Nápoles es la ciudad más violenta de la Unión Europea. Su criminalidad organizada, la Camorra, ha asesinado desde 1980 a más de 3.600 personas, más que la suma de IRA, ETA y Brigadas Rojas, y mucho más que la Cosa Nostra siciliana. Pero el rojo de la sangre es sólo un aspecto de la calamidad. La otra cara del problema es negra: una ciudad que vive de la economía sumergida se condena a vivir al otro lado de la ley. Los jefes de clan, los usureros y los mafiosos sustituyen gradualmente a los políticos, los bancos y los policías. Ese es el mundo en el que se adentra el escritor y periodista napolitano Roberto Saviano. Colaborador de varios medios de comunicación y miembro del centro de estudios sobre la camorra y la ilegalidad, con Gomorra ha logrado un éxito inmediato entre los lectores y una impostergable llamada de atención sobre la situación de su ciudad natal, donde el desempleo ronda el 20% (en algunos barrios llega hasta el 50%) y la delincuencia es la aspiración de la mayoría de los jóvenes, que ansían entrar en el “Sistema”, como es conocido. Una tupida red de actividades criminales que partiendo del puerto de Nápoles, punto de entrada en Europa del comercio chino que escapa en su inmensa mayoría a las Aduanas, y una ingente red de talleres clandestinos, alcanza dimensiones globales y adorna los sueños de los casi 9.000 niños que abandonan el sistema escolar cada año.