GESTIÓN AMBIENTAL Desafíos para una producción sostenible GESTIÓN AMBIENTAL Desafíos para una producción sostenible Coordinador: Gabriel Vázquez Amábile Autores Gustavo Idígoras Ariel Angeli Eugenia Magnasco Federico Bert Gustavo Martini Matías Campos Martín Montane Pablo Cañada Mario Nuñez Roberto Casas Pablo Preliasco Jaquelina Chaij Alejandro Radrizzani María Fernanda Feiguin Federico Schmidt Federico Fritz Gabriel Vázquez Amábile Apoyan las publicaciones de CREA Patrocinantes Auspiciantes Gestión ambiental : desafíos para una producción sostenible / Gabriel Vázquez Amábile ... [et al.] ; com- pilado por Gabriel Vazquez Amabile. - 1a ed compendiada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola - AACREA, 2018. 160 p. ; 26 x 20 cm. ISBN 978-987-1513-30-7 1. Actividad Agropecuaria. 2. Ambiente. I. Vázquez Amábile, Gabriel II. Vázquez Amábile, Gabriel, comp. CDD 630 Fecha de catalogación: 21/06/2018 CREA Área de Comunicación Sarmiento 1236, 4º piso (C1041AAZ) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina www.crea.org.ar (54-11) 4382-2076/79 Director editorial: Mariano Sobré Edición y coordinación del proyecto: Mariela Suárez Diseño de tapa e interiores: René Durand Corrección: Flavio Schiaffino Fotografías: Gentileza autores. Foto de tapa: Fotolia/Green Planet in Your Hands. Environment Concept © Maksim Pasko. Impreso en GuttenPress. ISBN: 978-987-1513-30-7 Hecho el depósito que indica la ley 11.723 Impreso en la Argentina Primera edición: julio de 2018 Todos los derechos están reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni registra- da o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea este mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de CREA. Contenidos Prólogo Pág. 05 Introducción Un nuevo contexto para la producción agropecuaria Pág. 07 Desarrollo sostenible y producción agropecuaria sostenible: definiciones del Movimiento CREA Pág. 11 Capítulo 1. La conservación del suelo y la producción agropecuaria Antecedentes y contexto actual Pág. 15 Degradación y erosión de suelos: historia, actualidad y prospectiva Pág. 16 Impacto de la agricultura sobre las propiedades edáficas en tierras de desmonte del norte argentino Pág. 27 Riego complementario y calidad de los suelos Pág. 35 Capítulo 2. Protección de fuentes de agua y riesgos de excesos hídricos en la producción agropecuaria Cambios de uso y excesos hídricos. Pág. 41 Contaminación difusa por nutrientes y agroquímicos Pág. 48 Capítulo 3. Buenas Prácticas Agropecuarias Prevención y sostenibilidad Pág. 59 La huella de carbono y la huella ambiental Pág. 64 Capítulo 4. Cambio climático Definición y marco internacional Pág. 71 Emisiones de GEI en la Argentina y en el sector agropecuario Pág. 74 Escenarios esperados del cambio climático en la Argentina Pág. 84 Capítulo 5. Deforestación y producción agropecuaria Cambios en el uso del suelo en la Argentina Pág. 91 Producción agrícola: beneficios y riesgos en áreas de desmonte Pág. 98 Ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y programas de reducción de emisiones: REDD+ Pág. 102 CONTENIDOS » Capítulo 6. Biodiversidad y producción ganadera en la Argentina Intensificación de la producción bovina en el Chaco semiárido Pág. 109 Manejo sostenible de pastizales naturales y bosque chaqueño Pág. 116 Biodiversidad y producción agropecuaria. El caso de Santa Cecilia Pág. 122 Capítulo 7. Marco normativo en el agro Pág. 127 Capítulo 8. Sistemas soporte de decisiones y modelos para cuantificar el impacto ambiental Sistemas soporte de decisiones. Pág. 139 Uso del sistema de indicadores ambientales CREA Pág. 147 Bibliografía Pág. 149 04 Prólogo A riesgo de ser simplista, me atrevo a afirmar que creciente variabilidad de las precipitaciones. Como bien esta obra acredita un doble mérito: mira hacia adentro señala Eugenia Magnasco, la necesidad de evaluar la y hacia afuera de la Argentina. Con un estilo sencillo y vulnerabilidad y adaptabilidad de nuestras regiones pro- accesible, se analiza y se discute críticamente el impac- ductivas a los caprichos del clima es inevitable en este to ambiental de la producción agropecuaria en distin- escenario. ¿Cómo impactan el desmonte y el reemplazo tas regiones del país y, al mismo tiempo, se abordan las de pastizales naturales por pasturas cultivadas y cultivos eventuales implicancias de ese impacto en el mercado anuales en nuestros ecosistemas y en nuestros ambien- internacional. Creo que es la primera vez que me en- tes productivos? ¿Cómo se ve afectada la provisión de frento a una obra que intenta capturar la problemática servicios ecosistémicos esenciales? ¿Cómo son modifi- ambiental argentina de una manera integral y detallada. cados el hábitat y la biodiversidad? ¿Qué rol desempeña En lo personal, no puedo