Description:El hombre que ocupaba el camastro despertó de pronto cuando la reja se deslizó automáticamente sobre sus raíles. —¡Levántate, cerdo! —ordenó uno de los dos fornidos vigilantes que acababan de penetrar en la celda. El preso se rebulló, inquieto. Incluso intentó incorporarse, pero no lo consiguió. ¡Se sentía tan débil! El funcionario que acababa de hablarle, avanzó unos pasos, le tomó por un brazo y lo arrojó brutalmente fuera del camastro.