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Gáminis. Relatos de Ciencia Ficción PDF

132 Pages·1965·11.307 MB·Spanish
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Volumen 1 «— Numero 1 3 • • lector G E M I N IS p u b l i c a rá q u i n c e n a l m e n te los m e j o r es cuen- tos q ue vayamo» e n c o n t r a n do en la riquísima c a n t e ra de la C i e n c ia Ficción m u n d i a l. ^ •« • P e ro G E M I N IS no q u i e re limitarse a esa f u n c i ó n. G E M I N IS q u i e re llegar a ser algo m ás q ue traduccio- nes: G E M I N IS aspira a ser el m e d io d o n de p u e d an ex- presarse los escritores nuestros, noveles o no, q u e, lo sa- b e m o s, p u e d en p r o d u c ir c u e n t os de Ciencia Ficción t an b u e n os c o mo los m e j o r e s. P or eso el concurso q ue ofrecemos en las p á g i n as f i n a l es de la p r e s e n te edición: en él p o d rá p a r t i c i p ar t o do a q u el q ue crea t e n er algo q ue d e c ir en C i e n c ia Ficción, ya sea un c u e n t o, u na i d ea o r i g i n al o un e n f o- q ue n u e vo de un p r o b l e ma v i e j o. V no sólo los autores, t a m b i én los lectores p o d r án i n t e r v e n ir en G E M I N I S: en el correo, el " C a bo K e n n e dy de los lectores", p o d r án d e c i r n os sus deseos y sus críti- cas, las secciones q ue les a g r a d a r ía e n c o n t r ar en G E M I- N I S, las cosas q ue Ies p a r e c en m a l. En r e s u m e n, G E M I N IS seguirá s i e n do s i e m p re u na a n t o l o g ía de g r a n d es c u e n t os de C i e n c ia F i c c i ó n. P e ro la C i e n c ia Ficción a p a r e c e rá en G E M I N IS vista desde aqui, desde este H e m i s f e r io A u s t r al q ue t a m b i én f o r ma p a r te d ei p l a n e t a. Por acuerdo especial con la Galaxy 4 , t Publishing Co., de los Estados Unidos, la mayor parte del material literario de "GEMINIS" proviene de la revista "GALAXY "GALAXY" se tradure al francés, al alemán y al italiano. GE C I E N C I A - F I C C I ON JUNIO 30 DE 1965 V O L. i « W 1 MI SUMARIO LA S E P T I MA V I C T I MA ROBERT SHECKLEY 2 N IS EL E S T A N Q UE NÍGEL KNEALE 16 S E C R E TO A B S O L U TO DAVID GRINNELL 23 T AN B A JO THEODORE STURGEON 27 P A S T O R AL Director CHARLES A. STEARNS 32 BL G. OESTERKELD R E S U R R E C C I ON A. E. VAN VOCT 54 J lustradores I M P U L SO MUSrOCS ERIC FRANK RUSSELL 71 PIGAFETTA PERVXE P U T SI LUDWIG BEMELMANS H6 A. A. FERNANDEZ DE LA FUENTE C U I D Á DO C ON ARNAiU L AS M E T A F O R AS PAULESO ROBERT BLOCH 93 Director Artístico EL L U G AR D EL R E P O SO OLIVER LA FARGE 106 EUGENIO ZOPPI EL A R B OL DE LA Carátula B U E NA M U E R TE H. G. OESTERHELD 120 AUBERTO BRECCXA GEMiNIS. Ciencia Ficción. Junio 30 de 1%5. Publicación ^quincenal. Editor responsable Ediciones H. G. O. Cangallo 1542, 4* Piso, Ofic. 41. Hecho el depósito de ley (C) 1965 Ediciones H. G. O. — Registro Propiedad Intelectual en trámite. Distribuidores. Capital Federal, RUBBO, José M. Moreno 359; Interior y Exterior, SAiDYE, México 623. Precio deS ejemplar $ 100.— Suscripción seme»traf (12 nüm.) „ 1.000.— Suscripción anual (24 número*) „ 2.100.— Suscripción anua) Latinoamericana 3.000.— La s é p t i ma V I C T I MA R O B E RT S H E C K L EY STANTON FHELAINK esUb* ventado a n te su escritorio, t r a t a n, I l u s t ró J O SE M U Ñ OZ do de parecer t an ocupado como puede estarlo cualquier dirigente de empresa a la» 9.30 de la mafia- Un deporte más apasionante na. No podía concentrarse en e; que el fútboel asesinato aviso que habla redactado la no. che anterior, no podía pensar en ..uiilll! negocios. Lo talco que podía ha- cer era a g u a r d ar la llegada del cartero. H a da ya dos semanas W A * \ h \ lllu que esperaba una notificación. Co- mo de costumbre, la burocracia gubernamental seguía provocando demoras- El cristal de la puerta de entra da a su despacho tenía una ins- cripción que decía así: Morger y Freíame. Confeccionólas. En eso, la puerta se abrió y entró E. J. Morger, cojeando levemente a raíz de una herida que recibiera tiem .po a t r ás durante una excursión cinegética. E ra un hombre de es- palda encorvada, pero, con 73 años sillo especial, el mayor adelanto a cuestas, no era cosa que le pre. moderno en lo que se refiere a ocupara mucho. protección personal. Haciendo li " ¿ Y . .. Stan?", preguntó Morger gera presión sobre un botón se- "¿Qué hay del aviso?" . creto el a r ma aparece instantá- Frelaine se había asociado a neamente en su mano, apuntando Morger 16 años atrás, cuando só- y con el seguro soltado. ¿Por qu£ lo tenía 27 años. J u n t os habían no pasa por su tienda "Proteo" convertido a la "Protec-Traies" más cercana? ¿ P a ra qué va a 1 en una empresa q ue giraba con arriesgarse?". "Excelente ', dijo millones de dólares. Morger. "Es*un aviso muy bueno "Creo que sirve", dijo Freíame, y tiene dignidad". entregando la tira de papel a Por un momento se mantuvo Morger. Ojalá la correspondencia pensativo mientras se atusaba el llegase' más temprano, se dijo para bigote. "¿No serla conveniente sus adentros. mencionar que el "Protect-Suit" se ofrece en varios modelos, derecho, ''¿Tiene usted un Protec-Suit?" cruzado y en varias tonalidades?" leyó Morger en voz alta, soste- "Tiene razón.. Me olvidé". niendo el papelito casi pegado a Frelaine tomó el papel y anotó sus ojos. "La mejor confección del tales indicaciones al margen. Lue- mundo está presente en el "Pro- go se incorporó y alisó su sac<* tec-Suit" de Morger y Frelaine, sobre el abultado abdomen. p a ra hacer dé este t r a je el pri- Frelaine, con sus 43 años, era mero de la moda masculina". un hombre algo excedido de peso, Morger carraspeó y miró a Fre- un pooc calvo en la mollera. Era laine. Sonrió y continuó la lee- • • — 0 ^ un hombre, de aspecto amable, pe- t u r a: "Protect-Suit" es a la vez % ro de ojos fríos.-.' -- la prenda m ás segura y m ás ele- "Cálmeos", ,dijo Morger. "Lie* gante. Cada "Protect-Suit" vie- g a rá con el correo de hoy". ne mu-nido de un bolsillo especial * * # Frelaine sonrió forzadamente. para llevar el revólver, garanti- Tenía deseos de pasearse por la zándole que no se .notará el bulto. habitación, pero, en cambio, optó Nadie sabrá que usted está a r m a- por sentarse sobre el borde del d o . .. salvo usted. El bolsillo es- escritorio. pecial es de fácil acceso, permi- tiendo un rápido movimiento do "Cualquiera creería que es mi la mano p a ra sacar el revólver. A primer muerte", dijo con una son- su elección podemos confeccionar- risa desaprobadora. ' le el t r a je con bolsillo de cintura "Lo comprendo perfectamente", o en la parte superior del saco". dijo Morger. "Antes• * t de que yo "Muy bueno", comentó Morger. colgase mi revólver, no podía dor Frelaine asintió con gesto mal- mir d u r a n te todo un mes, mien- humorado. t r as aguardaba la notificación. Lo "El "Protect-Suit" tiene un bol. comprendo". Los dos hombres se mantuvieron vienen ganas de volver a calzar expectantes. Y, cuando el silencio un a r m a ". comenzaba a tornarse imposible, En su tiempo el viejo había se abrió la puerta. Entró un em- sido un buen cazador. Diez exito- pleado y dejó la correspondencia sas cacerías lo habían elevado a sobre el escritorio de Frelaine. un puesto en el Club de los Diez F r e í a me dio un salto y tornó Y, como era lógico, por cada ca- las cartas. Las í ue ojeando veloz- cería Morger había tenido, a su 'mente y halló la xjúe e s p e r a b a . .. vez, que a c t u ar como víctima, de el gran sobre blanco con las le- modo que era el a u t or de veinte tras E.C.B. y el sello oficial del muertes. gobierno. "Espero &ue mí víctima no se "Esta es", dijo Frelaine en t a n. parezca en nada a usted", dijo to que su rostro se quebraba en Freíame, medio en broma. una sonrisa. "¡Esta es mi que- "No se preocupe. ¿Qué número rida!" tiene ésta?" "El siete"., "Muy bien*', dijo Morger miran- 'El siete de la suerte, como en do el sobré con interés, pero sin el pase inglés. Andando, enton pedirle a Frelaine que lo abriese. ees", dijo Morger. "Casi seguro Sería un acto de mala educación que ingresará al Clubf de" los a la vez que una violación a lo« Dies". ojos de la ley. Nadie debía saber Frelaine ?é dijo adiós con la ma el nombre de la víctima, excepto no y salió hasta la puerta. su cazador. "Espero que tenga "Tenga cuidado", le previno su una buena cacería". *4 socio. "Un leve descuido... y ten- "Así lo espero", respondió F r e. dré que buscar otro socio. Pero laine. Sus escritorio estaba en or- el caso es que me agrada el que den . . ., lo había estado desde ha- tengo actualmente", cía una semana. Levantó su por- "Me cuidaré", le prometió Fre- tafolio. laine. "Cobrar una buena pieza le ha- En lugar de tomar el ómnibus, rá mucho bien", dijo Morger, po- Frelaine prefirió ir a pie hasta niendo la mano levemente sobre su departamento. Necesitaba tiem- la bien a r m a da hombrera de Fre- po para serenarse. No sabía por laine. "Ha estado sumamente ex. qué se comportaba como un chi- citado". co que va a m a t ar por primera "Lo sé", dijo Frelaine volvien- •a veu. do a sonreír y estrechó la mano Mientras caminaba, Frelaine rm de Morger. raba continuamente hacia adelan- te. Mirar a alguien era casi como "Ojalá fuese muchacho toda- pedir que le metiesen un tiro, vía", dijo Morger, mientras echa- el hombre casualmente estuvies® ba un vistazo a su maltrecha pier- desempeñando el papel de víctima. na con mal disimulada sorna. "Me Algunas víctimas no vacilarían en E ra una sensación indescripti- m a t a r lo a uno de un tiro por osar ble, se dijo. Volvía a vivir. mirarles. Son unos tipos m uy ner- Una vez en su departamento de viosos. Frelaine, prudentemente, un ambiente, lo primero que hizo miraba por arriba de las cabezas Frelaine f ue telefonear a Ed Mo~ He las personas que encontraba rrow, su oteador, quien e n t re lia* al pasar. m a d as t r a b a j a ba de ayudante en • • un garaje. "Hola, ¿ E d? Habla Encima de él se vela un enor- Frelaine". me cartelón, ofreciendo al público "Oh, ¿cómo le va, señor Frelai- los servicios de J. F. ODonovan. ne?". Podía v er la c a ra flaca y d* ¡VICTIMAS!, proclamaba el le- finos labios, cubierta de grasa, al t r e ro en enormes letras rojas. teléfono. ¿ P OR QUE ARRIESGARSE? USE "Voy a salir de caza, Ed*. UN ACREDITADO OTEADOR "Buena suerte, sefior Frelai- PE ODONOVAN. D E JE QUE ne". dijo Ed Morrow. "¿Supongo NOSOTROS LOCALICEMOS EL que me necesitará?" ASESINO QUE T I E NE ASIGNA. "Así es. Espero no estar ausen- DO. ¡ PAGUE DESPUES QUE US. te más de u na semana o dos. P r o. T ED LO LIQUIDE! bablemente reciba mi notificación El letrero sirvid a Frelaine de de que soy Victima, dentro de los recordatorio. NI bien llegase a su t r es meses después de cobrada mi departamento telefonearía a Ed pieza". Morrow. " E s t a ré alerta. Buena cacería, Cruzó la calle a paso ligero. Ya seftor Frelaine". JIO deseaba o t ra cosa q ue llegar a "Gracias. Hasta pronto". Y col- su casa, abrir el sobre y descu- gó el auricular. brir quién era la Víctima. ¿Seria E ra u na sabia medida de segu* inteligente o estúpida? ¿Acauda- ridad reservar ios buenos oficios lada, como la cuarta Víctima de de un oteador de primera clase. Frelaine, o pobre ai igual que la Después de cobrada su pieza, le primera y la segunda? ¿Buscarla correspondería a él asumir el pa- la ayuda de un oteador profesional pel de Víctima. Y, nuevamente Ed o t r a t a r la de realizar el trabajo Morrow sería su seguro de vida. por su cuenta? ¡Y q ué magnifico oteador era Ed La excitación de la cacería ya Morrow! I g n o r a n t e . .. estúpido... corría presurosamente por sus ve. ¡Pero q ué ojo clinico p a ra la ñ as y aceleraba los latidos de su individualización! E ra una cosa iru corazón. Oyó disparos de armas n a ta en él. Con sólo un vistazo de fuego a más o menos una cua- podía darse cuenta de quién era d ra de distancia. Dos en rápida forastero. E ra diabólicamente ca- sucesión l u e g o . .. el tiro de gracia. paz para tender una emboscada. w Alguien habría cobrado su hombre, Lo que se dice un hombre indis- pensó Frelaine. Muy bien. pensable.

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