menos que congratular a los la Ley de Bosques en este escenario incierto? Estos te- miembros del equipo técnico de CREA, liderado por mas también son abordados con estudios de caso muy Gabriel Vázquez Amábile, y a quienes han colaborado ilustrativos que ofrecen pistas firmes acerca de los que con ellos, por otorgarle a la gestión ambiental agrope- está ocurriendo y de lo que puede ocurrir. Los sistemas cuaria una dimensión de escala y un marco conceptual silvopastoriles son visualizados como una alternativa que nos ayudará, como país rural, a tomar decisiones posible frente a estos cambios ecológicos que preocu- científicamente fundadas dentro de un escenario global pan y, sin duda, merecen ser estudiados con mayor pro- de creciente incertidumbre. fundidad. Fernanda Feiguin y Gabriel Vázquez Amábile cierran la obra con un capítulo final que nos ilustra con En la mirada hacia el interior del territorio, algunas sencillez acerca del uso de indicadores de sostenibilidad de las problemáticas abordadas son más conocidas que y de sistemas para el soporte de decisiones. Son éstas otras. Por ejemplo, la erosión de los suelos es un tema herramientas muy necesarias para ayudar al productor a de larga data, que preocupa al sector rural y a sus organi- saber “dónde está parado” y hacia dónde debe dirigir la zaciones. Roberto Casas acierta al armonizar una precisa gestión ambiental de su empresa agropecuaria. síntesis histórica del problema y nos advierte acerca de los riesgos actuales y latentes de la erosión en distintas De creciente interés es y será la mirada de la ges- regiones del país. Nos enseña asimismo cómo atenuar y tión ambiental hacia afuera del territorio nacional. No resolver, tecnología mediante, los riesgos de esta persis- solo interesa la imagen que, como país, proyectamos al tente amenaza. exterior, sino también el modo en que abordamos las consecuencias que puede tener una buena o mala ges- Otras problemáticas son más novedosas y menos tión ambiental fronteras adentro sobre los mercados conocidas. Entre ellas, cabe señalar la contaminación externos. Los productos de nuestro sistema agroalimen- del agua, del suelo y del aire a través de los plaguicidas, tario y agroindustrial jugarán un rol clave en la seguridad fertilizantes y otras fuentes concentradas de nutrientes, alimentaria global. Como bien señala Gustavo Idígoras emisiones indeseables y desechos. Los excesos de agua y en su capítulo acerca de la huella ambiental, es escaso el el ascenso de los niveles freáticos conforman otra de las desarrollo de esta temática en nuestro país y los estudios problemáticas abordadas que, con frecuencia creciente, internacionales sobre la materia no favorecen nuestra ponen en jaque a las regiones más productivas. Por su- posición agroexportadora. Esto exige un rápido esclare- puesto, nada de esto es ajeno a los factores de riesgo cimiento del tema, ya que los espacios que no ocupemos que disparan tanto el cambio climático global como la serán ocupados por nuestros competidores o por intere- Prólogo 05 » ses comerciales que no necesariamente nos favorecerán. “virtual” de agua, carbono y nutrientes en terceros países Las guías metodológicas 1996/2006 recomendadas por tiene un marcado sentido estratégico que va más allá de la el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático necesidad de alimentar a su población. El agua y la tierra (IPCC) son muy completas y exhaustivas en el cálculo de que hoy no utilizan para producir alimentos les permite las emisiones de gases de efecto invernadero del sector recargar sus acuíferos y rehabilitar sus ecosistemas acu- rural, pero minimizan (y probablemente subestiman) la mulando el agua, el carbono y los nutrientes perdidos. capacidad de secuestro de carbono de las tierras rurales. Conscientes de este rol (no siempre comprendido), en- Ese desbalance entre emisión y secuestro no nos favorece frentamos el desafío impostergable de diseñar estrategias como país agroexportador. Por lo tanto, parece necesario inteligentes de sostenibilidad hacia adentro y hacia afuera reevaluar y reenfocar el problema en un contexto realis- de nuestro territorio. Y bien sabemos que la historia no ta. Quizás debamos internalizar el hecho de que no sólo espera a los pasivos ni a los indiferentes. exportamos alimentos que contribuyen a la seguridad ali- mentaria global, sino que con ellos también “exportamos Bienvenida esta obra que aterriza en el momento sostenibilidad” hacia los países que consumen nuestros oportuno. productos. Quienes compran alimentos (por ejemplo, China) lo hacen porque durante décadas han degradado Dr. Ernesto F. Viglizzo sus tierras y agotado sus acuíferos. Para ellos, la compra Socio Honorario de CREA 06 Introducción Un nuevo contexto para la