepción profana), está integrada a la tradición y constituye, para quien la realiza, un medio de participar efectivamente de ésta. Lo mismo ocurre desde un punto de vista exotérico puro y simple: si se considera, por ejemplo, una civilización como la civilización islámica o la civilización cristiana de la Edad Media, no hay nada tan sencillo como darse cuenta del carácter "religioso" que revisten los actos más ordinarios de la existencia. Es que la religión, en ellas, no es algo que ocupa un lugar aparte, sin relación alguna con todo lo demás, como sucede con los occidentales modernos (al menos con los que convienen todavía en admitir una religión); al contrario, toca profundamente toda la existencia del ser humano, o mejor dicho, todo lo que constituye esta existencia y, en particular, la vida social se encuentra como englobada en su dominio de manera que, en tales condiciones, no puede existir en realidad nada que sea "profano", excepto para los que, por uno u otro motivo, se encuentran fuera de la tradición y cuyo caso representa entonces una simple anomalía. Además, donde no existe nada a que aplicar propiamente el nombre de "religión", menos habrá 'una legislación tradicional y "sagrada" que, aún teniendo caracteres diferentes, tenga exactamente la misma función; por lo tanto, estas consideraciones pueden aplicarse a toda civilización tradicional sin reserva. Pero hay todavía algo más: si pasamos del exoterismo al esoterismo (utilizamos aquí estas palabras para mayor facilidad aunque no convengan con igual rigor en todos los casos), comprobamos, de forma muy general, la existencia de una iniciación que está ligada a los oficios y que los toma como base; es así como estos oficios son todavía susceptibles de un significado superior y más profundo; y quisiéramos indicar cómo pueden proporcionar efectivamente una vía de acceso al dominio iniciático. Lo que permite comprender lo anterior de la mejor forma posible, es la noción de lo que la doctrina hindú llama swadharma, es decir, el cumplimiento por parte de cada ser de una actividad conforme a su propia naturaleza; y es también por medio de esta noción, o mejor dicho, por su ausencia, como se muestra con más claridad el defecto de la concepción profana. Según ésta, en realidad, un hombre puede escoger una profesión cualquiera, y puede incluso cambiarla a su voluntad, como si esta profesión fuera algo únicamente exterior, sin ningún vinculo real con lo que él es verdaderamente y con lo que hace que sea él mismo y no otro. En la concepción tradicional, al contrario, cada cual debe desempeñar la función a la que está destinado por su propia naturaleza; y no puede desempeñar otra sin que ocurra por eso un gran desorden, que tendrá consecuencias en toda la organización social de la cual el individuo forma parte; además, si semejante desorden se generalizara, llegaría a tener efectos sobre el mismo medio cósmico porque todas las cosas están ligadas entre si según correspondencias rigurosas. Sin insistir más sobre este último punto que, sin embargo, podría aplicarse muy fácilmente a las condiciones de la época actual, haremos notar que la oposición de las dos concepciones puede, por lo menos en cierto aspecto, reducirse a la oposición entre un punto de vista "cualitativo" y un punto de vista "cuantitativo": en la concepción tradicional son las cualidades esenciales de los seres las que determinan su actividad; en la concepción profana, los individuos son considerados solamente como "unidades" intercambiables, como si estuvieran desprovistos, en sí mismos, de toda cualidad propia. Esta última concepción que sin duda depende estrechamente de las ideas modernas de "igualdad" y de "uniformidad" (siendo ésta, literalmente, lo contrarío de la unidad verdadera porque implica la multiplicidad pura e "inorgánica" de una especie de "atomismo" social), lógicamente sólo puede acabar en el ejercicio de una actividad únicamente laquo;mecánica", en la cual ya no subsiste nada que sea propiamente humano; y esto es, en efecto, lo que podemos constatar en la actualidad. Por lo tanto, debe quedar muy claro que los oficios "mecánicos" de los modernos, siendo sólo un producto de la desviación profana, de ninguna manera podrían ofrecer las posibilidades de las cuales queremos hablar aquí; en verdad, tampoco pueden, ser considerados como oficios si se quiere conservar el sentido tradicional de esta palabra, el único que nos interesa en este momento. Si el oficio es algo del hombre mismo y, de alguna manera, una manifestación o una expansión de su propia naturaleza, es fácil comprender, como decíamos hace poco, que pueda servir de base para una iniciación, e incluso que sea, en la generalidad de los casos, lo más idóneo que exista para este fin. En efecto, si la iniciación tiene esencialmente el objetivo de superar las posibilidades del individuo humano, no es menos cierto que como punto de partida sólo puede tomar a este individuo tal como es; de ahí la diversidad de las vías iniciáticas, es decir, en pocas palabras, de los medios utilizados como "soportes", de acuerdo con las diferencias de las naturalezas individuales; más tarde, por otra parte, estas diferencias intervienen cada vez menos a medida que el ser avanza en su camino. Los medios así utilizados sólo pueden tener eficacia cuando corresponden a la naturaleza misma de los seres para los cuales resultan adecuados; y, puesto que se debe proceder necesariamente desde lo más accesible a lo menos accesible, desde lo exterior a lo interior, es normal adquirirlos de la actividad por medio de la cual esta naturaleza se manifiesta exteriormente. Sin embargo, es obvio que esta actividad sólo puede desempeñar semejante papel en la medida en que traduce realmente la naturaleza interior. Por lo tanto, existe en esto una verdadera cuestión de "cualificación" en el sentido iniciático de este término; y, en condiciones normales, esta "cualificación" debería ser necesaria para la práctica misma del oficio. Lo que acabamos de decir expresa al mismo tiempo la diferencia fundamental que separa la enseñanza iniciática de la enseñanza profana: lo que es simplemente "aprendido" de lo exterior no tiene aquí ninguna importancia; la cuestión que aquí se plantea es "despertar" las posibilidades latentes que el ser lleva en sí mismo (y en el fondo, es este el verdadero sentido de la "reminiscencia" platónica). Por medio de estas últimas consideraciones, se puede comprender, además, cómo la iniciación, al tomar el oficio de "soporte", tendrá al mismo tiempo y a la inversa, por decirlo así, una repercusión en la práctica de este oficio. El ser, en efecto, habiendo realizado plenamente las posibilidades de las que su actividad profesional es sólo una expresión exterior, y teniendo así el conocimiento efectivo de lo que es el principio mismo de esta actividad, desde este momento realizará conscientemente lo que al inicio sólo era una consecuencia muy "instintiva" de su naturaleza; y así, si el conocimiento iniciático, para él, ha nacido del oficio, éste último, a su vez, se volverá el campo de aplicación de aquel conocimiento del cual ya no podrá ser separado. Habrá entonces una correspondencia perfecta entre lo interior y lo exterior, y la obra producida podrá ser, ya no solamente la expresión en un grado cualquiera y de forma más o menos superficial, sino la expresión realmente adecuada de quien la habrá concebido y ejecutado, lo cual constituirá la "obra maestra" en el verdadero sentido de esta palabra. Es evidente que lo anterior está muy lejos de la pretendida "inspiración" inconsciente, o subconsciente, si así se desea, en la que los modernos quieren ver el sello del verdadero artista, considerándolo superior al artesano, según la distinción más que criticable que tienen la costumbre de hacer, Artista o artesano, el que actúa bajo semejante " inspiración" , en todo caso, no es más que un profano; muestra sin duda con esto que lleva en sí algunas posibilidades; sin embargo, mientras no haya tomado efectivamente conciencia de ellas, aún cuando alcance lo que se ha convenido en llamar el "genio", esto no cambiará nada en él; y por no poder ejercer un control sobre estas posibilidades, sus logros sólo serán, por decirlo así, accidentales, lo que por otra parte se reconoce corrientemente diciendo que la "inspiración" a veces falta. Todo lo que se puede conceder, para comparar el caso que tratamos con aquél donde interviene un conocimiento verdadero, es que la obra que, consciente o inconscientemente tiene de verdad su origen en la naturaleza de quién la ejecuta, no dará jamás la impresión de un esfuerzo más o menos penoso que acarrea siempre alguna imperfección, porque es algo anormal; al contrario, obtendrá su misma perfección de su conformidad con la naturaleza, lo que implicará por otra parte, de forma inmediata y por decirlo así necesaria, su exacta adaptación al fin al que está destinada.
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