producción a 7000 millones en 2014 (Organización de las Naciones agropecuaria Unidas, 2015), sumado a un aumento en la escala de las actividades económicas impulsado por la mecanización Ing. Agr. Ph. D. Gabriel Vázquez Amábile y la tecnología, ha magnificado el impacto relativo de Unidad de Investigación y Desarrollo del Movimiento las actividades antrópicas sobre el ecosistema a escala CREA. Cátedra de Manejo de Cuencas Hidrográficas, regional, nacional y planetaria. Facultad de Agronomía y Ciencias Forestales, Universidad Nacional de La Plata En las últimas décadas se observa un creciente inte- rés por parte de la sociedad en el impacto ambiental de las actividades económicas y de las actividades humanas en general. Un reflejo de esto es que incluso los bancos empiezan a pedir estudios de impacto ambiental a la hora de financiar proyectos de inversión, sean estos in- dustriales o turísticos. Para darle una explicación a este fenómeno podría- mos utilizar las premisas del economista Herman Daly1, quien explica que los sistemas económicos están inser- tos en ecosistemas o sistemas naturales. Daly parte del concepto general, según el cual una actividad económi- ca (o humana) procesa energía y materia que obtiene del ecosistema, originando a su vez un output o salida de energía y materia que el ecosistema recicla (figura 1). En esencia, Daly dice que venimos de una era don- de el ecosistema era suficientemente amplio como para reciclar los subproductos y residuos provenientes de la actividad del hombre, pero luego entramos en otra don- de es tal el incremento de las actividades humanas que el ecosistema no tiene ya capacidad suficiente para reci- clar sus externalidades (figura 2). Todas las actividades deberían contemplar esta cuestión y desarrollar estrate- gias que minimicen las salidas de energía y materia que el entorno no pueda renovar o degradar. El incremento exponencial de la población mundial, que pasó de 1000 millones de habitantes en el año 1800 1 Economista, profesor de Economía ecológica en la Universidad de Maryland (School of Public Policy of University of Maryland, College Park), consultor del Banco Mundial en temas de medio ambiente y desarrollo sostenible. Introducción 07 » Este proceso es más evidente en las actividades in- gradación provocada por el laboreo continuo. Durante dustriales y en la vida urbana, con una población en ese período, esta situación se resolvía mediante el aban- aumento, que determina que los residuos domiciliarios, dono de tierras agotadas o a través de descansos perió- los gases emitidos por los medios de transporte, las re- dicos del suelo para reutilizarlo meses o años después. des cloacales, etcétera, pongan la cuestión en primer Básicamente, la naturaleza hacía su trabajo y si la situa- plano. Sin embargo, las actividades agrícola y ganadera ción no se podía resolver por haber llegado a un grado también se han transformado en los últimos 200 años, de degradación irreversible, la humanidad contaba aún modificando el patrón de entradas y salidas de energía con la posibilidad de trasladarse a tierras más fértiles. Es y materia. En otros términos, la agricultura, como siste- decir, el ecosistema era suficientemente amplio para ab- ma, ha sido la misma desde el año 6000 A.C. hasta fines sorber o reciclar el impacto de las actividades agrícolas. del siglo XIX. De este modo, podemos decir que el ara- Sin embargo, a fines del siglo XIX y principios del do de madera de la edad antigua no presenta grandes di- XX, la mecanización le confirió a la agricultura otra di- ferencias respecto del arado de acero tirado por caballos námica, incorporando el uso de energía fósil para mo- de los agricultores del siglo XIX. Durante 7860 años, la vilizar tractores y herramientas más potentes, lo que agricultura fue una actividad caracterizada por el uso permitió incrementar la escala e incorporar tecnología, del animal como medio de tracción, que constituía un con mayor demanda de capital y mano de obra, además oficio transmitido de padres a hijos por generaciones. de una importante cantidad de insumos (semilla me- Ha sido una actividad carente de escala, sin incorpo- jorada, fertilizantes, etc.). Este incremento en la escala ración de tecnología y que ha utilizado principalmente de la agricultura permitió generar alimentos para una sus propios recursos (semilla, animales), sin demandar población que crecía a una tasa exponencial. energía (combustibles) ni materia del entorno. Si bien esta actividad comenzó a demandar energía y En esta agricultura milenaria, el único impacto sobre materia de manera inédita, el impacto ejercido sobre el el ecosistema lo constituían la erosión del suelo y la de- ambiente hasta la década del 50, estaba aún concentrado 08
Description: